jueves, 14 de agosto de 2025

Reseña Milhojas de jamón, de José Francisco Alonso.

 












Datos técnicos:





Título: Milhojas de jamón.

Autor: José Francisco Alonso.

Editorial: Alrevés.

1ª edición: Junio/2024.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-1965-92-3.

Idioma: Español.

Nº páginas: 332.





Sinopsis:






Un hombre aparece asesinado por disparos de bala en un contenedor cercano a la Torre de Iberdrola. El muerto es un varón, de mediana edad y no perteneciente a ningún colectivo desfavorecido. No hay revuelo social. En consecuencia, en Bilbao, a nadie importa su muerte. Solo Loizaga cree que algo extraño se está cociendo dentro de la Torre de Iberdrola. Pero ¡qué imaginación! ¿A quién se le ocurre vincular un acto violento con una gran multinacional? ¿Y sin pruebas? El profesor promete a la madre que descubrirá al asesino de su hijo, y no piensa faltar a su palabra. Las preguntas le martillean la cabeza. ¿Quién te ha matado, Jesús Ahaztu? ¿Y por qué? Segunda entrega del profesor Loizaga, un tipo irónico luchando contra una poderosa multinacional. Como si del mejor Montalbán se tratara, José Francisco Alonso teje una conexión entre género negro, humor y gastronomía, conformando una voz propia e inconfundible dentro del panorama de la novela negra actual.






Opinión Personal:






El año pasado leí y reseñé en este blog Pisto a la bilbaína (reseña), del escritor bilbaíno José Francisco Alonso, la primera novela de la serie que la editorial Alrevés agrupa en el que llama Universo Loizaga. Un universo que ya lo conforman cuatro títulos, por lo que entiendo que puede que haya alguno más, dadas las peculiaridades del detective que las protagoniza y el éxito entre los lectores. Milhojas de jamón es la segunda entrega de esta serie, por lo que me pregunté si superaría el refrán popular de “Nunca segundas partes fueron buenas”. Un refrán popular que tuve muy en cuenta a lo largo del desarrollo de la trama, porque durante un tramo estuve dudando si superaría la calidad de la anterior. Pese a las dudas iniciales, lo supera con creces, porque el trabajo que le espera al profesor Loizaga va de menos a más, con el aliciente que este cambio de ritmo tiene para el lector y que, en mi caso, incluso presentía que podía verse metido en más de un apuro y hasta jugarse el físico, tal y como se le presentan las situaciones a las que se enfrenta.

(Torre Iberdrola-Bilbao)
Para Loizaga un buen desayuno es sagrado, como se percibe en el segundo capítulo de esta novela. Pero, en esta ocasión vino acompañado por una noticia en la prensa local que le llama la atención, pero sobre todo porque no figura en lugar destacado, para que los bilbaínos estuvieran bien informados de lo que sucede en su querida ciudad. Una vez que se informa que se ha encontrado en un contenedor de basura el cadáver de un varón cosido a balazos: siete disparos, nada menos, el silencio se apodera de la prensa mediática, porque no hay chicha interesante a la que sacarle jugo. Visto este silencio, este profesor de Filosofía, muy reflexivo él, se dijo que hasta en los crímenes hay diferencias sociales.

Pero a esta maquinaria informativa no tardó en acumulársele la faena, porque sus fieles lectores y/o televidentes siguen con interés las muy preocupantes noticias que tienen como epicentro la Torre Iberdrola, sede de esta todopoderosa compañía eléctrica multinacional. Los ciudadanos se preocupan porque hay sangre de por medio, pero sobre todo el accionariado, por aquello del valor de los dividendos a repartir entre el accionariado. La investigación saca a relucir las movidas internas que hacen saltar chispas en la dese de esta todopoderosa compañía y se teme que pueda haber un cortocircuito de muy padre y señor mío. Loizaga promete a la madre del finado de segunda que descubrirá al asesino de su hijo, y no piensa faltar a su palabra, como adelanta la sinopsis. Y vaya si lo promete, porque su empeño le lleva a toparse con un giro inesperado, tan inesperado que sorprende a todos por su desarrollo, pero que tiene una muy clara explicación, y una exposición muy literaria. Ahí lo dejo.

