jueves, 9 de febrero de 2023

La biblioteca de fuego, de María Zaragoza.

 










Datos técnicos:



Título: La biblioteca de fuego.

Autora: María Zaragoza.

Editorial: Planeta.

1ª edición: Abril/2022.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-08-25590-1.

Idioma: Español.

Nº pág.: 528.



Sinopsis:



En el efervescente Madrid de los años treinta, Tina sueña con convertirse en bibliotecaria. Junto con su amiga Veva, se adentrará en un mundo de cabarets y clubs feministas, libros malditos y viejos fantasmas. Así descubrirán la Biblioteca Invisible, una antigua sociedad secreta que vela por los libros prohibidos.


Pronto Madrid se convierte en una ciudad sitiada, donde la cultura corre más peligro que nunca. En medio de una guerra que lo arrasa todo, Tina vivirá una historia de amor clandestina que marcará el resto de su existencia mientras trata de proteger los libros no sólo de los incendios y las bombas, sino también de la ignorancia y los saqueadores.


Una novela emocionante e imprescindible sobre el amor a la cultura. Un sincero homenaje a quienes arriesgaron sus vidas para preservar el tesoro de nuestras bibliotecas.

A veces las personas pequeñas hacen grandes cosas y guardan después silencio.


Una novela imprescindible sobre el amor a la cultura.



Opinión Personal:



Estoy seguro de que, quienes estén interesados en la última obra de la escritora natural de Campo de Criptana (Ciudad Real), María Zaragoza, La biblioteca de fuego, con la que obtuvo el Premio Azorín de Novela 2022, no se sentirán indiferentes ante la temática que aborda la trama, y también estoy convencido de que más de uno despotricará a diestro y siniestro ante la barbarie que se comete con el patrimonio nacional. Una trama que gira en torno a lo que significó la cultura en la década de los años treinta del siglo XX, por lo que en aquel entonces supuso salvaguardar las obras de arte y el fondo bibliográfico español, sobre todo tras el estallido de la cruenta y triste Guerra Civil Española. Tras este conflicto fratricida los libros fueron sometidos a los mal llamados autos de fe por el bando sublevado contra el Gobierno legítimo de la República, y que sería el vencedor de este conflicto fratricida, si es que puede decirse que hubo vencedor en una guerra en la que media España luchó contra la otra media. El nuevo régimen no dudó en saquear bibliotecas públicas y privadas, y quemar una ingente cantidad de obras que consideraban perniciosas, porque «envenenaban la mente y el alma de los buenos españoles», como afirmó en sede parlamentaria, durante la Segunda República, Ramiro de Maeztu. La escritora criptanense rinde un merecido homenaje a todas las personas que participaron en el salvamento del tesoro artístico y bibliográfico durante la guerra civil, a los invisibilizados que no dudaron en ayudar en una ardua y peligrosa labor, porque eran conscientes de que su vida corría peligro, sobre todo a medida que el fin de este conflicto bélico estaba cada vez más cercano, con las consecuencias que este desenlace supondría para ellos, como lo podrá comprobar el lector en el tramo final.

(Casa Profesa Jesuitas-Madrid, 1931)
Defino la La biblioteca de fuego como una historia circular que no tiene desperdicio. Una historia circular en la que la protagonista y narradora, Tina Vallejo de Mena, es una joven que desea convertirse en bibliotecaria. Ya en Madrid, y terminada la Guerra Civil, le recomiendan que vaya al «viejo edificio de la universidad en la calle San Bernardo, donde se iba a celebrar el Día del Libro por primera vez desde 1936»(pág. 11). Pero Tina se queda horrorizada al presenciar el aberrante espectáculo que tiene lugar una vez que leyeron un pasaje de archiconocido capítulo VI de El Quijote. María Zaragoza ya atrapa al lector desde las páginas que conforman el preámbulo, que para mí supuso un claro incentivo para estar muy pendiente de lo que me iba a encontrar a lo largo de los 22 capítulos titulados, más un preámbulo y un epílogo, en los que se estructura el desarrollo de la trama.

