jueves, 12 de junio de 2025

Reseña El maestro de azúcar, de Mayte Uceda.

 




        

            


                           





Datos técnicos:





Título: El maestro de azúcar.

Autora: Mayte Uceda.

Editorial: Planeta.

1ª edición: Enero/2024

3ª edición: Marzo/2024.

ISBN: 978-84-08-28235-8.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

Idioma: Español.

Nº páginas: 512.





Sinopsis:





Norte de España, 1895: dos mujeres abandonan la apacible villa de Colombres para viajar a la lejana isla de Cuba. Sus motivos no pueden ser más distintos.
Mar, la hija del médico del pueblo, emprende la travesía siguiendo a su padre, encargado de dirigir un consultorio en una plantación de azúcar llamada Dos Hermanos.
Paulina, viuda demasiado joven y de origen humilde, se ve obligada a embarcar para contraer matrimonio con el prestigioso maestro de azúcar de la hacienda, un hombre a quien no conoce.
La primera sueña con ser médico; la segunda se pregunta si será feliz con su inminente esposo.
Dos jóvenes unidas por el mismo destino que emigran por amor y lealtad a la familia.

Una isla exótica que oculta bajo su luz antiguos odios y venganzas. Todo ello a las puertas de la Guerra Necesaria, que dará a Cuba su independencia.






Opinión Personal:







El guardián de la marea (reseña) fue la primera novela que leí y reseñé de la escritora asturiana Mayte Uceda, en octubre de 2021. Me resultó una lectura muy atractiva y por eso me dije que merecía la pena leer la nueva obra que publica de nuevo con la editorial Planeta, El maestro de azúcar. Y ya lo creo que la mereció. Es para disfrutarla. Sin duda alguna, la portada y la sinopsis ya son un buen reclamo para el lector. Un lector que se encontrará de nuevo con una trama muy potente, que lo transporta a uno de los últimos reductos del imperio español: Cuba. Una trama ambientada en una época convulsa, porque los movimientos que hay en esta isla caribeña presagian un nuevo conflicto. Esta vez se teme que sea el definitivo, sobre todo si entra en escena Estados Unidos. Es la que los cubanos conocen como la Guerra Necesaria.

El maestro de azúcar nos lleva a una época en la que se presiente que los ingenios de azúcar tienen sus días contados, la gran mayoría de ellos propiedad de españoles emigrados a este exótico país. Un país en el que la esclavitud ya es historia, si bien la mayoría de los africanos que fueron apresados como esclavos en su país de origen para venderlos al mejor postor, o sus descendientes, no se acostumbran a vivir en libertad. Como se refleja en esta ficción, ahora trabajan por un paupérrimo salario, con el añadido de que las condiciones en las que viven siguen siendo similares, porque todo son promesas, porque sus reclamaciones de mejora de salarios caen en saco roto. 

(Colombres, Asturias)
Mayte Uceda planifica y desarrolla una trama que no da lugar a tregua. Una trama conformada por 57 capítulos, más un prólogo, y cerrada con un magnífico colofón, el epílogo, que me encantó. Sin duda alguna, este último es un reclamo más para atraer a quienes sientan interés o curiosidad por conocer las historias de Mar Altamira y Paulina. El destino lleva a estas dos jóvenes desde su pueblo, Colombres, en la provincia de Asturias, a un país en el que no saben qué se van a encontrar y, sobre todo, cómo es en la realidad la persona con la que Paulina va a contraer matrimonio. El destino de Mar Altamira es diferente, porque sigue la estela de su padre Joaquín, que fue contratado para ser el médico que esté al frente del dispensario de la hacienda. Ella está acostumbrada a trabajar con su padre y eso es lo que quiere seguir haciendo.

Si en El guardián de la marea el contexto histórico tiene una mayor fuerza frente a los elementos propios de ficción romántica, en mi opinión entiendo que éstos están más ensombrecidos si cabe en El maestro de azúcar. Pese a que las dos protagonistas citadas en el párrafo anterior parten con un objetivo concreto hacia la isla caribeña, los hechos históricos que afectan a la isla, a cuya deriva se ve abocada la hacienda, presagian que a sus moradores les espera un incierto desenlace, en el que los giros inesperados están muy presentes.

