Datos
técnicos:
Título:
La suerte de los idiotas.
Autor:
Roberto Martínez Guzmán.
Autoedtitado
Amazon (enlace).
1ª
edición: 28/04/2019.
ASIN:
B07RBQGXVX.
Formato:
Ebook.
Idioma:
Español.
Nº
pág.: 328.
Precio: 3, 99 € ebook.
14, 70 € en papel.
Precio: 3, 99 € ebook.
14, 70 € en papel.
Sinopsis:
Lastrado
por una última misión policial en Madrid que no acabó de la mejor
manera, el policía Lucas Acevedo regresa a Galicia para poner en
orden sus ideas. Cuando cree que lo ha conseguido, una noche conoce a
una mujer que le hará plantearse la solitaria existencia que ha
llevado hasta entonces. Sin embargo, pronto se complican sus planes.
Mucha gente comienza a morir en su entorno y, en el momento en que se
da cuenta de que él también está en el punto de mira, se verá
obligado a librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne.
Opinión:
De
nuevo me acerco a la narrativa del escritor ourensano Roberto
Martínez Guzmán, uno de los autores autopublicados que más éxito
de crítica y ventas tiene en Amazon. La suerte de los idiotas
es el título de su última novela autoeditada en esta plataforma
digital, y que la publicita como un thriller gallego; aunque más
concretamente diría que pontevedrés, porque toda la trama
transcurre en esta provincia del suroeste gallego. En mi modesta
opinión, el desarrollo de la historia que protagoniza Lucas Acevedo,
agente de la UDYCO, va de menos a más, con una primera parte que
tiene un ritmo de lectura más bien pausado, pero adictivo e
intrigante por todo lo que sucede en esos capítulos, hasta que se
suceden una serie de episodios que originan un gran giro que
incrementa el ritmo, que a mí se me hizo más bien frenético, sobre
todo a medida que el desenlace está cada vez más próximo. A lo que
acabo de comentar añado que, quienes disfruten de lo negrocriminal,
se encuentran en esta novela que hoy reseño con una historia que
entretiene desde las primeras páginas hasta que nos acercamos al
desenlace casi sin darnos cuenta, porque es de las que se leen en una
o dos sentadas, según el ritmo lector de cada uno. Aparte del
entretenimiento, el lector se encontrará con una alta dosis de
intriga y de acción, sobre todo en la que podría decirse que es la
segunda parte de la trama, porque en ella hay ingredientes más
propios de una novela negra, en los que la acción estará también muy
presente.
(Gran Vía-Vigo)
A
diferencia de las tres novelas anteriores de Roberto Martínez
Guzmán,
protagonizadas por la inspectora Eva Santiago —
reseñadas en este blog —
, y cuya trama se desarrolla en la provincia de Ourense, en esta
ocasión el autor decide ubicar la historia de su nueva novela en la
provincia de Pontevedra. Junto a Mondariz y Vigo, el lector también
acompañará al protagonista hasta la península del Morrazo y
Nigrán.
A
Lucas Acevedo le han concedido una excedencia, tras llevar a cabo una
misión policial de la que todavía no se había recuperado, sobre
todo anímicamente, porque ha vivido en ella episodios muy duros. Regresa a Galicia, a su tierra, para poner en orden sus
ideas, y se instala en un ático en Mondariz en el que llevar a cabo
su particular retiro. Pero decide acercase a Vigo y, quizás por su
condición de policía, mientras regresa a la ciudad se fija en una
escena que no le gusta y siente el deber de intervenir. Lucas Acevedo ve cómo
tienen lugar una serie de muertes en su entorno y, como adelanta la
sinopsis, en el momento en que se da cuenta de que él también está
en el punto de mira, está obligado a librar una batalla de la que no
conseguirá salir indemne.
