Damián Montes Castillo (Almuñécar-Granada, 1981). Sus primeras colaboraciones aparecen en revistas como “Akelarre Subversivo” y “Androito Fanzine”. Su primera novela, También olvidado, publicada en 2010, describe al desnudo la realidad de un pueblo desde la ficción, transgrediéndola así con tintes sarcásticos de humor y reflexiones políticas a través de la mente de un personaje apolítico. Relato de un pueblerino del futuro llamado Mauro Ruiz, que nos ofrece un tal Jaime G. Érica, podremos conocer ese futuro desde la perspectiva del habitante de una de esas zonas víctimas de la involución, por suerte o por desgracia. Su segunda novela, Gallinas nuevas en vino malo es Especie de receta literaria cuyos ingredientes son: Un realismo sazonado con un toque grotesco; un romanticismo decadente, aderezado con cierto tono escéptico; y la ficción molida, a la cual se le añade un aliño de verosimilitud. Todo ello, bien removido, nos permitirá descubrir lo que se cuece en este particular municipio de principios del siglo veintiuno. Su aroma destila un vicioso olor a esperanzas desavenidas; mas, una vez lo degusten, puede no dejarles un mal sabor de boca.
1.
Me imagino que esta pregunta sobre el título se la habrán hecho más de
una vez. La verdad es que me gustan los refranes, chascarrillos y giros
populares a los que se les puede sacar jugo, pero reconozco que este jamás lo
había oído en boca de nadie hasta que tuve su libro en mis manos.
DMC.- Pues menos mal que usted nunca
lo había oído, porque en realidad era una perogrullada. Leído en la novela ha
quedado mucho mejor, le he dado el sentido que le faltaba y he intentado hacer
de una frase burda una historia llena de historias que parodian a la sociedad
postmoderna.
2.
Otra cosa que me llamó la atención del libro fue el empleo del término
«busilis», palabra que por curiosidad llegué a buscar en el diccionario. Desde
luego, es verdad que siempre aprendemos algo.
¿Por qué busilis y no capítulos, que es lo más habitual en un libro?
DMC.-
Porque de lo que se trata es de averiguar la filosofía que desprende la novela
en general: el porqué de esa frase; el por qué al final esa frase que le da
título a la obra se convierte en su esencia; el cómo una frase tan vulgar,
dicha por el personaje más torpe y ordinario, en última instancia es la que da
la solución, la conclusión irrevocable que realmente ofrece una enseñanza. Por
eso el título de cada uno de los apartados no se refiere a una especie de
síntesis del mismo, sino que da la pista a seguir en cada una de esas semanas
para que todo desemboque en Gallinas
nuevas en vino malo, título también del último apartado el cual, si no se
lee desde el principio la obra siguiendo el orden de los acontecimientos que se
van exponiendo, aunque se consiga conocer su significado, no se comprenderá
verdaderamente.
3. También
olvidado, por lo que leí sobre la sinopsis del libro, trata sobre tema
social. ¿Es su línea a seguir o hay algún proyecto de temática distinta?
DMC.-Mi línea a seguir es precisamente no tener
línea a seguir. Lo que intento es romper con todo tipo de temática o evitar que
se me encasille en una temática concreta. Para ello, no hago otra cosa que
jugar con diferentes estilos y géneros literarios. Para mí el acto de escribir
es eso: ser capaz de redactar una misma historia desde puntos de vista y
estilos narrativos diferentes. Podría ponerme a escribir una novela de un tema
o un género en concreto, pero eso me acabaría aburriendo. Por ahora mis ideas
se orientan a seguir ese rumbo; aunque no descarto nada y puede ser que en un
futuro llegue a centrarme y a decantarme por un estilo narrativo en especial.
4.
Los temas que trata en sus libros son atemporales. Pueden adaptarse bien
a los años setenta o a nuestros días. ¿Tan poco hemos cambiado los españoles en
este sentido?
