jueves, 18 de junio de 2020

Fierro, de Francisco Narla.






















Datos técnicos:


Título: Fierro.
Autor: Francisco Narla.
Editorial: Edhasa.
1ª edición: noviembre/2019.
Encuadernación: tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 978-84-350-6350-0.
Idioma: español.
Nº pág.: 384.


Sinopsis:


Lo llamaban Fierro. Y era mentira. La verdad era su pasado y el pasado, una condena que prefería olvidar. No tenía nada, ni siquiera futuro. Por eso vivía en la frontera, un pedazo incierto de tierra olvidado por todos, un lugar maldito donde moros y cristianos sembraban muerte a su antojo. Su único consuelo eran las colmenas. A ella, perdida en aquel amargo pasado, siempre le gustó la miel.
Ahora ese pasado cabalga de nuevo hacia él; con la espada al cinto, dispuesto a atormentarlo. Una vez más. Y, cuando su antiguo compañero de armas lo encuentra, sabe que no tiene escapatoria. La guerra se cruza de nuevo en su camino. Se prepara la batalla más grande jamás contada y él marcará la ruta. Lo hará por una única razón: ella. Como antes, como siempre, él será el atajador de los ejércitos de Castilla. Y su única esperanza estará en manos de un enemigo…
Ésta es la historia de un hombre; uno cansado, blasfemo y solitario. Un hombre acabado, sin esperanza y, pese a todo, un valiente. Un atajador en la frontera, en tiempos de la Reconquista.


Opinión Personal:



Hoy comparto en este blog mis impresiones sobre la última novela publicada hasta la fecha por Francisco Narla (Lugo, 1978), Fierro. Sin duda alguna, y en mi modesta opinión, el escritor lucense es un claro referente de la novela histórica en nuestro país, avalado por la calidad de sus trabajos literarios y la buena acogida que tienen por los lectores y la crítica especializada. Assur, Ronin y Laín. El bastardo, son títulos que acreditan lo que acabo de comentar, a los que hay que añadir Donde aúllan las colinas, novela original que tiene como protagonista a un astuto, enorme y viejo lobo.
(Castillo de Alarcos-Ciudad Real)
Donde aúllan las colinas es una novela original, pero diría que también lo es Fierro. Tras finalizar su lectura, me dije que el autor había acertado con la estructura que le confiere a la trama, pues el lector se sorprenderá con que agrupa en tres cantares los episodios que protagoniza este personaje, al estilo de los cantares de gesta medievales que difundían los trovadores. Aunque Fierro no protagoniza hazañas que resaltan los valores que le caracterizan, su historia daría lugar a uno de estos cantares porque estoy seguro que los espectadores que se parasen a escuchar al trovador, se quedarían prendados de las vicisitudes vividas por este personaje, porque incluso algunas les parecerían increíbles. Fierro es un hombre acabado, sin esperanza, con un pasado que le persigue, como lo podrá comprobar el lector desde los primeros episodios, pero que también lo tiene grabado a fuego, a partes iguales, y que guarda relación con su pasado sentimental. Pero Fierro también tiene un presente incierto, tan incierto como el pedazo de tierra olvidado de todos en el que transcurre su vida, y en el que la muerte acecha día a día, con una guadaña enarbolada tanto por moros como por cristianos. Pese a lo que acabo de comentar, el protagonista de esta novela es un valiente, como se podrá comprobar en las escenas en las que se enfrenta a situaciones en las que incluso pone en peligro su vida; al fin y al cabo, él es un atajador en la frontera, en tiempos de la Reconquista, que pone al servicio de los ejércitos cristianos el conocimiento que tiene de esta tierra fronteriza por la que están obligados a transitar las mesnadas del rey Alfonso para recuperar por las armas las tierras que les arrebataron los musulmanes desde los tiempos de don Rodrigo.

Fierro es un personaje con el que empaticé desde las primeras páginas. En más de una ocasión me pregunté a qué más situaciones adversas se enfrentará y cómo se las apañará para salir entero de ellas. Fierro no se olvida de lo sucedido en la batalla de Alarcos, a la que se referirá el narrador omnisciente en varios episodios de la novela, sobre todo cuando la nostalgia se apodera del protagonista, por lo que se muestra como alguien que está cansado de todo lo que le rodea. Es un personaje tozudo, blasfemo y solitario a quien, sin embargo, le gusta utilizar la retranca cuando se tercia. Y es que se presiente en él su origen gallego, como lo apodan quienes le conocen. Está acompañado por un fiel perro que atrae la atención del lector, un perro sin nombre, un chucho más bien sarnoso, pero inseparable y leal, como lo podrá comprobar en episodios en los que se llevará alguna que otra sorpresa por la fidelidad que muestra hacia su amo. También le acompañaba un bordón de fresno ahumado que le servía de apoyo para su cojera, aunque también le servía como arma defensiva, como lo pdrá comprobar el lector en varias escenas. En lo que respecta al carácter del protagonista, atrajeron mi atención las blasfemias que suelta, todas ellas referentes a las diversas situaciones a las que se enfrenta, y que guardan relación con el santoral y símbolos cristianos. A las blasfemias a las que me acabo de referir añado los monólogos que mantiene con el perro que le acompaña, a modo de reflexiones. Aunque también me hicieron sonreír en más de una ocasión los curiosos diálogos —que por momentos más bien parecían monólogos— que mantiene con Guillén, un fraile calatravo que comienza sus intervenciones con largas letanías, con las que exaspera a Fierro. Sin duda alguna, este personaje le da mucho juego a la novela no solo por lo que acabo de comentar, sino también por su participación en algunos episodios que atraen la atención del lector.

