viernes, 29 de diciembre de 2023

Mejores lecturas de 2023.

 








Esta es la última entrada que publico de 2023, en la que hago balance de los libros leídos y reseñados, así como elijo las que, por orden alfabético riguroso, me parecieron mis mejores lecturas de este año que despedimos el domingo 31 de diciembre. 

Una vez más, puedo decir que he tenido un muy buen año lector, en el que apenas abandoné lecturas, sobre todo por lo conectar con la historia que me cuenta el narrador de turno. Soy de los que da un margen determinado para continuar enfrascado en la trama, porque el tiempo hay que aprovecharlo bien y son muchos los libros que desearíamos leer, pero es cuestión de disfrutarlos sin prisas pero sin pausas porque la lectura es, al fin y al cabo, entretenimiento y aprendizaje. En total han sido 50 los libros leídos y reseñados a lo largo de este año que se nos va. Estas son mis mejores lecturas: 






-Algún día volveré a buscarte, de Javier Arias Artacho


-Solas, de Javier Díez Carmona


-Tiempo de tinta y ceniza, de Lidia Herbada


-La frontera de piedra, de José Zoilo


-La ley de los justos, de Chufo Lloréns.


-Breo, de Francisco Narla


-El último morisco, de Diego Ramos


-El cielo sobre Canfranc, de Rosario Raro


-Villa Melania, de Desirée Ruiz


-El tesoro de la Girona, de Javier Pellicer


-Ilión, de Mario Villén Lucena


-La edad de la inocencia, de Edith Warthon






jueves, 28 de diciembre de 2023

Reseña Un tipo normal, de Mercedes de Miguel González.


 









Datos técnicos:




Título: Un tipo normal.

Autora: Mercedes de Miguel González.

Autoeditado Amazon (enlace).

1ª edición: Marzo/2023.

Formato libro digital.

ASIN: B0BXBGB776.

Idioma: Español.

Nº páginas: 352.




Sinopsis:




Félix no tiene otras preocupaciones que dedicarse a la abogacía, ensayar en sus ratos libres con su banda Los Iletrados y tratar de recuperar a su exnovia Xela, con la que rompió poco antes de casarse porque no se consideraba maduro para dar el paso.

Más allá del estrés profesional, su vida transcurre tranquila hasta que un extraño cliente le encomienda un asunto que pondrá patas arriba su cómoda existencia.



Opinión Personal:



Cierro mi año lector 2023 con una novela que me gustó mucho y no dudo en recomendar, Un tipo normal, la última autopublicada hasta la fecha por la escritora madrileña afincada en Vigo, Mercedes de Miguel González (Madid, 1963). En mi opinión, la catalogo como una novela negra, con elementos propios de un thriller legal, en la que la denuncia social está también presente. La trama contiene una historia bien construida y desarrollada, es muy atractiva y entiendo que de corte clásico.

La trama de Un tipo normal tiene la particularidad de que no está al mando de la investigación del caso que se le encarga resolver ni un investigador privado, ni ningún miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, sino que es un abogado al que contrata un acaudalado hombre de negocios vigués. Le gustó su intervención en un programa de la televisión local, a raíz de un incidente que se produce en una de las calles de Vigo, tras ser testigo del mismo y reaccionar de forma rápida para ayudar a la persona accidentada. Se pone en contacto con él para que defienda a su hija adoptiva, detenida como presunta culpable de haber cometido un asesinato. Como dice la autora en la nota que antecede al cuerpo de la novela, «la idea inicial era la de acercar al público lector la figura del abogado artesano, es decir, aquel que trabaja a pico y pala sin formar parte de un gran bufete».

(Merendero Monte Galiñeiro-Vigo (Pontevedra).
A lo largo de los 27 capítulos más un prólogo y un epílogo en el que se estructura el desarrollo de la trama, el lector se encontrará con una historia que va de menos a más, porque es en los últimos capítulos en los que se engarzan todas las piezas que conforman un puzzle que se vuelve cada vez más complejo. Pero dada la lentitud del avance de las pruebas que recaba para que tanto la Policía Judicial como la Científica las investiguen, y la desconfianza que en ocasiones le llegan a producir las declaraciones de su patrocinada, siente que lo más correcto es la renuncia a su defensa y que sea otro colega el que se haga cargo de la misma. Pero Félix es un profesional íntegro, porque es consciente de que el buen letrado debe llegar hasta las últimas consecuencias para que sea llevado ante la justicia el culpable o culpables del crimen del que se acusa a su patrocinada. 

A través del protagonista y abogado, Mercedes de Miguel planifica y desarrolla una trama en la que el lector es informado, cuando el episodio de turno se presta a ello, del procedimiento legal que se sigue para que la jueza tenga todas las pruebas necesarias para dictar sentencia firme. Un procedimiento legal en el que Félix es consciente de que cuenta con las trabas que supone el secreto de sumario, a la espera de que la instructora ordene la publicidad de las partes que lo conforman. Publicidad que le ayuda para que el letrado pueda decidir los caminos a seguir para demostrar que su defendida reúne las coartadas necesarias para ser declarada inocente del crimen que se le acusa. De no ser esta la sentencia, tiene que aportar las oportunas alegaciones al respecto para que le sea lo más beneficiosa posible, ajustada a derecho.

