Sinopsis:
En aquellos años oscuros de la posguerra española, en la
década de los cincuenta, un hombre con "pocas luces" ―Agapito―
sobrevive con tres trabajos humildes: barrendero, enterrador y ayudante del guardagujas
en una estación de tren.
Las circunstancias de la muerte de una niña atropellada en
un túnel hacen pensar a Agapito y a su amigo, el cabo Antero, que no ha sido un
accidente. Las pesquisas encaminadas al esclarecimiento del hecho
desencadenarán otras muertes, hasta llegar a una verdad con varias aristas que
solo el lector llegará a conocer...
«Desplegó el cabo Antero sobre la mesa de gres un hato,
cogió en un abrazo la ropa de la chiquilla y la dejó caer con esmero, respeto y
cuidado en el pañuelo, atando las puntas para recogerlo todo. Y, al hacerlo,
algo casi imperceptible cayó al suelo, junto a una pata de la silla, sin que
ninguno de los dos se diera cuenta»
Opinión personal:
Barrendero, enterrador, ferroviario es la segunda novela de Jon Lauko, seudónimo con el que firma sus obras
el profesor Francisco Rubio (Calamocha-Teruel). Él mismo dice que
«es una novela negra rural. De
alguna manera se sitúa en el camino que abrió el genial García Pavón con sus
personajes manchegos del guardia Plinio y su amigo y colaborador el veterinario
Don Lotario».
La acción transcurre en Albónica, localidad ficticia que
parece que se corresponde con restos de unas colonia romana encontrados cerca
de la localidad de Calamocha. El autor, mediante un narrador omnisciente, logra
hacernos partícipes de la vida del pueblo. Traza unos personajes creíbles, a
los que conoceremos por su nombre, sus rasgos físicos y sus hábitos diarios así
como el oficio que desempeñan. Nos llevará por las diversas calles y plazas del
mismo y viajaremos en tren hasta la capital turolense. Un tren que forma parte
de la vida diaria de esa población, y es el vehículo de transporte que
utilizarán los personajes y veremos cómo formarán parte del paisaje que nos
describirá el escritor calamochano. Un paisaje que sufrirá las inclemencias del
crudo invierno, con sus continuas nevadas, ventiscas y el frío gélido reinante
con el que deberán convivir los vecinos.
El pueblo es pequeño y, como suele pasar, las noticias
corren de boca en boca. En esta ocasión, la comidilla será la muerte de
la niña que fue arrollada por un tren en un túnel que hay a las afueras de la
localidad. Oficialmente será una muerte causada de forma fortuita por una
actuación indebida de la chiquilla pero Agapito el enterrador y el cabo Antero
no lo tienen claro. Ambos iniciarán las investigación para esclarecer los
hechos. Cada uno a su manera. Hay un principal sospechoso y ese es Avelino, un
pordiosero que vive en el túnel en el que apareció el cadáver y que tiene un
parentesco lejano con el enterrador.
Este halo de misterio que envuelve el «caso Avelino»
se verá alterado con la aparición de
nuevas muertes, que enturbiará más la vida y la relación y desconfianza entre
los vecinos de Albónica. Quién más se verá afectado por las habladurías será
Agapito el enterrador, un hombre de pocas luces, al que miran con cierta
desconfianza.
Jon Lauko crea una buena ambientación en la que se
desarrolla la trama. Nos transporta a la posguerra y más concretamente al año
1956. Nos damos una idea clara de cómo era la vida en aquella época. Las
tabernas del pueblo serán lugares de encuentro de sus ciudadanos, en donde
pasan sus momentos de ocio y se mantienen informados de primera mano de los
acontecimientos que se van sucediendo. Visitaremos los domicilios de los
personajes y seremos partícipes del ajetreo que hay en las dos estaciones o en
el cuartel de la Guardia Civil.
El ritmo de lectura es un tanto pausado provocado por ese
realismo que nos encontramos a lo largo de los dieciséis capítulos que conforman
la novela. Con ello, el autor consigue que nos sintamos un personaje más pues
nos podemos imaginar claramente las escenas que nos relata. El lenguaje es
sencillo pero muy cuidado en el que, de vez en cuando, nos encontraremos con
palabras que se utilizaban en aquella época al referirse a objetos cotidianos
que ahora apenas se emplean.
Barrendero, enterrador, ferroviario es una novela en el que personajes como Andrés el molinero, Felicitas la telefonista, Serafín el guardajugas, el cabo Antero o Agapito el enterrador intervienen de una forma directa o indirecta en la resolución del caso. Este efecto dominó provoca que sigamos con interés los capítulos y nos mantenga intrigados hasta el final. Son 176 páginas que merecen la pena ser leídas y conocer así a estos singulares investigadores.
El autor:
Jon Lauko es el seudónimo con el que firma el profesor
Francisco Rubio, que trabajó como catedrático
de Matemáticas en varios institutos de enseñanza media y como profesor de
Álgebra de la Escuela de Caminos de Barcelona.
Además de publicaciones de carácter profesional, tiene
editado un pequeño libro de viajes titulado Viaje a la Comunidad de
Albarracín (Comunicación Literaria de Autores, Bilbao 1980), numerosos
cuentos, relatos y artículos viajeros en diferentes periódicos y revistas y la
novela titulada Donostia (Meteora, Barcelona 2011).
Barrendero, enterrador, ferroviario es su segunda novela.
Título: Barrendero, enterrador, ferroviario
Autor: Jon Lauko
Ediciones Atlantis (Primera edición, Octubre de 2012)
ISBN.: 9788415449928
Nº páginas: 176
Parece una lectura interesante aunque creo que hay que cogerla en un momento determinado por ese estilo que dices, pausado.
ResponderEliminarPues no me disgusta lo que nos cuentas aunque si que es cierto que sea algo lento o pausado requiere que cojas el libro con tiempo...pero creo que me podría gustar.
ResponderEliminarUn beso!
No me llama a primera vista; ahora mismo no estoy para ritmos pausados... 1beso!
ResponderEliminarMe la apunto sin reservas, porque me va a encantar seguro ese aire rural tanto en la ambientación como en el lenguaje.
ResponderEliminarGracias por la reseña Paco
Un abrazo y feliz finde
éste lo dejo pasar, no es de los míos creo yo. Un besote!!
ResponderEliminarme gusta el ambiente
ResponderEliminarNo conocía el libro pero por lo que cuentas parece una lectura interesante, aunque habrá que tener en cuenta el ritmo a la hora de animarse con ella
ResponderEliminarbesos
No sé porque pero me gustan los libros ambientados en la posguerra. Me lo apunto.
ResponderEliminarUn beso
No conocía este libro. El argumento me llama así que me lo dejo anotado, a pesar de ese ritmo lento que señalas.
ResponderEliminarBesotes!!!