Datos
técnicos:
Título: La
sombra del ciprés es alargada.
Autor:
Miguel Delibes.
Editorial:
Edición especial realizada por Ediciones Destino (Grupo Planeta) en
colaboración
con el diario El Norte de Castilla.
1ª
edición: Noviembre/2003.
Edición
original: 1947.
Encuadernación:
Tapa dura.
ISBN:
84-08-04962-3.
Idioma:
Español.
Nº pág.:
376.
Sinopsis:
El
protagonista de esta novela, la primera de Miguel Delibes,
galardonada con el premio Nadal 1947, es –como en tantas de sus
obras- un niño. Pedro, huérfano desde la infancia, va a parar a
Ávila para su educación, al hogar sombrío de don Mateo Lesmes, que
le inculcará la creencia de que para ser feliz hay que evitar toda
relación con el mundo, toda emoción o afecto. Sólo la vitalidad de
la juventud podrá hacerle superar este pesimismo inculcado. Sin
embargo, los acontecimientos parecen obligarle a recordar lo
aprendido...
Con
el estilo impecable que lo caracteriza, Delibes traza una obra
inolvidable en que la muerte, que rodea constantemente al
protagonista, es vencida al fin por la esperanza.
Opinión
Personal:
Don
Miguel Delibes (Valladolid, 1920-2010) es uno de mis escritores de
cabecera. Su extensa producción literaria atrae a un gran número de
lectores que disfrutan con su estilo narrativo impecable y su prosa
absorbente, que imanta sin remedio a quienes frecuentamos su extensa
bibliografía. Su extraordinaria capacidad para extraer de la vida
diaria los más puros resortes de su arte, su profunda creencia en el
individuo y en la naturaleza, convierten su obra en una referencia
inapelable para entender la literatura y la sociedad española del
siglo XX, como se indica en su biografía. Como lector, me recreé y
recreo con sus novelas y libros de relatos, de los que es difícil
decir cuáles me gustaron más y cuáles menos, porque el escritor
vallisoletano tiene el don de hacer de su producción literaria una
verdadera obra de arte, por lo que merece la pena acercarse a
cualquiera de los títulos que conforman su vasta obra literaria.
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(Cuatro Postes-Ávila)
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En
esta ocasión, la novela a reseñar, y sin duda recomendar, es su
ópera prima, La sombra del ciprés es alargada, por la que
recibió el Premio Nadal en 1947. En mi modesta opinión, diría que
esta obra es toda ella una metáfora, porque el título hace
referencia a la muerte, aunque también la esperanza, por el cambio
que se percibe en el protagonista y narrador a lo largo de los
capítulos, sobre todo en el libro segundo, en el que se da cuenta de
que merece la pena disfrutar de la vida como el común de los
mortales. Es consciente de que necesita relacionarse con sus
semejantes, y alejarse de los prejuicios que le acompañaron en sus
primeros años, influenciado por los consejos que recibe de su
preceptor, aunque su pedagogía deja que desear, porque yo mismo no
me sentía identificado con sus consejos. Como refleja la portada de
la edición «Mis preocupaciones, la muerte, la naturaleza, ya
estaban en La sombra del ciprés es alargada, y así siguieron
presentes en todos mis libros posteriores como elementos
substanciales. La sombra del ciprés es un libro con fuerza que mete
el frío en los huesos».