La peculiar forma de ser de Loizaga incita al lector a acompañarlo durante los 56 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama. Pese a que determinadas reflexiones indican que está de vuelta de todo, se implica de pleno en los compromisos que adquiere, aunque tampoco admite que le toquen los bemoles cuando no está de acuerdo en algunas decisiones que se toman, si hay que opinar al respecto, como se refleja en algunos episodios. Loizaga es un sabueso que no pierde detalle de todo lo que sucede a su alrededor y pueda servirle para resolver la investigación de turno, sobre todo si es consciente de que se estanca. Emula al mítico Pepe Carvalho, porque disfruta con todo lo relacionado con la gastronomía, si bien entiendo que el bilbaíno es más sibarita. Incluso a través de esta pasión se percibe su estado de ánimo, como se refleja en algunos episodios, al igual que para hacer crítica social, según cómo les gusten a la mayoría de los ciudadanos los productos que consumen. También le sirve de excusa para reunirse en torno a una buena mesa con sus dos compañeros inseparables: el subinspector de la Ertzaina, Román Escudero, y la jueza Anne Campuzano, en la que departir sobre la marcha del caso que investigan.

(Alameda de Rakalde, Bilbao)
José Francisco Alonso planifica y desarrolla una trama que nos lleva por lugares emblemáticos de la capital vizcaína, muy relacionados con las situaciones que rodean a los personajes. Localizaciones entre los que la Torre Iberdrola es un personaje más de la novela, pero también los acompañamos por espacios en los que buscan pistas que les sirvan de apoyo en sus pesquisas, caso del templo de los leones del Athletic, el nuevo San Mamés; la Sociedad Bilbaína, o las visitas a Barakaldo, de donde era el asesinado, y Erandio. Loizaga y sus dos inseparables socios se sirven del paseo de El Arenal, al igual que de los templos gastronómicos que frecuentan, tanto en el Casco Viejo como en la zona nueva, como el que se ubica en la Alameda de Rekalde, un poner.

Por las páginas de Milhojas de jamón transitan personajes bien perfilados, muy cercanos y creíbles, sobre todo los autóctonos, que son fiel reflejo de la idiosincrasia euskaldún, a los que hay que añadir los trajeados que pululan por la Torre Iberdrola, y sin trajear, que también los hay. En esta segunda entrega el autor profundiza más en la vida privada del profesor de Filosofía, de quien uno se pregunta si surgirá algo entre él y la jueza Anne Campuzano, -a quien el prota la mira de cuando en vez por el rabillo del ojo- o por el papel estelar que en esta ocasión tiene ama Loizaga, y lo bien que se lo pasa cuando le toca entrar en escena -pese a las advertencias de su hijo-. No deja indiferente María Moraleja, la madre del finado, dadas las circunstancias personales que la rodean. En el plano personal hay una subtrama a seguir, y que gira en torno a la hija adolescente del protagonista. Un protagonista que departe en alguna ocasión con don Miguel, «bedel y única persona que leía en todo el instituto» (pág. 64), o el padre Aguirre, con quien también gusta reunirse.

Me gustó mucho Milhojas de jamón, segunda entrega de la serie que la editorial Alrevés bautiza como Universo Loizaga, y que protagoniza este peculiar profesor de Filosofía en el instituto Miguel de Unamuno, de Bilbao. José Francisco Alonso planifica y desarrolla una trama que va de menos a más, porque el último tercio de la novela da un vuelco tal que sorprende mucho su desarrollo. Pese a lo que acabo de comentar, está muy bien pensado y me parece muy literario, lo que entiendo que supone un doble interés para el lector. En mi caso, el ritmo de lectura me resultó más bien pausado, pero constante, por la variedad de situaciones que se desarrollan a lo largo de los 56 capítulos en los que se estructura la trama. Una trama en la que la gastronomía, la ironía y el humor están muy presentes, al igual que el relato desenfadado, cuando el episodio de turno se presta a ello.







Biografía:





José Francisco Alonso. Bilbao (1968). Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Deusto. Trabaja, igual que su protagonista, Loizaga, como profesor de Filosofía, en este caso en la ciudad de Valladolid. Pisto a la bilbaína, Milhojas de jamón y Café cortado forman el Universo Loizaga, las tres novelas publicadas en Alrevés.






Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de la Editorial Alrevés. Imagen de la Torre Iberdrola en Bilbao tomada de la web de la Cadena SER. Imagen de la Alameda de Rekalde tomada de la web del diario Deia. Imagen de la Sociedad Bilbaina tomada de la web Bilbao Turismo. Fotografía del autor tomada de la web Vitoria Negrasteiz.






jueves, 7 de agosto de 2025

Reseña Margaritas blancas: mujeres invisibles, de Montse Alabarta.

