viernes, 29 de septiembre de 2023

Reseña La pequeña librería de Stefan Zweig, de Francisco Uría.

 









Datos técnicos:




Título: La pequeña librería de Stefan Zweig.

Autor: Francisco Uría.

Editorial: Almuzara.

1ª edición: Julio/2021.

2ª edición: Octubre/2021.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-18757-25-9.

Idioma: Español.

Nº pág.: 144.




Sinopsis:




En el verano de 1936, el barco que llevaba al gran escritor Stefan Zweig rumbo a América hizo escala en el puerto de Vigo. Con los dramáticos ecos de la Guerra Civil resonando en el ambiente, el celebrado autor de "El mundo de ayer" paseó por las calles de la urbe gallega entrando en contacto con una realidad no muy distante de los totalitarismos que le habían forzado a abandonar, desencantado, su amada Europa. En el curso de ese paseo, Zweig se detendrá ante el escaparate de una pequeña librería y conocerá a su propietario, Ramón, un hombre que, como él, es consciente del inmenso tesoro que supone la literatura. Ese encuentro será el germen de una fugaz pero valiosa amistad, cuyo legado se extenderá en el tiempo mucho más de lo inicialmente previsto. Con este escenario Francisco Uría despliega la trama de un relato que emociona al lector casi desde la primera página. Con un estilo claro y sugerente, el autor nos sumerge en una atmósfera de marcado encanto, no exenta de cierta nostalgia, en la que se sirve de una galería de variopintos personajes para fabular sobre el paseo de Zweig en la Ciudad Olívica, en una historia en la que los libros y los recuerdos juegan un papel esencial.




Opinión Personal:




Hay novelas que atraen la atención del lector por muchas circunstancias que las rodean. Hay novelas que sorprenden muy gratamente, sobre todo si están escritas por un autor novel. Hay novelas que, aunque tengan una corta extensión, nos llenan de tal forma que resulta muy difícil olvidarnos de ella y, sobre todo, no se duda en recomendar. Quizás el comienzo de esta reseña sea demasiado entusiasta, pero es que entre la portada y la historia que ficciona Francisco Uría en el desarrollo de la trama, y en poco menos de 150 páginas, me incitaron a compartir mis impresiones iniciando la reseña de esta forma.  La pequeña librería de Stefan Zweig rezuma literatura a lo largo de los seis capítulos en los que se estructura. Literatura y de la buena, sobre todo para quienes leemos al grandísimo escritor austríaco al que alude el título de la ópera prima.

(Isla de San Simón-Vigo)
Estoy seguro de que muy pocos lectores y españoles en general tienen constancia de la presencia de Stefan Zweig en Vigo durante varias horas, tras hacer una parada inesperada el vapor inglés Alcántara, que salió de Southampton y en el que viajaba a Iberoamérica, invitado por el Pen Club Internacional, donde se dirige a Brasil y Argentina para participar en un congreso. Esta atraque inesperado en el puerto de la Ciudad Olívica no le gustó al escritor, porque España estaba inmersa en una recién iniciada guerra civil. Sin embargo, Zweig decidió dar un paseo y se sorprendió no encontrarse con los episodios que implica un conflicto bélico. Se encontró con una ciudad relativamente tranquila, en la que sus habitantes vivían el día a día como si la lucha que se entablaba en el país no fuera con ellos, o eso fue la primera impresión que le causó las escenas que vio nada más pisar el puerto vigués.

Lo que acabo de escribir en el párrafo anterior puede servir como una introducción a lo que se encontrará el lector a lo largo de los seis capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama. Una trama que empieza y termina el 10 de agosto de 1936. En Galicia, la Civil Española duró poco tiempo, se convirtió en la retaguardia del ejército sublevado, aunque las represalias contra los republicanos fue muy dura, mediante la represión directa y la violencia. Esto que acabo de comentar lo comprobará el lector durante la historia que narra el abuelo, Ramón Castro, que es quien relata su encuentro con Stefan Zweig en La pequeña librería de Stefan Zweig. Este relato se inicia en casa de su hijo, en una de las comidas a las que es obligado a asistir tras el fallecimiento de su esposa. Iniciada la comida el abuelo se fijó en libro que «había encima del mueble grande de la cocina» (pág. 20), y que lo estaba leyendo su nieto mayor. Era un libro del escritor austríaco, El mundo de ayer. El abuelo se sorprendió y, al verlo, sirvió como excusa para hablar del paso de Zweig por su pequeña librería, en aquel lejano día de 1936. Como ya comenté en el segundo párrafo de esta reseña, el autor decidió bajar del barco y dar un paseo por la ciudad con el fin de comprar algún libro que le permitiera distraerse durante la larga travesía que le esperaba. En ese paseo se fijó en el expositor de una pequeña librería y no le gustaron los libros que vio, pero decide entrar en ella al sorprenderse que está abierta.

