jueves, 23 de febrero de 2012

Stefan Zweig



Crítico y novelista austriaco nacido en Viena el 28 de Noviembre de 1881, de una familia hebrea de ricos industriales. Dada la posición social de sus padres, no siguió ningún estudio profesional. Desde un principio se dedicó a sus aficiones literarias y se creó una sólida cultura, estudiando filosofía en la Universidad de Viena. Antes de entrar en la Universidad, a los 19 años, Zweig publicó un volumen de versos que denotan la gran impresión que habían producido en él los líricos franceses, especialmente Verlaine y Berhaeren, que luego habían de influir mucho en su temperamento artístico. Se advierten ecos de Rilke en sus primeros poemas, de Hofmannsthal en el teatro, y de Schnitzler en las narraciones. Son sus primeros poemas titulados Cuerdas de plata. Tras obtener el título de doctor en Filosofía, reside un año en París. Luego va a Londres y se siente fascinado por la obra del poeta William Blake.

Su primera novela aparece en 1904, El amor de Erika Ewald,  que narra la historia del amor entre la pianista Erika Ewald y un virtuoso del violín durante los ensayos para un concierto . La novela sería el género que más prodigaría durante su exitosa carrera literaria. Su estilo literario era muy particular, pues aunaba una cuidadosa construcción psicológica con una brillante técnica narrativa.

Además de novela, también escribió teatro, poesía y ensayo. Hizo un primer viaje a París en 1915, en donde el contacto con el simbolismo francés le llevó a nuevos experimentos estilísticos: tradujo a Rimbaud, Verlaine, Baudelaire y al belga A. Verhaeren, con quien mantuvo estrecha amistad.

En 1910, visitó La India y en 1912 Norteamérica. En 1913 se estableció en Salzburgo, donde habrá de vivir durante casi veinte años.

En 1914, cuando estalló la Primera Guerra Mundial, se hallaba en Bélgica, donde iba a visitar a su amigo el poeta Emilio Verhaeren. Fue movilizado por su país durante tres años, pero no estuvo nunca en los campos de batalla. Hizo su servicio en Viena, en un despacho de los archivos de la guerra.y luego de haber servido en el ejército austríaco por algún tiempo (como empleado de la Oficina de Guerra, pues había sido declarado como no apto para el combate). Ésta duraba todavía cuando obtuvo un permiso de dos meses, que él aprovechó para trasladarse a Suiza. En 1917 hizo representar en Zurich una obra dramática en nueve cuadros, Jeremías, en el cual se condenaba la guerra. Esta obra es de tendencias pacifistas y en aquél entonces sólo podía representarse en un país neutral.

De este período es Jeremiah, obra antibélica que escribió mientras estaba en el ejército, publicada durante su exilio en Suiza. Esta pieza teatral bíblica inspirada en la guerra europea fue exhibida en Nueva York hacia 1939.

En territorio suizo encontró a otro pacifista expatriado, su querido amigo Romain Rolland, el cual dijo de esta producción cuando se estrenó, que era el mejor ejemplo, por él conocido, «de esa augusta melancolía que sabe ver por encima del drama sangriento de hoy, la eterna tragedia de la humanidad». Junto con Romain Rolland y otros amigos de diferentes países beligerantes, fundó a aquél famoso grupo de escritores refugiados en Suiza que defendieron, contra la guerra, la unidad espiritual de Europa. 

 De inmediato se radicó en Suiza donde trabajó como corresponsal para la prensa libre vienesa, y produjo algunos trabajos en diarios húngaros. Gracias a sus amistades, entre las que estaban Hermann Hesse y Pierre-Jean Jouve pudo publicar sus visiones apartidistas sobre la turbulenta realidad europea de aquellos días. Conoció a Thomas Mann y a Max Reinhardt.

Terminada la guerra, se volvió a su país, pero no se instaló en Viena, sino en Salzburgo, volvió a Salzburgo donde, en 1920 se casó con Friderike Maria Burger von Winternitz, una admiradora de su obra, a quien había conocido ocho años antes. En esa ciudad lleva una existencia laboriosa, interrumpida tan solo por sus frecuentes viajes, que le dan materia y ocasión de nuevas actividades. Allí compuso los volúmenes de cuentos Amok (1922) y Confusión de sentimientos (1925), reunidos luego en un ciclo, La cadena. ambién aparecieron los ensayos contenidos en los tres trípticos titulados Tres maestros (1920), La lucha contra el demonio (1925) y Tres poetas de la propia vida (1930). A este ciclo cabe vincular otro tríptico, La curación por el espíritu (1932). El método empleado en estas trilogías y en la serie de «miniaturas» históricas Momentos estelares de la humanidad es la crítica psicológica de fondo freudiano.

Como intelectual comprometido, Zweig se enfrentó con vehemencia contra las doctrinas nacionalistas y el espíritu revanchista de la época. De todo eso escribió en una larga serie de novelas y dramas, en lo que fue el período más productivo de su vida. El relato histórico Momentos estelares de la humanidad, que publicó en 1927 se mantiene entre sus libros más exitosos.

