Datos
técnicos:
Título:
Dos húsares.
Autor: Lev
Tolstói.
Traducción:
Olga Korobenko.
Editorial:
Hermida Editores.
1ª
edición: 1ª edición: 11/febrero/2014.
Encuadernación:
Tapa blanda con solapas.
ISBN:
978-84-940159-8-4.
Idioma:
Español.
Nº pág.:
94.
Sinopsis:
Considerada por la crítica como una de las mejores obras de Tolstói,
Dos húsares (1856), traducida ahora al castellano por Olga
Korobenko, es un “canto” a las licencias indecorosas y descaradas
de la aristocracia militar rusa de la primera mitad del siglo XIX,
cuya ejemplaridad fue perdiendo fuerza de generación en generación,
aproximándose cada vez más hacia un ocaso que vivía de la
exaltación de las medallas heredadas y de la gloria de los tiempos
pretéritos.
El
conde Turbín es un oficial de húsares al que le gustan las mujeres,
el juego, la bebida y los duelos. Aunque se deje llevar por sus
gustos, no es esclavo de sus pasiones sino dueño de ellas. Dotado de
un gran sentido del humor, sensibilidad y humanidad, une a su
temperamento impetuoso y arrogante la elegancia de un carácter
dominante y sobrio.
Un
salto temporal de veinte años. El conde ha muerto. Tostói hace
aparecer en escena a su hijo, también oficial de húsares, que no
puede vivir sino bajo la sombra de la fuerte e imponente personalidad
de su padre, como un Hamlet desheredado. Hábilmente, el escritor
ruso logra construir, a través de un juego de espejos entre la
personalidad del padre y la del hijo, una historia de dos vidas
cruzadas por el destino de las afinidades consanguíneas y por el
deseo racional de destruirlas. Toda una obra de arte.
Opinión
Personal:
De
nuevo me acerco a la narrativa de uno de los escritores rusos más
universales, como es Lev Tolstói. De Dos
húsares, de la que se dice que es una de sus mejores novelas
-añado que con el permiso de Guerra y Paz y Ana Karenina-.
Tolstói relata en esta novela
corta, a través de un narrador omnisciente, la historia de un padre
y un hijo, la historia de un cambio generacional, pero también la
historia del paso del tiempo. Y es que el lector percibe a través de
las páginas de esta novela corta cómo varios personajes son
presentados en el primero en la plenitud de sus vidas, para luego
presenciar cómo mengua su fortaleza física y psicológica. Sin
duda alguna, Dos húsares
es una novela en la que se verá reflejado el lector, salvando las
distancias, claro está, por cómo comprendemos nosotros la vida y
cómo la comprenden las generaciones que nos suceden.
Como adelanta la editorial en la
sinopsis, Tolstói construye a través de un juego de espejos dos
historias que le parecerán calcadas al lector, pese a que entre
ambas media un espacio de veinte años. Y es en esa diferencia de
tiempo entre una y otra el lector se dará cuenta del diferente
comportamiento de ambos personajes, pese a que sus personalidades son
muy similares, a parte de las afinidades consanguíneas que los une.
Un juego de espejos en el hijo del conde Turbín tendrá que
convivir con la alargada sombra de su padre. El conde Turbín tiene
que hacer noche en la ciudad de K., capital de la región, y el
escuadrón comandado por su hijo tenía que pasar una noche en
Morózovka, la aldea en la que vive Anna Fiodorovna, personaje que
había coincidido con el conde Turbín el día que tuvo que hacer
noche en K, y que había atraído la atención de éste. Estos dos
personajes protagonizan escenas que muestran las claras intenciones
de uno respeto al otro, y que atraerán la atención del lector.
En Dos húsares quedan plasmados rasgos de la vida del escritor ruso. Y es
que la vida disipada lo había llevado por la seducción y el juego,
cuya afición le acarreará deudas, como lo podrá comprobar el
lector a través de los dos condes Tolbín y del ulano Illín; de
hecho, las partidas de cartas están presentes en la trama, en las
que Tolstói describe con detalle el comportamiento de los
participantes, y sobre todo las reacciones que muestran padre e hijo
en las incidencias que tienen lugar en las mismas. Y un carácter
seductor que también forma parte de la personalidad de los dos
personajes, porque padre e hijo pondrán en práctica sus artes
seductoras con dos personajes que también tienen afinidad
consanguínea, pero será mejor que juzgue el lector el
comportamiento de uno y otro en un rasgo que es innato a ambos
protagonistas. Al mismo tiempo, el narrador describe pinceladas de la
vida militar de la época, tomando como referencia la figura de los
dos condes Turbín, ambos húsares.
