miércoles, 30 de mayo de 2012

JUANA DE ARCO





Hoy día una Juan de Arco o una Doncella de Orleáns, como también se la conoció a esta heroína, militar y santa francesa , no despertaría el enorme revuelo que si despertó hace siete siglos atrás cuando con tan solo 17 años de edad se puso al frente del ejército de su país, Francia, para expulsar definitivamente a los ingleses de su territorio. Era la llamada Guerra de los Cien Años.

Nació el 6 de Enero de 1412, en el pequeño pueblo francés de Domrémy y en el seno de una familia acomodada. Si bien cuando tuvo lugar el proceso por el que se le condenó como hereje reconoció que no sabía leer ni escribir, pero sí hilar y coser, como cualquier mujer de su época, gracias a la intervención de su madre que se ocupó de educarla especialmente en los quehaceres de la casa.

A esta heroína le tocó vivir en una época en que su país estaba sumergido en un conflicto bélico conocido como la Guerra de los Cien Años (1337 a 1453) entre los reyes de Francia y los de Inglaterra. Esta guerra fue de raíz feudal, pues su propósito no era otro que dirimir quién controlaría las enormes posesiones de los monarcas ingleses en territorios franceses desde 1154, debido al ascenso de Enrique II Plantagenet, conde de Anjou y casado con Leonor de Aquitania, al trono inglés. Tuvo implicaciones internacionales. Finalmente y después de innúmeros avatares, se saldó con la retirada inglesa de tierras francesas.

Cuando tenía apenas 13 años, confesó que había visto en el jardín de sus padres a San Miguel, Santa Catalina y Santa Margarita. Según afirmaba, le habían dicho que tenía que llevar una vida piadosa y devota. Años más tarde, diría que el Señor le había encargado una difícil misión: la de dirigir el ejército francés para coronar al delfín Carlos.

Éste aún no había sido coronado rey debido tanto a las luchas internas como a la pretensión inglesa al trono de Francia. Juana pudo convencerle de que ella tenía la misión divina de salvar a Francia. Un grupo de teólogos aprobaron sus peticiones y se le concedieron tropas bajo su mando, con las que condujo al ejército francés a una victoria decisiva sobre los ingleses en Patay, al tiempo que liberaba Orleans.

Tras esta y otras muchas victorias posteriores, promovió la coronación del príncipe como Carlos VII de Francia, acto que tuvo lugar en Reims el 17 de julio de 1429. Viendo que había cumplido su misión, Juana dejó de escuchar las voces en su interior y pidió poder volver a casa. Sin embargo, viendo que había llevado a la victoria al ejército francés le pidieron que se quedara y continuase combatiendo.

Durante los siguientes meses tuvieron lugar el ataque a París en septiembre de 1429 y después el asedio a Compiégne. Durante el asedio fue capturada por el duque de Borgoña el 24 de mayo de 1430 para ser vendida después a los ingleses.

En manos inglesas, fue conducida hasta Ruán, donde un tribunal eclesiástico presidido por Pierre Cauchon, obispo de Beuvais, la juzgó y acusó de brujería y herejía, afirmando que las voces que escuchaba no eran de los santos ni de Dios, sino del mismísimo diablo. Este juicio tenía como fin desprestigiar a Carlos VII, aduciendo que había sido fiel seguidor de una bruja, por lo que su coronación sería nula.

Fue conducida ante un tribunal eclesiástico en Ruán que la juzgó de herejía y brujería. Tras catorce meses de interrogatorio fue acusada de maldad por vestir ropas masculinas y de herejía por su creencia de que era directamente responsable ante Dios y no ante la Iglesia católica. El tribunal la condenó a muerte, pero al confesar y arrepentirse de sus errores, la sentencia fue conmutada a cadena perpetua.

El proceso duró tres meses, tras el cual fue declarada culpable de los cargos de brujería y herejía el 25 de mayo de 1431. Fue un juicio que no dejó opciones de defensa a la acusada y además se basó en argumentos débiles y sin fundamento. Asimismo, Carlos VII, a quien había ayudado a conseguir el trono, no hizo nada por ayudarla. 

A pesar de que había defendido siempre su inocencia, se retractó y afirmó lo que el tribunal decía, lo que hizo que la pena de muerte se convirtiese en cadena perpetua. Sin embargo, volvió a cambiar su declaración y afirmó de nuevo que las voces que había escuchado eran voces divinas. Debido a ello fue condenada a morir en la hoguera. Fue ejecutada el 30 de mayo de 1431 en la plaza del mercado de Ruán.

Veinte años después de su muerte y tras largos esfuerzos, su familia logró que se examinase su caso y el 7 de Julio del año 1456 se reconoció su inocencia y en cambio se declaró herejes a sus jueces. Pero el máximo reconocimiento a su obra llegaría cinco siglos después de su muerte, cuando el Papa Benedicto XV la canonizó el 16 de mayo de 1920.

Juana de Arco ha sido ampliamente retratada en el arte y en la literatura. Ha sido tema de dramas como La Doncella de Orleans, (1801) de Johann von Schiller; Santa Juana, (1923) de George Bernard Shaw y La alondra, (1953) de Jean Anouilh. El compositor francés Arthur Honegger compuso basándose en ella su oratorio Juana de Arco en la hoguera, interpretado por vez primera en el año 1938. El escritor estadounidense Mark Twain escribió la biografía titulada Recuerdos personales de Juana de Arco, (1896) y Voltaire la homenajeó en su poema narrativo La Doncella de Orleans, (1756). Juana de Arco fue también la heroína del drama español La doncella de Orleans de Antonio Zamora, escritor de principios del siglo XVIII. 

El cine, a lo largo nos ha traído una serie de adaptaciones, con más o menos acierto:

La pasión de Juana de Arco (1928) del director danés Carl Theodor Dreyer). Gracias a esta cinta, Dreyer logró el reconocimiento mundial, convirtiéndose en uno de los directores de la historia del cine. 

Juana de Arco en la hoguera (Roberto Rossellini, 1954) con Ingrid Bergman. Rossellini llevó al cine este oratorio de Paul Claudel.

Juana de Arco en la hoguera (Robert Bresson, 1962) con Florence Carrez.
Recrea solamente el proceso del “juicio”, basándose en los documentos históricos que nos quedan.

Juana de Arco, (Luc Besson, (1999), con Milla Jovovich.En líneas generales, sigue los hechos históricos y demuestra admiración por el personaje.



 
Serie Juana de Arco (Christian Duguay, 1999) con Leelee Sobieski: esta fantástica miniserie televisiva presenta un increíble despliegue de medios. Se ha realizado un enorme esfuerzo en la ambientación, y las escenas de batallas son muy vistosas. A esto se añade una historia de entidad, con un personaje, el de Juana, de una pieza, capaz de morir por defender sus convicciones más íntimas. Le acompañan varios secundarios de lujo: Peter O'Toole y Shirley McLaine.

Fuentes: www.quien.net, es.shvoong.com, redhistoria.com, canaldehistoria.es, www.decine21.com,wikipedia, You tube.

martes, 29 de mayo de 2012

JUAN RAMON JIMENEZ




Desde los textos bíblicos en los este noble animal aparece en varios pasajes, el burro o asno se ha utilizado en literatura. En nuestro país, la tradición popular nos trae una serie de historias, siendo quizás la más conocida la de Juan y su hijo Segundo cuando van de camino al campo con  el burro y, según los personajes que se encontraban, les iban dando consejo sobre cual de los dos debería ir montado en el animal. Gloria Fuertes, la famosa escritora, nos deja su poesía Pobre burro. Pero, sin lugar a dudas, los dos más conocidos son el burro en el que Sancho Panza acompaña en sus aventuras a Don Quijote de la Mancha y, sobre todo, Platero, ese entrañable personaje creado por Juan Ramón Jiménez.Por cierto, ¿alguien sabe cómo se llama el burro de Sáncho Panza?.

«Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro».

