"Fue Julio Verne quien me orientó hacia la aeronáutica"
Yuri Gagarin
Cuentan
que Julio Verne se escapó de casa a la edad de 11 años para ser grumete en un
mercante que viajaba a la India, llamado Coralie con la intención de
comprar un collar de perlas para su prima Caroline, de quien estaba enamorado,
pero su padre alcanzó el barco y se trajo de regreso a su hijo a casa. Desde
ese momento, para fortuna de sus lectores, que se cuentan por millones, juró
solemnemente no viajar más que en su imaginación y a través de su fantasía.
A Jules Gabriel Verne
(Nantes, 8 de febrero de 1828 – Amiens, 24 de marzo de 1905) se le tiene
considerado como uno de los padres de la ciencia ficción, junto con H. G.
Wells. Es el segundo autor más traducido de todos los tiempos, después de
Ágatha Christie. Predijo con gran exactitud en sus relatos fantásticos la
aparición de algunos de los productos generados por el avance tecnológico del
siglo XX, como la televisión, los helicópteros, los submarinos o las naves
espaciales. Algunas de sus obras han sido adaptadas al cine.
Según un
informe publicado a principios de 1972 por la prestigiosa revista francesa Paris
Match como resultado de una investigación realizada por la UNESCO, han sido
traducidas a 112 idiomas, lo que coloca a Verne en segundo lugar en la
lista de vendedores de éxitos detrás de otro autor de producción más reducida
pero mucho más densa (Karl Marx, traducido a 133 idiomas).
Era el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Pierre Verne y de Sophie Allotte. En 1836 ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París, cumpliendo los deseos de su padre, para seguir la carrera de leyes. Corría el año 1848. Un año antes, su prima Carolina se compromete en matrimonio. Los continuos deseaires de ella sumen al juven Julio en profundas crisis de melancolía.
Era el mayor de los cinco hijos del matrimonio formado por Pierre Verne y de Sophie Allotte. En 1836 ingresó con su hermano Paul en el seminario Saint-Donatien. Más tarde estudió filosofía y retórica en el liceo de Nantes y viajó a París, cumpliendo los deseos de su padre, para seguir la carrera de leyes. Corría el año 1848. Un año antes, su prima Carolina se compromete en matrimonio. Los continuos deseaires de ella sumen al juven Julio en profundas crisis de melancolía.
En París, su tío
Chateaubourg lo introduce en los círculos literarios, donde empieza a codearse
con lo más granado de la intelectualidad del momento, Victor Hugo, Eugenio
Sue, etc., y consigue la amistad y protección de los Dumas, padre e
hijo. el primero tendrá gran influencia personal y literaria en Verne. En 1850
acaba sus estudios de derecho y su padre le pide volver a Nantes pero Julio
se resiste, afirmándose en su decisión de hacerse un profesional de las letras.
Esta actitud provoca que su padre deje de financiarle.
En mayo
de 1856 conoce a la que sería su esposa, Honorine de Vyane, con la que
se casa en 1857. Cree que en matrimonio encontrará la estabilidad emocional que
le falta. Le pide a su padre 50.000 francos para invertir en la bolsa y su
padre accede tras una larga discusión. El matrimonio le desespera rápidamente
en vez de ayudarle. Cada vez que se le presentaba la oportunidad escapaba de
sus deberes de cónyuge. Durante su matrimonio realizó viajes a Escocia, Noruega
y Dinamarca. Cuatro años después de contraer matrimonio, abandona a su esposa
Honorine mientras daba a luz al único hijo de ambos, Michel Verne.
Sus inicios literarios
fueron difíciles, sus piezas de teatro no tuvieron una divulgación importante,
y recurrió a la docencia para sobrevivir. Gracias a Dumas logra estrenar en
1850, una comedia ligera en París, Las pajas rotas, con modesto éxito.
Publica también en la revista El museo de las familias dos relatos,
varias obras teatrales, libretos para operetas de moda y novelas cortas.
Durante esta época es secretario del Teatro Nacional de París, recomendado por
Dumas.
