Datos técnicos:
Título: La sinfonía del tiempo
Autor: Álvaro Arbina
Editorial: Ediciones B (Penguin Random
House)
1ª edición: 1/3/2018
Encuadernación: Tapa blanda (EDICIÓN
ANTICIPADA)
Idioma: Español
ISBN: 9788466662765
Nº Pág.: 553
Sinopsis:
Una joven escritora que trata de desentrañar la misteriosa
desaparición de su marido. Una poderosa familia de la industria vasca que vive
entre fantasmas y leyendas. Un científico dispuesto a descifrar la sinfonía
oculta tras el curso de la Historia.
Este es el relato de todas las vidas que se cruzan con ellos, en
un entramado de secretos que se extiende por Europa y cuyas raíces se hunden en
las costas del Cantábrico, en sus ensenadas y caseríos ancestrales, en las
minas y fundiciones que arden junto a las rías.
La sinfonía del tiempo es una emocionante historia de amor, una gran
saga familiar y una poderosa intriga histórica. Un fascinante viaje a los
tiempos del acero y el carbón, de los edificios de hierro y cristal, de los
avances industriales y científicos, de la desigualdad social y el refinamiento
burgués.
Opinión
Personal:
Mi primera lectura y reseña de 2016 fue La mujer del reloj (reseña),
ópera prima de Álvaro Arbina, a la que califiqué como un novelón,
no por su extensión, sino por la calidad literaria que destilan las
páginas que la conforman. La calidad literaria y el éxito cosechado por su
primera novela provocó que estuviéramos expectantes ante su nueva
publicación, para comprobar si con ella refrendaba lo mostrado en La mujer del
reloj. Tras leer La sinfonía del tiempo, me
atrevo a decir que lo demostró con creces, y en mi modesta opinión la catalogaría
también como novelón, no solo ya por la calidad literaria que
vuelve a mostrar en ella, sino también por la solvencia de una trama atractiva,
absorbente y bien construida, en la que de nuevo nos volvemos a encontrar con
unos magníficos personajes y una ambientación exquisita, con la que el lector
realiza un viaje literario al período conocido como la Belle Époque. Como suelo
comentar en algunas de mis reseñas, creo que la sinopsis da una idea clara de
lo que nos vamos a encontrar a lo largo de los capítulos que conforman La
sinfonía del tiempo, de la que hoy comparto mis impresiones. Y es que creo
que merece la pena que sea el lector quien descubra todos los movimientos que
dan los personajes que desfilan por sus páginas.
(Iffley Road-Oxford-Inglaterra)
En La
sinfonía del tiempo Álvaro Arbina se decanta de nuevo por un
thriller histórico, con un marcado trasfondo costumbrista. El
lector se encontrará con unos ingredientes muy atractivos: conocerá la historia
de una poderosa saga familiar, en la que los secretos mejor
guardados saldrán a la luz sobre todo en el último tramo de la novela. El
lector se encontrará con algunas escenas propias de una novela de
espionaje, en las que verá cómo hay agentes que siguen los pasos
del profesor Samuel L. Higgins y su colaborador, ante el temor de
que las predicciones que se mencionan en el manuscrito que se conoce como Las
notas del tiempo sean conocidas por la opinión pública, pero sobre
todo que puedan caer en manos de los servicios de inteligencia de las potencias
interesadas en esas predicciones. Esas escenas que menciono, y lo que se
comenta en algunas fases de la narración, hacen que el lector sea partícipe de
que se están gestando los cimientos de lo que sería la Primera Guerra
Mundial. El romance está también muy presente en
la novela, pese a que se verá truncado por la desaparición del
personaje masculino al que se refiere la protagonista de La sinfonía del tiempo,
Elsa Craig. Aunque el lector comprobará cómo se mantendrá viva la llama del
amor, porque este personaje tratará de descubrir qué pasó realmente desde el
momento en el que su marido, el pintor impresionista Benjamin
Craig subió en la Waterloo Station a un tren con destino a París. Pero
también los viajes son trascendentales en esta novela: el tren, las
goletas y los barcos de vapor serán quienes lleven a algunos de los personajes
de la novela a los destinos en los que creen pueden encontrar la verdad sobre
esos secretos que se ocultan.
