miércoles, 10 de mayo de 2023

Doña Milagros, de Emilia Pardo Bazán.

 









Datos técnicos:




Título: Doña Milagros.

Autora: Emilia Pardo Bazán.

Editorial: Biblioteca Nacional de España.

1ª edición: Diciembre/2018.

Edición inicial: 1894.

Formato Digital.

ASIN: ‎ B07LC3SVTR.

Idioma: Español.

Nº páginas: 212.




Sinopsis:




Feíta es hija de don Benicio Neira, un hidalgo de clase media venido a menos, y alberga unos inmensos deseos de instrucción, de autonomía personal y de trabajo para independizarse. Todo esto la aleja de las señoritas de su mismo estrato social y del resto de sus hermanas. Las carencias económicas en el hogar de los Neira harán que Feíta quiera formarse para poder trabajar, y por ello le pedirá a su padre que le dé estudios Universitarios los mismos que los ofertados a su hermano Froilán y que este desaprovecha, pero el padre se negará rotundamente: al viudo le parece correcto apoyarse en su hija para desahogarse y comentar la marcha de la familia, las penalidades económicas y otras preocupaciones, pero no acepta que Feíta quiera romper con los estereotipos asignados socialmente a su sexo. Esta novela forma un díptico, en volumen aparte como era deseo de la escritora, con «Memorias de un solterón»





Opinión Personal:







Disfruto con la narrativa de doña Emilia Pardo Bazán quien, pese a su título nobiliario, también sufrió las limitaciones que le imponían el patriarcado dominante en la España de la época que le tocó vivir; de hecho, no pudo ser miembro de la Real Academia Española ni asistir a la universidad por estar prohibida la presencia de mujeres en sus aulas. Su narrativa se destaca por la presencia de diferentes modelos de mujer, a través de las que se sirve para hacer una clara crítica social en la que reivindica el feminismo que defendió con tanto ahínco y convicción. A los personajes femeninos que perfila los dota de una gran fuerza psicológica que les sirve para hacer ver a los demás que están preparadas para hacer frente al mundo que les rodea, lo defienden con vehemencia y tienen muy claro que ya va siendo hora de que la igualdad de género sea una realidad.

(Ciudad Vieja-A Coruña; Barrio Alto de Marineda)
Si en La Tribuna (reseña) reivindica las ansias de cambio en la sociedad de la época, sobre todo en lo que a las capas más bajas se refiere, y en la que da protagonismo al proletariado, a través del personaje de Amparo, en Doña Ángeles muestra una evolución en su producción literaria, en una etapa más madura en la autora de Los pazos de Ulloa. Doña Ángeles, junto con Memorias de un solterón, forman el díptico Adán y Eva. Un díptico que se centra en la relación entre el hombre y la mujer, con vistas a que su vida está enfocada al matrimonio, aunque no como se entendía que tenía que ser esta institución en aquel entonces. Pero en Doña Milagros, la escritora coruñesa también ofrece su idea sobre la situación de la mujer en su época, en la que se concentra en los jóvenes de la clase media, y en el interés que la instrucción educativa despierta en alguna de ellas, conscientes de que les puede conceder una cierta independencia del poder de mando que la sociedad le confiere al marido, que ostenta la autoridad en el matrimonio.

Supongo que quienes leyeron esta novela se quedarían sorprendidos por el inicio de la misma: un prólogo escrito a modo de pieza teatral, en la que la voz del espíritu celestial impone al personaje una penitencia que debe cumplir para terminar de expiar sus pecados. Una penitencia muy particular, porque «bajarás otra vez a la tierra y escribirás tu historia, para bien de tus semejantes». El personaje se sorprende ante semejante penitencia, pero no le queda otra que obedecer. Y así es como a través de su intermediaria, la autora, escribe su historia en primera persona.

