Datos
técnicos:
Título:
Malasangre.
Autora:
Helena Tur.
Editorial:
Plaza & Janés (Grupo PRH).
1ª
edición: Junio/2020.
ASIN:
B084Z3NVQ8.
Formato:
Libro digital.
Idioma:
Español.
Nº
páginas: 362.
Sinopsis:
Una
tierra teñida por la sangre de cuatro niñas.
Una
joven dispuesta a arriesgar su vida por los demás.
Una
poderosa historia de amor.
En la
segunda mitad del siglo XIX, Henar, una joven huérfana, viaja hasta
el Bierzo para trabajar en una granja de abejas. Coincidiendo con su
llegada, comienzan a aparecer en la comarca niñas asesinadas, con un
corte en el cuello y el cadáver sin sangre.
En
medio de este ambiente opresivo, Henar descubrirá el amor que no
conoció en su infancia, al encariñarse de la hija de los señores,
a la que cuida y protege como si fuera de su familia, y conocerá la
pasión en los brazos de un atractivo buscavidas que huye por una
estafa. Pero en un lugar inhóspito donde nadie es quien dice ser ¿es
posible confiar en un extraño?
Opinión
Personal:
Me
atrajo mucho la portada, el título y la sinopsis de la novela que
hoy reseño y no dudo en recomendar, Malasangre,
de
Helena Tur (Ibiza, 1969).
La portada es de las que enamoran, abeja incluida, con una joven
caminando por un paraje que semeja inhóspito y agreste. Una portada
que es un claro adelanto de lo que el lector se va a encontrar a lo
largo de los 31 capítulos en los que se estructura la primera obra
que la escritora ibicenca firma con su nombre, porque las anteriores
lo hacía bajo pseudónimo, y en esta ocasión lo hace con una
editorial de renombre, Plaza & Janés. Un título que me intrigó,
pero a medida que se suceden los capítulos, me dije que era muy
acertado. La joven que figura en la portada bien puede ser Henar, la protagonista, de quien
estuve muy pendiente de las vicisitudes que la acompañan desde que
sale del orfanato de León.
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(Castillo Templario de Ponferrada-León) |
La
vida de la joven Henar Expósito cambia desde que doña Eulalia Montes solicita al orfanato de León una niña para que fuera su lazarillo y dama de compañía,
porque se había quedado ciega y necesitaba a alguien a su lado para
que hiciera por ellas labores a las que su ceguera le impedían
dedicarse, o la acompañara a eventos que solía asistir. Henar creía
que el destino le había sonreído, aunque preocupada por el posible comportamiento de la mujer con ella, pero con el tiempo comprobó
cómo doña Eulalia no era una persona a la que temía por su
carácter. Pero, como el destino es muy caprichoso, tras su estancia
durante cuatro años en casa de una señora con posibles y, tras
pasar a mejor vida su protectora, se encuentra con que no tiene otra
solución que regresar con las monjas del orfanato en cuyo torno la
habían abandonado. Monjas que las preparan para que supieran
realizar tareas para que fueran reclamadas por familias que
necesitaban personal a su servicio. Sor Piedad había sido para ella
lo más parecido a una madre que no tuvo, «No
sólo las
advertencias de sor Piedad habían hecho mella en ella, sino, sobre
todo, el hecho de observar el hecho de observar las consecuencias en
algunas de las que habían sido sus compañeras de infancia»
(cap. 1).
Sin
duda alguna, uno de los grandes atractivos de Malasangre
es la ambientación y el contexto histórico en el que se desarrolla
la trama. Helena Tur crea una ambientación exquisita que surte el
efecto deseado, porque sentí realizar un viaje literario a la
segunda mitad del siglo XIX, en un período concreto, y en una
comarca en decadencia, El Bierzo (León). Una decadencia que se podrá
comprobar en las penosas circunstancias que acompañan en su día a
día a quienes, sobre todo, trabajan en el campo, por lo que muchos
de los vecinos optan por la emigración en busca de una vida que le
dé una segunda oportunidad. El narrador omnisciente describe unos
paisajes que invitan a visitarlos, por los que me sentí muy atraído,
sobre todo los que el joven de origen navarro, Juan Aldaz, le detalla
con tal pasión a Henar, por lo que significan y lo que encuentra en
parajes como Las Médulas, antiguas minas romanas canalizadas para
obtener oro, o el Valle del Silencio. Aunque también me atrajo el
frondoso bosque que visitan Henar y Lúa, cerca de Villaverde,
inhóspito y abrupto, que tanto atrae a ambas, pero sobre todo a la
niña, quien protagoniza escenas inquietantes que preocupan a sus
padres, pero sobre todo a la joven protagonista, al sentirse culpable
de haberle mostrado las maravillas naturales que atesora. Sin duda
alguna, estos parajes son ideales para desarrollar en ellos una trama
de ficción, en las que se producen situaciones que atemorizan a los
tranquilos vecinos de El Bierzo, con el aliciente de que nada es lo
que parece.
