Aunque leí y reseñé La colina del almendro (reseña) en noviembre de 2019, creo que merece la pena charlar con Mayte Esteban sobre esta novela, porque nos sorprendió a quienes conocemos su narrativa con una trama que se aleja de sus anteriores publicaciones. Buena parte de su argumento transcurre durante la Primera Guerra Mundial, también llamada Gran Guerra, aunque los personajes ya se percataban de que el conflicto bélico muy pronto iba a ser una triste realidad para ellos.
Biografía.-
Mayte
Esteban (Guadalajara, 1970) es licenciada en Geografía e Historia
por la Universidad de Alcalá de Henares, aunque hace más de dos
décadas que reside en un pueblo de Segovia. Su entrada en el mundo
literario fue en 2014 de la mano de Detrás
del cristal (reseña)
y tuvo su continuación con La
chica de las fotos (reseña),
novela con la que fue finalista del III Premio Digital HQÑ, 2015.
Otras novelas suyas son Entre
puntos suspensivos (reseña)
(HQÑ, 2017), y Comer
y amar todo es empezar (reseña)
(HQÑ, 2019).
La
colina del almendro es su primera novela romántica de trasfondo
histórico.
También
publicó La
arena del reloj (2014,
Amazon)
(reseña).
Tienen un relato muy bueno no publicado, que es Oasis de arena
(reseña).
Entrevista:
Entrevista:
1)
Francisco Portela.- Gracias por concederme esta entrevista. Pese a
que fue en noviembre de 2019 cuando leí y reseñé La
colina del almendro, creo que
merece la pena conversar contigo sobre una novela cuyo argumento nos
sorprendió a quienes conocemos tu narrativa.
Mayte
Esteban.- Encantada de volver a visitar tu blog y charlar contigo.
2)
F. P. -¿Es La colina del
almendro tu proyecto literario
más ambicioso? ¿Crees que tiene buena acogida entre los lectores?
M.
E.- No nació como un proyecto ambicioso, fue creciendo a medida que
iba escribiéndolo. Lo que sí ha pasado es que muchos lectores que
nunca me habían visto le pusieron atención y me ha traído lo mejor
que me ha pasado hasta ahora en este mundo literario. Todavía no
tengo más cifras que las de los tres primeros meses de publicación
y, desde entonces, se han sumado muchísimos lectores. Seguro que
cuando las conozca, la primera sorprendida seré yo.
3)
F. P.-Supongo que a la mayoría de los lectores les pasaría lo mismo
que a mí: una de las mayores sorpresas que me llevé con La
colina del almendro es que
buena parte de su desarrollo está ambientada en la Primera Guerra
Mundial. ¿Por qué pensaste en la Gran Guerra para situar la trama
de esta novela?
M.
E.- Porque es una gran desconocida. Porque el principio del siglo
XX está ahí, justo en el momento en el que arranca el conflicto y,
sin embargo, nos lo hemos pasado por alto muchas veces, poniendo más
los ojos en las atrocidades que se produjeron durante la Segunda. Tal
vez por su dureza son más “literarias”. Sin embargo, la
aviación, la fotografía aérea, la industria bélica a gran escala
y, sobre todo, los movimientos feministas, hunden sus raíces en este
conflicto con mucha más intensidad que la segunda y quería
retratarla. Es el cambio definitivo de siglo, la muerte de una forma
de vida y el nacimiento de una nueva sociedad con cambios de roles
que seguimos conservando.
4)
F. P.-Pero, aparte de la Gran Guerra, la historia que contiene es
rica en matices, por lo que no termino de verla como romántica
histórica, sino más bien como narrativa.
M.
E.- Es que no es solo romántica porque no pongo el foco en el
romance, eso es solo un elemento más, de hecho yo diría que es la
excusa para que todo lo que cuento tenga un hilo conductor. Es un
elemento más de la trama, no el principal.
5)
F. P.-La mujer desempeña un papel destacado en La
colina del almendro, tanto por
sus reivindicaciones sufragistas como por su incorporación al
mercado laboral ¿Fueron estas dos circunstancias las que te llevaron
a ubicar el argumento de la novela en Londres?
M.
E.- Sí, porque en España las circunstancias no fueron las mismas.