El título de esta novela define a Félix como un tipo normal. Un tipo normal inmaduro que tiene cuarenta años recién cumplidos, y que vive con sus padres porque no muestra el menor interés por independizarse. Su novia de toda la vida, Xela, se llevó un buen disgusto, porque vio cómo él no se atrevió a dar el paso definitivo para formar una familia. El abogado tiene su banda de música, Los Iletrados, que ensayan en el garaje de su casa. En este sentido, la novela tiene banda sonora, porque a lo largo de los capítulos, y no sólo durante los ensayos, la música de los años 80 le acompaña en su coche mientras se desplaza por Vigo y poblaciones de las Rías Baixas, bien por motivos laborales o de asueto. Una ciudad olívica a la que el lector conoce siguiendo las pautas de escritores como Vázquez Montalbán, aunque también la autora comenta a través de las dos voces narrativas algunas historias que la definen, como el apelativo por el que es conocida.

En el primer párrafo de esta reseña hago referencia al carácter clásico de esta novela. En mi opinión, entiendo que las dos voces narrativas juegan al despiste con el lector en determinadas fases de la trama, porque no fui capaz de deducir si era Eva la autora del crimen del que se le acusa, o bien el padre, o incluso una tercera persona, dadas las características del mismo, y las sospechas que suscitan las pruebas que se recaban, de las cuales el abogado intuye quién o quiénes pudieron haberlo cometido. Las pruebas son aportadas en pequeñas dosis a lo largo de los capítulos, por lo que siente que lo están metiendo en un callejón sin salida, dada la poca colaboración que cree que recibe de su defendida, porque cada vez está más seguro de que le oculta información que puede ser trascendental. Estas pruebas son una gran baza de la autora, lo que le lleva a Félix a la desesperación en más de una ocasión, pero también a afianzar su convencimiento de que tiene la obligación de llegar hasta el final, dado el cariz que está tomando la investigación a medida que surgen más testimonios que le hacen suponer que se enfrenta a una persona sin escrúpulos.

(Club Náutico Panxón-Pontevedra)
Son pocos los personajes que transitan por las páginas de Un tipo normal, pero juntos conforman un elenco muy atractivo, tanto desde el punto de vista laboral de la trama como en lo que se refiere a la  vida privada del protagonista. Personajes bien construidos, creíbles y cercanos, con un perfil pdicológico que se resalta, sobre todo, en quienes, de una u otra forma, guardan relación con el crimen cometido. Sobre Félix ya ofrecí unas pinceladas en esta reseña. Su secretaria es Mucha, una mujer viuda a la que pronto se le toma cariño, tanto por lo eficiente que es en su trabajo como por la relación de camaradería que mantiene con su jefe, y a la que apoda Miss Marple. Entre ambos se originan unos diálogos chispeantes, en los que no faltan alusiones al caso, por el celo que muestra la secretaria en su labor, lo que provoca que el abogado le pida en ocasiones su opinión al respecto, porque sabe que de ella puede obtener respuestas y conclusiones que le ayuden en su investigación. Otro personaje peculiar es Julio, detective privado que guarda relación con el protagonista desde que coincidieron en la Universidad de Derecho, si bien éste se decantó por la Criminología. Julio le ayuda a encauzar el caso, por lo que se desplaza a Vigo para realizar las labores propias de su profesión, utilizando los medios apropiados al efecto. Eva Colmenar, la hija adoptiva de Víctor, es una joven atractiva pero al mismo tiempo enigmática, seria e inteligente, que trae por la calle de la amargura a Félix, como acabo de comentar en el párrafo anterior. No me olvido de la vida familiar del protagonista, en la que en varias fases de la trama el lector se familiarizará con sus padres, sobre todo con Gilda, su progenitora. Sin duda alguna, un personaje más es Berlioz, el gato callejero que poco a poco entrará a formar parte de la vida de Félix, y se convierte en un miembro más del despacho, por las características peculiares que tiene.

Me gustó mucho Un tipo normal, una novela negra con elementos propios de thriller legal. Félix es un abogado serio y riguroso en su trabajo, pero que tiene ciertas características propias de la inmadurez. Pese a tener ya 40 años, todavía vive con sus padres porque asegura que no se siente preparado para independizarse, lo que le lleva a romper con su novia de siempre porque no se ve capacitado para dar el paso decisivo. Su convincente aparición en una televisión local de Vigo llama la atención de Víctor Colmenar, un acaudalado vigués, que se pone en contacto con el letrado para que se haga cargo de la defensa de su hija Eva, «porque teme que vaya a ser detenida por el presunto homicidio de su novio» (cap. IX). Mercedes de Miguel utilizó muy bien las bazas para jugar al despiste con el lector; en mi caso, me hizo dudar en todo momento sobre quién pudo haber cometido realmente el crimen. Pese a que domina la narración frente a los diálogos, el ritmo de lectura es fluido, e incluso muy fluido a medida que se aproxima el desenlace. Un desenlace que se lee con mucho interés, ante la perspectiva de que la resolución del caso está próximo, y se despejan las dudas que me acompañaron a lo largo de los capítulosLa autora utiliza un estilo narrativo sencillo pero cuidado, en el que también tiene cabida la ironía y el humor fino en los episodios que son propicios para introducir estos recursos.  En mi opinión, entiendo que la trama es de corte clásico, con el añadido de que los episodios trascendentales tienen lugar en habitaciones cerradas. Una trama bien escrita y adictiva, por la que transita un corto pero muy atractivo elenco de personajes bien perfilados, creíbles y cercanos, incluido Berlioz, el gato callejero acogido por Félix. Sin duda alguna, merece la pena su lectura.



