Sinopsis:
Como cada otoño, Ian O´Connell, afamado escritor de novelas
de amor, se aísla en su apartado refugio de Crystal Lake para escribir su nuevo
éxito. En su desesperada búsqueda de la inspiración que por primera vez le ha abandonado,
encontrará a Elizabeth Salaya. En ese entorno idílico, mientras la va
convirtiendo en la protagonista de su novela, el amor comenzará a entretejerse
entre los dos sin que él sea consciente. Un amor que nunca creyó que existiera
más allá de los libros, y que, junto al gran secreto que esconde Elizabeth y
por el que intentará alejarlo de su lado, le harán dudar de todo lo que hasta
entonces había creído firmemente. En la hirviente Manhattan, envuelta en el
ardor de los candidatos en plena carrera hacia la Casa Blanca, los caminos de
Ian y Elizabeth volverán a cruzarse. Pero en medio de intrigas, ambiciones y
cadenas de favores que amenazan con tambalear los cimientos de la alta sociedad
neoyorquina, será enfrentarse a sus sentimientos y miedos lo que cambie sus
vidas para siempre.
Opinión personal:
Ya hice el comentario en alguna crítica sobre algún libro
leído que estos eran, a veces, como los buenos menús que nos presentan en un
restaurante: muy buena presentación en los platos y nos quedamos satisfechos
cuando los degustamos. Y esta sensación es la que vuelvo a sentir nada más
terminar de leer Donde siempre es otoño, la tercera novela publicada por
Ángeles Ibirika. Una muy cuidada presentación del mismo donde la ilustración
que decora la sobrecubierta atrae la atención del lector y realmente consigue
que uno se interese por la historia que contiene en sus páginas.
Dicen que un instante puede
cambiarnos la vida. Que un encuentro al que no damos importancia puede
convertirse en el suceso que marque toda nuestra existencia. Dicen que puedes
ser testigo de ese intervalo fugaz y mágico en el que la rueda del destino se
detiene, duda y termina variando la dirección y ocasionando que nada vuelva a
ser igual.
Donde siempre es otoño es una novela que me atrapó en
su lectura desde el primer capítulo y eso que la autora crea en los primeros
compases de la historia un ambiente de misterio. Después me llevaría varias
sorpresas con una serie de acontecimientos inesperados terminando en un final sorprendente.
Busca cualquier excusa para estar lo más cerca de
ella posible. Lo que en un momento fue solo en una atracción física se
convierte ahora en lo que él no cree, en un amor que le lleva a correr una
serie de riesgos con tal de conseguir su objetivo.
Página a página me iba dando cuenta de la calidad de
narración de la misma. Una buena descripción de los acontecimientos y del
entorno en el que se desarrollan así como unos diálogos directos le dan
agilidad al texto. La autora sabe manejar el ritmo de la novela provocando en
el lector los sentimientos que cree debemos expresar en cada pasaje.
Es una novela romántica, sí, pero está aderezada con una
serie de ingredientes que la hacen atractiva. Todo mezclado provoca que nos
interesemos en la trama; intrigas, ambiciones y corrupción política forman un
buen complemento en una historia que se me antoja muy real. No me extraña, por ello, que tenga las buenas
críticas que tiene. Se nota que detrás hay un buen trabajo realizado que dio
como resultado este magnífico producto.
Ian O´Connell es, sin duda, el hilo conductor de la trama.
Es un joven escritor que convierte cada novela suya en un éxito pero que, al
mismo tiempo, se le ve como un ser prepotente, egocéntrico, mujeriego, que
piensa que con mover un dedo todo está a sus pies. No cree en el amor, “el
amor de las novelas no existe en la vida real” pese a ser un escritor de
novelas románticas pero vemos, a lo largo de los capítulos, cómo va cambiando
su concepto del mismo. Ese cambio será debido a su cada vez mayor obsesión por
Elizabeth, con la que volverá a coincidir en Baltimore.
Ian contrae matrimonio con Audrey, la consentida hija de
Howard, un prestigioso abogado que colaboraba con el candidato en la
recaudación de fondos para poder convertirse en el nuevo presidente de la
nación. Una esposa que se va dando cuenta de que su matrimonio es una farsa y
que su pareja la engaña con otra.
Edgar, un fotógrafo felizmente casado con Jennifer, pese a
algún que otro devaneo extraconyugal, es el amigo inseparable del protagonista.
Un complemento perfecto que le aconseja en cada locura que comete pero que
termina ayudándole en todos sus propósitos, incluso en la investigación que el
escritor lleva a cabo para desenmascarar unas irregularidades que está
cometiendo el senador Thompson para financiar su campaña, mediante la creación
de unas empresas fantasmas. Ian verá cómo esa ilegal operación involucra a su
suegro. Este descubrimiento será definitivo para desenmascarar definitivamente
al candidato y hacer tambalear sus aspiraciones.
Ambiciones también representadas por la periodista de la
NBC, Kate Evans, que no duda en hacer todo lo posible para conseguir sus
propósitos, su cuota de poder, para lo que no dudará en formar parte del equipo
que apoya al presidente en su campaña electoral.
