martes, 20 de abril de 2021

La inocencia del padre Brown, de G. K. Chesterton.

 












Datos técnicos:



Título: La inocencia del padre Brown.

Título original: Innocence of Father Brown.

1ª edición: Enero/2017.

Edición original: 1911.

Traducción: Alfonso Reyes.

Editorial: Ediciones Encuentro.

Formato: Ebook.

ASIN: B01MS5MXRH.

Idioma: Español.

Nº pág.: 925 (Este volumen incluye los 5 recopilatorios de relatos

                         protagonizados por el padre Brown y otros 5 relatos

                        sueltos).



Sinopsis:


El conjunto de los relatos del padre Brown, escrito a lo largo de más de veinte años, constituye quizá la obra más popular de Chesterton.

El simpático cura-detective que los protagoniza resuelve en ellos, armado únicamente con su paraguas, su inocencia y su sabiduría, intrincados casos gracias a un conocimiento sencillo a la par que profundo de la naturaleza humana.

Frente a la destrucción sistemática de la razón, propia del escepticismo y el relativismo de la Europa de inicios del siglo XX, Chesterton crea este singular personaje --basado en su amigo el sacerdote irlandés John O'Connor y que es ya parte del imaginario de la cultura inglesa junto a otras figuras detectivescas como Sherlock Holmes o Hercules Poirot-- para mostrar que sólo una mirada sincera y que reconozca el misterio que la realidad encierra es capaz de salvaguardar la razó



Opinión Personal:



El padre Brown, el mítico y peculiar sacerdote y detective —el Reverendo J. Brown, de la iglesia de San Francisco Javier, en Camberwell—, era uno de los clásicos del género de quien todavía no había leído ninguna de las historias que protagoniza. Los relatos se agrupan en cinco libros, siendo La inocencia del padre Brown el que encabeza este volumen (compuesto por doce relatos), con fecha de publicación original en 1911, y sobre el que hoy comparto mis impresiones. En el primer relato, La cruz azul, el lector se encontrará con descripciones del protagonista que le ayudan a hacerse una clara idea de cómo es este personaje, incrementadas con otras características que ofrece el narrador omnisciente de una forma puntual en otros posteriores, y aprovecha determinadas situaciones para ofrecer una visión más bien cómica de este sacerdote católico que también ejerce como investigador. En un principio me preguntaba si este simpático sabueso estaría preparado para enfrentarse al lado más ruin y oscuro del ser humano, dada la primera impresión que causa en sus primeras investigaciones. Para responder a la pregunta que me planteo en un principio, G. K. Chesterton es consciente de que lo dota de las armas que más le favorecen: un enorme paraguas, su inocencia y su sabiduría, que esconde tras una ingenuidad aparente. Sus rasgos fuertes son, sin duda alguna, la perspicacia que lo caracteriza y su capacidad deductiva — diría que al estilo Sherlock Holmes—, por lo que parece mostrarse superior sobre los demás, sin él pretenderlo, por las deducciones a las que llega para resolver algunos casos, por muy complejos e inexplicables que parezcan.

(Puente de Wenstminster-Londres)
En La inocencia del padre Brown, el protagonista comparte sus investigaciones con otro personaje al que hay que tener muy en cuenta, como es el sr. Hercule Flambeau, dedicado ahora a los mismos menesteres que el sacerdote católico, una vez que se retiró de su antigua profesión de delincuente. Sin duda alguna, La cruz azul es un relato muy atractivo, en el escritor británico presenta a ambos personajes, y en el que el lector se encontrará con algunas escenas que semejan un tanto surrealistas, pero que tienen una explicación a medida que se acerca el desenlace. Flambeau acompañará al padre Brown en los tres siguientes relatos, si bien en todos ellos uno y otro están en distintos bandos de la legalidad.