Un gran atractivo de esta novela es la ambientación histórico espacial. En todo momento sentí que realicé un viaje literario imaginario a la Cuba de finales del siglo XIX y estuve muy pendiente de todas las vicisitudes que acompañaron a los personajes en este período convulso que les tocó vivir. Una ambientación en la que también están muy presentes las costumbres de la época. Costumbres que me llevaron a Colombres, en la provincia de Asturias, en donde seguí con interés el encargo que recibe Frisia Noriega, esposa del propietario del ingenio de azúcar cubano, Pedro. Este personaje femenino lleva una carta del maestro de azúcar que le confiere el encargo de buscarle una esposa, y en donde me encontré con una serie de situaciones que presagian alguna variación en la petición. En la isla caribeña el narrador omnisciente ofrece, bien de forma directa o a través de conversaciones que mantienen los personajes, información sobre la situación que vive el país, porque presienten el conflicto armado que cada vez  más próximo, y que, con el paso de los capítulos, sus ondas llegarán hasta este ingenio azucarero. Una información en la que también se hace referencia a conflictos anteriores, como las llamadas Guerra Chica o Guerra Grande. Ya en la colonia, los recién llegados admiran el colorido del paisaje que les rodea, al igual que los ornamentos florales que embellecen la hacienda, sin olvidarme de la variedad de nuevos sabores y olores a los que se tienen que acostumbrar. En este sentido, la autora cuida con esmero hasta el mínimo detalle, consciente del papel que desempeñan algunas plantas en la trama, por los efectos que producen su ingesta. Y es que, pese a lo mucho que insiste el padre Miguel, los ritos católicos conviven con las divinidades paganas de los antiguos esclavos, alguno de ellos practican la magia negra, como se  podrá comprobar en algunos episodios.

(Ingenio de azúcar, Cuba)
El maestro de azúcar contiene una historia verosímil y realista, en la que me encontré con escenas crudas y sobrecogedoras, pero también episodios emotivos en los que los sentimientos están muy a flor de piel. Historia verosímil y realista muy de acorde con el elenco de personajes que transitan por las poco más de 500 páginas que conforman esta novela. Personajes perfilados con mucha fuerza, ricos en matices y que parecen actuar con vida propia, en los que la autora se fija hasta en los mínimos detalles físicos y psicológicos que los caracterizan. En mi opinión, y pese a que la sinopsis toma como referencia el viaje a Cuba de Mar Altamira y Paulina, diría que estamos ante una obra coral, porque están flanqueadas por unos secundarios que tienen mucho peso en la trama. Mayte Uceda describe con detalle la responsabilidad que tienen cada trabajador en el proceso de la elaboración del azúcar, al igual que también pone el foco en los trabajadores de color que realizan las labores más duras, o de los domésticos que están al servicio de la hacienda o de los empleados de mayor rango que viven en las casas que se habilitaron para ellos en este complejo. Son personajes inolvidables, muy en consonancia con la trama de la novela. Los hay con muy mala uva, por decirlo de una forma suave, como la ya citada Frisia, su hijo Pedrito, o el mayoral Diego Camblor o el guardián de la patrona, Orígenes. En el otro plato de la balanza sitúo a las dos jóvenes santanderinas, Basi, la criada de la familia Altamira, Víctor Grimani -el maestro de azúcar- o Justino Altamira, y su labor como médico del dispensario de la hacienda. No me olvido de quienes trabajan como domésticos en la hacienda, antiguos esclavos que ahora es el escalafón más alto al que pueden aspirar en este microespacio, como la cocinera Mamita, su esposo Ariel, la niña Solita -cuya presencia no deja indiferente-, que acompaña a todas partes a Mar Altamira. Ocupa un lugar intermedio  Mansa, el curandero de los barracones.

Mayte Uceda tiene un estilo narrativo elegante, cautivador. A través de un narrador omnisciente relata los episodios que protagonizan los personajes que conforman el elenco de El maestro de azúcar con un estilo directo y muy cuidado. Un estilo en el que tiene muy en cuenta las circunstancias de lugar y tiempo en el que se desarrolla la trama. Un estilo con el que también cuida el habla de los personajes, al igual que la condición social de cada uno y, en este caso, el particular empleo del castellano por quienes fueron hasta hace poco esclavos de la hacienda. Unos diálogos que muestran con claridad las diferentes situaciones que viven los personajes, sobre todo en las que la tensión narrativa está muy latente. Una tensión narrativa en la que el tono empleado indica que puede haber algo más que palabras, porque a medida que se acerca el desenlace el momento que se vive en la hacienda, al igual que en el resto del país, es muy conflictivo, episodios funestos incluidos.







