Datos
técnicos:
Título: El
fuego del flamboyán.
Autora:
Viruca Yebra.
Editorial:
Almuzara.
1ª
edición: septiembre/2016.
1ª
reimpresión: septiembre/2016.
Encuadernación:
Rústica con solapas.
ISBN:
978-84-16776-14-6.
Idioma:
Español.
Nº pág.:
400.
Sinopsis:
En la Galicia rural y
convulsa de la dictadura del general Primo de Rivera, un puñado de
personajes tratan de vivir según sus propias convicciones en los
días previos al advenimiento de la República. Pero llegado el
momento, las circunstancias les obligarán a dejar España con
destino a Cuba; los unos porque les persiguen las izquierdas, los
otros porque desean darles caza las derechas. La exultante y próspera
Habana de entonces supondrá un abierto contraste con la fría tierra
de la que proceden. La isla es luz, sensualidad, modernidad, fortuna,
ritmo y abundancia. El árbol del fuego será testigo de que la
mezcla de razas y el tórrido ambiente gobiernan los
sentidos.
Antonio, abogado liberal y culto, esconde un secreto
guardado bajo llave durante años que, de revelarse, supondría un
escándalo para la aristocracia de los años treinta. El atractivo y
seductor Tino regresa a Galicia para casarse; la vida provinciana
choca con su espíritu libre y combativo. Junto a ellos, cuatro
mujeres excepcionales: Elisa, que conforme va cumpliendo años
cobrará paulatina conciencia de su fortaleza interior; Elvira, la
viva esencia de la mujer de antaño, recia, trabajadora,
comprometida, capaz de matar por amor; Nélida es la sensualidad
cubana, el exotismo más carnal; y Casilda encarna la rebeldía, la
ruptura de moldes y ataduras sociales.
Crónica de la emigración
gallega a Cuba durante la Segunda República, en El fuego del
flamboyán, la pasión, el abandono y el maltrato están
presentes. Pero el honor, los valores y la lealtad son la esencia de
esta novela coral escrita a partir de hechos reales y basada en los
testimonios de numerosos hombres y mujeres, unos famosos y otros
desconocidos, que vivieron una de las épocas más emocionantes y
traumáticas de nuestra historia reciente.
Opinión Personal:
De nuevo me encuentro
con una novela de ficción histórica que no dudo en recomendar, El
fuego del flamboyán, de la escritora gallega, aunque afincada en
Marbella (Málaga), Viruca Yebra (Sarria, Lugo), porque reúne unos
ingredientes muy atractivos que conforman una historia relatada por
un narrador omnisciente, y que abarca un período convulso que
transcurre desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la década de
los años 50 del siglo XX. Resalto el período que abarca la trama
porque soy partidario de que el autor de turno se muestre imparcial a
la hora de narrar las actuaciones de quienes manifiestan sus claras
inclinaciones ideológicas hacia los bandos que se enfrentan, porque
sólo se limita a contar sus implicaciones en los episodios en los
que toman parte, sobre todo en aquellos que se refieren a
enfrentamientos dialécticos o incluso en los que la violencia está
presente. En mi modesta opinión, entiendo que Viruca Yebra consigue
que el lector sienta esta impresión, lo que es de agradecer, porque
le da mucha más credibilidad a la trama, con el aliciente de que el
lector se encontrará con personajes que representan a las dos
Españas, aunque también los hay quienes se inclinan por un claro
papel mediador entre los bandos beligerantes.
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(Sierra de Oribio-Lugo) |
En mi modesta opinión, la autora construye una trama solvente y muy real con la que me
mantuvo muy pendiente de lo que sucede a ambas orillas del Océano
Atlántico, con el aliciente de que se refleja en la narración
dos estilos de vida muy diferentes. Pero también hay que añadir el
interés que despiertan la sucesión de historias encadenadas que
transcurren a lo largo de los capítulos, porque tal y como se
desarrollan los episodios iniciales tuve muy claro que me enfrentaba
a una trama en la que el efecto dominó movía el devenir de los
personajes que transitan por las 400 páginas que
conforman la ópera prima de
Viruca Yebra. Unos personajes en los que mandan las
circunstancias que les toca vivir, porque los episodios convulsos que
influyen en su devenir, les empujan a «cruzar el charco» a algunos
de ellos, ya que incluso en determinados casos sus vidas corren
peligro, como lo podrá comprobar en algunas escenas en las que se
cierne sobre alguno de ellos, caso del atractivo y seductor Tino
Valiña, quien regresa a Galicia para casarse, y regresa a la Isla
junto con su hermano menor Arsenio. Pero también hay quienes se
deciden por emigrar a Cuba por motivos muy diferentes, caso del
abogado Antonio Álvarez, uno de los que más peso tienen en el
desarrollo de la trama, si bien en este caso concreto prefiero que
sea el lector interesado en esta novela quien descubra los motivos
que le llevan a tomar esta decisión.