En ese mismo año de 1928 le vemos en Rusia, invitado por los organizadores de las fiestas celebradas en este país con motivo del centenario del nacimiento de Tolstoi. Hombre de letras, ajeno a la polémica política, y libre, por tanto, de todo prejuicio de secta, Zweig, en estos artículos, contempla el panorama espiritual de Rusia. 

Dos años después visitó a Albert Einstein en su exilio en Princeton. Zweig cultivaría la amistad de personalidades como Máximo Gorki, Rainer Maria Rilke, Auguste Rodin y Arturo Toscanini.

En 1934, publicó su triple biografía Mental Healers, a la vez un ensayo sobre los orígenes de la Ciencia Cristiana (religión espiritualista fundada por Mary Baker Eddy) y el psicoanálisis.

Tras el aumento de la influencia nacional socialista en Austria, Zweig se trasladó un tiempo a Londres; ya por entonces se vio en dificultades para publicar en Alemania, pese a lo cual pudo escribir el libreto para Die schweigsame Frau, ópera del compositor Richard Strauss.

Definido como «no ario», fue defendido por Strauss, quien se negó a eliminar el nombre de Zweig como libretista del cartel de la obra Die Schweigsame Frau (La mujer silenciosa), estrenado en Dresd. Hitler rehusó ir al estreno, como estaba planeado, y poco tiempo después, tras sólo tres representaciones, la obra fue prohibida.

La religión judía no fue parte de su educación. En una entrevista sostuvo:
"Mi madre y mi padre eran judíos sólo por un accidente de nacimiento".

Sin embargo, una de sus novelas, El Candelabro Enterrado narra la historia de un judio, que hizo del objetivo de su vida el preservar la menorá.
En 1936, sus libros fueron prohibidos en Alemania por el régimen nazi.
En 1938, se divorció de su primera esposa. Al año siguiente se casó con Charlotte Elisabeth Altmann y, tras el inicio de la guerra Zweig se trasladó a París Poco después, viajó a Inglaterra, en donde obtuvo la ciudadanía. Vivió en Bath y Londres antes de viajar a los Estados Unidos, República Dominicana, Argentina y Paraguay, con motivo de un ciclo de conferencias, quedando impresionado por el número de asistentes a sus conferencias y por el recibimiento que se le hacía en muchos países de Sudamérica. Sin duda este hecho influiría más tarde en la decisión de instalarse en Brasil cuando abandonó definitivamente Europa.

Después de la publicación de su Novela de ajedrez en 1941 se mudó a Brasil, donde escribió La tierra del futuro (1941). En esta obra, examina la historia, economía y cultura del país. Citando a Américo Vespucio, describe cómo los primeros navegantes europeos vieron al Nuevo Mundo:

En Petrópolis, junto a su esposa, desesperados ante el futuro de Europa y su cultura (después de la caída de Singapur), creían en verdad que el nazismo se extendería a todo el planeta. Un 22 de febrero de 1942 se suicidaron.

Zweig escribió novelas, como Los prodigios de la vida, La estrella bajo el bosque, La cruz, Buchmendel, Veinticuatro horas en la vida de una mujer o Novela de ajedrez; historias cortas, como Caleidoscopio, conjunto de relatos breves; dramas, como Theresite o La Casa al borde del mar; biografías, como María Antonieta, llevada al cine llevada al cine por la M.G.M., Fouché, el genio tenebroso,  María Estuardo, Erasmo de Rótterdam, Paul Verlaine, Casanova, Stendhal o Tolstoi.

3 comentarios:

  1. Hace no mucho leí la primera novela de este autor, y me quedé fascinada... tengo todas las demás que escribió entre mis pendientes.

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  2. Leí veinticuatro horas en la vida de una mujer. Me impresionó el relato de Zweig y su maestría con que describía los acontecimientos que motivaron a una mujer a adoptar la resolución que tomó, en una época en que todo era para ellas prejuicios en una sociedad machista.

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  3. Por ningún lado encontramos la poesía de Zweig traducida al español. Aunque pudiera no estar al nivel de su prosa y pese a que obviamente la rima en alemán se perdería al traducirla, no se entiende que no pueda hallarse (ni en papel ni en Red) la poesía de Zweig traducida al español. Sólo hemos encontrado un poema, que precisamente hemos incluido en ZdeP.

    si tienen algún conocimiento al respecto, se agradece la información.

    Otra cuestión. La novela Clarissa está inconclusa (claramente, a diferencia de La embriaguez de la metamorfosis, que se duda si está inacabada o bien Zweig quiso darle ese final abierto). El problema de Clarissa es que viene incluida en el recopilatorio que sacó Acantilado en Navidad-2012, junto con el resto de sus novelas y al precio de 50 euros. Lógicamente es demasiado para un volumen en que vienen las demás novelas, que ya hemos leído. Clarissa debería publicarse por separado.

    Saludos desde Granada (España).

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