lunes, 27 de febrero de 2012

Diario de un don nadie, de George Et Weedon Grossmith




La editorial Nórdica, bajo su colección Otras Latitudes,  se apunta a rescatar novelas de humor inglés y apuesta, nada menos, que por el Diario de un don nadie, uno de los grandes clásicos de la literatura británica en su género. Aparece publicada, por primera vez, en la revista satírica y humorística Punch, entre 1888 y 1889, por entregas folletinescas. El éxito cosechado por estas publicaciones secuenciales de los hermanos Grossmith llevó a que se imprimieran en forma de novela en el año 1892.

Sigue las pautas establecidas por Charles Dickens en su obra Pickwick: nos muestran en una serie de escenas encadenadas de carácter costumbrista bajo las cuales van apareciendo, poco a poco, unas líneas a seguir, simples pero efectivas, que hacen que las mismas adquieran una forma narrativa.

George Grossmith (Londres, 1847- Folkstone, 1912) fue comediante inglés, compositor, actor y cantante. Creador de 18 óperas cómicas, casi 100 scketches musicales, alrededor de 600 canciones y piezas para piano, tres libros y obras serias y cómicas para revistas, es recordado por los nueve personajes memorables de la ópera cómica de Gilbert y Sullivan y, sobre todo, porque escribió en colaboración con su hermano Weedon esta novela icono del género cómico británico.

Weeddon Grossmith (Londres, 1854-1919), fue escritor inglés, pintor, escritor y dramaturgo pero tuvo que dedicarse al teatro como actor y director para ganarse la vida. Ilustró, con gran acierto, este Diario de un don nadie.  

¿Por qué no habría de publicar mi diario?. A menudo he visto memorias de personas de las que nunca había oído hablar y no acierto a comprender –por la mera razón de que yo no sea “alguien”- por qué mi diario no habría de ser interesante. Solo lamento no haberlo comenzado cundo era joven. 

Así comienza este singular diario en el que Charles Pootter, su narrador y protagonista, nos introduce, a lo largo de los quince meses que abarca el mismo, en las múltiples anécdotas que le acontecen. Los Laureles es la típica casa inglesa con un jardín en la parte delantera en la que él reside. Es un ciudadano de la clase media que trabaja en la City londinense y que aspira a codearse con la alta sociedad. Por este motivo el diario empieza el día 3 de abril, ya que en esas fechas comienza el año fiscal en Inglaterra, según nota del traductor.

El modélico empleado de la City nos irá presentando a su esposa Carrie, a su hijo Lupin, empleado de banco, y su novia Daisy Mutlar, o a la criada Sarah, sus amigos Cummings  -que vive enfrente- y Gowing, los cuales se presentan en cualquier momento. 

El diario nos muestra a un señor Pooter que cree llevar una vida propia de todo un caballero británico pero siempre le veremos en múltiples situaciones ridículas por su torpeza. Situaciones que le harán tropezar tanto con personas o cosas. A lo largo del relato vemos cómo le suceden una serie de malentendidos con sus amigos, con su criada,  los proveedores del barrio, el coadjuntor  o sus compañeros de oficina. ¡Ah, y me olvidaba del limpiabarros con el que siempre sufren algún percance los que por su lado pasan!.

El diario de un don nadie es fiel reflejo de la sociedad victoriana tardía. El carácter británico, sus modales, sus costumbres son bien retratadas por los hermanos Grossmith con un lenguaje muy de nuestro tiempo, lleno de ironía y en el que nos encontramos con juegos de palabras y chistes malos que tanto le gustan al bueno del sr. Pootter. Y digo retratados porque nos acercamos más a esa época a través de las magníficas ilustraciones que nos iremos encontrando mientras vamos disfrutando de su amena lectura. 

Estamos ante una novela que rebosa humor británico por los cuatro costados, divertida, entrañable, llena de situaciones que provocan hilaridad. Se puede leer de una sentada, como se suele decir vulgarmente, cosa que no recomendaría, porque se disfruta más de esta deliciosa lectura dosificándola pues así nos recreamos más con las escenas divertidas que a lo largo de la obra nos encontramos.

Título original: The Diary of a Nobody
Autor: George et Weedon Grossmith
Traducción: Íñigo Jáuregui
Nordica Libros S. L.
Colección Otras Latitudes
Nº páginas: 237
ISBN: 9788492683833

Entrevista a Julia Villares Anllo, Autora de la novela No le hables mal de mí al niño



Julia Villares Anllo nace en diciembre de 1945, en Distriz, una pequeña aldea de Villalba, Lugo. A los dieciocho años emigra a Barcelona. Trabaja en una fábrica textil primero como tejedora y después como administrativa. Cursó Bachillerato nocturno y, posteriormente, se diplomó como Asistenta Social, título que años después se convalidó como Trabajador social, dedicando la última década de su vida a ejercer esta profesión. Hacia finales de los noventa se matriculó en el Aula de Lletres y se inició en el oficio de escribir.

1. ¿Cómo nació la idea de escribir “No le hables mal de mí al niño”?

JVA.- Nació de una anécdota. Fue un día que entré en una charcutería, en la que había una dependienta joven que, por supuesto, no se llamaba Maribel como la protagonista. Lo único que recogí de aquella chica fue su actitud con el público que debía atender. A partir de ahí, creé la historia

 2. La trama está ambientada en los años setenta ¿Por qué esa década?

JVA.- Maribel es hija de inmigrantes. Y ésa fue una época de llegada, y asentamiento aquí, de gente de otras regiones, incluida yo misma. Quise situar a la protagonista entre las generaciones, nacidas por entonces, en esta ciudad, donde arraigaron sus padres.  

3. ¿Hay muchas Maribel García en la vida real?

JVA.- Sí, las hay. En la sociedad de hoy en día, Maribel sólo es un personaje que lo refleja. 

4. En la novela se mencionan canciones de dos mitos de la época ¿Por qué ellos precisamente

JVA.- Porque, el tono de los intérpretes y la letra de las canciones elegidas, se acoplaban al carácter de la protagonista del libro, le daban respuesta a la necesidad que ella sentía. 

5. ¿Se siente identificada en algún personaje de su novela?

JVA.- No. Los personajes se crean y se les da un carácter. No tiene porqué coincidir con lo que es el autor, aunque se les proporcionen rasgos que, a veces, parezcan identificarnos.

6. ¿Qué género literario le atrae más?.

JVA.- El humor. También me gusta la novela social y el drama. 

 7.¿Ha influido algún escritor o escritores en su estilo a la hora de escribir esta novela?

JVA.- No de forma consciente. Pero sí hubo algún lector que, al leerme, pensó en Javier Marías. 

8. ¿Qué tal lleva la labor de documentarse?.

JVA.- Bien. Me gusta invertir horas en buscar información, cuando la necesito para dar veracidad a mis escritos. 

