Datos técnicos:
Título: Tiempos de esperanza.
Autor: Emilio Lara.
Editorial: Edhasa.
Primera edición: 18/93/2019.
Encuadernación: Tapa dura con
sobrecubierta.
Idioma: Español.
ISBN: 978-84-350-6341-8
Nº pág.: 480.
Sinopsis:
1212,
año del Señor. Europa está en plena convulsión cuando por el
reino de Francia avanza una tropa desigual de niños cruzados,
conducida por el pastorcillo Esteban de Cloyes, cuyo objetivo es
liberar Jerusalén con la única arman de la fuerza de la fe.
Mientras tanto, el califa almohade al-Nasir prepara en Sevilla un poderoso ejército para marchar sobre Roma, que vive atemorizada. El fervor religioso se mezcla con el odio al otro: los judíos son perseguidos con saña, robados y masacrados. Entre los niños que toman parte en esa cruzada histórica está Juan, hijo de un noble castellano asesinado en una emboscada, junto a sus compañeros Pierre y Philippe. Sus pasos se encontrarán con los de otros caminantes: Raquel y Esther, mujeres que huyen del odio antisemita y que sólo se tienen la una a la otra; o Francesco, un sacerdote de la Santa Sede que quiere salvar almas y cuerpos... y que encontrará su propia salvación a través del amor.
Emilio Lara, autor de La cofradía de la Armada Invencible y El relojero de la Puerta del Sol, se consagra como un auténtico maestro de la novela histórica y un apasionado narrador del alma humana, con sus miserias y con sus grandezas. Las críticas y premios que ha recibido por sus libros anteriores ya lo venían anunciando y con esta obra ha conseguido ser el ganador del Premio Edhasa Narrativas Históricas 2019, que se celebra por segundo año consecutivo.
Opinión Personal:
Hoy comparto mis
impresiones sobre una novela que me llamó la atención porque su
autor, Tiempos de esperanza, Emilio Lara (Jaén, 1968), con la que se
alzó ganador de la II Edición del Premio Edhasa Narrativas
Históricas 2019. Del escritor jienense afirman que este galardón
literario le consagra como un auténtico maestro de la novela
histórica y un apasionado narrador del alma humana, con sus miserias
y con sus grandezas. Sin embargo, he de reconocer que no se
cumplieron todas las expectativas que tenía puestas en la lectura de
esta novela, como lo aclararé a lo largo de esta reseña; aunque, como digo en estos casos, son elucubraciones mías. Pese a lo
que acabo de comentar, no dudo en recomendar su lectura, porque es una historia entretenida y bien contada. Merece la pena disfrutar de la prosa de un autor que cuida con esmero
su estilo narrativo, en el que destacaría la riqueza léxica que
utiliza la voz narrativa, de tal forma que consigue que el lector se
sienta atrapado por la historia que relata. A través de la lectura de esta novela, uno siente que realiza un viaje literario a la época en la que se desarrolla la trama, en la que se nota que el autor realizó una ardua labor de documentación para causar esa sensación en el lector.
(Cruzada de los Niños-1212)
Tiempos de esperanza
aborda un hecho que supongo muy poco conocido por la mayoría de los
lectores, como es la cruzada en la que en 1212 encabezó el
pastorcillo Esteban de Cloyes, con la pretensión de conquistar
Jerusalén con un ejército de niños, con la fe como única arma y
la certeza de que «En cuanto
nos acerquemos a las murallas de Jerusalén Dios que
fulminará a sus enemigos»
(pág.
27). El escritor jienense aprovechó también el hecho
de que ese año cristianos y almohades se miraban con recelo, porque
en Roma había el temor de que el califa Muhammad Al-Nasir llegara
hasta la Ciudad del Apóstol y cumpliera la amenaza de convertir el
Vaticano en un abrevadero para sus caballos. Los reinos cristianos se
habían unido en una nueva cruzada, promovida como tal por el Papa
Inocencio III, con el fin de frenar el avance musulmán e impedir así
que se cumpliera el juramento prometido por el califa. La batalla de
Las Navas de Tolosa pondría fin a las aspiraciones de quien los
cristianos conocían como Miramamolín. A estos episodios históricos
hay que añadir el hecho de que este año el antisemistismo se
extendía por Europa, en donde los judíos sufrieron una serie de
progromos.
