Datos
técnicos:
Título:
Los hijos del senador
Autora:
Olga Romay
Editorial:
Ediciones B
1ª
edición: junio/2016
Encuadernación:
tapa dura con sobrecubierta
Idioma:
Castellano
ISBN:
978-84-666-5940-6
nº pág.:
692
Sinopsis:
El
senador Servilio, casado cinco veces, ordenó a sus hijos que no se
moviesen de su villa de Campania mientras durase la guerra entre
César y Pompeyo. Él partió a unirse a este último, pero antes
nombró al mayor de sus hijos pater y les entregó una lista de tres
hombres en los que podían confiar en caso de peligro.
Desobedeciendo
a su padre, los muchachos vuelven a Roma,pero ahora la ciudad es
peligrosa y César se dispone a tomarla de un momento a otro. Con un
padre ausente, fortuna y belleza, se dejan llevar por los placeres de
la urbe sin darse cuenta de los riesgos que corren. Sus madres,
patricias romanas de elevada posición, no tienen más remedio que
intrigar para que sus hijos sobrevivan a l a guerra civil que se
avecina.
En
una ciudad abandonada a su suerte, carente por completo de gobierno,
los hijos del senador descubrirán que las luchas por el poder y las
intrigas están más cerca de lo que creen y que terminarán
enredándose en sus vidas aunque no lo quieran.
Opinión
Personal:
Si
hay algo que agradezco en una novela de ficción histórica es que el
autor o autora de turno me transporte a la época en la que se
desarrolla la trama y que recree los hechos históricos que en ella
ocurrieron o pudieron haber ocurrido perfectamente, por la
credibilidad de los mismos, teniendo en cuenta para ello la labor de
documentación en la que se basan, con las licencias que se suelen
tomar en estos casos, al aprovechar las lagunas que se encuentran en
la fase de investigación. Pero, sobre todo, lo que más agradezco es
que tenga ante mi una historia contada de una forma amena y fluida,
evitando en lo posible datos farragosos que no hacen más que
entorpecer la lectura. Y creo que todo esto que acabo de comentar lo
cumple perfectamente la escritora lucense afincada en Madrid,
Olga Romay, en su novela Los hijos del senador.
También
quería hacer mención al hecho de que rescate personajes olvidados
en la historia y que merecen ser recordados por el papel que
desempeñaron en ese período de la Antigua Roma. Sin duda
alguna, en Los hijos del senador el lector se va a
encontrar con un ramillete de personajes, sobre todo secundarios, de
los que seguramente muy poco sabrá; por lo menos, eso me pasó a mi.
Personajes todos ellos magníficamente construidos, que parecen
cobrar vida propia, y memorables. Domicio Enobarbo,
Casio Quinto Longino, o Aulio Gabinio, son un claro
ejemplo de ello, sin olvidarnos del papel que desempeñan en la
novela figuras femeninas de la época como Fulvia o Arsínoe.
A ellos, habría que añadir otros ya más conocidos como el propio
Julio César, Octavio o Marco Antonio.
(Julio César y Pompeyo)
Y
es en este contexto histórico cuando Olga Romay aprovecha lo
que acabo de comentar anteriormente: nos presenta a la gens
Servilia que, como nos aclara en la nota del autor que nos
encontramos al final de la novela, es totalmente ficticia aunque,
para su creación, parte de un senador que sería tatarabuelo de
estos personajes, que sí existió. Así es como conoceremos a
Servilio, a quien vemos cómo en el capítulo primero acude a
una sesión de la Curia Hostilia, el lugar de reunión del Senado,
que sería el desencadenante de la guerra civil entre Julio
César y Pompeyo.
Después de la relación de los personajes principales que figura
al principio de esta novela, la autora nos ofrece el árbol
genealógico de la gens Servilia. De esta
forma, el lector tendrá una idea más clara de los personajes que
forman parte de ella por si en algún momento dado de la lectura
queremos comprobar quién es el miembro de esta familia que nos
presenta el narrador omnisciente. Aunque la presencia del senador
Servilio es más bien testimonial, porque solo tomará parte activa
en los dos primeros capítulos de la novela y en el desenlace, el
lector sí tendrá información sobre él como personaje pasivo, ya
que a base de saltos en el tiempo conoceremos algunos aspectos de su
vida. En su ausencia, nombrará
pater familias
a su hijo mayor, Mario,
con todas las atribuciones que este hecho conlleva. Sí
tendrán un papel predominante sus cinco hijos, sin olvidarnos de la
abuela Honoria, que tendrá una presencia destacada en
algunas fases de la narración.
