miércoles, 29 de mayo de 2024

Reseña Ciudad de cenizas, de Kike Corella.


 









Datos técnicos:




Título: Ciudad de cenizas.

Autor: Kike Corella.

Editorial: Almuzara.

1ª edición: 10/2023.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-11317-66-5.

Idioma: Español.

Nº pág.: 288.




Sinopsis:




En la Barcelona de 1909, Enrique Hernández, un joven sereno, se topa con un extraño olor a quemado mientras patrulla las calles del barrio de La Seca. Al entrar al domicilio, la policía encuentra una montaña de ceniza sobre unos zapatos de mujer delante de un sillón. El resto del mobiliario está intacto y tanto la puerta como las ventanas estaban cerradas por dentro. ¿Cómo pudo ocurrir tal tragedia?

Eloy Pavía, reputado inspector del nuevo cuerpo de vigilancia y antiguo comisionado en Scotland Yard, se hace cargo del caso. La aguda perspicacia y el estilo poco convencional de Pavía harán un tándem excelente con la juventud y enorme pasión de Hernández, que desde el primer momento se verá envuelto en esta investigación. Juntos se embarcarán en una búsqueda incansable de pistas, adentrándose en las sombras de una ciudad obrera y agitada por la Semana Trágica.

Ciudad de cenizas es una fascinante novela policíaca que te sumergirá en la Barcelona de principios del siglo xx, una ciudad bella y salvaje que se convierte en un protagonista más de la historia. Kike Corella, con unos personajes inolvidables y su habilidad para recrear la atmósfera de la época, nos transporta a un mundo lleno de intriga y sorpresas que atrapa al lector.




Opinión Personal:





Parece que este año va de descubrimientos literarios, en lo que autores se refiere, y sobre todo si hablamos de que disfruté con la lectura de una buena ópera prima, como Ciudad de cenizas (Almuzara, 2023), de Kike Corella (Barcelona, 1983). Como acostumbro a decir en estos casos, el escritor barcelonés entró en este mundo de la narrativa patria con una magnífica carta de presentación, con una novela que cualquiera diría que es su debut como escritor. Ciudad de cenizas es una novela policíaca que tiene ingredientes atractivos para entretener al lector, al igual que un claro trasfondo histórico, una exquisita ambientación, con la cuidad condal como escenario de la trama y un personaje más de la novela, al igual que dos sabuesos que creo que han venido para quedarse; cuando menos, durante algún tiempo.

(Carrer Flassaders-Barcelona)
Ciudad de cenizas tiene también el atractivo de que la trama es de corte clásico, en la que los incondicionales de sir Arthur Conan Doyle no perderán detalle de la nueva pareja literaria de investigadores policíacos: el sereno Enrique Hernández y el inspector Eloy Pavía. Ambos son dos protagonistas que no tienen desperdicio, tanto por lo dispar de su personalidad como por el entendimiento que empieza a manifestarse entre ellos, a media que se desarrolla el primer caso que investigan, en las que se percibe influencia de los cánones holmesianos. Al primero le cambia la vida de la noche al día, y nunca mejor dicho. Hernández vive en Barcelona desde hacer dos años y «Mi tarea en el cuerpo consistía en deambular por las calles que se me habían asignado en el barrio de La Seca. Anunciaba la hora y el tiempo; la una y lluvioso, las dos y sereno» (pág. 9). El veterano inspector Eloy Pavía forma parte del cuerpo de vigilancia y seguridad de Barcelona, en la delegación de la calle Ortigosa.

Es el sereno quien relata desde la distancia en el tiempo el primer caso que investigó junto al que fuera comisionado de la Policía Gubernativa Española en Scotland Yard. Hacía su ronda nocturna «Sin embargo, en aquella ocasión no había fuego, tan solo un leve olor a chamuscado que se percibía al pasar por la angosta calle de Flanderss» (pág. 9). Un sereno que es testigo de cómo cambia la fisonomía de la ciudad condal durante la que se conocería como Semana Trágica, en la que se desata una revuelta popular provocada por la orden del Gobierno de Maura para enviar reservistas a la Guerra del Rif. Una revuelta popular que comienza con una calma tensa tras ser convocada una huelga general para el día 26 de julio de 1909. En este sentido, diría que el título y la portada de la novela son un claro resumen de lo que sucede durante esas fechas en Barcelona, tanto en relación con la revuelta popular a la que me acabo de referir, como a las cenizas que originan la investigación del caso que le asignan al inspector Pavía. Un inspector al que le llama la atención el interés que muestra Hernández, una vez que los miembros del cuerpo de seguridad tienen que forzar la puerta, previa orden judicial, para irrumpir en el piso. Un piso en el que no dan crédito a lo que ven, dadas las circunstancias en la que encuentran el cuerpo calcinado; incluso se llega a sugerir que, tal y como encuentran las dependencias del mismo, pudo haber sido provocado por una combustión espontánea.

