Título: El sueño del árbol
Autora: Sara Mañero Rodicio
Editorial: Verbum
1ª edición: 7/7/2015
Formato: Ebook
ISBN: 978-84-9074-186-3
Nº
pág.: 356
Sinopsis:
El
sueño del árbol explora la historia de Filipinas a través de los
ojos de un joven gallego cuya vida queda inexorablemente marcada por
su experiencia en las islas. Desde su llegada a Madrid para buscarse
la vida, Arnaldo emprende una travesía llena de expectativas y que
termina por convertirse en un viaje iniciático que le lleva a vivir
a caballo entre Madrid y Luzón (Filipinas). Se inicia así una saga
de dos familias separadas por el océano que, a lo largo de varias
generaciones, nos descubre una realidad desconocida, capaz de
sorprendernos y emocionarnos.
Dramas,
amores, sueños, esperanzas, guerras y paces, muertos y vivos...Un
compendio al que no falta detalle y que atrapa al lector desde las
primeras páginas. La autora sabe asombrar y conmover.
Opinión
Personal:
Ya
comenté en este blog que hay muy pocas novelas ambientadas en
Filipinas, y creo que la historia de este país tiene episodios que
merecen la pena ser conocidos, sobre todo por lo que este territorio
significó para el Imperio Español, del que fue una de las últimas
posesiones, hasta la derrota definitiva en la batalla de Cavite ante
las tropas estadounidenses. Hoy comparto mis impresiones sobre la novela El sueño del árbol, de Sara Mañero Rodicio, buena parte de ella
ambientada en Filipinas, y más concretamente en la isla de
Luzón. Aunque he de reconocer que, en esta ocasión, retomé su
lectura porque cuando la afronté el año pasado tuve que
abandonarla, pues me daba la impresión de que había entrado con el
pie cambiado y no daba enderezado el rumbo. Me dije que la dejaría
reposar un tiempo y darle una nueva oportunidad, porque estaba
convencido de que merecía la pena leerla. Finalmente, esa segunda
oportunidad llegó y disfruté mucho con su lectura, sobre todo con
el personaje de Arnaldo Verín, carismático donde los haya, que creo
se ganará la empatía de los lectores que decidan conocer sus
peripecias. Sin duda alguna, El sueño del árbol satisfará a los
lectores que frecuenten novelas de ficción histórica.
(Batalla de Cavite-Filipinas)
En
mi modesta opinión, diría que El sueño del árbol está escrita
como si se tratase de una crónica novelada de la época. Y es que
creo que Sara Mañero respeta, en la medida de lo posible, las fechas
en las que tuvieron lugar los episodios históricos más destacados
de ese período y los personajes reales que los protagonizaron, que
influirán en el devenir de los acontecimientos que suceden en torno
a la figura del protagonista. El lector se encuentra también con
estampas costumbristas que ofrecen imágenes de cómo era la vida en
aquellos años tanto en España como en Filipinas, perfectamente
reflejadas a través de la galería de personajes que desfilan por
sus páginas. Casi todos los episodios que tienen lugar en la novela
son relatados por un narrador omnisciente, que narra lo que sucede en
la trama desde la perspectiva del personaje principal, Arnaldo Verín,
aunque el lector se encuentra también con algún narrador más que
se alterna con el principal, que complementa la información relativa
al protagonista de la novela. Son dos las líneas temporales que conforman la novela: una que
comienza en 2010, y que abarca pocos capítulos, y otra que nos
traslada a finales del siglo XIX, a 1895, a partir de la cual el
lector acompaña al protagonista a lo largo de la novela.
Como
adelanta la sinopsis, El sueño del árbol explora la historia de
Filipinas a través de los ojos de un joven gallego cuya vida queda
inexorablemente marcada por su experiencia en las islas. El lector es
testigo presencial del ciclo vital del protagonista de esta novela,
Arnaldo Verín, que debe buscarse otro modo de
ganarse la vida, como acuerda con su padre en una conversación que
mantiene en el primer capítulo porque, como era habitual en aquella
época, porque no tenía los mismos privilegios que el primogénito de la
familia, y solo le quedaba la opción de ordenarse sacerdote. Pero
Arlando lo tenía muy claro, aunque no le informase a sus padres se
sus verdaderos planes, porque su deseo era conocer lugares lejanos,
viajar a tierras distantes. Cuba era el destino que tenía previsto,
pero su tío y mentor, el dominico fray Ismael, viajaba hasta
Filipinas en donde pasaba varios meses en la hacienda que tenían en
Calamba. El joven comenzó a hacerle preguntas sobre cómo eran esas
islas y las gentes que en ellas vivían, y la idea de acompañarlo en
su viaje fue tomando cuerpo cada vez con más decisión. Aunque
Arnaldo se encontraría, más que con un viaje en el que comprobar
por sí mismo la información que le facilitaba su tío, con una
verdadera odisea, pues en sus idas a las islas del sudeste asiático
se encontraría con un viaje lleno de episodios adversos y
favorables.