Y es que Fierro se encuentra en su deambular por la franja fronteriza con personajes de todo pelaje. «Familias que todo lo habían perdido buscaban fortuna en aquellos lares, sin dios, rey o patria. Pastores...Buhoneros y algún juglar al que habían prohibido pisar Burgos y cuidarse de arrimar los hocicos a Ávila. ...gualdraperos, talabarteros, un par de herreros, un puñado de alimañeros, docenas de huérfanos que se las apañaban como esportilleros, ...ciertas posadas de escasa reputación y abundantes chinches, su buena palada de putas desaliñadas y más de un ermitaño que esperaba encontrarse con su creador a base de jaculatorias» (pág. 14). Personajes como los que se mencionan en el fragmento que resalto en este párrafo los encontrará el lector en la fonda del hebreo Saadia ben Jacob, a la que se dirigen Fierro y el mercenario Ruy de Carrión, más cuatro hombres armados, guarnecidos y duchos en combate, en busca de información sobre los movimientos que hacían las tropas del califa al que apodaban Miramamolín, quien reclutaba un numeroso ejército para enfrentarse al rey Alfonso VIII. Los episodios que se viven en esta fonda y otros que relata la voz narrativa en los que participa el protagonista ayudan a imaginar cómo era la vida en aquella época en una zona en la que el peligro y la muerte eran fieles compañeros de quienes decidían aventurarse por esos inciertos parajes. Unos parajes que son descritos con la exquisitez a la que nos tiene acostumbrados Francisco Narla. Una exquisitez que ayuda a que el lector puede imaginarse cómo son los escenarios por los que desfilan los personajes. En este sentido, y al igual que en las anteriores novelas que leí del escritor lucense, me recreé con las descripciones que hace la voz narrativa tanto de los paisajes como de aquellas escenas en las que la pesca está muy presente, así como la apicultura, a la que ahora se dedica más bien con torpeza el protagonista. Y es que a través de la plasticidad con la que se plasman esas escenas se percibe la pasión que siente el autor por todo lo relacionado con la naturaleza, reflejadas en Fierro.
(Batalla de Las Navas de Tolosa-S. XIII)
Fierro es una novela histórica que transcurre en un período concreto, en el que el narrador omnisciente facilita información intercalada en su relato sobre lo que sucedió en la dura derrota de los ejércitos cristianos en la batalla de Alarcos, a la par que los recuerdos sobre esa triste y amarga derrota acuden a la memoria de Fierro. Una novela histórica en la que la gran mayoría de los personaje son ficticios, si bien en momentos puntuales Fierro se encontrará con el mismísimo rey Alfonso VIII o con Diego López de Haro. Aunque diría que también la intriga estará también muy presente, porque el lector estará muy pendiente de todo lo que le sucede al protagonista a lo largo del desarrollo de la trama, que se pregunte cómo saldrá parado de esos lances este personaje, así como de la tensión narrativa que se vive en algunas escenas. El pasado se le presenta a Fierro en la persona de Ruy de Carrión, un mercenario con el que en tiempos había sido atajador bajo la bandera de Castilla, le comunica a Fierro que «se ha roto la tregua, se prepara la guerra...El Miramamalín inverna en Sevilla y los nuestros se están reuniendo en Toledo para salir antes de la octava de Pentecostés»(Pág. 32). La batalla de Las Navas de Tolosa era la próxima cita que tenían ambos bandos contendientes, si bien es narrada desde la perspectiva de Fierro que, pese a los obstáculos que se le interponen, tiene como único objetivo culminar una venganza con la que pretendía aplacar el rencor, el dolor, sus recuerdos. La información que facilita la voz narrativa, sobre todo en que se refiere a la batalla de Alarcos, la intercala.

