Datos técnicos:
Título: La clave Némesis
Autor: Iñaki Martín Velasco
Editorial: Almuzara
1ª edición: febrero/2018
Encuadernación: Rústica con solapas
Idioma: Español
ISBN: 978-84-17044-60-2
Nº pág.: 315
Sinopsis:
En una pensión de la
isla griega de Naxos aparece ahorcado, con claros signos de tortura,
un antiguo oficial del ejercito serbio, autor de toda suerte de
atrocidades durante la guerra de Bosnia. Junto al cadáver hay una
flor, un narciso. Denis Martel, un maduro inspector francés adscrito
a la Interpol es, muy a su pesar, asignado al caso. Entretanto,
Adrian Seaten, un multimillonario y arrogante ejecutivo, conduce su
vehículo tras el rodaje de un anuncio junto a Laura, una empleada de
su agencia de publicidad, cuando ambos sufren un accidente. Dos
misteriosos individuos acudirán a su rescate. Un episodio del pasado
de Adrian, en el campus de la universidad de Harvard, cuando en
compañía de otros tres estudiantes celebraba la noche de graduación
consumiendo drogas y alcohol, cobrará de repente un inusitado
relieve. En "La Clave Némesis" estas tramas, en apariencia
alejadas entre sí, discurren en paralelo, se cruzan y confluyen
finalmente, atrapando al lector en un original y cinematográfico
thriller que le planteará más de un dilema moral y le mantendrá
cautivado hasta su sorprendente desenlace.
Opinión Personal:
Hoy comparto mis
impresiones sobre La clave Némesis, que es el título de la ópera
prima del escritor natural de San Fernando (Cádiz) Iñaki Martín
Velasco, aunque sevillano de adopción, como adelanta la biografía
del autor que figura en la solapa de la portada de la novela que hoy
reseño. Sin duda alguna, quienes disfrutan con la lectura de un buen
thriller, tienen en esta novela que hoy reseño una historia muy
atractiva que les atrapa desde las primeras páginas, sumergiéndole
en una trama construida con precisión de relojero, como resalta la
editorial en el fragmento que acompaña a la sinopsis que figura en
la contraportada de esta novela.
(Chora, isla de Naxos-Grecia)
Iñaki Martín Velasco
construye una trama a la que el lector le costará un tiempo ubicarse
en su desarrollo, ante los diversos frentes que se encuentra en primeros capítulos. Esos frentes que acabo de comentar me provocaron la sensación inicial de que no sabía por dónde me
quería llevar el autor, al presentarme una serie de personajes y
episodios que parecían no guardar conexión alguna entre ellos.
Pero, como acabo de comentar en el primer párrafo de esta reseña,
con el transcurrir de los capítulos esas piezas que en un principio
no parecen guardar relación alguna entre ellas van tomando forma, y
el lector se encuentra con una máquina de relojería en la que los
distintos componentes que la conforman van encajando con precisión a medida que va tomando forma el mecanismo que
con tanto mimo diseñó el autor. En este sentido, tal y como está
presentada la trama al lector, me atrevería a decir que el autor
utiliza en ella la técnica del relato, género literario con el que
está familiarizado desde muy temprana edad, y del que ha escrito
numerosos cuentos y relatos. En mi modesta opinión. el escritor
isleño afincado en Sevilla elige una estructura muy atractiva,
con la que logra atraer la atención del lector en todo
momento para que no pierda detalle de la investigación que se
realiza para esclarecer el asesinato que se menciona en la sinopsis.
En un principio, puede
que la portada de esta novela no le diga nada al lector. Pero el
narciso que resalta en ella es la clave para que el inspector de la Interpol, Denis Martel, investigue quien o quienes están detrás del
asesinato de un antiguo oficial del ejército serbio, que cometió
toda suerte de atrocidades en la guerra de los Balcanes. Y es que el
asesino (o asesinos), dejaron junto al cadáver una especie de firma
macabra, a través de la que el inspector tenía la impresión de que querían enviar algún tipo de mensaje a
quienes quisieran descubrir quién estaba detrás de ese crimen. El lector también se encuentra con una frase en la cabecera de la
portada en la que el autor hace hincapié en el poder de la justicia,
que ha de llegar a cualquier precio. Este antetítulo invita a reflexionar sobre el concepto de la justicia, entendida en su sentido más amplio, y quienes están realmente legitimados para impartirla.
