jueves, 10 de marzo de 2022

Papá piernas largas, de Jean Webster.

 












Datos técnicos:



Título: Papá, piernas largas.

Título original: Daddy Long Legs.

Edición Original: 1912.

Editorial: Toromítico (Grupo Almuzara).

Ilustraciones: Sara Lago.

Dibujos: Jean Webster.

1ª edición: Noviembre de 2020.

Encuadernación: Rústica con solapas.

ISBN: 978-84-15943-45-7.
Nº pág.: 216.


Sinopsis:


Jerusha «Judy» Abbott es una huérfana de 17 años cuyo futuro parece ya marcado. Después de años de soledad y duro trabajo en el orfanato y con pocas posibilidades de prosperar, su vida da un vuelco inesperado pues el destino tiene reservadas todavía grandes sorpresas para ella. Todo cambia cuando es llamada al despacho de la directora e informada de que un miembro del consejo de administración del hogar para huérfanos, que prefiere permanecer en el anonimato, ha decidido convertirse en su benefactor y enviarla a la universidad para que se convierta en escritora. Para obtener esta ayuda, el único requisito que el misterioso filántropo exige a Judy, y que ella cumplirá encantada, es el de escribirle una carta cada mes informándole de los progresos en sus estudios y los detalles de su vida cotidiana en la universidad.

En esta deliciosa novela epistolar, Jean Webster nos permite asistir, como espectadores de lujo, a la evolución personal de su joven protagonista, así como a su crecimiento intelectual y social. A lo largo de la obra se destilan los propios valores que la autora siempre defendió y que la llevaron a construir este personaje fuerte e independiente que, sin renunciar al amor cuando se le presenta, es capaz de hacerse valer por sí misma.

«Jerusha tenía imaginación, ¡vaya si la tenía! Sin embargo, por muy ilusa que fuera, no podía llevar su fantasía más allá de los pórticos de las casas a las que deseaba acceder. La pobre Jerusha, con sus ansias de vida y de aventuras, jamás en sus diecisiete años había entrado en una casa y convivido con una familia de verdad». Jean Webster.



Opinión Personal:




Estoy seguro de que quienes gustan de la narración epistolar sentirán interés por el clásico que hoy reseño y, sin duda alguna, recomiendo, Papá piernas largas, de Jean Webster. Un clásico que la editorial Toromítico, del Grupo Almuzara, ofrece al lector con una presentación muy atractiva, ya no sólo por la cuidada traducción, sino también por unos dibujos que acompañan a algunas de las cartas que escribe Jerusha «Judy» Abbott, realizados por la propia Jean Webster y unas preciosas ilustraciones de Sara Lago, que guardan relación con el contenido de las epístolas que le remite al síndico que se interesa por sus estudios en el orfanato y decide sufragarle su formación universitaria. Dibujos e ilustraciones que amenizan el relato y confieren un efecto visual, y que ayudan al lector a imaginarse cómo son determinadas escenas que describe Jerusha «Judy» Abbott a su misterioso benefactor en la correspondencia que tiene que escribirle una vez al mes durante los cuatro años que dura su formación universitaria. Un relato epistolar muy atractivo porque, pese a que la edición original es de 1912, diría que le confiere un valor documental de la época a través del que Alice Jane Chandler Webster, «Jean»Webster, muestra la preocupación que siente por la problemática social de su país, en este caso tanto en lo que se refiere al papel que desempeñan los orfanatos, como al futuro que les espera a los huérfanos que acogen una vez que concluye su estancia en estas instituciones.

(Dibujo Granja Los Sauces (1))
La vida de Jerusha «Judy» Abbott da un giro trascendental el primer miércoles del mes, al que en el orfanato en el que vive se define como un Día Perfectamente Horrible. «Un día que había que esperar con desconfianza y miedo, soportar con coraje y olvidar deprisa» (pág. 11). Jerusha «Judy» Abbott es consciente de que ese día supone para ella una ardua jornada, al ser la mayor de todos los huérfanos que residen en el Hogar John Grier, porque le toca siempre la peor parte. Pero todo va a cambiar para la protagonista y narradora de esta deliciosa novela porque, para su sorpresa, es llamada con premura para que se presente en el despacho de la señora Lippert, la directora. Jerusha se queda perpleja ante la propuesta que recibe, tras interesarse por su formación educativa uno de los síndicos que donan grandes sumas de dinero para el mantenimiento del orfanato.