En
El sueño del árbol, el lector asiste al ciclo vital de Arnaldo
Verín, ya que lo conocerá desde que era un niño de doce años
hasta el adulto en el que se convirtió sin que casi los que
compartían vida con él apenas se dieran cuenta del cambio que iba
produciéndose en su cuerpo. Un ciclo vital que, como ya comenté en
el párrafo anterior, está lleno de episodios adversos y favorables,
de los que sacará provecho en época de bonanza, y resurgía como si
un de un ave fénix se tratara cuando se encontraba en medio se
situaciones que pondrían incluso en peligro su vida, al probar en
sus propias carnes las consecuencias del período convulso que vivían
las islas, primero ante la revolución filipina que finalizaría con
el enfrentamiento armado con los estadounidenses, y posteriormente en
el conflicto que estalló entre estos últimos y los filipinos. En
ambos conflictos en pueblo tagalo sería el peor parado porque muchos
de ellos se vieron desterrados en su propio país.
(José Rizal-Calamba-Filipinas)
La
vida del joven Arnaldo Verín transcurre entre Madrid y Manila,
ciudad a la que realiza varios viajes a bordo de buques de la
Compañía Trasatlántica. En Madrid es acogido por los dominicos en
el monasterio de Santo Domingo El Real, en donde ayuda a fray Ismael
en los oficios religiosos, y realiza las labores que le encomiendan
las monjas; incluso llega a sustituir en las clases que imparten a
los niños porque les gustaban los métodos que utilizaba para que
éstos comprendan mejor las enseñanzas que reciben. Pasados unos
meses, le encuentran trabajo como mancebo de un ultramarinos
propiedad de la familia Baena y, ya adulto, trabaja en una
carpintería, en el que su encargado se da cuenta de las magníficas
tallas que hace el joven personaje, y esto hace que el dueño del
taller y la tienda le encomiende nuevas labores, pasando a desempeñar
con el paso del tiempo trabajos de mayor responsabilidad, que le
llevan a desplazarse a Filipinas para encargarse de la compra de
madera para la carpintería. Pero será en Manila en donde el
protagonista de esta novela se encuentre con lo mejor y peor del ser
humano, porque es en la capital filipina donde es acogido por la
familia de Gumag-ang como uno miembro más; de hecho, Arnaldo hace
suyos sus problemas y les ayuda en la medida de sus posibilidades.
Junto a esta familia será testigo directo de los episodios bélicos
que le toca vivir y que, como ya comenté en esta reseña, sufre en
su propia persona los efectos de estos conflictos. Pero también es
objetivo de los roces que se producen entre fray Ismael y fray Pío,
dos personajes que crean episodios de alta tensión, sobre todo el
segundo, cuyas malas artes influirán en el futuro de Arnaldo, sobre
todo en el aspecto sentimental, como lo puede comprobar el lector
sobre todo en el último tramo de la novela.
(Convento Santo Domingo el Real-Madrid)
El
sueño del árbol es una novela en la que el lector se siente en todo
momento como si fuese un personaje más del elenco que la conforman,
porque tal y como se relatan los capítulos en los que se estructura
y el carácter visual de los episodios que presencia, surte el efecto
que acabo de comentar. De hecho, en todo momento me dio la sensación
de que el protagonista compartía conmigo todas sus sensaciones,
emociones y sentimientos, y me hacía sentir como un intruso en su
vida privada, porque los refleja de tal forma que no resultan
indiferentes todas las vicisitudes que le acompañan a lo largo de su
ciclo vital. En este sentido, Sara Mañero ofrece unas descripciones
claras, precisas y muy visuales que ayudan a que imaginemos perfectamente los
episodios que relatan, en donde nos impregnamos de los colores,
olores y sabores que nos ofrecen las escenas costumbristas de ese
territorio de ultramar. El exotismo de la isla de Luzón cautiva a
Arnaldo Verín, y no es de extrañar, porque los paisajes tanto
urbanos como rurales son descritos de una forma tan plástica que
hacen sentir al lector las mismas sensaciones que siente este
personaje.
Sara
Mañero construye una galería de personajes muy atractiva para el
lector, a través de los cuales refleja perfectamente la sociedad de
la época que le toca vivir al personaje principal, y los personajes
históricos que influirán en el devenir de los hechos que presencia.