Pese
a que Servilio advierte a sus hijos que no abandonasen la villa
de Campania mientras
durase la guerra civil, pronto desobedecieron las órdenes de su
padre: son adolescentes y, al verse libres de la figura paterna,
quieren ir a Roma pese a la inseguridad que se vive en la ciudad.
Deciden dejarse llevar por los placeres de la urbe sin darse cuenta
de los peligros que corren por ello, descubrirán que las luchas por
el poder y las intrigas están más cerca de lo que creen y que
terminarán enredándose en sus vidas aunque no lo quieran. Habían
sido reclamados por su padre al haber ejercido sobre ellos la patria
potestad, para que así estuviesen más seguros ante el inminente
estallido de la guerra civil y su decisión final de formar parte del
ejército de Pompeyo. Por eso Lucio, el liberto del senador y
administrador de su villa tiene
que hacer uso de la lista de tres hombres que le había facilitado en
los que podían confiar en caso de peligro.
Quería
destacar también, a parte del papel que desempeñan las anteriores
esposas de Servilio, la presencia de su quinta esposa, Cloe,
que ofrecerá al lector una visión distinta de la ciudad desde el
punto de vista de una extranjera. Cloe
fue enviada a Roma por su hermanastra Arsínoe
para llevar a cabo una misión, que le dará a la novela un
plus de interés que ya de por sí tiene la trama.
La presencia de la actual esposa del senador Servilio
nos llevará a trasladarnos en algunos episodios a Alejandría, a través de saltos en el tiempo.
Sin
duda alguna, lo que más me hizo disfrutar de Los hijos del
senador es el viaje literario en el que pude visitar cada uno
de los rincones de la Antigua Roma, en los comienzos de la
guerra civil entre Julio César y Pompeyo, aunque sus
habitantes procuraban que la vida cotidiana siguiera su curso, pese a
que la falta de seguridad reinaba en el ambiente. El lector se
encontrará con un fresco costumbrista de la capital de la República
y, como se dice en estos casos, disfrutará de una visión de la
misma en tres dimensiones, por la exquisita recreación que la autora
hace de la ciudad de los césares. En
este apartado, destacaría el capítulo que tiene lugar en la llamada
Cloaca Máxima, en
donde empezaría a cambiar la relación entre los hermanos. Quería
resaltar también el papel que desempeñaba la mujer en Roma en
aquella época, en donde su
poder es claramente palpable, como se verá a lo largo de los catorce
extensos capítulos en los que se estructura la novela, sobre
todo en lo que a las matronas patricias se refiere,
aunque también seremos testigos de las rivalidades encarnizadas
entre ellas, pese a las engañosas apariencias que presentan en sus
relaciones ante los demás. La autora también recreará escenas
propias de ceremonias civiles y religiosas.
Creo,
en mi modesta opinión, que la autora dosifica perfectamente los
episodios costumbristas con los que nos trasladan a la guerra civil,
para que el efecto bélico no cause en el lector esa pesadez que en
otras ocasiones es latente. En
este sentido, diría que el lector apenas tiene ante sí escenas
bélicas propiamente dichas, pese a que asistiremos al asedio
de Corfirium o en el desenlace
de la novela seremos testigos de lo que ocurre en la batalla
de Farsalia, de la
que me gustó el enfoque que le da la autora a la misma,
y en donde se cierran perfectamente las líneas argumentales de la
novela.
Los
hijos del senador es una
novela de ficción histórica bien escrita, que gustará a los
lectores que disfrutan con las novelas ambientadas en la Antigua Roma
en la que, con un ritmo fluido y lectura amena, Olga Romay ofrece un
magnífico fresco de la ciudad de los césares en el siglo I a. C.
Biografía:
Olga
Romay es una escritora lucense afincada en Madrid. Licenciada por la
Universidad Complutense en Ciencias Económicas y Empresariales.
Compagina su labor como profesora en un instituto con sus estudios de
doctorado en Historia Antigua y su vocación literaria. En el año
2007 publicó su primera novela, El jugador de ajedrez, con
la que había quedado finalista en el VIII Premio de Narrativa
Torrente Ballester. Tiene predilección por perseguir en los
recovecos de la historia a esos personajes olvidados a la sombra de
los poderosos.
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de la web de Ediciones B. Imágenes que acompañan al cuerpo de la reseña y fotografía de Olga Romay, de Google Imágenes.
