Sinopsis:
Zamora, 1682. Don
Fernando de Zúñiga, doctor en medicina por la Universidad de Salamanca, acude a
la llamada del obispo. Monseñor Balmaseda le encarga averiguar la procedencia
de la talla de un Cristo crucificado, hallada en extrañas circunstancias y que
parece estar relacionada con la trágica muerte de un herrador. El doctor Zúñiga
pronto averigua que aquel suceso oculta una trama de terribles asesinatos, cuya
investigación le llevará en un periplo por la Salamanca universitaria, la Corte
madrileña y una Sevilla antes opulenta y ahora tan agonizante como los
crucificados que procesionan por sus calles. La sangre de los crucificados es
un thriller histórico magníficamente ambientado en la España de finales del siglo
XVII, cuyos protagonistas se mezclan con reyes, religiosos o artistas. Una
novela que convierte el esplendor artístico del Barroco y las intrigas
políticas en torno al último rey de los Austrias en una trepidante aventura.
Opinión Personal:
Mi primer encuentro con
la obra de Félix G. Modroño fue a raíz de la lectura de La ciudad de los ojos
grises, una novela que fue elegida como la mejor publicada en lengua española
en 2012 por los blogueros a propuesta del Club Literario Creatio, galardón que
compartió, nada menos, que con Ken Follet en el apartado de autores
extranjeros, por El invierno en el mundo. Dos premios que prácticamente
se veían venir por la calidad de una y otra refrendada por las críticas positivas que ambas cosecharon.
Y a raíz de esta lectura
me picó la curiosidad por conocer las novelas que anteriormente había publicado
este autor de origen vizcaíno, dos novelas que nos trasladan a la España
barroca, al último tercio del siglo XVII y en el que conoceremos a Fernando de
Zúñiga, vizconde del Castañar y doctor en medicina que ejercía su profesión en
Salamanca y en cuya universidad impartía clases.
En La sangre de los
crucificados nos encontramos con dos asesinatos en circunstancias similares
pues a las puertas de sendos templos de Zamora y Salamanca aparecen dos tallas
de un Cristo crucificado. Los rostros de estas tallas guardan un gran parecido
con las caras de dos personas que han sido asesinadas en ambas ciudades. El
obispo de Zamora le encargará a Fernando de Zúñiga la investigación de esos
terribles crímenes. Pronto las indagaciones que se hacen nos llevará a saber
quién puede ser el autor pero no los motivos que le inducen a ello y si puede
llevar a cabo algún acto delictivo más.
Cuando empecé la lectura
de esta novela me vino a la memoria, El nombre de la rosa, de Umberto
Eco, pues me pareció que tanto el
vizconde de Castañar como su fámulo Pelayo eran como un guiño a fray Guillermo
de Baskerville y Adso de Melk. La forma en que ambos llevan a cabo sus
investigaciones, el que los dos personajes guarden relación con
Inquisición —aunque Fernando de Zúñiga,
después de presenciar el multitudinario auto de fe celebrado en Madrid
en 1680 abandonaría su relación con esa institución— y el vínculo paterno
filial que va estableciendo con el joven Pelayo me llevaban a esa conclusión.
«—¿Cómo lo
sabéis?
—Sentido
común, aderezado de intuición y un poco de suerte— contestó el vizconde,
luciendo una media sonrisa.» (Pág.
89).
Otra premisa que avala
la labor de Félix G. Modroño es el rigor histórico que nos encontramos en sus
novelas, logrando así una ambientación que nos permite viajar en el tiempo a la
época en la que se desarrolla la trama. Don Fernando de Zúñiga nos llevará por
una España en decadencia, un país en el que la dinastía de los Austrias parece
llegar a su fin y los intereses de los reino vecinos están pendientes de lo que
acontece en el país si Carlos II no deja descendencia. Esa decadencia la iremos
presenciando a medida que ambos personajes nos muestren las ciudades por las que
pasan. A Pelayo no le gusta el ambiente que se encontrará tanto en Madrid como
en Sevilla, dos ciudades que ante sus ojos resultan caóticas, por lo que le
confiesa al doctor Zúñiga que prefiere la vida tranquila de Zamora.