Biografía:



Mercedes de Miguel (Madrid, 1963), es licenciada en Derecho por la Complutense y diplomada en Práctica Jurídica por ICADE. Ejerce como Procuradora de los Tribunales en la provincia de Pontevedra desde 1.991. Teclista y compositora, en 1987 graba con el sello discográfico TWINS sendos vinilos con los grupos La Honorable Sociedad y Proyecto Bronwyn. Ha colaborado como articulista en ciudadrealdigital.es y también ha publicado diversos relatos cortos humorísticos en la revista GOLG DIGEST. Otras obras: La mente del asesino, 2011; Tormenta, 2012; De lobos (divergentes), 2015; Misterio en el tanatorio, 2016; Caminos convergentes, 2017; La Virgen de los Leggings, 2017; Cincuenta, 2018; La vida secreta de los Brandon, 2019. La extraña curación de Marta -en colaboración con PL Salvador- (2020). El último hombre (2021). La vida de Suso (2022).


Nota: Datos técnicos y sinopsis tomados de Amazon. Biografía de Mercedes de Miguel tomada de la web de la editorial Última Línea, con la que publicó, en colaboración con PL Salvador, la novela La extraña curación de Marta. Imagen del merendero del Monte Galiñeiro de Vigo tomada de la web Hoteles en Pontevedra. Imagen del Club Náutico de Panxón, en la provincia de Pontevedra, tomada de la web de Tripadvidsor. Fotografía de la autora tomada de la web de Linkedin. 



martes, 26 de diciembre de 2023

Lectura semana 52/2023: Un tipo normal, de Mercedes de Miguel González.

 










Comenzamos la última semana de este año 2023, que en lo que a lecturas se refiere puedo decir que el balance es muy positivo. Lo despido con un thriller legal autoeditado: Un tipo normal, de Mercedes de Miguel González.




Sinopsis: 


Félix no tiene otras preocupaciones que dedicarse a la abogacía, ensayar en sus ratos libres con su banda Los Iletrados y tratar de recuperar a su exnovia Xela, con la que rompió poco antes de casarse porque no se consideraba maduro para dar el paso.


Más allá del estrés profesional, su vida transcurre tranquila hasta que un extraño cliente le encomienda un asunto que pondrá patas arriba su cómoda existencia (352 pág. libro digital). 







viernes, 22 de diciembre de 2023

Reseña La institutriz silenciosa, de Julie Klassen.

 










Datos técnicos:





Título: La institutriz silenciosa.

Título original: The Silents Governes.

Autora: Julie Klassen.

Traductor: Emilio Vadillo Pinilla.

Editorial: Libros de Seda.

1ª edición en español: Enero/2017.

Fecha edición original en inglés: 2010.

Formato: Libro digital.

ASIN: B01MZC1LH4.

Idioma: Español.

Nº páginas: 496.





Sinopsis:





Una casa que se convierte en prisión y un secreto que nunca debería salir a la luz. Creyéndose culpable de un crimen, Olivia Keene huye de su casa, topándose en el camino con una mansión en la que en esos momentos tiene lugar una fiesta magnífica. Sin embargo, no todo es tan bonito como aparenta.


Lord Bradley acaba de enterarse de un terrible secreto, algo que, de saberse, cambiaría su vida para siempre. Cuando avista una figura en la lejanía, teme que sea un espía o un ladrón a oídos del cual hayan llegado las devastadoras noticias. Pero se lleva una sorpresa mayúscula al descubrir que el intruso no es sino una mujer, o lo que queda de ella, con una grave herida en el cuello. Temiendo que pueda divulgar su secreto, le ofrece un puesto en su casa y la encierra en su propiedad. Cuando los secretos que tanto Olivia como lord Bradley ocultan van saliendo a la luz, ¿conseguirán que su amor venza el oscuro pasado que ambos arrastran?





Opinión Personal:





Soy de los lectores que le gusta acercarse cada año al género literario de la novela romántica, siempre y cuando me encuentre con títulos que atraigan mi interés, que muy raro es que no suceda. La primera es desarrolla una historia contemporánea que no deja indiferente, por las vicisitudes personales que acompañan a algunos de sus personajes. La segunda, y el penúltimo título con el que cierro mi año lector, es una historia de muy clara influencia clásica, y ambientada en la época de la Regencia británica, La institutriz silenciosa, de Julie Klassen, una de las tres novelas con las que ganó el premio Christy a la mejor novela histórica. Me encontré con una historia que cumple con el claro requisito de entretener, está bien escrita y, con intriga incluida, mantiene el interés por lo que sucede a lo largo del desarrollo de la trama hasta el desenlace. Sin embargo, el ritmo de lectura se me hizo más bien pausado y me faltaron hechos o personajes históricos de referencia que reforzaran el trasfondo histórico.