El padre Brown es un detective carismático, porque atrae la atención de los demás personajes tanto por su presencia — es muy difícil que pase desapercibida—, como la forma de resolver los casos que investiga, en la que de un modo u otro tiene en cuenta su visión como religioso, utilizando en ocasiones la parábola como método didáctico ante sus interlocutores, y sorprendiéndolos con otra arma que nunca le falla, como es la perspicacia, sin olvidarme de su capacidad deductiva, porque en más de una ocasión los dejará descolocados a la hora de explicar las conclusiones a las que llegó para resolverlo, dada la complejidad de algunos. Tal y como lo presenta la voz narrativa, en un principio da a entender que su presencia no impondrá autoridad alguna a quienes requieran su servicio y se encuentren ante ellos con un personaje descrito que semeja ingenuo y con unas formas de actuar más bien cómicas. Sin embargo, a medida que se sucedían los casos que investiga, cada vez  estaba más convencido de que al padre Brown poco le importaba que se le describiera de esa índole, a las que suplía con otras cualidades que sin duda alguna sabía explotar para ganarse el respeto, la atención y diría que la admiración de sus semejantes, pese a las impresiones iniciales que se tienen sobre él. Esto que acabo de comentar se resalta sobre todo en aquellos relatos en los que tan llamativa pareja atrae la atención del lector desde las escenas iniciales, y que sirven como entrada al caso que tienen que resolver en esa historia, como el de El ojo de Apolo.

(Parque de Hampstead-Londres)
En mi modesta opinión, los misterios que resuelve el padre Brown son de corte clásico, en los que el lector se encontrará con tramas en las que nada es lo que parece a la hora de descubrir al culpable de turno. El lector se dará cuenta de que en cada uno de ellos se encuentra con giros que juegan con quienes intentan averiguar el desenlace de la investigación, y que resultan muy atractivos sobre todo si dan al traste con las suposiciones iniciales, porque se presentía que muy poco había que investigar. En este caso es cuando la perspicacia y capacidad deductiva del cura-detective entra en escena, sobre todo en aquellos relatos que parecían tener una explicación sobrenatural o irracional. Y es que pese a la fe que el protagonista muestra sobre su religión impone una explicación lógica que guarda relación con el sentido común y la realidad que le rodea.

Me gustó mucho la ambientación que me encontré en cada uno de ellos, no solo en lo que a las localizaciones geográficas se refieren, sino porque G. K. Chesterton también ofrece un fiel reflejo de la sociedad y costumbres de la época. En este sentido, diría que quedan perfectamente reflejados las relaciones entre los estamentos sociales, como el trato entre los miembros de las clases más altas y de quienes están a su servicio, en los que la lealtad está muy presente, pero también las diferencias que puede haber entre los miembros de una familia a la hora de velar por sus intereses. También me atrajeron las alusiones literarias y su encaje en los relatos que utiliza el autor para ello, como en el que lleva por título El hombre invisible, que en cierto modo entiendo como un guiño a H. G. Wells, de quien era amigo; Las estrellas errantes, en el que se hace referencia a Dickens; menciona a Poe en el relato La cruz azul citando su paradoja la prudencia debiera contar siempre con lo imprevisto, o a Shakespeare, en El jardín secreto, con una cita a Lady Macbeth.

La inocencia del padre Brown es un libro de relatos con un ritmo de lectura que se me hizo más bien pausado, pero absorbente. El lector se queda prendado de la singular pareja que forman el padre Brown y Hercule Flambeau, tanto por los rasgos físicos de ambos personajes, como por la forma que tiene cada uno de ellos de comprender los casos que investiga el sacerdote católico, lo que supone un buen complemento para resolverlos, algunos incluso de una dificultad muy compleja, porque parecen más una obra sobrenatural que mundana, caso del relato titulado El martillo de Dios. No quería terminar esta reseña sin hacer mención a un relato que me atrajo, La muestra de la espada rota, porque entiendo que tiene un trasfondo histórico, en el que habla del general sir Arthur Saint Claire.



