jueves, 21 de noviembre de 2024

Reseña Las ratas, de Miguel Delibes.

 









Datos técnicos:




Título: Las ratas.

Autor: Miguel Delibes.

Editorial: Destino (Edición para el diario

El Norte de Castilla).

1ª edición: Enero/2004.

Año de publicación inicial: Enero/1962.

Encuadernación: Tapa dura.

ISBN: 84-08-04973-9.

Idioma: Español.

Nº páginas: 168.




Sinopsis:




Delibes, coartado en su libertad de expresión a la hora de denunciar la postración del medio rural castellano desde el periódico que dirige, El Norte de Castilla, busca las vueltas a la censura y escribe esta novela, «Las ratas», una visión descarnada y trágica de la tierra y las gentes de la Castilla de mediados del siglo pasado.

El clima, el medio geográfico y la inmutable estructura social determinan de modo decisivo -como el inapelable destino en las tragedias clásicas- el ser y el existir de los vecinos del villorrio de la novela, cuya pobreza, en algunos casos, les obliga a tener que alimentarse de ratas de río para sobrevivir.

Entre todos los personajes del relato, elementales y broncos, surge la milagrosa figura del Nini, niño que sabe de la naturaleza y su entorno más que nadie y cuya candidez se eleva por encima de la sórdida realidad que le rodea.

Como un auténtico símbolo del bien sobre el mal, de la pureza contra la miseria y la astucia, el Nini se erige en el único bastión contra la tragedia que se cierne y acaba desencadenándose sobre el pueblo y sus habitantes. El Nini es, sin duda, una de las más señeras creaciones salidas de la pluma de Delibes.




Opinión Personal:






Para disfrutar de la excelsa producción literaria de don Miguel Delibes Setién es preferible degustar a fuego lento la obra que elijamos de su amplia bibliografía. Leer a don Miguel Delibes Setién es empaparse de su amada Castilla y los castellanos, porque puede decirse que es el cronista oficial de esta tierra en unos tiempos tan duros para las gentes del campo como lo fueron los años del franquismo. Un cronista que se percibe en la novela que elegí en esta ocasión, Las ratas.

Las ratas es una obra de denuncia social en las que el escritor vallisoletano sortea airoso la censura franquista para que su narrativa no pierda la calidad que atesora, consciente de que el lector tiene que comprender el mensaje que le transmite. Una denuncia social ante el abandono que sufre el campo castellano, del que se olvidan los máximos representantes del régimen, como se puede comprobar en varios episodios de esta novela. Episodios que duelen, por las punzantes palabras que les dirige en uno de ellos el Gobernador Civil, Fito Solórzano, a los vecinos del villorrio, ante un hecho que les insufla esperanza. Pero también está presente el bien y el mal, porque Matías Celemín, el Furtivo, «No respeta las leyes ni reglamentos y en primavera y verano salía al campo con la escopeta al hombro como si tal cosa» (pág. 53). Un furtivo que tendrá sus más y sus menos con los vecinos de este pequeño pueblo, porque muchos de ellos se tienen que contentar para alimentarse con las ratas de río o los cangrejos.

Delibes ofrece en esta joya literaria estampas costumbristas de los pocos vecinos que residen en este pequeño pueblo, próximo a Torrecillórigo. Unos vecinos que se desloman en el campo que lo circunda para recoger una buena cosecha con la que puedan alimentarse, sobre todo durante los meses más duros del año. Comparten sus conocimientos para que todos puedan beneficiarse de la sabiduría popular que les sirve de guía para realizar las labores de siembra y recogida, mirando siempre al cielo, conscientes de que determinados fenómenos atmosféricos pueden arruinarles la cosecha o también beneficiarles. Un cielo del que también están pendientes de las aves que lo surcan, por la relación que dicen que guardan con las cosechas. Una sabiduría popular que atesoran sobre todo los de más edad, y que también extienden al santoral, que también les sirve de guía para tener muy presentes las fechas más adecuadas para obtener los beneficios deseados. Sabiduría popular que el tío Rufo, el Centenario, cita mediante refranes, puede decirse que su particular forma de hablar: «-Por San Clemente alza la tierra y tapa la simiente» (pág. 27).

Si hay algo que une a buena parte de la narrativa de Delibes es la presencia de la infancia en sus novelas. Quizás haya influido en ello el hecho de que durante su vida estuvo rodeado de niños, bien en la casa paterna o en la propia, porque fueron seis lo hijos que tuvo, quienes le alegraron la vida con varios nietos. Delibes moldea los niños con rasgos certeros, porque sabe cómo adaptarlos al medio en el que viven. Son protagonistas de varias de sus novelas, en las que forman parte de diferentes clases sociales, y no dejan indiferente durante su ciclo vital, en el que influyen determinadas situaciones que los marcan en algún momento dado. De los niños que me encontré en La sombra del ciprés es alargada (reseña), en Mi idolatrado hijo Sisí (reseña) o en El camino (reseña), quizás sea el protagonista de Las ratas el que más me atrajo e impresionó. El Nini es un niño que vive con naturalidad las miserias de sus convecinos del pequeño pueblo que está situado cerca de Torrecillórigo. Está acostumbrado a la crueldad que supone trabajar los campos de la meseta castellana, con el añadido de que se amolda a las paupérrimas condiciones de vida que comparte con su padre, el tío Ratero, a quien hay que sacarle con sacacorchos las pocas palabras que dice. Ambos viven en una cueva de la que quiere desahuciarlos el Gobernador, por la mala imagen que dan. El Nini utiliza la gran capacidad de observación que tiene para absorber las enseñanzas de los más mayores, lo que origina que sus vecinos lo tengan por un sabio, porque a toda pregunta que le hacen responde con la respuesta adecuada, pese a lo que dicen de él: «La señora Clo, la del Estanco, atribuía al Nini la ciencia infusa, pero doña Resu, o como en el pueblo le decían, el Undécimo Mandamiento, afirmaba que la sabiduría del Nini no podía provenir más que del diablo» (pág. 26).