|
(Iglesia de San Blas-Villaverde-León) |
El
contexto histórico gira en torno a un hecho concreto, porque en 1858
la reina Isabel II hace el Camino de Santiago para potenciar la
peregrinación a la catedral del Apóstol. Un contexto histórico que
da lugar a que se persigan carlistas, republicanos y bandoleros, para
que ningún episodio desagradable impidiera el tranquilo viaje que
realiza la monarca. Un contexto histórico que se refleja en varias
fases de la trama cuando los episodios se presta a ello, bien a
través de los diálogos entre los personajes, o bien a través de la
voz narrativa. En lo que a costumbres se refiere, a lo largo de los
capítulos queda reflejada cómo era el día a día en esta comarca
leonesa, en donde el lector se familiarizará con sus creencias —en
las que están muy presentes las leyendas—
y profesiones que hoy día están en desuso, como la de los arrieros,
a quienes se mencionarán en algún episodio de la novela, sobre todo
si son maragatos, al igual que las aureanas, mujeres que encuentran
un duro trabajo en el Sil para buscar oro. En este sentido, me llamó
la atención la labor de los concejos en estas pequeñas poblaciones,
porque la mujer podía asistir a sus reuniones, cómo utilizan los
montes comunales, y las reuniones en las que las mujeres trabajan la
lana mientras los hombres hacían labores manuales, y recibe el
nombre de filandón, en las que se contaban historias relacionadas
con El Bierzo, que se transmiten entre generaciones.
Malasangre es una novela que va de menos a más, porque la mayor parte de los
giros se encuentran en el último tercio de la trama, si bien antes
se descubren los cadáveres de niñas asesinadas, con un corte en el
cuello y el cadáver sin sangre, como adelanta la sinopsis. La
aparición de estos cadáveres atemorizan a los vecinos, sobre todo a
los que tienen hijos menores, por lo que la Guardia Civil redobla sus
esfuerzos para detener al criminal o criminales, si bien la voz
narrativa ofrece una serie de pistas falsas en las que se señalan a varios
personajes que son vigilados con celo, porque entre ellos se puede
encontrar el posible o posibles sospechosos para ser inculpados. En
mi opinión, entiendo que la novela es de corte clásico, porque
nada es lo que parece en una zona en la que los vecinos de El Bierzo
ven alterada su tranquila vida cotidiana. A medida que se acerca el
desenlace se percibe quién puede ser el culpable de cometer tan
horrendos crímenes, si bien mediante una labor de investigación en
el que tiene mucho que ver el papel que desempeña Henar, la joven
protagonista, porque toma la decisión de dirigirse al colmenar de
Hurtado en lugar de Matilde, para recabar información tras su
desaparición, una niña del mismo orfanato del que ella también
procede. Ante los episodios funestos que tienen lugar en torno a
Villaverde, Henar se obsesiona por la seguridad de Lúa, a quien le
cogió mucho cariño, desde que sus padres la admiten a regañadientes
en la palloza en la que viven. Entiendo que los dos últimos
capítulos conforman un desenlace también de corte clásico en el
que se aclara todo lo sucedido en relación con el asesinato de las
niñas y se descubre la identidad de quien cometió estos crímenes
inhumanos.
|
(Puente colgante Villaverde-León) |
Son
pocos los personajes que transitan por las páginas de Malasangre,
aunque todos ellos
atrajeron mi atención por la relación que pueden
guardar con el asesinato de las niñas, dadas las peculiaridades de
cada uno. En una palloza cercana a Villaverde vive Baia, una mujer de
pocas palabras, es apicultora y está muy pendiente de su hija
pequeña Lúa. Baia está casada en segundas nupcias con Lucio
Hurtado, un personaje de mal carácter, cruel, y que pasa días fuera
de casa por los trabajos que realiza, aunque dadas sus
características y el compañero que le secunda, Onésimo, se
sobreentiende que son asuntos turbios los que se trae entre manos.