Donde siempre es otoño es una novela que me ha
sorprendido gratamente. He de confesar que no soy un asiduo lector de novelas
románticas. Algunas cayeron en mis manos, sí, pero esporádicamente. Me ha
dejado un buen sabor cuando terminé de leerla. Sin duda alguna, la recomiendo y
creo que el que la lea no se arrepentirá por haberlo hecho porque Ángeles
Ibirika ha sabido construir una historia con fundamento, que rezuma a otoño en
cada página que leemos, estación del año a la que siempre encontraremos alguna
referencia, plasmada en algunas ocasiones con un lenguaje cuasi poético, en sus diversas manifestaciones “el otoño
enfermó de invierno cuando ella desapareció”.
La autora:
Título: Donde siempre es Otoño
Autora: Ángeles Ibirika
Editorial: Planeta S. A. (Booket)
Imágenes de la cubierta: Irene Lamprakou/Trevillon Images
Primera edición: mayo de 2012
ISBN: 9788408005094
Nº Páginas: 478
Aunque reconozco que tampoco soy una gran apreciadora de novelas románticas, tus palabras me invitan claramente a descubrir esta novela. Además supongo que cuenta con el ventaja de centrarse en un personaje que se mueve por el universo literario. ¡Gracias por compartirlo! Saludos.
ResponderEliminarVerás como te va a gustar. Saludos.
EliminarBuenos días Francisco muy buena reseña y sobre todo qué ganas me dan de leer esta novela!. Estoy esperando dos sorteos de este título, a ver si hay suerte y si no, creo que la buscaré de todas formas...
ResponderEliminarBuenos días, Marilú. Pues a ver si tienes suerte con los sorteos. Merece la pena su lectura. Ángeles Ibirika sabe atrapar muy bien al lector con sus historias. Saludos.
EliminarPues ayer tuve la curiosidad de apuntar el título y no buscarlo porque esperaba una entrada como esta.
ResponderEliminarMe gusta como la presentas, incitas a darle una oportunidad.
Besos
La oportunidad ya lo creo que la merece. Ya me contarás. Te va a gustar. Besos, Paco.
ResponderEliminarYo tampoco soy lectora de novela romanticas, pero hay veces, como esta, que parece que te atrae aunque no quieras. La apunto (o subrayo, no se) en mi lista, y espero que caiga pronto. Un saludo
ResponderEliminarYa verás cómo te va a gustar. Además tienes subtramas que es lo que la hacen atractivas y te llevarás alguna sorpresilla. La escritora sabe llevar al lector a su terreno.
ResponderEliminarNo he leído nada de esta autora y tampoco suelo leer habitulmente novela romántica pero este título me llamó la atención desde que vi la portada y por la mezcla que presenta creo que podría gustarme, espero tener oportunidad de leerla
ResponderEliminarbesos
A mi me pasa lo mismo, Tatty, pero esta tiene algo distinto y hay subtramas que te enganchan. Besos, Paco.
EliminarQué interesante la reseña!La verdad es que me dejas con el gusanillo...la apuntaré!lo malo es cuando le llegue el turno jeje.
ResponderEliminarUn beso!
Pues anímate. Por apuntar que no quede. Es muy buena escritora. Besos, Paco.
EliminarMe pasa como a ti Paco, no suelo leer novela romántica (creo que es la sección del blog que va creciendo más despacio) y sin embargo esta me ha sorprendido muy gratamente, de hecho mis horas de sueño se vieron reducidas los dos días que me duró su lectura, porque de lo enganchada que estaba no podía parar de leer.
ResponderEliminarun beso
Ya lo creo que sorprende, Lourdes. Me da a mi que va a ser uno de los libros del año. Y si no al tiempo. Saludos. Paco.
ResponderEliminarNo leo novela romántica pero, si tengo suerte en un sorteo en el que participo, a este le daré una oportunidad. Has hecho una estupenda reseña, Francisco!
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Carmen. Tiene varios ingredientes que la hacen atractiva. Ya lo verás. Saludos. Paco.
ResponderEliminarNo soy muy de este género, pero cuando veo reseñas tan buenas y tan bien argumentadas, es imposible no sentir curiosidad por el libro. Ya le tenía echado el ojito, pero tras dos reseñas positivas que he leído hoy, es ya imposible que no lo lea tarde o temprano.
ResponderEliminarBesotes!!!
Y ya verás cómo te va a gustar. Ya me contarás. Tampoco yo leo mucha novela romántica. Alguna clásica pero poco más. Saludos. Paco.
EliminarHola Paco, conozco a Ángeles desde sus inicios y aunque no he leído nada de lo que ha publicado porque por aquí no llegan sus novelas, he escuchado muy buenos comentarios de ellas. La reseña que has hecho es minuciosa y hace que provoque leerla, sin embargo, mientras no publique en digital, para mí será imposible. Qué pena.
ResponderEliminarUn abrazo,
Blanca
A ver lo que dice la editorial al respecto. Habrá que comentárselo. Un abrazo, Paco.
EliminarUn libro maravilloso!!! me encantó todo todo!!!!! una reseña preciosa!! Por cierto el libro también ha salido en digital y a un precio increible! en la web de Amazon está a la venta en formato ebook ;)
ResponderEliminarUn saludo.
Me pasa un poco como a ti, no suelo leer novela romántica aunque lógicamente alguna ha caído. Que no sea estrictamente romántica, que vaya más allá, es lo que me atrae de esta novela, además de su preciosa portada que como tú mismo has dicho, entra mucho por los ojos. Me atraía mucho y con tu reseña me termino de convencer. Saludos.
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