jueves, 21 de julio de 2022

La sombra del ciprés es alargada, de Miguel Delibes.

 










Datos técnicos:



Título: La sombra del ciprés es alargada.

Autor: Miguel Delibes.

Editorial: Edición especial realizada por Ediciones Destino (Grupo Planeta) en

colaboración con el diario El Norte de Castilla.

1ª edición: Noviembre/2003.

Edición original: 1947.

Encuadernación: Tapa dura.

ISBN: 84-08-04962-3.

Idioma: Español.

Nº pág.: 376.





Sinopsis:



El protagonista de esta novela, la primera de Miguel Delibes, galardonada con el premio Nadal 1947, es –como en tantas de sus obras- un niño. Pedro, huérfano desde la infancia, va a parar a Ávila para su educación, al hogar sombrío de don Mateo Lesmes, que le inculcará la creencia de que para ser feliz hay que evitar toda relación con el mundo, toda emoción o afecto. Sólo la vitalidad de la juventud podrá hacerle superar este pesimismo inculcado. Sin embargo, los acontecimientos parecen obligarle a recordar lo aprendido...

Con el estilo impecable que lo caracteriza, Delibes traza una obra inolvidable en que la muerte, que rodea constantemente al protagonista, es vencida al fin por la esperanza. 

 

Opinión Personal:



Don Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) es uno de mis escritores de cabecera. Su extensa producción literaria atrae a un gran número de lectores que disfrutan con su estilo narrativo impecable y su prosa absorbente, que imanta sin remedio a quienes frecuentamos su extensa bibliografía. Su extraordinaria capacidad para extraer de la vida diaria los más puros resortes de su arte, su profunda creencia en el individuo y en la naturaleza, convierten su obra en una referencia inapelable para entender la literatura y la sociedad española del siglo XX, como se indica en su biografía. Como lector, me recreé y recreo con sus novelas y libros de relatos, de los que es difícil decir cuáles me gustaron más y cuáles menos, porque el escritor vallisoletano tiene el don de hacer de su producción literaria una verdadera obra de arte, por lo que merece la pena acercarse a cualquiera de los títulos que conforman su vasta obra literaria.

(Cuatro Postes-Ávila)
En esta ocasión, la novela a reseñar, y sin duda recomendar, es su ópera prima, La sombra del ciprés es alargada, por la que recibió el Premio Nadal en 1947. En mi modesta opinión, diría que esta obra es toda ella una metáfora, porque el título hace referencia a la muerte, aunque también la esperanza, por el cambio que se percibe en el protagonista y narrador a lo largo de los capítulos, sobre todo en el libro segundo, en el que se da cuenta de que merece la pena disfrutar de la vida como el común de los mortales. Es consciente de que necesita relacionarse con sus semejantes, y alejarse de los prejuicios que le acompañaron en sus primeros años, influenciado por los consejos que recibe de su preceptor, aunque su pedagogía deja que desear, porque yo mismo no me sentía identificado con sus consejos. Como refleja la portada de la edición «Mis preocupaciones, la muerte, la naturaleza, ya estaban en La sombra del ciprés es alargada, y así siguieron presentes en todos mis libros posteriores como elementos substanciales. La sombra del ciprés es un libro con fuerza que mete el frío en los huesos».

En La sombra del ciprés es alargada el lector estará muy pendiente del ciclo vital de Pedro, el protagonista y narrador de una historia que se desarrolla a lo largo de 34 capítulos, agrupados en dos libros bien diferenciados. En el primero de ellos, es partícipe de la formación académica que recibe en casa de don Mateo Lesmes, «en la que se quedaría de pupilo en tanto se completaba mi formación moral e intelectual, es decir, más o menos, durante siete largos años» (pág. 15), a quien se unirá Alfredo, quien tiene un carácter más pueril que Pedro, aunque sin embargo no tardan en trabar amistad. Me atrajo mucho el desarrollo de los 17 capítulos que lo conforman, porque me decía que todo lo que sucede en el libro primero marca la estancia del protagonista en Ávila. En todo momento fui consciente de que, tal y como se suceden los capítulos, la voz narrativa me tenía reservado algún episodio que afectará a la personalidad del joven estudiante, por el impacto que provoca en él, al rememorar y reflexionar sobre lo sucedido en los capítulos siguientes, pese a que quizás al lector le resulte un tanto previsible. Creo que esta sensación está en consonancia con el ambiente sombrío y el pesimismo que domina la casa del preceptor, —encarnado, sobre todo, por el profesor Mateo Lesmes— , escoltado por su mujer doña Gregoria, y su pequeña hija Martina. Una consonancia que se percibe también en las descripciones de las diferentes localizaciones por las que transitan los personajes por la ciudad abulense, que es un personaje más de la novela. En este sentido, diría que atrajeron mi atención sobre todo las escenas exteriores, que se desarrollan en el clima frío y nevado que envuelve a la ciudad buena parte de invierno, que es la estación predominante en el libro primero. Entiendo, también, que los episodios que marcan la vida de este personaje, durante su estancia en la ciudad de Santa Teresa, pueden calificarse como metáfora, porque moldea su carácter.