Me ha gustado mucho la estructura que le confiere la escritora estadounidense a esta novela epistolar de corte juvenil, si bien diría que es muy apta para todos los lectores porque, en mi modesta opinión, aborda una temática muy actual. En el desarrollo de la trama está muy presente la educación y el papel de la mujer en el mundo que le rodea. La protagonista y narradora también describe escenas costumbristas, en las que se muestran el estilo de vida de las familias de las amigas que la invitan a pasar con ellas determinadas épocas de descanso del curso universitario. Supongo que a quienes leyeron Papá piernas largas les pasaría lo mismo que a mí, porque la intriga se mantiene muy presente a lo largo del desarrollo de la trama, en la que en más de una ocasión me pregunté si Jerusha «Judy» Abbott llegaría a conocer en algún episodio a su misterioso benefactor, y si con el paso de los años seríamos testigos de su primera relación sentimental. Jean Webster atrae la atención del lector desde las primeras páginas a través de dos partes bien diferenciadas. En mi modesta opinión, la primera no tiene desperdicio, porque el lector puede hacerse una clara idea de cómo son las jornadas de los huérfanos que son acogidos por esta institución. En la siguiente estuve muy pendiente de lo que para ella significa la formación universitaria que recibe durante los cuatro años que reside en la universidad a la que es enviada, y de la relación que mantiene con las compañeras que comparten con ella habitación «en una torre que antiguamente era el pabellón de enfermos infecciosos antes de que se construyera la enfermería nueva» (pág. 24), así como el objetivo que le propone alcanzar en sus estudios su misterioso benefactor, porque quiere que se convierta en escritora. Una formación universitaria en la que hace referencia a las alusiones literarias, casi todas ellas relativas a escritores británicos, aunque también menciona a autores como Henry James o al poeta belga Maurice Maeterlink, lo que origina que cuente una anécdota que se guarda relación con este último.

(Dibujo Granja Los Sauces (2)).
En mi modesta opinión, entiendo que Alice Jane Chandler Webster, «Jean»Webster, muestra a través de las epístolas de Jerusha «Judy» Abbott su activismo feminista, porque a través de ellas refleja las inquietudes de las jóvenes estudiantes de la época, y la independencia que ansían frente a los dictados de la sociedad patriarcal. En más de una de sus cartas se percibe que la protagonista y narradora tiene muy claro que, pese al apoyo económico con el que su benefactor le sufraga los estudios, del que también recibe una cantidad mensual para sus gastos particulares, no se siente obligada a cumplir todas las recomendaciones que le sugiere. Se considera capaz de tomar sus propias decisiones, y en más de una ocasión recalca su intención de resarcir con el paso del tiempo el apoyo económico recibido, como lo podrá comprobar el lector a través del contenido de algunas de sus cartas. Unas decisiones en las que, sin embargo, siempre tiene muy en cuenta la reacción que pueda tener el destinatario de sus epístolas ante la rebeldía que muestra. Una rebeldía con la que le quiere hacer ver que la independencia es también una de sus metas, aunque es consciente de que la mayoría de las propuestas que recibe le son muy beneficiosas, no sólo para su formación universitaria, sino también para las relaciones que mantiene con el entorno que le rodea. Sin duda alguna, Jerusha «Judy» Abbott es una adolescente que merece la pena conocer. Estoy seguro que, quienes se interesen por Papá piernas largas, leerán esta deliciosa novela con una sonrisa, narrada en forma epistolar por una adolescente cuya ingenuidad e imaginación invitan al lector a estar muy pendiente de sus reacciones ante lo desconocido, porque toda su vida la pasó en el Hogar John Grier. Como dice Jean Webster en el fragmento que acompaña a la sinopsis, «la pobre con sus ansias de vida y de aventuras, jamás en sus diecisiete años había entrado en una casa y convivido con una familia de verdad».