El contexto histórico
expuesto en el párrafo anterior es un aliciente para que el lector
disfrute de una novela atractiva, que Emilio Lara estructuró de una
forma muy dinámica, ya que está dividida en 116 capítulos de muy
corta extensión, por lo que nos encontramos con un ritmo lector muy
fluido, sin apenas darnos cuenta de que tenemos por delante una
novela de 480 páginas. Sin embargo, hubo algún momento en el que
la lectura se me ralentizó un tanto: en algunas fases de la
narración me dio la impresión de que me sobraban páginas que
provocaban el efecto que acabo de comentar, sobre todo en la subtrama
que gira en torno al antisemitismo, y algunos episodios relativos a
la cruzada de los niños en su camino entre París y Marsella, porque
me decía que aportaban poco a este hecho histórico que linda entre
la realidad y la fantasía. Si bien he de reconocer que esto último
que comento sobre esta singular y alocada cruzada puede deberse al
rechazo que sentía hacia el personaje de Esteban de Cloyes, a quien
lo veía como un iluminado con afán de protagonismo, y a quien le
llamaba de todo, especialmente a la hora de tomar algunas decisiones
drásticas, sin tener en cuenta el estado en el que se encontraban
los niños que le seguían en esa alocada aventura.
(Abadía de San Denís-Francia)
Tiempos de esperanza
es una novela que tiene una trama lineal, pese a que nos encontramos con un prólogo y un
epílogo que nos sitúan en 1260, ya que los capítulos relatados por
un narrador omnisciente tienen lugar entre el 4 de mayo y el 16 de
septiembre de 1212, con un salto en el último capítulo al año
1217. Durante estos cinco meses en los que tiene lugar el desarrollo
de la trama se suceden una serie de episodios que atraen la atención
del lector, si bien no se producen grandes giros que la incrementen,
pese a que tienen lugar algunas situaciones en la novela que nos
invitan a preguntar por el devenir que le espera a algunos
personajes, desde el momento en el que se producen unos episodios que
provocan en ellos un futuro incierto. Si bien el último tramo de la novela, ya próximo al desenlace, ofrece algunos episodios que incrementan la atención del lector, por el giro que toma el destino de los cruzados infantiles que permanecían en la playa de Marsella, para que se cumpliera el milagro al que hacía referencia el pastorcillo. Este desenlace llevará a esos niños a un viaje muy diferente, que no tendría nada ue ver con intenciones iniciales del pastorcillo Esteban de Cloyes.
Emilio Lara ofrece al lector una historia coral, en la que estará pendiente de los personajes que protagonizan las subtramas que conforman la novela. Y así es como seguirá las vicisitudes de Raquel, que ve como una exaltada muchedumbre asalta la barriada judía de Narbona, y logra huir una vez que comprobó que la calma había vuelto a lo que quedaba de su hogar y al barrio en el que vivía. Raquel decide marchar a Marsella, con la incertidumbre de encontrarse con su esposo. El segundo personaje en el que se fijará el lector es Juan, un niño que presencia cómo es asaltada la delegación diplomática de la que formaba parte su padre, que iba a pactar una alianza con el rey francés para que se uniera a la cruzada contra los almohades. Quien también cobra protagonismo en la novela es el joven sacerdote Francesco Roncalli, un idealista que formaba parte de la Corte Pontificia, pero que se preocupaba más por el bienestar de los necesitados que por el ambiente de corruptelas cardenalicias y hábitos libertinos que apenas escandalizaban a la curia. La labor llevada a cabo por este joven sacerdote le recodará al lector, sin duda alguna, a la realizada por San Francisco de Asís, pues eran muy similares la idea de iglesia que tenían ambos.
Emilio Lara ofrece al lector una historia coral, en la que estará pendiente de los personajes que protagonizan las subtramas que conforman la novela. Y así es como seguirá las vicisitudes de Raquel, que ve como una exaltada muchedumbre asalta la barriada judía de Narbona, y logra huir una vez que comprobó que la calma había vuelto a lo que quedaba de su hogar y al barrio en el que vivía. Raquel decide marchar a Marsella, con la incertidumbre de encontrarse con su esposo. El segundo personaje en el que se fijará el lector es Juan, un niño que presencia cómo es asaltada la delegación diplomática de la que formaba parte su padre, que iba a pactar una alianza con el rey francés para que se uniera a la cruzada contra los almohades. Quien también cobra protagonismo en la novela es el joven sacerdote Francesco Roncalli, un idealista que formaba parte de la Corte Pontificia, pero que se preocupaba más por el bienestar de los necesitados que por el ambiente de corruptelas cardenalicias y hábitos libertinos que apenas escandalizaban a la curia. La labor llevada a cabo por este joven sacerdote le recodará al lector, sin duda alguna, a la realizada por San Francisco de Asís, pues eran muy similares la idea de iglesia que tenían ambos.