Kike Corella planifica y desarrolla una trama consistente en la que no queda ningún cabo suelto hasta que el inspector reúne las pruebas pertinentes que demuestren la credibilidad del desenlace fundamentado que expone ante el juez encargado de dictaminar la sentencia correspondiente. Una trama muy de corte clásico en la que no faltan presuntos sospechosos, por la relación que declaran haber mantenido con la víctima, una vez descubierta su identidad con las técnicas científicas de ese entonces. En este sentido, es interesante el que se mencionen y describan la trascendencia que tiene la dactiloscopia, técnica científica con la que podrán identificar con mayor seguridad al criminal de turno. El autor juega muy bien esta baza, porque es consciente que mantiene la intriga en el lector, y que Pavía sabe cómo hacer su trabajo: tiene muy claro que es necesario controlar a quienes pueden tener algún motivo para ensañarse de tal forma con la víctima. Con el paso del tiempo y las preguntas estudiadas que les hace en los interrogatorios, ellos mismos muerden el anzuelo al sentirse acorralados, por lo que cada vez tiene más claro quién cometió el crimen, con el aliciente añadido de que Henríquez se queda con las ganas de conocer su identidad. En mi opinión, remata la novela con un desenlace atractivo, no sólo por el corte clásico del mismo, sino también porque todavía falta una sorpresa, que me llamó la atención, pero que está más que fundamentada.


(Iglesia Santa Marta-Barcelona)
Los personajes están bien trazados, sobre todo con un marcado perfil psicológico. Son personajes representativos de la época, porque a través de ellos se refleja el malestar que se percibe en la población ante la decisión tomada por el Gobierno de Maura. Todos son ciudadanos de a pie, lo que se refleja en las opiniones que muestran unos y otros en torno a la huelga general declarada y su parecer sobre la llamada a los reservistas. En este sentido, Hernández y Pavía tienen una opinión muy similar, si bien el inspector es consciente de que prima su labor como policía por lo que, a medida que se recrudece la huelga general, se verán involucrados en varios episodios en los que la vida de ambos corre serio peligro, dada la crudeza de los enfrentamientos que hay en varias zonas de Barcelona, sobre todo en el tercio final de la novela. Son muy diferentes las opiniones de los dos protagonistas, si bien respetan sus pareceres, no sólo en lo referente a esos días convulsos que viven, sino también en la forma de entender la vida uno y otro. El sereno es más mundano, porque se siente muy ligado a la ciudadanía, y en el inspector influye mucho su reconocido catolicismo: acepta el hecho de que Hernández visite los prostíbulos en sus momentos de ocio, pero no le recrimina el empleo que hace en su tiempo libre, sobre todo desde que presencia en determinados episodios la relación que mantiene con una de las prostituta del burdel Madame Butterfly.

A lo largo de los 46 capítulos de corta extensión en los que se estructura Ciudad de cenizas, transitan un elenco de personajes de los que estuve muy atento. Kike Corella los muestra en los primeros capítulos de forma superficial para ahondar en ellos a medida que avanza la investigación, en la que incluso diría que se produce un efecto dominó. Por un lado están las historias personales de los posibles sospechosos de de haber cometido el asesinato, y por otro están los miembros que trabajan en la delegación del cuerpo de vigilancia del distrito de Ortigosa, en el que me atrajeron la forma de ser y actuar del agente Narváez o el trabajo que realiza el fotógrafo Fabregat con el trípode que tanto llama la atención de Hernández. Sin duda alguna, los posibles sospechosos que guardan relación con la drástica muerte de la persona hallada en un piso de la calle Flassaders forman un grupo interesante, sobre todo desde que es identificada, al igual que la subtrama que se descubre una vez que se recaba la suficiente información de la que se deduce la verdadera labor que realizaba.