Durante la novela el
vizconde del Castañar nos dará a conocer aquellos rincones por donde realizarán
sus pesquisas para atrapar al autor de tan horrendos crímenes. Pasearemos por
Zamora, sus calles, plazas y su catedral o Salamanca: «No obstante, decenas de iglesias y conventos se repartían
por cada rincón. Por si fuera poco, las obras de la nueva catedral y las del
Colegio Real de la Compañía de Jesús en el cerro de San Isidro, competían en
velocidad y grandiosidad» (pág. 95). Nos adentraremos en el Madrid
de los Austrias o en Sevilla, cuna de
grandes artistas barrocos como el escultor Luis Roldán y su hija Luisa La Roldana, el
escultor Francisco Gijón, autor, entre otras grandes obras, de El Cristo de
la expiación, conocida popularmente como El Cachorro o el pintor Valdés Leal
La sangre de los
crucificados nos ofrece unos
personajes muy variopintos, históricos unos, ficticios otros. Se puede decir de
ellos que son un fiel reflejo de la sociedad de aquella época. Nos podemos
figurar cómo son pues están muy bien perfilados por el autor, aunque algunos
cobran más importancia que otros, ya que los hay quienes podríamos definirlos
como figurantes por la fugaz aparición que tienen en la novela. Sobresale la
figura de Fernando de Zúñiga, el protagonista, que es una persona cuyo carácter
está influenciado por el fallecimiento de su esposa, tres años después de
contraer matrimonio, hecho del que no logrará sobreponerse y a quien mantendrá
constantemente en sus recuerdos, por eso nos lo encontraremos en más de una
ocasión sumido en la melancolía. Pelayo, al servicio del obispo de Zamora, será
el muchacho que le acompañe en sus investigaciones. Al principio lo
encontraremos un tanto dubitativo pero poco a poco se irá ganando la confianza
del vizconde y veremos cómo su personalidad va cambiando. También cobra
relevancia la figura de la reina regente, Mariana de Austria, durante la
minoría de edad de su hijo Carlos II, cuya amistad con el vizconde de Castañar
servirá para que él vigile la frágil salud de su hijo, amistad que aprovechará
para introducirse en palacio y realizar algunas investigaciones que pueden
ayudarle a resolver el caso que le encomendaron. Tampoco me olvido de la figura del asesino, de quien ya tendremos
conocimiento desde el principio y al que veremos cómo actúa a lo largo de la
narración, siempre un paso por delante de sus perseguidores que intentarán por
todos los medios impedir que lleve a cabo un nuevo asesinato. Es una persona
con grandes dotes artísticas pero que las utilizaba para conseguir sus fines
macabros.
La novela está
estructurada en nueve capítulos, narrada en tercera persona y escrita con
estilo directo y un lenguaje cuidado en el que introduce vocablos de la época
así como las fórmulas de cortesía que se empleaban por aquel tiempo, utilizando
incluso germanías, jergas propias de gremios, como vocabulario propio del caló
que leeremos en una conversación entre un grupo de personas de raza gitana (el
lector encontrará el significado de los mismos en el apéndice final que
acompaña a esta obra): « —Cualquier día te
descuernan y acabas atacado o peor aún, lleno de antojos en gurapas —ahondó
Tijeras.
—Sería una
lástima perder al más enjaezado de todos los gitanos de Triana —dijo Tarafes». (pág. 328).
La sangre de los
crucificados es una novela que me
enganchó desde el principio. Me hizo pasar un momento entretenido con las
aventuras de este personaje en pleno Siglo de Oro, pues me transporta a una
época que me atrae, sobre todo por la gran riqueza cultural reinante en un
período decadente de nuestra historia. Da la impresión de que el autor seguirá
con las andanzas de este peculiar investigador lo cual me alegraría pues este
tipo de novelas me atraen. Creo que el capitán Alatriste podría tener en el
doctor Zúñiga a un digno rival a tener en cuenta para deleite de los lectores.