Juan Ramón Jiménez Mantecón. (Moguer, Huelva, 23 de diciembre de 1881 – San Juan, Puerto Rico, 29 de mayo de 1958). Juan Ramón Jiménez nació el 23 de diciembre de 1881. Nac, en Moguer, un pueblecito de la provincia de Huelva, cerca de las minas de cobre de Río Tinto y de las marismas del Guadalquivir. Un lugar muy blanco y reluciente por la luz intensa del sol, de calles estrechas y limpias. Era y sigue siendo un pueblo de labradores y marineros, cercana al mar y rodeada por la campiña, donde se cultivan viñedos, fresas, maíz...

Juan Ramón fue el más pequeño de una familia adinerada que lo consintió y le permitió soñar y divertirse usando su imaginación. De niño prefería jugar solo y sentía fascinación con la belleza del campo, los cambios de estación y de la luz durante el día. Tenía un calidoscopio a través del cual le gustaba mirarlo todo, porque le parecía que las cosas se alteraban, adquiriendo una consistencia mágica. Le fascinaban la luz y los juegos con la realidad que esta le proporcionaba; de esa forma, las cosas transformadas le parecían otras.

En 1891 aprueba con calificaciones de sobresaliente el examen de Primera Enseñanza en el Instituto "La Rábida" de Huelva. En 1893 estudia Bachillerato en el colegio de San Luis Gonzaga del Puerto de Santa María, y obtiene el título de Bachiller en Artes. Se traslada a Sevilla, en 1896, para ser pintor, creyendo que esa es su vocación. Allí frecuenta la biblioteca del Ateneo sevillano. Escribe sus primeros trabajos en prosa y verso. Empieza a colaborar en periódicos y revistas de Sevilla y Huelva.
 
Comenzó la carrera de Derecho impuesta por su padre en la Universidad de Sevilla, aunque la abandona en 1899.

En 1900 se trasladó a Madrid y publicó sus dos primeros libros de textos, Ninfeas y Almas de violeta. La muerte de su padre en este mismo año y la ruina familiar le causaron una honda preocupación, vivida intensamente a causa de su carácter hiperestésico, y en 1901 será ingresado con depresión en un sanatorio en Burdeos, regresando a Madrid, posteriormente, al Sanatorio del Rosario.

En 1902 publica Arias tristes e interviene en la fundación de la revista literaria Helios. También abandona el Sanatorio del Rosario y se traslada al domicilio particular del Doctor Simarro. Ya en 1904 publica Jardines lejanos. En 1905 regresa a su pueblo natal, por la muerte de su padre y los problemas económicos por los que atravesaba su familia. Este periodo coincide con la etapa de mayor producción literaria.
 
Se traslada a Madrid, donde conoce a Zenobia Camprubí Aymar en 1913, de quién se enamora profundamente. Hizo varios viajes a Francia y luego a Estados Unidos, donde en 1916 se casó con Zenobia. A partir de 1931, la esposa del poeta sufrirá los primeros síntomas de un cáncer que acabará con su vida.

En 1936 se vio obligado a abandonar España al estallar la Guerra Civil Española, trasladándose a Washington. Este momento marca en su obra, el paso de la etapa intelectual a la etapa suficiente o verdadera. En 1946 el poeta permanece hospitalizado ocho meses a causa de otra crisis depresiva. En 1950 se vuelve a trasladar a Puerto Rico, dando clases en la Universidad de Puerto Rico.

En 1956 la Academia Sueca le otorga el Premio Nobel de Literatura en Puerto Rico, donde ha vivido gran parte de su vida en el exilio y donde trabaja como profesor en la Universidad. Tres días después, muere su esposa en San Juan. Él jamás se recuperará de esta pérdida y permanece en Puerto Rico mientras que Jaime Benítez, rector del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico, acepta el premio en su nombre. Juan Ramón Jiménez fallece dos años más tarde, en la misma clínica en la que falleció su esposa. Sus restos fueron trasladados a España.

Desde los quince años comenzó a escribir poemas; abandonó sus estudios de Derecho para dedicarse a la poesía. Conoció a los escritores más influyentes de su tiempo, como Rubén Darío, Valle-Inclán, Unamuno, Manuel y Antonio Machado, José Ortega y Gasset, Pío Baroja y Azorín, entre otros muchos, y junto a ellos se formó en el krausismo, en boga entre los intelectuales de aquella época. Estas ideas se resumían en una recta actitud moral frente a la sociedad, frente al trabajo, y frente al arte, hasta el punto de que muchos de estos pensadores y artistas estuvieron dispuestos a dar la vida por sus ideales.

Los valores morales formaban parte de los componentes estéticos de pureza y rigor. Fue una persona exigentísima para consigo mismo y para con los demás. Leía sin descanso, tanto a los escritores, poetas y filósofos españoles, como a los extranjeros. La vasta biblioteca de su padre en Moguer le era muy familiar, así como la colección de libros del doctor Lalanne en Francia, y la del doctor Simarro en Madrid. Además de leer, escribía constantemente sus ideas, en aforismos y prosas; y sus impresiones líricas en poemas. Aquellos años de juventud entre Moguer, Sevilla, Francia y Madrid le permitieron adquirir una sólida formación que le prepararía para escribir su obra mejor; por eso y para eso trabajaba sin descanso. No obstante, la poesía era su forma natural de vida y los poemas fluían de su pluma con una facilidad inusitada, no exenta de constante pulimento.

La crítica suele dividir su trayectoria poética en tres etapas:

 
Etapa sensitiva (1898-1915):  durante estos primeros años, influido principalmente por Bécquer y Espronceda. Ninfeas, Almas de violeta, Rimas, Arias tristes, Jardines lejanos y Pastorales serán sus libros de juventud. En todos ellos el poeta se recrea en la belleza del campo, en deseos amorosos imposibles, en sueños y alucinaciones. En los textos de esta primera época puede apreciarse una predisposición a la melancolía. En la segunda fase de esta etapa, se nota una mayor influencia modernista, del simbolismo francés (Baudelaire o Verlaine) y del decadentismo anglofrancés, como Walter Pater. La Soledad Sonora, Pastorales, Laberinto, Platero y Yo y Estío, que supone el cambio hacia la segunda etapa de Juan Ramón. El poeta se aleja del Modernismo en busca de una mayor depuración de la palabra. Desaparecen los ambientes nostálgicos, evocados y soñados, en favor de una realidad más concreta. 

Platero y yo es una narración lírica en la que Juan Ramón Jiménez supo crear, con un lenguaje exquisito y a la vez sencillo. Es un libro rico y abundante en el vocabulario, en él, abunda bastante el adjetivo, lleno de hermosas metáforas y de elementos visuales, un mundo de relaciones con las cosas más cotidianas y diminutas para realzar sus valores más mínimos. Aquí registra su dolor, sufrimiento, violencia..Y, en medio de ese diálogo entre el poeta y el mundo, convierte a Platero en figura mítica de delicadeza y sensualidad pura.

Etapa intelectual (1916-1936): descubrimiento del mar como motivo trascendente. El mar simboliza la vida, la soledad, el gozo, el eterno tiempo presente. Se inicia asimismo una evolución espiritual que lo lleva a buscar la trascendencia. En su deseo de salvarse ante la muerte se esfuerza por alcanzar la eternidad, que busca conseguir a través de la belleza y la depuración poética.

De esta etapa destacan Diario de un poeta recién casado, titulado posteriormente Diario de poeta y mar, para incluir el segundo apellido de su esposa, Primera antología poética, , Eternidades , Piedra y cielo, Poesía y Belleza.

Diario de un poeta recién casado es una obra enormemente innovadora por la combinación de verso y prosa en un mismo libro, inicia además un nuevo modo de composición poética, figura entre las primeras obras en prosa de lengua española que recogen imágenes de Nueva York. Utiliza una poesía estilizada y depurada, donde el poeta admira todo lo que contempla. En este Diario, Juan Ramón experimenta con los temas y las formas, y abre una nueva corriente poética, que será explotada por algunos miembros de la Generación del 27.