Me alegra que te haya gustado tanto pero a mi eata época me da pereza así que no me la llevo.
ResponderEliminarBesos
La época romana me da un poco de pereza. La dejo pasar.
ResponderEliminarNo me importaría leerlo. Un besote
ResponderEliminarAy Francisco, la reseña es estupenda, pero yo creo que he salido escaldada con esta época histórica, no soy muy de la época romana, y solo por eso no me la llevo. Gracias.
ResponderEliminarUn beso
Hoy estoy en la línea de Irunesa y Laky. Por tu reseña debería anotar la novela, pero es que no me atrae lo suficiente el periodo como para anotarme la novela. No dudo que tenga personajes magníficos y la fluidez de la que hablas es de agradecer, pero no creo que la disfrutara como tú.
ResponderEliminarBesos
La ambientación y la época me cuestan mucho, no la disfruto. Me alegro que te haya gustado.
ResponderEliminarUn beso ;)
Pues yo voy por el derrotero contrario, me apasiona la Antigua Roma, me apasiona ese periodo histórico en concreto y estas navidades cae seguro porque le tengo muchas ganas. Estaba esperando tu reseña para ver si se confirmaban las buenas impresiones que a priori me da la novela, y creo que la voy a disfrutar un montón.
ResponderEliminar¡Besote!
A mí me encantan los romanos, así es que me la apunto pero para más para delante que estoy terminando una novela histórica y siempre dejo pasar tiempo entre una y otra aunque no sean ambientadas en la misma época. Estupenda reseña.
ResponderEliminarUn beso
Parece una novela muy interesante, pero no me veo leyéndola ahora, estoy totalmente colapsada mentalmente, necesito algo más lidero. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarBesos
Probablemente me esté perdiendo muy buenas novelas, pero a mí la ambientación en la Antigua Roma la verdad es que no me llama nada en literatura y eso que en el cine me ocurre todo lo contrario.
ResponderEliminarBesos.
Una novela muy recomendable, me ha dejado con ganas de más,
ResponderEliminarsaludos
A mí este periodo sí me gusta así que tomo nota y no descarto leerla más adelante
ResponderEliminarBesos
Hola Francisco!!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo contigo en el primer párrafo donde expresas la importancia de que un autor nos transporte a una época histórica de forma fluida, sin llegar a frustrar al lector. Es difícil, pero hay autores que lo consiguen. Personalmente me cuesta la novela histórica... por eso cuando leo algo necesito que el autor sea bueno en este género.
Jo! Francisco... tienes una facilidad para hacer reseñas, que a mi parecer son tan difíciles... que casi "te odio" por ello (de forma cariñosa).
Un saludo!! ;)
Hola, que bueno lo hayas disfrutado, a mi no me llama.
ResponderEliminarBesos
Hola, no suelo leer novelas ambientadas en Roma y no sé porqué, la verdad... puede ser que la época no me llame la atención. De todas maneras, siempre estoy deseando leer una buena novela histórica y esta, por lo que cuentas, lo parece
ResponderEliminarYo también agradezco que una novela de ficción histórica esté bien documentada, la verdad.
ResponderEliminarLa época que trata la novela, además me encanta, por lo que me veo leyéndola.
No conocía a la autora, pero tendré que tenerla en cuenta.
Te ha quedado una reseña magnífica que invita a leer el libro, pero ya.
Un abrazo
Tienes unos gustos muy parecidos a los de mi marido. De tus recomendaciones saco muchas ideas para sus lecturas. ESte lo recomendaré. Besos
ResponderEliminarMe gusta Roma y su historia pero no suelo leer novelas ambientadas en esa época. No me explico el motivo así que de momento lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos.
Voy a tener que probar suerte con esta época de la historia porque la tengo tachada sin motivo y sin haber leído ninguna novela de la antigua Roma. A veces nos ponemos muy obtusos y nos estamos perdiendo buenas novelas. Ya me paso con los Vikingos y sin embrago este año leí una novela histórica de ellos y me encantó. Me la apunto por si se me pone a tiro y pruebo suerte con la época.
ResponderEliminarBs.
Este no es de los míos, aunque sí que me viene de perlas para un regalo. Un beso!
ResponderEliminarQue buena es la literatura que nos hace vivir (siempre que esten bien escritas) en otros tiempos, en otros lugares, en otras vidas.
ResponderEliminarHace tiempo que no me llama la antigua Roma como ambientación, así que lo dejaré pasar
ResponderEliminarBesos