(Elkins Widener Memorial Library-Universidad de Harvard-USA)
En La clave Némesis el lector se encuentra con otra subtrama en la que Adrian Seaten, un multimillonario y arrogante ejecutivo, conduce su vehículo tras el rodaje de un anuncio acompañado de Laura, una empleada de su agencia de publicidad. Al comprobar el monumental atasco que se estaba formando en la carretera de la costa almeriense, el ejecutivo decide tomar un desvío cuyo trazado se hacía cada vez más estrecho y sinuoso a medida que se adentraban en él, sufriendo un accidente que pudo haberles costado la vida. Dos misteriosos individuos acuden a su rescate. Desde el momento en el que son rescatados, todo lo que sucedía en la pequeña playa de la costa almeriense me recordaba un tanto a la serie Lost, por el ambiente claustrofóbico, agobiante y misterioso provocado por los episodios que tenían lugar en ese espacio natural tan reducido, al tener la impresión de que habían llegado a un lugar apartado de la civilización, y ante las dificultades que se les presentaba a los rescatados a la hora de intentar escapar de quienes les habían liberado. Les extrañaba la peculiar actitud que mostraban ante ellos tan peculiares personajes, temiéndose en algún momento lo peor. No tuvieron más remedio que aceptar las condiciones que les impusieron, si finalmente querían salir de ese lugar, como les habían asegurado que así sería.
Como es habitual en las novelas conformadas por varias subtramas, estas se irán alternando a lo largo de su desarrollo, hasta el punto en el que el lector descubre qué nexo une a todos los personajes que tienen mayor peso en cada una de ellas. Ese final en el que confluyen ambas subtramas ofrece al lector un desenlace sorprendente. Sin embargo lo encontré muy razonable, tal y cómo se iban sucediendo los episodios en los que se investigaba el caso comentado en las primeras líneas de este párrafo, al que habría que añadir dos episodio luctuosos más, con los que el inspector sospechaba que podía haber algún nexo que les unía, desde el momento en el que recababa la información que le facilitaban sobre los fallecidos, y las conclusiones que iba sacando a medida que avanzaba en la investigación.
(Elkins Widener Memorial Library-Universidad de Harvard-USA)
En La clave Némesis el lector se encuentra con otra subtrama en la que Adrian Seaten, un multimillonario y arrogante ejecutivo, conduce su vehículo tras el rodaje de un anuncio acompañado de Laura, una empleada de su agencia de publicidad. Al comprobar el monumental atasco que se estaba formando en la carretera de la costa almeriense, el ejecutivo decide tomar un desvío cuyo trazado se hacía cada vez más estrecho y sinuoso a medida que se adentraban en él, sufriendo un accidente que pudo haberles costado la vida. Dos misteriosos individuos acuden a su rescate. Desde el momento en el que son rescatados, todo lo que sucedía en la pequeña playa de la costa almeriense me recordaba un tanto a la serie Lost, por el ambiente claustrofóbico, agobiante y misterioso provocado por los episodios que tenían lugar en ese espacio natural tan reducido, al tener la impresión de que habían llegado a un lugar apartado de la civilización, y ante las dificultades que se les presentaba a los rescatados a la hora de intentar escapar de quienes les habían liberado. Les extrañaba la peculiar actitud que mostraban ante ellos tan peculiares personajes, temiéndose en algún momento lo peor. No tuvieron más remedio que aceptar las condiciones que les impusieron, si finalmente querían salir de ese lugar, como les habían asegurado que así sería.