Biografía:






Mayte Uceda (Asturias). En el año 2009, impulsada por el deseo de escribir historias, comenzó su primera novela, Los Ángeles de La Torre, un romance con tintes paranormales que autopublicó en 2013 y que tuvo una excelente acogida. Un amor para Rebeca (2014) se mantuvo más de un año entre los más vendidos de Amazon y fue traducida al inglés y al alemán. Alicia y el teorema de los monos infinitos (Planeta, 2016) fue publicada en Italia, Alemania y, recientemente, en Bulgaria. El guardián de la marea (Planeta, 2021) es una emocionante historia de amor que cruza océanos y transcurre entre las dos grandes guerras del siglo XX superando todo tipo de adversidades. Mayte estudió Informática de Gestión y Educación Social antes de convertirse en escritora. En la actualidad vive con su familia en un pueblo marinero del norte de España.


Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web de Planetadelibros. Imagen de Colombres, en Cantabria, tomada de la web Barcelo. Imagen de un ingenio de azúcar en Cuba, tomada de la Wikimedia Commons. 

viernes, 6 de junio de 2025

Reseña Subura. Bastardos de Roma, de Iñaki Uriarte.


 








Datos técnicos:





Título: Subura. Bastardos de Roma.

Autor: Iñaki Uriarte.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Octubre/2024.

ISBN: 978-84-350-6031-8.

Idioma: Español.

Nº páginas: 480.







Sinopsis:





En la Roma imperial, la vida de un hombre se tasa en unas pocas monedas de plata. Y la de Cayo, más conocido como Ásino, apenas alcanza el valor de una pieza de cobre. Es, sencillamente, un joven pícaro que vive en la Subura, pero, por una serie de afortunadas casualidades del destino, se verá repentinamente convertido en amante de una acaudalada aristócrata. Es entonces cuando, rico y adulado por todo el mundo, cree haber triunfado al fin, pero el sorprendente asesinato de la patricia transformará su sueño en pesadilla…

Si vive o muere, dependerá ahora sólo de la sagacidad y brutal eficiencia de Peto y Marcelo, dos centuriones a los que el poderoso Narciso, secretario del emperador Claudio, encarga la resolución del caso. Y es que la alta sociedad romana puede ser aún más depravada y cruel que las cloacas de las que Cayo procede.

Intrigas palaciegas, corrupción y violencia mostrarán al muchacho que la única moral válida es la que lo conduce a la supervivencia. Rica en matices, con sentido del humor y una excelente adecuación al mundo de la Roma imperial, esta Subura. Bastardos de Roma nos sumerge en un mundo que creemos conocer pero que aún puede sorprendernos. Iñaki Uriarte, con una narración vertiginosa y una trama que nos atrapa, nos regala, sencillamente, una novela histórica magnífica.





Opinión Personal:






Toca viaje literario a la antigua Roma. A la Roma profunda, en la que la vida de un ser humano vale incluso menos que un simple as. Subura. Bastardos de Roma es el título, y su autor, el escritor bibaíno Iñaki Uriarte. Los 57 capítulos que conforman esta novela me mantuvieron muy en vilo porque, dadas las circunstancias que rodean al protagonista, no tenía muy claro si las vicisitudes que lo acompañan le permitirían llegar hasta el desenlace; o, si lo alcanza, a saber en qué condiciones. Lo primero que pensé cuando la terminé, es que Iñaki Uriarte describe una visión más barriobajera de la capital del Imperio Romano. Una visión barriobajera que no sólo incluye a quienes viven en Subura, el barrio más peligroso de la cuna de Rómulo y Remo, sino también a los patricios, a la aristocracia romana que muestra su lado más oscuro. La portada ya imanta, porque el joven contempla una ciudad que admira, pero teme al mismo tiempo. Una ciudad en la que no es fácil vivir para alguien como él.

(Termas Antoninas o de Caracalla, Roma).
Uno de los atractivos de Subura es que, en mi opinión, recuerda a la novela picaresca española. El prólogo es redactado por el protagonista, «Cayo Licinio Graco, ciudadano romano inscrito en el censo, dueño único de mi vida y mis sentimientos» (pág. 9). Cayo es el nombre por el que es conocido en esa parte de Roma, en la que sus habitantes no saben si verán la luz del día siguiente o si conseguirán alimento alguno con el que llenar sus tripas para aplacar las quejas con las que lo reclaman. Pero Cayo también es conocido como Ásino, si bien el origen del apodo no le saca de pobre hasta que la casualidad, los dioses o la fortuna se lo permiten. Y es que la nobleza romana organiza unas orgías de muy padre y señor mío, en las que el dios Baco les permite ejercer sin pudor alguno sus más bajos instintos, de los que el lector se puede imaginar los cuadros surrealistas y caricaturescos que protagonizan sin pudor alguno, porque la cogorza que agarran es más que memorable. En las termas de Antonino (o Caracalla) el director de teatro, Domitio, le propone participar en la obra que representará su compañía en una de estas bacanales.