Emilio Lara ofrece a lo
largo de los 116 capítulos que conforman la novela un magnífico
fresco del año 1212, por lo que el lector se puede hacer una
perfecta idea de cómo era la vida cotidiana en aquel entonces, con
la particularidad de que se vería alterada por el camino que seguía
la Cruzada de los Niños desde París hasta Marsella, lugar en el que
el pastorcillo pretendía que se produjese el mismo milagro que
permitió a Moisés cruzar las aguas del Mar Rojo en su huida de
Egipto. Y es que en ese fresco el lector conoce a personajes que
pertenecen a los diversos estamentos sociales del momento, todos
ellos estereotipados. Salvo las escenas en las que figuran el papa
Inocencio III, el rey Felipe II de Francia o el califa Muhammad
Al-Nasir, el resto de personajes son representativos de la población
de la época, todos ellos estereotipados.
(Batalla de Las Navas de Tolosa)
Emilio Lara describe a lo
largo de los capítulos verdaderas estampas de los espacios por los
que se mueven los personajes, a través de unas descripciones que nos
ofrecen una idea muy visual de los mismos. Y así es cómo el
narrador omnisciente ofrece pinceladas de la vida en la Corte
Pontificia, o en el Hospital de los Prados. Las preciosas
descripciones que ofrece de la Sevilla de los almohades, en donde el
narrador recrea las costumbres musulmanas, así como los preparativos
que se realizaban para que el ejército almohade extendiera sus
fronteras, pues esa era la gran preocupación del califa, sobre todo
tras la victoria de su padre en la batalla de Alarcos. El bullicio de
París con la presencia de Esteban de Cloyes y los cruzados
infantiles, que se volvería a repetir en Marsella, en donde el autor
refleja lo mejor y lo peor del ser humano. A Esteban de Cloyes le seguirán también algunos
adultos, entre los que se encuentran varios clérigos, y dos
personajes que atraerán la atención del lector, de quienes recelé
en todo momento, porque no tenía muy claro qué papel desempeñaban
realmente en esa cruzaba: el abuelito, y Gaspard. Las peripecias que
acompañan a Raquel y Esther en su viaje hasta Marsella atraerán
también la atención del lector, pues el narrador relatará una
serie de episodios en los que estas dos mujeres tendrán que
ingeniárselas bien para subsistir, bien para escapar de lugares en los que vieron peligrar sus vidas por su condición de
judías. Sin olvidarme de la vida en Cerdeña, en donde atraerá la
atención del lector Giulia de la Gherardesca.
Desde que vi por primera
vez en el catálogo de Edhasa la novela que hoy reseño, me vino en
todo momento a la memoria Charles
Dickens, y sobre todo títulos como Grandes esperanzas y Tiempos difíciles, pues me decía que la esperanza estaba
muy presente lo largo de los capítulos en unos tiempos muy difíciles
para personajes mencionados en esta reseña, caso de las judías
Raquel y Esther, o los niños Juan, Pierre y Philippe, o el joven
sacerdote Francesco. Pero también hay escenas que parecen salidas de
las novelas de escritor inglés, como las que tienen lugar en el
hospicio al que es llevado Juan, tras fallecer su padre, o algunos
episodios protagonizados por los niños que acompañan a Esteban de
Cloyes en el camino que les conduce de París a Marsella. Aunque
para estos personajes es también una historia de segundas
oportunidades, pues la vida les endereza un rumbo que se les había
torcido, pese a que a lo largo de los capítulos ven cómo están muy
presentes el odio, las intrigas cardenalicias, el fanatismo, la
guerra, aunque también el amor y la amistad, caso de las ya
mencionadas Raquel y Esther o de Juan con Pierre y Philippe, dos niños
de un origen muy diferente al hijo del fallecido noble castellano, pero el
lector comprobará cómo entre los tres se cuidarán como si fueran
hermanos, sin olvidarme de incluir en este grupo de personajes al joven sacerdote Francesco.
Biografía:
Emilio
Lara (Jaén, 1968) es doctor en Antropología, licenciado en
Humanidades con Premio Extraordinario, Premio Nacional de Fin de
Carrera y profesor de Geografía e Historia de Enseñanza Secundaria.