Etapa verdadera (1937-1958): a esta etapa corresponde todo lo escrito en su exilio americano. Juan Ramón continúa replegado en sí mismo en busca de la belleza y la perfección, aunque no tanto como para no preparar un amplio libro en favor de la República española, Guerra en España, que nunca pudo ver publicado.
 
Su ansia por la trascendencia lo lleva a una cierta mística e identificarse con Dios y la belleza en uno. Su lengua poética se transforma en una especie de idiolecto poblado de múltiples neologismos. Tras un período de relativo silencio, publica Animal de fondo, Tercera antología poética, En el otro costado  y Dios deseado y deseante.

En Animal de fondo el poeta busca a Dios pero ese dios no es una divinidad externa al poeta, sino que se halla en él y en su obra. Ese dios al que se refiere es causa y fin de la belleza.

Dios deseado y deseante supone la culminación de Animal de fondo. El poeta llega incluso a identificarse con ese dios que tanto ha buscado. Un dios que existe dentro y fuera de él, un dios que es deseado y deseante.

Fuentes: www.cvc. cervantes.es, www.juanramonjimenez.com, es.wikipedia.org, www.lecturalia.com





 












domingo, 27 de mayo de 2012

Sorteo en blog Kayena: negro sobre blanco




















Kayena, del blog Negro sobre Blanco,  organiza el concurso correspondiente a este mes de mayo. El ganador podrá elegir un libro de los siguientes libros:

VOLVERÁN A POR MI, de Josan Hatero y Use Lahoz

TEMPUS FUGIT: LADRONES DE ALMAS, de Javier Ruescas

FANTASMAS DE KENSINGTON, de J.D. Álvarez

Sorteo Balir Mis Lecturas de Cabecera





Sorteo Mis Lecturas de Cabecera

 
Sortea dos libros para celebrar el haber alcanzado los 200 seguidores. Sorteo en el que habrá dos ganadores, de dos novelas históricas, El horizonte de Keops de José Ignacio Velasco y La conjura de Córdoba de Juan Kresdez.

El plazo para apuntarse al sorteo comienza hoy y terminará el 20 de junio. El 23 de junio colgaré la lista de participantes y un día después se anunciará a los ganadores que serán elegidos por Random. El primer número que salga se llevará El horizonte de Keops y el segundo, La conjura de Córdoba.

Sorteo Carmen y Amig@s


Sinopsis: 

Pemberley, año 1803. Han pasado seis años desde que Elizabeth y Darcy se casaran, creando un mundo perfecto que parece invulnerable. Pero de pronto, en la víspera de un baile, todo se tuerce. Un carruaje sale a toda prisa de la residencia, llevándose a Lydia, la hermana de Elizabeth, con su marido, el desafortunado Wickham, que ha sido expulsado de los dominios de Darcy. Sin embargo, Lydia no tarda en regresar, conmocionada, gritando que su marido ha sido asesinado. Sin previo aviso, Pemberley se zambulle en un escalofriante misterio.



Sorteo Carmen y Amig@s
 
Dos ejemplares de La muerte llega a Pemberley, de P. D. James. Las bases están en la entrada del sorteo. El plazo comenzó el día 24 de mayo y podréis apuntaros hasta el  13 de junio. El día 14 colgará los participantes y sus números y el 15 dará a conocer el resultado de l@s ganadores.

sábado, 26 de mayo de 2012

Sorteo entre montones de libros











Sorteo Entre montones de libros



 El plazo es amplio pues finaliza el próximo 10 de julio, se admiten formularios para el sorteo de un kindle.

John Wayne




Hay actores que protagonizaron películas inolvidables sobre el oeste americano que se destacaron por alguna de las cualidades que marcaban al protagonista: la rapidez de Alan Ladd en Raíces Profundas, la entereza de Gregory Peck en Horizontes de grandeza, el valor de Gary Cooper en Solo ante el peligro, la puntería de James Stewart en Winchester 73 o  la frialdad de Clint Eastwood en Sin Perdón. Desde luego, para los amantes del buen cine del oeste sería difícil elegir cuál de ellas es la mejor. Yo me quedaría con todas, aun siendo un gran admirador de Clint Eastwood.

Pero todos alguna vez jugamos de pequeños a los vaqueros. Se elegían quiénes eran los buenos y quiénes los malos y empezaba la acción. Pero de una cosa si que estoy seguro: todos queríamos ser como...John Wayne. Todos admirábamos a este vaquero, el héroe que representaba los valores de la lealtad, la fortaleza y la honradez. Cada una de las cualidades de los protagonistas de las películas antes citadas estaban conjuntadas en John Wayne. 

John Wayne (Winterset, Iowa, Estados Unidos, 26 de mayo de 1907 – Los Angeles, California, EEUU, 11 de junio de 1979). Marion Robert Morrison, aunque sus padres cambiaron el nombre a Marion Mitchell Morrison cuando decidieron llamar a su siguiente hijo Robert. Su familia era presbiteriana. Su padre, Clyde Leonard Morrison, era descendiente de escoceses e irlandeses e hijo de un veterano de la Guerra Civil Estadounidense, mientras que su madre, Mary Alberta Brown, era descendiente de irlandeses. En 1911 toda la familia se mudó a Glendale, California. Fueron los vecinos de Glendale quienes comenzaron a llamar a Wayne Big Duke porque siempre estaba con su perro Airedale Terrier que se llamaba Little Duke. Él prefería Duke a Marion, por lo cual este nombre le quedó por el resto de su vida.

Sus primeros años estuvieron marcados por la pobreza. Duke era un estudiante bueno y popular. Alto para su edad, fue un jugador estrella de fútbol americano en la escuela secundaria de Glendale y fue reclutado por la University of Southern California (USC).

En esta universidad fue miembro de los Trojan Knights y se unió a la fraternidad Sigma Chi. Wayne también jugó en el equipo de fútbol americano de la universidad bajo las órdenes del legendario entrenador Howard Jones. Una lesión sufrida aparentemente mientras nadaba cortó su carrera deportiva, y también perdió su beca deportiva, por lo que no pudo finalizar sus estudios en la USC. 

Mientras estaba estudiando, Wayne comenzó a trabajar cerca de los estudios de filmación locales. La estrella de cine Western Tom Mix le ofreció un trabajo temporal durante un verano a cambio de entradas para los partidos de fútbol, y Wayne pronto comenzó a tener pequeños roles e hizo amistad con el director de cine John Ford. Durante este período Wayne apareció junto con sus compañeros de equipo de la USC como jugador de fútbol en la película Maker of Men de Columbia Pictures, protagonizada por Richard Cromwell y Jack Holt. En la película, Wayne aparece en los créditos como Marion Morrison.

 Raoul Walsh buscaba un protagonista para su película La gran jornada. Su amigo John Ford se acordó entonces del joven “Duke” Morrison y le recomendó. La película no fue gran cosa, pero gracias a ella nació John Wayne. Y es que a Walsh no le gustaba el nombre de Morrison y decidió bautizar al debutante con el nombre que, pasados los años, definiría la esencia del western. 

Wayne participó en alrededor de sesenta películas de bajo presupuesto (dramas, comedias, películas de aventuras y sobre todo westerns), con directores como Joseph Kane, George Sherman o Robert N. Bradbury (para Monogram Pictures), y por supuesto John Ford, con quien hizo Legado trágico (1928), Cuatro hijos (1928), Shari, la hechicera (1929), El triunfo de la audacia (1929), Tragedia submarina (1930) y El intrépido (1930). Y así hasta que llegó La diligencia en 1939. Esta obra maestra de John Ford regaló a Wayne el papel del forajido Ringo Kid –callado, noble, valiente– y le catapultó a la fama. Con los años, el binomio Wayne-Ford daría como resultado varias colaboraciones maestras para el cine.