Esta orgía supone un antes y un después en la vida del joven Ásino, porque se fija en él una de las patricias que toman parte en este sarao organizado por Asiático, un miembro de la aristocracia romana. Asiático agasaja a sus invitados con un opíparo festín y una serie de actuaciones que animan a que se les suba el tono a quienes las contemplan, provocado sobre todo por los caldos trasegados mientras se deleitan con los manjares que les ofrece su anfitrión. Ásino cree que por fin su suerte ha cambiado para convertirse en un ciudadano romano como es menester, si bien no las tiene todas consigo: sabe que ser un habitante de la Subura le marca y tiene que andarse con pies de plomo para no meterse en problemas, que le conduzcan de nuevo a la casilla de salida. Por fin Cayo tiene quien puede sacarle de pobre y de los líos en los que se vea envuelto, sobre todo sin haberlos buscado: la patricia Livia Papinia.

(Plaza de las Tres Fuentes o Plaza Navona, Roma)
Iñaki Uriarte planifica y desarrolla una trama rica en matices. Sin comerlo ni beberlo,  el bueno de Cayo se encuentra inmerso en una trama en la que entiende que no tiene ni arte ni parte, porque en más de una ocasión se preguntará por qué la tienen tomada con él, si no ha hecho nada malo; lo suyo es buscarse las habichuelas como sea, aunque siempre como ciudadano romano que es, pese a que no lo parezca. Esta ficción está conformada por varias subtramas entiendo que muy equilibradas, por lo que el interés por lo que sucede en cada una de ellas no decae. Pero como adelanta la sinopsis, la patricia muere y Cayo no tardará en sospechar que lo suyo fue flor de un día.  Una vez identificado el cadáver, entra en escena el secretario del emperador Claudio, el liberto Narciso, que encarga la investigación a los centuriones Peto y Marcelo, recién llegados de la lejana Alejandría. Una investigación en la que  la tensión y los interrogantes se incrementan, porque tienen órdenes de que se resuelva lo antes posible, por todo lo que significa una muerte de esta índole. 

Me ha gustado mucho la visión que ofrece el autor sobre Roma, diría que un tanto diferente por cómo es descrita en otras novelas ambientadas en la Ciudad Eterna durante el imperio. Una visión relacionada con los hechos que tienen lugar durante buena parte del mes de julio del año 45 d. C.. Perspectiva que ayuda a conocer los contrastes en la capital del mundo conocido, sobre todo entre la Subura y zonas en la que viven los patricios, como la colina de Celio.  Otro tanto puede decirse de la celebración de los juegos que tienen lugar en el Circo Máximo, el bullicio del barrio del Boario, o las descripciones que hacen Peto y Marcelo sobre los espacios de la urbe por los que transitan mientras realizan la investigación que le encomendaron, y que no tienen desperdicio. No deja indiferente la miseria en la que viven los menesterosos en la Subura, en donde los patricios tienen varias propiedades con las que hacen sus oscuros negocios, sin importarles nada la miserable vida que llevan quienes habitan en las ínsulas que son de su propiedad, en una de las cuales vive Cayo.

(Colina Celio, Roma)
Me encontré con unos personajes interesantes, que me ayudaron a estar muy pendiente de todo lo que sucede a lo largo de los capítulos. Por las páginas de Subura. Bastardos de Roma, transita un elenco que no deja indiferente por el papel que desempeña buena parte de ellos en esta atractiva historia. Según van atando cabos, intuyen que pueden descubrir más actos ilegales si consiguen que alguien tire de la manta. Todos ellos son estereotipados y muy representativos de las clases sociales en la Roma antigua, en la que cada uno sabe qué lugar le corresponde, porque las diferencias sociales están muy marcadas. En este sentido, atrajo mi atención la relación que mantienen los militares con la guardia pretoriana y la guardia urbana. Junto con los ya mencionados en esta reseña, resaltaría especialmente la relación de tira y afloja que mantienen la emperatriz Mesalina y la patricia Livia Papinia, que protagonizan escenas subidas de tono, como ya comenté en el tercer párrafo de esta reseña, sobre todo en lo referente a la que es la tercera esposa del emperador, aunque la patricia no le anda a la zaga. Para redondear esta peculiar relación, también se tiran puyas con fina ironía cuando se trata de obtener pingües beneficios con los que engordar sus arcas. 

