lunes, 11 de diciembre de 2023

Reseña Malasangre, de Helena Tur.


 







Datos técnicos:




Título: Malasangre.

Autora: Helena Tur.

Editorial: Plaza & Janés (Grupo PRH).

1ª edición: Junio/2020.

ASIN: B084Z3NVQ8.

Formato: Libro digital.

Idioma: Español.

Nº páginas: 362.




Sinopsis:




Una tierra teñida por la sangre de cuatro niñas.

Una joven dispuesta a arriesgar su vida por los demás.

Una poderosa historia de amor.

En la segunda mitad del siglo XIX, Henar, una joven huérfana, viaja hasta el Bierzo para trabajar en una granja de abejas. Coincidiendo con su llegada, comienzan a aparecer en la comarca niñas asesinadas, con un corte en el cuello y el cadáver sin sangre.

En medio de este ambiente opresivo, Henar descubrirá el amor que no conoció en su infancia, al encariñarse de la hija de los señores, a la que cuida y protege como si fuera de su familia, y conocerá la pasión en los brazos de un atractivo buscavidas que huye por una estafa. Pero en un lugar inhóspito donde nadie es quien dice ser ¿es posible confiar en un extraño?





Opinión Personal:





Me atrajo mucho la portada, el título y la sinopsis de la novela que hoy reseño y no dudo en recomendar, Malasangre, de Helena Tur (Ibiza, 1969). La portada es de las que enamoran, abeja incluida, con una joven caminando por un paraje que semeja inhóspito y agreste. Una portada que es un claro adelanto de lo que el lector se va a encontrar a lo largo de los 31 capítulos en los que se estructura la primera obra que la escritora ibicenca firma con su nombre, porque las anteriores lo hacía bajo pseudónimo, y en esta ocasión lo hace con una editorial de renombre, Plaza & Janés. Un título que me intrigó, pero a medida que se suceden los capítulos, me dije que era muy acertado. La joven que figura en la portada bien puede ser Henar, la protagonista, de quien estuve muy pendiente de las vicisitudes que la acompañan desde que sale del orfanato de León.

(Castillo Templario de Ponferrada-León)
La vida de la joven Henar Expósito cambia desde que doña Eulalia Montes solicita al orfanato de León una niña para que fuera su lazarillo y dama de compañía, porque se había quedado ciega y necesitaba a alguien a su lado para que hiciera por ellas labores a las que su ceguera le impedían dedicarse, o la acompañara a eventos que solía asistir. Henar creía que el destino le había sonreído, aunque preocupada por el posible comportamiento de la mujer con ella, pero con el tiempo comprobó cómo doña Eulalia no era una persona a la que temía por su carácter. Pero, como el destino es muy caprichoso, tras su estancia durante cuatro años en casa de una señora con posibles y, tras pasar a mejor vida su protectora, se encuentra con que no tiene otra solución que regresar con las monjas del orfanato en cuyo torno la habían abandonado. Monjas que las preparan para que supieran realizar tareas para que fueran reclamadas por familias que necesitaban personal a su servicio. Sor Piedad había sido para ella lo más parecido a una madre que no tuvo, «No sólo las advertencias de sor Piedad habían hecho mella en ella, sino, sobre todo, el hecho de observar el hecho de observar las consecuencias en algunas de las que habían sido sus compañeras de infancia» (cap. 1).

Sin duda alguna, uno de los grandes atractivos de Malasangre es la ambientación y el contexto histórico en el que se desarrolla la trama. Helena Tur crea una ambientación exquisita que surte el efecto deseado, porque sentí realizar un viaje literario a la segunda mitad del siglo XIX, en un período concreto, y en una comarca en decadencia, El Bierzo (León). Una decadencia que se podrá comprobar en las penosas circunstancias que acompañan en su día a día a quienes, sobre todo, trabajan en el campo, por lo que muchos de los vecinos optan por la emigración en busca de una vida que le dé una segunda oportunidad. El narrador omnisciente describe unos paisajes que invitan a visitarlos, por los que me sentí muy atraído, sobre todo los que el joven de origen navarro, Juan Aldaz, le detalla con tal pasión a Henar, por lo que significan y lo que encuentra en parajes como Las Médulas, antiguas minas romanas canalizadas para obtener oro, o el Valle del Silencio. Aunque también me atrajo el frondoso bosque que visitan Henar y Lúa, cerca de Villaverde, inhóspito y abrupto, que tanto atrae a ambas, pero sobre todo a la niña, quien protagoniza escenas inquietantes que preocupan a sus padres, pero sobre todo a la joven protagonista, al sentirse culpable de haberle mostrado las maravillas naturales que atesora. Sin duda alguna, estos parajes son ideales para desarrollar en ellos una trama de ficción, en las que se producen situaciones que atemorizan a los tranquilos vecinos de El Bierzo, con el aliciente de que nada es lo que parece.