 9. A lo largo de la novela nos va dando a conocer la ciudad. ¿Qué le atrae más de ella?     

JVA.-Es una ciudad abierta, por la que transita, o se queda, gente de muchas culturas, y de  países diversos. Esto también lo reflejo en  “No le hales mal de mí al niño”.

 10- El papel de la protagonista da lugar a la reflexión ¿Qué le diría al/la lector/a ante una situación como la que vive la protagonista o ante algo de lo que luego se arrepienta?

JVA.- Que conviene pensar las cosas cuando hay que tomar ciertas decisiones, más aún, si éstas repercuten en terceras personas.

11. La edición y promoción de una novela, sobre todo para un escritor que empieza, no es tarea fácil.

JVA.- No, no es fácil. Pero yo, cuando empecé a escribir este libro, ya lo sabía. Y lo asumí.

12. Julia Villares escritora ¿Qué se siente al ver su novela en las librerías?

De entrada, una gran alegría. A continuación, te das cuenta de que, una creación que era tuya, está allí expuesta y ha dejado de pertenecerte. Desde ese momento, cada persona que la lea, podrá darle  matices e interpretaciones que, yo, ni había pensado. 

13. ¿Está trabajando en algún proyecto nuevo para ofrecer a los lectores?.

He empezado a escribir otra novela. Pero antes, en este año, espero publicar un libro de relatos

Muchas gracias por concederme esta entrevista.

He estado encantada de responder a sus preguntas. Permítame que, también yo le dé las gracias por brindarme  su página para darme a conocer y, por supuesto,  por haberme dedicado su tiempo y por incluirme entre sus entrevistados.





jueves, 23 de febrero de 2012

Stefan Zweig



Crítico y novelista austriaco nacido en Viena el 28 de Noviembre de 1881, de una familia hebrea de ricos industriales. Dada la posición social de sus padres, no siguió ningún estudio profesional. Desde un principio se dedicó a sus aficiones literarias y se creó una sólida cultura, estudiando filosofía en la Universidad de Viena. Antes de entrar en la Universidad, a los 19 años, Zweig publicó un volumen de versos que denotan la gran impresión que habían producido en él los líricos franceses, especialmente Verlaine y Berhaeren, que luego habían de influir mucho en su temperamento artístico. Se advierten ecos de Rilke en sus primeros poemas, de Hofmannsthal en el teatro, y de Schnitzler en las narraciones. Son sus primeros poemas titulados Cuerdas de plata. Tras obtener el título de doctor en Filosofía, reside un año en París. Luego va a Londres y se siente fascinado por la obra del poeta William Blake.

Su primera novela aparece en 1904, El amor de Erika Ewald,  que narra la historia del amor entre la pianista Erika Ewald y un virtuoso del violín durante los ensayos para un concierto . La novela sería el género que más prodigaría durante su exitosa carrera literaria. Su estilo literario era muy particular, pues aunaba una cuidadosa construcción psicológica con una brillante técnica narrativa.

Además de novela, también escribió teatro, poesía y ensayo. Hizo un primer viaje a París en 1915, en donde el contacto con el simbolismo francés le llevó a nuevos experimentos estilísticos: tradujo a Rimbaud, Verlaine, Baudelaire y al belga A. Verhaeren, con quien mantuvo estrecha amistad.

En 1910, visitó La India y en 1912 Norteamérica. En 1913 se estableció en Salzburgo, donde habrá de vivir durante casi veinte años.

En 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se hallaba en Bélgica, donde iba a visitar a su amigo el poeta Emilio Verhaeren. Fue movilizado por su país durante tres años, pero no estuvo nunca en los campos de batalla. Hizo su servicio en Viena, en un despacho de los archivos de la guerra.y luego de haber servido en el ejército austríaco por algún tiempo (como empleado de la Oficina de Guerra, pues había sido declarado como no apto para el combate). Ésta duraba todavía cuando obtuvo un permiso de dos meses, que él aprovechó para trasladarse a Suiza. En 1917 hizo representar en Zurich una obra dramática en nueve cuadros, Jeremías, en el cual se condenaba la guerra. Esta obra es de tendencias pacifistas y en aquél entonces sólo podía representarse en un país neutral.

De este período es Jeremiah, obra antibélica que escribió mientras estaba en el ejército, publicada durante su exilio en Suiza. Esta pieza teatral bíblica inspirada en la guerra europea fue exhibida en Nueva York hacia 1939.

En territorio suizo encontró a otro pacifista expatriado, su querido amigo Romain Rolland, el cual dijo de esta producción cuando se estrenó, que era el mejor ejemplo, por él conocido, «de esa augusta melancolía que sabe ver por encima del drama sangriento de hoy, la eterna tragedia de la humanidad». Junto con Romain Rolland y otros amigos de diferentes países beligerantes, fundó a aquél famoso grupo de escritores refugiados en Suiza que defendieron, contra la guerra, la unidad espiritual de Europa. 

 De inmediato se radicó en Suiza donde trabajó como corresponsal para la prensa libre vienesa, y produjo algunos trabajos en diarios húngaros. Gracias a sus amistades, entre las que estaban Hermann Hesse y Pierre-Jean Jouve pudo publicar sus visiones apartidistas sobre la turbulenta realidad europea de aquellos días. Conoció a Thomas Mann y a Max Reinhardt.

Terminada la guerra, se volvió a su país, pero no se instaló en Viena, sino en Salzburgo, volvió a Salzburgo donde, en 1920 se casó con Friderike Maria Burger von Winternitz, una admiradora de su obra, a quien había conocido ocho años antes. En esa ciudad lleva una existencia laboriosa, interrumpida tan solo por sus frecuentes viajes, que le dan materia y ocasión de nuevas actividades. Allí compuso los volúmenes de cuentos Amok (1922) y Confusión de sentimientos (1925), reunidos luego en un ciclo, La cadena. ambién aparecieron los ensayos contenidos en los tres trípticos titulados Tres maestros (1920), La lucha contra el demonio (1925) y Tres poetas de la propia vida (1930). A este ciclo cabe vincular otro tríptico, La curación por el espíritu (1932). El método empleado en estas trilogías y en la serie de «miniaturas» históricas Momentos estelares de la humanidad es la crítica psicológica de fondo freudiano.

Como intelectual comprometido, Zweig se enfrentó con vehemencia contra las doctrinas nacionalistas y el espíritu revanchista de la época. De todo eso escribió en una larga serie de novelas y dramas, en lo que fue el período más productivo de su vida. El relato histórico Momentos estelares de la humanidad, que publicó en 1927 se mantiene entre sus libros más exitosos.

En ese mismo año de 1928 le vemos en Rusia, invitado por los organizadores de las fiestas celebradas en este país con motivo del centenario del nacimiento de Tolstoi. Hombre de letras, ajeno a la polémica política, y libre, por tanto, de todo prejuicio de secta, Zweig, en estos artículos, contempla el panorama espiritual de Rusia. 