Me gustó mucho la historia que relata en primera persona Tina Vallejo de Mena, una joven que pudo acceder a un estilo de vida muy diferente a las mujeres de su clase social de aquel entonces, por obra y gracia de su padre, como lo cuenta en los primeros capítulos. Tina aspira a convertirse en bibliotecaria pero no espera que su labor como tal vaya a ser tan arriesgada, sobre todo durante la Guerra Civil Española. Sin duda alguna, María Zaragoza planificó y desarrolló un complejo rompecabezas en el que van encajando todas las piezas a medida que se aproxima el desenlace. Un complejo rompecabezas que invita al lector a realizar un viaje literario a esa década tan convulsa del siglo XX, porque la voz narrativa relata de forma clara los capítulos que se tienen lugar en Madrid, con lo que el lector tiene una visión diría que cinematográfica, porque puede imaginarse cómo son los episodios que se suceden en la capital española. Una ciudad en la que es testigo de cómo es el día a día durante la Segunda República, pero en la que también se le encogerá el corazón ante el horror que se relata durante los tres largos e interminables años que duró el conflicto bélico fratricida. Impresiona ser testigo de cómo sus habitantes, al igual que en el resto del país, tratan de llevar una cierta rutina, aunque pendientes, sobre todo, de los bombardeos que siembran de terror y muerte la capital, y tienen que salir corriendo a los refugios antiaéreos. Una población que para sobrevivir como buenamente pueden está muy pendiente de los escasos alimentos que les ofrece la cartilla de racionamiento, sin olvidarse de que empezaban a escasear y los habitantes del Madrid sitiado tienen que apañárselas como pueden, salvo que tengan acceso a quienes les surtieran algunos productos, sobre todo cuando son conscientes de que la victoria de los sublevados se una realidad innegable, y no tardarían en entrar triunfantes en una ciudad que habría que reconstruir desde las cenizas y los escombros que provocaron los bombardeos, cada vez más frecuentes.

(Casa de las Siete Chimeneas-Madrid)
A lo largo de los capítulos se percibe un claro equilibrio entre las diferentes subtramas que enriquecen a la principal. Subtramas en las que las alusiones literarias están muy presentes, sobre todo en lo que se refiere a la poesía, como se podrá comprobar en los poemarios que leen Felipe y Tina de jóvenes, las referencias al Romancero Gitano o Él Amor de don Perlimpín con Belisa en su jardín, pieza teatral que desconocía del poeta y dramaturgo granadino. Destaco Poeta en Nueva York por el simbolismo que representa este manuscrito en la obra del escritor granadino Federico García Lorca. También se hacen mención a los poemas que se leen en Sevilla en la casa del poeta Fernando Villalón. Me gustó mucho la subtrama que se desarrolla en la pensión de la tía Paca, en la que va a vivir Tina mientras realiza sus estudios de bibliotecaria, aunque ella era más partidaria de ingresar en la Residencia de Señoritas. En esta pensión ubicada en la calle Colmenares tienen lugar episodios que atrajeron, no sólo por la figura de quien la regenta, y que además ejerce como espiritista. Una tía Paca que sorprenderá con un secreto que guarda, y que será revelado con el paso de los capítulos. También estuve muy pendiente de las peculiares conversaciones que mantienen los cuatro ancianos que viven en ella, sobre todo entre don Germánico y don Gabriel, o de Carlos, un joven de origen humilde que estudia medicina, y que protagonizará varios episodios de interés.

En La biblioteca de fuego la amistad y el amor también están muy presentes la amistad y el amor. Una amistad inquebrantable que sobre todo mantienen Tina y Veva, que son dos mujeres de caracteres muy diferentes pero que, con el paso de los capítulos se complementan. Pese a que es inquebrantable, también mantienen algunas diferencias entre ellas, pero la reconciliación las limará y su relación cobra más fuerza. Los padres de la protagonista y narradora quieren que su hija se case, mediante matrimonio concertado, con Felipe, el hijo de un terrateniente amigo de la familia, para unir el patrimonio de ambas. Pero, como adelanta la sinopsis, Tina vive una historia de amor clandestina que marcará el resto de su existencia, por lo que el lector estará muy pendiente de la decisión que tome sobre su futuro sentimental, pese a lo que comentó a su amiga en varios episodios de la novela. En este sentido, ambas tienen afecto a Estrellita la Rápida, «era la provocación y rapidez, como indicaba su nombre artístico, y cantaba canciones de contenido sicalíptico a un ritmo poco adecuado para gente que sufriera del corazón»(pág. 61).

La biblioteca de fuego es una novela histórica en la que la autora focaliza la trama en torno a la labor que los bibliotecarios y voluntarios que se comprometieron a salvaguardar el patrimonio bibliográfico nacional, del que se realiza un minucioso trabajo para enviarlo primero a Valencia, y desde Barcelona a Ginebra, traslado auspiciado por las Naciones Unidas. Una trama en la que la voz narrativa relata, cuando los episodios se prestan a ello, los hechos históricos que tienen lugar en la década de los años treinta del siglo XX, si bien, como aclara en los agradecimientos, «los datos reales que aparecen en la historia han sido en varias ocasiones modificados en fechas o detalles para ajustarse a las necesidades del texto, ya que una novela debe ser coherente, aunque la realidad haya hecho por su cuenta lo que le haya venido en gana»(pág. 526).