Ramón Castro era un hombre que, en los albores de la guerra civil «era muy joven pero lo suficientemente mayor para que no lo reclutaran» (pág. 29) se encuentra momentáneamente al cargo del pequeño establecimiento, porque quien realmente regenta la librería es su padre. Ramón Castro se sorprende al tener frente a él a un cliente en una fecha tan inusual, porque lo habitual es que la librería estuviera cerrada. El cliente le pregunta si tiene algunos libros en alemán, y le muestra un libro con poemas de Goethe, que reposa en una estantería. El cliente es descrito con certeros rasgos, por lo que seguro que le sirven al lector para darse cuenta de quién es el personaje que acaba de entrar en la librería. Este libro fue el detonante que sirvió para mantener una conversación con un autor que le cambió la vida, porque se llevó una inesperada sorpresa al tener ante sí a quien era ya, en aquel entonces, el escritor más vendido del mundo, y que me resultó muy interesante. Conversación en la que los libros son los protagonistas, y me resultó muy fructífera, por todo lo que supone el proceso que conlleva su escritora —en este caso desde el punto de vista de Zweig, muy celoso de su trabajo, y una vez que sale a la venta. Una conversación en la que no faltan la alusión a los libreros y el poder que tienen los libros, y el énfasis que pone en sus lectores.

(Barrio del Calvario-Vigo)
Tras la primer toma de contacto, se percibe un trato cercano y de compromiso entre Ramón Castro y Stefan Zweig, por todo lo que significan los libros para ambos, sobre todo en los tiempos tan duros y crueles que vive España. Un trato que sirve para abordar temas que preocupan mucho al escritor, si bien el librero, al comprobar el cariz que toma la conversación, le solicita en varias ocasiones que baje la voz, porque pueden verse metidos en un compromiso, y a él acarrearle graves problemas. De hecho, la intriga está presente mientras ambos conversan. Una intriga que se convierte en tensión con un alarmante  episodio inesperado

La pequeña librería de Stefan Zweig tiene una trama que está muy bien ambientada, pese a la corta extensión de la novela. Una trama en la que las dos voces narrativas reflejan los dos períodos de los que se habla a lo largo de los capítulos: la Guerra Civil Española y los estertores de la dictadura franquista. En mi opinión, entiendo que hay dos voces narrativas, porque si el abuelo Ramón Castro es quien relata buena parte de la historia, la complementa en el último tramo su nieto mayor. Una trama en la que hay también elementos costumbristas, como se podrá comprobar durante la comida que mantiene la familia, pero también en la que se habla de la relación que éste mantuvo con su mujer ya fallecida. Sin duda alguna, dos formas muy distintas de comprobar el papel que desempeña la mujer en una y otra época.

Disfruté muchísimo con la lectura de la ópera prima del escritor Francisco Uría. Como ya comenté en la reseña, rezuma literatura por los cuatro costados. El escritor austríaco es el eje sobre el que gira la trama de La pequeña librería de Stefan Zweig, con todo lo que este gran autor significa. Su obra está muy presente a lo largo de los seis capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama, aunque también cobra importancia las alusiones que se hacen a los libreros, los libros y lo que significan para quienes son asiduos lectores. La pequeña librería de Stefan Zweig es una novela corta pero que merece la pena leer a ritmo lento, para empaparse de todo lo que significa la obra del que era el autor más vendido en aquel entonces, y en la que el escritor austríaco está muy preocupado por lo que preveía que iba a suceder en el Viejo Continente,  porque «presiento que será un sobrenombre absurdo porque la próxima guerra que llegue, y que habremos de sufrir, hará que aquella parezca insignificante» (pág. 93). Como resalta la editorial en el fragmento que sigue al final de la sinopsis en la contraportada, el autor nos sumerge en una atmósfera de marcado encanto, no exenta de cierta nostalgia



Biografía:




Francisco Uría despliega la trama de un relato que emociona al lector casi desde la primera página. Con un estilo claro y sugerente, el autor nos sumerge en una atmósfera de marcado encanto, no exenta de cierta nostalgia, en la que se sirve de una galería de variopintos personajes para fabular sobre el paseo de Zweig en la Ciudad Olívica, en una historia en la que los libros y los recuerdos juegan un papel esencial.





Nota: Datos técnicos, sinopsis, fotografía y biografía del autor, tomada de la web de la editorial Almuzara. Imagen de la Isla de San Simón, en la Ría de Vigo, tomada de la web VigoÉ. Imagen del barrio del Calvario en Vigo tomada de la web VigoÉ










jueves, 28 de septiembre de 2023

Reseña La virgen sin cabeza, de Pilar Ruiz.

 












Datos técnicos:




Título: La virgen sin cabeza.

Autora: Pilar Ruiz.

Editorial: Roca Editorial (Grupo Pengüin Random House).

1ª Edición: Febrero/2023.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 978-84-18870-28-6.

Idioma: Español.

Nº pág.: 384.





Sinopsis:





La desaparición en pleno rodaje de un director de cine es el primer caso que investiga la inspectora Mar Lanza al ser destinada a Cantabria. Escapando de un turbio asunto que la ha convertido en una paria entre sus compañeros de la Policía Nacional, Lanza se enfrenta a un asesino misterioso y a un caso que conmociona a la opinión pública. Pocos saben que ella misma fue la única superviviente de otro caso polémico jamás resuelto y que ha marcado su vida desde que era una niña. Después de muchos años, regresa a la montaña donde nació, el lugar del que huyó pensando que no volvería jamás. Entre películas de serie B, actrices del destape, corrupción y crimen organizado, Mar Lanza descubre que el mundo del cine desfila sobre una alfombra roja, pero no de terciopelo sino de sangre.





