Datos técnicos:
Título: Mi idolatrado hijo Sisí.
Autor: Miguel Delibes.
Editorial: Edición especial realizada por la Editorial Planeta
para su venta conjunta con El Norte de Castilla.
1ª edición: Septiembre de 2003.
Publicación inicial: 1953.
Encuadernación: Tapa dura.
ISBN: 84-08-04955-0.
Nº pág.: 338.
Sinopsis:
Cecilio Rubes es un fabricante de bañeras cuarentón, superficial y egoísta que no tiene amigos, no ama realmente a su mujer y sólo se acuerda de Dios en los peores momentos. A la hora de educar a su hijo, sólo le guiará el deseo de que «sea feliz». No le importará que frecuente los bajos ambientes ni que deje los estudios. Y la disciplina con que los Sendín ―prototipo de la clase media conservadora y contrapunto a la propia familia de Cecilio― educan su hijo, le parece cómica e innecesaria. Pero su despreocupación recibirá su castigo, al revelársele el inmenso absurdo de su vida. Delibes hace gala en Mi idolatrado hijo Sisí de su ajustado tratamiento de los personajes, su lenguaje rico y preciso, su maestría para recrear situaciones y acontecimientos de la vida española, su amplitud de registros y su intensidad.
Opinión Personal:
Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) es uno de los escritores que más admiro de la narrativa contemporánea española. Un autor que nos encandila a quienes nos acercamos a su extensa bibliografía y a la temática que aborda en sus obras, no sólo por su impecable y absorbente estilo literario sino también por el realismo que se refleja a través de las historias que relatan las voces narrativas de turno. Otro tanto sucede con los personajes cercanos que las protagonizan, con quienes no tardamos en familiarizarlos y estamos muy pendientes de las vicisitudes que le acompañan en su ciclo vital. Mi idolatrado hijo Sisí es la novela elegida —la quinta obra que leo y reseño de su autoría en este blog—. El lector se encontrará con un trabajo literario en el que Delibes hace una sátira del control de natalidad, en especial de las familias que deciden tener un solo hijo; de hecho, la dedicatoria es para sus siete hermanos, y antes del cuerpo de la novela figura el fragmento bíblico «Creced, multiplicaos y henchid la tierra».
Al igual que en La sombra del ciprés es alargada (reseña) y en El Camino (reseña), Delibes aborda en Mi idolatrado hijo Sisí el tema de la infancia, si bien lo hace desde un punto de vista diferente. Los niños que el escritor vallisoletano perfiló en sus obras se catalogan en dos grupos, porque traza con maestría los que son de pueblo y los de ciudad. Pero esta novela tiene un añadido claro, que ya comenté en las líneas centrales del párrafo anterior. En esta ocasión, el escritor vallisoletano se decanta por una sátira moral en la que elije un período concreto de nuestra historia para reflejar la actitud que toman los padres en relación con el camino que quieren que elijan sus hijos. Sin duda alguna, los tres libros en los que se estructura el desarrollo de la trama muestran un claro paralelismo entre la evolución de la sociedad española de aquel entonces, y que el escritor vallisoletano tuvo muy en cuenta para que estuvieran en consonancia con la personalidad del protagonista y, sobre todo, con el ciclo vital de su hijo: la inestabilidad que hay durante el reinado de Alfonso XIII entre 1917-1920, durante la dictadura de Primo de Rivera, en concreto entre 1925 y1929, y la Segunda República junto con los prolegómenos y el estallido de Guerra Civil Española, entre 1935 y 1938. Un paralelismo en el que el protagonista, Cecilio Rubes, toma las decisiones que más le interesan teniendo muy en cuenta el provecho que obtiene de los beneficios económicos que le proporciona el negocio que regenta, y las posibilidades que éste le ofrece para seguir medrando, en base a la situación económica que vive el país, según se suceden los acontecimientos en los tres períodos que acabo de citar. Cree que a través de los materiales sanitarios que vende en «Cecilio Rubes – Materiales Higiénicos» ofrece a la sociedad una mejora en su calidad de vida, como se podrá comprobar en alguna fase de la trama, pese a que en más de una ocasión el lector comprobará la capacidad que tiene como empresario, en base a algunas reflexiones que hace al respecto.