Dos
húsares es una historia de
personajes, pese a que el narrador omnisciente describe de forma
clara y concisa los espacios por los que se mueven. Pero es el
comportamiento de estos lo que atraerá la atención del lector,
tanto en los protagonistas, como en los personajes secundarios que
más peso tienen en ambas historias. Sin duda alguna, Tolstói es un
maestro a la hora de trazar la personalidad de los personajes, porque
describe con detalle las reacciones que muestran ante las distintas
situaciones a las que se enfrentan, lo que ayuda al lector a
familiarizarse con cada uno de ellos, así como a percibir la
evolución que manifiestan a lo largo de los capítulos.
El narrador omnisciente muestra también
la decadencia que se percibe en esta novela corta, que describe
con detalle a través de la ambientación de ambas líneas
temporales. El lector percibirá cómo en esos veinte años que
transcurre entre una y otra cambia la ambientación en la que se
mueven los personajes, pese a que la localización es la misma. Y es
que Tolstói pinta a través de ese cambio generacional un lienzo en
el que refleja una época en la que se pasa de la exaltación de las
medallas heredadas y de la gloria de los tiempos pretéritos -como lo
podrá comprobar el lector en el baile que tiene lugar en la casa del
decano de los aristócratas de la aldea-, así como el decoro y la
galantería en el trato social, a otra en la que esos protocolos ya
se aproximaban cada vez más hacia el ocaso, como se manifiesta en la
historia del joven conde Turbín.
El
estilo narrativo de Tolstói es directo, limpio, con el que transmite
a través de esta novela corta el realismo del que hace gala en sus
novelas más conocidas por el lector. No da rodeos a la hora de
describir lo que piensan, hacen o dicen los personajes, por lo que la
claridad está muy presente a lo largo de los dieciséis capítulos
en los que se estructura Dos húsares.
Quien muestre interés por leer Dos húsares
se encontrará con una novela corta en la que los personajes tienen
una gran carga psicológica, y en donde la tensión narrativa estará
presente en algunas fases de la trama. El lector tiene ante sí
la historia de dos vidas cruzadas, pese a que los episodios que
protagonizan ambos personajes se desarrollan con una diferencia de
veinte años, con el interés añadido de que la acción que
protagonizan ambos personajes transcurre durante un día. Sin duda alguna, quienes gusten leer clásicos tienen en Dos húsares una lectura muy apetecible, que se degusta gracias a una exquisita traducción.
Biografía:
Lev
Nikoláievich Tolstói (Yasnaia Poliana 1828 – Astapovo 1910) nació
en el seno de una familia noble de la vieja Rusia, hijo del conde
Nikolái Ilich Tolstói y de la princesa Mariya Volkonskaya. Su madre
murió cuando tenía tan sólo dos años, y su padre cuando contaba
nueve. Lev se trasladó junto con sus cuatro hermanos a casa de su
tía en Kazán, en cuya universidad se matriculó en 1844 para cursar
primero lenguas orientales y después Derecho, hasta que en 1847
abandonó los estudios, regresando a la propiedad familiar que heredó
en Yasnaia Poliana. Comenzó a redactar el Diario, y allí respira
por primera vez el ambiente de tensión entre clases, preocupación
que lo acompañará el resto de su vida. Su espíritu inquieto le
empuja a la carrera militar y al campo de batalla, aunque pronto
viaja a Moscú para después volver al ejército, participando en la
Guerra de Crimea (1853), donde se granjeó una buena reputación por
su valor en el frente.
Decide
dedicarse exclusivamente a las letras. Su obra Juventud (1854), ópera
prima, lo coloca ya en las primeras filas de la literatura rusa, a la
que le seguirá Dos húsares (1856). Viaja a Europa y se siente
fuertemente impresionado por la nueva pedagogía y las ideas
anarquistas del norteamericano Thoreau, que lleva a la práctica en
Yasnaia Poliana, donde funda una escuela para pobres junto a la
mansión familiar. Su actitud empieza a incomodar al gobierno, a la
milicia y a la iglesia ortodoxa, cuyos ritos y liturgias aborrecía.
