Páginas

jueves, 24 de abril de 2025

Reseña Los abrazos que no nos dimos, de Paz Fanlo.

 
















Datos técnicos:







Título: Los abrazos que no nos dimos.

Autora: Paz Fanlo.

Editorial: Seleer.

1ª edición: Abril/2024.

Encuadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 9781916595156.

Idioma: Español.

Nº páginas: 346.








Sinopsis:






Los abrazos que no nos dimos es una novela que conjuga la narrativa histórica con el análisis de los sentimientos de las personas. Ambientada en el siglo XVII, narra la vida de un hombre joven, de vida sencilla dedicada a la pesca, cuya existencia se ve trastocada por eventos imprevistos y adversidades producidas por el contexto histórico en el que vive: la presencia de los berberiscos en la costa del Mediterráneo.

Juan Mateo, en contra de su voluntad, se ve obligado a permanecer alejado de su familia y de Málaga, muchas veces sin esperanza de volver. El protagonista, que al comienzo de la obra es un hombre despreocupado, debe enfrentarse a las dudas, la soledad, la esperanza y la reflexión sobre las oportunidades perdidas para demostrar sus afectos. Se arrepiente de no haber demostrado a su familia y amigos todo lo que les amaba, con gestos y palabras. Se pregunta si su mujer será capaz de salir adelante con sus hijos, asunto que se resuelve favorablemente al final. Ella no solo defiende de forma admirable el futuro de sus hijos, sino que, además atiende a sus padres y a sus suegros.

En definitiva, la esencia de la vida en una época difícil. Es un relato que, a mi parecer, nos deja ver las entrañas de un alma abandonada que debe sobrevivir en la adversidad.







Opinión Personal:





Una vez leídas las dos novelas de ficción histórica publicadas hasta la fecha por la escritora madrileña Paz Fanlo, Cautivas (reseña) y Los abrazos que no nos dimos, lo primero que deduzco es que las tramas de ambas están protagonizadas por personas anónimas, gente del pueblo llano en las que el tiempo que les tocó vivir influyó mucho en el devenir de sus vidas. En Cautivas las protagonistas son madre e hija, vendidas como esclavas tras la segunda sublevación de los moriscos en las Alpujarras. En Los abrazos que no nos dimos incide no sólo en los hechos históricos alternados con los ficticios, sino también en la trascendencia de las reflexiones que vierte el protagonista, porque se enfrenta al infortunio que supone caer prisionero de los corsarios berberiscos, ante el incierto, y a la par que temido, futuro que le espera.

(Plaza Const., ant. Plaza Mayor-Málaga)

Quizá el lector se sienta desconcertado ante el título de esta novela, porque la primera idea que suscita es que la trama es, cuando menos, de corte romántico. Sin embargo, este no es el caso, porque la autora conjuga la narrativa histórica con el análisis de los sentimientos de los personajes, como adelanta la sinopsis, con lo que están muy presentes episodios de corte intimista. Junto a lo que acabo de comentar, Los abrazos que no nos dimos también es un viaje literario imaginario al siglo XVII que nos lleva a la ciudad de Málaga, al Mediterráneo y a Argel, a donde son llevados miles de cautivos, muchos de ellos españoles, la mayoría apresados durante las incursiones corsarias.

Paz Fanlo planifica y desarrolla una trama evocadora, en la que el pescador Juan Mateos, desde la lejanía en el tiempo y en primera persona, relata todo lo que le sucedió desde que sale a faenar como todos los días, junto con su hermano menor y sus dos cuñados. Un relato que empieza el 14 de junio de 1610 y finaliza en octubre de 1612. Una trama en la que la intriga está muy presente porque consigue que estemos muy pendientes de las adversidades a las que se enfrenta ya cautivo en Argel, al igual que, pese a lo que comenté al principio de este consigue hacernos dudar si es redimido o no, tal y como se suceden los acontecimientos en este sentido, dado el alto precio que deben pagar sus familias para tenerlos de vuelta con ellos. Sin embargo, y en mi opinión, y teniendo en cuenta la lejanía temporal de la narración, no me terminó de convencer el carácter lineal de la trama, sobre todo por el papel que desempeña su mujer  durante su ausencia, como se refleja en los capítulos finales, y resalta la sinopsis. Aunque, como digo en estos casos, esto no deja de ser una apreciación mía.

Me atrajo mucho todo lo que sucede en los baños, cárceles en las que son recluidos los cautivos cristianos apresados por los corsarios berberiscos, una vez llevados a Argel. El lector puede hacerse una clara idea de la vida insalubre que llevan en lo que son unos patios o corrales rodeados por celdas. Prisión en la que permanecen mientras no son comprados en el mercado o pasan a ser propiedad del dey, o gobernador de Argel, y desde ese momento desempeñan las labores que les encomienden en su nombre. La voz narrativa relata las relaciones que mantienen los que allí penan, porque muchos de ellos son españoles. Baños descritos con detalle, y de forma muy visual, y en los que llama la atención la presencia de dos vizcaínos que dan la sensación de que parecen no saber dónde se encuentran, por la forma en cómo se dirigen a los demás presos, extrañados ante la actitud que muestran.

