¡Ay,
don Miguel!. Malas noticias tenemos pues dicen por esos mundos de Dios que en
este nuestro país no somos muy dados a la comprensión lectora, que hasta en
esto de las letras ocupamos el vagón de cola entre los países más desarrollados.
Y lo peor de todo es que ponen como ejemplo su egregia obra, la más insigne de
las letras españolas, El Ingenioso Hidalgo don Quijote de La Mancha. ¿Será
culpa de Belcebú, o de algún encantamiento que nubla la visión y trastoca la
mente a quienes osamos disfrutar con las correrías del Caballero de la Triste
Figura arreglando entuertos y salvando damas en peligro?. ¿O sería toda una premonición el comienzo de
su famosa novela, porque ese creo que se lo sabe todo el mundo de memoria, «En
un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...»?
Bien
es cierto que mucho tenemos de Quijote y Sancho en nuestras personas. ¿Será por
eso que nuestras entendederas no atinan con lo que leemos?. Pero qué quiere que
le diga, don Miguel, en esto de las encuestas soy un poco desconfiado, y creo
que eso lo llevamos en la sangre. Hombre, el país no está para echar cohetes,
mire usted, la cosa está bastante chunga; los números de nuestra economía ahí
están, como la Puerta de Alcalá.
Hasta
en esto de leer hay diferencias entre ricos y pobres, que se lo digan a
Finlandia o Japón, que están a años luz de nosotros, en economía se da por
descontado, pero en lectura ni le cuento. ¿Qué es lo que se estará haciendo
mal?. Porque leer, creo que se lee. Otra cosa es que se comprenda lo que se lee
porque no es lo mismo comprender lo que dice un libro que interpretar una
factura y no digamos ya un prospecto farmacéutico, porque para estos dos
últimos habría que hacer un cursillo pues parece que las empresas del ramo lo
hacen a propósito para que paguemos unas, como es nuestro deber, aunque en el
fondo sospechemos que nos están timando, y en las otras tenemos que hacer las
consultas pertinentes al médico de cabecera o visitar nuestra farmacia
habitual. Y es que no parece que estén escritas en román paladino, sino con
unos vocablos que solo los entienden los especialistas del ramo, y algunos de
ellos, incluso a duras penas.
Pero
ahora, don Miguel, ¿quién le pone el cascabel al gato?. ¿A quién le echamos la
culpa de esta situación tan crítica?. Porque alguien tendrá que llevarla, pues
en eso de señalar al culpable de turno somos únicos, los primeros, vaya. Se
dice que el nivel de lectores ha aumentado en nuestro país un 63%, según los
datos oficiales, claro; otra cosa será la pura realidad. Pero lo que se ve es
que una cosa es leer y otra entender lo que se lee y cómo se lee. Y creo que
las sospechas sobre el tema ya vienen de antiguo pues aquí lo que se tercia es
que los estudiantes tienen la obligación de leer un determinado número de
libros durante el curso lectivo y ya está. Y, claro, ahí estriba el problema.
Que nos mandan leer, sí, pero nunca, que yo recuerde, nos han enseñado técnicas
de lectura y eso seguro que en los dos países que cité antes ponen en manos de
sus conciudadanos lo que haga falta para que, por su propia cuenta, lean y
comprendan un libro, documento, factura
o lo que se tercie y así saber desenvolverse en la vida.
Pero
creo, en mi modesta opinión que, en nuestro país, no le vayamos a echar la culpa
a la LOGSE, no, ni al cha-cha-cha, que sería lo más fácil. Lo que pasa es que
en nuestra querida piel de toro nadie se dio cuenta, hasta la fecha, de que
cuando los demás vuelven, nosotros aún vamos de camino y ahí está la madre del
cordero, don Miguel, en que no tenemos mentalidad de aunar esfuerzos para
conseguir logros. Vienen unos y dicen, este sistema educativo vigente no vale,
otro para su sitio y así sucesivamente y quienes lo pagan son los alumnos de
turno, los potenciales lectores, todos.
Ahora
se habla de un Programa Integral de Lectura en el que se enseñan técnicas para
poder leer cien páginas en diez minutos y poder comprenderlo todo así como
retener parte de la información. Esta técnica se lleva experimentando durante
veintisiete años en Colombia, sí, lo han leído bien, Colombia. Espero que los
poderes públicos tomen buena nota de ello y miren por el bien de los alumnos,
porque lo que el país necesita es gente que lea y aprenda pues es la forma de
que esto vaya para adelante. Todo es cuestión de voluntad por parte de la
sociedad pues no creo que nos convenga mejor una sociedad inculta para poder
manejarla mejor. Eso, nunca. Y seguro que, de esta forma, don Miguel,
descansaría mejor si por fin viese que sus paisanos no le hagan ascos a tan afamado
personaje creado por su pluma.
Yo leí el Quijote en la extinta BUP. Era obligatorio leer un capítulo pero me gustó tanto el que me tocó, que lo leí entero. Tendría 16 o 17 años y lo leí entero.
ResponderEliminarAhora bien, me da que un joven de la misma edad, en el presente, no lo entendería también.
¿Culpa de quién? No sabría decirlo pero lo que si sé es que mi hijo de 10 años sabe bastante menos de lo que sabía yo a esa edad (y no porque sea menos espabilado que yo) por lo que algo tendrán que ver las reformas educativas constantes. Ahora viene otra que, supongo, tampoco será con la que terminen el colegio mis hijos. Una verdadera lástima
Respecto al Quijote, en breve reseñaré una novela que trata sobre él y que desde ya te recomiendo ("Madrid 1605") y me ha dado una idea de cara al año que viene; proyecto en el que espero "meter" a unos cuantos blogueros. Ya os contaré (aunque ya te puedes imaginar de qué ira la cosa...)