Biografía:


G. K. Chesterton (Londres 1874 – Beaconsfield 1936), fue un literato y polemista inglés convertido en 1922 al catolicismo. Abandonó sus estudios de arte para dedicarse al periodismo. Comenzó escribiendo poesía y ensayos críticos sobre diversos escritores británicos, pero la fama y el reconocimiento internacional le llegaron con sus novelas y relatos, obras llenas de imaginación, sentido del humor y hábil manejo lingüístico, como El hombre que fue jueves, El Napoleón de Notting Hill, La esfera y la cruz o los celebérrimos relatos del padre Brown. Escribió además dos extraordinarias biografías de santo Tomás de Aquino y san Francisco de Asís, esta última publicada en castellano por Ediciones Encuentro.


Nota: Datos técnicos y sinopsis, tomados de Amazon. Biografía y fotografía de G. K. Chesterton tomadas de la web de Ediciones Encuentro. Imagen del Puente de Wenstmister, tomada de la web La Guía de Viaje. Imagen del parque Hampstead, tomada de Wikipedia Commonds.

9 comentarios:

  1. Mi querido Paco, creo que sabes mi gusto por el padre Brown, llevo muchos años leyendo y releyendo sus historias, y no me canso y veo las adaptaciones televisivas una y otra vez. Parece mentira para una persona a la que tampoco le gustan los curas, lo mucho que disfruta con este 😂😂😂

    Me ha encantado la reseña, creo que hasta la necesitaba.
    Besos 💋💋💋

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  2. Buenas tardes:
    Yo soy muy fan de Chesterton. He leído principalmente sus artículos de opinión, que son geniales. Pero también ha caído algún que otro relato como el que has reseñado. Tienes razón al decir que son de lectura pausada, antes se hacían así las cosas. Pese a ello, creo que buscar el momento para leerlos a ese ritmo es parte del placer.
    Un abrazo y enhorabuena por la fantástica reseña!!

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  3. Qué pedazo de reseña! Mira que nunca me he sentido tentada con estos libros, porque he visto muchas veces la serie de tv por las tardes con mi madre. Pero al final has conseguido tentarme.
    Besotes!!!

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  4. Hola Paco,una reseña estupenda!. Me encanta el padre Brown, he leído muchos de sus relatos y he visto la serie de televisión y disfruto muchísimo con sus peripecias y de la singular pareja que forma con Flambeau. Este fue de los primeros que leí. Besinos.

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  5. Muy buena reseña para un clásico que siempre está en mi mesilla desde que lo encontré. Es un personaje peculiar y muy clásico. Resulta agradable volver a él de vez en cuando.
    Besos

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  6. Ay, cómo me gusta Chesterton, siempre. Es uno de mis autores preferidos y eso que a veces se pone de un religioso pesadísimo, pero se lo perdono. Los relatos del padre Brown son estupendos para iniciarse con sus novelas, pero te confieso que me gustaron más los relatos de "El hombre que sabía demasiado", me parecieron muy divertidos e ingeniosos. Besos.

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  7. ¡¡Chesterton!! Hola Paco, ¡¡vaya descubrimiento me has hecho!! Mira, antes de leer tu reseña, he visto el número de páginas del libro y uffff, pero claro, son relatos. Es un libro para leer poco a poco y ese Padre Brown, ¡he escuchado tanto de él! Me parece un libro para darse un capricho. Lo voy a tener muy en cuenta. No me importa que los casos que resuelvan sea de corte clásico. También lo es el de otros autores. Además está la ambientación que señalas. Nada, me lo llevo. Besos

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  8. Me gusta este tipo de detective pero no tanto que sean relatos en vez de novelas. Pero se nota que te ha gustado muchísimo y la verdad es que me tientas. Lo dejo en duda
    Besos

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  9. El tema de detective me atrae. Hace poco, nuestro grupo hicimos relatos. Paco, no recuerdo si te he enviadoel enlace de mi segundo blog, (perdí los comentarios del primero), y no los pude recuperar:

    https://ginesfranconetti.blogspot.com

    Felices vacaciones.

    Un abrazo.

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