La diligencia es un clásico del cine, filmado dentro del genero del western, dirigido por John Ford y protagonizado por un John Wayne todavía en los comienzos de su carrera. Ganó dos Oscars, al mejor actor de reparto (Thomas Mitchell), y a la mejor música, y obtuvo otras cinco nominaciones, a la mejor película, al mejor director, a la mejor dirección artística, a la mejor fotografía, y al mejor montaje.

 En La diligencia nos encontramos con personajes muy variopintos que emprenden un largo, duro y peligroso viaje en diligencia. Entre ellos, un fuera de la ley en busca de venganza, una prostituta a la que han echado del pueblo, un jugador, un médico, la mujer embarazada de un militar, un sheriff. Las relaciones entre ellos serán difíciles y tensas. Además, durante el viaje, tendrán que afrontar el ataque de una partida de indios apaches.

 La década siguiente es enormemente fructífera para el Duke. A comienzos de 1940, volvería a trabajar con su “padrino” Raoul Walsh en el western. durante toda la década iría poco a poco forjando su carácter de héroe, gracias a títulos fordianos como Hombres intrépidos, No eran imprescindibles, Los tres padrinos, Fort Apache, La legión invencible y Río Grande.

Estos tres últimos forman la llamada “Trilogía de la caballería”, un fresco épico y nostálgico de la vida en la frontera, donde la amenaza de los indios y la aspereza del desierto sólo eran comparables con las audaces hazañas de los pioneros militares en tierras de conquista.






Río Grande es una de las mejores películas del oeste de John Ford.  En ella, Un veterano coronel está al frente de un fuerte fronterizo que intenta parar los ataques de los apaches. Su hijo se alista en el regimiento, tras haber fracasado en la academia militar. Tras él, llega su madre, dispuesta a sacarle de allí, que se reencuentra con su marido después de muchos años de separación. Al mismo tiempo, la guerra se recrudece.

Río Bravo y Río Lobo serían otras memorables películas que rodaría junto al genial John Ford.  En Río Bravo encarna al sheriff Chance encarcela por asesinato al hermano de un poderoso terrateniente cuyos hombres intentarán liberarlo. Para impedirlo, Chance cuenta con la colaboración de dos ayudantes: un alcohólico (Dean Martin) y un viejo tullido (Walter Brennan), a los que se une un joven y hábil pistolero llamado Colorado (Ricky Nelson). Todos quedarán encerrados en la cárcel de la oficina del sheriff, roedados, incrementándose la tensión en el pueblo a la espera de que llegue la autoridad estatal para llevarse al detenido. En Río Lobo un grupo de confederados mandados por el capitán Pierre Cardona se dedica a robar los cargamentos de oro que transporta el ejército yanqui.

Con Howard Hawks. La película, Río Rojo, incluía al hondo y obsesivo personaje Tom Dunson.  En ella John Wayne es el ganadero Tom Dunson, que después de haber sobrevivido a una matanza de los indios y su hijo adoptivo Matthew Garth (Montgomery Clift) proyectan trasladar diez mil cabezas de ganado desde Texas hasta Missouri. Nadie hasta entonces había intentado una operación de tal envergadura.
Pero sería, sin lugar a dudas, Centauros del desierto la película que es considerada como una verdadera obra maestra del género. John Wayne es Ethan Edwards, un hombre solitario, que vuelve derrotado a su hogar, tras finalizar la Guerra de Secesión. La persecución de los comanches que han raptado a una de sus sobrinas se convertirá en un modo de vida para él y para Martin, un muchacho mestizo adoptado por su familia.

El dominio en la narración cinematográfica de John Ford, con tendencia al lirismo, la siempre excelente dirección de actores, la roturación psicológica de sus caracteres y la sabia utilización de los recursos técnicos (fotografía de Winton C. Hoch, música de Max Steiner) y escenarios (magistral plasmación del Monumental Valley) para enfatizar la fuerza emocional del relato, son algunos de los elementos fílmicos que hacen de "Centauros del desierto" uno de los grandes títulos de la obra del maestro Ford.

Durante la Segunda Guerra Mundial encarnó a héroes bélicos americanos, lo que en cierta manera contribuía a hacer propaganda política a favor de los EE.UU. Pero sin duda alguna, este actor destacó en el género del western, y si hubo un director que supo aprovechar sus cualidades ese fue John Ford. Sus trabajos se ajustaban ciertamente a sus ideales puesto que John Wayne fue un hombre conservador, republicano y anticomunista, y estos quedan demostrados en su primera película como director, "El Álamo" .
Fue nominado como mejor actor, al Oscar por "Arenas sangrientas", como mejor productor por "El Álamo" y consiguió el galardón por su interpretación en "Valor de ley" (película que fue sobre todo un homenaje al actor) y que supuso el reconocimiento a su carrera en el Séptimo Arte.



En ella John Wayne interpreta a un viejo agente del Gobierno, alcohólico y tuerto , es contratado por Mattie Ross (Kim Darby), una valerosa y obstinada joven, que se propone capturar al asesino de su padre. Contarán además con la colaboración de La Boeuf (Campbell), un ránger de Tejas. Una película con actores secundarios de lujo, como Glen Campbell, Jeremy Slaten o Dennys Hopper. 

Su última aparición pública fue en la ceremonia de los Oscars de 1978, un año después el 11 de Junio de 1979 a las 5.23h. John Wayne fallecía, un cáncer se lo llevaba. Su cuerpo reposa el el Pacific View Memorial Park de Newport, con el epitafio en castellano: " Feo, fuerte y formal ".

Fuentes: www.todocine.com, www.alohacriticon.com, www.decine21.com, www.filaffinity.com, www.canalhistoria.com, wikipedia.

viernes, 25 de mayo de 2012

Calderón de la Barca, El Alcalde de Zalamea


«¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son».



 
Es considerado como la última figura importante del Siglo de Oro de nuestras letras. En el colegio, por lo menos en mi época, tuvimos que leernos alguna de sus obras más famosas La vida es sueño, El alcalde de Zalamea, El médico de su honra o El gran teatro del mundo.? ¿Alguien se acuerda a cuáles de estas que menciono corresponde el texto que encabeza este monográfico?. Será, sin lugar a dudas, uno de los fragmentos que más se recuerdan de este genio de la poesía.

Pedro Calderón de la Barca nació en Madrid el 17 de enero de 1600 de familia hidalga. Empezó a ir al colegio en 1605 en Valladolid, porque allí estaba la Corte, pero como destacó en los estudios, el padre, de carácter autoritario, decidió destinarlo a ocupar una capellanía que estaba reservada por la abuela a alguien de la familia que fuese sacerdote. Con ese propósito pasó al Colegio Imperial de los jesuitas de Madrid en 1608, situado donde ahora se encuentra el Instituto San Isidro, y allí permaneció hasta 1613 estudiando gramática, latín, griego, y teología. Cuando llevaba dos años estudiando en Madrid, falleció su madre, en 1610, y su padre casó en segundas nupcias; este hecho le unió especialmente a sus hermanos José y Diego frente a su padre. Continuó en la Universidad de Alcalá, donde estudió lógica y retórica; y en 1615, al fallecer su padre, pasó a la de Salamanca donde se graduó de bachiller en derecho canónico y civil, sin llegar a ordenarse como hubiera sido deseo del padre. En 1621 participó en el certamen poético habido con motivo de la beatificación de San Isidro y posteriormente en el de su canonización, en 1622, y ganó un premio tercero.

Decidió abandonar los estudios religiosos por la carrera militar y llevó una vida algo revuelta de pendencias y juego; también tuvo problemas en el ámbito familiar, pues el testamento paterno obligaba al dramaturgo y a sus hermanos a pleitear con su madrastra y a vender el cargo de su padre para pagar gastos. Acaso por esto tuvo que entrar al servicio del duque de Frías, con el que viajó por Flandes y el norte de Italia entre 1623 y 1625. Es posible que las difíciles relaciones con su padre influyeran en su teatro, donde es frecuente encontrar conflictos edípicos entre padres e hijos. El caso es que entre 1623 y 1625 participó en varias campañas bélicas, según su biógrafo Juan de Vera Tassis; anduvo enredado en un homicidio y en 1625 marchó como soldado al servicio del Condestable de Castilla.