Opinión Personal:





La virgen sin cabeza es la tercera novela que leo y reseño en este blog de la escritora cántabra Pilar Ruiz (Santander, 1969), tras El corazón del caimán, su ópera prima (reseña), y El jardín de los espejos (reseña). Tras repasar las dos entrevistas que le envié en su día sobre las dos últimas novelas que cito al comienzo de este párrafo, y publiqué en este blog, y una vez leída su última obra publicada hasta la fecha, está claro que la autora tiene muy presente en su narrativa a su tierra natal, porque las tres tienen en común episodios que se originan en Cantabria. En su ópera prima la trama nace a partir de episodios familiares del pasado, y en las otras dos parte de hechos reales que se desarrollan en sus valles: El jardín de los espejos en los valles pasiegos, y La virgen sin cabeza, en el Valle de Campoo. Sin duda alguna, Pilar Ruiz conoce muy bien su tierra, y sabe qué parajes utilizar para que se desarrollen en ellos episodios que provoquen en el lector el efecto deseado, con el añadido de que la voz narrativa de turno le invita a visitarlos, al plasmar con sus descripciones unos magníficos paisajes.

(Reinosa-Cantabria)
En mi opinión, entiendo que La virgen sin cabeza tiene elementos propios de una novela de misterio de corte clásico, porque tal y como se investiga la desaparición de un director de cine en pleno rodaje, y tras confirmarse posteriormente que su muerte fue truculenta, hay varios personajes que son señalados como presuntos culpables, porque tienen motivos para haber cometido el crimen, dada la relación que mantenían con el asesinado. Estas dudas me acompañan hasta que el cerco se acorta a medida que se aproxima el desenlace. La trama sorprende con un gran colofón para una historia que atrapa desde las primeras páginas, en las que la intriga está muy presente. Pero también es una novela negra, diría que muy negra a medida que se suceden los capítulos, en los que la denuncia social está incluida en los temas que se abordan a lo largo del desarrollo de la trama. La autora incide en la desaparición de menoresla corrupción y el crimen organizado. Como adelanta la sinopsisMar Lanza descubre que el mundo del cine desfila sobre una alfombra roja, pero no de terciopelo sino de sangre. El primero parte de un hecho real: la desaparición de dos niñas en Reinosa, a donde se desplazaron a espaldas de su familia para ir a una discoteca, y nunca más volvió a saberse de ellas. El segundo conforma un entramado  muy complejo por la variedad de personajes públicos y privados que están implicados. El crimen organizado emerge a medida que avanza la investigación como el tercer vértice de un triángulo. Tres delitos que, por desgracia, están muy presentes en nuestro país. Por último, me encontré con una trama descrita por un narrador omnisciente a ritmo de thriller, que se vuelve trepidante en escenas en donde la acción están muy presentes. 

Las dos novelas anteriores que leí de Pilar Ruiz son muy visuales, pero es que esta que reseño lo es, incluso, todavía más. Las localizaciones por donde transitan los personajes están tan bien descritas, que el lector puede imaginarse todas las escenas que se suceden en la trama. No es que sean unas descripciones minuciosas; al contrario, están trazadas de tal forma que no rompen el ritmo narrativo, tanto en los espacios cerrados como los espectaculares paisajes que se describen a lo largo de las nueve partes tituladas más un epílogo, en las que se estructura el desarrollo de la trama. Sin duda alguna, en La virgen sin cabeza es en donde más se percibe su origen en la escritura del medio audiovisual y teatral: «Nunca me pongo a redactar sin conocer la “carpintería” que apuntala la historia. No hay tanto flashback al pie de la letra (entendido en el sentido literal de que alguien que recuerda un tiempo pasado), sino más bien una técnica de montaje de tiempos un poco más sofisticada.» Unos capítulos en los que hay una simbiosis tal entre el presente y el pasado, que apenas me daba cuenta cuándo pasaba de un tiempo a otro. Y es que esos saltos temporales están encajados de tal forma que sirven para completar un verdadero rompecabezas en el que las piezas se ensamblan de tal forma que nos conducen al desenlace al que ya me referí en el párrafo anterior. Para conferirle mas intriga a la trama, al comienzo de las partes en las que se estructura hay como un prólogo inicial que guarda relación con unos episodios dolorosos en el pasado, y que la inspectora Mar Lanza no olvida, porque la desaparición de dos amigas de su niñez siempre estará muy presente, sobre todo en lugares o episodios que le recuerdan mucho el triste y doloroso suceso.

(Estación esquí Alto Campoo-Cantabria)
La autora planifica y desarrolla una trama muy adictiva, dinámica y muy cinematográfica. El entretenimiento está asegurado, porque no paran de suceder episodios que atraen la atención del lector, sobre todo desde que ya se conoce la espantosa muerte del director de cine Antonio Galán. Cuando hago referencia al carácter cinematográfico de la novela no sólo aludo a la dinámica y variedad de episodios que le mantienen en vilo, sino también porque la trama gira en torno al mundo del cine y la técnica narrativa que utiliza a la hora de escribirla. Lo mismo sucede con los diálogos, porque son claves para la resolución del crimen cometido. Unos diálogos muy encadenados, ya que a través de ellos se ofrece información que recaba la inspectora Mar Lanza para la investigación que realiza. Unos diálogos que con el paso de los capítulos indican la relación que mantienen entre ellos los personajes sobre los que recae el mayor peso en el rodaje de la película La máscara de la luna negra. Como se puede apreciar también en el mundo real, una cosa es lo que sucede durante el rodaje y otra el día a día durante la convivencia del tiempo que dura, sin olvidarme también de los que forman parte del mismo pero apenas tienen visibilidad. En estos diálogos se manifiestan los sentimientos y las emociones de los personajes, sobre todo cuando se palpa la tensión, según tienen constancia sobre la continuidad o no de la filmación de la película, o las reacciones que muestran ante las preguntas que les hace la Policía a todos los miembros del equipo de rodaje, lo que provoca en algunos situaciones inesperadas y sospechosas, por lo que la inspectora no tarda en reaccionar para tomar la decisión adecuada al respecto.