Me gustó mucho Subura. Bastardos de Roma.  Es una novela bien escrita, con un estilo directo,  adictiva y dinámica, en la que el ritmo fluido es constante. La conspiración, la amistad, la codicia, la corrupción y la venganza están muy presentes a lo largo de los capítulos.



Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor tomados de la web de la editorial. Imagen de las termas de Antonino tomadas de la web Historia National Geographic. Imagen de la Plaza de las Tres Fuentes tomada de la web FeelTheArt. Imagen de la colina de Celio tomada de Wikipedia. 


Biografía:





(Bilbao, 1957). Empresario en el sector del mármol de profesión, es un apasionado de las letras. Además de dos obras autopublicadas, tiene en su haber tres monografías publicadas por APP Editorial, en México y, hasta la fecha, tres novelas publicadas en España: La piedra filosofal (Editorial Verbigracia), Tierra amarga (Ediciones Pàmies) y Cantigas de cruz y luna (Editorial Maluma). Ahora, con este Subura. Bastardos de Roma, se consolida en el género histórico en nuestro país.








miércoles, 4 de junio de 2025

Resumen lecturas mayo/2025.

 








En mayo han sido un total de 4 libros los reseñados y 5 los leídos



-Los leídos








-Los reseñados:




-Mañas de lagarto, de Jon Arretxe



-Matilde, de Angelique Pfitzner.



-Nada sucede la víspera, de Chufo Lloréns.



-Murciélagos blancos, de Óscar Montoya




-Avance retos literarios en los que participo: 




-Reto Nos gustan los clásicos (9ª edición)(3/8) (38%) (+1).




-Reto 25 españoles (año 2025):   (19/25) (76%) (+4)







viernes, 30 de mayo de 2025

Reseña Murciélagos blancos, de Óscar Montoya.


 








                 





Datos técnicos:





Título: Murciélagos blancos.

Autor: Óscar Montoya.

Editorial: AdN (Grupo Anaya).

1ª edición: Octubre/2024.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-10138-58-2.

Idioma: Español.

Nº páginas: 296.






Sinopsis:




Cuevas del Río, Granada, 1987. Lucas, Gloria y María Celeste son tres chavales que tienen una curiosa costumbre: cada vez que coinciden en la cueva de los Fiambres, se acuestan juntos en la misma cama, sueñan con ser escritores y se cuentan historias de miedo. Pero no hay nada tan terrorífico y sorprendente como el amanecer. Al día siguiente de una de esas noches de relatos, la familia más peligrosa del lugar reaparece y las heridas provocadas por unas tierras expropiadas se reabren. Las rencillas y la desconfianza aflorarán, y nadie se molestará en escuchar a los chavales: uno de ellos sabe mucho de mucha gente.

Murciélagos blancos es una crónica hilarante a ratos, emocionante siempre, en la que nada es lo que parece, y cuya trama ahonda en reflexiones sobre la adolescencia, la emigración, la corrupción rampante de los adultos y el poder transformador de las palabras.





Opinión Personal:






Desde que tuve la oportunidad de leer Últimos días de maternidad (reseña), novela autopublicada en Amazon en 2017 por Óscar Montoya (Alicante, 1975), me dije que estaba ante un autor que tiene muy claro cómo atraer la atención del lector. Un lector que se encuentra con historias cotidianas y cercanas, con las que nos sentimos muy identificados, pero que la voz narrativa de turno relata con un estilo fresco y distendido. Un estilo que hace que uno se sienta muy cómodo y esté muy pendiente de las vicisitudes que le acompañan al protagonista de turno. Situaciones que tienen la hilaridad por bandera, porque el escritor alicantino, aunque residente en Vigo, sabe sacarle ese punto de humor a episodios a los que nos enfrentamos en nuestro día a día, y que uno no se imagina que puedan ser contados de esa guisa, siempre con el respeto que se merecen.

En su última obra publicada, Murciélagos blancos, el autor me dejó muy gratamente sorprendido con la trama, el narrador empleado, pero sobre todo el estilo narrativo que utiliza. Sin embargo, pese a lo que acabo de comentar, tiene muy claro que, pese a los cambios que manifiesta, su señal de identidad está muy presente, consciente de que es el imán que atrae a quienes se interesan por su narrativa. Sin duda alguna, es un autor que tiene mucho ingenio y lo sabe explotar. Se agradece toparse de vez en cuando con quien nos sorprende con historias en las que se sirve de las técnicas narrativas tradicionales para conferirles su impronta.

