Datos
técnicos:
Título: El
alma en la piedra.
Autor: José
Vicente Pascual.
Editorial:
Pàmies.
1ª
edición: 23/03/2020.
Encuadernación:
rústica con solapas.
ISBN:
978-84-17683-69-6.
Idioma:
español.
Nº pág.:
320.
Sinopsis:
Altamira, 13.000 años antes
de Cristo.
El clan Tiznado se reúne en
torno a la hoguera, frente a la gran cueva que los protege del mundo.
Ibo Huesos de Liebre, hábil rastreador, también experto en
representar imágenes en los techos y paredes del sagrado refugio,
trae noticias sobre la próxima cacería: ha localizado el cubículo
donde se guarecen una osa y sus dos oseznos. La joven Ojos Grises
escucha encandilada el relato del cazador.
Abajo, en el valle, tribus
de ancestrales adversarios del clan Tiznado esperan la menor
oportunidad para acabar con sus enemigos. El destino de lucha y
supervivencia está marcado, aunque Ibo Huesos de Liebre intuye que
para los suyos no hay futuro sin conocimiento, sin saber quiénes son
y por qué habitan en este lado de la existencia, el territorio de
los Aún Vivos.
El drama de la vida, la
esperanza y la muerte aguarda como siempre a unos y otros.
Opinión Personal:
«Me
gustaría saber qué es lo cierto. No me gusta no saber»
Carl Sagan. Cosmos.
El
alma en la piedra
es la quinta novela que leo del novelista —así
es presentado en la biografía— José Vicente Pascual (Madrid,
1956). También es la primera ficción histórica que leo ambientada
en la Prehistoria, pese a que hubo varios títulos que atrajeron y
siguen atrayendo la atención del lector, pero nunca estuve por la
labor de acercarme a ninguna de ellas. Pero al comprobar quién era
el autor de El alma en la piedra,
tuve muy claro que no había excusa para hacer un viaje literario al
Paleolítico Superior, porque el escritor madrileño afincado hace ya
un tiempo en las islas afortunadas, es para mi uno de los autores de
este género a tener muy en cuenta en el panorama literario
nacional. Su extensa bibliografía, galardones literarios, calidad
narrativa e imaginación desbordante a la hora de construir y
desarrollar historias atractivas, son un claro aliciente para quienes
disfrutan de la buena literatura.
(Pinturas rupestres Altamira-Cantabria)
Una
imagen vale más que mil palabras, dice el adagio. El lector que se
tope en las librerías físicas o tiendas online con la portada de El
alma en la piedra,
y es un apasionado de este género literario, se sentirá imantado
por la expresión airosa que muestra el joven miembro del clan
Tiznado, que porta un mazo en el brazo izquierdo y eleva ambos
miembros hacia el Hogar de Todos. También comprobará que el texto
que está a la altura del costado izquierdo del joven le indica una
fecha y un lugar, Altamira, año 13.000 a C., acompañado de una
leyenda: El clan Tiznado lucha por sobrevivir en un entorno hostil.
Ese personaje bien podría ser Ibo Huesos de Liebre, entiendo que el
protagonista de la novela, porque en torno a él gira la trama. Es
el encargado de pintar los animales que se convertirían en sus
presas en Los Cielos del Alma de de la Tribu, así como un buen
rastreador, y su relación con la joven Ojos Grises atraerá la
atención del lector, pese al egoísmo que muestra este personaje en
alguna fase del desarrollo de la trama. Ibo Huesos de Liebre es
reflexivo, porque no se preocupaba solo por vivir y durar lo máximo
posible sobre el mundo, sino que se sumía en cavilaciones sobre el
porqué de todo lo que les rodea y sobre ellos mismos, para lo que
aprovechaba las escenas apropiadas para sus diálogos internos.