(Alcazaba-Argel, Argelia)
Dadas las circunstancias por las que atraviesan los cautivos en Argel, entiendo que es un gran acierto de la autora el que la trama contenga también rasgos intimistas. Y es que la estancia de Juan Mateos durante su cautiverio da para reflexionar mucho sobre su pasado y sobre lo que le espera si logra la redención o se alarga en el tiempo su retención en esta ciudad. Reflexiones en las que está también presente su infancia, sobre todo los episodios de acoso que sufrió su amigo Diego. En este sentido, cobra protagonismo el también pescador malagueño José de los Reyes, este de más edad que el protagonista: su experiencia en la vida le sirve de apoyo para que el tiempo que pasan encerrados en los baños transcurra de la mejor forma posible. José de los Reyes actúa como si de su particular voz de la conciencia se tratara, aconsejándolo sobre todo en los momentos más duros, porque por la mente del joven pescador pasan nubarrones que le incitan a tomar drásticas decisiones. Sin duda alguna, son interesantes los diálogos que mantienen ambos, que les sirve para que el ánimo no decaiga y esperar con entereza la llegada de la ansiada libertad. Pero también se preocupa por su cuñado Ciriaco, con el que protagoniza una subtrama cargada de dudas e interés.

Me gustaron mucho las descripciones muy visuales que se realizan sobre Málaga, los episodios que transcurren en el Mediterráneo y las que reflejan el día a día de los cautivos en Argel. Una Málaga que describe sobre todo, en las conversaciones que mantiene con el ya citado José de los Reyes. Ciudad de la que recuerda las localizaciones que más añora por lo que significan para el joven pescador, entre las que destaca los festejos que se realizaron con motivo de la coronación de Felipe III, el papel de las murallas como baluarte defensor de los malagueños, al igual que el desempeño de las puertas de acceso que tiene, sin olvidarme de lo que le gusta presumir de los magníficos edificios religiosos que atraen la atención de sus conciudadanos, en especial las obras de la todavía inacabada catedral. La primera toma de contacto que tienen los cautivos con Argel, a parte de los baños en los que son recluidos, es la almoneda o plaza en la que son expuestos para su venta. Seguimos a Juan Mateos durante su recorrido por la ciudad hacia los lugares en donde tiene que realizar los infames trabajos que le encargan, pasa por la plaza del Rey, camina cerca del puerto y la Alcazaba. Del Mediterráneo destaco el tránsito que hay por sus aguas y el peligro que supone la presencia de corsarios berberiscos, pese a que el monarca ordena la presencia de naves reales que intimiden, al igual que la labor que desempeñan al respecto los caballeros de la Orden de Malta.

Paz Fanlo planifica y desarrolla una ficción bien escrita, con un lenguaje sencillo pero cuidado, amena y de ritmo fluido, con unos personajes ficticios creíbles y cercanos, entre los que intercala algunos históricos. A éstos se les menciona en determinadas situaciones, no sólo por el papel que desempeñaron en el desarrollo de la ciudad en aquel entonces, sino también en episodios que guardan relación con la familia de Juan Mateos, porque dadas las circunstancias se ven obligados a solicitar su ayuda, caso de Isabel Rodríguez, dueña de una imprenta en la ciudad.





Biografía:




Paz Fanlo nació en la ciudad de los cielos velazqueños, azules y sin nubes en invierno y de asfixiante calor en verano. Estudió Magisterio y se licenció en Filosofía y Letras, en Geografía e Historia.

Ironías del destino, una vez jubilada y cuando menos lo esperaba comenzó a escribir semanalmente columnas de opinión para Estepona Información y Andalucía Información. Después paso al mundo de la ficción escribiendo relatos. Relatos que presentó a varios concursos y que algunos resultaron premiados en Guadix, Villanueva Mesía, (Granada), la Fundación Hermanos Pesquero y el Real Club Mediterráneo de Málaga; otros consiguieron una Mención especial por parte del Ayuntamiento de Cáceres. También hubo finalistas y varios están publicados en antologías. Los abrazos que no nos dimos (Editorial Seleer, Abril/2024) es su segunda novela.



Nota: Datos técnicos y sinopsis tomados de la web de la editorial. Biografía de la autora tomada de la web de la Librería Diógenes. Imagen de la Plaza de la Constitución en Málaga -antigua Plaza Mayor- tomada de la web Westend61. Imagen de la Alcazaba de Argel tomada de la web IStock.



lunes, 14 de abril de 2025

Reseña La ciudad de los dragones, de Ana Rosenrot.




            





Datos técnicos:




Título: La ciudad de los dragones.

Autora: Ana Rosenrot.

Editorial: Abeya Ediciones.

1ª edición: Mayo/2024.

Encadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 878-84-10364-00-4.

Nº páginas: 456.




Sinopsis:





En la convulsa y crispada Barcelona de principios del siglo XX, durante una noche de tormenta de 1926, se lleva a cabo la la hipnosis regresiva a la que es sometida, con el fin de desbloquear los recuerdos de su traumática infancia y resolver la extraña y peligrosa atracción que siente la joven burguesa por el fuego.

Además de los conflictos sociales y políticos, los crímenes perpetrados por el llamado «asesino pirómano» mantienen en vilo a la ciudad. Guillem Mercader, un joven y ambicioso periodista, ávido por encontrar una noticia con la que salir del anonimato e igualar los éxitos periodísticos de su difunto padre, indagará en la vida de la joven creyéndola sospechosa de los crímenes tras descubrir reveladoras casualidades; pero lo que encontrará será una compleja tela de araña de oscuros poderes en la sombra, sociedades secretas, edificios fantásticos rebosantes de extraños símbolos que solo el maestro Gaudí comprende, y la inquietante conexión con un antiguo suceso en un internado de Gerona que obsesionó a su padre hasta su muerte.