En mi opinión, entiendo que Pilar Ruiz acierta con el perfil de la inspectora Mar Lanza, protagonista indiscutible de esta novela, en quien la voz narrativa focaliza sobre ella su relato. Es un personaje carismático, descrita como un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que tiene mucha confianza en su forma de actuar, aunque se muestra un tanto insumisa frente a sus superiores, como se podrá comprobar en algunas fases de la trama. Pese a lo que acabo de comentar, tiene muy en cuenta los consejos que le ofrece u órdenes que le indica la comisaria jefe, Marián Sañudo, si bien, en determinadas ocasiones, los cumple pero utilizando las pautas que acostumbra a seguir en los operativos de los que forma parte, porque es consciente que le ayudan a ser más efectiva. También me atrajo mucho en su plano personal, porque pese a la frialdad que muestra en determinadas situaciones, sin embargo ofrece su lado más humano con los personajes con los que guarda una relación más estrecha. Un lado humano en el que la amistad está muy presente, como la que mantiene con la expolicía Isabel Ramos, que aporta aire fresco, aunque sea en pequeñas dosis, en relación con el resto de quienes conforman el elenco de esta novela, al igual que el cordial trato que mantiene con el sargento Salcines, de la Guardia Civil, por aquello de que son paisanos,  o con Terio, el encargado del club de remo La Maruca. No me olvido de la relación que mantiene con el fotógrafo Elí Miller, que forma parte del equipo de rodaje de esta película, con quien mantiene escenas y diálogos muy atractivos. 

Y ya que en el párrafo anterior menciono el perfil de la protagonista, la inspectora Mar Lanza, resalto también el perfil con el que la voz narrativa  describe los personajes que conforman el elenco de una trama muy equilibrada y solvente. En mi opinión, Pilar Ruiz perfila unos personajes que cobran vida propia, sobre todo a medida que profundiza en los que más peso tienen en el rodaje de la película o de quienes guardan relación con ellos. En mi opinión, entiendo que en el primer tramo de la novela los conocemos desde un punto de vista más bien superficial, salvo la protagonista. Sin embargo, a medida que se suceden los capítulos, el narrador omnisciente nos ofrece el lado más oscuro de algunos, sobre todo a los que ya me referí en este párrafo. Personajes que sorprenderán por el pasado común que los une, relacionado con un episodio luctuoso ocurrido en Roma hace ya varias décadas. Pero el lector también estará muy pendiente de la comisaria jefa Marián Sañudo, tanto por la fuerza y el tesón con el que lleva la investigación de este caso, como por los episodios que tienen lugar durante el desenlace.

(Puerto Palombera-Cantabria)
Me gustó mucho La virgen sin cabeza. Una novela en la que, en mi opinión, se conjugan elementos de tres géneros literarios, a los que también añadiría los de carácter costumbrista, que se refleja a través del día a día de los personajes naturales de Cantabria, sus costumbres y particularidades dialécticas. Cantabria es, sin duda alguna, un personaje más de la novela; incluso diría que arropa a quienes conforman el elenco de La virgen sin cabeza. Pilar Ruiz ofrece al lector una trama muy adictiva, entretenida y cinematográfica, y que no le da lugar a tregua. Su desarrollo gira en torno a la desaparición de un director de cine de una película de terror que se está filmando en el  Valle de Campoo, en tierras cántabras. Una trama en la que el presente y el pasado van cogidos de la mano,  y que con el paso de los capítulos se descubre que guarda relación con un episodio que sucedió en el pasado hace varias décadas. Una trama bien hilvanada en la que no queda ningún cabo suelto, y en la que se ofrece la información en pequeñas dosis, por lo que la intriga y los giros que se suceden provocan adicción en el lector. Una trama en la que se descubre el lado más oscuro de los personajes que más peso tienen en el rodaje de la película que se cita en la reseña. La trama está estructurada en nueve partes tituladas y un epílogo, todas ellas conformadas por capítulos muy cortos.  El ritmo de lectura es muy fluido, incluso diría que en ocasiones trepidante, en escenas en donde la acción está muy presenteA lo que acabo de comentar también ayuda el dominio del diálogo sobre la narración, pese a lo cual la voz narrativa ofrece unas magníficas descripciones sobre las localizaciones cántabras por las que se mueven los personajes.