En mayo
de 1856 conoce a la que sería su esposa, Honorine de Vyane, con la que
se casa en 1857. Cree que en matrimonio encontrará la estabilidad emocional que
le falta. Le pide a su padre 50.000 francos para invertir en la bolsa y su
padre accede tras una larga discusión. El matrimonio le desespera rápidamente
en vez de ayudarle. Cada vez que se le presentaba la oportunidad escapaba de
sus deberes de cónyuge. Durante su matrimonio realizó viajes a Escocia, Noruega
y Dinamarca. Cuatro años después de contraer matrimonio, abandona a su esposa
Honorine mientras daba a luz al único hijo de ambos, Michel Verne.
Aprovechando sus
conocimientos geográficos, adquiridos a través de numerosos viajes por Europa,
África y América del Norte, y su entusiasmo por la revolución tecnológica e
industrial, se convirtió en un especialista de los relatos de aventura de corte
científico. Su dominio de la tensión dramática le permitió combinar
extravagantes situaciones y momentos poéticos en una prosa ligera y amena.
Siguiendo el consejo de
su amigo P. J. Hetzel, quien será su
editor in eternum convirtió un relato descriptivo de Africa en la que
sería la novela Cinco semanas en globo (1863),. Fue un éxito fulminante
y tuvo como resultado un espléndido contrato con Hetzel que garantizaba al
joven e inexperto novelista - tenía 35 años cuando publicó su primer libro- la
cantidad anual de 20.000 francos durante los siguientes veinte años, a cambio
de lo cual Julio Verne se obligaba a escribir dos novelas de un nuevo estilo
cada año.
El contrato fue renovado
por Hetzel y más tarde por el hijo de éste, con el resultado de que, durante
más de cuarenta años, Los viajes extraordinarios aparecieron en
capítulos mensuales dentro de la revista MAGASIN D'EDUCATION ET DE
RECREATION.
Dos años después publica
la historia de un viaje a la luna en dos partes: De la Tierra a la Luna
y Alrededor de la Luna. Ambas son novela científicas y satíricas
del estereotipo estadounidense de la época, es un intento de describir por
primera vez con minuciosidad científica los problemas que hay que resolver para
lograr enviar un objeto a la Luna. Uno de los personajes, el intrépido francés
Michel Ardán, es un vivo retrato de su querido amigo. El otro personaje, Imperi
Barbicane, está basado en el carácter del presidente estadounidense Abrahan
Lincoln, asesinado a principios de ese mismo año.
La vuelta al mundo en
80 días, publicada en 1872, el
mismo año en que se sitúa la acción, narra las peripecias del inglés Phileas
Fogg y de su ayudante Jean Passepartout, preferiblemente llamado Passepartout
constituyen uno de los relatos más cautivantes producidos por la imaginación
humana, y una de las joyas de la literatura de todas las épocas. Phileas Fogg
abandonará su vida de escrupulosa disciplina para cumplir con una apuesta con
sus colegas del Reform Club. Su viaje sigue el itinerario previsto en el The
Daily Telegraph, que supone la base de la apuesta.
Veinte mil leguas de
viaje submarino (1869) es, entre
su extensísima producción, uno de los libros que conserva más íntegro su
encanto. La peripecia se inicia cuando una fragata americana parte en busca de
un monstruo marino de extraordinarias proporciones al que se atribuyen
múltiples naufragios. De manera íntegra, la obra fue publicada en Francia en
dos partes (en 1869 la primera; y en 1870, la segunda). Puede decirse que el
capitán Nemo es el alter ego de Julio Verne.
Veinte mil leguas de
viaje submarino (1869) es, entre
su extensísima producción, uno de los libros que conserva más íntegro su
encanto. La peripecia se inicia cuando una fragata americana parte en busca de
un monstruo marino de extraordinarias proporciones al que se atribuyen
múltiples naufragios. De manera íntegra, la obra fue publicada en Francia en
dos partes (en 1869 la primera; y en 1870, la segunda). Puede decirse que el
capitán Nemo es el alter ego de Julio Verne.
Le seguirían obras como Los hijos del capitán Grant, La isla misteriosa, Miguel Strogoff, La esfinge de los hielos o El soberbio Orinoco. Trabajador infatigable, paralelamente a sus viajes, cultivó su primera vocación, el teatro, escribiendo y adaptando algunas piezas para la escena.
