Datos
técnicos:
Título:
Sin latido.
Autora:
Yolanda Cruz Ayala.
Editorial:
NdNovela (Grupo Planeta).
1ª
edición: Mayo/2024.
Encuadernación:
Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN:
978-84-10140-07-3.
Idioma:
Español.
Nº
páginas: 488.
Sinopsis:
Una
joven es encontrada sin vida en la ciudad costera de La Línea de la
Concepción. ¿Suicidio, homicidio o accidente?
Olivia,
una brillante psicóloga, tiene en su poder las claves para saber qué
ha sucedido. Emprende su propia búsqueda y, al descubrir que
personas muy cercanas a ella pueden estar involucradas, pone su vida
en riesgo. La policía inicia la investigación al mismo tiempo, pero
la historia se complica cuando las vidas de Olivia y el inspector al
mando se cruzan.
Una
bruma de sucesos turbios envolverá a los personajes en una trama que
avanzará sigilosamente hacia una resolución intensa. Esta obra de
suspense te sumergirá en los recovecos más sombríos de la mente
humana y demostrará que la verdad siempre sobrevive a la muerte.
Opinión
Personal:
Es
de agradecer encontrarse con novelas policíacas que tienen tramas ubicadas
en España en localizaciones poco habituales en este género
literario. A lo que acabo de comentar añado el muy buen hacer
literario de la escritora gibraltareña, aunque afincada en La Línea
de La Concepción (Cádiz), Yolanda Cruz Ayala. Sin
latido es su último trabajo literario
publicado hasta la fecha y, sin duda alguna, deleitará a los amantes
de este género, porque tiene ingredientes muy atractivos, a la par
que desarrollados con un equilibrio que incita a mantener el interés
por todo lo que sucede a lo largo de los 62 capítulos en los
que se estructura el desarrollo de la trama. Es una ficción muy bien
escrita y está relatada con gran realismo por un narrador
omnisciente, entre cuya voz se intercala otra en primera persona a modo de diario, por lo que los hechos que tienen lugar en esta población
costera gaditana bien pudieron haber sucedido en la realidad.
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(Urbaniz. Sta Margarita-La Línea Concep-Cádiz) |
El
lector se encontrará con una ficción que no le va a dar lugar a
tregua, con el aliciente de que la autora incita a averiguar quién o
qué pudo provocar la muerte de una joven en la población citada en
el párrafo anterior. Tal y como se desarrollan los
capítulos, uno se anima a resolver el interrogante planteado, si
bien los episodios se suceden de tal forma que no lo tuve muy claro;
o, mejor dicho, no vi venir el desenlace. Sin duda alguna, supo jugar
bien esta baza porque, sobre todo en el último tramo, nos somete a
emociones fuertes que echaron por tierra las mínimas posibilidades
que tuve para acertar a quién había que entregar a la justicia para
que determinara cómo debía responder ante la sociedad por el delito
cometido, o confirmar el primer supuesto planteado tras la inspección
ocular inicial.
En
mi opinión, la trama de Sin latido
es muy de corte clásico. Yolanda Cruz Ayala juega en su desarrollo
al despiste, porque son varios los personajes señalados como
potenciales culpables al guardar relación, de una forma u otra, con
la joven profesora madrileña fallecida. Es un despiste muy bien
pensado porque esta sensación se mantiene hasta el desenlace, en el
que utiliza la baza de las sorpresas, y bien fundamentadas. A lo que acabo de comentar añado que la voz
narrativa me ofrece una información más directa de lo que sucede
tanto en la investigación policial como en la paralela que lleva a
cabo Olivia, una brillante psicóloga, porque es ella quien tiene
en su poder las claves para saber qué ha sucedido, como adelanta la
sinopsis.
Olivia
es una joven psicóloga que tiene una consulta abierta en La Línea de la Concepción.
Todavía no acaba de asimilar el la decisión que tomó el paciente que decidió el mismo día que había
dejado su consulta. «Desde entonces, los días grises salpicaban
su vida y sólo encontraba alivio trabajando a un ritmo mucho más
alto y exigente del que debía»(pág. 14). Una vecina le entrega una caja recogida al
mensajero que minutos antes timbró en el piso de la destinataria.
La receptora se sorprende mucho con este envío, porque hace varios
años que no mantiene relación alguna con su remitente. Una vez que
comprueba el contenido de la citada caja, Olivia decide emprender una
investigación tras leer el contenido de una nota que la acompaña pero, sobre todo, desde que en la habitación donde se encontró con
el cadáver de la profesora «en una de las mesitas de noche había
una hoja escrita a mano» (pág. 26).