Biografía:




Pilar Ruiz (Santander, 1969) es licenciada en Periodismo, máster en guion y diplomada en dirección cinematográfica. Desarrolla su carrera profesional en diversas disciplinas del medio audiovisual: guionista de cine y series de televisión (La señora, TVE). Como directora de cine, su largometraje Los nombres de Alicia (2005) obtuvo una nominación al Mejor Sonido en los premios Goya, la Mención especial del Jurado en el Festival de Málaga y el Premio especial del Jurado en el Festival de Miami. Es autora de El corazón del caimán, La danza de la serpiente(B), El jardín de los espejos y La virgen sin cabeza, ambos con Roca Editorial.



Notas: Datos técnicos, sinopsis, fotografía y biografía de Pilar Ruiz, tomados de la web de Roca Editorial. Panorámica de Reinosa tomada de la web Flickr. Imagen de la estación de esquí Alto Campoo tomada de la web de la Cadena SER.  Imagen del Puerto Palombera en Cantabria tomada de la web Flickr




lunes, 25 de septiembre de 2023

Lecturas semana 39/2023: La virgen sin cabeza, de Pilar Ruiz y La pequeña librería de Stefan Zweig, de Francisco Uría.

 




Comenzamos la última semana del mes de septiembre. Me faltan 70 páginas para terminar La virgen sin cabeza, de Pilar Ruiz (384 pág., tapa blanda con solapas). Me está gustando mucho: la catalogo como una novela de misterio de corte clásico, con ingredientes de novela negra y ritmo de thriller. La voz narrativa describe espectaculares localizaciones de Cantabria.






Después le toca el turno a La pequeña librería de Stefan Zweig, de Francisco Uría

Sinopsis: 


En el verano de 1936, el barco que llevaba al gran escritor Stefan Zweig rumbo a América hizo escala en el puerto de Vigo. Con los dramáticos ecos de la Guerra Civil resonando en el ambiente, el celebrado autor de "El mundo de ayer" paseó por las calles de la urbe gallega entrando en contacto con una realidad no muy distante de los totalitarismos que le habían forzado a abandonar, desencantado, su amada Europa. En el curso de ese paseo, Zweig se detendrá ante el escaparate de una pequeña librería y conocerá a su propietario, Ramón, un hombre que, como él, es consciente del inmenso tesoro que supone la literatura. Ese encuentro será el germen de una fugaz pero valiosa amistad, cuyo legado se extenderá en el tiempo mucho más de lo inicialmente previsto.

Con este escenario Francisco Uría despliega la trama de un relato que emociona al lector casi desde la primera página. Con un estilo claro y sugerente, el autor nos sumerge en una atmósfera de marcado encanto, no exenta de cierta nostalgia, en la que se sirve de una galería de variopintos personajes para fabular sobre el paseo de Zweig en la Ciudad Olívica, en una historia en la que los libros y los recuerdos juegan un papel esencial (144 pág., rústica con solapas).








viernes, 22 de septiembre de 2023

Reseña Memorias de un solterón, de Emilia Pardo Bazán.

 








Datos técnicos:




Título: Memorias de un solterón.

Autora: Emilia Pardo Bazán.

Año de publicación inicial: 1896.

Editorial: Libro de Dominio Público.

ASIN: B006EA4O4I.

Formato: Ebook.

Idioma: Español.

Nº pág.: 376.




Sinopsis:





Desde el punto de vista personal, Emilia Pardo Bazán ha llegado a su madurez cuando escribe "Memorias de un solterón". En 1986, fecha de publicación de la novela, doña Emilia es una mujer totalmente independiente, dedicada en cuerpo y alma a la literatura. Está decidida a afrontar las experiencias que le depare el destino guiada exclusivamente por su propio criterio y conciencia. "Memorias de un solterón" pertenece a una nueva etapa literaria que los críticos distinguen después de la aparición de sus novelas más claramente naturalistas. La autora idea un plan novelístico similar al que Balzac, Zola o Galdós han llevado a la práctica. En su caso, las novelas se centran en la descripción y análisis de las relaciones entre hombre y mujer, en la institución legal que los regula: el matrimonio. A través de los personajes femeninos de "Memorias de un solterón", doña Emilia da entrada a sus ideas sobre la situación de la mujer en su época, ya desenhebradas en multitud de ensayos publicados, analizando especialmente la problemática de las jóvenes que pertenecen a la clase media.





Opinión Personal:






En mayo del presente año leí y publiqué en este blog mi reseña sobre Doña Milagros (reseña), la primera novela con la que Doña Emilia Pardo Bazán tenía en mente conformar una serie al estilo de las que escribieron Balzac, Zola o Galdós, como adelanta la sinopsis. Una serie que lleva el título genérico de Adán y Eva, porque centra el relato a través de la descripción y el análisis de las relaciones entre hombre y mujer en la institución legal que los regula: el matrimonio. PPero lo que iba a ser una serie se quedó en díptico: una pena porque, tras leer Doña Milagros y Memorias de un solterón, me quedé con las ganas de seguir disfrutando de lo que prometía ser un conjunto de historias que deleitarían a sus fieles seguidores —de los que presumo formar parte—. Sin duda alguna, no tendrían desperdicio porque los personajes principales que conforman el elenco de este díptico son dignos de protagonizar historias igual de atractivas que las dos citadas en este párrafo, dadas las características que los definen. La autora de Los pazos de Ulloa es toda una maestra en el arte de contar historias a través de las que reivindica el problema de la época que más le preocupó, la situación de la mujer, al igual que plasma un minucioso  retrato sobre la sociedad española del siglo XIX, con especial énfasis en la clase media y los estamentos más bajos, a través de los personajes que conforman el universo que transita por Marineda, su particular Macondo. 