Mi idolatrado hijo Sisí es una novela de personajes. Unos personajes bien perfilados, creíbles, y que reflejan la relación entre las diferentes capas de la sociedad española de la época, aunque diría que la voz narrativa la describe tal y como la percibe el protagonista. Unos personajes que conforman un universo que gira en torno a la figura omnipresente de Cecilio Rubes, a quien lo define a la perfección la sinopsis: fabricante de bañeras cuarentón, superficial y egoísta que no tiene amigos, no ama realmente a su mujer y sólo se acuerda de Dios en los peores momentos. No creo que ningún lector que se interese por el protagonista del que se dice es su proyecto literario más ambicioso, empatice con un personaje tan vanidoso, egoísta, y lujurioso, y que sólo piensa en el beneficio que la sociedad le puede dar a él, y no lo que él pueda ofrecer a su prójimo. Es un hombre casado, pero no tarda uno en darse cuenta que el matrimonio que le une a Adela es una convivencia vacía, porque Cecilio Rubes sigue el mismo patrón que utiliza para relacionarse con sus congéneres.
Pero junto a la personalidad de Cecilio Rubes también estuve muy pendiente de la evolución de su hijo Sisí, porque el vendedor de materiales sanitarios quiere que a su vástago no se le eduque siguiendo las pautas tradicionales, porque lo único que desea para él es que sea feliz. En este sentido, Delibes incide a lo largo de los capítulos en el tema de la educación, en el que toma como base las discusiones que mantiene con su esposa al respecto, por lo que, dado que no tardé en calificarlo como un matrimonio disfuncional, ponía en duda el que algún día se pusieran de acuerdo sobre la enseñanza que quieren que reciba su hijo para que sea un hombre de provecho. Mientras tanto, Sisí crece y uno no tarda en darse cuenta el camino que elige, porque ya tiene en casa a la persona que se lo muestra. Sin embargo, y en mi modesta opinión, el lector se encontrará con un niño que le dará alguna sorpresa a medida que la juventud y determinados episodios que le toca vivir le hacen recapacitar y darle un vuelco a su vida. Pese a los pronósticos de algunos contertulianos de Cecilio Rubes en el Real Club sobre la duración del triste y cruento conflicto fratricida, el empresario y egocéntrico cuarentón teme que el joven Rubes sea llamado a filas, y mueve Roma con Santiago para que no lo recluten o, en su defecto, sea destinado a un puesto lejos de la primera línea de fuego, y pase los días sin preocuparse de que la vida de su hijo sea segada.
El desarrollo de la trama de Mi idolatrado hijo Sisí tiene lugar en una ciudad de provincias ficticia de la que la voz narrativa ofrece algunas descripciones, en las que el protagonista se fija, sobre todo, por dónde se extiende, y opina sobre las decisiones toman que las autoridades municipales, sobre todo pensando en el beneficio que pueda sacar su negocio de ese crecimiento, porque estima que la sociedad tiene que tener más en cuenta su higiene personal. En este sentido, todas las escenas trascendentales de la trama tienen lugar en espacios cerrados, salvo las relativas a la guerra civil, de los que la voz narrativa ofrece unas descripciones claras y concisas con las que el lector puede imaginarse cómo son los inmuebles en los que interactúan los personajes. Destaco las reuniones que tienen lugar en casa de los Sendín, sus vecinos, una familia idealista, católica y tradicional en lo que respecta a la educación y formación de sus hijos, al igual que el papel que desempeña la esposa de Luis Sendín. Es una relación diría que curiosa y que me atrajo al mismo tiempo, porque me interesaba saber cómo evoluciona el trato entre ambas, sobre todo a medida que son conscientes de que no tardará en ser una realidad la sublevación del ejército rebelde que quiere derrocar al Gobierno legalmente establecido, y sobre todo a los episodios que protagonizan ambas familias durante este conflicto bélico.
No espere el lector que se va a encontrar con una trama en la que el narrador omnisciente le ofrezca grandes giros narrativos, si bien el último tramo de Mi idolatrado hijo Sisí me pareció impactante, por cómo se desarrollan los episodios que en ellos se relatan, sobre todo el último capítulo, porque es un gran colofón para esta novela. En mi modesta opinión, entiendo que el interés por lo que sucede a lo largo de los capítulos se encuentra en estar muy pendiente de la forma de ser y actuar de Cecilio Rubes, que es propenso en imponerse propósitos, una vez que se fija en determinados aspectos personales o en situaciones que le afecten, pero en los que influye el carácter voluble que tiene para llevarlos a cabo. Otro tanto sucede con las reflexiones que hace en algunos episodios sobre decisiones que cree son determinantes para sus intereses, de las que estuve muy pendiente de los consejos y advertencias que le dicta su madre al respecto, porque su progenitora no se fía de esas determinaciones, aunque es consciente del valor que tiene su opinión al respecto.