Estaba
claro que el destino de la obra de Verne, quien se anticipó a su tiempo
con más lógica y acierto que la mayoría de los escritores del género a los que
podemos onsiderar primitivos, con la única excepción de nombres como H.
G. Wells, tenía que ser como éste, un auténtico filón para el
arte que estaba naciendo al mismo tiempo que sus libros: el cine.
La
obra de Verne, en efecto, estará entre las más adaptadas dentro de la
literatura, y en ese aspecto si que podemos decir que gana a Karl Marx. Los
modos de adaptar su obra han sido también muy diversos. Desde la aventura a la
francesa, como en Las tribulaciones de un chino en China, hasta el gran
espectáculo en pantalla grande y reparto estelar, como ocurre en La vuelta
al mundo en ochenta días.
Pero
son otros los títulos que han merecido un tratamiento más respetuoso y un acercamiento
más profundo: Veinte mil leguas de viaje submarino- en la que une la dos
vertientes de aventura y ciencia-ficción, De la Tierra a la Luna o Viaje al
centro de a Tierra, que inspiraron lo que puede denominarse con toda
justicia como el primer film serio de ciencia-ficción.
Pese
a todo, la vida de Verne no fue fácil. Por un lado su dedicación al trabajo
minó hasta tal punto su salud que durante toda su vida sufrió ataques de
parálisis. Por si esto fuera poco era diabético y acabó por perder vista y
oído. Su hijo Michael le dio los mismos problemas que él mismo había
proporcionado a su padre y, desgracia entre las desgracias, sufrió una agresión
por parte de uno de sus sobrinos, que le disparó un tiro a quemarropa dejándolo
cojo. Su vida marital tampoco fue todo lo feliz que él hubiera deseado, y es
comúnmente admitido por todos sus biógrafos que mantuvo un matrimonio paralelo
con una misteriosa dama, que sólo acabó cuando esta murió.
Verne
también se interesó por la vida política, llegando a ser elegido concejal de
Amiens en 1888 por la lista radical, siendo reelegido en 1892, 1896 y 1900.
Ideológicamente era decididamente progresista en todo lo que concernía a
educación y técnica pero de un marcado caracter conservador, y en ocasiones
reaccionario, en el aspecto político.
Julio Verne nos regaló maravillosas historias, todas ellas invitaban a volar a nuestra imaginación y nos acompañaron en nuestra niñez.. hoy me planteo releerlas, sé que las disfrutaría aún más si es posible
ResponderEliminarCasi habría que dar las gracias a su padre si él, arrancándolo de aquel barco, provocó que nos dejara esta fantástica literatura. ¡Felicidades, Francisco!
ResponderEliminarHablar de Julio Verne es hablar de unas lecturas placenteras de juventud, que nos hacía soñar con viajes fantásticos y aventuras emocionantes. Un genio de la literatura que se adelantó a su tiempo.
ResponderEliminarJulio Verne es uno de esos autores de los que se habla cuando uno es adulto, pero se suele olvidar la pasión con la que se iban descubriendo sus letras.
ResponderEliminarHas hecho un magnífico repaso, un hombre que jugó a la anticipación y acertó.
Magnífica entrada
Besos
Tienes toda la razón, mientrasleo. Quiénes de los que actualmente somos lectores no ha tenido en sus manos algún maravilloso libro de este genio de las letras. Recuerdo, en mis tiempos de estudiante de bachillerato, que me iba a la biblioteca del colegio y buscaba las obras de este genial escritor que, como bien dices, jugó a la anticipación y vaya si acertó. Me alegro que te gustase la entrada. Creo que se merecía este pequeño homenaje.
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada, precisamente ahora acabo de terminar con unos libros de Félix J Palma en que hace un pequeño homenaje a la forma narrativa de aventuras de Verne, Wells...
ResponderEliminarPero si pienso en Verne no puedo evitar recordar ese proyectil lanzado a la luna a modo de cohete que tantas pistas dió sobre un futuro no tan lejano.