Si en Doña Milagros la condesa de Pardo Bazán relata a través de Benicio Neira las vicisitudes que le acompañan, junto con su numerosa prole, en Memorias de un solterón utiliza la técnica epistolar de las memorias, a través del relato en el que el apuesto y presumido Mauro Pareja narra una historia en la que es el protagonista indiscutible. Sin embargo, y a modo de pausa, reconoce que el lector se pregunta «si lo que nos relata V. o más bien se hemos de tomarnos interés por Argos, Rosa, Feíta y demás retoños de ese padre de familia angustiado y maltrecho» (cap. XVI), a lo que responde con su razonada reflexión al respecto. A lo largo de los 26 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama, su relato se entrecruza con el que le ofrece Benicio Neira, con quien entabla amistad. Benicio Neira le pone al corriente sobre las características que definen a las féminas de su prole, que son mayoría aplastante, salvo el joven a quien en familia llaman Froilancito. Por su verdadera amistad con el lastimoso ejemplo que le ofrece el sufridor padre de familia, decide asistir a las tertulias que organizan sus hijas mayores, porque «estaba dispuesto a ser útil al excelente D. Benicio, salvarle de peligros que yo presentía y él era muy capaz de no sospechar si quiera» (cap. VI). Dados los personajes masculinos que frecuentan las tertulias que tienen lugar en su casa, el padre de las jóvenes presiente que algo bueno puede salir de esas reuniones para el futuro de sus hijas mayores, si bien el dandy de Marineda no duda en advertirle sobre lo que realmente les puede suceder.

Sin duda alguna, Mauro Pareja es un personaje que da mucho juego a la novela. La trama empieza con interés, porque el protagonista y narrador ofrece su opinión sobre el apodo que le pusieron en Marineda, el Abad. A través de los primeros capítulos el lector lo conocerá en su propia salsa. Unos capítulos que me gustaron por las razones y ejemplos con los que justifica para alejarse del estado matrimonial. Él mismo define sus rasgos físicos y estatus social: un burgués de 35 años que puede permitirse llevar una vida regalada, porque tiene posibles para ello, ya que es arquitecto. Una vida en la que cuida mucho su propia persona, porque le gusta todo lo que significa confort, sinónimo de bienestar y también de pulcritud. Se reconoce egoísta, pero defiende que el egoísmo que tiene no es el propio está ajustado al sentido habitual de la palabra, porque se defiende que con el que preconiza no hace ningún daño a sus semejantes.

Tras esta defensa de su soltería, si bien no faltan mujeres en su vida regalada se defiende ante las críticas que sobre él se vierten en Marineda por «una colección de buenas señoras,...que si me conocen no han cruzado conmigo tres palabras, y andan por ahí creándome una reputación siniestra» (cap. IV). Mauro Pareja vive en la Calle Mayor de la ciudad, la más céntrica, en la casa de huéspedes de doña Consolación Fontán y Guripe, a quien llama doña Consola, de la que cuenta sus orígenes y el del mobiliario que instaló en su hospedería, así como lo bien que trata a sus pupilos y, en particular, alaba las delicias que le prepara. La vida sosegada que lleva el protagonista le da tiempo para dividir su jornada diaria según lo estime oportuno y los compromisos personales que tenga.

(Calle Real-A Coruña (Calle Mayor-Marineda)
Las memorias de Mauro Parejo no están exentas de ironía y desenfado, lo que provoca que el lector disfrute con los episodios que se desarrollan a lo largo de los capítulos. Unos capítulos en los que las escenas que se suceden me levantaron más de una sonrisa, sobre todo en los que estaba presente este peculiar personaje. Tal y como comenta con su interlocutor de turno los asuntos que trata en la conversaciones que mantienen, hubo tramos en los que tuve la sensación de que le seguía la corriente, porque le divierten los argumentos que le expone, sobre todo si se trata de su tema predilecto, que le gusta rebatir con las teorías de las que tanto presume. El relato del protagonista y narrador se enriquece con las subtramas que tienen su origen en las tertulias que organizan las hijas mayores de Benicio Neira y varias amigas, a las que ya aludí en esta reseña. Unas subtramas que incitan al lector a estar muy pendiente de lo que sucede en semejante círculo, porque en ellas tienen lugar una serie de giros en los que se presiente que alguno de ellos puede desembocar en un desenlace no muy deseado.

Sin duda alguna, Emilia Pardo Bazán muestra a través de sus novelas y relatos un retrato fiel de la sociedad española de la época que le tocó vivir. El lector disfrutará en Memorias de un solterón con el retrato que ofrece sobre las costumbres que marcan la vida en una ciudad de provincias como es Marineda. Unas costumbres que se reflejan a través de los personajes que transitan por las páginas de esta historia que tan bien hilvana la escritora coruñesa y en la que capta la atención del lector por todo lo que sucede a lo largo de los capítulos que la conforman. Los lugares de esparcimiento en los que se reúnen los miembros de la burguesía marinedina son los apropiados para enterarse de los temas que tratan en sus reuniones los varones de la alta sociedad, en los que no faltan las críticas a determinados personajes de su estamento social o los líos de faldas que se traen algunos de ellos. En los paseos o cafeterías donde las buenas señoras de la sociedad cotillean como cotorras los chismes que se cuentan en la ciudad, sobre todo los más jugosos, y si escandalizan, mejor todavía; saben que su particular noticiero no tardará en llegar a oídos de sus conciudadanos. Como en toda su novelística y relatos, no se olvida de quienes conforman las clases medias o las más bajas del escalafón social, porque son a los que más visibilidad quiere darles. Es muy consciente que su voz y sus reivindicaciones tienen que ser escuchadas por medio de los personajes que los representan. Aunque, sin duda alguna, lo que más le preocupa y se refleja en sus novelas es el papel que representa la mujer en aquel entonces: es una gran defensora de la emancipación de sus congéneres, y tiene muy claro que les corresponde disfrutar los mismos derechos que los varones.