Dos años después visitó a Albert Einstein en su exilio en Princeton. Zweig cultivaría la amistad de personalidades como Máximo Gorki, Rainer Maria Rilke, Auguste Rodin y Arturo Toscanini.

En 1934, publicó su triple biografía Mental Healers, a la vez un ensayo sobre los orígenes de la Ciencia Cristiana (religión espiritualista fundada por Mary Baker Eddy) y el psicoanálisis.

Tras el aumento de la influencia nacional socialista en Austria, Zweig se trasladó un tiempo a Londres; ya por entonces se vio en dificultades para publicar en Alemania, pese a lo cual pudo escribir el libreto para Die schweigsame Frau, ópera del compositor Richard Strauss.

Definido como «no ario», fue defendido por Strauss, quien se negó a eliminar el nombre de Zweig como libretista del cartel de la obra Die Schweigsame Frau (La mujer silenciosa), estrenado en Dresd. Hitler rehusó ir al estreno, como estaba planeado, y poco tiempo después, tras sólo tres representaciones, la obra fue prohibida.

La religión judía no fue parte de su educación. En una entrevista sostuvo:
"Mi madre y mi padre eran judíos sólo por un accidente de nacimiento".

Sin embargo, una de sus novelas, El Candelabro Enterrado narra la historia de un judio, que hizo del objetivo de su vida el preservar la menorá.
En 1936, sus libros fueron prohibidos en Alemania por el régimen nazi.
En 1938, se divorció de su primera esposa. Al año siguiente se casó con Charlotte Elisabeth Altmann y, tras el inicio de la guerra Zweig se trasladó a París Poco después, viajó a Inglaterra, en donde obtuvo la ciudadanía. Vivió en Bath y Londres antes de viajar a los Estados Unidos, República Dominicana, Argentina y Paraguay, con motivo de un ciclo de conferencias, quedando impresionado por el número de asistentes a sus conferencias y por el recibimiento que se le hacía en muchos países de Sudamérica. Sin duda este hecho influiría más tarde en la decisión de instalarse en Brasil cuando abandonó definitivamente Europa.

Después de la publicación de su Novela de ajedrez en 1941 se mudó a Brasil, donde escribió La tierra del futuro (1941). En esta obra, examina la historia, economía y cultura del país. Citando a Américo Vespucio, describe cómo los primeros navegantes europeos vieron al Nuevo Mundo:

En Petrópolis, junto a su esposa, desesperados ante el futuro de Europa y su cultura (después de la caída de Singapur), creían en verdad que el nazismo se extendería a todo el planeta. Un 22 de febrero de 1942 se suicidaron.

Zweig escribió novelas, como Los prodigios de la vida, La estrella bajo el bosque, La cruz, Buchmendel, Veinticuatro horas en la vida de una mujer o Novela de ajedrez; historias cortas, como Caleidoscopio, conjunto de relatos breves; dramas, como Theresite o La Casa al borde del mar; biografías, como María Antonieta, llevada al cine llevada al cine por la M.G.M., Fouché, el genio tenebroso,  María Estuardo, Erasmo de Rótterdam, Paul Verlaine, Casanova, Stendhal o Tolstoi.

miércoles, 22 de febrero de 2012

En el país del arte. Tres meses en Italia, de Vicente Blasco Ibáñez



Un libro como el que tengo en mis manos, En el país del arte. Tres meses en Italia (Ediciones Evohé, en su colección El Periscopio), escrito por el autor valenciano, don Vicente Blasco Ibáñez,  merecía ser presentado a los lectores con un magistral prólogo de otra escritora valenciana, Rosa María Rodríguez Magda, actualmente directora de la Casa Museo en Valencia. Un prólogo que no tiene desperdicio en el que nos habla del Blasco viajero, que no turista,  y de todo lo que nos vamos a encontrar en esta joya del género narrativo de viajes. 

Decía Aristóteles que el arte no consiste en representar las cosas sino la esencia de las cosas. Y esta es, precisamente, la diferencia entre un turista y un viajero. El turista lo que suele hacer es representar las cosas haciendo muchas fotografías de los lugares que acude a visitar pero el viajero lo que hace es darnos a conocer lo que es imposible fotografiar de un sitio, relatándonos todo lo que ve con la mirada atenta de su corazón.

Unas veces los viajes de Blasco Ibáñez fueron forzados por motivos políticos, pero otras el autor valenciano lo hizo para documentarse para sus novelas o para darnos su visión como novelista en un periplo que duraría seis meses, tiempo durante el cual recorrería una serie de países cuyas impresiones quedarían plasmadas  en su obra La vuelta al mundo de un novelista.

Este viaje al país transalpino lo hizo cuando tenía tan solo diecinueve años. En este caso, los motivos eran políticos. Era el mes de marzo del año 1886. Un grupo de notables decide convocar una manifestación en  Valencia “en nombre del honor nacional” en repulsa “por los ataques de que ha sido objeto la nación española por parte del senado americano”. La manifestación se deniega pero la multitud acude a la plaza de toros valenciana, en donde se pensaba realizar un mitin, también prohibido. Se producen graves altercados y se declara el estado de guerra. Los firmantes de la solicitud son detenidos, entre ellos el autor de este libro. Logra escapar tras su detención y encarcelamiento, emprende su huída y llega en barco hasta Génova. Sus artículos sobre el viaje italiano irán llegando al diario El Pueblo, donde seguirán publicándose las crónicas que finalmente compondrían este libro. 

Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, Francia, 1928), abogado, político, escritor y viajero incansable. Se distingue por sus ideas republicanas, que divulga en editoriales y periódicos, muchos de ellos creados por él mismo, como El Pueblo en 1894. Por esta militancia es perseguido durante múltiples ocasiones. Sus grandes novels regionales se recrean en TVE y se convierten en lecturas recomendadas en escuelas e institutos. Escritor cuya obra es reconocida internacionalmente y se postula como premio Nobel. Las más populares son Arrroz y Tartana (1984), Cañas y Barro (1902), La barraca (1898) y Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916), sobre la Primera Guerra Mundial, que se convierte en el libro más vendido en Estados Unidos en 1919. 

El relato comienza cómo no, recordando la grandiosidad del Mediterráneo, su mar. Mar que lo conduciría hasta el puerto de Génova, inicio de su recorrido viajero por Italia. “Es el Mediterráneo el mar de los recuerdos. Las mismas aguas que nos mecen son por las que se abrieron las naves fenicias que llevaron la civilización y la vida al Occidente europeo.”  Recuerdos que el viajero nos va rememorando mientras navega por las aguas del Mare Nostrum. Mar por el que surcaron sus aguas las poderosas escuadras de cartagineses, de romanos o de griegos y que hizo grande a la corona de Aragón.

Como si de su amigo el pintor Joaquín Sorolla se tratase, nos va describiendo, con extraordinaria precisión y certeras pinceladas, los colores y olores de todo lo que su vista y su memoria alcanza en su recorrido por las ciudades emblemáticas de Italia. Precisión  propia de quien ejerce su oficio con soltura.