Al igual que las anteriores novelas que leí de Francisco Narla, Fierro tiene un ritmo de lectura fluido y es muy adictiva por todas las vicisitudes que vive el protagonista porque, como ya comenté en esta reseña, el lector se preguntará qué más vicisitudes le esperan al protagonista a medida que avanza la trama. El estilo narrativo es impecable, y el autor vuelve a mostrar una gran riqueza de vocabulario. En relación con sus novelas anteriores, me encontré con un estilo más directo. Me decía que parecía que el narrador omnisciente iba a la par que la vida incierta que llevan quienes viven en los parajes fronterizos, por lo que no había que andarse con rodeo alguno a la hora de describir las escenas y unos diálogos dinámicos y naturales que relata. De nuevo Francisco Narla me volvió a conquistar con Fierro por lo que, quienes ya conocen su narrativa o quieren acercarse a ella por primera vez, tienen en su última novela publicada hasta la fecha una historia muy atractiva, en la que episodios históricos, el entretenimiento, los sentimientos y las emociones están muy presentes, sin olvidarme de la venganza, la traición, la avaricia y la añoranza están muy presentes, todo ello contado por una voz narrativa que lo hace desde la perspectiva de un personaje que pertenece a los escalafones más bajos de la sociedad.


Biografía:



Francisco Narla, nacido en Lugo en 1978 y afincado en un pequeño pueblo del corazón de Galicia, Friol, es aviador y escritor. Pero son sus aficiones las que lo definen; arquero, pescador con mosca, aficionado a los bonsáis, apicultor y casi cualquier cosa sobre la que pueda leer en un libro.
Ha publicado poesía, relatos, ensayos técnicos y novelas. Ha colaborado con radio y televisión y también es conferenciante habitual en foros universitarios.
En 2009 publica su primera novela, Los lobos del centeno. En noviembre de 2010 ve la luz su segunda obra de ficción, Caja negra, reeditada en 2015 en varios idiomas. En 2012 nos sorprendió con Assur, con la que recibe el aplauso del público y conquista la lista de los más vendidos. Y al año siguiente nos presenta Ronin, que le consagró como uno de los más versátiles y talentosos escritores de novela histórica de nuestro país, género que ha continuado en su trabajo más personal y última novela hasta la fecha: Donde aúllan las colinas. En 2018 gana el I Premio Edhasa de Narrativas Históricas con la obra Laín. El bastardo. Tras el éxito, tanto en ventas como en críticas, de Laín, acaba de presentar su nueva novela que ya está en las librerías, Fierro, seguro que recordarás este nombre...En 2019, además, ha publicado en Edhasa una nueva edición revisada por el mismo de la obra Los lobos del centeno en versión ilustrada.

Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Edhasa. Imagen del castillo de Alarcos, tomada de la web Medieval Spain. Imagen de la batalla de Las Navas de Tolosa, tomada de Wikipedia. 

.









13 comentarios:

  1. Muy interesante lo que cuentas. Yo aún no he leído al autor. Lo de las blasfemias, debe ser un puntazo, al igual que las conversaciones con el perro. No me importaría nada leerlo.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Prometo intentar conocer a este Fierro.

    ResponderEliminar
  3. Hola Paco!
    La novela histórica y yo no hacemos buenas migas, al menos depende bastante de la época histórica en concreto y cómo aborde la trama 🤔 Esta no pinta mal, Fierro parece un buen personaje, puede que sí me animase.

    Besitos carinyet 💋💋💋

    ResponderEliminar
  4. No he leído nada de este autor. Ya sabes que la época en que se ambientan esas novelas no es mi preferida, aunque a veces he disfrutado con alguna, pero con todo lo que tengo en lista, prefiero leer algo más actual.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  5. Hola Paco! de Narla he leído Assur y Donde aullan las colinas y los dos me gustaron mucho, así que en cuanto pueda leeré esta también. Besinos.

    ResponderEliminar
  6. De este autor leí hace años Assur y me gustó mucho. Así que me tientas mucho con esta lectura.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  7. Me encanta cómo escribe este hombre... no es un género en el que suela caer mucho, pero si está escrito por Narla, voy de cabeza.

    Besotes

    ResponderEliminar
  8. NO he leído nada de este autor, y si tuviera que empezar con él, creo que me llama más otro título
    Besos

    ResponderEliminar
  9. ¡Qué curioso que estructure la novela en cantares!
    Yo he leído "Donde aúllan las colinas" y "Assur" (esta última estuvo entre mis mejores lecturas del año en que la leí) y sé que Narla es un autor que nunca decepciona
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues yo pensaba igual y con Rónin no pude..., igual no era el momento, pero esta la leeré seguro.

      Eliminar
  10. La tengo pendiente Paco. Pero tomo nota de tus reseña, que anima muchísimo a ponerme con ella. De Narla solo leí La caja negra y me gustó un montón. Besos

    ResponderEliminar
  11. Puede gustarme porque desconozco al autor y el título. Y me gusta bucear en ambos son como un enigma a resolver!
    Gracias por la reseña
    Saludosbuhos

    ResponderEliminar
  12. Comparto contigo tu opinión sobre Narla, sin duda un referente en cuanto a novela histórica en España. Yo también empaticé con el personaje de Fierro, y me ha encantado la novela. Todo un acierto de Narla. Un abrazo

    ResponderEliminar