Son personajes de carne y hueso, porque son descritos de tal forma
que parece que cobran vida propia. Ya mencioné a algunos de ellos a
lo largo de esta reseña, caso del dominico fray Ismael, de carácter
firme y hondas convicciones; los miembros de la familia Baena, con la
que pasará buenos momentos, pero también comprobará cómo la
traición afecta a su continuidad como empleado del ultramarinos que
lleva directamente, ante la confianza que en él deposita su
propietario. Mejor suerte tiene en la carpintería, en donde se rodea
de personajes que le apoyan y se dan cuenta del potencial que tiene
para el oficio. En Filipinas, a parte del ya mencionado fray Ismael,
se encuentra con fray Joaquín López, que le sirve de gran ayuda a
Arnaldo Verín en los momentos de mayor dificultad. Aunque el lector
comprueba cómo se vuelca con la familia del ya mencionado Gumad-ang,
en donde entabla una gran amistad con su hijo Saquiod, y se prenda de
su hermana Mandi. A ellos les enseñará el español y aprenderá el
tagalo con el paso de los capítulos, lo que puede comprobar el
lector en algunos diálogos que tienen lugar entre ellos, ya que la
autora los refleja en algunas de sus conversaciones. También tiene
contacto con alguno de los líderes de la guerrilla filipina, caso de
Manuel Tinio, y tendrá noticias de otros líderes que tendrán un
gran peso, tanto en la independencia del país, como en el conflicto
con los Estados Unidos: el lector conoce a personajes históricos que
seguro le resultan desconocidos la gran mayoría de ellos, caso de
Emilio Aguinaldo, los miembros de la llamada Gomurza, o José y
Paciano Rizal.
El
sueño del árbol es una novela escrita con un estilo muy cuidado, en
la que la autora cuida con mimo todos los detalles con los que
confiere un claro realismo a los episodios que viven los personajes
que desfilan por sus páginas. La descripción predomina sobre el
diálogo aunque, pese a ello, es una lectura absorbente por todos los
episodios que se suceden a lo largo del desarrollo de la trama, y en
la que el lector se encuentra con un par de giros que atraen su
atención, y que dan lugar a situaciones inesperadas que hacen más
atractivo el desenlace de la novela. Sin duda alguna, es una
atractiva lectura, pese a lo que comenté en el primer párrafo de
esta reseña.
Biografía:
Sara
Mañero Rodicio es Licenciada en Filoliogía Inglesa y Doctora en
Filología Hispánica por Universitat
de València. Su tesis doctoral, “El Arcipreste de Talavera de
Alfonso Martínez de Toledo”, obtuvo el premio “Fernández Abril”
de la Real Academia Española. Ha colaborado en traducciones
dramáticas y poéticas (La
comedia de las equivocaciones,
de Shakespeare; Dos
Leyendas,
de Ted Hughes; Cuatro
cuartetos,
de T.S.Eliot…), así como en adaptaciones teatrales.
En
el campo de la ficción, cuenta con diversos relatos publicados,
siendo finalista del concurso “Erradicando la violencia de género”
(Asociación Eleanor Roosevelt) con el texto “Cuando el sueño
engendra monstruos”. Su primera novela, Mientras
sorprendan los días (Ed.
Hades), se publica en 2015, y en ese mismo año Verbum edita El
sueño del árbol,
un viaje por la historia de Filipinas. Atrapando la luz, su tercera
novela, supone un homenaje a las mujeres que se anticiparon a su
tiempo, así como al mundo de la fotografía.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, así como fotografía de Sara Mañero Rodicio tomados de la web de la editorial. Imágenes que acompañan al cuerpo de la reseña, tomadas de google imágenes.
Interesante parece y a mí me gusta la ficción histórica. No conocía la novela y has conseguido que me intrigue.
ResponderEliminarUn abrazo
No es un libro que a priori me llame la atención, pero lo tendré en cuenta para cuando me apetezca algo de este estilo.
ResponderEliminarBesos
No me llama especialmente, pero sí me gusta mucho la ambientación, que como dices no es muy socorrida en general en novelas =)
ResponderEliminarLo apunto para más adelante.
Besotes
Leí su primer libro y me enamoré de su prosa, este cómo el último, acabarán cayendo en mis ojos y la temática y ambientación me gustan.
ResponderEliminarBuena reseña.
Besos
¡Gracias! No solo por leerme, que siempre es de agradecer; sobre todo por esa segunda oportunidad que has ofrecido a mi novela. Yo no siempre soy tan generosa, la verdad. Me alegra saber que al final no te ha decepcionado Arnaldo y su historia. Espero que pueda encontrarte de nuevo por mis letras en algún otro momento. Un fuerte
ResponderEliminarabrazo.
Sara
La leí hace unos años. Recuerdo que me costó un poco también entrar en ella pero luego me gustó mucho
ResponderEliminarBesos
Una propuesta muy interesante la que nos traes, porque yo creo que la ambientación de Filipinas, como bien dices, no es un tema muy tocado, así que es bastante original. En cuanto a lo de dar segundas oportunidades, a mi también me pasa muchas veces, que tengo que "aparcar" una lectura porque no es el momento adecuado para leerla. Veo que ha valido la pena darle esa segunda oportunidad. Un abrazo
ResponderEliminarAcabo de leer “Atrapando la luz” que me ha encantado. Viendo la labor de documentación que tiene, lo que la autora haya hecho en “La sombra del árbol” puede ser magnífico. La apunto a ver si la encuentro porque en Amazon no está disponible.
ResponderEliminarTambién me gusto “Mientras sorprendan los días”, pero “Atrapando la luz” es una novela mucho más madura y profunda.
Un abrazo.
La verdad es que ahora mismo y con todo lo que tengo pendiente no me termina de convencer, lo dejo pasar
ResponderEliminarBesos