 









Datos técnicos:






Título: Margaritas blancas: Mujeres invisibles.

Autora: Montse Alabarta.

Editorial: Letra Minúscula.

1ª edición: Febero/2023.

Formato: Libro digital.

ASIN: B0B

ASIN: B0BTR1RQDN.

Idioma: Español.

Nº páginas: 72.





Sinopsis:





España 1950. Margaritas blancas narra la rutina de Natividad en una familia humilde en Cuidad Real tras la Guerra civil, y cómo su vida cambia por completo cuando se enamora y se queda embarazada “fuera del matrimonio” en pleno franquismo.
¿Qué pasaba con estas jóvenes “caídas en pecado”?

¿Conoces el Patronato de protección a la mujer y la trama delictiva que se orquestó contra las mujeres consideradas descarriadas?

Natividad nos cuenta en primera persona un hecho histórico y verídico que vivieron ella y miles de jóvenes mujeres, un testimonio de la doble moral católica que imperaba durante la dictadura en España.

El libro es un homenaje a la memoria de nuestros mayores, un recordatorio de la importancia de conocer los errores de nuestra historia para no volver a repetirlos.






Opinión Personal:






No dudé en leer y reseñar en este blog esta novela corta que me llamó la atención en las redes sociales. El título es Margaritas Blancas: mujeres invisibles. La autora, Montse Alabarta (1969, Picanya, Valencia), en la que recuerda qué función desempeñó  durante el régimen franquista el Patronato de la Protección a la Mujer, de la que era presidenta de honor Carmen Polo.  Es un ejercicio de memoria histórica en recuerdo de tantas madres que fueron víctimas de las atrocidades llevadas a cabo por esta institución durante este duro y triste período de nuestra historia reciente.

La sinopsis y la preciosa portada imantan. Sin embargo, pese a que está claro que simboliza alegría, el lector se encontrará con una corta -en formato digital no llega a 80 páginas- pero intensa y muy cuidada historia en su estructura y desarrollo, al igual que muy bien escrita. La escritora picañera planifica y desarrolla una ficción estructurada en tres partes bien diferenciadas, y que se lee con mucho interés por todo lo que sucede a lo largo de los capítulos que la conforman

(Antiguo convento Adoratrices, Ciudad Real)
En esta novela, Montse Alabarta da voz a mujeres que en su momento no pudieron hacerlo, porque el régimen franquista impone el silencio y la sumisión a quienes no acatan la doble moral católica. Un silencio y sumisión refrendados por la Iglesia, que predica y defiende desde los púlpitos el mandato divino que Dios les otorga: creced y multiplicaos. Si conciben fuera del matrimonio, es pecado mortal. Y, como pecadoras, tienen la obligación de redimirse ante la sociedad; los hombres eran otra historia, aunque estuviesen casados, como en toda sociedad machista que se precie.

Natividad pasa los últimos años de su vida en una residencia, en la que el trato cercano con su cuidadora, Irene, la impulsa a contarle su historia, gravadas en cintas de cassettes. Me gustó mucho cómo Montse Alabarta la complementa en la primera y la tercera parte de esta ficción, escritas a modo de prólogo y epílogo, en los que se suceden una serie de episodios que atraen la atención del lector, por lo que significan tanto para la protagonista y su hija, como para la cuidadora, en este caso en la primera parte.


Margaritas Blancas: mujeres invisibles contiene, en primera persona, el testimonio de Natividad sobrecogedor, descarnado y duro, que golpea y remueve conciencias. Un testimonio en el  que Natividad  narra a su hija, el pasado doloroso que no se atrevió a contrarle en vida «Natividad nació sin voz, muda simplemente por su género. Ahora su hija quiere vocear por escrito su historia, hermanada con la de otras mujeres que vivieron lo mismo que ella». Un pasado doloroso contado a lo largo de 16 capítulos titulados, y encabezados cada uno de ellos por una estrofa de coplas elegidas al efecto. Estrofas que pertenecen a cantantes muy reconocidos en este arte, caso de Concha Piquer, Manolo Caracol, Marifé de Triana, y otros que seguro serán reconocidos, sobre todo por los aficionados a la copla. 