(Bosque Chedworth-Gloucestershire-Inglaterra)
La trama de La institutriz silenciosa se ubica en el período conocido como Regencia, en el rey Jorge III fue considerado no apto para gobernar, por lo que su hijo, Jorge IV, fue reconocido como regente. Una trama que comienza el 1 de noviembre de 1815, si bien el prólogo se retrotrae a doce años antes, en el que se desarrollan episodios de un pasado que la protagonista no olvida, al que se unirán a algunos más que le traen malos recuerdos de la infancia vivida con sus padres. En lo que a hechos o personajes se refiere, con los que reforzar el trasfondo histórico, en una ocasión uno de los personajes cita en un diálogo el enfrentamiento armado naval con los españoles en el que falleció quien considera como si fuese su hermano mayor. Por las fechas, entiendo que se trata de la batalla naval de Trafalgar, que tuvo lugar en noviembre de 1805. Otro tanto sucede con la alusión a la Cámara de los Lores y el juramento por el que sus miembros rinden lealtad a la Corona.

A diferencia de las novelas de corte romántico que frecuento, la mayoría de clara influencia clásica, el romance que se refleja en La institutriz silenciosa se fragua a fuego muy lento, porque en determinadas escenas se percibe que el protagonista masculino aprovecha las situaciones que se prestan a ello para dar a entender al lector que siente atracción por la protagonista femenina. Una atracción que también se manifiesta a la inversa, sobre todo por las sensaciones que se le acumulan ante la cada vez más manifiesta cercanía entre ambos. Una cercanía que indica que el desenlace de la trama es previsible, como sucede en las novelas de este género literario, si bien la autora juega con la duda, con el aliciente del interés que manifiestan por ella otros dos personajes, aunque con diferente objetivo.

La trama de La institutriz silenciosa empieza con fuerza y, en mi opinión, mantiene una línea equilibrada de interés a lo largo de los 50 capítulos más un prólogo y un epílogo en el que se estructura el desarrollo de la trama. Un interés en el que la intriga también está muy presente, porque los secretos que ocultan Olivia Keen y lord Bardley salen a la luz a medida que el desenlace se aproxima. Un desenlace que me resultó muy atractivo, porque en los capítulos finales se desvelan las dudas que se acumulan desde que la protagonista, tras tomar parte en un episodio en el que cree que la vida de su madre corre peligro, decide escapar del hogar familiar y buscar trabajo en la escuela femenina de St. Aldryns. El vicario de St. Mary, Charles Tugwell, se interesa por su estado y la acompaña al pueblo. Esa tarde se celebra una fiesta en Brighthwell Court. La música animada y alegre capta su atención y la curiosidad la lleva a acercarse al jardín y observar lo que sucede en un evento en el que todo es lujo, pero el destino vuelve a interponerse en su camino y su vida da un gran vuelco desde que es testigo indiscreto de una conversación que mantienen dos personajes. Un destino en el que es trascendental Brighthwell Court, porque esta mansión se convierte para ella en una prisión, dadas las circunstancias que la obligan a establecerse en ella durante un tiempo determinado, y los conflictos internos que provocan en ella el contacto cada vez más cercano que mantiene con lord Edward Bradley, pese a la diferencia de clases que los separa y a las estrictas normas que se ve obligada a cumplir a rajatabla, una vez que es nombrada institutriz de los dos primos pequeños que viven en esta mansión, hijos del personaje al que ya me referí en el segundo párrafo de esta reseña. Sin duda, estos lances originan que el lector se pregunte si la relación sentimental que se manifiesta cada vez más avanzada entre ambos personajes será realidad, si bien los tiras y aflojas que se producen entre ambos indican que puede no llegar a producirse.

(Prison Northleach-Gloucestershire-Inglaterra)
Uno de los grandes atractivos de La institutriz silenciosa es, sin duda alguna, la exquisita ambientación de la trama. Una ambientación que la autora crea a través de una exhaustiva labor de documentación, como se puede comprobar, entre la bibliografía que utilizó al respecto, a través de los fragmentos que elige de una serie de obras que instruyen cómo debe de ser la formación, el comportamiento y las relaciones sociales de una institutriz de la época, y que guardan relación con el desarrollo de cada capítulo. Disfruté con el magnífico fresco que ofrece sobre las relaciones y costumbres de la sociedad en la período de la Regencia, en la que la pirámide poblacional está definida de tal forma que cada miembro de la misma es consciente del lugar que le corresponde. Una ambientación por la que en todo momento me sentí transportado a esta época, sus estrictas costumbres sociales, los magníficos parajes que describe el narrador omnisciente, al igual que las poblaciones por las que transitan los personajes, con particular mención a la mansión del conde de Brightswell, «una casona de estilo Tudor, en forma de E y con un buen número de torres» (cap. 3). Una mansión que es un personaje más de la novela, porque se describen con detalle, y de forma natural, cada una de las dependencias que la conforman. En este sentido, tuve muy presente las series de TV Dowtton Abbey, Arriba y Abajo, así como del muy atractivo e instructivo libro de memorias de Margaret Powell, En el piso de abajo. Mientras leía los episodios que se desarrollan en esta mansión, estuve muy pendiente de la relaciones que mantienen los personajes que en ella residen, sobre todo en lo que al personal de servicio se refiere, porque el trato que mantienen con la familia del conde es estrictamente laboral. Aunque, en mi caso, me atrajo más la que se mantiene entre los miembros del mismo, porque su convivencia es más natural, en la que se percibe la cercanía y los roces que se producen entre ellos, sobre todo desde que Olivia Keen es nombrada institutriz de los sobrinos de lord Bradley. En este sentido, me llamó mucho la atención el trato con el que se dirigen los miembros del servicio a la familia del conde Brightwell, incluso a los niños que forman parte de esta. Una relación en la que se tienen muy en cuenta las medidas que toma la familia en cuanto son conscientes de que alguno de sus trabajadores incumple las estrictas normas que están obligados a acatar. Una relación en la que atrae mucho el lugar que le corresponde ocupar a la institutriz, por lo que este puesto significa entre los nobles y la alta sociedad que contratan a quienes instruyen a sus hijos.

