viernes, 9 de marzo de 2012

Fernando Rey contra El imperio de la droga.

Si les hablo de Fernando Casado Arambillet (La Coruña; 20 de septiembre de 1917 – Madrid; 9 de marzo de 1994) algunos se preguntarán por qué hablo de este señor. Pero si les hablo de  películas como Viridiana o French Connection se darán cuenta de que me estoy refiriendo a Fernando Rey, el primer actor español de renombre internacional. 

Era hijo del oficial de artillería Fernando Casado Veiga, republicano y ayudante de Azaña. El comienzo de la Guerra Civil Española truncó sus estudios de arquitectura. En 1936 empezó como figurante y ahí fue cuando eligió su nombre artístico Fernando Rey, tomando el segundo apellido de su madre Sara Arambillet Rey. Durante la guerra civil luchó del lado republicano. Su padre, ya coronel, fue nombrado al final de la guerra Inspector General del Arma de Artillería. Al acabar la Guerra Fernando y su padre son hechos prisioneros por los nacionales. A Fernando lo internan en el campo de detención improvisado en Valencia, en el estadio de Mestalla. Mientras que su padre permaneció encarcelado durante años, el joven Fernando consiguió escapar de Mestalla y en un tren de mercancías llegó a Madrid.

Fernando Rey es recordado tanto por su interpretación en la gran pantalla como en televisión o incluso como actor de doblaje.

Interpretó papeles de todo tipo: galán, malvado, generoso,  truhán, caballero, tramposo, amante, traicionado, protagonista, o como actor secundario. Detrás de cada personaje siempre vimos a un gran actor que ha ganado su prestigio en cada interpretación, lo que le valió el ser llamado por directores extranjeros de renombre y demostrar que en nuestro país también había gente de cine.

Juan Antonio Bardem contó con él en películas como Cómicos (1954), La venganza (1957) y Sonatas (1959). Pero fue la llamada del gran Luis Buñuel para su película Viridiana (1961) lo que le lanzará al estrellato internacional. 

Viridiana Está basada en la novela Halma, de Benito Pérez Galdós. Fue prohibida durante mucho tiempo en España, porque se creyó que su historia mostraba una crítica a la caridad por la caridad misma, frente a la generación de trabajo además de una sátira del idealismo cristiano.

La decisión de rodar Viridiana en España provocó que Buñuel, exiliado en México, tras el fin de la Guerra Civil española fuese duramente criticado por los republicanos españoles en el exilio.

Buñuel cuestiona la naturaleza de la beneficencia y se muestra cómo las buenas intenciones no siempre se materializan en un éxito pleno. También se cuestiona el verdadero significado de la fe católica, y los contrastes entre el mundo 'real' y el mundo teórico cristiano.

La censura franquista objetó el final original de la cinta, en el que Viridiana llamaba a la puerta de su primo, él abría y ella entraba, cerrando la puerta detrás de ella. Obediente, Buñuel propuso un final diferente (en donde Jorge, Viridiana y Ramona, la criada, juegan a las cartas, en una muy sutil referencia a un trío sexual) que terminó siendo más pernicioso que el primero y que, irónicamente, fue aceptado por los censores sin reparos.

Directores de la talla de Orson Welles, Jean Becker, William Friedkin Mauro Bolognini, Franco Zeriferri, Lina Wertmuller Vicente Minnelli o Robert Altman  han llamado a su puerta y no defraudó en sus actuaciones. 




En Campanadas a media noche, película dirigida en 1965 por Orson Welles e interpretada por él mismo, John Gielguld, Jeanne Moreau, Keith Baxter y Fernando Rey en el papel de Worcester, el gran director condensa varias obras de William Shakespeare, entre ellas “Ricardo II”, “Enrique IV” y “Las alegres comadres de Windsor”. Solo este genio podía permitirse el lujo de hacer estos ajustes y sacar de ellos una gran producción que, a su vez, fue una de sus últimas películas.

Estamos en Inglaterra, siglo XV. Tras la muerte de Ricardo II se elige como sucesor al trono a Lord Bolinbroke, quien reinará con el nombre de Enrique IV (John Gielguld). Testigo de este ascenso al poder es John Falstaff (Orson Welles).

Campanadas a medianoche cuenta, pues, una historia basada en la amistad de dos hombres desiguales pero unidos en el vicio, en la travesura, en el trato campechano, en el lenguaje soez. Uno de ellos no posee más grandeza heroica que la que suele atribuirse a sí mismo, mientras que el otro está destinado a ejercer la autoridad suprema en Inglaterra. 