Lo
que comenté hacia el final del primer párrafo de esta reseña está
corroborado por la historia que relata un narrador omnisciente a lo
largo de los 25 capítulos en los que se estructura la novela. Una
trama que está planificada de tal forma que al lector le sucederá
lo mismo que con la portada, porque se sentirá atraído por las
escenas que relata la voz narrativa. El lector se encontrará con
escenas sublimes, porque tal y como se describen palpa en ella la
tensión, y se percibe el dinamismo y la plasticidad, al igual que se
preguntará por el desenlace que les espera a los personajes que las
protagonizan, porque el narrador sabe que la incertidumbre atrae a
quien está pendiente de su relato, y si es acompañado por escenas
inolvidables, pues miel sobre hojuelas. Pero, a pesar de que hablo de
un narrador omnisciente, en todo momento tuve la sensación de que
las presenciaba en primera fila —suerte
la mía, aunque sabía que jugaba con ventaja porque estaba bien
parapetado, y me sentía un testigo directo de la intensidad y en
ocasiones dramatismo de tales escenas—, y era una voz en off quien
me contaba todo lo que sucedía en la película documental, porque es
su relato el que domina con mucha fuerza, dinamismo y nitidez en
varias fases de la novela frente a los diálogos que mantienen los
personajes.
(Pinturas rupestres Altamira-Cantabria)
El
alma en la piedra
es la historia del clan Tiznado. Un clan que lleva varias
generaciones instalado en una cueva a la que siente como su hogar,
porque en él se cobijan al abrigo de la noche y de las alimañas que
los merodean. En él se aman, cuidan a algunos de los ancianos y
amamantan a los recién nacidos, o pintan a los animales que se
convertirían en sus presas en la segunda cúpula de la cueva, a cuyo
techo llaman Los Cielos del Alma de la Tribu. En este sentido, el
lector se sorprenderá con las técnicas de pintura que seguían en
el Paleolítico Superior, y el carácter cinematográfico que tiene
principalmente una escena que será objeto de polémica. Para ellos
este recinto es sagrado y están obligados a cumplir las leyes que se
dictan, y posteriormente aprueban, salvo situaciones excepcionales en
las que, sobre todo por precaución, adoptan medidas para sentirse
más protegidos. Ibo Huesos de Liebre será el foco de atención del
lector por las decisiones que toma, algunas discutidas, pese a que
ya fue advertido por Rag el que Ve, el más anciano de todos, y el
que muestra sus opiniones ante lo que hacen, ya fuera para
felicitarlos o reprobarlos. En este sentido, atrajo mi atención las
disputas verbales que mantenía este personaje con Agah la Cierva —quien
realiza labores sanadoras, trata enfermedades con métodos
rudimentarios o prepara brebajes—,
porque discuten con vehemencia, pero con respeto, los problemas que
surgen en el clan, sobre todo si son de índole sagrada, porque
tenían la clara creencia de que La que Existe podía tomar
represalias por las decisiones acordadas.
El
alma en la piedra
es una historia de lucha y supervivencia, porque los miembros del clan Tiznado saben que la naturaleza les da
todo lo que necesitan, pero también son conscientes de que puede
reclamarles lo que es suyo, y entonces tendrían que verse obligados
a abandonar el cobijo que los ha acogido durante generaciones y
marchar en busca de otro en el que poder acampar y pasar la noche al
abrigo. Esa es su principal misión, porque tienen que cazar o pescar
para alimentar a los de su clan, pero también tienen que defenderse
de los animales que pueden acabar con sus vidas, o prevenir su
seguridad ante un posible ataque de sus enemigos naturales, a los que
llaman los rastreadores del valle, si bien opinan que son más torpes
que ellos. Esa supervivencia los llevó a distribuir las labores
entre todos, según las habilidades de unos y otros, y también
utilizan como material de trabajo los despojos tras descuartizar los animales cazados, con los que confeccionan la vestimenta, el calzado o las herramientas y armas que
emplean, sobre todo, en sus cacerías; incluso también elaboran
algunos juguetes que parecen realizados en 2D, porque cuando se usan
dan la sensación de movimiento. Todo lo que acabo de comentar está
distribuido a lo largo de los capítulos de tal forma que el lector
se familiariza con las costumbres del homo
sapiens del
Paleolítico Superior.