Óscar Montoya nos sorprende con un noir rural, -con crítica social incluida-, que no tiene desperdicio, porque tal y como se relata la trama, no tardé en darme que, conforme avanzan los capítulos, nada es lo que parece en Cuevas del Rio, en la provincia de Granada, un pueblo en el que los días se suceden sin sobresaltos, porque cada mochuelo se preocupa por su olivo. Sin embargo, lo que parece que no deja de ser un atasco más, de los muchos que se aglomeran a la entrada de las poblaciones, se torna inquietante: uno de los afectados, conocido como el Trastornao, y con el aliciente de que acaba de salir de la cárcel, sale de su coche, escopeta en ristre, y la lía parda y acongoja a los demás afectados.

Murciélagos blancos es una novela coral que me mantuvo muy en vilo a lo largo de su desarrollo. Un desarrollo en el que en más de una ocasión me pregunté qué más situaciones intrigantes me esperaban, porque el retorno del hijo pródigo, el ya mentado Trastornao, abre la caja de Pandora, aunque puede decirse que sin él saberlo, porque el hombre no tiene muchas luces; ni el Trastornao, ni su parentela, el Buitre y la Mala Sombra, hermanos del susodicho. Y es que, como adelanta la sinopsis, junto a la reaparición de la familia más peligrosa del lugar, las rencillas provocadas por unas tierras expropiadas se reabren. Esto que acabo de comentar está magníficamente reflejado en la portada, porque ofrece una idea clara de qué provocó esas rencillas que tanta tensión provocaron entre los habitantes del pueblo. Pero también otro pueblo cercano, Bénar, cobra protagonismo en estas disputas, por el papel que desempeña uno de sus vecinos, al igual que los miembros de la Benemérita, que están muy pendientes de todo el embrollo que se monta, cual bola de nieve. Rencillas preocupantes, porque toman una dirección muy preocupante, con el temor que esto provoca a medida que se aproxima el desenlace. Sin duda, la Guardia Civil tiene que enfrentarse a un buen miura.

En mi caso, uno de los grandes atractivos de Murciélagos blancos es el estilo narrativo. En esta ocasión, el autor se decanta por una narrativa indirecta, con diálogos entrecomillados. En mi opinión, entiendo que es muy acertado el empleo de este recurso literario, porque le va como anillo al dedo a las voces narrativas que emplea, tres en concreto, a los que hay que añadir alguna más a medida que se aproxima el desenlace. Lucas, Gloria y María Celeste son tres amigos que viven en Cueva del Río, en dos cárcavas colindantes. Óscar Montoya tiene que hilar muy fino para que las opiniones de los tres se complementen y no provocar que se crea que el narrador de turno está volviendo sobre lo mismo, sino que ofrece su punto de vista, sobre todo desde que los hechos se vuelven más complejos y cada uno de ellos defiende lo que le corresponde. Una narración en la que las alusiones literarias están también muy presentes, y que le confieren ese factor atractivo que tanto nos gusta

Murciélagos blancos es una novela por la que transitan personajes bien perfilados, verosímiles y que parecen estar dotados de vida propia, y que nos incitan a estar muy pendientes de las peripecias que viven. A estas peripecias les acompañan esos recuerdos que no se olvidan y que nos transportan a la niñez que ya se va dejando atrás. Los tres narradores son conscientes de que empiezan a formar parte de una cruda realidad. Personajes que transitan por unas localizaciones que son un fiel reflejo del mundo rural que les rodea, y que tan bien retrata el autor con certeros trazados. Certeros trazados con los que podemos imaginarlos cómo son a medida que avanza la lectura, sobre todo en los episodios en los que se viven las situaciones más álgidas. Situaciones en las que el invierno también está muy presente, con una nevada del copón, por lo que los habitantes de Cuevas del Río se encuentran con una dificultad más que añadir a las que se enfrentan esos días.

Murciélagos blancos es una novela muy bien escrita, que va de menos a más, y que nos incita a estar muy pendiente del desenlace que nos espera, porque puede arder incluso hasta Troya, o se alinean los astros para que no llegue la sangre al río, y aquí paz, y después gloria. Lucas, Gloria y María Celeste son tres jóvenes que ven cómo es una cruda realidad formar parte de un mundo que nada tiene que ver con los agradables recuerdos que guardamos de nuestros primeros años de vida. Para disfrutarla. 


Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor tomados de la web de la editorial. 