Desde 1625, proveyó a la Corte de un extenso repertorio dramático pero, en 1629, el irrumpir con sus hermanos en sagrado persiguiendo a un actor, más concretamente en el Convento de las Trinitarias de Madrid, donde se encontraba la hija de Lope, le causó la enemistad de Lope de Vega.

Calderón correspondió a los ataques de este último burlándose en un pasaje de su comedia El príncipe constante, escrita en ese año, al igual que La dama duende, su primer gran éxito. Con estas y otras comedias fue ganándose el aprecio del rey Felipe IV, que empezó a hacerle encargos para los teatros de la Corte, ya fuera el salón dorado del desaparecido Alcázar o el recién inaugurado Coliseo del Palacio del Buen Retiro. Eclipsada ya la estrella de Lope en los teatros, se ganó el aprecio del público en general en la década de los treinta con sus piezas para los corrales de comedias madrileños de la Cruz y del Príncipe.

En 1636 el Rey le nombra caballero de la Orden de Santiago y su amigo y discípulo Vera Tassis publica la Primera parte de sus comedias; al año siguiente la segunda, hasta las nueve que llegó a imprimir, si bien se conservan tres más impresas por otros editores menos cuidadosos; en 1677 aparecerá, además, la primera parte de sus autos sacramentales.

Se distinguió como soldado al servicio del Duque del Infantado durante el sitio de Fuenterrabía (1638), y en la guerra de secesión de Cataluña (1640). De su vocación militar guardó siempre buen recuerdo, como plasmó en unos famosos versos. Herido durante el sitio de Lérida, obtuvo la licencia absoluta en 1642 y una pensión vitalicia. Estrena sus obras más ambiciosas, las que requieren música (zarzuelas) y más escenografía. Calderón es por entonces un discreto pero activo cortesano y llega a convertirse en un personaje respetado e influyente, modelo para una generación entera de nuevos dramaturgos e incluso para talentos tan grandes como los de Agustín Moreto y Francisco Rojas Zorrilla, sus más importantes discípulos.
 
A mediados de los cuarenta, decretados sucesivos cierres de los corrales de comedias a causa de los fallecimientos de la reina Isabel de Borbó (entre 1644 y 1645) y el príncipe Baltasar Carlos (entre 1646 y 1649), así como por las presiones de los religiosos moralistas contrarios al teatro, acaeció un largo lapso de cinco años sin teatro desde 1644, y muertos sus hermanos José (1645) y Diego (1647), el dramaturgo se sumió en una cierta crisis, que coincide con la de España entre la caída del Conde-Duque de Olivares (1643) y la firma en 1648 de la Paz de Westfalia. Es más, hacia 1646 nace su hijo natural, Pedro José, y Calderón ha de replantearse su vida.

A mediados de los cuarenta, decretados sucesivos cierres de los corrales de comedias a causa de los fallecimientos de la reina Isabel de Borbón (entre 1644 y 1645) y el príncipe Baltasar Carlos (entre 1646 y 1649), así como por las presiones de los religiosos moralistas contrarios al teatro, acaeció un largo lapso de cinco años sin teatro desde 1644, y muertos sus hermanos José (1645) y Diego (1647), el dramaturgo se sumió en una cierta crisis, que coincide con la de España entre la caída del Conde-Duque de Olivares (1643) y la firma en 1648 de la Paz de Westfalia. Es más, hacia 1646 nace su hijo natural, Pedro José, y Calderón ha de replantearse su vida.

Sale de esta crisis interior y exterior al reabrirse los teatros en 1649 y al convertirse durante unos años en secretario del Duque de Alba; además, ingresa en los terciarios (Tercera orden de San Francisco) en 1650 y se ordena sacerdote en 1651. Al final de su vida sufrió algunas estrecheces económicas, pero con motivo del Carnaval de 1680 compondrá su última comedia, Hado y divisa de Leónido y Marfisa; falleció el 25 de mayo de 1681, dejando a medio terminar los autos sacramentales encargados para ese año; su entierro fue austero y poco ostentoso, como deseaba en su testamento: «Descubierto, por si mereciese satisfacer en parte las públicas vanidades de mi mal gastada vida». Así dejaba huérfanos los teatros quien fue considerado uno de los mejores escritores dramáticos de su época.

Según el recuento que él mismo hizo el año de su muerte, su producción consta de ciento diez comedias y ochenta autos sacramentales, loas, entremeses y otras obras menores. Como todo coetáneo suyo, Calderón no podía por menos que partir de las pautas dramáticas establecidas por Lope de Vega. Pero su obra, ya plenamente barroca, tal vez alcance mayor grado de perfección técnica y formal que la de Lope. De estilo más sobrio, Calderón pone en juego menor número de personajes y los centra en torno al protagonista, de manera que la obra tiene un centro de gravedad claro, un eje en torno al cual giran todos los elementos secundarios, lo que refuerza la intensidad dramática.

En su estilo cabe distinguir dos registros. El primero consiste en reordenar y condensar lo que en Lope aparece de manera difusa y caótica y en estilizar las notas de su realismo costumbrista. Así, reelabora temas originales de Lope en varias de sus obras maestras.

En ellas aparece una rica galería de personajes representativos de su tiempo y de su condición social, todos los cuales tienen en común un tema del siglo: el honor, el patrimonio del alma enfrentado a la justicia de los hombres o las pasiones amorosas que ciegan el alma.

Pero no es ése, desde luego, el principal motivo de su obra. En su segundo registro, el dramaturgo inventa, más allá del repertorio caballeresco, una forma poético-simbólica desconocida antes de él y que configura un teatro esencialmente lírico, cuyos personajes se elevan hacia lo simbólico y lo espiritual. Calderón destaca sobre todo como creador de esos personajes barrocos, íntimamente desequilibrados por una pasión trágica.

Su personaje más universal es el desgarrado Segismundo de La vida es sueño, considerada como la cumbre del teatro calderoniano. Esta obra, paradigma del género de comedias filosóficas, recoge y dramatiza las cuestiones más trascendentales de su época: el poder de la voluntad frente al destino, el escepticismo ante las apariencias sensibles, la precariedad de la existencia, considerada como un simple sueño y, en fin, la consoladora idea de que, incluso en sueños, se puede todavía hacer el bien. 

Con él adquirieron así mismo especial relevancia la escenografía –lo que él llamaba «maneras de apariencia»– y la música. La carpintería teatral se convirtió en un elemento clave en la composición de sus obras y el concepto de escena se vio revalorizado de una manera general, en la línea del teatro barroco. En cuanto a su lenguaje, se puede considerar que es la culminación teatral del culteranismo. Su riqueza expresiva y sus complejas metáforas provienen de un cierto conceptismo intelectual, acorde con el temperamento meditabundo propio de sus personajes de ficción.

La importancia de Calderón en el desarrollo de los autos sacramentales es de tal magnitud que su nombre va asociado a este género como algo inseparable. Los autos sacramentales son representaciones dramáticas en un solo ato, de carácter alegórico y referidas a la Eucaristía, que se representaban en la festividad del Corpus. 

En los autos sacramentales, Calderón dramatiza conceptos abstractos de la teología católica convirtiéndolos en personajes, por lo que al público le resultan reales. Aparecen en escena Dios, la Discreción, la Hermosura y otros entes abstractos. Escribió unos ochenta, y los más conocidos son El gran teatro del mundo, donde el tema fundamental de este auto es el de la vida humana como un teatro donde cada persona representa un papel.  (1636) y el Auto de la vida es sueño (1670). 

 Estos autos aparte de tener un gran valor literario cumplían la función de transmitir la teología al gran público. En ellos se resumen todas las verdades esenciales del dogma y pensamiento católico. 