Desde los mármoles de Génova, ciudad de contrastes, donde vemos fastuosos palacios y míseros callejones, a la Nápoles del dolce far niente, de los napolitanos que les gusta llevar una vida relajada y ociosa; la ciudad que de día es un avispero  que se agita con ruidoso zumbido y de noche se convierte en una eterna serenata. Desde las ciudades de Milán —con su plaza del Duomo, la hermosa catedral y el teatro Scala—y Turín —la ciudad del poeta del socialismo, Edmondo de Amicis— la verdadera cuna de la unidad nacional, a Roma, sin más industria que la explotación del viajero, donde en parte alguna se siente la grandeza de la Ciudad Eterna como en las ruinas del Foro: allí se alzaban majestuosas las grandes construcciones dedicadas al culto, a la justicia y al poder político del pueblo; en Roma también está el Coliseo, un circo gigantesco donde cabían holgadamente ochenta y siete mil espectadores, el circo del “pan y espectáculo”. Es la Roma donde también nos encontramos con la capital del mundo católico, con el Vaticano, el palacio más grande de cuantos existen en el mundo, al que se accede por entre los suizos que montan la guardia, y en donde nos encontramos la capilla Sixtina, la biblioteca o las logias. El Vaticano, donde dejaron su huella artistas como Rafael y Miguel Ángel.

Blasco Ibáñez nos lleva también a Pisa, donde está el Palacio de los Caballeros de San Esteban, la Catedral, cuyas naves laterales recuerdan la mezquita de Córdoba, donde admira la famosa torre inclinada;  Pompeya, la ciudad resucitada, la ciudad que Bulwer-Lytton inmortalizó en su novela Los últimos días de Pompeya. Florencia, la cuna del Renacimiento, la Atenas de Italia, la ciudad del gran Medici y su corte de sabios, el palacio de los Uficci. Venecia, la reina de las lagunas, un lugar de ensueño, la plaza de San Marcos, las góndolas que se mecen flotando en el Gran Canal, esperando a los turistas. Asís, la ciudad de San Francisco, la ciudad en la que damos un inmenso salto a la Edad Media, en donde abundan más los palacios antiguos que las casas modernas y en donde entre su población abundan más los  curas y frailes que los laicos.

Son 271 páginas que merecen la pena leerlas escritas por una de las mejores plumas que dio nuestro país, reconocido internacionalmente. Un joven escritor republicano, reconocido admirador de Garibaldi pero también de Umberto de Saboya, que tuvo que huir a Italia y decidió recorrerla durante tres meses pero sin dejar de pensar en lo que ocurría en su tierra, en Valencia, hasta que le dicen que puede regresar.


viernes, 17 de febrero de 2012

Entrevista a Damián Montes, autor de Gallinas nuevas en vino malo





Damián Montes Castillo (Almuñécar-Granada, 1981). Sus primeras colaboraciones aparecen en revistas como “Akelarre Subversivo” y “Androito Fanzine”. Su primera novela, También olvidado, publicada en 2010, describe al desnudo la realidad de un pueblo desde la ficción, transgrediéndola así con tintes sarcásticos de humor y reflexiones políticas a través de la mente de un personaje apolítico. Relato de un pueblerino del futuro llamado Mauro Ruiz, que nos ofrece un tal Jaime G. Érica, podremos conocer ese futuro desde la perspectiva del habitante de una de esas zonas víctimas de la involución, por suerte o por desgracia. Su segunda novela, Gallinas nuevas en vino malo es Especie de receta literaria cuyos ingredientes son: Un realismo sazonado con un toque grotesco; un romanticismo decadente, aderezado con cierto tono escéptico; y la ficción molida, a la cual se le añade un aliño de verosimilitud. Todo ello, bien removido, nos permitirá descubrir lo que se cuece en este particular municipio de principios del siglo veintiuno. Su aroma destila un vicioso olor a esperanzas desavenidas; mas, una vez lo degusten, puede no dejarles un mal sabor de boca.

 1.  Me imagino que esta pregunta sobre el título se la habrán hecho más de una vez. La verdad es que me gustan los refranes, chascarrillos y giros populares a los que se les puede sacar jugo, pero reconozco que este jamás lo había oído en boca de nadie hasta que tuve su libro en mis manos.

DMC.- Pues menos mal que usted nunca lo había oído, porque en realidad era una perogrullada. Leído en la novela ha quedado mucho mejor, le he dado el sentido que le faltaba y he intentado hacer de una frase burda una historia llena de historias que parodian a la sociedad postmoderna.

2.  Otra cosa que me llamó la atención del libro fue el empleo del término «busilis», palabra que por curiosidad llegué a buscar en el diccionario. Desde luego, es verdad que siempre aprendemos algo.  ¿Por qué busilis y no capítulos, que es lo más habitual en un libro?

DMC.- Porque de lo que se trata es de averiguar la filosofía que desprende la novela en general: el porqué de esa frase; el por qué al final esa frase que le da título a la obra se convierte en su esencia; el cómo una frase tan vulgar, dicha por el personaje más torpe y ordinario, en última instancia es la que da la solución, la conclusión irrevocable que realmente ofrece una enseñanza. Por eso el título de cada uno de los apartados no se refiere a una especie de síntesis del mismo, sino que da la pista a seguir en cada una de esas semanas para que todo desemboque en Gallinas nuevas en vino malo, título también del último apartado el cual, si no se lee desde el principio la obra siguiendo el orden de los acontecimientos que se van exponiendo, aunque se consiga conocer su significado, no se comprenderá verdaderamente.

 
3. También olvidado, por lo que leí sobre la sinopsis del libro, trata sobre tema social. ¿Es su línea a seguir o hay algún proyecto de temática distinta?

DMC.-Mi línea a seguir es precisamente no tener línea a seguir. Lo que intento es romper con todo tipo de temática o evitar que se me encasille en una temática concreta. Para ello, no hago otra cosa que jugar con diferentes estilos y géneros literarios. Para mí el acto de escribir es eso: ser capaz de redactar una misma historia desde puntos de vista y estilos narrativos diferentes. Podría ponerme a escribir una novela de un tema o un género en concreto, pero eso me acabaría aburriendo. Por ahora mis ideas se orientan a seguir ese rumbo; aunque no descarto nada y puede ser que en un futuro llegue a centrarme y a decantarme por un estilo narrativo en especial.

4.  Los temas que trata en sus libros son atemporales. Pueden adaptarse bien a los años setenta o a nuestros días. ¿Tan poco hemos cambiado los españoles en este sentido?

DMC.- Hace unos años tuve la oportunidad de asistir a un simposio sobre la Transición Española. Varios ponentes aseguraron que la transición hacia la democracia duró en España hasta 1.979, otros que hasta 1.983, e incluso algunos se atrevieron a decir que a día de hoy aún estamos en período de transición. Por mi parte, en la novela hago una representación sarcástica de nuestros días. Me agrada saber que la obra le haya llevado a usted a hacerse esa pregunta, pero yo no soy quién para mostrar una conclusión determinada, pues podría estar cometiendo el error de sesgar la información (error que se produce habitualmente en los medios de comunicación).