(Patio Chico, Salamanca)
Su historia comienza en Ciudad Real y la lleva a Salamanca «Pronto se decidió que mi redención se llevaría a cabo en un convento de Salamanca» (cap. 8). En Salamanca ingresa en una casa de acogida, en la que le esperan un sinfín de situaciones que le muestran el lado más oscuro de quienes le hicieron perder la poca fe que tenía: jamás pensó que iba a ver y oír episodios protagonizados por quienes visten un hábito que para muchos es señal de respeto, y que indican que se consagran a la vida religiosa, con todo lo que significa. Pero es un hábito que les ampara para realizar cometidos que nada tienen que ver con la vocación que dicen tener, porque es inconcebible que comercien con la vida de criaturas recién nacidas, engañando a sus madres para que sus hijos puedan ser adoptados por gente con posibles, y que no pudieron tener descendencia por ellos mismos. Una historia acompañada también de escenas costumbristas que refleja, sobre todo, el día a día de Natividad en Ciudad Real junto a su familia y sus amigas.

Montse Alabarta ofrece al lector una historia muy bien escrita, con un estilo sencillo pero cuidado, que se desarrolla con un ritmo fluido. Margaritas blancas: mujeres invisibles es una historia que no deja indiferente e invita a la reflexión Es un testimonio novelado que también contiene rasgos costumbristas, que muestran el duro día a día, en plena posguerra, de la protagonista junto con su familia y amigas en Ciudad Real.





Biografía:





Montse Alabarta (1969, Picanya, Valencia) es licenciada en Filología hispánica. Impartió clases en una escuela de adultos enseñando a leer a mujeres mayores.

Gran lectora desde niña y con inquietudes literarias, ha publicado su primera novela «Margaritas blancas, Mujeres invisibles» de forma tardía, pues las primeras ideas para una novela se vieron truncadas cuando empezó a dar la cara una enfermedad medular congénita y degenerativa, que le hizo perder la movilidad y la metáfora. Montse Alabarta escribe sin metáforas.

«Margaritas blancas» le ha dado muchas satisfacciones. La presentó en la decimocuarta edición del Mayo literario de Picanya, dedicado a Rosa Regás, recientemente fallecida. La novela ha sido incluida en la entrada de la Wikipedia Patronato de Protección a la Mujer por su aportación a la visibilización de esta institución desconocida.


Notas: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de Amazon. Imagen del antiguo convento de las Adoratrices, en Ciudad Real, tomada de la web del diario La Tribuna. Imagen de la calle Patio Chico tomada de la web Photo.net. 






martes, 5 de agosto de 2025

Libros leídos y reseñados en julio/2025.

 








En julio han sido un total de 6 los libros leídos y 6 los reseñados



-Los leídos





 



-Los reseñados: 


-Sucedió en Benahambrade Jaime Pérez de Sevilla.


- El caso Doningtonde G. K. Chesterton.


-El silencio del contador de historiasde Pierre Jarawan


-La plaza del diamantede Mercè Rodoreda


-Reseña La casa de las amapolasde Desirée Ruiz


-Reseña Garnatade Mario Villén



Avance retos literarios en los que participo: 



-Reto Nos gustan los clásicos (IX Edición):  (6/8) (+1) (75%).


-Reto 25 españoles (año 2025):  (25/25) (+3) (100%). Completado. 




miércoles, 30 de julio de 2025

Reseña Garnata, de Mario Villén.

 








                      


Datos técnicos:




Título: Garnata.

Autor: Mario Villén.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Abril/2025.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN. 978-84-350-6451-4.

Idioma: Español.

Nº páginas: 625.





Sinopsis:





«Los rumíes nos acechan, Garnata se descompone, sobre la Vega se cierne la nube oscura de la muerte… Pero a mí ya todo eso me da igual. Viviré, aunque sea una condena; viviré lo suficiente como para encontrarte, a pesar de la guerra, a pesar del asedio…».

Garnata lleva tiempo dividida: unos se oponen a entregar la ciudad a los cristianos, mientras que otros prefieren someterse a los Reyes Católicos para evitar la guerra. El fin de al-Ándalus y del reino nazarí está cerca. En el fondo, todos lo saben; no sólo los reyes de Castilla y Aragón, también Boabdil, el Zagal y tantas gentes del pueblo que malviven para llegar al día de mañana. Y, entre ellos, un hombre, un converso, ha jurado vengarse por el asesinato de su esposa e hijos.