Fascinado por los enigmas de una ciudad de floreciente cultura, el periodista también se sentirá atrapado por la sórdida realidad de los más desfavorecidos, como Laia, una desvalida y enigmática prostituta del Raval tan aparentemente inofensiva e ingenua como la leyenda de san Jorge y el dragón.






Opinión Personal:






Leer a Ana Rosenrot (Madrid, 1971) es entretenimiento y buen hacer literario. Si disfruté con sus dos novelas anteriores, Secretos en Venecia (reseña) y El jardín de las flores negras (reseña), con La ciudad de los dragones no dudo en afirmar que deja el listón muy alto, con lo que tendrá que hilar muy fino para superarlo, aunque estoy muy seguro que lo salvará sin problema alguno. De nuevo me encuentro con sus señas de identidad: misterio, secretos, personajes complejos, dotados de una gran carga psicológica y caracterizados con matices por descubrir, y una ambientación exquisita.

(Instituto Frenopático Les Corts-Barcelona)
La trama de La ciudad de los dragones no da lugar a respiro, porque desde las primeras líneas hasta el desenlace se suceden una serie de episodios que provocan en el lector inquietud, a la par que intriga, por lo que las incógnitas se acumulan y requieren una avidez de respuestas. Respuestas que tardan en llegar, porque la escritora madrileña tiene muy claro que debemos acercarnos a ellas en muy pequeñas dosis, que no siempre resultan ser las correctas, por lo que se incrementan las expectativas sobre todo lo que sucede a lo largo de los 33 capítulos más un prólogo y un epílogo en los que se estructura. Y es que los detalles son el alma de esta novela: son el punto de partida que nos indica por dónde puede ir el hilo del que tirar si queremos hallar alguna salida al laberinto en el que creemos encontrarnos. Ésa fue la sensación que tuve durante buena parte de la lectura, porque lo único que no tardé en descubrir es que uno no se puede fiar de nada ni de nadie.

Ana Rosenrot planifica y desarrolla con mucho cuidado esta ficción. Una ficción entiendo que de claro corte clásico, en el que incluso hay escenas que tienen ingredientes literarios góticos, y en determinados episodios el lector recibe una información más directa que los personajes, por lo que incita a preguntarse cuál será la reacción que muestren cuando la conozcan. Incluso diría que la investigación policial que realiza el inspector jefe Mauricio Pons y su ayudante, el subinspector Oriol López, es propia de verdaderos sabuesos de la época, que no dudan en resolver el caso como sea, aunque tengan que enfrentarse a la poderosa burguesía barcelonesa si es necesario; y vaya que si se enfrentan, con la prensa frotándose las manos para publicar jugosas noticias. A lo que indico en este párrafo hay que añadir lo que comento al final del anterior.

En La ciudad de los dragones tienen mucha importancia los saltos temporales, en los que se despliega la información que ofrece Mireia Berenguer en la hipnosis regresiva a la que es sometida por el eminente doctor Fildelgardcon el fin de desbloquear los recuerdos de su traumática infancia y resolver la extraña y peligrosa atracción que siente por el fuego, como adelanta la sinopsis. Lo que más me gustó es la fuerza con la que comienza la novela, consciente de que este inicio es el mejor imán para atraer al lector.  Una fuerza que no decae a lo largo de los capítulos porque una sucesión continua de situaciones provocan una serie de giros inesperados, incluso algunos de ellos muy sorprendentes, por el impacto que suponen para los personajes que los protagonizan, de forma directa o indirecta. Saltos temporales que tienen su origen en 1925 para luego estar muy pendientes de todo lo que sucede durante 1926.

(Casa Batlló-Paseo de Gràcia-Barcelona)
Me ha gustado mucho la perspectiva que le confiere Ana Rosenrot a Barcelona. Una Barcelona diría que con un papel predominante en la trama. En todo momento tuve la sensación de que es quien dirige los movimientos de los personajes, recordándoles a cada uno el estrato social al que pertenecen, y advirtiéndoles por dónde deben moverse, con peligro incluso para su integridad física, dado que hay ojos que los vigilan, por si están hurgando donde no deben. Pero también les indica en qué lugares están más seguros, con independencia de su religión, afiliación política, o estrato social al que pertenezcan. Por eso los edificios modernistas tienen mucha trascendencia en la trama, incluidos el Parque Güell y la Sagrada Familia, de los que se disfruta por las bellas, precisas y visuales descripciones que realiza un narrador omnisciente. Una Ciudad Condal de la que el lector tiene una visión muy clara de su callejero durante el primer tercio del siglo XX del que deja constancia la voz narrativa sobre los barrios dlonde viven las familias burguesas y aristócratas, como el Eixample, el Paseo de Gràcia o el barrio residencial del Tibidabo, al igual que el día a día de los más desfavorecidos, que se apañan como pueden en el Raval o el Poble-sec, sin olvidarme de las grandes arterias que suponen para los barceloneses lugares de tránsito o encuentro, caso de La Avenida del Para-lel, Las Ramblas o el ya citado Paseo de Gràcia.