La novela se complementa con una ambientación exquisita, que incita al lector a realizar un viaje literario en el tiempo a Barcelona, en unos días en los que se cambiaría la fisonomía de la ciudad, no sólo por el empuje de modernización que emprenden las autoridades, sino también por los episodios que destruirían edificios durante la ya mencionada Semana Trágica, muchos de ellos religiosos. Enrique Hernández describe el barrio de La Seca, con el que está familiarizado de sus rondas nocturnas por las calles que le asignaron puesto en el cuerpo de serenos. Barrio que describe con precisión nítida, de tal forma que el lector imagina que lo acompaña por la ya mencionada calle Flassaders; la Rech Condal, en donde se reúnen con el jefe para darles las últimas indicaciones antes de comenzar su jornada laboral; la calle Baja de San Pedro, en donde se ubica la casa de huéspedes -muy peculiares- en la que vive, o el burdel de Madame Butterfly sito en la confluencia de la calle Fassaders con la de Las Moscas. En varios tramos se mencionará los inicios de la construcción de la que en un principio llaman Gran Vía A, y que más tarde llevará el nombre de Vía Layetana, y los derribos que conllevan esta obra, entre los que está incluida la iglesia de Santa Marta, a la que se cita en varias fases por los episodios que guardan relación con este edificio religioso. Durante las investigaciones que realizan el inspector y el sereno describe también los episodios que tienen lugar una vez que la huelga general es una realidad, porque en su recorrido se encuentran con una serie de incidentes, algunos de los cuales provocan situaciones tensas, con alguna sorpresa para el narrador. El autor también hace un guiño a su barrio, Poblenou, a donde muestra escenarios de interés, que incitan a ser visitados, al igual que el resto del itinerario que realizan por la ciudad condal.

(Carrer Pujades.-Poblenou-Barcelona)
Disfruté mucho con la lectura de Ciudad de cenizas, magnífico debut del escritor barcelonés Kike Corella. Me encontré con una trama policíaca consistente de corte clásico y bien hilvanada, en la que no queda ningún cabo suelto ni el autor se saca de la chistera episodios con los que sorprender al lector, sobre todo a la hora del desenlace. Un desenlace que se desarrolla siguiendo las pautas de las novelas clásicas del género y en el que al lector le espera todavía alguna sorpresa, bien fundamentada, como lo demuestra el inspector en el desenlace durante su exposición de los hechos. Hechos relatados en primera persona por el sereno Enrique Hernández a lo largo de los 46 cortos capítulos en los que se estructura la novela, con un relato cautivador, ágil, y con un estilo sencillo pero cuidado, con el que recrea con realismo la atmósfera de una época muy convulsa. Enríquez, en su turno de noche, percibe un olor a chamuscado, en una de las calles que tiene asignadas en el itinerario que le corresponde. La portera del edificio le advierte de la intensidad del mismo, por lo que tiene que dar parte al cuerpo de seguridad y vigilancia del distritoEl inspector Pavía es el encargado de investigar este extraño suceso luctuoso; incluso se cree que pudo producirse mediante combustión espontánea, dadas las características en las que fue hallado el piso una vez irrumpen a la fuerza en su interior, previa orden judicial. Entiendo que es el primer caso al que se enfrentan los dos protagonistas en una minuciosa investigación que origina que los hechos que guardan relación con el mismo se narren en pequeñas dosis, por lo que la intriga está muy presente a lo largo de los 46 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama. Con las técnicas científicas que utiliza la policía en ese entonces, les lleva tiempo identificar a la víctima, y ordenar la detención de quién o quienes decidieron ensañarse con ella de semejante forma, al igual que otra muerte violenta que tiene lugar durante el transcurso de las pesquisas, en las que se adentran en las sombras de una ciudad obrera y agitada por la Semana Trágica, como adelanta la sinopsis. 




Biografía:



Nació en el barrio del Poblenou (Barcelona) en 1983. Se licenció en Humanidades y en Administración y Dirección de Empresas y más tarde cursó un Postgrado en Márketing Estratégico. Compagina la escritura con varias horas de llaneo por la ciudad y es, además, profesor en la Universitat Politécnica de Catalunya. Desde el año 2007 escribe artículos culturales y de viajes en publicaciones como La Clave, Time Out, Traveler o Guía Repsol. Ciudad de cenizas es su primera novela publicada y también es el primero de los casos del sereno Hernández y el inspector Pavía.





Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor tomadas de la web de la editorial Almuzara. Imagen del Carrer Flassaders tomada de la web myhiltonheadrental.com. Imagen de la iglesia de Santa Marta y de las fábricas del Carrer Pujades tomadas de la web del diario La Vanguardia.  





1 comentario:

  1. Hola Paco, estupenda reseña de una novela muy atractiva: la ambientación, que el autor sepa mantener la intriga en todo momento, personajes bien perfilados... Está historia lo tiene todo para llamarme la atención. Apuntada me la llevo. Besos.

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