Opinión Personal:







Cuando en junio de 2021 escribí y publiqué en mi blog mi reseña sobre Nazarí (reseña), la tercera novela del escritor natural de Pinos Puente (Granada), Mario Villén, dije que esta obra refrenda el buen escritor que es y lo mucho que tiene que decir en el panorama literario nacional, en la ficción histórica, género en el que se mueve como pez en el agua y en el que se percibe que disfruta mucho mientras trabaja en el proyecto literario de turno. Con Garnata, se ha puesto el listón más alto todavía, tras superar la marca alcanzada con Ilión (reseña). El lector disfrutará con una magistral lección sobre la caída del último reducto de al-Ándalus: el emirato de Granada. Un novelón con mayúsculas.

(Albaicín, Granada)
Es de agradecer que en una novela de ficción histórica de algo más de 600 páginas el escritor
pinero planifique y desarrolle una trama que no da lugar a respiro, porque en cada episodio el lector se encuentra con hechos de interés, unos históricos y otros ficticiosmezclados de tal forma que los que protagonizan los personajes creados por la imaginación del autor, bien pudieron suceder, porque se percibe que tiene muy en cuenta el rigor documental. Pero también hay que tener muy en cuenta la estructura que elige el autor y que, en mi opinión, es un gran acierto: son seis los libros que la conforman, en los que nos encontramos con episodios fechados, en un periodo que abarca desde mayo de 1488 hasta el 2 y el 3 de enero de 1492. Sin duda alguna, las páginas de esta última parte suponen un magnífico colofón, porque toda ella abarca episodios que guardan relación con la inminente rendición del emirato, y en la que se suceden situaciones que nos mantienen en vilo por todo lo que sucede una vez que se conoce la inminente capitulación.

La conquista de Granada duró un período de diez años. La trama de Garnata abarca los últimos cuatro, con el interés que tiene por los diferentes giros que hay, sobre todo entre los nazaríes, porque asistimos a un verdadero juego de tronos. Se les ve muy felicies a los muy católicos reyes, Isabel y Fernando -tanto monta, monta tanto- se les ve felices porque sólo falta rubricar las capitulaciones por el emir Boaldil, alias el Chico, aunque más conocido como el Zogoibi, o el Desdichado, como le llaman sus paisanos. Entre éstos los ánimos están muy caldeados, desde que Boabdil le usurpó el trono a su padre, Muley Hacén, pero su tío el Zagal es partidario de seguir enfrentándose a los rumíes (cristianos), porque cree firmemente que el último reducto de al-Ándalus puede resistir los embates de sus católicas majestades. El actual emir se encuentra entre dos aguas, porque el pueblo le pide rebelarse, y ante la firme decisión que tienen, no le queda otra que ceder y romper la palabra que había dado. Un enfrentamiento que resulta atractivo para el lector, porque asiste a un nuevo concepto de lo que hasta la fecha era el choque armado entre dos ejércitos enemigos,  le confiere un gran interés a estos episodios, por el dinamismo que presentan el relato de su desarrollo por la voz narrativa.

Kasim es el protagonista de esta apasionante historia, quien ve cómo, tras tomar la decisión de apoyar a el Zagal, la feliz vida que disfruta en el Albaicín se trunca. Una vida que ahora sólo tiene un fin «-Pronto yo también moriré, pero antes os vengaré a todos. Pronunció cada palabra con serenidad, consciente de la gravedad del voto. Todo se hizo borroso a su alrededor. Todo salvo su objetivo» (pág. 114). Kasim es un personaje perfilado con una impresionante profundidad. En su deambular por la vida se encuentra con personajes que le ayudan a que, pese a su resistencia, por lo menos no lo vea todo negro, sino que visualice algunos tonos, al menos, grises.

(Torre de Roma, Granada)
De nuevo me encuentro con una novela histórica cuya trama abarca un período bélico, pero por la que transitan personajes, sobre todo ficticios, bien perfilados por el autor con los rasgos propios de la época, y teniendo en cuenta las circunstancias que los rodean, se percibe en algunos  que hay algún hueco a la esperanza. Pese a que el trasfondo recae sobre los históricos, varios de ellos carismáticos, es la gente del pueblo la que cobra protagonismo, porque son ellos los que sufren la peor parte: los asedios, la hambruna y la inseguridad. Acompañan a Kasim personajes que no dejan indiferente, e incluso invitan a la reflexión: Falak, Reduan, Beatriz, Badra, Nawar, Gonzalo y Francisca no dejan indiferentes e incluso invitan a la reflexión ante las decisiones que toman. El viejo faquí Reduan no duda en acoger en su humilde hogar a Badra, una niña de la calle, que no se lo pone muy fácil para que acepte su hospitalidad. Beatriz es una joven hebrea acogida por Gonzalo y Francisca como si fuera una hija suya y, con el paso de los episodios siente que de nuevo tiene una familia. Falak es una esclava de el Zagal que pone al servicio de Kasim, y cuya historia merece la pena escuchar, al igual que la de Nawar, esclava sudanesa al servicio de Moraima, la esposa de Boabdil, por el papel que desempeña ante la melancolía en la que esta se hunde, porque no le devuelven a su hijo Ahmed, recluido en el castillo de Moclín, por los reyes católicos, reclamado por estos para poder liberar a su padre.

