jueves, 20 de junio de 2024

Reseña Un testigo llamado Cervantes, de Begoña Valero.


 








Datos técnicos:




Título: Un testigo llamado Cervantes.

Autora: Begoña Valero.

Editorial: Sargantana.

1ª edición: Enero/2024.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-127516-7-3.

Idioma: Español.

Nº pág.: 660.





Sinopsis:




Basada en hechos reales, Un testigo llamado Cervantes narra una insólita historia donde el egoísmo, la envidia y los celos se conjugan ante una justicia que no atiende a razones. Solo la verdadera amistad y el ingenio se aliarán para buscar una justa sentencia.

En 1580 desaparece en Valencia Jeroni, un joven pescador. Dado por muerto, la detención de los presuntos culpables llevará a Pere de Pax, un mercader mallorquín, a averiguar la verdad para intentar salvar a sus amigos de la horca.

Durante el proceso criminal, cuando existe riesgo inminente para la vida de los acusados, el soldado del tercio Miguel de Cervantes llega a Valencia tras sufrir unos penosos años de cautiverio en Argel. Por circunstancias del destino, su testimonio será crucial y desencadenará una serie de extraordinarias apuestas que perturbarán la paz de la ciudad. «Crimen, traición y misterio en una apasionante novela que nos rescata a un joven e intrépido Cervantes, soldado de los tercios y preso en Argel». Antonio Pérez Henares. Escritor, periodista y presidente de la asociación Escritores con la Historia.





Opinión Personal:





De nuevo leo, reseño y no dudo en recomendar una novela que atrajo mi atención en las cuentas literarias que frecuento en Instagram, porque tiene como protagonista al ilustre escritor de nuestras letras Don Miguel de Cervantes Saavedra. El título es Un testigo llamado Cervantes y su autora, Begoña Valero, natural de Banyeres de Mariola (Alicante), si bien reside en Valencia. Sin duda alguna, es una magnífica lección de historia, en la que el lector realiza un viaje literario al siglo XVI. El realismo que destila surte el efecto que acabo de comentar, con el aliciente de que los 45 capítulos titulados más el epílogo en el que se estructura el desarrollo de la trama, bien pudieron haber sucedido tal y como se desarrollan, apoyados en el rigor documental.

(Casa de la Ciudad-Valencia (s. XVI)
Un testigo llamado Cervantes parte de una historia inédita que protagoniza el autor de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Una historia que se remonta al mes de noviembre del año 1580 en el que, tras ser rescatado de su cautiverio en Argel por el redentor trinitario fray Juan Gil, declara como testigo en un juicio que se celebra en Valencia por el asesinato de un joven pescador, y que se alarga hasta octubre de 1581. Pese a que la trama se desarrolla a lo largo de 660 páginas, la lectura es amena, adictiva y tiene un ritmo fluido. Está estructurada en 45 capítulos titulados más epílogo, en cada uno de los cuales hay episodios de interés y giros que incitan a estar muy pendiente ante la incógnita que supone el devenir de los personajes que interactúan en las subtramas que la conforman.

Junto a la sólida base histórica de esta novela, entiendo que la trama contiene elementos propios de varios géneros literarios. Como adelanta la sinopsis, el mercader mallorquín mosén Pere de Pax es quien decide averiguar la verdad sobre ese luctuoso episodio para que demostrar que sus amigos están apresados injustamente en la Casa de la Ciudad, por lo que estimo que ejerce labores de carácter detectivesco. A lo que acabo de comentar añado que hay rasgos característicos del thriller, dado que el testimonio de Cervantes origina apuestas que perturban la paz de la ciudad y las consecuencias que se derivan de estas, porque en determinados personajes se refleja el lado más ruin del ser humano. Estuve muy pendiente del proceso judicial abierto sobre este caso, así como del funcionamiento de la justicia en esa época en el Virreinato de Valencia. El proceso judicial está acompañado por escenas carcelarias, en las que se describen las condiciones inhumanas en las que permanecen los presos que son enviados a las celdas según los delitos que cometen. Otro tanto sucede con las penosas condiciones de los cautivos en las prisiones de Argel, llamadas baños; en este caso, el del Rey y el de la Bastarda. Pero también hay lugar para el romance, tanto en Valencia como en Argel, y que originan escenas intrigantes, por el cariz que cobra el de la ciudad de la Berbería, pero también levantan más de una sonrisa, dadas las escenas que se desarrollan al respecto en la ciudad del Turia.