Ha publicado varios libros de Historia y decenas de artículos en
revistas universitarias y centros de investigación españoles,
italianos y franceses. Ha participado en la elaboración del
Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia.
También ha obtenido diversos premios de literatura, historia y
periodismo. En Edhasa ha publicado dos novelas, ambas, muy bien
acogidas por la crítica y el público, la primera La
cofradía de la Armada Invencible(2016)
y la segunda El Relojero de la puerta del Sol
(2017).
Por esta última recibió dos premios en el 2018: El
XXIV Premio Andalucía de la Crítica y
el XIX
Premio de Novela Histórica Ciudad de Cartagena. Ahora
está enfrascado en la escritura de su tercera novela.
En
2019 gana la segunda edición del Premio
Edhasa Narrativas Históricas con
su novela Tiempos
de esperanza.
Emilio
Lara ha publicado artículos en Todoliteratura y en el diario ABC
Sevilla, y ha pronunciado una conferencia sobre la “Jura de la
Constitución por Su Majestad la Reina Regente Doña María
Cristina”.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de Edhasa. Imagen de la Cruzada de los Niños tomada de Wikipedia. Imagen de la abadía de San Denís, tomada de la web El arte como arte. Imagen de la batalla de Las Navas de Tolosa, tomada de Wikipedia.
Pues la verdad es que el hecho histórico del que parte no lo conocía, pinta estupendamente, tal vez este verano me anime.
ResponderEliminarBesos
No tiene mala pinta, me la apunto para cuando me apetezca una novela histórica de esta época.
ResponderEliminarBesos
No me suelen atraer las novelas ambientadas en épocas tan pretéritas, pero esta puede que se cuele entre mis lecturas. Las Cruzadas y la situación de los judíos a lo largo de la historia son temas que me interesan. A pesar de que haya defraudado tus expectativas.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Paco! tiene muy buena pinta, la verdad es que es bastante atrayente, lo que pasa que yo soy muy perezosa para la novela histórica y he leído dos muy seguidas lo que significa que estoy a punto de explotar si me lanzo ya a por otra 🤯🤯🤯😅😅
ResponderEliminarLa anoto.
Besitos carinyet
Pues no tiene mala pinta. NO me importaría leerla, pero tendré en cuenta tus peros, para no elevar mis expectativas.
ResponderEliminarBesotes!!!
Tiene una pinta estupenda, me gustan las novelas desarrolladas en la época de las cruzadas y aunque esta novela no haya cumplido tus experiencias lo leeré si se cruza en mi camino. Besinos.
ResponderEliminarPue sno lo conocía, y, aunque ahora mismo no me veo con una lectura así, me la anoto para más adelante
ResponderEliminarBesos
Pinta bien, me la anoto para más adelante, que ahora es casi imposible que pueda.
ResponderEliminarUn beso ;)
No sé qué decirte, Francisco. Veo más contras que pros en lo que nos cuentas; no por tu parte, sino por la mía: las cruzadas, el fanatismo, la miseria... me resultan un poco manidos, además de tus expectativas poco cumplidas. La labor de documentación, sin embargo, siempre me llama. Abrazos.
ResponderEliminarEdhasa es sin duda una garantía en novelas históricas. Del autor ganador, yo he leído "El relojero de la Puerta del SoL", y francamente me gustó bastante. En esta ocasión, el contexto no me acaba de convencer, junto a lo del cierto ralentizamiento. Muy buena reseña Paco, como siempre. Un abrazo
ResponderEliminarNo lo conocía, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarBesos.
Me parece muy curiosa la autenticidad de esa cruzada infantil de la que no tenía ni idea, y esa comparación que haces con Dickens. Lo que comentas de tu antipatía por Esteban de Cloyes me pasa mucho también a mí con algunos personajes históricos, que me parecen precisamente eso: unos iluminados con afán de protagonismo.
ResponderEliminarNo sé, no he leído nada de este autor y con esos peros que comentas creo que tal vez sería mejor empezar con alguno de sus otros libros. Me lo pienso.
¡Besote!
Pues no pinta nada mal pero creo que es a mi marido al que más le va a gustar. Besos
ResponderEliminarCuriosamente, este hecho histórico sí lo conocía, porque hace muchos años leí una novela juvenil sobre ello. Además, la portada es preciosa. Pero no sé, por lo que cuentas no me termina de llamar la atención.
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