(Fotograma película Las ratas)
Para que el lector se haga una idea de cómo es la fisonomía del villorrio, antes del cuerpo de la novela, el autor ofrece un croquis de los espacios por los que transitan los personajes. Pero también antes resalta un fragmento bíblico que indica cuál es el eje sobre el que gira la trama: «Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos. Y tomando un niño lo puso en medio de ellos...»(Marcos, 9, 35-38). El primer capítulo ofrece una clara imagen de la vida del Nini con el tío Ratero en la cueva, al igual que la presión que les ejercen sobre este para que la abandonen, pero también cómo asaetan al niño a preguntas: «Nini, rapaz, ¿viene agua o no viene agua?» «Nini, rapaz, ¿traerá piedra o no traerá piedra esa nube (pág. 18). Los capítulos se leen con interés por todos los episodios que se suceden en cada uno de ellos, en los que hay situaciones que atractivas que incitan a estar pendiente de lo que en ellas sucede, por la forma en la que el protagonista las resuelve, sobre todo si el tío Ratero es uno de los personajes que intervienen, aunque también se tuercen algunas. Se refleja también la estructura social de este pequeño pueblo y la influencia que tienen las fuerzas vivas -Justito, el Alcalde; José Luis, el Alguacil; Frutos, el Jurado, que hacía las veces de Pregonero-, incluidos don Antero, el Poderoso y don Zósimo, el Curón. A lo largo de los capítulos hay una serie de episodios que atrajeron poderosamente mi atención, como el entierro de la abuela Iluminada, la impactante descripción de la matanza del cerdo de la señora Clo, la Estanquera, la llegada de los extremeños, «empleados del Estado en la ardua tarea de la repoblación forestal» (pág. 80), y otras situaciones de interés en los que incluso la intriga está muy presente, en los que también se palpa la tensión entre los personajes que las protagonizan, aunque no se pone de manifiesto por el tono de voz empleado, si no por cómo se mantiene la conversación o también porque la voz narrativa resalta algunos gestos que indican el roce que les enfrenta.

En Las ratas Miguel Delibes desarrolla una trama dura, descrita por un narrador omnisciente con gran realismo, con episodios impactantes, entre las que sobresale uno de los desenlaces más sobrecogedores y redondos que me encontré en mis años como lector, y de los que es difícil olvidarse. En mi opinión es, sin duda alguna, una verdadera joya literaria.






Biografía:





Escritor y periodista español, Miguel Delibes ocupó durante muchos años el sillón de la “e minúscula” en la Real Academia de la Lengua Española. Es considerado uno de los escritores españoles más importantes del siglo XX.

Estudió Derecho y empezó muy joven a ejercer como periodista. En 1947 ganó con su primera novela, La sombra del ciprés es alargada, el Premio Nadal. A partir de ahí su carrera literaria se desarrolló jalonada de éxitos al mismo tiempo que trabajaba como director del periódico El norte de Castilla.

De entre todas sus obras destacan títulos como Cinco horas con Mario (1966), reflejo de las contradicciones dentro de la clase media franquista, y Los santos inocentes (1982), obra en la que perfiló de manera magistral el mundo rural de Castilla. Esta novela fue llevada al cine con gran éxito por el director Mario Camus.

En muchas de sus obras se destaca una de sus grandes aficiones, la caza, como en Diario de un cazador, novela por la que recibiría el Premio Nacional de Literatura de 1966.

Con su novela El hereje (1988) consiguió otro Premio Nacional de Narrativa. A partir de entonces publicó varios libros en los que recopiló su trabajo periodístico, casi siempre dedicado a Valladolid y a la zona de Castilla.

Fue propuesto en diversas ocasiones al Premio Nobel de Literatura, y recibió menciones tan importantes como el Príncipe de Asturias de las Letras o el Premio Cervantes.


Notas: Datos técnicos, sinopsis y fotografía de Miguel Delibes tomados de la web de la Fundación Miguel Delibes. Biografía de Delibes tomada de la web de Lecturalia. Cartel de la película Las ratas tomada de la web Filmaffinity. Fotograma de la película Las ratas tomada de la web del Diario El Norte de Castilla. 






2 comentarios:

  1. Fue la primera novela que leí de Delibes y era yo muy jovencita así que apenas me acuerdo. Debería volver a leerla.
    Besotes!!!

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  2. Qué amables recuerdos has logrado traer hasta mí, Francisco. Desde mi puesto de profesor de literatura no pocas veces en los primeros años de docencia leíamos y comentábamos con los alumnos esta novela de Delibes. Las aventuras y vicisitudes del Nini, del tío Ratero y demás nos resultaban duras, testimonio de una España, la de 1962, que estaba empezando a salir de la pobreza más absoluta. Los chicos de los primeros años 80 se quedaban estupefactos y conmovidos al observar la indigencia de niños y mayores, las costumbres como la matanza, los entierros y velatorios... Era una novela que les impresionaba. Sin embargo con el paso de los años, a los muchachos del siglo XXI esa España les resultaba desconocida y poco atrayente; los profes de literatura hubimos de abandonar la lectura de los libros de Delibes, no habían envejecido bien, la manera de vivir en España, Europa y el mundo en general difería ya muy mucho de la época misérrima en que se sitúa la acción de "Las ratas".
    Un abrazo

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