 
5. – Su estilo literario se define como «apología de lo bajuno».  Me recuerda al rock rústico de su paisano El Koala (muy buen cantante, por cierto) que en sus canciones también habla de temática social. ¿Cómo definiría lo bajuno?

DMC.- La definición de lo bajuno no es otra que la que viene en el diccionario: «Bajo, soez». En parte, el matiz que pretendo darle al usar esta palabra para definir un estilo narrativo, es el de adaptar a mi contexto más cercano el término inglés underground (como movimiento contracultural o alternativo). El Koala me parece un tipo simpático, cuyas letras y forma de ser podrían coincidir con algunas características de ciertos personajes que aparecen plasmados en la novela. Sin embargo, no me inspira el rock rústico de El Koala. Sí que hay un grupo de música que es sublime: Hora Zulu, cuyas letras son soberbiamente geniales y su fusión de rock, metal, rap y flamenco es bestial. Por cierto, el próximo 5 de marzo saldrá a la venta su último disco “Siempre Soñé Saber Sobre Nadie Negó Nunca Nada”, del cual se puede ya escuchar uno de los temas incluidos como adelanto: http://horazulu.bandcamp.com/album/siempre-so-saber-sobre-nadie-neg-nunca-nada.
6. – Este tipo de novelas, ¿requieren mucha documentación o se basan más bien en lo que uno observa a su alrededor?

DMC.- Un novelista debería poseer los conocimientos necesarios para no tener que documentarse demasiado, a no ser que su obra sea didáctica o de investigación. Yo escribo con la intención de divertir, entretener al lector, provocarle sensaciones cuando se sumerja en la lectura, como una forma más de ocio; no para enseñarle ni darle una lección magistral. A pesar de ello, sí que me gusta repasar apuntes y rememorar conocimientos para que la obra tenga algo de calidad literaria; aunque prefiero no poner demasiada información de esa que lo único que hace es rellenar páginas. Quizás me haya pasado en las partes en que utilizo la prosa rimada, por las rimas que aparecen a modo de canciones en la novela y que algunos lectores han interpretado como una pausa larga de la trama general de la obra, pero todo tiene su por qué. 

7. – Imaginación desde luego no le falta. Me refiero a los nombres que utiliza a lo largo del libro en el tema religioso o los programas de radio o televisión que hacen furor en la audiencia. ¿Puede haber influencia de Forges en ellos, por ejemplo?

No es necesario para ello la influencia de nadie. Es simplemente una forma de caricaturizar esta sociedad de carcajada por buscar su reflejo en otra que es de risa.

 
8. – Y unos habitantes muy peculiares los de La pequeña ciudad. Da a entender que no hay color político y todos son iguales en el fondo. ¿Se puede definir así al ciudadano español en general?

La novela y la situación actual de la sociedad se define con su título: En general, todo/s son Gallinas nuevas en vino malo.

Muchas gracias por su entrevista.

Para mí ha sido divertido contestar una entrevista como esta. Gracias a usted por su interés por este tipo de novelas y por el apoyo a escritores noveles como yo.

jueves, 16 de febrero de 2012

Entrevista a Estrella Cardona Gamio, escritora



Estrella Cardona Gamio, hija de padre alicantino y de madre peruana, procede de una familia con antecedentes intelectuales y literarios. Se puede decir que se educó entre libros, ya que estos fueron los primeros compañeros de su infancia.

La característica más acusada de esta escritora es que todas sus libros son de géneros diferentes ya que no le gustan los encasillamientos, así alterna los relatos con la novela de humor, el drama, el ensayo, el cuento infantil y etc.

Con el sello editorial de C. CARDONA GAMIO EDICIONES publicó los siguientes libros: 

Taller libre de Literatura, que nació prácticamente a petición del público que visitaba nuestra página web; las muchas cartas que recibíamos haciéndonos preguntas referentes a cómo y de que forma escribir literariamente.
Adriel B., su desesperada lucha por sobrevivir como escritora, sus amores apasionados, su trágica promiscuidad, su continua huida del mundo real a través del alcohol, eso es lo que vas a leer en esta novela que disecciona sin concesiones las intimidades de un problema en cuya magnitud nadie parece reparar porque todos somos bebedores sociales aunque no todos seamos alcohólicos.

La trampa de ser mujer nació a raíz de una charla sobre literatura y que después, en el coloquio posterior las preguntas que salían del público asistente apuntaban en una sola dirección: ¿es la mujer importante, es decir, la aventaja el hombre por el hecho de serlo, somos menos al ser mujeres, ciudadanos de segunda, las eternas tuteladas que no pueden dar un paso sin la aprobación masculina?

El abrigo de Clark Gable y otros relatos: En este libro se albergan 14 narraciones que tocan todos los géneros y van de una época a otra indistintamente, pues mientras una transcurre en la Roma de los césares las otras son diversas.

El abuelo que no sabía explicar cuentos: Érase una vez un abuelo que no sabía explicar cuentos a sus nietos, lo cual resultaba muy triste porque los otros abuelos que él conocía, sí que podían hacerlo.
La canción de la manzana  es una  novela que, en clave de humor, encierra una crítica social constructiva y sumamente divertida cuya lectura, aunque no soluciona los problemas, aleja las preocupaciones poniendo a los lectores de muy buen humor. Altamente recomendable en tiempos de crisis.
La otra vida de T. Loure:  Novedad literaria en la que la escritora nos relata la historia de T. Loure. Novela muy original cuyo argumento, según la autora, no ha sido nunca escrito en España.

1.  Puede decirse que es escritora desde los ocho años. Parece que ya tenía claro lo que quería ser de mayor.

ECG.-Nunca pensé en eso realmente. Empecé a escribir porque me gustaba inventar historias y por imitación; soy lectora desde los seis años, y aquel era un universo que me fascinaba,  después, a medida que iba creciendo es cuando decidí que de mayor sería novelista, al margen de la profesión que pudiese ejercer.

2. Recibe su primer premio por el cuento corto El rey del desierto y luego llegaría otro segundo premio.

ECG.- Sí, y fue lo peor que me pudo haber pasado porque tenía 15 años y eso me hizo creer que todo el monte era orégano, o sea, que publicar era lo más sencillo del mundo. No es que reniegue de El rey del desierto ni de la alegría que sentí cuando lo vi publicado, mas la inexperiencia me desligó de la realidad. El segundo premio, muchos años después, lo recibí por un relato policíaco que pasó a formar parte de una antología. Para entonces ya no creía en los milagros.

3. Pero editar no es fácil y menos para un escritor o escritora novel.

ECG.- No, no lo es, lo que sucede es que yo no lo sabía.