En The French Connection (1971) interpreta al villano Alain Charnier. Junto a Fernando Rey estarán actores de la talla de Gene Hackmann, Roy Schneider, Marcel Bozzuffi o Sonny Grosso.  Película que obtiene cinco Oscars: película, director, actor (Hackman), guión adaptado, montaje. 8 nominaciones.

Estamos ante frenético thriller policíaco que trata las aventuras de dos detectives de narcóticos de Nueva York intentando desmantelar una gran red de narcotráfico. Una de las mejores películas policíacas de la historia del cine, con una gran interpretación, cómo no, de Gene Hackmann.

Posteriormente se rodó una secuela de notable calidad, French Connection II, que algunos creen comparable o casi superior a su predecesora. La dirigió John Frankenheimer y volvió a contar con Gene Hackman y el actor español.

 Seguiría colaborando con Luis Buñuel Tristana (1970) y El discreto encanto de la burguesía (1972), película surrealista que recibió el Óscar a la mejor película de habla no inglesa de ese año. El último éxito del tándem Rey-Buñuel fue Ese oscuro objeto del deseo (1977), candidata a otro Oscar a la mejor película extranjera y al Globo de Oro en la misma categoría, aunque no ganó ninguno de los dos.

En Bearn o La sala de las muñecas (1983) compartía otra vez protagonismo con Ángela Molina, a las órdenes de Jaime Chávarri en el papel de un aristócrata en decadencia. Destacó igualmente en Diario de invierno, de Francisco Regueiro (1988), donde a edad madura se atrevió con una escena de desnudo integral. Más breves fueron sus cometidos en Mi general, de Jaime de Armiñán (1987); El bosque animado, de José Luis Cuerda (1987); El aire de un crimen, de Antonio Isasi-Isasmendi(1988) y 1492: La conquista del paraíso, de Ridley Scott (1992).

Como actor de doblaje se inició hacia 1940, después de leer un anuncio en el que se buscaba una nueva voz para un actor igualmente nuevo, Tyrone Power. Su voz, considerada intensa y personal, fue también una de las primeras con las que contó Laurence Olivier en español, quien llegó a felicitarle por su doblaje en Hamlet (1948).

 También actuó como doblador en la televisión española y llegó a ser el narrador de importantes películas como Bienvenido, Mister Marshall, de Luis García Berlanga (1953); Marcelino pan y vino, de Ladislao Vajda (1955) e incluso del Don Quijote que dirigió Orson Welles en 1969. De hecho, participó en cuatro versiones diferentes de El Quijote en diferentes papeles.

Uno de sus últimos grandes papeles fue El Quijote de Miguel de Cervantes, adaptación dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón para TVE, producción de Emiliano Piedra y guion de Camilo José Cela que alcanzó notable éxito. La serie, de 5 capítulos, se limita a recrear los sucesos del primer libro.

La serie permanece inédita hasta comienzos de 1992. Recibe dos premios en el Festival de Televisión de Cannes y obtiene una audiencia media de 4,5 millones de espectadores. Manuel Gutiérrez Aragón elabora los nuevos guiones en el verano de 1992. Problemas económicos de la cadena y la imposibilidad de reunir al mismo equipo tras la muerte del productor Emiliano Piedra, retrasan el rodaje de la segunda parte, que no llegaría a realizarse.

Este gran actor español cosechó grandes premios como en el Festival de San Sebastián por su papel de hidalgo arruinado de La duda (R. Gil 1972), y luego al padre de Elisa, vida mía (C. Saura, 1977), con el que fue galardonado en Cannes. Sus papeles en Diario de invierno (F. Regueiro, 1988) y El aire de un crimen (A. Isasi Isamendi, 1988), le hacen merecedor de un nuevo premio de interpretación en el festival de Cannes y el Goya al mejor actor. En 1991, la Academia de Cine -de la que será presidente desde 1992 hasta su muerte- le concede la Medalla de Oro.

Puede decirse que Fernando Rey tuvo una vida de cine, un actor entrañable que hizo ver al mundo que el cine español también existía y él fue el primero en ser reconocido internacionalmente como un  gran actor fuera de nuestras fronteras.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho este recuerdo a Fernando Rey. Hay varias cosas de él que desconocía, como la trayectoria de sus padres y las películas en que se le ve más joven. Según lo iba leyendo, y viendo, iba pensando que estaría bien que algún directivo de TV nos pusiera un ciclo de sus películas. Sin duda, sería un ciclo de buen ciene.

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  2. Creo también que no estaría de más el rendirle un pequeño homenaje. Fue el primer actor español que trabajó con directores extranjeros de renombre y, sin embargo, últimamente se le tiene un tanto olvidado.

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