De entre las novelas y libros de relatos que leí de la que considero que es una de las autoras más insignes de nuestra literatura, diría que la trama de Doña Milagros difiere un tanto de las obras que acabo de comentar. Supongo que a la gran mayoría de quienes leyeron esta novela que hoy reseño y, sin duda alguna recomiendo, les acompañó la duda en lo que se refiere al título. Una duda que, en mi caso, se refrenda ante la voz narrativa que utiliza la condesa de Pardo Bazán, porque narra la historia en primera persona. Un título que toma el nombre de uno de los personajes principales de la novela, Doña Milagros, por lo que el lector tendrá que sacar sus propias conclusiones al respecto. Otro elemento a tener en cuenta es la cuestión religiosa, porque está muy presente no sólo en las referencias que se hacen a Adán y Eva, sino también en el misticismo que se observa en una de las hijas de Benicio Neira, María Remedios, conocida en casa con Argos divina, y que conforma una subtrama en la que se suceden unos giros que atrajeron mi atención.

(Iglesia San Jorge (San Efrén)-A Coruña)
Benicio Neira es un hidalgo de clase media venido a menos, si bien enseguida me atrajo su persona, porque el papel que representa está alejado de lo que supone la figura del hombre en la institución del matrimonio en aquel entonces. Benicio es originario de Villalba (Lugo), «pueblo digno de eterno renombre, donde se ceban los más suculentos capones de la península». Su mujer es de Monforte, localidad lucense en la que posee bienes y casas, y en donde nacieron sus primeros vástagos. El matrimonio se ve obligado a mudarse y deciden instalarse en Marineda. Les cuesta adaptarse a la ciudad, aunque con el paso del tiempo el mar ejerce un efecto cautivador, como se observa en diversos episodios de esta novela. El narrador es un personaje que vive de las rentas que obtiene de sus propiedades en tierras lucenses, si bien no le dan para disfrutar de una vida holgada, por las atenciones que requiere su numerosa prole. Deposita en su esposa Ilduara toda la confianza para administrar la economía familia, dado el carácter firme y recio que la caracteriza y le sirve para imponer la dictadura de su yugo, ante el que se inclina la familia.  

Dos dos los personajes femeninos que atrajeron mi atención: la esposa del comandante don Tomás Llanes, doña Milagros, al igual que la hija del narrador, que en el seno familiar es conocida como Feíta —apodo que deriva de Fe—, la séptima hija de quien relata en primera persona el desarrollo de la trama de Doña Milagros. Tiene muy claro que ella quiere formarse para poder trabajar y, en más de una ocasión, le pide a su padre que le dé estudios universitarios. Una petición que le será negará reiteradamente con las observaciones que le hace al respecto, pese a que su hija le advierte sobre el dispendio al que dedican sus hermanas los recursos que le ofrece su padre a quien gestiona los gastos para hacer frente a las necesidades familiares. Unos estudios universitarios con los que sí apoya a su único hijo varón, Froilán, en quien Benicio tenía puestas sus esperanzas, pero la susodicha le pone al corriente sobre la marcha real de su formación universitaria. Doña Milagros, e Ilduara, la esposa de Benicio Neira, originan una serie de episodios que le dan mucha vida a la novela. Una relación cada vez más tensa entre ambas y que incluso provoca celos en la matriarca. El narrador asiste de forma asidua a la Sociedad de Amigos, en la que percibe que hay un cierto runrún en torno a su figura, porque observa con sorpresa cómo los corrillos callan cuando se persona en este lugar de ocio. Le aconsejan que tenga mucho cuidado con las pretensiones de la esposa del comandante del militar, lo que origina una serie de episodios en los que trata de poner tierra de por medio con la vecina. Unas habladurías que originarán un desenlace inesperado en esta subtrama.