Como es habitual en las novelas conformadas por varias subtramas, estas se irán alternando a lo largo de su desarrollo, hasta el punto en el que el lector descubre qué nexo une a todos los personajes que tienen mayor peso en cada una de ellas. Ese final en el que confluyen ambas subtramas ofrece al lector un desenlace sorprendente. Sin embargo lo encontré muy razonable, tal y cómo se iban sucediendo los episodios en los que se investigaba el caso comentado en las primeras líneas de este párrafo, al que habría que añadir dos episodio luctuosos más, con los que el inspector sospechaba que podía haber algún nexo que les unía, desde el momento en el que recababa la información que le facilitaban sobre los fallecidos, y las conclusiones que iba sacando a medida que avanzaba en la investigación.
Otro gran atractivo de La
clave Némesis son las localizaciones que el lector se encuentra a lo
largo de los capítulos, y que la gran mayoría de ellas apenas figuran en
novelas de este género literario. Estas localizaciones son lugares
que conforman una guía atractiva para el lector, descritos todos
ellos de forma clara y precisa, aunque algunas de ellas detalladas por la importancia que tenían para la investigación que realizaba el inspector de la Interpol. Estas descripciones ayudan al lector a hacerse una idea de
cómo son los lugares que visita el protagonista para
entrevistarse con quienes sospecha que guardan relación con el caso que le
encargaron sus superiores, o bien se desplaza por motivos personales, como aclara a sus interlocutores en algunos momentos de la narración. Y así es
cómo el lector realizará un atractivo periplo literario que lleva
al inspector de la Interpol, Dennis Martel, hasta Chora, la principal ciudad de la isla griega de Naxos, que forma
parte del archipiélago de las Cícladas. Este personaje también se
desplazará a Mostar, en Bosnia, en donde le relatarán los
desgarradores episodios vividos en Sbrenica por la familia de Jasmina
Osmanovic. sospechosa de haber podido tomar parte en el asesinato
del militar bosnio. Estados Unidos también estará presente en la
novela, a donde Denis Martel se desplaza al
pequeño pueblo de Southport, en el condado de Lincoln (Maine), o al
campus de la Universidad de Harvard, en Cambrigde (Massachussets). El
lector también presenciará escenas que tienen lugar en Lyon, el
cementerio del Père-Lachaise en París o Saint-Tropez (Francia), en donde el
inspector Dennis Martel vivirá un episodio que afectará a su vida
personal. Detrás de la información que ofrece el narrador omnisciente sobre las localizaciones mencionadas y la información que se ofrece al lector sobre lo ocurrido en el conflicto de los Balcanes y, la que se ofrece en relación con la firma macabra que dejan los criminales junto al cadáver del militar bosnio asesinado, refleja la minuciosa labor de documentación realizada por el autor.
(Mostar-Bosnia)
Iñaki Martín Velasco
construye unos personajes con los que se familiarizará el lector a
medida que se suceden los capítulos. Diría que estamos ante una
novela coral, porque si bien el inspector Denis Martel acapara buena
parte de la atención del lector, junto a él nos encontramos con un
ramillete de personajes secundarios que tienen un gran peso en la novela, como
Flavio y Paul, los dos personajes que acudieron al rescate de Adrian
Seaten y su ayudante Laura; Albert C. Cobourn, el superior del
inspector de policía de la Interpol; Silvia Prevost, quien había
pasado a formar parte del equipo del inspector Denis Martel. Tienen
una presencia más puntual el policía de Chora, Janis Mitroglou;
Ives LeBeuf, antiguo lugarteniente del inspector en la policía de
París -como así lo definen en la novela- o el profesor de la
Universidad de Harvard, Philippe
Levissier, antiguo amigo del inspector Martel, que le ayudará en
todo lo relativo al narciso, sobre todo lo que representa esta flor en la mitología
clásica. Todos ellos son personajes bien perfilados, que ofrecen matices atractivos para el lector, y de los iremos descubriendo s el oscuro pasado que esconden algunos de ellos y los hilos que
mueven las vidas. Las situaciones vividas al límite por algunos de ellos les servirán también para conocerse mejor a si mismos y
replantearse sus relaciones personales. De entre todos los que acabo
de mencionar, quizás sea inspector Denis Martel el más
estereotipado de todos ellos, por los rasgos personales que conocerá
el lector a lo largo de la novela: un personaje maduro, divorciado,
que vuelve a rehacer su vida personal, y sobre todo sentimental, y
que ya fue apartado de algún caso de cuya investigación era el
responsable.