Al igual que Barcelona, cobra protagonismo también el fuego, por el que la joven Mireaia Berenguer siente fascinación, Un elemento que crea, pero que también devasta, es símbolo y purifica, como se refleja a lo largo de los capítulos. La autora es consciente de que en la Ciudad Condal proliferan las figuras de dragones y alude en varias ocasiones a la leyenda de Sant Jordi, y da constancia de ello en varias fases de la trama. A lo que acabo de comentar hay que la figura del pirómano enmascarado, y el caos y la muerte que provoca en varias fases de la novela. Un pirómano enmascarado del que se cree que es un asesino psicótico que sigue un ritual para cometer sus crímenes.

Por las páginas de La ciudad de los dragones transita un elenco de personajes amplio y variado, representativos de las clases sociales del primer tercio del siglo XX en Barcelona. Personajes complejos, con una gran carga psicológica, ricos en matices y diría que todos ellos muy atractivos, porque su papel no deja indiferente por el rol que desempeñan en esta novela. Personajes que protagonizan situaciones en las que las emociones, las sensaciones y los sentimientos están muy presentes, al igual que se manifiesta la tensión que generan algunos diálogos que mantienen.

(Poble-sec, puerto pesquero-Barcelona)
En mi opinión, entiendo que la joven protagonista, Mireia Berenguer, es uno de los personajes literarios en los que dudo se pueda encontrar algún resquicio con el que empatizar; sin embargo, esta joven protagoniza una serie de situaciones muy atractivas, y en torno a ella gira, de una forma u otra, todo lo que sucede a lo largo de los capítulos. Está flanqueada por una serie de figuras secundarias que conforman un buen complemento enriquecedor para la trama, y otros de aparición más puntual. Figuras secundarias que protagonizan una serie de subtramas muy interesantes, por los derroteros que toman la mayoría de ellas: Jaume Portabella, el intrigante inversor y coleccionista. El rico industrial Marc Claramunt, dueño de la pirotecnia Fuego del Dragon, en cuyo palacete, sito en el Tibidabo, se celebra la sesión de hipnosis. La misteriosa Mercè Dosrius, que aparece y desaparece de Barcelona como por encanto, y uno se pregunta qué clase de negocios se trae entre manos.Enric Berenguer, el primo de la protagonista, que está muy pendiente de ella, porque siente que tiene la obligación de protegerla frente a los peligros a los que se expone y frente a las acusaciones que la señalan como presunta sospechosa de cometer los crímenes que tienen lugar en la Ciudad Condal. Guillem Mercader, un joven periodista sin escrúpulos que desea obtener la fama con un jugosa noticia que le relegue de la sección de necrológicas en el diario barcelonés y  La Vanguardia  y salir del Raval, de la miseria en la que vive. Laia, joven prostituta, atormentada por el duro pasado familiar que la marcó y la obligó a convertirse en lo que era, una más de las que se ganan la vida por cuatro perras mal contadas, en el barrio que acabo de citar, en el que sus habitantes son los más desfavorecidos de la sociedad. El inspector jefe de policía Mauricio Pons, muy insistente en su misión de cerrar este caso como sea, y que no duda en estrechar el cerco sobre Mireia Berenguer, aunque tenga que hacerle frente a toda la burguesía.

La ciudad de los dragones es una novela muy bien escrita, que contiene una trama muy compleja, de ritmo constante y lectura fluida -al menos, en mi caso-, muy amena y adictiva. Está muy bien escrita y contiene unos diálogos que reflejan los diferentes estados de ánimo de los personajes, al igual que resaltan la tensión narrativa que tienen lugar en determinados diálogos entre los personajes. Los giros inesperados están muy presentes, algunos de ellos muy impactantes.




Biografía:





Ana Rosenrot (Madrid, 1971). Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, aunque desde muy joven se orientó hacia la literatura, especialmente la novela negra y de misterio.

Su primera novela Aeternum, primera parte de Trilogía Aeternum, fue publicada en 2012, dando inicio a una prolífica producción literaria, con la publicación, hasta el momento, de La hija del sepulturero (Marzo 2013), Secretos en Venecia (Septiembre 2013), A Divinis (Abril 2014), Ab Initio (Noviembre 2014), y Las hadas sin corazón (Noviembre 2015), El jardín de las flores negras (2018), y La ciudad de los dragones.

Sus novelas, con una prosa clara y vibrante, se caracterizan por crear una atmósfera inquietante y misteriosa en la que se desarrollan sus historias llenas de fuerza y pasión, de intrigas y secretos, tejiendo argumentos cuyos finales son siempre sorprendentes.


Nota: Datos técnicos y sinopsis tomados de Amazon. Biografía de la autora tomada de la web de Lecturalia. Imagen del Instituto Frenopático de Les Corts en Barcelona y del puerto del Poble-sec tomadas de Wikipedia. Imagen de la Casa Batlló tomada de la web de El Nacional.cat. Fotografía de Ana Rosenrot tomada de su web. 


miércoles, 9 de abril de 2025

Reseña Villa Victoria, de Marga G. Pacios.

 




                              



                         









Datos técnicos:





Título: Villa Victoria.

Autora: Marga G. Pacios.

Editorial: Maluma.

1ª edición: Mayo/2024.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-128596-3-8.

Idioma: Español.

Nº páginas: 292.







Sinopsis:







En Cuba, a finales del siglo XIX, conocemos a unos personajes que luchan por encontrar su lugar en un mundo en constante cambio, entre ellos, una joven luarquesa, Victoria, cuya vida se verá entrelazada con la de otros seres igualmente fascinantes.