Biografía:





Óscar Montoya Martínez (Alicante, 1975) es licenciado en Derecho y reside en Vigo, donde trabaja en una empresa dedicada al comercio exterior. Tras haber escrito y autoeditado su primera novela, Últimos días de maternidad (2017), AdN apostó en 2019 por De otro lugar (finalista del premio Silverio Cañada, de la Semana Negra de Gijón) y Lo que te persigue (2021). Murciélagos blancos es su cuarta novela.



miércoles, 28 de mayo de 2025

Reseña La novia del viento, de Brenna Watson.

 

















Datos técnicos:







Título: La novia del viento.

Autora: Brenna Watson.

Editorial: Grijalbo.

1ª edición: Septiembre/2024.

ASIN: B0D6NFSQ3X.

Idioma: Español.

Formato: Libro digital.

Nº páginas: 490.







Sinopsis:








Londres, 1937. Si hay algo que Rebecca Heyworth odie más que asistir a las fiestas que organizan sus padres es saber que pronto se verá obligada a escoger marido. Ella no quiere a un hombre que la controle, solo quiere pintar y que la dejen vivir a su manera. De momento, tiene que conformarse con asistir a unas clases de arte, pero todo cambia cuando el atractivo Leopold se cruza en su camino.

Leopold Blum, un pintor de origen alemán afincado en París, es miembro destacado del surrealismo y acude a la capital inglesa para exponer su obra. Fascinado por la vitalidad y la pasión de la joven, la invita a acompañarlo a Francia.

Tras romper con su familia y su pasado, Rebecca viajará hasta la ciudad de la luz, donde se codeará con los artistas del momento, vivirá una intensa historia de amor y descubrirá su auténtico talento mientras la sombra de la Segunda Guerra Mundial se cierne sobre el futuro del mundo y amenaza con tomar las riendas de sus destinos.





Opinión Personal:





La novia del viento es la tercera novela que leo y reseño en este blog de la escritora que publica sus obras bajo el pseudónimo de Brenna Watson. Sin duda alguna, tanto por mi experiencia como por las opiniones vertidas por otros lectores sobre su narrativa, es de las más destacadas en nuestro país en la novela romántica. Estoy seguro de que los lectores que disfrutan con este género literario se sorprendieron con el giro que le confiere a su último título publicado, no sólo porque se adentra por primera vez en su narrativa en el siglo XX, sino también porque la trama gira en torno a la figura de la pintora británica Leonora Carrington y el romance que mantuvo con el también pintor francés Max Ernst, ambos pertenecientes a la corriente surrealista. 

(Rue Jacob, París)
Brenna Watson es una autora que escribe muy bien, con un estilo propio que la define y con el que consigue atrapar al lector de forma irremediable desde las primeras líneas hasta el desenlace, al que puede decirse que llegamos sin prácticamente darnos cuenta. El rigor documental, la naturalidad con la que la voz narrativa describe todo lo que sucede a lo largo de los capítulos, el realismo y verosimilitud de hechos y personajes que conforman esta historia, son un gran aliciente para estar muy pendiente del relato del narrador omnisciente. El lector disfruta de una ficción en la que la autora marida con precisión episodios protagonizados en la vida real con ficticios, sobre todo en lo referente a la pintora británica, aunque también diría que en menor medida por el pintor. Ella lo sabe y nosotros lo agradecemos, conscientes de que afrontamos una lectura placentera.

La protagonista es un personaje muy atractivo, no sólo por las descripciones que de sus rasgos físicos realiza la voz narrativa, sino por la enorme evolución que experimenta a lo largo de los capítulos. Ya en las primeras páginas la autora nos ofrece un bosquejo de lo que nos espera de Rebecca Heywort, porque tiene muy claro qué es lo que quiere, pese a las rígidas normas que le impone la alta sociedad londinense de la época, y en las que inciden sus estrictos padres. Rebecca Heywort ansía ser pintora pero, sobre todo, una mujer libre, sin ataduras. En Londres es una de las alumnas más aventajadas de los Ewans, que regentan un taller de pintura. La vida de esta joven da un vuelco desde que sus profesores organizan una exposición, ya que el afamado pintor surrealista, Leopold Blum, pasa unos días en la capital británica, y quieren que muestre su opinión sobre los lienzos expuestos.