La temática principal de sus obras es el amor, el honor y el poder. Sus dramas se dividen en dramas religiosos, trágicos o de honor, y filosóficos. Entre los primeros destacan El príncipe constante (1629) y El mágico prodigioso (1637), que tanto entusiasmaron a los románticos alemanes. Los dramas llamados trágicos o de honor se atienen a la estructura de las comedias en lo que se refiere a la intriga amorosa, aunque el complejo concepto del honor (ultrajado primero y reparado después) desempeña un papel más importante e implica un desenlace trágico y sangriento. El médico de su honra (1635) es uno de los más característicos. Pero el mejor de los dramas trágicos de Calderón es El alcalde de Zalamea (1640), donde un capitán rapta y fuerza a la hija de un rico labrador que acaba de ser nombrado alcalde del pueblo.
Éste hace detener al capitán y, como se niega a reparar su ofensa con el matrimonio, lo hace ajusticiar. Un general ocupa el pueblo de Zalamea con sus soldados y mantiene una dura controversia con el alcalde, no porque considere que el capitán no merecía el castigo, sino porque correspondía a él —el poder militar— aplicarlo. Finalmente el propio rey aprueba la acción del alcalde.

El más conocido de los dramas filosóficos de Calderón es La vida es sueño (1636), una de las obras de la literatura española de valor universal. Su complejidad, como ocurre con tantas obras maestras, ha dado lugar a infinidad de interpretaciones. La idea central del drama contaba con una historia larga, variada e ilustre, pero Calderón la revive con otros temas como la lucha de la libertad contra el destino y la trascendencia simbólica; y con unos personajes que llegan a representar a toda la condición humana. Su densidad filosófica y simbólica, sus soluciones teológicas, su sentido moral, jurídico y político, hacen que sea la obra más comentada de la literatura española, a excepción de El Quijote, de Cervantes.

Calderón fue un autor enormemente admirado por los grandes autores europeos: Goethe consideraba a Calderón el gran genio del teatro. Schlegel llegó a afirmar que Calderón había resuelto el enigma del universo en algunos de sus dramas. También algunos románticos ingleses, como Shelley, vieron en Calderón al poeta dramático y lírico más grande. 

Calderón es el dramaturgo por excelencia del barroco español. El sentido teológico y metafísico de su tiempo informa todas sus obras, donde aúna la fe y la razón, y, sin embargo, su debate entre deseos y terrores que el verbo intenta vanamente comprender remite al presente.
Fuentes: www. rinconcastellano.com, www.biografiasyvidas.com, ww.epdlp.com, wikipedia.


jueves, 24 de mayo de 2012

Elsa & Fred

 


Hoy quería hablaros sobre una película que para mí es un canto a la vida, a las ganas de vivir pese a las situaciones críticas de algunas personas que padecen enfermedades que, en el fondo, saben que son irreversibles pero quieren hacer ver a los que le rodean de que la vida hay que vivirla hasta el último momento y hacen todo lo posible porque los que están a su alrededor miren las cosas desde el lado positivo. Y esto creo que lo consigue plenamente esta entrañable y enternecedora película.

 
Elsa y Fred es una película dirigida por el realizador argentino Marcos Carnevale que tiene como principales protagonistas a la actriz uruguaya China Zorrila, en el papel de Elsa y al fallecido actor español Manuel Alexandre, como Fred. Es de destacar también la gran actuación de Federico Luppi, que encarna al hijo de Elsa.

Sinopsis:

Elsa, que tiene 82 años, es una mujer llena de vitalidad y con una imaginación desbordante. Alfredo, algo más joven que ella, ha sido siempre un hombre convencional, serio y responsable. Al quedar viudo, desconcertado y angustiado por la ausencia de su mujer, su hija lo anima a mudarse a un apartamento más pequeño. Es entonces cuando conoce a Elsa, que es vecina suya. A partir de ese momento, ella irrumpe en su vida como un torbellino dispuesta a demostrarle que el tiempo que le queda es precioso y debe disfrutarlo como le plazca.

 
En el año 2005 obtuvo el premio Cóndor de Plata como mejor película, y China Zorrilla como mejor actriz. El Cóndor de Plata también lo obtuvo la película al mejor guión y a la mejor música. Manuel Alexandre fue nominado al premio Goya como mejor actor y se llevó el premio en la misma categoría en los premios Círculo de Escritores de Cine, Sant Jordi de Cine y de la Unión de Actores.

Esta deliciosa comedia romántica lo tiene todo. Unos momentos de humor que hacen soltar la carcajada. Hay veces que con mirar a Elsa en algunos gags y en su papel de embaucadora de Fred hacen a uno disfrutar de esta película. Elsa desea a toda costa cumplir su sueño:  emular a Anita Ekberg en la escena de La Dolce Vita de la Fonta di Trevi. Hasta que no logra que Fred se sienta atraída por ella, no para. Busca cualquier pretexto para entrar en la vida de él y poco a poco consigue sacar a Fred de su abatimiento. 

 Él es todo lo contrario de ella. Se dice que dos personas muy extremas, como eran ellos, pueden llegar a entenderse perfectamente. Fred es viudo, acaba de perder a su esposa; se encuentra en una situación nueva porque sus hijos lo convencen para trasladarse a un apartamento y así estar cerca de ellos. No tiene ganas de nada y toma medicamentos para todo: un hipocondríaco. Elsa es todo lo contrario: alegre, con espíritu joven, con un sueño que cumplir. 

 
Finalmente, la atracción es mutua. Un romance tardío hace que ella sienta cada vez más ganas de cumplir ese sueño y que él vuelva a la vida.Hay también acción, es emotiva, algunas veces ciertas escenas entristecen, y reflexiva, pues está patente en cada momento las ganas de vivir.

Pero en ella no solo hay buenos momentos de humor, hay intriga.  Fred no sabe mucho de Elsa. Algunas veces ella le miente pues está llevando un tratamiento y lo engaña con cualquier disculpa.

Una buena banda sonora y la canción de Joan Manuel Serrat Hoy puede ser un gran día que se escuchará varias veces en la película ponen el colofón a Elsa y Fred. Una película que creo merece la pena ser vista y disfrutar de la gran actuación de estos dos grandes actores, acompañados, como ya comenté, por Federico Luppi.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Sorteo Bitácora de mis lecturas

Sorteo Bitácora de mis lecturas

Sortea tres libros:

Palmeras en la nieve, de Luz Gabás

El asesino hipocondríaco, de Juan Jacinto Muñoz

Esperando una respuesta, de Mª Ángeles Mata


El sorteo finaliza el día 31/05/12. Las bases en su blog. 

Sorteo Carmen y Amig@s




Sinopsis:

Inglaterra, siglo XI, el hijo del señor de Helmsby, lleva la vida despreocupada propia de su condición. Pero un día el ataque de unos piratas daneses cambiará para siempre el rumbo de su destino. Herido de gravedad por los piratas, Caedmon arrastrará a partir de entonces una cojera que le apartará de las grandes decisiones. Así, cuando su padre debe enviar a uno de sus hijos para transmitir un mensaje al duque de Normandía, decide que sea Caedmon. Éste acaba instalándose en Normandía, donde trabaja como traductor y se enamora de la joven Aliesa. Tras dos años de educación militar, e ibuido ya de de las influencias normadas, vuelve a Inglaterra con el ejército invasor de Guillermo, el duque de Normandía. Guillermo acaba siendo proclamado rey de Inglaterra y Caedmon debe desempeñar un importante papel de mediador entre vencedores y vencidos. Pero esta posición ingrata le granjeará enconados enemigos.