El autor:
Félix González Modroño nació en 1965 en
Vizcaya, donde transcurrió su infancia y adolescencia. Es licenciado en Derecho
por la universidad de Salamanca. Trabaja el sector financiero desde 1991 y en
la actualidad vive en Sevilla. Como fotógrafo ha publicado, Villalpando,
paisajes y rincones (2002), un homenaje al pueblo zamorano del que son
originarios sus padres, y viene colaborando con la revista Paisajes
desde 2003. Después de haber obtenido varios premios con sus relatos, La
sangre de los crucificados fue su primera novela, a la que siguió Muerte
dulce, segunda entrega de las aventuras de don Fernando de Zúñiga.
Datos técnicos:
Título: La sangre de los
crucificados.
Autor: Félix G. Modroño
Algaida Editores, 2007, 2010.
ISBN.: 978-84-9877-356-9
Nº Páginas: 382
Fuentes: sinopsis de la editorial; imágenes de la catedral de Zamara, del Palacio Real de Madrid, de la reina regente Mariana de Austria y del autor tomadas de google imágenes.
Esta reseña participa en los siguientes retos:
Tengo muchísimas ganas de leerla. A ver si me pongo ya de una vez... Me alegro de que a ti te haya gustado, eso siempre es una garantía ;)
ResponderEliminarBesos!
No he leído nada de Felix González Modroño y creo que me estoy perdiendo algo muy bueno, y no se por cual empezar!!besotes y gracias por tan buena reseña
ResponderEliminarNo acaba de llamarme, no sé pero no es lo que suelo leer.
ResponderEliminarUn beso
Reconozco que esta novela no me tienta tanto como La ciudad de los ojos tristes, pero en un futuro no se sabe si puede caer. 1beso!
ResponderEliminarme gustó mucho La ciudad de los ojos grises. Y esta no me importaría leerla.
ResponderEliminarMe encanta esta novela. Fue la primera que leí del autor y el primer libro dedicado que entró en casa. Le guardo un recuerdo muy entrañable. Además tengo una vinculación muy especial con el final. Me alegro que te haya gustado. No es para menos. Besos.
ResponderEliminarDisfruté un montón de la ciudad de los ojos grises, así que esta debería leerla.
ResponderEliminarUn beso!
De Félix solo he leído La ciudad de los ojos grises que me encantó y tengo ganas de repetir. Creo que esta novela también me gustaría mucho sobre todo por los escenarios en los que se sitúa y por ser una época sobre la que no he leído demasiado
ResponderEliminarbesos
Probaré a leerla porque tiene una pinta muy interesante.
ResponderEliminarUn saludo.
Tengo pendiente La ciudad de los ojos grises, que ha encantado a mi mujer y a mi hija.
ResponderEliminarZúñiga y Pelayo forman una pareja que se complementa bien y aquí se hace una buena presentación del protagonista. Me gustaron las referencias artísticas, la mezcla permanente (que luego he visto aparece en más libros) de personajes reales paseando casi por la ficción que nos presenta y el estilo, las formas.
ResponderEliminarBesos
La tengo que leer sí o sí , que estoy segura que la voy a disfrutar.
ResponderEliminarBesotes!!!
La tengo apuntada porque me atrae la época histórica en que se desarrolla, y "La ciudad de los ojos grises" me gustó mucho, pero con tantas novedades que van saliendo es difícil hacerle un hueco. .Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias, amigo. Me hace ilusión ver a Zúñiga dando vueltas. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEsta no me atrae pero sí me gustaría leer La ciudad de los ojos grises. No soy partidaria de las notas a pie de página pero, lo que comentas del vocabulario caló, creo que es mejor explicarlo de esta manera en vez de parar la lectura para ir al apéndice. Es mi opinión.
ResponderEliminarMe encantó La ciudad de los ojos grises (como a todo el mundo) y estoy deseando leer las otras dos novelas del autor. Ésta, en concreto, me apetece mucho pues une la novela negra y la histórica, dos de mis géneros preferidos. A ver cuándo me pongo con ella
ResponderEliminarBesos