Al igual que en La mujer del reloj, Álvaro
Arbina cuida mucho la ambientación y los personajes. El lector se encontrará
con una exquisita recreación de la época, con la que el escritor vitoriano nos
transporta a la época en la que se desarrolla cada una de las dos líneas
argumentales. Son unas descripciones muy visuales, diría que
cinematográficas, por lo que nos podemos hacer una idea clara de cómo son
los espacios por los que se mueven los personajes. Sin duda alguna, La sinfonía del tiempo es
de esas novelas que invitan al lector a visitar los lugares que se
mencionan a lo largo de la novela. Destacaría las exquisitas y
cuidadas descripciones que se hacen de París, en ambas líneas temporales, o de
la ciudad universitaria de Oxford. Mención aparte merecen las magníficas e
impactantes escenas que se describen de la guerra de los bóeres, en
África del Sur; el estuario del río Congo y todo lo que
sucede en su entorno, o los episodios que tienen lugar en las cálidas aguas del
Caribe, sin olvidarme de las que se ofrecen del suburbio inglés de
Whitechapel o de la barriada de Errekamendi, a los que hago mención
en el último párrafo de esta reseña. Como adelanta la sinopsis, La sinfonía del tiempo es
un fascinante
viaje a los tiempos del acero y el carbón, de los edificios de hierro y
cristal, de los avances industriales y científicos, de la desigualdad social y
el refinamiento burgués, todo ello magníficamente reflejado a lo largo de la
novela. Aunque también el lector se encontrará con algunas localizaciones
ficticias, pero que reflejan perfectamente la vida de las zonas industriales
vascas de la época.
(Rue de Saint Dominique-Paris)
En La sinfonía del tiempo el lector se
encontrará también con alusiones
literarias implícitas y explícitas a lo largo de los capítulos, al igual que algunas
relacionadas con la música clásica, como las sinfonías de Beethoven, y el personaje
que menciono al final de este párrafo. El profesor Higgins y Arnaud
Mendíbil se inspiran en sus secuencias para llevar a cabo los planes que tienen
trazados con el fin de dar a conocer al mundo lo que algunos consideran
predicciones alocadas. Dickens, de quien en 1862
se representaba en Londres su obra The Haunted Man and the Ghost’s
Bargain; Shakespeare y
las alusiones a las Hermanas
Fatídicas, de Macbeth; Julio Verne, a quien se
mencionará en varias ocasiones, sobre todo por su novela Veinte mil
leguas de viaje submarino; o Ulises (Itaca, las
sierenas). Ya en la ficción tenía éxito la novela por entregas La vida
del profesor Livingston, firmada bajo el pseudónimo de Arthur des Cars, de quien
el lector comprobará cómo se cita en varias ocasiones a este autor, y de quien
nadie tiene referencias. Hay dos personajes que también me llamaron la atención
por sus nombres: el cochero de don Félix Mendíbil, Tasio, que me traía a
la memoria al personaje de la película homónima; o al que Gabriel de Zulueta y Elsa preguntan en el lago Hallstatter (Austria),
llamado Wolfgang Zweig.(Rue
Saint Dominique-Paris)Dos de las líneas temporales
que conforman la novela: la primera de ellas nos sitúa en los primeros
días de febrero de 1914 y nos lleva hasta principios de abril de ese mismo año. La
segunda nos traslada del verano de 1862 hasta 1913. En los nueve primeros
capítulos de la novela conoceremos a los personajes que más afectados se verán
por todo lo que el lector conocerá a lo largo de la segunda línea temporal.