4. Háblenos sobre su relación con la prensa escrita.

 ECG.- De mayor he escrito para revistas y prensa , he sido miembro de la Asociación Española de Periodistas y Corresponsales, con relatos y artículos, también he colaborado en radio,  como invitada y posteriormente, durante seis años, en programa propio dirigido, producido y presentado por mí.

5. Nace C Cardona Gamio Ediciones, una innovación en el mundo editorial.

ECG.- Eso fue el año 1999 y a través de Internet, mi hermana Concha como editora y webmaster y yo como escritora ya que a lo largo de los años fui acumulando mucha obra escrita,, la innovación, si quiere usted denominarla así, fue lanzarse sin reflexionar en una aventura de la cual lo desconocíamos todo. Convenientemente registrados, la lectura de novelas, relatos, cuentos infantiles, etc., era gratuita, y como en Internet lo gratuito tiene siempre un gran éxito, esta iniciativa lo tuvo. En el 2006, a finales, y alentadas por la impresión bajo demanda, mi hermana convirtió a C. Cardona Gamio Ediciones,  www.ccgediciones.com,  en un pequeño sello editorial que editaba en papel y en e-book, y ahí continuamos llevando ya 7 libros publicados. Sé que muchos podrán preguntarse si editamos a otros autores, la respuesta es no, ya que carecemos de las infraestructuras económicas necesarias que pudieran permitirnos hacerlo y desde luego no pertenecemos a esa clase de individuos desaprensivos que haciéndose pasar por editores experimentados, se lucran con la ingenuidad de los novelistas primerizos.

6. ¿Puede ser esta una solución para los escritores noveles que vean rechazados sus manuscritos?

ECG.- Si se atreven a ponerse por su cuenta , prescindiendo de dudosos intermediarios, desde luego. Ahora bien, yo recomendaría a los noveles que antes de enfrascarse en tareas de editor tuvieran el suficiente criterio desapasionado como para darse cuenta de que lo que han escrito es interesante y tiene gancho porque invertir tiempo, esfuerzo, ilusiones, y dinero, en una obra que no lo justifica puede ser traumático.

7. Veo que también colabora con la prensa digital.

ECG.- En efecto. Eso es normal en el mundillo de Internet. Actualmente colaboro con La Comunidad de El País y con la revista venezolana Letralia.

 8. ¿Algún escritor  ha influido en su estilo?

ECG.- Mentiría si mencionase sólo a uno ya que han sido varios y todos muy diferentes. Lo que si puedo decir es que éstos son extranjeros porque muchos escritores españoles, adolecen de cierto provincianismo que ha tenido a la novela española anclada en el siglo XIX, y aun todavía persiste en algunos casos, al tomar como ejemplo a clásicos ilustres, y hoy en día, a tiempos diferentes, el lenguaje ha de estar acorde, como, por ejemplo, lo demuestra el gran éxito de El tiempo entre costuras, de María Dueñas, una novela moderna y muy bien escrita que se aparta de los trillados caminos seguidos a menudo en la novelística española y que ha venido a ser una bocanada de aire fresco en nuestro panorama literario.

9. Es usted licenciada en Bellas Artes. ¿Qué relación mantiene con el mundo de la pintura?

ECG.- Ahora ninguna, pero hace años realicé varias exposiciones personales y alguna colectiva. En la actualidad me dedico a ilustrar mis cuentos infantiles, como, por ejemplo, El abuelo que no sabía explicar cuentos.

10. ¿Alguno de los personajes creados por usted puede considerarse su alter ego o tienen algo de su autora?

ECG.- Cualquier  escritor pone en ocasiones algo de sí mismo en sus héroes, sea el tal persona o una simple rana, no importa de quien se trate. El novelista tiene algo de médium , es como un pasillo por donde circulan situaciones y personajes diversos.

Muchas gracias . Seguiremos pendientes de sus éxitos como escritora.

A usted por su gentileza.





miércoles, 15 de febrero de 2012

El pequeño salvaje, de T. C. Boyle


T. C. Boyle (Peeksill, Nueva York, 1948), es uno de los más famosos narradores estadounidenses del momento, por su sensibilidad, ironía y talento narrativo. Escritor que suele basar algunas de sus obras en hechos reales, como es el caso de Música acuática (1981), que narra las aventuras del explorador escocés Mungo Park, descubridor del curso del río Níger o The Woman (2009) donde narra la vida del arquitecto  Frank Lloyd Wright a través del testimonio de cuatro de las mujeres que pasaron por su vida. Pero Boyle sorprende también con otro tipo de literatura, como la sátira que utiliza en Drop City, ambientada en los años 70, o El balneario de Battle Creck (1993), al que acude gente de postín para aprender a llevar una vida sana o curar sus dolencias gastrointestinales,  pero donde también nos muestra las excentricidades de un científico loco, como es el doctor Kellogg.  Una comedia adaptada con éxito a la gran pantalla en 1994 por Alan Parker y con Anthony Hopkins en el papel del excéntrico doctor. 

Sin embargo, pese a los premios cosechados, - como el Pen/Malamoud por su novela de relatos T. C. Boyle Stories, el Pen/Faulkner por El fin del mundo (1987) o el Prix Médicis Étranger, a la mejor novela publicada en Francia en 2003 por la anteriormente citada Drop City- parece que es un autor poco conocido en nuestro país, quizá porque no es un escritor mediático y parece que sus obras no atraen a la gente por la temática provocadora de alguna de sus obras o por tratar temas que están de actualidad.

Impedimenta ha apostado por una de sus obras basadas en hechos reales, El pequeño salvaje, para dar a conocer su narrativa. Anteriormente, fue llevada  al cine por François Truffaut en 1969 con el título de L´enfant sauvage, considerada como una joya del séptimo arte. Es lo que los franceses denominan nouvelle o relato corto, con traducción de Juan Sebastián Cárdenas. En El pequeño salvaje  Boyle nos presenta, de forma apasionada y conmovedora, la historia de Víctor, el niño salvaje de Aveyron, que unos cazadores encontraron en los bosques de Lacaune en la región francesa de Languedoc, en 1797, totalmente desnudo y asilvestrado. Es protegido por las autoridades gubernamentales y enviado a París donde “a pesar de la orden estricta del Ministerio del Interior de que hicieran llegar al niño sano y salvo y sin percances, Bonnaterre no pudo evitar tener que hacer varias paradas por el camino, y complacer a la gente, dejándoles echar aunque fuera un breve vistazo a aquel prodigio”. Fue puesto en manos del doctor Itard para que pusiera todos sus medios en tratar de civilizarlo.