En
La sombra del ciprés es alargada el lector estará muy
pendiente del ciclo vital de Pedro, el protagonista y narrador de una
historia que se desarrolla a lo largo de 34 capítulos, agrupados en
dos libros bien diferenciados. En el primero de ellos, es partícipe
de la formación académica que recibe en casa de don Mateo Lesmes,
«en la que se quedaría de pupilo en tanto se completaba mi
formación moral e intelectual, es decir, más o menos, durante siete
largos años» (pág. 15), a quien se unirá Alfredo, quien tiene
un carácter más pueril que Pedro, aunque sin embargo no tardan en
trabar amistad. Me atrajo mucho el desarrollo de los 17 capítulos
que lo conforman, porque me decía que todo lo que sucede en el libro primero marca la estancia del protagonista en Ávila. En todo momento
fui consciente de que, tal y como se suceden los capítulos, la voz
narrativa me tenía reservado algún episodio que afectará a la
personalidad del joven estudiante, por el impacto que provoca en él,
al rememorar y reflexionar sobre lo sucedido en los capítulos
siguientes, pese a que quizás al lector le resulte un tanto
previsible. Creo que esta sensación está en consonancia con el
ambiente sombrío y el pesimismo que domina la casa del preceptor,
—encarnado, sobre todo, por el profesor Mateo Lesmes— ,
escoltado por su mujer doña Gregoria, y su pequeña hija Martina.
Una consonancia que se percibe también en las descripciones de las
diferentes localizaciones por las que transitan los personajes por la
ciudad abulense, que es un personaje más de la novela. En este
sentido, diría que atrajeron mi atención sobre todo las escenas
exteriores, que se desarrollan en el clima frío y nevado que
envuelve a la ciudad buena parte de invierno, que es la estación
predominante en el libro primero. Entiendo, también, que los
episodios que marcan la vida de este personaje, durante su estancia
en la ciudad de Santa Teresa, pueden calificarse como metáfora,
porque moldea su carácter.
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(Fábrica de harinas-Ávila)
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La
vida sombría, pesimista y desafectada de Pedro durante su época de
bachiller en Ávila da un vuelco a otra en la que la luz parece darle
más calor y, con el paso de los capítulos, empieza a sentir el
mundo que le rodea como lo sienten quienes le acompañan en su nueva
etapa. Una nueva etapa en la que un personaje que influye mucho en el cambio de sus ideas es el piloto del mercante que capitanea, Luis Bolea. Una nueva etapa en la que «me decidí, al fin, por una
carrera que, conservándome en el mundo, me permitía al propio
tiempo mantenerme apartado de él» (pág. 175). Pese a los
consejos de su tío, tiene un firme interés en ingresar en la
Escuela Náutica de Barcelona y hacerse marino mercante. Ya con el
grado de capitán encuentra destino en el Antracita.
En una de sus singladuras se topan con un yate que lleva un rumbo
arbitrario y desigual. Entre los cuatro tripulantes rescatados figura
Jane, un personaje que atraerá la atención del lector en los
siguientes capítulos, por la relación que se forjará entre Pedro y
la estadounidense. Una relación que me hizo dudar si conduciría a
algo más que una amistad pasajera, frecuente en el protagonista, o
culminaría en una relación sentimental que presagia un futuro en
común. Las singladuras del mercante que capitanea le llevan hasta
Provindence —Providencia—, capital del Estado de Rodhe Island
(Estados Unidos), en donde se citará en varias ocasiones con Jane.
Unas citas que, sin embargo, darán lugar a luchas internas en el
protagonista, porque todavía se sentía muy reacio a desprenderse de
las ideas que le había inculcado su preceptor. Sin embargo, en uno de sus
viajes a la capital del Estado de Rodhe Island, el lector se sentirá
sobrecogido ante el episodio que describe la voz narrativa, lo que
origina que uno se pregunte por el efecto que provoque el mismo en el
protagonista y narrador.