En Garnata el lector se encuentra con personajes históricos muy conocidos, pero no presentados como los mitos que son, sino mostrando su lado más humano, porque las luces y las sombras son un rasgo común de la condición humana. Incluso en algunos de ellos se manifiesta la ruptura que hay en el emirato nazarí, caso de Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, que no están pasando por un buen momento en su relación como matrimonio, pero su mandato como reyes que son les obliga a mostrar una unidad fingida ante el pueblo, para reforzar la moral ante los difíciles episodios que les esperan. La reina me pareció orgullosa y altiva y el rey más moderado. Otro tanto le sucede a Boabdil, a quien ya me referí en esta reseña, que se muestra pusilánime y maleable, aunque parece cobrar fuerza en determinadas situaciones, para admitir la realidad ante la inminente entrega de las llaves de Granada. El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba no tiene la presencia que esperaba, si bien entiendo que desempeña el papel que le corresponde en la rendición de Granada como alcaide de Íllora que era por aquel entonces. Otros personajes históricos que atrajeron mi atención son Hernando de Talavera, confesor de Isabel I, y Hernando de Zafra, secretario real. Entre los nazarís destaco el papel que desempeña Fátima la Horra, madre del emir, una mujer muy ambiciosa y tóxica, la ya mencionada Moraima, o Zoraya, la favorita del sultán, o el papel del visir Al-Muleh en las capitulaciones.

(Andarax, Almería)
La ambientación de esta novela es exquisita. Mario Villén ofrece al lector unas localizaciones muy visuales por los que se mueven los personajes, descritos con detalle, pero sin alharacas. Disfruté muchísimo con las descripciones que realiza, sobre todo, de Granada, el personaje por excelencia de Garnata, en la que toda ella parece cobrar vida propia tal y como la voz narrativa muestra cada uno de sus bellos rincones, incluso aquellos en los que viven los granadinos con menos recursos. Pero, sin duda alguna, sobresalen las imágenes que describe de la majestuosa Alhambra en todo su esplendor: realmente parece que uno realmente transita por los preciosos espacios que la conforman. Otro tanto sucede con las localizaciones que describe la voz narrativa y en las que merece la pena recrearse, en las que se observa el contraste que hay con la sobriedad de las construcciones castellanas.

En Garnata el lector se encuentra con una novela muy bien escrita y un estilo narrativo muy cuidado. El ritmo de lectura es fluido, incluso diría que ágil en determinados episodios, por el dinamismo que tiene su desarrollo, lo que origina que afrontamos una lectura de poco más de 600 páginas. Son varios los frentes abiertos, en los que no queda puntada sin hilo, nos sorprende con giros inesperados y con una voz narrativa omnisciente, aunque plural porque, haciendo un símil, los escuchas mantienen informado al momento de  lo que sucede en cada uno de los destinos a los que son enviados.






Biografía:






Mario Villén Lucena (Pinos Puente, Granada, 1978) es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada, y actualmente trabaja como funcionario de la Administración General del Estado en Málaga.

Es, sin embargo, como escritor cuando se siente más feliz. Junto a los también escritores Blas Malo y Carolina Molina, coordinó durante varios años las Jornadas de Novela Histórica de Granada, y actualmente coordina el Festival Letrahistórica en esa misma ciudad. Ha escrito multitud de relatos cortos con los que ha obtenido más de diez premios literarios en diferentes certámenes, y ha participado en algunas colecciones de cuentos, como Pequeñas historias o Dolor tan fiero. En este género, fue propulsor de la colección de relatos Voces de Kiev (Edhasa, 2022), en la que también participó como autor, a beneficio de los refugiados por la guerra en Ucrania. Hasta la fecha tiene publicadas cuatro novelas: El escudo de Granada (2021), 40 días de fuego (2015) y Nazarí (Edhasa, 2021), con la que consiguió el salto al éxito entre los grandes novelistas históricos de nuestro país, e Ilión (Edhasa, 2022). Y ahora vuelve a adentrarse en época nazarí y en las tierras de al-Ándalus para deslumbrarnos con Garnata.



Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor tomados de la web de Edhasa. Imagen del Albaicín, en Granada, tomada de la  web Granada Direct. Imagen de la Torre de Roma tomada de la web Waste Magazine. Imagen de Andarax tomada de la web Viajes National Geographic. Fotografía de Mario Villén tomada de la web GalianayCía.





viernes, 25 de julio de 2025

Reseña La Casa de las Amapolas, de Desiée Ruiz.

 









Datos técnicos:






Título: La casa de las amapolas.

Autora: Desirée Ruiz.

Editorial: NdeNovela (Grupo Planeta).

1ª edición: Abril/2025.

Encuadernación: Tapa dura con solapas.

ISBN: 978-84-10140-23-3.

Idioma: Español.

Nº páginas: 424.






Sinopsis:





Flora, una solitaria mujer envuelta en un halo de misterio, vive retirada en La Casa de las Amapolas, un lugar idílico pero apartado de todo en plena sierra de Albarracín.

Tras la desaparición de su hija, Aurora, y de la amiga de esta, Blanca, Flora dejó atrás todo lo conocido: su hijo Dani, su marido y el trabajo, y se trasladó allí. Eso fue hace más de veinte años. Nunca más se supo de las chicas desaparecidas y ambas familias quedaron destrozadas. La Casa de las Amapolas se convirtió entonces en el refugio donde intentar cicatrizar sus heridas.

Ahora que el hijo de Flora también ha fallecido, su nuera y su nieta planean mudarse a La Casa de las Amapolas con ella, lo que trastocará la vida de las tres mujeres, removerá el pasado y sacará a la luz la terrible verdad de la desaparición de Aurora y Blanca.








Opinión Personal:







Villa Melania (reseña) fue la primera novela que leí y reseñé en este blog de la escritora zaragozana, aunque residente en Castellón, Desirée Ruiz, y una de mis mejores lecturas de 2023.No dudé en acercarme de nuevo a su narrativa, porque, al igual que la sinopsis, me atrajo mucho la portada de última publicación, La Casa de las Amapolas. Una portada que imanta por la cara de la joven que figura en ella, con un rostro que invita a contemplarlo porque su tez se presume pálida, y sobre la que resalta el color rojo intenso de la amapola. Me encontré con una novela en la que el misterio, la intriga y los secretos familiares son el hilo conductor de una ficción que invita a estar muy pendiente de las vicisitudes que acompañan a los personajes a lo largo de los 46 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama.

(Puente de los Cantautores, Zaragoza)
La trama de la La Casa de las Amapolas va de menos a más, con el aliciente que supone para el lector, incitado a no perder detalle de todo lo que sucede en una historia en la que las sorpresas están muy presentes. Una historia en la que los personajes se enfrentan a una serie de situaciones con las emociones a flor de piel, provocadas por todo lo que sucede en sus relaciones tras la desaparición de Aurora y de su amiga Blanca, pese a que hay episodios en los que semeja que las aguas vuelven a su cauce. Situaciones que entiendo que provocan el llamado efecto dominó, por lo que nos incita a preguntar cuál será la reacción de cada personaje a medida que se conoce lo sucedido en ese funesto día, ante el duelo al que se enfrentan las dos familias, destrozadas por una pérdida dolorosa, ya que van pasando los años y no hay rastro de ambas.

Desirée Ruiz planifica y desarrolla una trama que transcurre a lo largo de dos líneas temporales, en las que desdobla lo sucedido tras la desaparición de Aurora y Blanca, separadas ambas por un período de 25 años. Dos líneas temporales a las que hay que agregar algunos saltos en el tiempo a determinadas fechas, que aclaran o complementan el puzle que supone reconstruir los hechos que remueven la conciencia de quienes guardan una relación directa con una fecha de la que no se olvidan. Este entramado le confiere un plus de interés a lo que sucede a lo largo de los capítulos, porque a través de estos saltos se desgrana en pequeñas dosis lo que realmente sucedió durante el fin de semana en el que un grupo de amigos decide pasar en la Casa de las Amapolas