(Iglesia de San Blas-Villaverde-León)
El contexto histórico gira en torno a un hecho concreto, porque en 1858 la reina Isabel II hace el Camino de Santiago para potenciar la peregrinación a la catedral del Apóstol. Un contexto histórico que da lugar a que se persigan carlistas, republicanos y bandoleros, para que ningún episodio desagradable impidiera el tranquilo viaje que realiza la monarca. Un contexto histórico que se refleja en varias fases de la trama cuando los episodios se presta a ello, bien a través de los diálogos entre los personajes, o bien a través de la voz narrativa. En lo que a costumbres se refiere, a lo largo de los capítulos queda reflejada cómo era el día a día en esta comarca leonesa, en donde el lector se familiarizará con sus creencias —en las que están muy presentes las leyendas y profesiones que hoy día están en desuso, como la de los arrieros, a quienes se mencionarán en algún episodio de la novela, sobre todo si son maragatos, al igual que las aureanas, mujeres que encuentran un duro trabajo en el Sil para buscar oro. En este sentido, me llamó la atención la labor de los concejos en estas pequeñas poblaciones, porque la mujer podía asistir a sus reuniones, cómo utilizan los montes comunales, y las reuniones en las que las mujeres trabajan la lana mientras los hombres hacían labores manuales, y recibe el nombre de filandón, en las que se contaban historias relacionadas con El Bierzo, que se transmiten entre generaciones.

Malasangre es una novela que va de menos a más, porque la mayor parte de los giros se encuentran en el último tercio de la trama, si bien antes se descubren los cadáveres de niñas asesinadas, con un corte en el cuello y el cadáver sin sangre, como adelanta la sinopsis. La aparición de estos cadáveres atemorizan a los vecinos, sobre todo a los que tienen hijos menores, por lo que la Guardia Civil redobla sus esfuerzos para detener al criminal o criminales, si bien la voz narrativa ofrece una serie de pistas falsas en las que se señalan a varios personajes que son vigilados con celo, porque entre ellos se puede encontrar el posible o posibles sospechosos para ser inculpados. En mi opinión, entiendo que la novela es de corte clásico, porque nada es lo que parece en una zona en la que los vecinos de El Bierzo ven alterada su tranquila vida cotidiana. A medida que se acerca el desenlace se percibe quién puede ser el culpable de cometer tan horrendos crímenes, si bien mediante una labor de investigación en el que tiene mucho que ver el papel que desempeña Henar, la joven protagonista, porque toma la decisión de dirigirse al colmenar de Hurtado en lugar de Matilde, para recabar información tras su desaparición, una niña del mismo orfanato del que ella también procede. Ante los episodios funestos que tienen lugar en torno a Villaverde, Henar se obsesiona por la seguridad de Lúa, a quien le cogió mucho cariño, desde que sus padres la admiten a regañadientes en la palloza en la que viven. Entiendo que los dos últimos capítulos conforman un desenlace también de corte clásico en el que se aclara todo lo sucedido en relación con el asesinato de las niñas y se descubre la identidad de quien cometió estos crímenes inhumanos.