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(Providence-Rhode Island-USA)
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Con
La sombra del ciprés es alargada, Don Miguel Delibes muestra
que tenía que decir muy mucho en la narrativa española, en la que
es una de las primeras figuras de la literatura española posterior a
la Guerra Civil. En mi modesta opinión, diría que esta novela es el
punto de partida de las pautas que marcan narrativa del escritor vallisoletano, porque
en ella reúne los temas a los que recurre en sus obras: sus
preocupaciones, la muerte y la naturaleza, que refleja a través de
los personajes creados por su imaginación. Unos personajes en los
que vierte su forma de pensar sobre el mundo que le rodea, y que
parte de lo cotidiano para crear obras que no dejan indiferente al
lector. El autor es un gran conocedor de la flora y la fauna de su
entorno geográfico. En este sentido, disfruté mucho con las
descripciones que ofrecía a través de la voz narrativa sobre los
parajes naturales que rodean a la ciudad de Ávila. La sombra del
ciprés es alargada es una novela en la que, al igual que en toda
su producción literaria, el realismo está muy presente, porque en
la trama de cada una de sus obras refleja los rasgos y las costumbres
de la sociedad de la época, bien sea rural o urbana. Pese a que
domina con clara diferencia la narración frente a los diálogos, su
ritmo de lectura no se me hizo muy pesado; al contrario, diría que
hay que deleitarse con el relato del protagonista y narrador a fuego
lento, para no perder detalle de todas las escenas que se describen,
y tratar de comprender las reflexiones del personaje, sobre todo en
el libro primero, en las que están muy presentes las pérdidas de
cualquier naturaleza, lo que le lleva a preguntarse sobre si debe
mantener una relación más directa o no con el mundo que le rodea, o
bien seguir a rajatabla los consejos de su preceptor, fiel defensor
de la desafectación.
Biografía:
Miguel
Delibes (Valladolid, 1920-2010) se dio a conocer como novelista con
La sombra del ciprés es alargada, Premio Nadal 1947. Su
extensa obra literaria le ha valido numerosos galardones, como el
Premio Nacional de Literatura (1955), el Premio de la Crítica
(1962), el Premio Nacional de las Letras (1991) y el Premio Cervantes
de Literatura (1993). En 1973 fue elegido miembro de la Real Academia
Española. Su extraordinaria capacidad para extraer de la vida diaria
los más puros resortes de su arte, su profunda creencia en el
individuo y en la naturaleza, convierten su obra en una referencia
inapelable para entender la literatura y la sociedad española del
siglo XX. Entre su vasta obra narrativa destacan Mi idolatrado
hijo Sisí, El camino (reseña), Las ratas, Cinco horas
con Mario, Las guerras de nuestros antepasados, El
disputado voto del señor Cayo, Los santos inocentes,
Señora de rojo sobre fondo gris o El hereje. Ediciones
Destino ha publicado sus Obras completas.
También fueron reseñadas en este blog: Viejas historias de Castilla La Vieja (relatos) (reseña) y Siestas con viento sur (relatos) (reseña)
Nota: Datos técnicos y sinopsis tomados de la web de la Fundación Delibes. Fotografía de Miguel Delibes tomada de Wikipedia. Imagen del mirador de Cuatro Postes en Ávila tomada de la web Todo Ávila. Imagen de la Fábrica de harinas de Ávila tomada de la web Flickr. Imagen de Providence, en el Estado de Rhode Island tomada de la web Depositphotos.
¡Hola! Leí "Los santos inocentes" y me fascinó su prosa. Ahora quiero meterme en el resto de su producción y tu espléndida reseña me ha ayudado mucho a situarme en su estilo y los temas que toca. ¡Muchas gracias por tu reseña!
ResponderEliminarNos vemos entre páginas
La vida de mi silencio
Coincido contigo en el gusto de leer a Don Delibes, sin duda también es uno de mis autores favoritos y como bien dices su obra es una referencia necesaria para entender a la sociedad española del SXX. Son varias las novelas que tengo reseñadas de Don Delibes, pero esta no es una de ellas , pero sin duda es algo que tengo que solucionar. Novela para deleitar despacito. Apertas
ResponderEliminarHace años que la leí, y la verdad, la tengo bastante olvidada, porque leyendo tu reseña casi no recordaba nada. La memoria va cuesta abajo y sin frenos. Y Delibes es para releer, encuentras nuevos matices. Buena reseña.
ResponderEliminarBesos