Fuimos neutrales en esa guerra, llegamos más tarde a esto, así que
preferí trasladarme a un país donde esos cambios hubieran sucedido
a la vez. Y como tampoco buscaba una novela bélica, sino más bien
hablar de la retaguardia, Gran Bretaña, por su condición insular,
me venía mejor que Francia o cualquier país del continente. Aunque
sí hay momentos en los que la novela se traslada a Ypres o a Verdún,
no es una novela de bombas, sino de cambios.
6)
F. P.- Mientras me enfrascaba en la historia de Mary Ellen me decía
que contiene elementos victorianos, sobre todo cuando las escenas se
desarrollan en Almond Hill. ¿Tenías claro desde un principio el
nombre de la residencia del conde de Barton o se lo pusiste por una
circunstancia determinada? Otro tanto puede decirse sobre la
atmósfera que se respiraba en la capital londinense, en la que se
presentía la proximidad del conflicto bélico, aunque no por eso
abandonan las costumbres sociales que tenían, sobre todo los
miembros de la alta sociedad.
M.
E.- Almond Hill se presentó en mi cabeza al escribir, ni siquiera lo
pensé, directamente lo escribí. Era sonoro y me pareció evocador.
Quería un mundo en franca decadencia, costumbres decadentes (ese
matrimonio de conveniencia tan horrible), para poner delante del
lector que ya existían voces que pedían a gritos (y a pedradas a
veces) que eso acabara, que la sociedad fuera más justa y más
igualitaria. Que todos, sin excepción, tuvieran voz (y voto). Es
también la época del movimiento obrero, que despierta la conciencia
de una clase que hasta ese momento no existía.
En
cuanto al principio de la guerra, yo soy muy preguntona y hablé
mucho con mi abuela de este tiempo, pero trasladado a nuestra Guerra
Civil. La vida no cambia de un día para otro, los cambios suelen ser
siempre paulatinos. Hasta que los ingleses cerraron la ópera y la
usaron como almacén de muebles pasó tiempo, el que necesitaron para
convencerse de que todo aquello era real, y la rutina se mantuvo.
(Trinchera Somme-Francia-Primera Guerra Mundial)
7)
F. P.-Volviendo al papel destacado de la mujer en La
colina del almendro, queda
reflejada la labor que realiza en las distintas clases sociales
londinenses de la época. ¿Tenías establecido desde un principio
el esquema de los personajes para que el lector tuviera una evidente
información sobre la relación que se mantenía entre los diversos
escalafones sociales londinenses de la época?
M.
E.- No, la verdad es que no. Fui construyéndolos a medida que
avanzaba la historia. Algunos estaban claros, pero por ejemplo la
señora Smith no. Fue en el momento en el que la senté con Mary a
tomar un té cuando me di cuenta de que iba a ser su personaje de
apoyo y que ella sería los pies en la tierra para esta jovencita que
en ese momento no sabe nada de la vida. Sin la sensatez de Abigail,
hubiera estado más perdida.
8)
F. P.-Estoy seguro que Virginia y Sabine son dos de los personajes
que atrajeron la atención del lector, y al mismo tiempo le
sorprendieron, son, porque creo que se encontrará con muy pocas
gemelas en la ficción narrativa. ¿Ya formaban parte del elenco de
personajes desde que planificaste la trama, o su aparición surgió
por una circunstancia determinada?
M.
E.- Es que esta novela no nació de un plan, fue una necesidad vital.
Por eso tardé tanto tiempo en terminarla. Sabine y Virginia iban a
ser una niña sola, pero la mañana que me puse a escribir la escena
en la que aparecen sentí que no, que eran dos y supe de inmediato
por qué Mary las iba a poner en su vida. Yo sé que es un poco raro
que diga que una novela tan compleja como esta no ha seguido un plan
milimétricamente preestablecido, pero es que es así, me fui
acomodando yo a los personajes, no ellos a mí. Sabía dónde quería
llegar, pero el camino era desconocido.
9)
F. P.- Para reflejar la ambientación espacio-temporal de la novela,
y causar en el lector la sensación de que realiza un viaje en el
tiempo, se percibe que hay una exhaustiva labor de documentación,
con el añadido de que en la trama reflejas episodios históricos de
la época, tanto de la lucha feminista, como de la Gran Guerra. ¿Con
qué fase del desarrollo de una novela disfrutas más?
M.