Pero el destino es caprichoso y nuestra protagonista se verá arrastrada desde La Habana, donde florecerán los amores prohibidos y las traiciones ocultas, hasta los apacibles paisajes de Comillas, Luarca y Santander, donde los asesinatos y los misterios sin resolver tendrán en vilo al lector. Bienvenidos a este viaje a través del tiempo y el espacio, donde el pasado se encuentra con el presente, y el futuro aún está por escribir.







Opinión Personal:






Atrajo mi atención la sinopsis y portada de la novela que hoy reseño, Villa Victoria, de Marga G. Pacios, quien planifica y desarrolla una trama que transcurre entre ambas orillas del Atlántico. Una historia que está a caballo entre España y Cuba, entre la emigración, la nostalgia y el incierto futuro que le espera a la protagonista. Esta ficción nos lleva a los tiempos en los que los indianos que regresan a la patria -como así la llaman, porque no olvidan sus raíces-, quieren pasar en ella sus últimos años de vida, o rehacerla si situaciones adversas les impulsan a tomar esta decisión, pese estar bajo el paraguas de una bonanza económica. Sin embargo, me costó empatizar con Victoria Diéguez, la protagonista, sobre todo por un episodio que tiene lugar en La Habana, y en el que me dije que muestra una postura egoísta, junto con alguna situación en que me parece ingenua; unque, como digo siempre en estos casos, esta es una apreciación mía. Pese a lo que acabo de comentar, no dudo en recomendarla, porque tiene también el aliciente de episodios propios de novela de misterio e intriga.

(El Vedado-La Habana-Cuba)
La vida de la joven Victoria Diéguez cambia desde que sus padres reciben una carta de Roberto, hermano de su madre, que vive en La Habana desde hace años, en donde los negocios que tiene le están reportando pingües beneficios. Les pide autorización para casarse con su sobrina, porque quiere tener un heredero que le releve al frente de sus propiedades cuando él ya no pueda hacerse cargo. Victoria se casa por poderes en Luarca y emprende viaje transatlántico en primera clase a la isla caribeña en el buque Alfonso XII.

La trama de Villa Victoria está estructurada en 36 capítulos titulados, más un prólogo y un epílogo, agrupados en tres partes bien diferenciadas. Dos son las líneas temporales en las que se desarrolla: la actual transcurre entre 1906 y 1907 y la segunda entre 1882 y 1905El lector se encontrará con un relato evocador, en el que un  narrador omnisciente comienza cada parte en presente, para acto seguido rememorar en pasado lo que le sucede a la protagonista en ambas líneas temporales.

Me gustó el enfoque que le confiere la autora a esta historia, porque el trasfondo histórico está presente, sobre todo en la segunda línea temporal. En relación con otras novelas ambientadas en la época colonial, Villa Victoria tiene el atractivo en el incierto fururo que supone para los españoles emigrados la guerra contra Estados Unidos, tras el hundimiento del Maine. Otro tanto sucede con la política nacional, de la que Victoria se interesa sobre todo en el viaje de regreso. Predomina el carácter costumbrista, reflejado con detalle, aunque amoldado al ritmo ágil que marca la voz narrativa, con lo que incita al lector a realizar un viaje imaginario literario al último tercio del siglo XIX y a los albores del XX. Rasgos costumbristas intercalados con elementos propios de novela de misterio e intriga, sobre todo en los capítulos que tienen lugar en España. Disfruté con las descripciones del ambiente refinado de los indianos en La Habana colonial y el bullicio de sus calles, al igual que el colorido y los aromas que impregnan la isla caribeña. Una ambientación que también nos muestra el día a día de la sociedad española de la época, de la que resalto el contraste entre Luarca y Santander, ciudad emergente en la que la protagonista contempla la belleza de sus edificios y es consciente de que es la adecuada para que en ella estudien sus hijos.

El lector se encontrará, además, con el interés que aportan unos asesinatos que se cometen en Santander y que mi opinión, entiendo que originan una subtrama de corte clásico, en la que la intriga está muy presente. Durante las investigaciones que realiza la Policía Gubernativa, con el capitán Arias a la cabeza, me dije que Marga G. Pacios juega al despiste, al señalar a varios sospechosos como los posibles autores, aunque las coartadas y la minuciosa investigación realizada logran identificar al presunto delincuente. La labor policial se desarrolla de tal forma que la incógnita no se despeja hasta las últimas páginas, dadas las limitaciones y la minuciosidad con las que se realizan y cotejan las pruebas que se recopilan para confirmar la autoría, junto con los interrogatorios a los que son sometidos los preduntos sospechosos en comisaría, careo incluido.