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(Playa Torre Nueva-La Línea Concepc.-Cádiz) |
La
autora construye un puzle muy complejo y que me mantuvo muy
entretenido a lo largo de los capítulos. Una complejidad marcada por
las dos líneas temporales en las que se desarrolla la trama: la
presente transcurre en el verano de 2017 y la del pasado en 2002, año en el que, como todos durante estas vacaciones,
se reúnen cuatro amigos que mantienen una estrecha relación, pese a
que Celeste sólo iba al pueblo con su familia en esta época del año. La primera está relatada por un narrador omnisciente y la
segunda en primera persona a modo de diario, escrito por la fallecida. Un diario que sorprende a la psicóloga
con los hechos que relata, porque entiende que salen a la luz
secretos guardados, pero también le muestra episodios protagonizados por su
hermano, de quien creía conocerlo todo. Me encontré con un puzle
muy complejo trabajado de tal forma que las piezas no forman un todo
compacto hasta llegar al desenlace. Un desenlace diría que
sorprendente, a la par que impactante, pero por desgracia muy real, pese a que quizás me pareció un tanto precipitado, si
bien entiendo que esta sensación está provocada porque me apetecía
que la historia se hubiera alargado un poco más. Un desenlace en el
que también se aclara un triste y luctuoso episodio, porque ese año
fallece en un extraño accidente uno de los cuatro amigos, Miguel
Heredia, y que la investigación realizada archivó como suicidio.
En
mi opinión, entiendo que estamos ante una obra coral, porque la
gran mayoría de los personajes desempeñan un papel destacable en
la trama. Me gustó mucho cómo nos vamos familiarizando con el
elenco que transita por las páginas de Sin latido, porque a todos ellos los conocemos mientras siguen su curso las dos
investigaciones paralelas. Son personajes creíbles, cercanos y, como
nos gusta decir en estos casos, parecen cobrar vida propia. La línea
temporal de 2002 incide en la relación de los cuatro amigos que
pasan juntos los veranos en esta ciudad -Miguel Heredia, Nicolás
Durán, Alex Fernández y Celeste Blanch, la protagonista pasiva-, y que se
dosifica a lo largo del relato de la voz narrativa, intercalada entre
los episodios que transcurren en 2017, por lo que el suspense está
muy presente. Pero la autora de nuevo tiene muy en cuenta la
complejidad de la trama, porque esa historia a modo de diario se
complementa con la información que recaban sobre cada uno de los
amigos antes citados el equipo de la UDEV de la policía. En este
sentido, dan mucho juego a esta ficción las relaciones personales
que se mantienen entre los miembros de este equipo policial, sobre
todo entre el inspector Rodrigo Ugalde y la
subinspectora María Infantes. No sólo atae la compenetración y
profesionalidad que muestran ambos, sino también la diferencia
de caracteres que los define, por lo que en este sentido me
resultaron atractivos los diálogos que mantienen al respecto. En el
trato entre ambos influye las relaciones personales de pareja de cada
uno, lo que da lugar a una serie de situaciones que les pilla
desprevenidos, pero que encajan con naturalidad una vez que son
conscientes del devenir de las mismas.
A
lo largo de los capítulos, Yolanda Cruz Ayala muestra la cara más
amable de la Línea de La Concepción, como un personaje más de la
novela, que acoge en sus brazos a quienes transitan por su callejero,
si bien no se olvida de la problemática que tanto acucia a la
población, aunque la aborda en episodios puntuales. Un callejero del
que muestra todos los rincones que merece la pena conocer de esta
ciudad que forma parte del Campo de Gibraltar. Localizaciones
descritas de forma muy visual y que invitan a visitarlas, entre los
que ofrece trazos algo más detallados de aquellos espacios
trascendentales que sirven para reconstruir lo que sucedió ese año,
y que supuso un antes y un después en la relación entre los amigos
a los que ya me referí en el párrafo anterior, como la playa de
Torre Nueva, el puerto pesquero de la Atunara, la urbanización de
Santa Margarita, pero también atrajeron mi atención las historias
que se cuentan sobre la Plaza de Cruz Herrera, o la singularidad de
la que los linenses conocen como Casa de los Chinitos, en la
Avenida María Guerrero.