Me gustó mucho Mi idolatrado hijo Sisí, que es catalogada como la novela más ambiciosa de Miguel Delibes. El escritor vallisoletano utiliza la sátira para hacer una reflexión moral sobre el control de la natalidad, y en especial sobre quienes deciden tener un único hijo, como se refleja varias veces en algunas fases de la trama. La trama se desarrolla en un claro contexto histórico, si bien no puede catalogarse como una novela histórica. Incluso el autor ofrece al principio de los capítulos información tomada de los diarios de la época, de las que entiendo que el lector sentirá interés por cómo evolucionan los episodios, sobre todo los que guardan relación con la Primera Guerra Mundial y con la Guerra Civil Española. En mi caso, leí los capítulos con mucho interés, pese a que no me encontré con grandes vuelcos narrativos, salvo en el último tramo y, en especial, el capítulo final. Delibes escribe una historia en la que predomina la narración frente a los diálogos, pero tal y como es relatada por la voz narrativa, el estilo impecable y absorbente del autor me mantuvo muy pendiente de lo que sucede a lo largo de los extensos capítulos en los que se estructura. Delibes es consciente de que Cecilio Rubes y su hijo Sisí son dos personajes que atraen la atención del lector, en la que también hay que tener en cuenta a Paulina, la joven amante del padre de Sisí. Un interés al que se añade el carácter disfuncional que conforma la familia Rubes, al igual que la relación que mantienen con el polo opuesto que representan los Sendín, sus vecinos. El mismo Cecilo Rubes reconoce que «Él no amó nunca a Adela y tal vez no pudiera amar a ninguna mujer, porque Cecilio Rubes se consideraba superior a todas» (pág. 23).
Biografía:
Lo leí hace mucho y tu reseña me ha ido refrescando la memoria, lo recuerdo como fascinante y odié a Cecilio con todas mis fuerzas, qué personaje más desagradable. Me alegra que te haya gustado tanto. Besos
ResponderEliminarNo lo he leído y mira que me gusta este autor. Tengo que leerlo, sí o sí, aunque me temo que voy a odiar mucho a Cecilio...
ResponderEliminarBesotes!!!
Siempre que he vuelto a él, y lo he hecho en muchas ocasiones al leerlo en el pasado con mis alumnos de bachillerato, siempre me ha encantado. Delibes es un maestro incuestionable. Lamentablemente en el Departamento tuvimos que dejar de proponerlo como lectura para los alumnos al percibir que estos no lo recibían con el gusto de antaño. Delibes -su literatura- parece no haber envejecido bien; el mundo de la rapidez e instantaneidad en que estamos instalados no se aviene a la literatura reposada, de largas descripciones y profundidades psicológicas que tan magistralmente practica el vallisoletano ilustre.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Francisco
Hola Paco, me gusta mucho Delibes pero esta novela no la he leído, tal vez lo odioso del personaje de Cecilio me haya echado para atrás. Sin embargo por tu reseña veo que merece la pena leerlo, así que me la llevo. Buena reseña. Besos.
ResponderEliminarPues este no lo leí Paco. y eso que me pasa como a ti, que me encanta Delibes. Él tuvo muchos hijos y puede resultar interesante esa visión suya, tan satírica. Me gusta mucho encontrar estos libros en los blogs. Estamos saturados de novedades y es importante rescatar los títulos que ya tienen unos años. Me lo apunto . Besos.
ResponderEliminarHola Francisco. No tengo vergüenza porque de este autor solo he leído un libro. Es curioso, porque es uno de mis libros favoritos y con el que me inicié como lectora voluntaria y apasionada, El camino.
ResponderEliminarMe gusta esta propuesta, aunque ya de mano creo que Cecilio me va a caer mal tirando a fatal. Pero también me gusta la recreación de una época de la que te hablaban personas que ya no están y siempre te entra esa cosa nostálgica al leerlos. Prometo enmendarme con Delibes.
Un saludo
Mi querido Delibes, entrar en su universo es maravilloso. Yo me recreo en sus libros cuando necesito desconectar. Este no lo he leído pero lo anoto, para seguir conociendo la obra del vallisoletano, pero lentamente, en sus dosis justas.
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