Ante los funestos episodios que tienen lugar en torno a Villaverde,
Henar se obsesiona por la seguridad de Lúa, a quién le cogió mucho
cariño, y trabaja con ella para enseñarle a hablar, al comprobar la sordera
que padece, si bien en ocasiones su actitud curiosa e indiscreta provocará la
preocupación de Baia en episodios en los que le inquieta la ausencia
de su hija. A Juan Aldaz ya lo mencioné en esta reseña, por la
relación cada vez más cercana que mantiene con Henar. El muchacho
es de origen navarro pero no desea regresar a su tierra por el pasado
que le acompaña, se define como estafador pero no contrabandista, si
bien se dedica a buscar restos arqueológicos en los
valles ya mencionados en el tercer párrafo de esta reseña para
venderlos a los británicos. Es perseguido por la Guardia Civil, por
lo que su nomadismo le lleva a buscar lugares en los que pueda
esconderse para que no lo atrapen. Faustino Aliaga es un hidalgo de
alta posición, de carácter voluble, que vive con su mujer, Clara Escalante, en una casona
blasonada, junto con el servicio que realiza los quehaceres diarios.
Hay otros personajes, pero más secundarios e incluso diría que
figurantes. Entre los secundarios están los tres miembros de la
Guardia Civil que vigilan los caminos para que la comitiva de la
reina no sufra ningún contratiempo, y entre los segundos están
algunos personajes del pueblo, caso de Manuel, a quien se le
encuentra en algunos episodios en los prados comunales haciéndose
cargo del ganado de los vecinos, y de quien incluso se sospecha como
uno de los señalados de haber asesinado a las niñas, dadas sus
características, porque se piensa que incluso puede ser el llamado
Romasanta, si bien este criminal está preso en Allariz.
Me gustó mucho Malasangre, novela
de la escritora ibicenca Helena Tur, a través de cuya trama me llevó
en un imaginario viaje literario a la comarca de El Bierzo, en la
provincia de León, a la segunda mitad del siglo XIX, ante la
exquisita ambientación y trasfondo histórico y costumbrista. La
joven Henar Expósito se siente obligada a recabar información sobre
lo que le sucedió a Matilde, por lo que no duda en pedir trabajo en
el colmenar de Hurtado, que vive junto con su esposa en una palloza
situada en Villaverde, desde la que pidieron al orfanato los
servicios de la niña, porque le hace suponer que es en ese lugar
donde puede obtener las respuestas que busca. En Malasangre el
lector se encontrará con ingredientes de varios géneros, diría que
maridados de forma equilibrada, y con una trama cuyo desarrollo va de
menos a más, porque es en el último tercio en el que tienen lugar
los giros que incitan a interesarse por descubrir quién o quiénes
son los culpables de tan horrendos crímenes. En mi opinión, tiene
una marcada influencia clásica, porque a medida que se suceden los
capítulos nada es lo que parece, junto con otras razones que
justifico en esta reseña. El ritmo de lectura me pareció más bien
pausado, pero la trama es muy entretenida y adictiva, pese a que predomina la
narración frente a los diálogos. La autora perfila un corto elenco
de personajes que transitan por las páginas de Malasangre,
entre los que me sentí atraído por determinados vecinos de esta
población, porque su carácter y forma de actuar provoca que se señalen como sospechosos, y dan lugar a pensar que entre ellos puede
hallarse el presunto o presuntos culpables de haber asesinado a las
niñas.
Biografía:
Helena
Tur(Ibiza,
1969) conoció las obras de Jane Austen en la adolescencia y las ha
releído en numerosas ocasiones. No es de extrañar que luego se
licenciara en Filología. Tras una trayectoria de investigadora y
crítica literaria, se enfundó el pseudónimo de Jane Kelder para
publicar novela romántica influida por Jane Austen, Elizabeth
Gaskell o las hermanas Brontë. Sin abandonar la ficción histórica,
ni tampoco el costumbrismo o el romance, recuperó su nombre real al
publicar Malasangre
con
Plaza & Janés. Ahora regresa a sus orígenes austenitas con la
novela En
el corazón de Jane.
Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web del grupo PRH. Imagen del castillo templario de Ponferrada tomada de la web tomada de la web del Ayuntamiento de Ponferrada. Imagen de la iglesia de San Blas, en Villaverde, tomada de la web de la Diócesis de Astorga. Imagen del Puente Colgante de Villaverde tomada de la web verpueblos.com.
Hola Paco, tengo la novela apuntada desde que se publicó pero aún no he tenido oportunidad de leerla. Tras tu reseña, estoy convencida de que va a gustarme. A ver si el año que viene me animo con ella. Besos.
ResponderEliminarPUes tomo buena nota, que no conocía a la autora y me dejas con ganas de leer esta novela.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Paco. Esta novela sí la vi reseñada cuando salió y ya llamó mi atención. Tu reseña me ha hecho recordar que me parecía una historia apetecible. Lástima que no tengamos tiempo para leer todo lo que queremos. Besos
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