Besos
Pues yo en este caso El Quijote no lo leí en el colegio...de hecho no nos lo mandaron. Lo tengo en casa de mi abuelo pero nunca me he animado.
ResponderEliminarEntre generaciones cada vez hay más diferencias culturales y es una pena.
Un beso!
Jeje me encantó el tono de este post, pero ¿100 páginas en 10 minutos? ¿Mucha tela, no? El Quijote es un libro que se disfruta más con algunos años de experiencia lectora. Al menos es lo que deduzco de mi experiencia. Y no, en este país no se lee lo que se debería. Estoy cansada de ver a esos padres comprando maquinitas a los niños para reyes, que me parece bien pero por favor, incluid algún libro y animadlos a leer. Besos
ResponderEliminarA mi me obligaron a leerlo en el colegio siendo aún muy joven y si recuerdo que entonces me pareció un tostón: tenía 14 años. Esa no es edad para el Quijote.
ResponderEliminarTodos vemos la educación de nuestro tiempo mejor que la de nuestros hijos, pero al menos en materia de lectura tengo que aplaudir la elección de libros de lectura que han ido enviando a mi hijo en los últimos años: actual, dentro de sus gustos, para que le puedan despertar el gusto por los libros.
En mis tiempos se empeñaban en enviarnos solo clásicos y si en tu casa no te ofrecían otro tipo de lecturas terminabas aborreciendo los libros. Por suerte a nosotros en casa nos dieron más libros y comics que juguetes y tanto mis hermanos como yo somos unos enamorados de la lectura. No les fue igual de bien a algunas de mis compañeras que intentaban entender La vida es sueño y terminaron odiando los libros.
Un saludo.
Veo que sigues con los cambios. Totalmente de acuerdo contigo en lo de la factura, creo que con un cursillo no sería suficiente, con las recetas me las apaño.
ResponderEliminarSobre el tema principal, creo que has dado en el clavo, hasta que en este país los dos grandes partidos no se pongan de acuerdo en hacer una ley de educación como Dios manda (porque es evidente que algo falla), no se va a solucionar. No es lógico que se esté cambiando cada vez que lo hace el signo del gobierno.
El día que aprendamos a escuchar, aprenderemos a leer y mejorará nuestra comprensión lectora. Mejorará nuestra comprensión en general. El Quijote, estoy de acuerdo con Marisa, precisa de cierta experiencia lectora, o al menos de cierta experiencia personal. Ya sabes lo que pienso: obligar a leer es condenar a un posible futuro lector a apagar las llamas de su ansia lectora.
ResponderEliminarBesos
Sí, algo falla, y seguirá fallando, porque no se corrige el principal culpable. Y estoy con Laky, mi hija tiene diez años y no sabe ni la mitad que nosotros ya sabíamos... Cada vez que empieza el curso, veo el temario que van a dar y año tras año me sorprende que aún no den ciertos temas. No le preguntes a mi hija todavía cuál es el río más grande de España que del Guadalquivir y del Guadiana aún no hemos salido...
ResponderEliminarY sobre la lectura... Mejor no hablemos. Supuestamente cada viernes van a la biblio del colegio para coger libremente un libro que tienen que leer durante la semana. Al siguiente viernes devuelven el libro, cogen otro y no hay más preguntas acerca de la lectura, ni más comentarios. ¿Cuántos niños habrán leído el libro? Tema aparte es lo escaso de la biblioteca, que me parece que en mi casa tengo más libros... En fin, que hay que mejorar muchas cosas, pero mientras no se quiera... Que al pueblo analfabeto se le maneja mejor.
Besotes!!!
De poco sirve en un libro de literatura leer tantas páginas en tan poco tiempo. Yo creo que es un error hacer obligatoria esta obra en el instituto. Muchos nunca lo leyeron, y los que si lo hicimos no lo disfrutamos. Me parece una obra tan extensa que hay que coger por elección propia.
ResponderEliminarEn algunos colegios existen programas para la lectura comprensiva que suelen empezar en el último ciclo de primaria o en el primer año de secundaria como muy tarde. Incluyen también el tema de la lectura rápida aunque ese nivel de 100 páginas en 10 minutos comprendiendo y reteniendo información me parece un poco de ciencia ficción.
ResponderEliminarEl año pasado en una reseña de mi blog en la que comentaba un ensayo comparativo sobre las figuras de don Quijote y Hamlet me quedé muy tristemente sorprendida de la cantidad de gente, supuestamente grandes lectores, que no lo había leído. Vergonzoso me pareció y me sigue pareciendo.
ResponderEliminarUn abrazo,
Un abrazso,
Totalmente de acuerdo, Yo tampoco lo haría leer a jóvenes que no estén ya un poco cultivados en la literatura. En los colegios sólo consiguen que odien el libro y abces la literatura en general.
ResponderEliminarLa culpa evidentemente es del "legado" de Zapatero y del cha-cha-cha. Que como dice mi madre, la culpa nunca cae al suelo, siempre hay alguno que la recoge por el camino
ResponderEliminarMuy original el post. Sé que hay que fomentar e inculcar la literatura, pero obligar a leer ciertas obras a ciertas edades, me parece arriesgado. Yo llegaba del colegio a las siete de la tarde, con deberes, teniendo que estudiar etc...Con entre 1º y 2º de Bup tuve que leer, entre otros: El Quijote, La odisea y la Ilíada. Eso marca, y no para bien...
ResponderEliminar