Julie Klassen perfila un amplio elenco de personajes, bien perfilado, diría que de carne y hueso, y que son un fiel reflejo de la sociedad de la época. Olivia Keen y y lord Edward Bradley son dos protagonistas de caracteres muy diferentes. Olivia es un personaje que, desde las primeras páginas, sabe a qué quiere dedicar su vida, porque la enseñanza siempre la tuvo muy presente, ya que su madre también fue institutriz e influyó en su formación educativa. Pero también muestra cualidades en otras materias, en las que tiene una clara influencia de su padre. Es un personaje en el que la inocencia forma parte de su forma de ser, aunque con el tiempo se afianzan en ella los principios a los que se aferra, entre los que sus creencias religiosas le ayudan en las reflexiones que la acompañan en las dudas que se le acumulan, sobre todo desde que no le queda otra que desempeñar un puesto de trabajo en la mansión del conde Brightwell. Edwar Bradley es un aristócrata de carácter voluble, porque en ocasiones se muestra cercano y afable y en otras ofrece una cara diferente. Es un personaje que se escuda en la posición dominante que tiene ante los que sabe que pertenecen a estamentos sociales inferiores al suyo, aunque también muestra las dudas que tiene ante el futuro próximo que le espera, como sucesor del título que ostenta su padre. Lord Bradley mantiene una estrecha relación con su familia y permisiva con el servicio, aunque siempre recordándoles qué labor está obligada a desempeñar, aunque no duda en tomar las decisiones necesarias una vez que descubra si descubre alguno de ellos tiene conocimiento del secreto que guarda con tanto celo y lo saca a la luz, guardabosques incluido. 

(Ruinas romanas-Gloucestershire-Inglaterra9
Acompañan a los dos protagonistas una serie de personajes secundarios quecobran peso a medida que se aproxima el desenlace. A lo largo de los capítulos me encontré con una serie de personajes secundarios atractivos, algunos de los cuales protagonizan subtramas que atrajeron mi atención, porque intuía que podían ser concluyentes para desvelar los secretos que tan celosamente guardan Olivia Keen y Edward Ridley. Entre estos, no dejan indiferentes la labor que realizan en la trama el vicario Charles Tugwell y el guardabosques Avery Croome. El vicario tiene un papel destacado no sólo por su labor como representante de Dios que vela por el buen camino del rebaño del que es responsable, sino también por la estrecha relación que mantiene, sobre todo, con lord Edward Bradley, sino también con Olivia Keen, y el interés que manifiesta por la institutriz. Avery Croome realiza su trabajo con mucho celo, pero es temido por el mal carácter que tiene, lo que origina que su trato con los demás sea frío y distante. Sin embargo, con el paso de los capítulos se conoce su historia personal, con un pasado doloroso que marca su vida. Entre los miembros de la familia del conde Brightwell estuve muy pendiente de Judith Howe, madrastra de Audrey y Andrew, por su comportamiento altivo en el seno de la familia, pese a que vive bajo el techo del conde. El padre de Olivia Keen, Simón Keen, también protagoniza una subtrama atractiva, y del que estuve muy pendiente del futuro que le espera desde los sucesos que tienen lugar en la casa familiar y los hechos delictivos por los que se le acusan, en los que la intriga está muy pendiente por la sentencia que puede recaer sobre él.

Me gustó La institutriz silenciosa, aunque quizás esperaba algo más de esta historia de corte clásico, ambientada en la época de la Regencia británica. Quizás fue el ritmo de lectura más bien pausado el que impidió que disfrutara mucho más de una trama atractiva, porque incluso me dije que me sobraron algunos episodios o, cuando menos, se les recortarse su extensión y me faltaron hechos o personajes históricos que fortalecieran el trasfondo histórico, con algún episodio citado de forma vaga. Escenas como las que tienen lugar en la iglesia de St. Mary, a la que acudía la comunidad para asistir al oficio del vicario Charles Tugwell, o incluso reflexiones de Olivia Keen que, en ocasiones, tuve la sensación de que me parecían un tanto repetitivas. En mi opinión, entiendo que la escritora estadounidense sigue en la trama romántica las pautas austenitas, porque se presume que con el paso de los capítulos fructifique la relación sentimental entre pareja protagonista, pese a algunas tiranteces que se suscitan entre ambos. Pese a lo que acabo de comentar, el conjunto de la trama me resultó muy interesante y entretenida, porque la intriga está también muy presente, dados los secretos que con tanto celo ocultan tanto la institutriz como el hijo del conde de Brightwell, que se desvelarán a medida que se aproxima el desenlace, en unos capítulos bien enlazados, de los que incluso me dije que forman un cuerpo compacto, en el que no queda ningún cabo suelto. Julie Klein ofrece a lo largo de los capítulos un exquisito fresco sobre la sociedad durante la época de la Regencia del rey Jorge IV, en el que refleja la estricta pirámide social de la época, porque cada miembro que la conforma es muy consciente del lugar que le corresponde y, sobre todo, del trato a mantener con la nobleza o la alta sociedad. Sin duda alguna, y pese a los inconvenientes que comento en este resumen, tengo claro que repetiré con la narrativa de esta escritora estadounidense, que ama todo lo que tiene que ver con Jane ―Jane Eyre y Jane Austen―.