Quizás uno de los
aspectos que más valoré de El fuego del flamboyán es que,
pese a que la trama se desarrolla en un período de tiempo muy
interesante de la historia reciente de nuestro país, en todo momento
tuve la sensación de que la autora consiguió que primaran las
historias personales frente a las circunstancias históricas que les toca vivir. En este sentido, diría que supo cómo informar al lector de
lo que sucede a ambas orillas del Océano Atlántico, porque el
narrador omnisciente ofrece unas pinceladas históricas como si de
una introducción se tratara, para no desviar su atención de las
vicisitudes que acompañan a los personajes. En mi modesta opinión,
entiendo que merece la pena estar muy pendiente de lo que les sucede
a cada uno de los que conforman el atractivo elenco que desfila por
sus páginas, porque la gran mayoría de ellos viven episodios que
captaron mi atención. Sin duda alguna, el relato quedaría
ensombrecido si la voz narrativa los interrumpe con descripciones de
hechos que apartan nuestro interés de lo que les sucede. En este
sentido, entiendo que es un gran acierto utilizar los diálogos que
mantienen en algunas fases de la trama para informar al interlocutor
sobre la marcha de los acontecimientos que les toca vivir. Algunos
de ellos creen que, después de mucho tiempo en la Isla, se dan las
circunstancias adecuadas para regresar a su tierra, y reencontrarse
con los familiares que tanto añoran.
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(Centro Gallego de La Habana) |
En la ópera prima de
Viruca Yebra me encontré con una con una trama de contrastes, como
adelanta la sinopsis, lo que provocó que estuviera muy pendiente de
lo que sucede en dos países en los que el día a día se percibe a
través de dos prismas muy diferentes, porque la historia transcurre
a caballo entre la Galicia profunda y la isla caribeña de Cuba. El
narrador omnisciente describe con detalle, pero sin apabullar, la
fría y lluviosa tierra gallega en la que viven unos personajes muy
aferrados a sus costumbres, y de cuyas vicisitudes estuve muy
pendiente. La mayor parte de la trama que se desarrolla en Galicia,
transcurre casi toda ella en el pueblo ficticio de Oribio —topónimo
que supongo toma la autora de la Sierra de Oribio, que se extiende
por tierras de los ayuntamientos de Sarria y Triacastela—. Un
pequeño pueblo en el que todavía está muy presente la hidalguía,
aunque ya decadente, como se podrá comprobar a lo largo de los
capítulos, y a través de los personajes que más poder e influencia
tienen sobre sus convecinos. Es una tierra en que la que
dominan el blanco y el negro, y unos tonos muy grises, porque esa es
la sensación que transmite un país en el que cuesta mucho trabajo
ganar un jornal con el que alimentar a la familia, pese a la
esperanza que despertó el advenimiento de la República, pero que se
vería truncada con el estallido de la Guerra Civil Española y la
dura Posguerra. Sin embargo, también se muestra algunas escenas que
se desarrollan en Madrid, sobre todo durante la dictadura de Franco,
en las que se observa cómo la aristocracia y las clases sociales
altas aprovechan el estrato al que pertenecen para mantener el
tren de vida que llevan, incluso acudiendo al estraperlo para que no
les faltara de nada.
Si por mi condición de
gallego me resultaron muy atractivos los episodios que se desarrollan
en Galicia, otro tanto puedo decir de los que se suceden en Cuba, en
la Isla, como así se la denomina en la mayoría
de los capítulos, en la que en esta ocasión me encuentro con un
país ya independiente de España, pero con una dependencia total de
Estados Unidos, como se podrá comprobar en algunos de los capítulos
que se desarrollan en la llamada Perla de las Antillas. Una isla en
la que el tiempo parece que transcurre de una forma muy diferente, y
en la que la voz narrativa describe los colores, olores y sabores
tropicales que emanan de esta tierra. Una tierra en la que reina el
bullicio, el exotismo, la alegría y la mezcla de razas, pese al
tórrido ambiente que gobierna sus sentidos, como adelanta la
sinopsis. En la ya independizada Cuba, el lector acompañará a los
personajes por La Habana, fascinante y pérfida, como es definida en
el título de uno de los veintiún capítulos en los que se
estructura la trama, pero también se prendará de las descripciones
que se ofrecen de Holguín y de Trinidad, sobre todo en los episodios
que se desarrollan en la hacienda en la que se ubica el ingenio
azucarero de Don Hilario Gómez, en el que encontrará trabajo el ya
mencionado Tiño Valiña, y en la que se encontrará con personajes
como Xiomara y Nélida, que representa la sensualidad cubana y el
exotismo más carnal. Aunque también estará pendiente de los
episodios que tienen lugar en Miami, tras los acontecimientos que se
desencadenan en la mayor de las islas caribeñas.