(Biblioteca Nacional-Madrid)
Me gustó todo lo relacionado con la Biblioteca Invisible, que con el paso de los capítulos cobra protagonismo, y todo lo relacionado con quienes se implican en velar por los libros prohibidos, que es el objetivo que se marca esta antigua sociedad secreta que vela por los libros prohibidos. Una biblioteca en la que desempeña un papel trascendental el personaje conocido como Rayo de Luna, aunque también estará ligado a esta sociedad secreta un personaje que da mucho juego a la novela, a quien se conoce como Conde Duque. Un personaje cuya presencia origina episodios que atraen la atención del lector, por las actividades ilícitas que realiza y, sobre todo, desde que Tina está muy pendiente de la presencia de este personaje en episodios en los que es consciente de que puede sacar algo de provecho.

María Zaragoza también retrata a lo largo de los capítulos la sociedad de la época y cómo evoluciona el día día en los distintos estamentos sociales, sobre todo dependiendo del régimen político que impere en aquel entonces. En la primera fase de la novela se refleja el ansia de libertad, sobre todo tras la proclamación de la Segunda República. Una Segunda República en la que el lector es testigo tanto de la vida nocturna que describe la voz narrativa, en un mundo en el que los cabarets y otros lugares de ocio ofrecen a los madrileños lugares donde esparcirse y mostrar incluso a ojos de los demás sus inclinaciones sexuales, sin miedo alguno a ser señalados como invertidos. Pero también se percibe la implicación de la mujer en el mundo de la cultura, como la fundación del Lyceum Club Femenino, que tuvo su primera ubicación en la llamada Casa de las Siete Chimeneas, en el que se reunían mujeres que tenían un elevado nivel de educación, interés por la cultura y tiempo para desarrollar actividades. Tal y como se narra en el último tramo, todo este movimiento cultural desaparecerá durante la Guerra Civil Española y postguerra, período en el que la Sección Femenina marca la labor que desempeña la mujer en el régimen franquista, lo que da lugar a que se dude sobre el futuro que le espera a esta asociación de mujeres. Pero en la Segunda República el lector se encontrará también con las dos Españas, que se reúnen en la tertulia que tiene lugar en La Ballena Alegre, ubicado en el sótano del Café Lion, en el incluso trabaron amistad Primo de Rivera y García Lorca, aunque también se tiran pullas y bromas, como se podrá comprobar en algún fragmento de la novela. 

(Residencia de Señoritas-Madrid)
Por las páginas de esta novela con la que la autora se alzó con el Premio Azorín de Novela 2022 transita un amplio elenco de personajes que le confieren un gran interés al desarrollo de la trama, porque cada uno de ellos tendrá episodios en los que sobresale el papel que desempeña. Sin duda alguna, los personajes son un gran reclamo para el lector, porque se encontrará interrelacionados con naturalidad los ficticios con los reales, que son un buen e interesante ramillete. Pese a lo que acabo de comentar, no tardé en familiarizarme con ellos, sobre todo los creados por la imaginación de la autora, porque perfila cada uno de éstos con algún rasgo que lo caracteriza. El hecho de que hay personajes reales, me llevó a buscar en Internet alguno de ellos porque tenía la sensación de que me resultaban conocidos o, tal y como se describen los episodios en los que intervienen, tuve la sospecha de que eran reales. El poeta y dramaturgo Federico García Lorca es el que más presencia tiene en el desarrollo de la trama entre los reales, aunque también me interesó la labor realizada por Blanca Chacel, que fue miembro de la Junta de Protección del Tesoro Artístico y tuvo un papel muy destacado en el traslado del Patrimonio Nacional desde Cataluña hasta Ginebra en marzo de 1939, al igual que la también bibliotecaria Juana Capdevielle, la primera mujer jefa de una biblioteca en la universidad española. Otro tanto sucede con miembros conocidos del Lyceum Club Femenino, caso de María de Maeztu, Zenobia Campubrí o María Lejárraga. Me llamaron mucho la atención también personajes reales como la escocesa Fernanda Jackobsen y su labor humanitaria al frente de una expedición a Madrid de ambulancias escocesas con las que apoyaba, sobre todo, a la población civil y al traslado de heridos desde el frente, o Miguel Artigas como director de la Biblioteca Nacional, y su papel en esta institución una vez finalizada la guerra. Un Lyceo que atraerá la atención del lector, tanto desde su primera ubicación en la ya mencionada en esta reseña Casa de las Siete Chimeneas como el incierto futuro que le espera tras la Guerra Civil Española.