La clave Némesis es un
thriller construido con precisión de relojería, como adelanta la
editorial en la sinopsis. El autor
logra atraer la atención del lector en cada uno de los capítulos
que conforman la novela, porque puede decirse que en todos ellos se
desarrolla algún episodio que despierta nuestro interés. La tensión
narrativa también estará presente en varias fases de su desarrollo,
en las que el lector se encontrará con algunos episodios álgidos
que indican que el crimen está próximo a resolverse. Sin duda
alguna, Iñaki Martín Velasco muestra en su ópera prima un buen
hacer literario, ofreciendo al lector una novela soberbia, en la que
se va a encontrar con una historia muy bien hilvanada, y escrita con
un estilo muy directo y un lenguaje sencillo, que hace que la lectura
sea muy ágil, y que las páginas se sucedan casi sin darnos cuenta.
Biografía:
Iñaki
Martín Velasco nació en San Fernando (Cádiz) en 1971. Aunque
sevillano de adopción –ha vivido casi toda su vida en la capital
del Guadalquivir– actualmente está afincado en Madrid. Es
licenciado en Ciencias Empresariales por la universidad de Sevilla y
ha cursado diversos cursos de postgrado en gestión empresarial (MBA
Universidad de Niza y PDG por el IESE, entre otros). Ha ocupado
diversos cargos directivos en multinacionales de tecnología y
telecomunicaciones a nivel global, lo que le ha permitido viajar por
todo el mundo y aglutinar experiencias con otras culturas y países.
Escribe habitualmente en diversos blogs y publicaciones de tecnología
e Internet. Su actividad literaria comenzó a temprana edad, y desde
entonces ha escrito numerosos cuentos y relatos. "La clave
Némesis" es su deslumbrante ópera prima en las lindes de la
novela.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web de la editorial Almuzara. Imagen de Chora (isla de Nexos), tomada de la web globusvoyages-ch. Imagen de Elkins Widener Memorial Library tomada de la web de Pinterest. Imagen de Mostar tomada de Wikipedia. Fotografia del Iñaki Martín Velasco, tomada de la web de virginia lopez-ballesteros.
Si es que no dejo de apuntar, asi es imposible 🙄 pero es que este tiene tan buena pinta...
ResponderEliminarBesitos carinyet 💋💋💋
No tiene mala pinta, lo malo es que demasiados pendientes y no tanto tiempo, no me da la vida para tanto buen libro. Aun así me lo apunto.
ResponderEliminarBesos
Yo me lo llevo también. Veremos.
ResponderEliminarPues pinta bastante bien. No me importaría leerlo si se cruza en mi camino.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me gusta mucho lo que nos cuentas, después de leerte me parece que aporta originalidad al genero.Me la llevo apuntada.
ResponderEliminarUn beso
PInta muy bien esta novela. Me alegra que te haya gustado
ResponderEliminarBesos
me gusta tu reseña no es fácil reseñar y hablar claro gracias
ResponderEliminarPues no lo conocía, pero después de tu reseña me quedo con ganas de echarle un ojo
ResponderEliminarBesos
La verdad que esta novela tiene muy buena pinta, no me importaría leerla.
ResponderEliminarBesos
La verdad es que no tiene mala pinta, pero estoy un poco espesa últimamente y ese principio en el que cuesta ubicarse es lo que me preocupa... creo que lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso
A mi estos principios, que abren tantos frentes de golpe, como bien dices me desorientan bastante, me inquietan. EN cambio cuando empiezas ya a contarnos de que trata la novela, me empieza a interesar bastante, lo de la guerra de los balcanes, por ejemplo. Y también descpierta mi curiosidad lo del parecido con Lost. AL final veo que te ha gustado bastante, por lo que como me fío de tu criterio, yo le daría una oportunidad. Un abrazo.
ResponderEliminarHola. He leído la novela y la tengo reseñada en mi blog, me gusto mucho y me alegra que tu también la hayas valorado como un buen trabajo. Qué alegría leer tu reseña y volver a recordar la novela.
ResponderEliminarBesos y buen día.