En 1861 concede la emancipación a sus siervos y se establece
definitivamente en su ciudad natal junto a su mujer Sofía Behrs, con
la que tuvo trece hijos. Durante los primeros años de matrimonio
escribe Guerra y paz (1864-1869), novela que lo consagra como gran
escritor no solo en Rusia sino en Europa. A ésta le seguirán otras
obras, entre las que destacan Ana Karénina (1877) y los relatos La
muerte de Iván Ilich (1886) y La sonata a Kreutzer (1889).
Profundamente religioso al final de su vida, en toda su trayectoria
literaria refleja la constante búsqueda del sentido moral de la
existencia humana y su posible justificación.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de Lev Tolstói, tomadas de la web de la editorial.
La figura de Tolstói siempre me atrae, sobre todo con ese cambio en su personalidad que hace que el Tolstói se aleje del Tolstói joven. Tengo que leer más de él así que gracias por compartir tu opinión sobre esta historia. Resulta una opción muy interesante
ResponderEliminarTolstoi es, sin duda, mi clásico ruso preferido. "Guerra y paz" es su obra larga que más me gusta, pero es cierto que en las novelas cortas, como esta, es donde más brilla su prosa y su intención de cronista moral de una Rusia que se desmoronaba. Muy buena reseña y enfoque sobre la lectura de "Dos húsares" pues ciertamente es esa comparación entre las dos generaciones la clave de esta narración breve y magnífica. Muy recomendable para los que todavía le tienen miedo al señor Tolstoi. Besos.
ResponderEliminarUna de las novelas que más me han gustado en toda mi vida, reconozco
ResponderEliminarmi debilidad por la literatura rusa y Tolstói, pero debilidades a parte esta novela me parece tan gráfica, tan escénica 🤗😍
Maravillosa reseña y magistral novela.
Un besito 💋
Una reseña fantástica. Es un clásico que me apetece mucho, y tras leerte, sube muchos puestos en mi lista de pendientes.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me alegro de que me recuerdes este libro. Había leído una reseña de Rubén Angulo en su blog "Leer clásicos" y me había llamado la atención, pero había quedado relegada en mi lista. No he leído mucho de Tolstoi "Ana Karenina", "Guerra y Paz" y "Recuerdos") y sus novelas cortas por las opiniones que leo siempre, deben de ser muy buenas.
ResponderEliminarUn beso.
hola! me gusta el estilo de Tolstoi, disfrute con Anna Karenina y algun otro, probare con este, gracias por compartirlo, saludosbuhos.
ResponderEliminarHola, en mi etapa rusa como la llamo yo, leí muchas novelas de Tolstoi, incluyendo lógicamente Ana Karenina y Guerra y Paz y la muerte de Iván Ilich, que arriba mencionas, pero esta que traes Los dos husares no la conocía así que tomó nota porque me parece muy interesante lo que cuentas. Besinos
ResponderEliminarHace poco que he leído a Tosotoi con Anna Karenna, bueno más bien ha sido una re-lectura, de momento no creo que me vuelva a animar, además este libro no lo tengo, pero sí me gustaría volver a leer Guerra y Paz que recuerdo que en su momento me costó leer, el problema es el poco tiempo y la cantidad de novedades, con lo que planes se me van atrasando.
ResponderEliminarUn beso
Tolstói lo leí hace muchos años pero esta que reseñas ahora no la recuerdo, la buscaré porque seguro que anda por casa de mis padres. Un ejemplo de que las obras hay que leerlas en su contexto histórico.
ResponderEliminarSaludos.
Una maravilla, Paco, me pareció una pequeña joya cuando lo leí en su momento, y veo que tú lo has disfrutado también mucho :)
ResponderEliminar¡Besote!
Tengo del autor pendiente Guerra y paz y creo que me estrenaré con el autor con ese, un eterno pendiente
ResponderEliminarBesos
Me da muchísimo miedo los autores rusos... y sé que tengo que leerlos, debo leerlos y tengo a Tolstoi esperando y he leído reseñas buenísimas de muchos autores rusos peeeeero, les tengo muchísimo respeto. Del año que viene no pasa que lea algo.
ResponderEliminarMagnífica reseña!
Un saludo.
Importantísima la traducción en estos casos. Fíjate que este título a mí ni me sonaba y lo anoto porque al ser cortito es una buena opción para acercarse a este autor.
ResponderEliminarBesos
Me lo llevo Paco. En Tólstoi estoy muy verde pero este libro, tan pequeñito, me puede venir muy bien. Besos
ResponderEliminarSin duda este clásico lo leería con ganas. Un abrazo
ResponderEliminar