Junto con lo que acabo de comentar en el párrafo anterior, un gran atractivo es el carácter metaliterario que contiene. No sólo por conocer a un joven Miguel de Cervantes que pasa cinco años de cautiverio en Argel, que refleja en parte de su obra, sino también por las alusiones a otros autores, tanto de forma implícita como explícita. A lo largo de la novela se percibe una clara influencia de la narrativa de Blasco Ibáñez, como por ejemplo el punto de partida de la misma, las referencias a la huerta valenciana y a sus pescadores. Otro tanto sucede con la alusión a escritores valencianos porque el recién liberado cautivo en Argel conoce a algunos en la librería del escritor y editor Juan de Timoneda, la más famosa de Valencia. También asiste a las representaciones de la Corrala de la Olivera, que le sorprenden muy gratamente.

Begoña Valero planifica y desarrolla  un complejo entramado, en el que no queda ningún cabo suelto por atar a medida que el desenlace se presiente cercano. Un entramado que comienza in media res. «A pesar de la despiadada lluvia con la que amaneció, esta no fue un inconveniente para que Tonet decidiera salir de buena mañana. Necesitaba buscar productos que aportaran alguna enjundia a la extenuada despensa de su madre» (pág. 13). Pero una serie de episodios le llevan a toparse con una sorpresa que le deja aterrorizado, porque descubre que unas cuencas vacías lo miraban. «No solo eso, había emergido el rostro completo con nariz, orejas boca...La mayor impresión la recibió al comprender que eran restos humanos» (pág. 21) Son dos las líneas argumentales que conforman esta novela, separadas por un breve período de tiempo y que confluyen de tal forma que no me di cuenta de ese nexo, provocado por el interés que muestran el desarrollo de ambas. Subtramas que se alternan a lo largo de los capítulos, cortadas de tal forma que me incitaron a preguntarme qué más podía sucederle en los siguientes episodios a los personajes que interactúan en ellas. La primera focaliza la atención en Valencia, en torno al juicio al que me refiero en el párrafo anterior. La segunda tiene lugar en Argel, en donde el narrador omnisciente relata las adversidades que acompañan al protagonista durante su encierro en la prisión llamada el Baño del Rey, prisión que el Príncipe de los Ingenios refleja -porque en gran parte es autobiográfica-, en su comedia Los baños de Argel.

(Baño Real-Argel -capital actual de Argelia)
La trama de Un testigo llamado Cervantes se desarrolla en un trasfondo histórico interesante, porque el emperador Felipe II tiene varios frentes abiertos en los que mueve los peones según sus intereses. Se preocupa por los cautivos apresados por los argelinos que se dedican al corso, por lo que no duda en facilitar las labores de rescate para que los redentores mercedarios y trinitarios, y mercaderes, rescaten el mayor número de presos posibles capturados y llevados a Argel. El Rey Prudente y el Sultán turco son conscientes de que necesitan alcanzar la paz, o al menos una tregua duradera, para concentrar sus fuerzas y derrotar a otros enemigos que no les dan lugar a respiro. En este interés mutuo cobra trascendencia el espionaje entre ambos bandos, como se refleja en varios episodios de esta novela. Los cautivos en Argel están muy pendientes también de la inestabilidad que muestra el gobierno de la ciudad, por el baile de reyes o beys que se suceden, porque les afecta su forma de proceder contra ellos, de lo que es testigo directo el propio Manco de Lepanto por el trato que recibe de unos y otros.