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(Puerto Atunara-La Línea Concepción-Cádiz) |
Disfruté
mucho con la lectura de Sin latido, novela policíaca de
Yolanda Cruz Ayala, aunque con el paso de los capítulos se va
tornando muy negra, porque la trama hurga en los recovecos más
sombríos del alma humana. Los policías de la UDEV, el inspector
Rodrigo Ugalde y la Subinspectora María Infantes, investigan la
muerte de la joven profesora madrileña Celeste Blanch en la
urbanización Santa Margarita, de La Línea de La Concepción, pese a
que la inspección ocular inicial muestra que fue un suicidio. La
trama mantiene el suspense en todo momento porque hay otra
investigación paralela que, tras lo sucedido, decide afrontar
Olivia, una joven y brillante psicóloga que no pasa por un buen
momento emocional por la determinación que tomó un paciente suyo el
mismo día al salir de su consulta. Recibe una caja con extrañeza,
porque hace años que ya no se relaciona con la remitente, aunque de
niñas eran amigas, porque pasaba con sus padres las vacaciones de
verano en esta ciudad costera gaditana, y formaba pandilla con su
hermano Álex y dos chicos más del pueblo, Nicolás Durán y Miguel
Heredia. En mi opinión, Sin latido es una ficción de corte
clásico, porque la autora juega al despiste en su
desarrollo, ya que son varios los personajes señalados como
potenciales culpables al guardar relación, de una forma u otra, con
la fallecida, a lo que hay que añadir que el lector recibe de la voz
narrativa una información más directa de lo que sucede en las dos
líneas de investigación. La
trama de Sin latido
conforma un puzle muy complejo, en el que la información sobre lo
sucedido se desgrana en pequeñas dosis a través de dos líneas
temporales, la del presente en 2017, y la del pasado en 2002,
desarrollada esta en forma epistolar. Un complejo puzle muy bien
escrito, a ritmo de thriller, cuyas piezas forman
un todo compacto tras el desenlace sorprendente, a la par que
impactante, porque en él se aclara un triste y doloroso episodio
sucedido ese año, en el que falleció en un extraño accidente uno
de los cuatro amigos, Miguel Heredia, y que la investigación
realizada archivó como suicidio. Le dan mucha consistencia los
personajes que transitan por sus páginas, perfilados con fuerza y
realismo, y que viven episodios en los que están presentes los
secretos, el silencio, el acoso, la homosexualidad, el divorcio y las
relaciones tóxicas de pareja, con un personaje pasivo del que se incita a
estar pendiente, Celeste Blanch, porque la opinión sobre su personalidad varía según se desarrollan
los capítulos. Pero también el dolor y los fantasmas del pasado explotan en los episodios más álgidos y sobrecogedores.
Biografía:
Yolanda
Cruz Ayala nació en Gibraltar y creció en la ciudad de La Línea de
la Concepción, donde vive actualmente. A pesar de haber desarrollado
su formación académica y profesional en el ámbito de la
administración de empresas, siempre ha mantenido viva su pasión por
la literatura. Para ella, escribir no es simplemente una actividad,
es un compromiso con la imaginación y la expresión artística. En
el año 2013 fue una de las diez finalistas del Premio Planeta con la
novela Mermelada
de pétalos de rosas;
también ha publicado las novelas Cristales
en el cielo de Manhattan
y El
sonido de las estrellas,
y forma parte del Centro Andaluz de las Letras, un organismo
especializado en el fomento y la promoción de la creación
literaria.
Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomados de la web Planetadelibros. Imagen de la urbanziación Santa Margarita de La Línea de La Concepción, tomada de la web Santa Margarita. Imagen de la Playa Torre Nueva, de La Línea de La Concepción tomada de la web Turismo de Cádiz. Imagen del Puerto Atunara de La Línea de La Concepción tomada de la web del Ayuntamiento de la Línea.
Hola Paco, no he leído ninguna novela desarrollada en la linea de la Concepción así que la ambientación me parece muy sugerente, y !que decir de las historias de corte clasico!, sin duda están entre mis favoritas. Tomo nota de esta novela que tiene muchos ingredientes para gustarme. Besos.
ResponderEliminarNo la conocía. Es el tipo de novelas que suele gustarme y más desarrollándose en un lugar que me pilla muy cerquita. Apuntada.
ResponderEliminarBesotes!!!
Hola Paco. Dos veces ha venido la autora a Sevilla y dos veces que no he podido verla. Novela de corte clásico pero que parece que cumple con lo que se espera de ella. La he puesto en mi punto de mira desde hace tiempo pero, tú sabes, a veces no se encuentra el momento. Intentaré que no se quede atrás. Besos
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