Ambas líneas temporales se irán alternando según sea necesario trasladarse de
una a otra, para que los episodios que tienen lugar en ambas se complementen, y
de esa forma el lector tenga conocimiento de cómo sucedieron los hechos que se
relatan en la primera de ellas. En mi modesta opinión, Álvaro Arbina
construye una trama muy trabajada en la que no queda ningún cabo suelto, y
en la que el lector podrá comprobar cómo las dudas que se plantea al principio
tendrán su respuesta a medida que se suceden los capítulos, y puede comprobar
cómo todo se resuelve en un final magníficamente cerrado. Las dos
líneas temporales confluyen de tal forma que el lector a penas se da cuenta de
esa convergencia, y provocará que esté muy pendiente de los
atractivos y emocionantes episodios que le esperan hasta que alcance las
últimas líneas. A lo que acabo de comentar, hay que añadir el interés
provocado por una serie de giros que tienen lugar en ambas
líneas temporales, que incrementan todavía más el interés del lector
por lo que sucederá en los siguientes episodios.
En lo que a personajes se refiere, Álvaro Arbina ofrece al lector un elenco muy atractivo,
en el que se refleja claramente perfilada la sociedad de la época que
se conocía como la Belle Époque, y relata los episodios más
relevantes de los reinados de Isabel II hasta Alfonso XIII, con la Primera
República como intervalo entre ellos. El escritor vitoriano los
construye de tal forma que parecen cobrar vida propia; como se dice en estos
casos: son personajes de carne y hueso, con sus vicios
y virtudes; sus luces y sus sombras, y los negocios turbios que algunos de
ellos esconden y aparenten llevar una vida carente de problemas y
preocupaciones. La familia Zulueta son quienes más atraerán la atención del
lector: desde la primera generación de esta poderosa saga familiar, hasta Elsa Craig, una joven
escritora que trata de desentrañar la misteriosa desaparición de su marido, Benjamin Craig, como
adelanta la sinopsis. A través de ambas líneas temporales conoceremos los
antecedentes familiares de los Mendíbil, y cómo pasaron a ser unos
acaudalados empresarios. El lector se familiarizará con Félix Mendíbil, junto con
sus hijos Gabriel
y Arnaud Mendíbil, a quien su madrastra Hilaria no reconocerá como
hijastro, pese a la preocupación de su padre por darle el futuro que se
merece, al ver la disposición y el interés de Arnaud ante los problemas que le
plantea en sus conversaciones. Finalmente tendrá que aceptar el puesto que se
le ofrece en la empresa familiar. Compartirá los años de su infancia con
su hermanastro Gabriel de Zulueta, hasta que sus caminos se separan
por los destinos que le esperan a uno y otro. El excéntrico profesor Samuel
L. Higgins será otro personaje que influya mucho en la personalidad de
Arnaud, a quienes les unirá la amistad y el interés que por las aficiones que
comparten. El lector conocerá también a Amelia, en ambas líneas temporales;
al misterioso agente John Bell, o al mismísimo Sigmund
Freud, que atenderá en su consulta de Viena a Gabriel de
Zulueta y a Elsa Craig, El mayordomo de los Zulueta, Cosme,
desempeñará un papel no tan relevante como los citados anteriormente, pero cuya
presencia será imprescindible para Elsa Craig, porque le podrá ayudar a
resolver algunas incógnitas que le inquietaban sobre su padre.
(Exposición Universal París 1889)
En La sinfonía del tiempo Álvaro
Arbina utiliza un estilo narrativo muy particular, muy trabajado, y en el que
emplea figuras literarias con las que ofrece al lector exquisitas descripciones
que en algunos casos adquieren un tono poético, dotando al texto de una
gran plasticidad. En este sentido, diría que sabe en qué momento utilizar esos
recursos literarios que comento, y en cuáles utilizar otros más
contundentes, con los que el relato no resulte indiferente al lector, sobre
todo en las descripciones que hace del suburbio de Withechapel, en Londres, o
de la barriada de las minas de Errekamendi, sin olvidarme de las duras
escenas que tienen lugar en las cálidas aguas del Caribe en la segunda línea
temporal. Las escenas de ambas barriadas parecen salidas de alguna de las
novelas de Dickens. Este estilo tan particular de Álvaro Arbina hace que la lectura sea sosegada, pausada,
para disfrutar mejor así de lo narrado. Pese a lo que acabo de comentar, había
momentos en los que me sorprendía del avance realizado en la lectura, sobre
todo cuando había episodios de corte histórico que me llamaban poderosamente la
atención, o escenas en las que se presentía que algún episodio iba a generar algún
cambio en la vida de alguno de los personajes que conforman el elenco de la
novela. Aunque también he de reconocer que en algún momento de la narración la
subtrama protagonizada por Arnaud Mendíbil y el profesor Samuel L. Higgins se
me hizo demasiado lenta. Pese
a lo que acabo de comentar, Álvaro Arbina ofrece al lector una magnífica
lectura, a la que no dudo en catalogar como novelón, por lo que expongo en el
primer párrafo de esta reseña.