Lo que acabo de comentar en el párrafo anterior se manifiesta a través de los personajes que conforman el elenco de Memorias de un solterón. Emilia Pardo Bazán perfila unos personajes que son un fiel reflejo de la sociedad española del último tercio del siglo XIX, y más en concreto en una ciudad de provincias tan cerrada en sus conductas sociales como es Marineda. Unos personajes que saben qué papel les toca desempeñar en la trama, son muy vivos y tienen una gran capacidad psicológica, que se refleja, sobre todo, en los últimos capítulos. Quienes hayan leído Doña Milagros, se encontrarán con algunos que vuelven a transitar por las páginas de esta novela, pero también con otros nuevos. Entre los personajes masculinos nuevos destacaría al que llaman el compañero socialista Ramón Sobrado; León Cabello, el virtuoso marinedino de la música, o el nuevo gobernador, Julián Mejía. En este sentido, me llamó mucho la atención los nombres de algunos de ellos, porque entendí que estaban puestos con una clara intención, ya que definen ciertos rasgos físicos o propios de su personalidad. Los dos primeros que menciono en este párrafo, al igual que el protagonista y narrador, Mauro Pareja, son un claro ejemplo de lo que acabo de comentar.

(Playa de Riazor-A Coruña (Playa del Rial-Marineda)
Como es habitual en la narrativa de la condesa de Pardo Bazán, son los personajes femeninos quienes tienen un mayor protagonismo. Rosa, María Ramona  Argos—, y Feíta son las hijas de Benicio Neira  que más relevancia tienen en Memorias de un solterón Son tres muchachas que están en edad casadera y lo que desea su padre es que encuentren un buen marido que las prive de pasar las estrecheces económicas que cada vez le agobian más. Un padre de una familia, -aunque ya con dos miembros independizados y otros dos prohijados-, a quien le es imposible ejercer su autoridad, porque todavía sigue echando en falta la fuerza y el mando que tenía su mujer para llevar la casa. Fe, a quien se la conoce por el apelativo un tanto injurioso de Feíta, es el personaje que más me atrajo por todo lo que significa en la novela. Desea emanciparse y ganar su sustento con el trabajo que realice. Puede decirse que es  una joven intelectual, porque le gusta leer y aprender de todo lo que lee, ya que frecuenta temáticas muy variadas, y es una asidua visitante de la biblioteca que tiene la propietaria de la casa de huéspedes,  doña Consolación. Pero también controla las labores de la casa, porque le preocupa lo que  hacen realmente sus hermanas Rosa y María Ramona, por lo que tendrá más de un enfrentamiento dialéctico con su padre. El protagonista y narrador dice de  Feíta que «no es linda, aunque tampoco ni repulsiva ni desagradable. Su cara más que de doncella, de rapaz despabilado y travieso...(cap. VIII). En mi opinión, tal y como se describe este personaje en su conjunto, diría que su perfil guarda un cierto parecido con Emilia Pardo Bazán. Me gustó mucho el capítulo en el que mantiene un verdadero debate con Mauro Pareja, ante las pretensiones que tiene la joven de emanciparse. A las mujeres de la familia Neira hay que añadir la presencia en determinadas escenas de otros personajes femeninos como doña Consolación, ya citada en esta reseña, o la singular Remedios Venialesun personaje más bien testimonial, por las escasas escenas en las que está presente, pero de las que se deduce cuál es su distracción favorita.

Disfruté mucho con la lectura de Memorias de un solterón. El desarrollo de su trama tiene un ritmo fluido, y está contada desde la perspectiva del protagonista y narrador Mauro Pareja, un personaje que le gusta cuidar de su persona, al igual que disfrutar del confort y la buena mesa. Pese a ser un relato epistolar escrito a modo de memorias, me gustó mucho el enfoque narrativo que le confirió la autora de Los pazos de Ulloa. Un enfoque muy acorde con la forma de ser de Mauro Pareja, porque tanto el tono desenfadado como la ironía están muy presentes a lo largo de los capítulos. Incluso en algunas conversaciones que mantiene a modo de debate con el interlocutor de turno, tuve la sensación de que en algunas le seguía la corriente, porque le divierten los argumentos que le expone en el tema que abordan, aunque en otras trata de aconsejarle sobre la forma en la que debe de actuar en determinadas situaciones que le inquietan. En mi opinión, los cuatro primeros capítulos son a modo de introducción, porque en ellos se presenta ante el lector, al igual que le expone, utilizando incluso algunos ejemplos, diría que a modo de relatos cortos, la defensa de su soltería, en la que incluso cita algunos seres mitológicos si en su reflexión viene al caso. Su historia se entrecruza con la de Benicio Neira y las tertulias que se organizan en su casa, a quien le mantendrá informado sobre todo lo que sucede en esas reuniones, porque está muy convencido que se producirán situaciones que pueden preocupar en demasía al padre de las jóvenes. Un padre que a lo que más ansía es el que sus hijas consigan un buen marido que les permita alejarse de las penurias económicas que ensombrecen su vida familiar.  