E.- Con todo. Me pasé muchos meses leyendo sobre esa guerra, sobre
todo el contexto en el que se desarrolla y cómo afecta eso a las
personas. Los avances de la medicina, la aviación, como dije antes,
la lucha sufragista, todo en realidad me interesaba porque todo fue
motor de arranque para ese mundo nuevo que nos esperaba tras la
guerra. Y eso lo fui encajando en una trama que resultara atractiva
para el lector, donde no se sintiera asfixiado en datos históricos,
pero que sí estuvieran presentes. El momento del ataque a La Venus
del espejo de Velázquez no podía dejarlo pasar, por ejemplo.
10)
F. P.-El lector se lleva alguna sorpresa desagradable con alguno de
los personajes femeninos. ¿Te resultó difícil reflejarlas en el
desarrollo de la trama? ¿Hay algún personaje femenino por el que
sintieras una mayor empatía, o los considerabas a todos por igual?
M.
E.- Cada uno tiene un papel que cumplir y sé que hay un hecho en
concreto que se siente como un puñetazo en el estómago, pero en
realidad tenía que ser así, en la vida siempre hay hechos que
descolocan y lo cambian todo. Hay un personaje infrautilizado, desde
mi punto de vista, y es Elsie, la enfermera. Creo que ella sola
podría tener una novela, pero es el que más respeto me causa porque
es un personaje de ficción, pero sobre la base de alguien que
existió realmente. No es un “cameo” como Emmeline Pankhurst,
cuyas palabras en la novela son la adaptación de las ideas de uno de
sus discursos, es alguien con una historia potentísima que yo he
ficcionado en muchos puntos.
11)
F. P.- Lo mismo puede decirse de los personajes masculinos, sobre
todo en los que se refiere a su participación en los hechos
históricos que se relatan en la novela. ¿Es muy complejo planificar
una trama en la que hay que tener en cuenta los hechos históricos y
su repercusión en la evolución de los personajes?
M.
E.- Un poco, un simple detalle, la climatología, me costó
reconducir una escena, porque di por hecho algo y resulta que no fue
así. Cambiarlo, aunque parecía mínimo, me costó casi un mes de
reescritura hasta que di con las palabras. He intentado ser rigurosa
con las fechas y no tomarme demasiadas licencias, aunque como pasa
con Emmeline, para los personajes reales que aparecen, por ejemplo en
el hundimiento del Lusitania, recreo sus palabras que fui encontrando
en la investigación.
(Emmeline Pankhurst-Hyde Park-Londres)
12)
F. P.-En La colina del
almendro, al igual que en tus
anteriores novelas, se percibe un trabajo minucioso para mantener el
equilibrio entre la ambientación espacio-temporal y los rasgos de
los personajes, en los que sobresale su profundidad psicológica.
¿Cómo planificas este equilibrio para que se mantenga a lo largo de
los capítulos?
M.
E.- Pienso en lo que sería una evolución lógica y me acomodo a
ella, no puedes dotar a un personaje de unos rasgos y cambiarlos de
un momento a otro porque te venga bien. Si no han crecido, si no ha
sucedido algo, se vería como chirriante. Para que eso no sucediera,
tenía que establecerse un camino. En algún momento me han dicho que
la novela da vueltas sobre lo mismo, yo ni lo veo ni lo siento así.
Todo sucede en el momento en el que los personajes están preparados.
13)
F. P.- Los lectores decimos que hay personajes que parecen cobrar
vida propia, tal y como están construidos, y por la naturalidad que
muestran en sus actuaciones. ¿Consigues que se ajusten a la
planificación establecida, o hay alguno que se rebela y tienes que
cambiar parte del guion original que le tenías asignado?
M.
E.- Siempre hay algo que hay que ajustar, por eso que digo, porque es
necesario que todo esté dispuesto de tal modo que los cambios no
parezcan por capricho. Y por eso me acomodo yo en cada capítulo, no
sigo un esquema rígido porque me perdería y perdería esa parte que
los hace “reales”.
14)
F. P.- Son atractivas las cartas que Mary Ellen le escribe a su
madrina Camille y que encabezan cada capítulo de la novela, porque
reflejan el estado de ánimo de la protagonista ante los episodios a
los que se enfrenta y, sobre todo, le preocupan. ¿Tenías
planificado en el esquema de La
colina del almendro el empleo
de las dos voces narrativas?
M.
E.- Sí, eso desde el minuto uno. Para escuchar a un personaje lo
mejor es la primera persona, pero esta novela no podía ser contada
así. Las cartas reflejan no solo a Mary, también a John y a James.