Merece la pena recrearse con las localizaciones que describe la voz narrativa porque son muy visuales e incitan a imaginarse cómo son los espacios por los que se transitan los personajes, Valencia, Argel y el pueblo de pescadores de El Grao. Argel focaliza la atención del lector en Miguel de Cervantes y otros cautivos presos en las cárceles ya citadas en esta reseña, o que desempeñan trabajos en las casas de quienes los compraron, al igual que las relaciones que se establecen entre los cristianos y los renegados, sin olvidarme de las descripciones que se hacen sobre esta ciudad, por cuyas calles pueden moverse algunos cautivos por deferencia e interés de sus amos centro neurálgico de la piratería. Valencia es un personaje más de la novela por la trascendencia que tiene en la trama. Una ciudad descrita con los suficientes detalles para que el lector sienta que acompaña a los personajes en su recorrido por sus calles, plazas y edificios más representativos, sobre todo aquellos que guardan relación con el juicio tras el hallazgo del cadáver por el joven Tonet, descrito en esta reseña, al igual que por la ruta que sigue Cervantes tras ser liberado, porque le gusta disfrutar de una ciudad que le atrae y pasear entre sus amables gentes. En esa época Valencia está llena de vida y trasiego, por la labor que realizan los mercaderes para transportar sus mercancías por mar a otros puertos mediterráneos de ambas orillas, así como para fletar embarcaciones con las que rescatar a los cautivos presos en la zona del Norte de África denominada Berbería, con el peligro que conlleva el ser abordados por los piratas que andan al corso.

La trama de Un testigo llamado Cervantes gira en torno a la figura del joven Miguel de Cervantes, su cautiverio de cinco años en Argel y la ansiada liberación para retornar a tierras cristianas. No deja indiferente por su forma de ser y actuar, sobre todo por el empeño que muestra en determinadas empresas y su relación y cercanía con los presos que comparten cautiverio con él, a los que trata de ayudar dentro de las limitaciones que suponen las condiciones en las que se encuentra. Pese a lo que acabo de comentar, entiendo que es una novela novela coral por el gran peso que tienen los personajes secundarios que cobran un mayor protagonismo. Personajes secundarios inolvidables, tanto los reales como los ficticios, que corroboran lo que comento sobre esta adictiva trama, y que prefiero que sea el lector quienes lo ratifiquen. Entre los personajes, las mujeres desempeñan un papel trascendental, por la relación que, de una forma u otra, las une con este caso que se juzga en Valencia. Un elenco entre los que se encuentran un buen número de reales y otros ficticios creados por la imaginación de la autora, y que interactúan entre ellos con total naturalidad, y que puede consultarse en el dramatis personae que figura en el epílogo. A través de ellos se ofrece un claro retrato de la sociedad de la época en la España del siglo XVI, pero también son un fiel reflejo de la condición humana. Una condición que se manifiesta, sobre todo en Valencia, desde que se cruzan las extraordinarias apuestas sobre los rumores que se extienden por la ciudad en torno al cadáver hallado descuartizado. En Argel, por los intereses que mueven a los capitanes de las naves moriscas que salen al corso para beneficiarse del lucroso negocio que les ofrece el apresamiento de cristianos. Una condición humana que se refleja en la relación que se mantiene entre los cautivos y de éstos con los renegados. Una relación en la que también está presente la traición y la denuncia, porque pueden beneficiarles estas artimañas que utilizan para obtener un rédito de los propietarios de quienes son privados de su libertad en las cárceles en las que son recluidos.