La literatura, desde sus inicios, da muchas referencias a este fenómeno. En la mitología nos encontramos a Rómulo y Remo, los fundadores legendarios de Roma, que fueron amamantados por una loba. En el siglo XIX , aplicando la figura de criterios ilustrados de el buen salvaje de la época, Rudyard Kipling creó la figura de Mowgli en El libro de la selva. En el siglo XX, en 1912, Edgar Rice Burroughs hizo lo propio con Tarzán. En estos dos libros citados la línea que divide el universo de los seres humanos y el de los animales se vuelve casi nula, integrando el mundo de las especies. Ya en el siglo XXI, la escritora australiana Eva Hornung nos trae El niño perro, donde nos relata una historia basada en la experiencia del punto de vista del niño y no de los científicos que lo estudian. Basada en un hecho real, la novela relata cómo el pequeño, abandonado por su madre en Moscú, es acogido por una manada de perros. Es el caso de Romochka. La novela relata cómo el pequeño, abandonado por su madre en Moscú es acogido por una manada de perros.

 De una forma magistral Boyle nos va describiendo en este relato todo el proceso de intento de civilización de Víctor, con un realismo tal que parece que vamos viendo el transcurrir de los hechos, viendo cada lugar por el que pasa el niño salvaje hasta llegar a París, sus reacciones ante el mundo nuevo que le rodea,  el trato que con él tiene Sicard, que lo tomaba por un idiota, o cómo lo exhiben en su visita a Madame Récamier, pero también vemos el lado humano de aquellos que intentan ayudarle como el incansable doctor Itard o el cariño con que le trata la señora Guérin. Es, sin duda, un maestro en describir el alma humana con todo lujo de detalles.

Es un libro testimonio, un documental fantástico, en el que Boyle es la voz en off del mismo. Merece la pena la lectura de sus 121 páginas porque vamos siendo testigos de ciertos progresos de comunicación de Víctor, de sus reacciones ante el nuevo panorama que se le presenta y de la paciencia del doctor Itard para lograr sus objetivos.







martes, 14 de febrero de 2012

No le hables mal de mí al niño, de Julia Villares Anllo


                                                               
     
No le hables mal de mi al niño (Éride ediciones) es la novela con que la escritora gallega Julia Villares Anllo, nacida en el año 1945, en Distriz, Villalba (provincia de Lugo) pero afincada en Barcelona, se lanza al ruedo literario. Un título que, de por sí, parece no muy atrayente, pero que también dice mucho de qué puede tratarse la historia que en él se encierra. 

 Y, efectivamente, desde la primera página nos vamos dando cuenta de que es un relato en el que la protagonista, Maribel García, va reflexionando y tratando de explicarse y explicarnos, en primera persona y durante los diez capítulos de que consta la novela, las decisiones que adoptó en el pasado. Un pasado que cree lleno de contratiempos que “me persiguen y me encuentran, ciertamente es así o así ha sido hasta ahora, porque quiero pensar que esta racha se acabó”.

Nos encontramos con una Maribel inquieta, centro de atención de todos los que la rodeaban en su barrio de El Carmelo, en Barcelona. Sus padres, su vecino Carlos, con el que jugaba desde pequeña y con el que luego quiso experimentar lo que era el amor. Una relación que terminaría en matrimonio fruto de un embarazo tras una serie de encuentros a hurtadillas en el parque Güell. Ella se creía feliz tras su matrimonio pero pasa el tiempo y se da cuenta de que su juventud no merecía esa vida y necesitaba ser libre. El ser ama de casa no estaba hecho para ella. Esa soledad en el hogar y escuchando los programas de radio que la acompañaban en esa tediosa vida fueron las que la empujaron a tomar la decisión que escandalizaría a sus familias y dejaría totalmente abatido a su marido.

Desde su atalaya movediza, como ella nos recordará a menudo, intentará a lo largo del relato, meditar sobre su pasado, el pasado reciente, el de su matrimonio y relación con su familia, con el Sr. Ramón, el frutero, que la despidió al poco de ocupar el puesto que durante años venía desempeñando su madre, y el pasado más lejano, que de vez en cuando le venía a la memoria, como era su infancia y sus juegos con Carlos, su vecino, su fracaso de relación con ese chico al que conoció pero no le hizo caso.

Reflexiones muy bien trabajadas por la autora, dando saltos en el tiempo, según surgían los acontecimientos, expresadas con un lenguaje sencillo y directo, que el lector agradece, pero que sabe expresar bien los sentimientos de Maribel y de toda persona que la rodea. Con ese lenguaje nos mostrará el mundo de esa chica incomprendida que buscaba la libertad, una libertad que creía fácil pero que terminaría con ella en un hospital de Manresa. Pero no ceja en su empeño y, ya restablecida, prosiguió con su búsqueda. 
 
Una búsqueda que la protagonista aprovecha para mostrarnos la ciudad condal. Ya visitamos el barrio de El Carmelo, el parque Güell. Ahora nos llevará por la Diagonal, encontrará un trabajo estable en el barrio del Buen Pastor, y se paseará entre el bullicio de Las Ramblas, en donde se encontrará con el poeta Ireneo. 

Nos encontramos, pues, con una novela atractiva desde la primera página, donde no falta la acción, el drama, un drama que lo vivirá en primera persona, y unos diálogos cortos que dan viveza a la acción. Atractiva también por la naturalidad con la que se nos presenta a los personajes del relato, personajes sacados de la vida cotidiana, que hace que nos identifiquemos fácilmente en alguno de ellos y les tomemos cariño.

Una obra de fácil lectura desde la primera página lo que facilita que sigamos con interés la historia de Maribel, lo que va pasando en el círculo de personas que la rodean, los pensamientos que, ya en edad madura, le harán ver si ha tomado la decisión correcta o no y, lo que más le inquietaba a ella, es ver si sería correspondida por ese nuevo amor que había encontrado.

Sin lugar a dudas, la recomiendo pues muchos de los lectores se verán identificados en ella y nos da lugar a reflexionar sobre las decisiones que tomamos en nuestra vida que, con el paso del tiempo, veremos si hemos tenido razón o no.

Título: No le hables mal de mí al niño
Autora: Julia Villares Anllo
Diseño portada: Éride. Diseño gráfico
Éride ediciones, 2011
Nº. Págin as: 248
ISBN: 9788415160397







                                              

               

lunes, 13 de febrero de 2012

Entrevista a María José Galván, autora de la novela El patio dormido



Maria José Galván (Madrid, 1962) es licenciada en Historia del Arte, y autora de Cuento de Otoño, relato que ganó el primer premio del III Concurso de Relato Histórico de Hislibris.

 
1.- Como dije en mi crítica de su novela, no hace mucho leí una de un autor bengalí que se desarrollaba prácticamente en interiores. Era un hotel y me encantó. La suya, El patio dormido, prácticamente tiene una estructura teatral, de interiores. Y también le auguro el mismo éxito. ¿Cómo surgió la idea de El patio dormido?