DMC.- Hace unos años tuve la
oportunidad de asistir a un simposio sobre la Transición Española. Varios
ponentes aseguraron que la transición hacia la democracia duró en España hasta
1.979, otros que hasta 1.983, e incluso algunos se atrevieron a decir que a día
de hoy aún estamos en período de transición. Por mi parte, en la novela hago
una representación sarcástica de nuestros días. Me agrada saber que la obra le
haya llevado a usted a hacerse esa pregunta, pero yo no soy quién para mostrar
una conclusión determinada, pues podría estar cometiendo el error de sesgar la
información (error que se produce habitualmente en los medios de comunicación).
5. – Su estilo literario se define como «apología de
lo bajuno». Me recuerda al rock rústico
de su paisano El Koala (muy buen cantante, por cierto) que en sus
canciones también habla de temática social. ¿Cómo definiría lo bajuno?
DMC.- La definición de lo bajuno no es otra que
la que viene en el diccionario: «Bajo, soez». En parte, el matiz que pretendo
darle al usar esta palabra para definir un estilo narrativo, es el de adaptar a
mi contexto más cercano el término inglés underground
(como movimiento contracultural o alternativo). El Koala me parece un tipo simpático, cuyas letras y forma de ser
podrían coincidir con algunas características de ciertos personajes que aparecen plasmados en la novela. Sin embargo, no me inspira el rock rústico de El Koala. Sí que hay un grupo de música
que es sublime: Hora Zulu, cuyas letras son soberbiamente geniales y su fusión
de rock, metal, rap y flamenco es bestial. Por cierto, el próximo 5 de marzo
saldrá a la venta su último disco “Siempre Soñé Saber Sobre Nadie Negó Nunca
Nada”, del cual se puede ya escuchar uno de los temas incluidos como adelanto: http://horazulu.bandcamp.com/album/siempre-so-saber-sobre-nadie-neg-nunca-nada.
6. – Este tipo de novelas, ¿requieren
mucha documentación o se basan más bien en lo que uno observa a su alrededor?
DMC.- Un novelista debería poseer los
conocimientos necesarios para no tener que documentarse demasiado, a no ser que
su obra sea didáctica o de investigación. Yo escribo con la intención de
divertir, entretener al lector, provocarle sensaciones cuando se sumerja en la
lectura, como una forma más de ocio; no para enseñarle ni darle una lección
magistral. A pesar de ello, sí que me gusta repasar apuntes y rememorar
conocimientos para que la obra tenga algo de calidad literaria; aunque prefiero
no poner demasiada información de esa que lo único que hace es rellenar
páginas. Quizás me haya pasado en las partes en que utilizo la prosa rimada,
por las rimas que aparecen a modo de canciones en la novela y que algunos lectores
han interpretado como una pausa larga de la trama general de la obra, pero todo
tiene su por qué.
7. – Imaginación desde luego no le
falta. Me refiero a los nombres que utiliza a lo largo del libro en el tema
religioso o los programas de radio o televisión que hacen furor en la
audiencia. ¿Puede haber influencia de Forges en ellos, por ejemplo?
No
es necesario para ello la influencia de nadie. Es simplemente una forma de
caricaturizar esta sociedad de carcajada por buscar su reflejo en otra que es
de risa.
8. – Y unos habitantes muy peculiares
los de La pequeña ciudad. Da a entender que no hay color político y todos son
iguales en el fondo. ¿Se puede definir así al ciudadano español en general?
La
novela y la situación actual de la sociedad se define con su título: En
general, todo/s son Gallinas nuevas en
vino malo.
Muchas gracias por su entrevista.
Para
mí ha sido divertido contestar una entrevista como esta. Gracias a usted por su
interés por este tipo de novelas y por el apoyo a escritores noveles como yo.
Gracias por esta fantástica entrevista que me ha servido para conocer tanto al autor como a su obra
ResponderEliminarMuchas gracias. Es un autor muy interesante y una gran persona. Así es muy fácil hacer tu trabajo y darlo a conocer a los lectores. Saludos.
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