Aunque el lector comprobará también cómo algunas escenas tienen un
carácter simbólico, porque guardan relación con lo que acabo de
comentar en las primeras líneas de este párrafo. Son escenas que
provocan dramatismo en los miembros del clan, y dan lugar a una serie
de giros que atraen la atención del lector, porque se preguntará
cuántos infortunios les deparará, y sobre todo estará expectante
ante el desenlace que les aguarda a quienes tenían como hogar la
cueva de Altamira.
(Arpones Paleolítico)
Supongo
que atraerá la atención del lector los nombres que menciono a lo largo de la reseña. A esta particularidad hace referencia la
voz narrativa, que explica su origen en los primeros capítulos de la
novela, para que se familiarice con ellos. Otro tanto ocurre con los
relativos a su creencias, como lo aclara José Vicente Pascual en la
Nota del Autor, que merece la pena leer tras tras finalizar esta
apasionante historia, porque el lector comprenderá mejor las
decisiones tomadas a la hora de desarrollar la historia.
El lector se encontrará con unos personajes bien construidos, entre
los que destacaría al ya mencionado Ibo Huesos de Liebre, y a los
ancianos Rag el que Ve y Agah la Cierva, junto con la joven Ojos
Grises, de quien conocerá su pasado, y por qué es muy celosa con el
cuidado de su hermana Aún sin Nombre. No me olvido tampoco del perro
negro y blanco de dientes amarillos, porque protagoniza varias
escenas que sorprenderán a los cazadores y al lector, pese a los
malos presagios que auguraban sus movimientos iniciales.
El
lector se encontrará con una historia escrita con un lenguaje
sencillo y simplificado, si bien el tiene unos diálogos mantenidos
con naturalidad y soltura. Estoy seguro de que quienes disfrutan con
las novelas de ficción histórica ambientadas en la Prehistoria
disfrutarán con la lectura de El
alma en la piedra,
porque se encontrarán con una trama solvente y muy atractiva, pese a
que domina la narración frente al diálogo. Pero las escenas
sublimes y descripciones que realiza el narrador omnisciente, en las
que la naturaleza está muy presente y recuerdan a las que realizaba
el mítico Félix Rodríguez de la Fuente, son un verdadero estímulo
para que el lector no sienta ese desfase mencionado entre la
narración y el diálogo. La intriga que le mantiene en vilo, que se
incrementa desde que se toman decisiones trascendentales para el
clan, lo que le incita a estar pendiente del desenlace que se va a
encontrar, sobre todo por giros que se encuentra a partir de esa
determinación relevante para el devenir del clan Tiznado.
Biografía:
José
Vicente Pascual (Madrid, 1956) es novelista y colaborador habitual en
prensa. Ha publicado varios libros de viajes y relatos. Entre sus
novelas destacan las premiadas La
montaña de Taishán
(1989), El
capitán de plomo
(1993), Palermo
del cuchillo
(1995), Juan
Latino
(1998), El
país de Abel
(2002), La
diosa de barro
(2006), Los
fantasmas del Retiro
(2011), Almirante
en Tierra Firme
(Premio Hispania de Novela Histórica 2013), La
Hermandad de la Nieve
(2012), Interregno
(2015), Isla
de Lobos
(2016). Es miembro de la Academia de Buenas letras de Granada, en
cuya colección literaria publicó en 2018 Viaje
a Canarias y el resto de la península.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Pàmies. Imágenes pinturas rupestres cuevas de Altamira, tomadas de las webs 20minutos.es y diario El Español. Imagen arpones Paleolítico, tomada de Wikipedia.