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(Plaza Mayor de Trinidad-Cuba) |
El
fuego del flamboyán es una novela
histórica en la que Viruca Yebra narra a través de una voz
omnisciente con un gran realismo y verosimilitud, a lo largo de los
21 capítulos titulados en los que se estructura el desarrollo de la
trama, a través de lo que se muestra lo que significó la isla de
Cuba para la emigración gallega en la primera mitad del siglo XX,
teniendo muy en cuenta los tiempos convulsos que vive España durante
ese período. Por sus páginas transitan unos personajes muy vivos y
creíbles que pueden definirse como estereotipados, porque entiendo
que son fiel reflejo de lo que era la vida en la Galicia profunda de
ese entonces, en donde todavía están muy marcadas las diferencias
sociales y se respetan las costumbres. En esta novela coral
destacaría, sin duda alguna, el papel que desempeña la mujer en una
trama en la que su papel es trascendental, pese a que vivía en una
época en la que era el varón quien tenía la autoridad para tomar
decisiones. Aunque antes de ofrecer algunas pinceladas sobre los
personajes femeninos, me gustaría mencionar a uno de los masculinos
que más peso tiene en la trama, como es el abogado Antonio Álvarez,
quien en determinados episodios expone el ideario que defiende. Es un
personaje que no deja indiferente, tanto por su integridad moral como
por las labores altruistas que realiza porque, a medida que los
acontecimientos históricos se tornan virulentos, no busca
confrontación alguna, sino que intenta resolver las diferencias
mediante el diálogo o también procura ayudar a los que tiene una
relación más estrecha, siempre que las opciones que les ofrece sean
las más óptimas para llevarlas a la práctica. Personajes
femeninos como Elisa, Elvira, Casilda o Nélida o Chon Álvarez son
un claro ejemplo de que en ese período también podían aspirar a
algo más que desempeñar un papel secundario en el ámbito social al
que pertenecían, porque las segundas oportunidades y el afán de
superación les permite alzar su voz en una sociedad dominada por los
varones, y entiendo que también representan la rebeldía, la ruptura
de moldes y ataduras sociales, para
demostrar que puede sobreponerse a las adversidades que se les
presenta. En mi modesta opinión, los cinco personajes femeninos le
dan mucho juego a la novela, y el lector estará muy pendiente del
papel que desempeña cada una de ellas porque darán lugar a una
serie de giros que atraen su atención. En este sentido, me dije que
la autora tuvo muy claro cuándo disponer los vuelcos narrativos para
que me cogieran lo más desprevenido posible, y desde luego que lo
consiguió.
El
fuego del flamboyán es la ópera
prima de Viruca Yebra en cuya trama aborda la emigración gallega a
Cuba, pero también es la historia de una saga familiar, encabezada
por el abogado Antonio Álvarez, en la que no faltan los secretos
familiares y el lector se encontrará con una serie de giros que la
autora dosifica de tal forma que causen en el lector el efecto
deseado. Se encontrará con una novela bien escrita, en la que
utiliza un lenguaje sencillo pero envolvente, y que se lee con un
ritmo fluido. La autora introduce vocablos cubanos en algunos
diálogos que tienen lugar en la isla caribeña. Unos diálogos que
me resultaron muy interesantes, sobre todo si la tensión narrativa
se palpa en el ambiente o los interlocutores hacen referencia a las
circunstancias históricas o sociales del momento. Merece la pena su
lectura porque la autora parte de hechos reales y está basada en los
testimonios de numerosos hombres y mujeres, unos famosos y otros
desconocidos, que vivieron una de las épocas más emocionantes y
traumáticas de nuestra historia reciente, y a través de los que
ofrece un magnífico retrato de la condición humana, a través de
unos personajes en los que se refleja la pasión, el abandono y el
maltrato, pero también el honor, los valores y la lealtad.
Biografía:
Viruca Yebra (Sarria,
Lugo) es periodista, y desarrolló gran parte de su carrera
profesional en el Diario ABC. Fue jefe de prensa del presidente de la
Xunta de Galicia y Delegada del Gobierno Gallego en Madrid. Directora
del Club Internacional de Marbella y tertuliana de la Cadena Ser. "El
fuego del flamboyán" es su primera novela, donde recoge gran
parte de las conversaciones con sus paisanos gallegos y con
ciudadanos cubanos.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de la web de la editorial Almuzara. Imagen de la Sierra de Oribio, en Lugo, tomada de Wikipedia. Imagen del Centro Gallego de La Habana tomada de la web Wall Street International Magazine. Imagen de la Plaza Mayor de Trinidad tomada de la web PanamericanWorld. Fotografía de Viruca Yebra tomada de la web del Diario Sur.