También en mi modesta opinión entiendo que la autora refleja a través de las cartas de Jerusha «Judy» Abbott, un fuerte perfil psicológico de este personaje, y de cuya evolución incita al lector a estar muy pendiente. No tienen desperdicio las reflexiones, dudas y reacciones que muestra ante las situaciones que le toca vivir desde que se enfrenta a la realidad del mundo exterior, sobre todo durante los cuatro años que dura su formación universitaria. El lector se encontrará con un personaje que, frente a los primeros titubeos y la inseguridad que siente ante lo desconocido, sus epístolas reflejan con el paso del tiempo la gran fortaleza que germina en la joven universitaria, porque es muy consciente de que tiene que aprovechar esta segunda oportunidad que le ofrece la vida, en la que no le queda otra que enfrentarse a las diferencias sociales de la época. Jerusha «Judy» Abbott muestra a través de sus cartas la ingenuidad que hay en una niña que no conocía lo que era la vida fuera del orfanato. Sus epístolas rebosan también mucha imaginación, como lo recalca la autora en el fragmento que elige la editorial, como colofón a la sinopsis, y que sin duda alguna incita al lector a conocer a este personaje para acompañarle en difícil recorrido que para ella significa enfrentarse al mundo que le espera fuera de las paredes del orfanato. Una inteligencia, imaginación, ingenuidad e independencia que le ayudan a sobreponerse a la soledad que supone para ella su condición de huérfana y la procedencia del orfanato John Grier, al que menciona en varias de las cartas que le remite a quien reconoce como su única familia, como una reacción ante la soledad a la que me acabo de referir en este fragmento.



Biografía:



Alice Jane Chandler Webster, más conocida como Jean Webster, nació en Fredonia, Nueva York, el 24 de julio de 1876. Al igual que su bisabuela y su abuela antes que ella, fue un gran activista por la igualdad racial y el sufragio femenino. Emparentada además con Mark Twain (su madre era su sobrina y su padre fue editor de algunas de sus obras) no fue raro que estuviese interesada también en la escritura. Autora de varios libros entre las que se encuentran los clásicos Papá piernas largas y Mi querido enemigo. En sus obras plasmó sus vivencias y sus propias inquietudes intelectuales y sociales. Tuvo que afrontar diversas tragedias, como la muerte de su padre cuando ella era adolescente, pero también conoció el éxito en algunas de sus obras así como el amor. Falleció muy joven, a la edad de 39 años, por complicaciones en el parto tras dar a luz a su única hija, Jean.


Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora tomados de la web del grupo Almuzara. Dibujos que corresponden a la Granja Los Sauces tomados de la novela. 






9 comentarios:

  1. Buenos días, Paco:

    Primeramente, debo reconocer que esta novel me fascinó cuando la leí. En segundo lugar, coincido plenamente con tu opinión, el tema que aborda la autora es tremendamente actual, pese a que se esconda tras una historia de corte juvenil. Estas feministas de comienzos del siglo XX hicieron una labor extraordinaria, hablando de temas de importancia, En mi opinión, nada que ver con lo que se ve ahora.

    Un abrazo y enhorabuena por tu estupenda reseña!!

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  2. Hola Paco, conocía esta historia por la película de Fred Astaire y Leslie Caron, pero la novela aun la tengo pendiente. A ver cuando puedo hacerle un hueco que la historia me parece muy atractiva. Besos.

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  3. Mi amor eterno a Papaito!!! Cuanta nostalgia😊💜💚👍

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  4. Por lo que veo es una lectura muy emotiva. Su forma epistolar también le da más atractivo, a mi parecer. Un abrazo

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  5. Una novela fascinante mi querido Paco, y a muchísimos de nosotros nos trae recuerdos de juventud, al menos es mi caso. Cuando la relé y para el reto de Las inquilinas de Netherfield creo que todavía me gustó más que la primera vez. Además así llamábamos a mi abuelo: Papá piernas largas.

    Besos 💋💋💋

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  6. Esta novela cada vez me apetece más. Una reseña fantástica!
    Besotes!!!

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  7. Madre mía me acabas de trasladar de un plumazo a mi juventud, la recuerdo como una lectura entrañable que me hizo llorar más de una lágrima. Buena reseña.
    Besos

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  8. Paco, llevo años queriendo leer este libro. Mira que yo no soy de corte juvenil pero me apetece tantísimo. Y viendo que tú la has disfrutado mucho es algo que me anima aún más a ponerme a ello. Besos

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  9. No había comentado tu reseña pero la leí cuando la publicaste y fue la que me decidió a hacerme con el libro. Y qué maravilla, me ha encantado
    Muchas gracias por la recomendación

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