Quiero
empezar la semana con esta entrada musical. ¿Quién no la ha tarareado alguna
vez?. Es la madre de todas las sinfonías, es la sinfonía del «sordo genial».
La conocida popularmente como el «Himno de la Alegría». Una adaptación
de la sinfonía, realizada por Herbert von Karajan es, desde 1972, el himno de
la Unión Europea (UE) y el 12 de enero de 2003 ingresa en la lista de
Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
En 1817 la sociedad filarmónica de Londres encargó
la composición de la sinfonía. Beethoven comenzó a componerla en 1818 y
finalizó su composición a principios de 1824. Sin embargo, tanto la parte coral
como las notas de la sinfonía disponen de fuentes para datarlas en un momento
temprano en la carrera de Beethoven.
El
poema de Friedrich Schiller An die Freude (noviembre 1785), traducido
como A la Alegría, y conocido como Oda a la alegría que Schiller
publicó en 1786 en la primera versión y en 1808 en la versión definitiva,
provocó en Beethoven la intención de musicalizarlo ya desde 1793 cuando tenía
22 años.
El
7 de mayo de 1824 se estrenaba quizás una de las piezas musicales más famosas
que un compositor haya creado hasta nuestros días: La novena sinfonía,
Op. 125 en re menor, de Ludwig van Beethoven ((Bonn, Sacro Imperio
Romano Germánico, 16 de iembre de 1770, Viena, Imperio austríaco, 26 de
marzo de 1827) en el Kärntnertortheater de Viena, junto con la obertura de Die
Weihe des Hauses y las tres primeras partes de la Missa Solemnis.
Beethoven
estaba ansioso por estrenar su trabajo en Berlín tan pronto como fuera posible
luego de terminarlo, dado que pensó que el gusto musical en Viena estaba
dominado por compositores italianos como Rossini. Cuando sus amigos y
financistas oyeron eso, le motivaron a estrenar la sinfonía en la misma Viena.
Esta
fue la primera aparición en escena de Beethoven después de doce años; la sala
estuvo llena. Nadie quiso perderse el estreno de la sinfonía y de la que se
presumía sería la última aparición pública del genio alemán, y efectivamente
así fue: en los tres años siguientes, se recluyó en casa aquejado de diversas
enfermedades que lo postraron hasta su muerte.
Las partes de soprano y alto fueron interpretadas por las
jóvenes y famosas: Henriette Sontag y Caroline Unger. Aunque la interpretación
fue oficialmente dirigida por Michael Umlauf, maestro de capilla, él y
Beethoven compartieron el escenario. El público terminó encantado, ovacionando
a los músicos. Un testigo escribió después cómo Beethoven, que padecía ya bajo
su inminente sordera, notó sólo pasado cierto tiempo los aplausos del público.
Después de la muerte del compositor en 1827, la partitura
original pasó a manos de su biógrafo Anton Schindler, y en 1846, primero sólo
en partes, pasó a posesión de la Biblioteca Real de Berlín. Fue en 1901, cuando
la casa editorial Artaria entregó el resto de la partitura a la Biblioteca,
cuando el original volvió a estar completo.
La
partitura original escrita entre 1822 y 1824 se encuentra casi completa en la
biblioteca situada en la alameda Unter den Linden. Sólo dos páginas del segundo
tiempo se encuentran en la casa en la que nació el compositor , en la ciudad de
Bonn y tres folios del final en la Biblioteca Nacional de París. El manuscrito
original está repleto de tachaduras y enmiendas y por lo tanto resulta difícil
de leer, por lo que especialistas lo han copiado en limpio.
Para protegerla de las
turbulencias de la guerra la Biblioteca Nacional de Prusia dividió la partitura
en tres partes y la ocultó en 1941 en diversos puntos de la ciudad de Berlín,
para reducir el riesgo en caso de pérdida. Fue hasta 1967, después de enconadas
disputas que las partes vuelven a quedar en manos de la Fundación de Patrimonio
Prusiano, en Berlín Occidental. El mismo año el gobierno polaco entregó a la
desaparecida RDA la parte faltante. La Novena volvía a estar unida en una
ciudad, pero fue hasta 1989, después de la caída del Muro de Berlín cuando
volvió a quedar unida en una sola nación.
Fuentes: wikipedia, www.dw. de, You Tube.
Una gran entrada, harto interesante sobre una de mis piezas favoritas.
ResponderEliminarHas dado datos que no sabía como la separación en tres partes de la partitura.
Gracias por los conocimientos que aportas y un abrazo
Gracias. La verdad es que también yo buscando información me encontré con esta gran sorpresa. Un abrazo, Paco.
ResponderEliminarEres una caja de sorpresas, Paco, lo de las partituras separadas por cuestiones de seguridad, no lo sabía, fíjate. Beethoven fue un genio, soy una admiradora de su música y de él como personaje.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Besos,
Blanca
Gracias, Blanca. Yo también me llevé esa sorpresa buscando la información. Es buena verdad que uno siempre aprende algo nuevo y más siendo del sordo genial. Paco.
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