Una vez que terminé la lectura de Doña Milagros, y dado que la autora tenía el propósito de escribir una saga sobre la familia de Benicio Neira, al estilo de la que escribió Balzac, me dije que se había perdido la oportunidad de disfrutar de los variados personajes que conforman la familia de Benicio Neira, porque las hermanas tienen una personalidad muy diferente. Me gustó mucho la historia que relata la voz narrativa en primera persona, por lo que no me queda otra que afrontar la lectura de Memorias de un solterón, la que obra con la que Doña Milagros conforma el díptico que lleva por título Adán y Eva. A lo largo de los 19 capítulos más el prólogo en los que se estructura el desarrollo de la trama, el lector se familiarizará con una serie de personajes que atraerán su atención, porque varios de ellos originarán giros que incrementan el interés por lo que sucede en sus intervenciones en los capítulos siguientes. A lo que ya comenté sobre la figura de doña Milagros, hay que añadir el hecho de la procedencia de este personaje, originaria de Chipiona (Cádiz), de quien Emilia Pardo Bazán transcribe el habla andaluza en los diálogos que interviene. A través de las poco más de 200 páginas que conforman Doña Milagros, la voz narrativa ubica los episodios que protagonizan los personajes en diferentes localizaciones en su particular A Coruña,  Marineda, ciudad en la que desarrolla buena parte de su obra narrativa la propietaria del Pazo de Meirás, y que tanto luchó por la defensa del feminismo, al igual exigió una igualdad de trato de la mujer en el mundo laboral. Sin duda alguna, Doña Milagros es una novela que tiene una trama entretenida, de ritmo fluido, dinámica y con giros que atraen la atención del lector, algunos de ellos sorprendentes, por el desenlace que tiene alguna de las subtramas que se derivan de la principal.





Biografía:





Escritora y periodista española, Emilia Pardo Bazán es considerada como una de las novelistas clave en el realismo y el naturalismo español del siglo XIX y principios del XX. No solo fue un referente literario, sino que su defensa de los derechos de la mujer la convirtió en una de las primeras feministas españolas.

De familia noble, Pardo Bazán recibió una esmerada educación en su Galicia natal y, tras contraer matrimonio, se instaló en Madrid durante unos pocos años antes de viajar por toda Europa donde la escritora completó su formación en varios idiomas.

Tras el nacimiento de su primera hija, la escritora publicó su primera obra, Pascual López (1879), a la que siguieron Un viaje de novios o La tribuna, en la que ya se puede apreciar la influencia del movimiento naturalista.

Sus ensayos sobre literatura, en los que analizaba, por ejemplo, la obra de Zola, fueron publicados en un solo volumen que provocó gran polémica y que estuvo a punto de acabar con su matrimonio, cosa que sucedió a los pocos años.

Pardo Bazán inició una relación con Benito Pérez Galdós, también escritor naturalista, aunque ambos mantuvieron con obras como Insolación o La prueba una tendencia cercana al cristianismo y al conservadurismo, elemento diferencial respecto al mismo movimiento en países como Francia.

De su obra ensayística habría que destacar obras como La cuestión palpitante, Polémicas y estudios literarios y La literatura francesa moderna.

Pardo Bazán se mostró muy activa para combatir el sexismo existente entre las élites intelectuales españolas de la época, fundando en 1892 La Biblioteca de la Mujer y proponiendo a otras escritoras para ocupar puestos en la RAE.

Emilia Pardo Bazán murió en Madrid el 12 de mayo de 1921.

 

Notas: Datos técnicos tomados de Amazon. Sinopsis de la web de EcuRed. Biografía de Emilia Pardo Bazán tomada de la web de Lecturalia. Fotografía de Emilia Pardo Bazán  tomada de la web de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Imagen de la Ciudad Vieja de A Coruña tomada de la web de la cadena COPE. Imagen de la iglesia de San Jorge, en A Coruña, tomada de Wikipedia.





3 comentarios:

  1. Hola Paco, yo con esto de los retos de clásicos, estoy leyendo al menos un libro al año de esta autora y los estoy disfrutando mucho. Me llevo este, que no lo tenía apuntado. Besos.

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  2. No conocía este libro de la autora. Tomo nota, que leerla siempre es un placer. Y veo, además, que la has disfrutado mucho.
    Besotes!!!

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  3. Muy buena reseña Paco, me ha encantado esa penitencia de inicio. El personaje de Doña Milagros me ha recordado un poco a ella, por el interés por los estudios. El personaje de Benicio también me ha parecido muy interesante. Abrazos.

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