Lo que acabo de comentar en el párrafo anterior presagia lo que parece ser un romance entre dos personajes de diferentes clases sociales. Sin embargo, Rebecca Heywort no lo tendrá muy fácil para que su sueño se haga realidad. El carácter decidido que la define hace que no dude en enfrentarse a sus padres ante la insistencia de que deben apoyar el destino que ansía alcanzar, lo que provoca que se enfrente a una espiral de situaciones que se siguen con sumo interés. Se encuentra con una serie de trabas a las que enfrentarse, si bien su carácter resiliente presagia que las solventa, aunque no siempre con el resultado deseado, a lo que se suma la cruda y dura realidad de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que le conduce a tomar decisiones trascendentales para su supervivencia. Unas decisiones que le llevan a viajar fuera de las fronteras francesas, en las que le esperan destinos insospechados dada la mella que está haciendo en ella este conflicto bélico. Decisiones tomadas ante el peligro que corre Leopold Blum, quien hace años que reside en París, pero es hijo de judíos.

(Cafe de Flore, París)
La novia del viento contiene unos ingredientes literarios muy atractivos, incluso diría que sirven como aliciente para quienes no frecuentan este género literario y quieren probar suerte por primera vez. Estoy seguro de que el buen hacer de Brenna Watson los ganará para la causa. Ingredientes literarios que flanquean de tal forma al romance que viven, que surten el efecto de que lo engullen porque, la sensación que tuve al respecto, es que los lazos sentimentales que los une fluye con naturalidad, supeditados tanto por sus inclinaciones artísticas como por el estallido la Segunda Guerra Mundial porque, como adelanta la sinopsis, amenaza con tomar las riendas de sus destinos.

Leer las novelas de Brenna Watson es realizar un viaje literario en el tiempo a la época en la que ubica la historia de turno. Un viaje en el que tiene muy en cuenta la ambientación espacio temporal, las localizaciones por las que transitan los personajes y el perfil de éstos. La ambientación es exquisita, porque el lector siente que les acompaña por las localizaciones que transitan. Localizaciones en las que se percibe la crueldad y barbarie provocada por este conflicto bélico, del que unos buscan resguardarse en los lugares más alejados, pero también los hay que no dudan en alistarse, formar parte de la Resistencia o colaborar en los proyectos que se crean para procurar a la población las necesidades básicas para subsistir. Sobrecogen las imágenes que se describen de lo que está sucediendo en las islas británicas con el continuo bombarbeo de los aviones de la Lutfwaffe, o el terrible destino que les espera a miles de ciudadanos franceses apresados por las tropas nazis, sobre todo si son judíos, porque son internados, en un principio, en campos de trabajo, pero con posterioridad enviados a campos de exterminio en Alemania y Polonia. No deja indiferente lo que sucede en el poblado de Saint-Martin-D´Ardèche, al que se había trasladado la pareja  para alejarse lo más posible de París y estar preparados para tomar las decisiones que fueran necesarias por si empeora la situación para ambos, aunque prefiero que sea el lector quien averigüe lo que les sucede mientras viven en este rincón de Francia. Son muy atractivas las descripciones que se muestran sobre el París bohemio, al que no tarda en adaptarse la protagonista, y en el que asiste a reuniones de artistas de este movimiento que tienen lugar en locales como el Café de Flore, entre otros.

(Campo intern. Les Milles, Francia)
Brenna Watson es una escritora que tiene un estilo narrativo elegante, al que le confiere su sello personal, con el que consigue que el lector disfrute de una lectura con ritmo fluido y variedad de situaciones atractivas, al igual que con una interesante presencia de diálogos muy vivos y naturales. Diálogos que ayudan a conocer más a los personajes, que muestran sus  emociones y sentimientos, sobre todo en los episodios más difíciles, dolorosos e inciertos que viven desde el estallido de la Segunda Guerra Mundial.





Biografía:




Brenna Watson, licenciada en Historia y con estudios de Filología y Derecho, ha pasado los últimos quince años leyendo y corrigiendo novelas de otros autores, hasta que decidió sentarse frente al ordenador y escribir su propia historia.

Ha publicado pequeños ensayos sobre materias diversas, además de reseñas y entrevistas, en varios medios. Es una gran aficionada a la lectura y a las series de televisión estadounidenses, y le encanta comprarse zapatos. Vive en un rancho en las montañas junto a su marido, sus dos perros y tres gatos.



Notas: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de la web de Penguinlibros. Fotografía de la autora tomada de Lecturalia. Imagen de la rue Jacob en París tomada de la web Vergue. Imagen del Cafe de Flore, en París, tomada de la web Paris Musées Collections. Imagen del centro de internamiento Les Milles tomada de la web Liberation Route Europe.