(Hotel El Sardinero-Santander)
El último tercio del siglo XIX y los albores del XX es una época en la que hay una gran brecha entre las clases sociales y los miembros de cada una de ellas saben cuál es el lugar que les corresponde. Esto que acabo de comentar se refleja a lo largo de la novela, a través de los personajes que transitan por sus páginas. Personajes bien perfilados, creíbles y en los que se percibe su evolución, sobre todo, los que tienen más peso en la trama. En La Habana, la autora resalta la ajetreada vida social de los indianos, aunque tampoco se olvida de los negocios a los que se dedican. Indianos con los que se tiene que acostumbrar a relacionar Victoria Diéguez, asesorada por Roberto, su marido. Sin embargo, y pese a ser amiga de la niñez y a actuar como si de su conciencia se tratara, ante la ingenuidad que en ocasiones muestra Victoria en su trato con las personas, sobre todo si apenas las conoce, su amiga Cristina pasa a formar parte del servicio de esta familia, y tiene que acostumbrarse al trato con los nativos que en ella trabajan, caso de Carlota. Victoria no tarda en ser aceptada como una más entre quienes pertenecen a su estatus social, formalizando una buena relación con Aurora y Ramona, la primera de ellas esposa de Mariano Rubio, socio la de Roberto. Otro personaje que atrajo mi atención es su hijo Lorenzo, quien también decide regresar a España, al haber acordado su familia vender las propiedades que tiene en Cuba, porque quieren pasar los últimos años de su vida en su tierra. En el viaje de regreso, en el buque Alfonso XIII, la protagonista conoce a Domitila Sanromán, otra emigrante que regresa de la isla caribeña. Ya instalada en su pueblo natal, su vida transcurre entre Luarca y Santander. En Luarca se reencuentra con el pasado, en donde la aguarda su familia y Jandro, de quien se tuvo que separar pese a sus reiteradas negativas a aceptar el matrimonio concertado. En Santander  se cruza con una serie de personajes, algunos de los cuales protagonizan episodios propios de una novela de misterio e intriga. Las malas artes de unos y la labor policial del capitán Arias durante la investigación de los asesinatos que se cometen en la ciudad me mantuvieron muy pendiente de esta subtrama, al igual que al director del hotel El Sardinero, por el daño que pueda provocar al prestigio que tiene entre los clientes que lo frecuentan. 

Me gustó Villa Victoria y, pese a lo que comenté en esta reseña sobre algunas intervenciones que no me convencieron de la protagonista. Marga G. Pacios planifica y desarrolla una ficción de ritmo ágil, bien escrita y con un estilo sencillo pero cuidado, en la que se entremezclan rasgos costumbristas con elementos propios de una novela de misterio e intriga, por lo que la lectura es adictiva y muy entretenida.





Biografía:





Marga G. Pacios es licenciada en Filología Inglesa. Dedica gran parte de su tiempo a la Editorial Maluma, de la que es socia fundadora, y a la escritura, que es su verdadera pasión. Publicaciones anteriores: Participante en varias antologías: 20 relatos para trayectos cortos, 2014, Serial Ediciones. Nuevos relatos para trayectos cortos, 2016, Editorial Maluma S. L. Un trayecto, una historia, 2018, Editorial Maluma S. L. Viajes a la imaginación, 2020, Editorial Maluma S. L. Novelas: En el nombre de Laura, 2015, Serial Ediciones y 2017, Editorial Maluma S.L. Tras la partida de mus, 2016, Editorial Maluma S. L. La última llamada, 2021, Editorial Maluma S. L. Carissia y otros relatos, 2023, Editorial Maluma S. L.





Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web de la Editorial Maluma. Imagen de la barriada de El Vedado, en La Habana, tomada de la web de Pinterest. Imagen del hotel El Sardinero tomada de la web de Tripadvisor.

jueves, 3 de abril de 2025

Libros leídos y reseñados en marzo/2025.

 







Este pasado mes de marzo han sido 4 los libros leídos y 5 los reseñados.



Los leídos: 



                                                   
             





                          




Los reseñados: 



-Tú no sabes quién soy yo, de Cristina Grela. 


-El valle del hierro, de Ane Odriozola


-Gala de Hispania, de Roberto Corral


-La niña del sombrero azul, de Ana Lena Rivera


-Tormento, de Benito Pérez Galdós



Retos literarios en los que participo: 



-IX Edición Reto Nos gustan los clásicos:  (2/8) (25%) (+1).


-Reto 25 españoles:  (10/25) (44%) (+4).





lunes, 31 de marzo de 2025

Reseña Tormento, de Benito Pérez Galdós.

 




                             

                       






Datos técnicos:





Título: Tormento.

Autor: Benito Pérez Galdós.

Editorial: Alianza.

1ª edición: 1975.

Año de publicación inicial: 1884.

Encuadernación: Tapa blanda.

ISBN: 84-206-1113-1.

Idioma: Español.

Nº páginas: 254.





Sinopsis:




Tormento gira en torno a la figura de Amparo Sánchez Emperador, joven huérfana apocada e irresoluta en quien confluyen los sentimientos y deseos de Agustín Caballero -indiano riquísimo, hecho en la vida dura y agreste del nuevo mundo y deseoso de integrarse en la sociedad a la que ha regresado- y de Pedro Polo, sacerdote arrebatado y de áspero carácter a quien asfixia su falta de vocación. Con la hermosa Amparo como piedra de toque, tanto Polo como Caballero encarnan la eterna pugna galdosiana entre Naturaleza y sociedad, rodeados de una magnífica galería de personajes secundarios, como Felipe Centeno, José Ido del Sagrario, el padre Nones y, sobre todo, Rosalía y Francisco Bringas, que dan vivacidad extraordinaria al relato.




Opinión Personal:




De nuevo retomo la narrativa de Benito Pérez Galdós (1834-1920), el mayor representante del realismo español del siglo XIX, junto con Clarín y Emilia Pardo Bazán. Fue un prolífico escritor, candidato a Premio Nobel de Literatura en 1912, y miembro de la Real Academia Española, pese a la oposición de algunos detractores. En 2021 leí y reseñé en este blog Tristana (reseña), obra que forma parte del ciclo de novelas contemporáneas espiritualistas. En esta ocasión le toca el turno a Tormento, que forma parte de este grupo, pero encuadrada en las llamadas materialistas, en las que los personajes son más complejos y profundos, más humanizados, y que evolucionan siguiendo los dictados de sus sentimientos frente a los convencionalismos sociales. Lo que acabo de comentar repercute en el desenlace, porque a lo largo del desarrollo de la trama se producen algunos giros que lo vuelven incierto.