La sinfonía del tiempo es una lectura
muy atractiva, escrita con un estilo narrativo muy trabajado, exquisito, en
ocasiones incluso poético, y que consolida a Álvaro Arbina como un
escritor de novela histórica a tener muy en cuenta, por la solvencia de sus
historias, la fuerza que imprime a los personajes y la exquisita ambientación
de la época en la que se desarrolla la trama. Está claro que cuida al milímetro
sus trabajos literarios para ofrecer al lector una novela que le haga disfrutar
con la historia que contienen sus páginas.
Biografía:
Álvaro Arbina (1990,
Vitoria-Gasteiz) es arquitecto. Con solo veinticuatro años escribió La
mujer del reloj, un absorbente thriller histórico que
permaneció durante meses en las listas de más vendidos. Con su segunda
novela, La sinfonía del tiempo, se consolida como uno de los
grandes contadores de historias de nuestro tiempo.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor tomados de la web de la Megustaleer. Imagen de la calle Iffley Road, en Oxford, tomada de la web Oxford History. Imagen de la Rue Saint Dominique de Paris, tomada de la web Short term Rental Paris. Imagen de la Exposición Universal de París en 1889, tomada de la web Peru.com
No me he estrenado aún con este autor. Me queda claro que tengo que hacerlo. Y si la anterior novela me llamaba, ésta, por la época en que se desarrolla, me llama aún más. Gran reseña, Francisco. Lo que agradecerían mis ojos es una letrita un poquito más grande...
ResponderEliminarBesotes!!!
Coincidimos Paco, y además resalto ese cuidado y mimo por la ambientación y los personajes 😉
ResponderEliminarBesitos carinyet 💋💋💋
Es un libro al que le tengo muchísimas ganas desde que salió, el suyo anterior me pareció fascinante y creo que por lo que dices, este no le va a la zaga. Buena reseña. Besos
ResponderEliminarAún tengo pendiente La mujer del reloj, creo que empezaré por ese y luego si me animo, seguiré con el autor
ResponderEliminarBesos
Me llama mucho esta historia. No he leído a este autor, pero me lo llevo apuntado. Magnífica reseña, como siempre, Francisco. Un saludo.
ResponderEliminarUna reseña muy completa Paco, yo la leí este año también y me gustó mucho, aunque me esperaba algo más en la línea de la mujer del reloj y es totalmente distinta. Cada vez me gusta más este autor. Besinos.
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor y creo que empezaría con "La mujer del reloj", aunque por lo que te leo cualquiera de sus dos libros es de lo más recomendable. Ya veremos; el primero que se me ponga por delante.
ResponderEliminar¡Besote!
Pensaba que te había comentado esta reseña pero se me había pasado. Tu reseña es magnífica e invita a leer la novela pero ya. La época en la que se desarrolla me encanta y aún no he leído nada del autor, pero todas las reseñas que veo de él son muy positivas. Leyendo tu reseña me voy a decantar por empezar primero por esta última novela suya. Un abrazo
ResponderEliminarAcabo de leer la novela y no puedo estar más de acuerdo con sus comentarios.
ResponderEliminarUna novela magnífica en todos sus aspectos.
Muchisimas gracias por hacerme ver aspectos de la novela que intuía, pero no hubiera sido capaz de expresar como Ud ha hecho.
Enhorabuena por sus comentarios y por ayudara los más profanos a disfrutar más si cabe, de la buena literatura.