Biografía:




Julie Klassen ama todo lo que tiene que ver con Jane ―Jane Eyre y Jane Austen―. Licenciada por la Universidad de Illionis, trabajó en el mundo editorial durante dieciséis años y ahora se dedica a escribir a tiempo completo. Tres de sus libros: La institutriz silenciosa, En la casa del guarda y Fairbourne Hall han ganado el premio Christy a la mejor novela histórica. El secreto de Pembrooke Park ganó el premio Minnesota a la mejor historia de ficción. Julie ha ganado también el premio Midwest y el Christian Retailing Best, y ha resultado finalista en los premios RITA.




Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de Julie Kassen tomados de la web de la editorial Libros de Seda. Fotografía de la autora tomada de la web de Babelio. Imagen del bosque Chedworth tomada de la web All Trails. Fotografía de Nortleach Prison tomada de la web Bussines Live. Fotografía de ruinas romanas del condado de Gloucestershire tomadas de Wikipedia. 

lunes, 11 de diciembre de 2023

Reseña Malasangre, de Helena Tur.


 







Datos técnicos:




Título: Malasangre.

Autora: Helena Tur.

Editorial: Plaza & Janés (Grupo PRH).

1ª edición: Junio/2020.

ASIN: B084Z3NVQ8.

Formato: Libro digital.

Idioma: Español.

Nº páginas: 362.




Sinopsis:




Una tierra teñida por la sangre de cuatro niñas.

Una joven dispuesta a arriesgar su vida por los demás.

Una poderosa historia de amor.

En la segunda mitad del siglo XIX, Henar, una joven huérfana, viaja hasta el Bierzo para trabajar en una granja de abejas. Coincidiendo con su llegada, comienzan a aparecer en la comarca niñas asesinadas, con un corte en el cuello y el cadáver sin sangre.

En medio de este ambiente opresivo, Henar descubrirá el amor que no conoció en su infancia, al encariñarse de la hija de los señores, a la que cuida y protege como si fuera de su familia, y conocerá la pasión en los brazos de un atractivo buscavidas que huye por una estafa. Pero en un lugar inhóspito donde nadie es quien dice ser ¿es posible confiar en un extraño?





Opinión Personal:





Me atrajo mucho la portada, el título y la sinopsis de la novela que hoy reseño y no dudo en recomendar, Malasangre, de Helena Tur (Ibiza, 1969). La portada es de las que enamoran, abeja incluida, con una joven caminando por un paraje que semeja inhóspito y agreste. Una portada que es un claro adelanto de lo que el lector se va a encontrar a lo largo de los 31 capítulos en los que se estructura la primera obra que la escritora ibicenca firma con su nombre, porque las anteriores lo hacía bajo pseudónimo, y en esta ocasión lo hace con una editorial de renombre, Plaza & Janés. Un título que me intrigó, pero a medida que se suceden los capítulos, me dije que era muy acertado. La joven que figura en la portada bien puede ser Henar, la protagonista, de quien estuve muy pendiente de las vicisitudes que la acompañan desde que sale del orfanato de León.

(Castillo Templario de Ponferrada-León)
La vida de la joven Henar Expósito cambia desde que doña Eulalia Montes solicita al orfanato de León una niña para que fuera su lazarillo y dama de compañía, porque se había quedado ciega y necesitaba a alguien a su lado para que hiciera por ellas labores a las que su ceguera le impedían dedicarse, o la acompañara a eventos que solía asistir. Henar creía que el destino le había sonreído, aunque preocupada por el posible comportamiento de la mujer con ella, pero con el tiempo comprobó cómo doña Eulalia no era una persona a la que temía por su carácter. Pero, como el destino es muy caprichoso, tras su estancia durante cuatro años en casa de una señora con posibles y, tras pasar a mejor vida su protectora, se encuentra con que no tiene otra solución que regresar con las monjas del orfanato en cuyo torno la habían abandonado. Monjas que las preparan para que supieran realizar tareas para que fueran reclamadas por familias que necesitaban personal a su servicio. Sor Piedad había sido para ella lo más parecido a una madre que no tuvo, «No sólo las advertencias de sor Piedad habían hecho mella en ella, sino, sobre todo, el hecho de observar el hecho de observar las consecuencias en algunas de las que habían sido sus compañeras de infancia» (cap. 1).