Forman esa arquitectura donde se sostiene la novela y quise que fuera
así desde el principio. Lo primero que escribí fue esa primera
carta de Mary a Camille.
15)
F. P.- ¿Cuál de las tres partes en las que se estructura la novela
fue la que más trabajo te dio a la hora de desarrollarla, teniendo
en cuenta también los episodios que viven los personajes en cada una
de ellas?
M.
E.- La segunda fue la más complicada. Si te das cuenta, cada uno de
los personajes principales, en esa parte, está viviendo su propia
historia y, por las circunstancias, no coincide con la de los demás.
Tenía que hacer que, a pesar de todo, hubiera algo que conectara a
los personajes a pesar de que pasan mucho tiempo sin tener ningún
contacto y que el lector sintiera que seguían conectados.
16)
F. P.- Y ya para terminar, ¿podrías adelantarlos algo sobre tu
próxima novela? Seguro que nos volverás a sorprender.
M.
E.- Pues creo que sí. Lo primero porque vuelve a ser contemporánea,
ya no estoy en el siglo XX, sino en el XXI, no estoy en Londres, sino
en Madrid. Refleja un hecho que será histórico, eso lo tengo más
que claro, que en este momento no uso como motor de la trama sino
como parte de la historia personal de uno de los personajes, Daniel
Durán.
Se
llama Años de mentiras,
está ambientada en 2016 y habla de literatura, de la construcción
de un best seller, si se puede hacer o si, a pesar de que conozcas
todos los elementos que hacen que una novela se convierta en
superventas, eso es realmente posible forzarlo. Habla de decisiones
que se van tomando a lo largo de la vida y como pueden, aunque sean
intrascendentes, cambiarla por completo. El personaje que más me ha
gustado crear es Elsa, una mujer de más de setenta años. Creo que
los lectores de La colina del almendro van a conocer otra faceta mía,
si se animan a seguirme en esta aventura.
Por
otro lado, tengo varias historias románticas contemporáneas que
intentaré que vean la luz antes de abordar una segunda novela
histórica. Es así porque quiero darme tiempo para madurar la
historia que está creciendo en mí, para investigar ese momento que
esta vez voy a poner en el centro de la trama. Sé que tengo unos
lectores maravillosos que me consienten este afán experimentador y
que me permiten ir a mi aire, que me dejan tomarme tiempo, pero
mientras voy a ofrecerles otras historias distintas. Mucho más de
evasión, aunque en ellas siempre habrá algún tema de fondo, eso ya
sabes que no puedo dejarlo. Quizá hable de bullying o de abusos en
la infancia… Todo está por decidir.
Y,
quién sabe, quizá otro día me ofrezcan participar en algún
proyecto como el de Doce horas y algo más se cuele en medio. Siempre
lo digo, se vive solo una vez y yo no soy capaz de conformarme con
mirar el mundo o escribir sobre él desde un solo paisaje. Voy a
hacer lo que esté en mis manos por aprovechar todo lo que me ofrece
y escribir sobre ello. Hasta que me quede sin argumentos o sin
memoria, lo que suceda antes.
Nota: Biografía, tomada de la web de la editorial. Imagen de la trinchera del Somme, en Francia, tomada de la web del Diario ABC. Imagen de Emmeline Pankhurst, tomada de la web Getty Images.
¡Bravo, Mayte! ¡A por la próxima! No tenías nada que demostrar, pero esto ha sido todo un ejercicio de valentía y tu novela es fabulosa. Besos.
ResponderEliminarNo he leído nada de la autora, pero tengo "La colina del almendro" entre mis pendientes hace tiempo. La época de la Gran Guerra e inmediatamente posterior me gusta mucho.
ResponderEliminarEspero que le llegue el turno antes de que se publique ese nuevo proyecto de la autora sobre cómo se construye un best seller que también me apetece muchísimo.
Un beso.
Hola, de Maite solo he leído La colina del almendro, pero me ha gustado mucho y tengo claro que repetiré con la autora. Me encantan estas entrevistas!. Besinos.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco, por esta entrevista que nos permite conocer más a Mayte. La sigo en redes pero te confieso que no he leído nada suyo todavía. Algún día le pondré remedio. Besos
ResponderEliminarMuy buena entrevista Paco, sin duda hay que seguir a Mayte Esteban porque es una escritora que va a dar mucho que hablar. Tu entrevista es una invitación a leer "La colina del almendro" y a estar pendiente de las novedades que nos traiga la autora. Un abrazo
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