(Puente colgante Villaverde-León)
Son pocos los personajes que transitan por las páginas de Malasangre, aunque todos ellos
atrajeron mi atención por la relación que pueden guardar con el asesinato de las niñas, dadas las peculiaridades de cada uno. En una palloza cercana a Villaverde vive Baia, una mujer de pocas palabras, es apicultora y está muy pendiente de su hija pequeña Lúa. Baia está casada en segundas nupcias con Lucio Hurtado, un personaje de mal carácter, cruel, y que pasa días fuera de casa por los trabajos que realiza, aunque dadas sus características y el compañero que le secunda, Onésimo, se sobreentiende que son asuntos turbios los que se trae entre manos. Ante los funestos episodios que tienen lugar en torno a Villaverde, Henar se obsesiona por la seguridad de Lúa, a quién le cogió mucho cariño, y trabaja con ella para enseñarle a hablar, al comprobar la sordera que padece, si bien en ocasiones su actitud curiosa e indiscreta provocará la preocupación de Baia en episodios en los que le inquieta la ausencia de su hija. A Juan Aldaz ya lo mencioné en esta reseña, por la relación cada vez más cercana que mantiene con Henar. El muchacho es de origen navarro pero no desea regresar a su tierra por el pasado que le acompaña, se define como estafador pero no contrabandista, si bien se dedica a buscar restos arqueológicos en los valles ya mencionados en el tercer párrafo de esta reseña para venderlos a los británicos. Es perseguido por la Guardia Civil, por lo que su nomadismo le lleva a buscar lugares en los que pueda esconderse para que no lo atrapen. Faustino Aliaga es un hidalgo de alta posición, de carácter voluble,  que vive con su mujer, Clara Escalante, en una casona blasonada, junto con el servicio que realiza los quehaceres diarios. Hay otros personajes, pero más secundarios e incluso diría que figurantes. Entre los secundarios están los tres miembros de la Guardia Civil que vigilan los caminos para que la comitiva de la reina no sufra ningún contratiempo, y entre los segundos están algunos personajes del pueblo, caso de Manuel, a quien se le encuentra en algunos episodios en los prados comunales haciéndose cargo del ganado de los vecinos, y de quien incluso se sospecha como uno de los señalados de haber asesinado a las niñas, dadas sus características, porque se piensa que incluso puede ser el llamado Romasanta, si bien este criminal está preso en Allariz.

Me gustó mucho Malasangre, novela de la escritora ibicenca Helena Tur, a través de cuya trama me llevó en un imaginario viaje literario a la comarca de El Bierzo, en la provincia de León, a la segunda mitad del siglo XIX, ante la exquisita ambientación y trasfondo histórico y costumbrista. La joven Henar Expósito se siente obligada a recabar información sobre lo que le sucedió a Matilde, por lo que no duda en pedir trabajo en el colmenar de Hurtado, que vive junto con su esposa en una palloza situada en Villaverde, desde la que pidieron al orfanato los servicios de la niña, porque le hace suponer que es en ese lugar donde puede obtener las respuestas que busca. En Malasangre el lector se encontrará con ingredientes de varios géneros, diría que maridados de forma equilibrada, y con una trama cuyo desarrollo va de menos a más, porque es en el último tercio en el que tienen lugar los giros que incitan a interesarse por descubrir quién o quiénes son los culpables de tan horrendos crímenes. En mi opinión, tiene una marcada influencia clásica, porque a medida que se suceden los capítulos nada es lo que parece, junto con otras razones que justifico en esta reseña. El ritmo de lectura me pareció más bien pausado, pero la trama es muy entretenida y adictiva, pese a que predomina la narración frente a los diálogos. La autora perfila un corto elenco de personajes que transitan por las páginas de Malasangre, entre los que me sentí atraído por determinados vecinos de esta población, porque su carácter y forma de actuar provoca que se señalen como sospechosos, y dan lugar a pensar que entre ellos puede hallarse el presunto o presuntos culpables de haber asesinado a las niñas.





Biografía:






Helena Tur(Ibiza, 1969) conoció las obras de Jane Austen en la adolescencia y las ha releído en numerosas ocasiones. No es de extrañar que luego se licenciara en Filología. Tras una trayectoria de investigadora y crítica literaria, se enfundó el pseudónimo de Jane Kelder para publicar novela romántica influida por Jane Austen, Elizabeth Gaskell o las hermanas Brontë. Sin abandonar la ficción histórica, ni tampoco el costumbrismo o el romance, recuperó su nombre real al publicar Malasangre con Plaza & Janés. Ahora regresa a sus orígenes austenitas con la novela En el corazón de Jane.

Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web del grupo PRH. Imagen del castillo templario de Ponferrada tomada de la web tomada de la web del Ayuntamiento de Ponferrada. Imagen de la iglesia de San Blas, en Villaverde, tomada de la web de la Diócesis de Astorga. Imagen del Puente Colgante de Villaverde tomada de la web verpueblos.com.



3 comentarios:

  1. Hola Paco, tengo la novela apuntada desde que se publicó pero aún no he tenido oportunidad de leerla. Tras tu reseña, estoy convencida de que va a gustarme. A ver si el año que viene me animo con ella. Besos.

    ResponderEliminar
  2. PUes tomo buena nota, que no conocía a la autora y me dejas con ganas de leer esta novela.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  3. Hola Paco. Esta novela sí la vi reseñada cuando salió y ya llamó mi atención. Tu reseña me ha hecho recordar que me parecía una historia apetecible. Lástima que no tengamos tiempo para leer todo lo que queremos. Besos

    ResponderEliminar