Si
en las tres novelas que protagoniza la inspectora Eva Santiago se
cumple una de las máximas marcadas por la reina de la novela de
misterio, Ágatha Christie, en la que dice que «La
mejor receta para la novela policíaca: el detective nunca debe de
saber más que el lector», en esta
ocasión el protagonista va a la par, porque es Lucas Acevedo quien
relata en primera persona todo lo que sucede a lo largo de los
dieciséis capítulos en los que está estructurada La
suerte de los idiotas. A medida que
éstos se sucedían me decía que el protagonista narraba una
historia con un claro sabor a clásico, en el que juega al despiste
con el lector con una serie de pistas falsas a lo largo de su relato,
y también me decía que estábamos ante una trama de espacios
cerrados. Porque todas las escenas vitales se desarrollan en
habitaciones cerradas, aunque en distintos inmuebles, que el narrador
describe con más detalle para que el lector se pueda imaginar cómo
son, sobre todo si la escena requiere una mayor visualización;
aunque pese a lo que acabo de comentar están descritos de tal forma
que el lector no pierde el hilo de lo que sucede en las escenas que
se desarrollan en estos inmuebles. Me gustó cómo el protagonista
enfocaba las descripciones de esas habitaciones cerradas, porque
cuando la escena se presta a ello hace referencia a todo lo
relacionado con el paisaje gallego que los rodea, así como al clima.
En mi modesta opinión, el desenlace tiene también un corte clásico,
por la forma en la que Lucas Acevedo da por cerrada la trama, si bien
queda un resquicio abierto para que la imaginación del lector aporte
sus elucubraciones ante lo que sucede en el mismo.
(Playa Samil-Vigo)
A
lo largo de los capítulos que conforman La suerte de los idiotas
el lector comprobará cómo Lucas Acevedo es el protagonista
indiscutible de la trama. Por los rasgos que lo definen, me decía
que es un personaje estereotipado, y sobre todo por su forma de
actuar me recordaba en cierto modo al mítico Harry el Sucio,
encarnado por Clint Eastwood; aunque, como digo en estos casos,
es una simple apreciación mía. También me parecieron
estereotipados los personajes secundarios, pero sobre estos no voy a
comentar nada, porque prefiero que sea el lector quien los descubra,
ya que corro el riesgo de destripar la trama. El lector lo conocerá
a Lucas Acevedo tanto en su lado profesional como en el intimista,
como lo podrá comprobar por su forma de actuar ante determinados
personajes secundarios.
Al
igual que las tres novelas anteriores que leí de Roberto Martínez
Guzmán, La suerte de los idiotas está escrita con un estilo
directo y un lenguaje sencillo y cercano, en el que utiliza, sobre
todo en la segunda parte de la trama, diálogos y expresiones propias
de lo negrocriminal, aunque también se encontrarán reflexiones del
narrador e incluso diría que también alguna frase lapidaria con la
que el lector se familiariza con su forma de entender el mundo que le
rodea. La novela tiene también su banda sonora, pues el protagonista
es muy aficionado al rhytm and blues, del que mencionará
algunas canciones y fragmentos a lo largo de los capítulos. Sin duda
alguna, merece la pena acercarse a la narrativa de este escritor
ourensano, que se va afianzando como un autor independiente cuyas
novelas atraen la atención del lector y en las que, como dice en su
biografía, la intriga es un requisito innegociable, por lo que el
entretenimiento está asegurado hasta el desenlace.
Biografía:
Roberto
Martínez Guzmán nació y se crio en Ourense, España, donde reside.
Su carrera literaria comienza en 2010 con la publicación de Cartas
desde el maltrato, un original libro de no ficción que no deja
indiferente a nadie. Tan solo dos años después, en 2012, presenta
su primera novela, Muerte sin resurección (Eva Santiago 1),
que se revela como una historia cargada de intriga que pronto alcanza
los primeros puestos de ventas de Amazon en varios países. Con
café y cigarrillos para un funeral (Eva Santiago 2), consolida
su habilidad para mantener inquieto al lector hasta la última
página. Su tercera novela, Siete libros para Eva, publicada
en 2016, lo asienta de manera definitiva como un autor para el que la
intriga en una novela es un requisito innegociable.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y fotografía, tomados de Amazon. Biografía del autor, tomada de su web. Imagen de la Gran Vía de Vigo, tomada de la web La Voz de Galicia. Imagen de la playa de Samil, tomada de la web Turismo.gal.