(Fábrica de harinas-Ávila)
La vida sombría, pesimista y desafectada de Pedro durante su época de bachiller en Ávila da un vuelco a otra en la que la luz parece darle más calor y, con el paso de los capítulos, empieza a sentir el mundo que le rodea como lo sienten quienes le acompañan en su nueva etapa. Una nueva etapa en la que un personaje que influye mucho en el cambio de sus ideas es el piloto del mercante que capitanea, Luis Bolea. Una nueva etapa en la que «me decidí, al fin, por una carrera que, conservándome en el mundo, me permitía al propio tiempo mantenerme apartado de él» (pág. 175). Pese a los consejos de su tío, tiene un firme interés en ingresar en la Escuela Náutica de Barcelona y hacerse marino mercante. Ya con el grado de capitán encuentra destino en el Antracita. En una de sus singladuras se topan con un yate que lleva un rumbo arbitrario y desigual. Entre los cuatro tripulantes rescatados figura Jane, un personaje que atraerá la atención del lector en los siguientes capítulos, por la relación que se forjará entre Pedro y la estadounidense. Una relación que me hizo dudar si conduciría a algo más que una amistad pasajera, frecuente en el protagonista, o culminaría en una relación sentimental que presagia un futuro en común. Las singladuras del mercante que capitanea le llevan hasta Provindence —Providencia—, capital del Estado de Rodhe Island (Estados Unidos), en donde se citará en varias ocasiones con Jane. Unas citas que, sin embargo, darán lugar a luchas internas en el protagonista, porque todavía se sentía muy reacio a desprenderse de las ideas que le había inculcado su preceptor. Sin embargo, en uno de sus viajes a la capital del Estado de Rodhe Island, el lector se sentirá sobrecogido ante el episodio que describe la voz narrativa, lo que origina que uno se pregunte por el efecto que provoque el mismo en el protagonista y narrador.

(Providence-Rhode Island-USA)
Con La sombra del ciprés es alargada, Don Miguel Delibes muestra que tenía que decir muy mucho en la narrativa española, en la que es una de las primeras figuras de la literatura española posterior a la Guerra Civil. En mi modesta opinión, diría que esta novela es el punto de partida de las pautas que marcan narrativa del escritor vallisoletano, porque en ella reúne los temas a los que recurre en sus obras: sus preocupaciones, la muerte y la naturaleza, que refleja a través de los personajes creados por su imaginación. Unos personajes en los que vierte su forma de pensar sobre el mundo que le rodea, y que parte de lo cotidiano para crear obras que no dejan indiferente al lector. El autor es un gran conocedor de la flora y la fauna de su entorno geográfico. En este sentido, disfruté mucho con las descripciones que ofrecía a través de la voz narrativa sobre los parajes naturales que rodean a la ciudad de Ávila. La sombra del ciprés es alargada es una novela en la que, al igual que en toda su producción literaria, el realismo está muy presente, porque en la trama de cada una de sus obras refleja los rasgos y las costumbres de la sociedad de la época, bien sea rural o urbana. Pese a que domina con clara diferencia la narración frente a los diálogos, su ritmo de lectura no se me hizo muy pesado; al contrario, diría que hay que deleitarse con el relato del protagonista y narrador a fuego lento, para no perder detalle de todas las escenas que se describen, y tratar de comprender las reflexiones del personaje, sobre todo en el libro primero, en las que están muy presentes las pérdidas de cualquier naturaleza, lo que le lleva a preguntarse sobre si debe mantener una relación más directa o no con el mundo que le rodea, o bien seguir a rajatabla los consejos de su preceptor, fiel defensor de la desafectación.



Biografía:



Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) se dio a conocer como novelista con La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Su extensa obra literaria le ha valido numerosos galardones, como el Premio Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica (1962), el Premio Nacional de las Letras (1991) y el Premio Cervantes de Literatura (1993). En 1973 fue elegido miembro de la Real Academia Española. Su extraordinaria capacidad para extraer de la vida diaria los más puros resortes de su arte, su profunda creencia en el individuo y en la naturaleza, convierten su obra en una referencia inapelable para entender la literatura y la sociedad española del siglo XX. Entre su vasta obra narrativa destacan Mi idolatrado hijo Sisí, El camino (reseña), Las ratas, Cinco horas con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, El disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes, Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje. Ediciones Destino ha publicado sus Obras completas.
 
También fueron reseñadas en este blog: Viejas historias de Castilla La Vieja (relatos) (reseña) y Siestas con viento sur (relatos) (reseña)


Nota: Datos técnicos y sinopsis tomados de la web de la Fundación Delibes. Fotografía de Miguel Delibes tomada de Wikipedia. Imagen del mirador de Cuatro Postes en Ávila tomada de la web Todo Ávila. Imagen de la Fábrica de harinas de Ávila tomada de la web Flickr. Imagen de Providence, en el Estado de Rhode Island tomada de la web Depositphotos.








3 comentarios:

  1. ¡Hola! Leí "Los santos inocentes" y me fascinó su prosa. Ahora quiero meterme en el resto de su producción y tu espléndida reseña me ha ayudado mucho a situarme en su estilo y los temas que toca. ¡Muchas gracias por tu reseña!

    Nos vemos entre páginas
    La vida de mi silencio

    ResponderEliminar
  2. Coincido contigo en el gusto de leer a Don Delibes, sin duda también es uno de mis autores favoritos y como bien dices su obra es una referencia necesaria para entender a la sociedad española del SXX. Son varias las novelas que tengo reseñadas de Don Delibes, pero esta no es una de ellas , pero sin duda es algo que tengo que solucionar. Novela para deleitar despacito. Apertas

    ResponderEliminar
  3. Hace años que la leí, y la verdad, la tengo bastante olvidada, porque leyendo tu reseña casi no recordaba nada. La memoria va cuesta abajo y sin frenos. Y Delibes es para releer, encuentras nuevos matices. Buena reseña.
    Besos

    ResponderEliminar