Sorteo Carmen y Amig@s








El sorteo es NACIONAL y los únicos requisitos son:

1.- Ser seguidor del blog y/o haber dejado algún comentario en el blog con anterioridad a este sorteo.
3.- Dejar un comentario en esta entrada que diga "Quiero participar en el sorteo de El segundo reino". (1 punto)
Pero si queréis conseguir puntos extras para tener más posibilidades:
1.- Poner el banner en tu blog enlazando a esta entrada (5 puntos)
2.- Anunciar el sorteo en un post con enlace a esta entrada (10 puntos entrada individual / 5 puntos entrada con otros sorteos)

3.- Anunciar el sorteo en Facebook (2 puntos)
4.- Anunciar el sorteo en Twitter (2 puntos)

Hay además 5 puntos de regalo para l@s diez amig@s que más comentan ultimamente por aquí, si deciden participar. 
 
 El plazo de participación comienza hoy, 11 de mayo, y podréis anotaros hasta el 6 de junio. El día 7 colgaré la entrada con los participantes y los números, y el 9 de junio se sabrán los nombres de los dos ganador@s. El sorteo se realizará, como siempre, a través de Random.org. ¡Espero que os animéis!

 


martes, 22 de mayo de 2012

Víctor Hugo, El maestro del Romanticismo



                                   «Quiero ser Chateaubriend o nada»





La primera reseña que publiqué en este blog, el 9 de octubre de 2011 fue,precisamente, Los Miserables, una de las obras cumbres de la literatura universal y por la que, sin duda alguna, más se conoce del escritor francés Víctor Hugo, el máximo representante del romanticismo en Francia y un maestro de este movimiento en el mundo. 

Contribuyó de forma notable a la renovación lírica y teatral de la época; fue admirado por sus contemporáneos y aún lo es en la actualidad, aunque ciertos autores modernos le consideren un escritor controvertido. Su implicación política, que le supuso una condena al exilio durante los veinte años del Segundo Imperio francés (1852-1870), permitió a posteriores generaciones de escritores una reflexión sobre la implicación y el compromiso de los escritores en la vida política y social.

Ocupa un puesto notable en la historia de las letras francesas del siglo XIX en una gran variedad de géneros y ámbitos. Fue un poeta lírico,  comprometido contra Napoleón III, expuso su teoría del drama romántico en la introducción de Cromwell  y la ilustra principalmente con Hernani.

Su extensa obra incluye también discursos políticos en la Cámara de los Pares, en la Asamblea Constituyente y la Asamblea Legislativa ,especialmente sobre temas como la pena de muerte, la educación o Europa, crónicas de viajes así como una abundante correspondencia.

Víctor Maríe Hugo (Besançon, Francia, 26 de febrero de 1802 - París, 22 de mayo de1885). Es hijo del general del Imperio Joseph Léopold Sigisbert. Es nombrado conde, según la tradición familiar, por José I Bonaparte, rey de España, jefe de batallón destinado en la guarnición de Doubs en el momento del nacimiento de su hijo, y de Sophie Trébuchet, de origen bretón.

Las frecuentes estancias en Nápoles y España, consecuencia de los destinos militares de su padre, marcarán sus primeros años. Así, en 1811 se trasladan a Madrid e ingresa como internado, junto con su hermano Eugène, en una residencia religiosa que los Escolapios tenían en el colegio de San Antón y que los ocupantes franceses habían convertido en un «seminario de nobles».

Así, en 1811 se trasladan a Madrid e ingresa como internado, junto con su hermano Eugène, en una residencia religiosa que los Escolapios tenían en el colegio de San Antón y que los ocupantes franceses habían convertido en un «seminario de nobles».

En septiembre de 1815, Victor y Eugène, a los que separaron de su madre, son internados en la pensión Cordier ,hasta 1818. Parece que es en esta época cuando su hermano empieza a componer versos y comienza sus Cahiers de vers français (Cuadernos de versos franceses). Autodidacta, mediante tanteos aprende a utilizar la rima y la medida. Recibe el ánimo y apoyo de su madre a la que, al igual que a su hermano Eugène, lee sus obras. Sus escritos son revisados y corregidos por un joven maestro de la pensión Cordier que hizo amistad con los dos hermanos.Su vocación es precoz y su ambición inmensa.

En 1819 gana, en uno de los concursos organizados por la Academia de los Juegos Florales de Toulouse, una «Lis de oro» por La statue de Henri IV y un «Amaranto de oro» por Les Vierges de Verdun,y un premio en 1820 por Moïse sur le Nil.

Animado por sus éxitos, se embarca en la carrera literaria. Con sus hermanos Abel y Eugène, funda en 1819 una revista, «Le Conservateur littéraire», que ya atrae la atención sobre su talento. Su primera colección de poemas, Odes, aparece en 1821: el autor tiene por entonces diecinueve años. La tirada de 1500 ejemplares se agota en cuatro meses. El rey Luis XVIII, que posee un ejemplar, le otorga una pensión anual de mil francos.

Los años de separación de su padre lo habían acercado a su madre, y la muerte de ésta, el 27 de junio de 1821, le afecta profundamente. Se casa con Adèle Foucher, su amor de juventud, con que tiene cinco hijos. Pero tiene también una maestra durante una gran parte de su vida: Juliette Drouet. Drouet lo salvará del encarcelamiento durante el golpe de Estado de Napoleón III. Hugo escribirá para ella numerosos poemas. Ambos pasan juntos cada aniversario de su encuentro y completan, año tras año, un cuaderno común que titulan cariñosamente Livre de l'anniversaire.

La pareja recibe a menudo y traba amistad con Sainte-Beuve, Lamartine, Mérimée, Musset o Delacroix. Su esposa Adèle mantiene una relación amorosa con Sainte-Beuve. La familia pasa temporadas con frecuencia en el Château des Roches en Bièvres, propiedad de Louis-François Bertin, director del periódico Journal des débats. Durante estas estancias, Hugo se encuentra con personajes como Berlioz, Chateaubriand, Liszt y Giacomo Meyerbee, y escribe colecciones de poesía entre las que se encuentra Hojas de otoño, Los orientales. 

 El último día de un condenado a muerte  y  por Claude Gueux son dos novelas cortas en las que Hugo muestra su rechazo hacia la pena de muerte.  Nuestra Señora de París.  compuesta por once libros que se centra en la desdichada historia de Esmeralda, una gitana, y Quasimodo, un jorobado sordo, en el París del siglo V. Todos sus elementos —ambientación medieval, amores imposibles, personajes marginados, final dramático— hacen de la obra un modelo de los temas literarios del Romanticismo francés. Victor Hugo, tras separarse de su mujer Adèle, escribió la obra por encargo de un editor, llevándole aproximadamente 6 meses y agotándolo físicamente. Pero el esfuerzo valió la pena ya que fue bien valorada por los críticos y tuvo gran éxito entre los lectores, cosa que le supuso un alivio económico. 

Su verdadera introducción en el mundo literario se produjo en 1822, con su primera obra poética: Odas y poesías diversas. Aunque también publica colecciones de poesías, como Hojas de otoño , Los cantos del crepúsculo , Las voces interiores (1837), Los rayos y las sombras.

Su primera novela publicada será Han de Island cuando el autor contaba con veintiún años, es una de las obras que lo consagran como gran maestro del Romanticismo. Aunque se trata de un mero melodrama, esta novela apunta ya la manera de Hugo y su gusto por los contrastes que revelan la perpetua lucha del bien y del mal. Durante este período, Victor se reconcilia con su padre, que le inspirará los poemas Odes à mon père y Après la bataille. Su padre fallece en 1828.

Entre 1830 y 1843, Hugo se dedica casi exclusivamente al teatro. Expuso su teoría del drama romántico en la introducción de Cromwell, donde plantea un llamamiento a la liberación de las restricciones que imponían las tradiciones del clasicismo. Este encendido llamamiento se convirtió muy pronto en el manifiesto del romanticismo, Su obra teatral Hernani tuvo un tumultuoso estreno que aseguró el éxito del romanticismo. Sería adaptada como ópera por el compositor Giuseppe Verdi. También sería adaptada a  por Verdi El Rey se divierte para su ópera Rigoleto.