Sin duda alguna, uno de los grandes atractivos de Malasangre es la ambientación y el contexto histórico en el que se desarrolla la trama. Helena Tur crea una ambientación exquisita que surte el efecto deseado, porque sentí realizar un viaje literario a la segunda mitad del siglo XIX, en un período concreto, y en una comarca en decadencia, El Bierzo (León). Una decadencia que se podrá comprobar en las penosas circunstancias que acompañan en su día a día a quienes, sobre todo, trabajan en el campo, por lo que muchos de los vecinos optan por la emigración en busca de una vida que le dé una segunda oportunidad. El narrador omnisciente describe unos paisajes que invitan a visitarlos, por los que me sentí muy atraído, sobre todo los que el joven de origen navarro, Juan Aldaz, le detalla con tal pasión a Henar, por lo que significan y lo que encuentra en parajes como Las Médulas, antiguas minas romanas canalizadas para obtener oro, o el Valle del Silencio. Aunque también me atrajo el frondoso bosque que visitan Henar y Lúa, cerca de Villaverde, inhóspito y abrupto, que tanto atrae a ambas, pero sobre todo a la niña, quien protagoniza escenas inquietantes que preocupan a sus padres, pero sobre todo a la joven protagonista, al sentirse culpable de haberle mostrado las maravillas naturales que atesora. Sin duda alguna, estos parajes son ideales para desarrollar en ellos una trama de ficción, en las que se producen situaciones que atemorizan a los tranquilos vecinos de El Bierzo, con el aliciente de que nada es lo que parece.

(Iglesia de San Blas-Villaverde-León)
El contexto histórico gira en torno a un hecho concreto, porque en 1858 la reina Isabel II hace el Camino de Santiago para potenciar la peregrinación a la catedral del Apóstol. Un contexto histórico que da lugar a que se persigan carlistas, republicanos y bandoleros, para que ningún episodio desagradable impidiera el tranquilo viaje que realiza la monarca. Un contexto histórico que se refleja en varias fases de la trama cuando los episodios se presta a ello, bien a través de los diálogos entre los personajes, o bien a través de la voz narrativa. En lo que a costumbres se refiere, a lo largo de los capítulos queda reflejada cómo era el día a día en esta comarca leonesa, en donde el lector se familiarizará con sus creencias —en las que están muy presentes las leyendas y profesiones que hoy día están en desuso, como la de los arrieros, a quienes se mencionarán en algún episodio de la novela, sobre todo si son maragatos, al igual que las aureanas, mujeres que encuentran un duro trabajo en el Sil para buscar oro. En este sentido, me llamó la atención la labor de los concejos en estas pequeñas poblaciones, porque la mujer podía asistir a sus reuniones, cómo utilizan los montes comunales, y las reuniones en las que las mujeres trabajan la lana mientras los hombres hacían labores manuales, y recibe el nombre de filandón, en las que se contaban historias relacionadas con El Bierzo, que se transmiten entre generaciones.

Malasangre es una novela que va de menos a más, porque la mayor parte de los giros se encuentran en el último tercio de la trama, si bien antes se descubren los cadáveres de niñas asesinadas, con un corte en el cuello y el cadáver sin sangre, como adelanta la sinopsis. La aparición de estos cadáveres atemorizan a los vecinos, sobre todo a los que tienen hijos menores, por lo que la Guardia Civil redobla sus esfuerzos para detener al criminal o criminales, si bien la voz narrativa ofrece una serie de pistas falsas en las que se señalan a varios personajes que son vigilados con celo, porque entre ellos se puede encontrar el posible o posibles sospechosos para ser inculpados. En mi opinión, entiendo que la novela es de corte clásico, porque nada es lo que parece en una zona en la que los vecinos de El Bierzo ven alterada su tranquila vida cotidiana. A medida que se acerca el desenlace se percibe quién puede ser el culpable de cometer tan horrendos crímenes, si bien mediante una labor de investigación en el que tiene mucho que ver el papel que desempeña Henar, la joven protagonista, porque toma la decisión de dirigirse al colmenar de Hurtado en lugar de Matilde, para recabar información tras su desaparición, una niña del mismo orfanato del que ella también procede. Ante los episodios funestos que tienen lugar en torno a Villaverde, Henar se obsesiona por la seguridad de Lúa, a quien le cogió mucho cariño, desde que sus padres la admiten a regañadientes en la palloza en la que viven. Entiendo que los dos últimos capítulos conforman un desenlace también de corte clásico en el que se aclara todo lo sucedido en relación con el asesinato de las niñas y se descubre la identidad de quien cometió estos crímenes inhumanos.