(Costanilla de los Ángeles-Madrid)
En base a lo que acabo de comentar en el párrafo anterior, los 41 capítulos en los que se estructura Tormento me mantuvieron muy en vilo. A Madrid regresa Agustín Caballero, un indiano riquísimo hecho en la vida dura y agreste del nuevo mundo y deseoso de integrarse en la sociedad madrileña, como adelanta la sinopsis. Tras pasar unos meses en Burdeos, en donde tiene negocios, decide volver, porque les anuncia a sus primos, Francisco Bringas y su esposa Rosalía Pipaón, que tiene pensado hacer realidad un proyecto que lleva planificando hace un tiempo. El matrimonio se sorprende con la petición de mano que este opulento solterón le hace a Amparo, que trabaja como sirvienta para esta familia. Entiende que, pese al bajo nivel social que tiene, reúne las cualidades para que sea la cónyuge que necesita.

Llama la atención el título de la novela, Tormento. Un título que se deduce con el paso de los capítulos, por la serie de reflexiones que medita la protagonista sobre un oscuro hecho del pasado que la perturba, sobre todo desde que entra en escena, y como una aparición de esa época, el sacerdote Pedro Polo. Este reencuentro origina una subtrama en la que me pregunté cómo se resuelve una relación que tanto inquieta a la Emperadora -como la llama la voz narrativa en varias ocasiones-, sobre todo por el carácter fuerte y violento que tiene este hombre de Dios, que ingresó en el seminario sin convicción alguna. Esta subtrama es muy atractiva, por todo el conflicto que encierra, en el que el sacerdote Nones le reprende y le impone una penitencia para solucionar semejante escándalo, y no ofender los cánones marcados por la sociedad de la época.

Galdós es un cronista de la España del siglo XIX, tanto a través de los viajes que realiza, de los que deja constancia en sus ensayos, como a través de sus novelas, en las que confiere especial trascendencia a las costumbres de la época. En esta ocasión, quizá el trasfondo histórico está un tanto más desdibujado, si bien la trama la sitúa entre 1967 y 1968, y en ella se hace referencia en una determinada escena a la caída de la reina Isabel II, al igual que se da por hecho la llegada de la revolución. Es una sociedad retratada con realismo, en la que incide en la decadencia de la burguesía, pero también trascienden las clases sociales más bajas o desfavorecidas. Sin duda alguna, es un gran aliciente que me empujó en todo momento a estar muy pendiente de las escenas que protagonizan los personajes de cada capítulo, porque las detalladas descripciones de la voz narrativa consiguen que imaginemos realizar un viaje literario imaginario a aquel entonces. Incide en el día a día de los personajes, porque es un fiel retrato de las diferencias sociales de la época. Un fiel retrato que se refleja, sobre todo, en los detalles que se describen en el recargado mobiliario del que presumen los Bringas, a la miseria en las que se desenvuelve la protagonista y el sacerdote Pedro Polo.

La trama atrae desde las primeras páginas, sobre todo porque Galdós empieza el texto utilizando la técnica del diálogo teatral en el capítulo inicial, en el que se encuentran -o más bien tropiezan-, ya por la noche, en la esquina de las Descalzas, dos personajes embozados. Tropiezo que origina un diálogo tenso, pero que se torna natural cuando reconocen la cara del contrario. Son dos personajes recurrentes en algunas obras más del autor de los Episodios Nacionales, Ido del Sagrario y Felipe Centeno. Ido es un escritor que tiene éxito con sus obras folletinescas -en el que se desdobla el autor- y Felipe trabaja al servicio del indiano ya mencionado en el segundo párrafo de esta reseña. Acto seguido el narrador presenta con cercanía a los personajes que conforman el elenco, para derivar, sin darnos cuenta, en un narrador omnisciente, en el que relata los episodios que guardan relación con el pasado que perturba a Amparo. Diálogo teatral que forma de un tramo del desenlace, con el que se le confiere intimidad a la conversación que mantienen los dos personajes que cité al principio de este párrafo

(Iglesia de la Buena Dicha-Madrid)
Me encontré con una riqueza de recursos literarios, al igual que de vocabulario. A lo que comento en el párrafo anterior, resalto que en algunas fases el autor emplea la sucesión de episodios, en vez de utilizar el dinamismo en cada capítulo, para estar muy pendiente de las situaciones que viven tanto Amparo como Agustín Caballero una vez que el indiano tiene constancia de el oscuro pasado que le oculta la que se va a desposar con él. En determinados momentos del relato el autor se dirige al lector para hacerle cómplice de lo que sucede. Las reflexiones están también muy presentes, sobre todo en el personaje de Amparo. Utiliza el recurso de la filípica en la que el padre Nones recrimina a Pedro Polo su actitud impropia de quien dice ser siervo de Dios. Una filípica en la que utiliza la técnica teatral de las acotaciones, con las que indica el tono con el que se dirige a su interlocutor, lo que me llevó a estar muy pendiente de la reacción de este personaje. Ante la situación que agobia a Amparo, las reflexiones suponen para ella una forma de escape, porque la animan a decidirse a confesar esa falta que tanto la atormenta. Reflexiones en las que el autor utiliza un estilo más bien indirecto, dada la extensión de algunas. Los diálogos son muy atractivos y naturales, confieren dinamismo a las conversaciones de los personajes, aunque en algunas ocasiones se extienden en sus disertaciones. Unos diálogos en los que el autor refleja la condición social de cada personaje. Recursos entre los que también está la ironía y el humor, que utiliza para la crítica social, sobre todo si son personajes que se encuadran entre la burguesía, como se podrá comprobar en varias fases de la novela. Crítica social de la que tampoco se libra la Iglesia