Hernani, sin embargo, fue un drama motivo de una larga serie de conflictos y enfrentamientos en torno a la estética teatral entre los «clásicos», partidarios de una jerarquización estricta de los géneros teatrales, y los «modernos», la nueva generación de románticos que, encabezados por Théophile Gautier, aspiraban a una revolución del arte dramático y se agrupaban en torno a Victor Hugo; estos conflictos pasaron a la historia de la literatura bajo el nombre de «La batalla de Hernani».

Anteriormente, Marion de Lorme prohibida inicialmente, se estrenó en el Teatro de la Porte Saint-Martin. Fue censurada por demasiado liberal. Estaba basada en la vida de una cortesana francesa del siglo XVII. El rey se divierte en el Théâtre-Français, pieza que también sería prohibida inmediatamente después de su estreno, lo que servirá a Hugo para indicar en el prefacio de su edición original.  La aparición de este drama en el teatro dio motivo a un acto ministerial inaudito. Al día siguiente de su estreno remitió al autor, Jouslin de la Salle, director de escena del Teatro Francés, el siguiente oficio, cuyo original conserva: «En este momento, que son las diez y media, acabo de recibir la orden de suspender las representaciones de "El rey se divierte", que me comunica H. Taillor en nombre del ministro. Hoy 23 de noviembre.

Sus obras Lucrecia Borgia y María Tudor se estrenaron en el Teatro de la Porte Saint-Martin y Angelo, tyran de Padoue en el Théâtre-Français. Ante la falta de escenarios para representar los nuevos dramas Hugo decide, junto con Alejandro Dumas, crear una sala dedicada al drama romántico. Aténor Joly recibe, por orden ministerial, el privilegio que autoriza la creación del Théâtre de la Renaissance donde representará Ruy Blas.

En 1841 ingresó en la Academia Francesa después de tres tentativas que resultaron infructuosas, esencialmente a causa de un grupo de académicos entre los que se encontraba Étienne de Jouy que se oponían al romanticismo y al que combaten ferozmente pero, desanimado por el rotundo fracaso de Los burgraves, abandonó el teatro en 1843. La muerte de su hija Léopoldine, acaecida mientras él estaba de viaje, sumada al desengaño por la traición de su esposa con su amigo Sainte-Beuve, lo sumieron en una honda crisis. El escritor se ve afectado terriblemente por esta muerte, que le inspirará varios poemas de Las contemplaciones —particularmente, «Mañana, desde el alba»—. Desde esta fecha y hasta su exilio, Hugo no escribirá nada más, ni teatro, ni novela ni poemas. Algunos autores ven en la muerte de Léopoldine y el fracaso de Los burgraves una posible razón de este desafecto del autor hacia la creación literaria, mientras que otros ven más bien una posible atracción hacia la política, actividad que le ofrecería otra tribuna a sus actividades.

Entregado a una actividad política cada vez más intensa, Victor Hugo fue nombrado par de Francia en 1845. Pese a presentarse a las elecciones de 1848 en apoyo de la candidatura de Luis Napoleón Bonaparte, sus discursos sobre la miseria, los asuntos de Roma y la ley Falloux anticiparon su ruptura con el Partido Conservador. El 17 de julio de 1851 denunció las ambiciones dictatoriales de Luis Napoleón y, tras el golpe de Estado, huyó a Bélgica. Si bien es cierto que no publicó ninguna obra entre 1843 y 1851, concibió su novela Los miserables y compuso numerosos poemas que aparecieron posteriormente.

En 1852 se instaló, con su familia, en Jersey (Reino Unido), de donde pasó en 1856 a Guernesey. Allí permaneció, en su propiedad de Hauteville-House, hasta 1870. Republicano convencido, denunció sin tregua los vicios del régimen conservador de su país y en 1859 rechazó la amnistía que le ofrecía Napoleón III.

De este exilio de veinte años nacieron Los castigos, brillante sarta de poesías satíricas, la trilogía de El fin de Satán, Dios y La leyenda de los siglos, ejemplo de poesía filosófica, en la que traza el camino de la humanidad hacia la verdad y el bien desde la época bíblica hasta su tiempo, y su novela Los miserables, denuncia de la situación de las clases más humildes.









Los Miserables es una de las novelas más conocidas del siglo XIX. Publicada en el año 1862, esta obra romántica fue escrita por el novelista francés Victor Hugo. La novela transcurre en Francia, en ambientes rurales y capitalinos. Narra las vidas y las relaciones de varios personajes durante un periodo de veinte años, a principios del siglo XIX, en los cuales transcurren las Guerras Napoleónicas. Principalmente se centra en los esfuerzos del protagonista, el ex-presidiario Jean Valjean, por redimirse, pero también analiza el impacto de las acciones de Valjean a través de reflexiones sobre la sociedad. La obra razona sobre la naturaleza del bien, el mal, la ley a través de una historia que abarca y expone la Historia de Francia, la arquitectura de París, la política, la ética, la justicia, la religión, la sociedad y las clases y la naturaleza del amor romántico y familiar.

Se trata de una novela que permite al lector acercarse a la historia de la Francia contemporánea a Victor Hugo, incluyendo directa o indirectamente varias partes de ésta, como la Revolución francesa de 1789 (y sus etapas propias: el Terror, el Directorio, el golpe de Brumario), el imperio Napoleónico, la Restauración con Luis XVIII y Carlos X y la Revolución de Julio que transfirió el poder a Luis Felipe de Orleans. Cabe destacar igualmente su análisis de instrumentos, acontecimientos y estereotipos de los sucesos históricos mencionados, así como de antiguos dirigentes de la Convención, los emigrados e incluso de la guillotina. Victor Hugo mantuvo a lo largo de toda su vida, también en Los miserables, una firme oposición a la pena de muerte y la obra es considerada como una defensa de los oprimidos en cualquier tiempo y lugar.

 El hombre que ríe es un drama escrito en prosa durante su exilio en la isla de Guernesey, en el archipiélago de La Mancha. El título de “El hombre que ríe” puede ser sustituido (según el autor) por “La Aristocracia”, pues el autor explica que este fue el mayor fenómeno de Inglaterra, como en Francia lo fue la monarquía. Precisamente “La Monarquía” sería el título del libro segundo, que nunca llegó a escribirse. El tercer libro, que sí llegó a publicarse, es el Noventa y Tres, novela que tiene como escenario el año más crítico y decisivo de la Revolución francesa: 1793, el año del heroísmo y de las victorias sorprendentes.
 
Noventa y tres sería la última novela publicada por Víctor Hugo. Mezclando la ficción con la realidad histórica,  narra el enfrentamiento de tres hombres: el aristócrata Lantenac, príncipe bretón fiel a la casa real y jefe del ejército insurrecto de la Vendée; su sobrino Gauvain, convertido en jefe militar del ejército republicano; y el sacerdote Cimourdain, devoto revolucionario, enviado por Danton, Marat y Robespierre al frente de batalla como comisario político de la Convención.

De vuelta a París, tras la caída de Napoleón III (1870), Victor Hugo fue aclamado públicamente y elegido diputado. Fue derrotado en los comicios siguientes, pero en 1876 obtuvo el escaño de senador de París, posición desde la que defendió la amnistía de los partidarios de la Comuna. Sin embargo, desengañado por la política, regresó a Hauteville-House (1872-1873).

El ritmo de su producción disminuía, pero su prestigio se acrecentaba sin cesar: un banquete conmemoró el quincuagésimo aniversario de Hernani; en 1881, su cumpleaños fue celebrado oficialmente y los senadores, en la tribuna, se levantaron sin excepción en su honor. A su muerte, el gobierno francés decretó un día de luto nacional y sus restos fueron trasladados al Panteón. Considerado como uno de los mayores poetas franceses, su influencia posterior sobre Baudelaire, Rimbaud e incluso Mallarmé y los surrealistas es innegable.


Fuentes: www.biografiasyvidas.com, www.bibliotecasvirtuales.com, www.epdlp.com, www.lecturalia.com, wikipedia.