(Puente colgante Villaverde-León)
Son pocos los personajes que transitan por las páginas de Malasangre, aunque todos ellos
atrajeron mi atención por la relación que pueden guardar con el asesinato de las niñas, dadas las peculiaridades de cada uno. En una palloza cercana a Villaverde vive Baia, una mujer de pocas palabras, es apicultora y está muy pendiente de su hija pequeña Lúa. Baia está casada en segundas nupcias con Lucio Hurtado, un personaje de mal carácter, cruel, y que pasa días fuera de casa por los trabajos que realiza, aunque dadas sus características y el compañero que le secunda, Onésimo, se sobreentiende que son asuntos turbios los que se trae entre manos. Ante los funestos episodios que tienen lugar en torno a Villaverde, Henar se obsesiona por la seguridad de Lúa, a quién le cogió mucho cariño, y trabaja con ella para enseñarle a hablar, al comprobar la sordera que padece, si bien en ocasiones su actitud curiosa e indiscreta provocará la preocupación de Baia en episodios en los que le inquieta la ausencia de su hija. A Juan Aldaz ya lo mencioné en esta reseña, por la relación cada vez más cercana que mantiene con Henar. El muchacho es de origen navarro pero no desea regresar a su tierra por el pasado que le acompaña, se define como estafador pero no contrabandista, si bien se dedica a buscar restos arqueológicos en los valles ya mencionados en el tercer párrafo de esta reseña para venderlos a los británicos. Es perseguido por la Guardia Civil, por lo que su nomadismo le lleva a buscar lugares en los que pueda esconderse para que no lo atrapen. Faustino Aliaga es un hidalgo de alta posición, de carácter voluble,  que vive con su mujer, Clara Escalante, en una casona blasonada, junto con el servicio que realiza los quehaceres diarios. Hay otros personajes, pero más secundarios e incluso diría que figurantes. Entre los secundarios están los tres miembros de la Guardia Civil que vigilan los caminos para que la comitiva de la reina no sufra ningún contratiempo, y entre los segundos están algunos personajes del pueblo, caso de Manuel, a quien se le encuentra en algunos episodios en los prados comunales haciéndose cargo del ganado de los vecinos, y de quien incluso se sospecha como uno de los señalados de haber asesinado a las niñas, dadas sus características, porque se piensa que incluso puede ser el llamado Romasanta, si bien este criminal está preso en Allariz.

Me gustó mucho Malasangre, novela de la escritora ibicenca Helena Tur, a través de cuya trama me llevó en un imaginario viaje literario a la comarca de El Bierzo, en la provincia de León, a la segunda mitad del siglo XIX, ante la exquisita ambientación y trasfondo histórico y costumbrista. La joven Henar Expósito se siente obligada a recabar información sobre lo que le sucedió a Matilde, por lo que no duda en pedir trabajo en el colmenar de Hurtado, que vive junto con su esposa en una palloza situada en Villaverde, desde la que pidieron al orfanato los servicios de la niña, porque le hace suponer que es en ese lugar donde puede obtener las respuestas que busca. En Malasangre el lector se encontrará con ingredientes de varios géneros, diría que maridados de forma equilibrada, y con una trama cuyo desarrollo va de menos a más, porque es en el último tercio en el que tienen lugar los giros que incitan a interesarse por descubrir quién o quiénes son los culpables de tan horrendos crímenes. En mi opinión, tiene una marcada influencia clásica, porque a medida que se suceden los capítulos nada es lo que parece, junto con otras razones que justifico en esta reseña. El ritmo de lectura me pareció más bien pausado, pero la trama es muy entretenida y adictiva, pese a que predomina la narración frente a los diálogos. La autora perfila un corto elenco de personajes que transitan por las páginas de Malasangre, entre los que me sentí atraído por determinados vecinos de esta población, porque su carácter y forma de actuar provoca que se señalen como sospechosos, y dan lugar a pensar que entre ellos puede hallarse el presunto o presuntos culpables de haber asesinado a las niñas.





Biografía:






Helena Tur(Ibiza, 1969) conoció las obras de Jane Austen en la adolescencia y las ha releído en numerosas ocasiones. No es de extrañar que luego se licenciara en Filología. Tras una trayectoria de investigadora y crítica literaria, se enfundó el pseudónimo de Jane Kelder para publicar novela romántica influida por Jane Austen, Elizabeth Gaskell o las hermanas Brontë. Sin abandonar la ficción histórica, ni tampoco el costumbrismo o el romance, recuperó su nombre real al publicar Malasangre con Plaza & Janés. Ahora regresa a sus orígenes austenitas con la novela En el corazón de Jane.

Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web del grupo PRH. Imagen del castillo templario de Ponferrada tomada de la web tomada de la web del Ayuntamiento de Ponferrada. Imagen de la iglesia de San Blas, en Villaverde, tomada de la web de la Diócesis de Astorga. Imagen del Puente Colgante de Villaverde tomada de la web verpueblos.com.



martes, 5 de diciembre de 2023

Libros leídos y reseñados en Noviembre/2023.

 








Este es el balance de libros leídos y reseñados en el pasado mes de noviembre del presente año: han sido un total de 4.




Los leídos: 








                                                     
                                 
                                                                       
                                            


Los reseñados: 



-El cielo sobre Canfranc, de Rosario Raro


-Muerte en la rectoría, de Michael Innes


-El tesoro de La Girona, de Javier Pellicer


-La edad de la inocencia, de Edith Warthon




Avance retos literarios en los que participo: 



-VII Edición Reto Nos gustan los clásicos:   (10/8) 100% Completado


-Reto Autores de la A a la Z (2023):  (22/24) (92%) +2 obligatorios. 


Reto 25 españoles (2023):  (42/25) (+2). Completado


-Reto Leemos España provincia a provincia (2023): (16/52). Sin avance.