El autor de los Episodios Nacionales perfila un elenco conformado por pocos personajes, pero muy atractivos, por el papel que desempeña cada uno en el desarrollo de la trama, de los que son cuatro los que más peso tienen. Amparo, la protagonista, es una joven pusilánime, de débil carácter y hermosa, pariente lejana de los Bringas, que la acogen como sirvienta, a la que exprime con mucho trabajo pero con escaso o nulo sueldo. Rosalía Pipaón es la esposa de Francisco Bringas. Se acaban de mudar de vivienda por necesidades familiares. Tiene muchos aires de grandeza, aunque llevan una vida social a costa de quienes pueden aprovecharse, incluida la reina Isabel. En el mismo plano están el indiano Agustín Caballero y el sacerdote Pedro Polo, a los que ya me referí en el segundo y tercer párrafo de esta reseña. Los personajes secundarios están también bien perfilados. Desempeñan un papel complementario a los anteriores, por lo que entiendo que a lo largo de los capítulos se produce el llamado efecto dominó. A los ya mencionados Ido del Sagrario y Felipe Centeno, hay que añadir a Francisco Bringas, el cónyuge de Rosalía Pipaón, es oficial segundo de la Comisaría de los Santos Lugares (cap. II), el manitas de la casa y vale tanto para un roto como para un descosido, al igual que lleva la maltrecha economía doméstica. Refugio es la díscola hermana de Amparo, que sirve como modelo a pintores, y a la que esta no puede atar en corto; el padre Nones, ya citado en el cuarto párrafo de esta reseña; Marcelina es la hermana soltera de Pedro Polo, y que se dedica a criticar, por lo que tiene su momento de protagonismo en este entramado.

(Calle Marqués de la Toca o Esperancilla, Madrid)
Disfruté mucho con la lectura de Tormento, novela que forma parte de las que Benito Pérez Galdós catalogó como españolas contemporáneas, en este caso de las que llevan el apellido de materialistas. El lector se encontrará con una trama que engancha de principio a fin, en la que está presente la dualidad galdosiana: aceptar los dictados de la naturaleza o someterse a las convicciones sociales. Es de resaltar no sólo la riqueza narrativa de la trama, sino también por la crítica social que hace sobre la sociedad madrileña de la segunda mitad del siglo XIX. Una crítica en la que se sirve el humor y la ironía, cuando los episodios se prestan a ello, para censurar a la sociedad madrileña de la época. Es muy atractivo el trío que conforman el indiano Agustín Caballero, la joven huérfana Amparo -la protagonista-, criada del matrimonio Bringas, y el sacerdote Pedro Polo, que reaparece en la vida de la protagonista, como resurgiendo del pasado. 






Biografía:




Novelista, dramaturgo, cronista y político español, Benito Pérez Galdós (1843-1920) es considerado uno de los mayores representantes de la novela realista española. Fue miembro de la Real Academia Española desde 1889 —aunque no tomó posesión de la plaza hasta 1897— y le nominaron al Premio Nobel de Literatura en 1912.

Tras formarse en su ciudad y también en Tenerife, se trasladó con diecinueve años a Madrid para estudiar Derecho en la Universidad Central. En la capital comenzó a frecuentar los ámbitos literarios y políticos, acudiendo a las tertulias del Ateneo y de los cafés Fornos y Suizo.

Pérez Galdós comenzó a escribir artículos en La Nación y El Debate y viajó por Europa como corresponsal de prensa. En su periplo entró en contacto con las corrientes literarias del momento: el realismo y el naturalismo. Su obra posterior bebería de la influencia de autores como Honoré de Balzac, Émile Zola, Gustave Flaubert y Charles Dickens.

En 1870 vio la luz su primera novela, La fontana de oro, y tres años después publicó Trafalgar, la entrega que inicia la primera serie de los Episodios Nacionales. De este modo dio comienzo su larga y prolífica carrera literaria, compuesta por títulos reseñables como Doña Perfecta (1876), Marianela (1878) y Fortunata y Jacinta (1887).

A lo largo de su trayectoria escribió crónicas, obras de teatro y novelas, entre las que destacan las cuarenta y seis novelas que conforman los Episodios Nacionales. Su producción literaria es uno de los máximos exponentes de la corriente realista en España. Además, su influencia fue vital para varias generaciones posteriores de autores.


Notas: Datos técnicos y sinopsis tomados de la web de Alianza Editorial. Biografía de Galdós tomada de Lectcuralia. Imagen de la Calle Costanilla de los Ángeles tomada de Wikidata. Imagen de la iglesia de la Buena Dicha, al igual que de la calle del Marqués de la Toca -antigua Esperancilla- tomadas de Wikipedia. Fotografía de Galdós tomada de la web del Instituto Cervantes.