MJG.- Puede decirse que la novela tiene una base real; de hecho, el barrio, los edificios y el patio no solo existen, es que pertenecen a mi cotidianidad; el patio lo es de mi casa, el lugar donde he vivido desde que nací. Hará cosa de ocho años, el último de los árboles, podrido desde su raíz, se cayó provocando el destrozo de dos automóviles estacionados en el recinto interior que, como en la novela, está abierto al paso de los intrusos. La consecuencia fue una denuncia por daños a cada una de las fincas. Casualmente la presidenta de la comunidad era yo y me tocó enfrentarme al problema. La indiferencia, los silencios, cuando no la hostilidad hacia cualquier iniciativa que implicase abrir los ojos a la situación, me llevaron a escribir El patio dormido. Le agradezco sus buenos vaticinios.
2.- Y para empezar una novela coral, nada menos. El esquema de los inmuebles que dan al patio ayuda mucho a entender el desarrollo de la misma y a ir conociendo a los vecinos. Me imagino que los personajes darían muchos quebraderos de cabeza.

MJG.-No, la verdad es que no, porque todos, de un modo u otro, existen. No es que los habitantes de El patio dormido sean mis vecinos, aunque las reacciones y actitudes que muestren en la novela se parezcan sospechosamente a las que mantuvieron en la realidad. Además, los personajes me ayudaron mucho en el proceso de creación. Sé que suena un poco extraño, pero casi, casi, estoy por asegurar que fueron ellos los que me iban guiando. Unos te arrastran a prestarles mayor atención que a los demás; otros se resisten a comparecer en la trama; a veces, basta un cambio de nombre para que el personaje reacio cobre presencia... Por otro lado, no concibo la novela sin la participación coral de un abigarrado universo humano.

 3.- ¿Es aficionada al teatro, quizá?. Lo digo por la estructura de la novela, que bien podría representarse en un escenario.

MJG.-Efectivamente, el teatro está muy presente en mi vida; no sólo como lectora y espectadora. Lo ha estado siempre. En mi infancia, por unas razones; después, porque mi hijo tuvo también su momento de pasión por el teatro; y ahora, porque mi marido dedica gran parte de su tiempo al arte escénico.

4.- ¿Hay algún personaje de su novela que se le parezca o en todos hay algo de usted?

MGJ.-¡Ay, qué pregunta tan comprometedora! En un principio, reconozco que me identifiqué mucho con el personaje de Paula, la madre de Julio. Tal vez porque ella representa la mirada ajena, externa y objetiva hacia la situación del patio; era mi mirada. Pero después, conforme fue avanzando la historia, la figura de Amalia fue adquiriendo más rasgos míos de los que me gustaría reconocer.

5.-  El trabajo de documentación tuvo que ser arduo, dada la temática de El patio dormido. Departamentos relacionados con urbanismo, Justicia, etc. 

MJG.-Sí, toda la labor previa a la escritura resulta ardua, pero muy gratificante. Aprendí mucho sobre la conformación urbanística de Madrid, su crecimiento en los años 50, sobre Derecho de la Propiedad, las diligencias forenses... De todo este proceso de investigación, al final, sólo queda un sedimento, que es absolutamente necesario para dar verosimilitud a lo narrado. Por ejemplo, de la visita al Instituto Anatómico Forense —la parte más triste del trabajo—, me absorbió la necesidad de transmitir al lector ese olor peculiar de sus pasillos y salas, porque esa sensación resulta más expresiva que cualquier farragosa descripción sustentada sobre lo que pudiera percibir una simple mirada.
6.- El último sábado de febrero, san Román,... ¿Por qué esa coletilla del santoral a algunos días determinados que figuran en la novela?
 
MJG.-Es una manera de marcar el tiempo, una forma de señalar los días que ya hemos perdido. Y recalca, además, cierta espiritualidad presente a lo largo de toda la novela.

7.- Creo que todos los que leímos la novela nos sentimos reflejados en ella. ¿Somos realmente así en nuestras relaciones diarias con nuestros vecinos de  portal?

MJG.-En realidad, los vecinos no se llevan mal; son personas educadas y muy correctas, como suele suceder en casi todas las comunidades… afortunadamente. Ahora bien, cuando hay un asunto espinoso que supone poner de manifiesto intereses y, sobre todo, dinero, me temo que las reacciones sean muy similares a las de El patio dormido. En circunstancias amenazantes, los seres humanos podemos llegar a ser terriblemente egoístas e insolidarios. ¿Usted qué opina?

8.- Una novela para todo tipo de lector, dada la temática y el lenguaje que emplea. Un  gran acierto esta elección. 

MJG.-Muchas gracias. Creo que, como todo texto que posea aspiraciones literarias, El patio dormido admite diversas descodificaciones. Pienso que esos variados niveles de lectura pueden procurar su disfrute a lectores heterogéneos, independientemente de que éstos tengan o no relaciones vecinales.

9.- ¿Algún escritor o escritores han influido en el estilo de esta su primera novela?

MJG.-Tengo que reconocer que tras el detallismo con el que describo algunas escenas, hay algo galdosiano. Y es que don Benito me apasiona. Del mismo modo que me seduce muchísimo Miguel Delibes y esa manera suya de captar los distintos registros del habla que reflejan sus personajes.

10.- Me imagino que tendrá algún proyecto in mente para novelar. Se le augura un buen futuro como escritora. 

MJG.-Es usted un lector y un crítico muy amable. Espero y deseo que también sea un buen vidente. De momento, ando centrada en la tarea de documentación para una historia que lleva tiempo instalada en mi cabeza exigiendo ser contada.

 
11.- ¿Le da igual la temática o hay alguna época en concreto sobre la que le gustaría escribir?

MJG.-Cada vez estoy más convencida de que son las historias las que eligen a quien las escribe y no a la inversa. Me da la sensación de que en algún lugar prodigioso existen multitud de realidades y de infinitos personajes que desean adquirir vida, ser; y que son ellos los que te incitan a la escritura. En efecto, hay una nueva historia en camino: un universo de figuras en el Madrid de hace casi un siglo que tienen mucho que ver, ¡cómo no!, con el mundo del teatro… ¡Y hasta ahí puedo aventurar!

 
12.- Ya Mª José Galván no es una persona más. Ahora vienen las presentaciones, los encuentros con los medios de comunicación. Será más conocida por el público en general. ¿Qué se siente cuando escucha “mira, ahí va la autora de El patio dormido”?.

MJG.-Creo que me daría un poco de miedo, para qué le voy a engañar. De hecho, mi intención inicial fue que la novela se editara con un seudónimo muy galdosiano, con el fin de que fueran los personajes quienes coparan el foco de atención. No porque sea tímida ni modesta, sino porque —como ya sugerí antes— creo que sólo soy un conducto para que la historia llegue a los lectores y que éstos se conmuevan o se indignen con Amalia y los Centeno, con el doctor Chamorro, Sérvulo, Macarena o el farmacéutico Tamayo...; ellos son los que deben ser conocidos, no yo.

Fue un placer hacerle esta entrevista. Gracias en nombre de Melibro y le deseo mucho éxito con El patio dormido. Espero que no sea el último.

MJG.-Muchísimas gracias.