Al igual que en Villa Melania, en La Casa de las Amapolas cobra protagonismo, como un elemento destacado, la casa que sirve como refugio a Flora, que decide cambiar su vida desde que es consciente de que la desaparición de su hija Aurora es una realidad que le impide llevar una rutina como la que tiene. En ella acoge durante un tiempo a mujeres que pasan por una situación similar a la suya, como Silvia y Olga, a las que hay que añadir a Elisa ya Maya, nuera y nieta de la protagonista. Una casa que sirve de eje en torno al que giran los personajes que conforman el elenco de la trama, de nuevo dominado por la presencia de mujeres. La autora es consciente de cuándo utilizar los elementos góticos que encaja con acierto, y que para nada desentonan con la ambientación de esta novela. Con ellos provoca en el lector el efecto deseado, con situaciones en las que incluso logra que se inquiete ante el relato de la voz narrativa en escenas que cumplen estas características.

(Albarracín, Teruel-Aragón)
Desirée Ruiz tiene muy claro por dónde llevar a los personajes para que las localizaciones por las que transitan estén muy en consonancia con los episodios que protagonizan, con el añadido de que los conoce muy bien y sabe qué puntos utilizar para que provoquen el efecto deseado. De hecho, el paraje en el que ubica la Casa de las Amapolas está situado en la sierra de Albarracín, cuya población que lleva el mismo nombre fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Al igual que lo que comento sobre Albarracín, también se percibe en Zaragoza, en donde transcurren varios episodios. El paraje que rodea esta casa, tal y como la describe el narrador omnisciente, provoca esa sensación de paz interior y tranquilidad que ansían sus moradoras, porque sienten que es el lugar ideal para cicatrizar las heridas que tanto tardan en cauterizar, por el pasado que las atormenta. La autora describe con detalle ese vergel lleno de vida, y del que las tres mujeres no se cansan de contemplar por la belleza que les rodea, y que las anima a realizar las actividades que tanto les apasionan. Heridas de las que nos informan cuando la situación se presta a ello, porque no es fácil exponerlos, conscientes de que pueden hacer daño. 

La Casa de las Amapolas es una novela de misterio e intriga en la que el lector se encuentra con unos personajes complejos, si bien en un principio los conoce de forma superficial. La trama incita a estar muy pendiente de los episodios que protagonizan quienes lo conforman porque, de una forma u otra, guardan relación con el triste episodio al que ya me referí en esta reseña. Al igual que en Villa Melania, de nuevo los personajes femeninos son los que tienen una mayor presencia y protagonizan situaciones que no dejan indiferente, aunque también destaco el papel de Yago, que realiza labores de jardinería para Flora y su presencia impone a las mujeres que viven en la casa, a quienes les parece que está rodeado de misterio y reservado, parco en palabaras. Unos personajes en los que, con el paso de los capítulos, también están presentes los rasgos intimistas, porque las reflexiones y dudas que se plantean nos ayudan a conocer más su interior. Conforman un elenco atractivo en el que  el amor, el desamor, la amistad y las segundas oportunidades forma parte de sus vidas a lo largo de los capítulos, en los que el perfil psicológico cobra mucha fuerza, porque esas dos desapariciones les conduce a vivir situaciones límite, en las que se muestra lo mejor y lo peor del ser humano. La voz narrativa incita a estar muy pendiente de las reacciones de los personajes, una vez que se remueve el pasado y sale a la luz la terrible verdad de la desaparición de Aurora y Blanca, como adelanta la sinopsis.

La Casa de las Amapolas es una novela muy bien escrita, diría que con un estilo narrativo depurado y un ritmo fluido, aunque la autora surte el efecto de que los episodios se desarrollan de forma más sosegada que el rutinario, provocado por la paz y la tranquilidad que emana del precioso paisaje que rodea la casa.






Biografía:





Desirée Ruiz Pérez (Zaragoza, 1973) es escritora y profesora en Castellón, apasionada por las historias que conectan con las emociones humanas. Ganadora del I Certamen de Relato Corto Bohodón en 2009, ha explorado distintos géneros narrativos en antologías y microrrelatos. Su debut novelístico con Ofelia descalza (2015) marcó el inicio de un camino literario que continuó con El silencio acuna pesadillas (2020) y Villa Melania (2023). Ahora publica su nueva novela, La casa de las amapolas.



Nota: Datos técnicos, sinopsis, fotografía y biografía de la autora  tomados de la web Planetadelibros. Imagen Puente de los Cantautores, en Zaragoza, tomada de la web Hoy Aragón. Imagen Albarracín tomada de la web del ayuntamiento de este municipio.