(Plaza de la Seo-Valencia)
Disfruté mucho con la lectura de Un testigo llamado Cervantes. Es una magnífica lección de historia, basada en un episodio inédito de la vida de Miguel de Cervantes quien, tras cinco años de cautiverio en Argel, testifica en un juicio que tiene lugar en Valencia, al encontrarse descuartizado un cadáver, cuyos restos aseguran pertenecer a un joven pescador valenciano, que vive en el poblado de el Grao. Begoña Valero planifica y desarrolla un entramado complejo, que comienza in media res, que redobla el interés del lector en conocer todo lo que sucede hasta converger en ese potente capítulo inicial y continuar hasta un desenlace atractivo y en donde no faltan las sorpresas. Los episodios son narrados con tal realismo, que bien pudieron suceder tal y como los relata el narrador omnisciente. Episodios en los que se perciben elementos propios de otros géneros literarios, metaliteratura incluida, lo que le confiere un mayor aliciente a la trama, con rasgos propios de la narrativa blasquiana. La novela se desarrolla en un trasfondo histórico interesante, con el emperador Felipe II moviendo sus peones para favorecer sus intereses, entre los que se encuentra su conflicto con los otomanos, sin olvidarse de facilitar el flete de naves para que se pudieran rescatar el mayor número de cautivos en Argel por los frailes redentores dominicos y trinitarios. La autora ofrece a lo largo de los capítulos un fiel reflejo la sociedad valenciana del siglo XVI, sus costumbres y las relaciones interpersonales en las que no falta el empleo del valenciano en los diálogos, sobre todo por las clases sociales más bajas, al igual que en los procedimientos judiciales. Pese al papel trascendental que desempeña Cervantes, entiendo que estamos ante una novela coral, por el peso que tienen en la trama personajes secundarios que cobran protagonismo y en la que trasciende el papel de la mujer, sobre todos quienes, de una forma u otra, guardan relación con el caso llevado ante el Justicia Criminal. Unos pasan un buen tiempo en prisión, con el temor de ser condenados a la horca, los hay también quienes obran con buena fe para resolver o ayudar a resolver este proceso judicial, aunque otros muestran el lado más ruin del ser humano.





Biografía:





Es natural de Banyeres de Mariola (Alicante) y vive en Valencia. Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, trabaja en la Generalitat Valenciana. Es autora de las novelas El trabajo de los libros (Editorial Denes, 2012) y La casa del compás (Grijalbo, 2017). Guionista del cortometraje ganador del primer premio en la IV Mostra Internacional de Cinema Educatiu (MICE 2016) titulado El tonto del bote. Ha sido jurado del III Premio Nacional de Novela Ateneo Mercantil de Valencia y de los XXXIX y XL Premio Ciudad de Valencia de narrativa. Es senadora del Museo de la Imprenta y de las Artes Gráficas de Valencia, como reconocimiento a la labor realizada en la difusión de la historia de la imprenta a través de la literatura. Miembro de la Red de Escritoras del Mediterráneo, puesta en marcha por Casa Mediterráneo, un consorcio público dirigido por el Ministerio de Asuntos Exteriores de España. Miembro de la asociación de Escritores con la Historia, cuya finalidad es dar a conocer la historia de España, a través de la literatura, desde el rigor y el conocimiento. En 2024 es galardonada con el Premio Odilo a la mejor autora novela histórica, por Un testigo llamado Cervantes. Es un prestigioso premio que concede la XXV Semana de Novela Histórica de Cartagena.


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de la web de la Editorial Sargantana. Fotografía de Begoña Valero tomada de la web Todoliteratura. Imagen de la Casa de la Ciudad en Valencia, tomada de Wikipedia. Imagen de los Baños del Rey tomada de la web del diario La Vanguardia. Imagen de la Plaza de la Seo tomada del diario Las Provincias. 










4 comentarios:

  1. Me descubres esta novela. Ya la presencia de Cervantes como personaje es un atractivo, pero son tantos los aspectos positivos que señalas que me has dejado con muchas ganas de leerla.
    Besotes!!!

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  2. Paco, ni idea de este libro ni de ese episodio en la vida de Cervantes. Me parece una lectura curiosísima. Besos

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  3. Hola Paco, una novela interesante con un protagonista de excepción, Cervantes, si bien señalas que es una novela coral, no hay duda que en el personaje principal reside buena parte de su atractivo, aunque escenarios y trama resulten también atrayentes. Me la llevo apuntada. Besos.

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  4. Yo me sigo resistiendo a Instagram. Me gusta que nos hable de Cervantes. Sin duda Begoña Valero se ha marcado un buen ejercicio de documentación, pues según nos cuentas el trasfondo histórico parece que está muy bien conseguido, así como la ambientación en Valencia ( ciudad que adoro). La recreación de la vida de Cervantes durante este episodio de la muerte del joven pescador también es muy interesante. Magnifica reseña.

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