Biografía:





Escritora y periodista española (A Coruña, 1851-Madrid, 1921), Emilia Pardo Bazán es considerada como una de las novelistas clave en el realismo y el naturalismo español del siglo XIX y principios del XX. No solo fue un referente literario, sino que su defensa de los derechos de la mujer la convirtió en una de las primeras feministas españolas.

De familia noble, Pardo Bazán recibió una esmerada educación en su Galicia natal y, tras contraer matrimonio, se instaló en Madrid durante unos pocos años antes de viajar por toda Europa donde la escritora completó su formación en varios idiomas.

Tras el nacimiento de su primera hija, la escritora publicó su primera obra, Pascual López (1879), a la que siguieron Un viaje de novios o La tribuna, en la que ya se puede apreciar la influencia del movimiento naturalista.

Sus ensayos sobre literatura, en los que analizaba, por ejemplo, la obra de Zola, fueron publicados en un solo volumen que provocó gran polémica y que estuvo a punto de acabar con su matrimonio, cosa que sucedió a los pocos años.

Pardo Bazán inició una relación con Benito Pérez Galdós, también escritor naturalista, aunque ambos mantuvieron con obras como Insolación o La prueba, una tendencia cercana al cristianismo y al conservadurismo, elemento diferencial respecto al mismo movimiento en países como Francia.

De su obra ensayística habría que destacar obras como La cuestión palpitante, Polémicas y estudios literarios y La literatura francesa moderna.

Pardo Bazán bse mostró muy activa para combatir el sexismo existente entre las élites intelectuales españolas de la época, fundando en 1892 La Biblioteca de la Mujer y proponiendo a otras escritoras para ocupar puestos en la RAE.

Emilia Pardo Bazán murió en Madrid el 12 de mayo de 1921.

 

 

 Fuentes:  Datos técnicos tomados de Amazon. Sinopsis tomada de la web de Lecturalia. Biografía tomada de la web de Lecturalia. Portada original de Memorias de un solterón tomada de la web de la Casa-Museo Emilia Pardo Bazán. Imagen de la Calle Real de A Coruña (Calle Mayor, Marineda) tomada de la web del diario La Opinión. Imagen de la Playa de Riazor (Playa del Rial, en Marineda), A Coruña, tomada de la web del diario La Voz de Galicia. Fotografía de Emilia Pardo Bazán tomada de la web de la BNE.






















domingo, 17 de septiembre de 2023

Lecturas de la semana 38/2023: Memorias de un solterón, de Emilia Pardo Bazán, y La virgen sin cabeza, de Pilar Ruiz

 



Comenzamos la penúltima semana del mes de septiembre. En lo que a lecturas se refiere, le toca el turno a Memorias de un solterón, de Emilia Pardo Bazán, y La virgen sin cabeza, de Pilar Ruiz








Sinopsis: 


De esta primera novela me faltan cuatro capítulos para terminarla. Sin duda alguna, es un disfrute leer a doña Emilia

Desde el punto de vista personal, Emilia Pardo Bazán ha llegado a su madurez cuando escribe "Memorias de un solterón". En 1986, fecha de publicación de la novela, doña Emilia es una mujer totalmente independiente, dedicada en cuerpo y alma a la literatura. Está decidida a afrontar las experiencias que le depare el destino guiada exclusivamente por su propio criterio y conciencia.  "Memorias de un solterón" pertenece a una nueva etapa literaria que los críticos distinguen después de la aparición de sus novelas más claramente naturalistas. La autora idea un plan novelístico similar al que Balzac, Zola o Galdós han llevado a la práctica. En su caso, las novelas se centran en la descripción y análisis de las relaciones entre hombre y mujer, en la institución legal que los regula: el matrimonio. A través de los personajes femeninos de "Memorias de un solterón", doña Emilia da entrada a sus ideas sobre la situación de la mujer en su época, ya desenhebradas en multitud de ensayos publicados, analizando especialmente la problemática de las jóvenes que pertenecen a la clase media (376 pág., ebook).  





Sinopsis:   


La desaparición en pleno rodaje de un director de cine es el primer caso que investiga la inspectora Mar Lanza al ser destinada a Cantabria. Escapando de un turbio asunto que la ha convertido en una paria entre sus compañeros de la Policía Nacional, Lanza se enfrenta a un asesino misterioso y a un caso que conmociona a la opinión pública. Pocos saben que ella misma fue la única superviviente de otro caso polémico jamás resuelto y que ha marcado su vida desde que era una niña. Después de muchos años, regresa a la montaña donde nació, el lugar del que huyó pensando que no volvería jamás. Entre películas de serie B, actrices del destape, corrupción y crimen organizado, Mar Lanza descubre que el mundo del cine desfila sobre una alfombra roja, pero no de terciopelo sino de sangre (374 pág., tapa blanda con solapa).