La biblioteca de fuego es una novela que se puede tomar como una magnífica lección de Historia, cuya trama gira en torno a la salvaguarda del fondo cultural español, sobre todo tras el estallido de la guerra civil en 1936. Tina Vallejo de Mena es la protagonista y narradora que relata lo sucedido entre 1930 y 1939, como un «merecido homenaje a los héroes y heroínas que participaron en el rescate del tesoro artístico y bibliográfico español durante la Guerra Civil Española, y que realizaron una labor extraordinaria con todo en contra... Es también un homenaje a los que siguen creyendo que en la cultura hay esperanza». (pág. 526). Pero también es una aventura para la protagonista, aunque no en el sentido literal de la palabra. Tina aspiraba a ser bibliotecaria, pero el estallido de la Guerra Civil Española truncó su labor como tal y se vio sumergida en una empresa muy difícil de realizar, dados los tiempos que corrían. Leí La biblioteca de fuego con mucho interés, porque María Zaragoza tiene un estilo narrativo que encandila, y con el que consigue que el lector se sumerja de pleno en el desarrollo de la trama, e incluso diría que la tome como si él participara también en cada uno de los 22 capítulos, más el preámbulo y el epílogo que conforman esta novela. Quizás por lo que acabo de comentar el ritmo me resultó fluido y diría que constante, porque tuve la sensación de que apenas decaía a lo largo del relato de la voz narrativa. El lector se encontrará con unos personajes muy bien perfilados —diría que de carne y hueso—. No tardé en familiarizarme con su forma de ser y actuar, e incluso llegué a sonreír en algún episodio que tiene lugar en la pensión de la tía Paca, en la que se aloja la protagonista mientras se prepara para ser bibliotecaria. En mi modesta opinión, diría que el lector se encontrará con una crónica novelada de la época, de la que estará muy pendiente, sobre todo, tras el estallido del conflicto fratricida y lo que le sucede a la población de Madrid ante el continuo bombardeo al que es sometida la capital de España.



Biografía:



María Zaragoza (Campo de Criptana, 1982). Narradora y guionista, ha publicado una docena de títulos entre novelas, cómics y libros de relatos, por los que ha sido galardonada con los premios Ateneo Joven de Sevilla y Ateneo de Valladolid, entre otros. Además, sus relatos se han incluido en numerosas antologías y publicaciones especializadas. También se ha adentrado en la literatura infantil y juvenil con Baba Yagá, obra ilustrada por El Rubencio. Fue becaria de la tercera promoción de la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. En 2011, el Instituto de la Mujer de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha reconoció su trabajo a favor de la igualdad de género. Su obra Realidades de humo ha sido adaptada al cine por Joaquín Loustaunau, y en 2019 recibió el XXVII Premio de Guion Radiofónico Margarita Xirgu de RNE por «Un candidato para el fin del mundo».Actualmente compagina la escritura de guiones de cine con sus labores como tutora de narrativa y dramaturgia en la Fundación Antonio Gala de Córdoba, y es columnista del diario Manchainformación. Facebook: María Zaragoza OficialInstagram: @mariazaragoza00.


Nota:  Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de la web de la Editorial Planeta. Fotografía de María Zaragoza tomada de Wikipedia. Imagen de la Casa Profesa de los Jesuitas tomada de la web Jesuitas de España. Imagen de la Casa de las Siete Chimeneas tomada de la web de la Comunidad de Madrid. Imagen de la Biblioteca Nacional tomada de la web Fundación Sierra Pambley. Imagen de la Residencia de Señoritas en Madrid, tomada de la web del Diario La Razón. 


7 comentarios:

  1. Hola Paco, me llama mucho esta novela por la época en que se desarrolla y porque disfruto un montón con las historias que giran entorno a los libros. Me la llevo apuntada. Besos.

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  2. Pues me llama mucho esta historia, tanto por su ambientación como por su trama. Me la apunto.
    Besotes!!!

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  3. La leí hace unos meses y me gustó mucho la ambientación, aunque la trama en algún momento me resultó un poco complicada, pero el resultado fue bueno. Un abrazo

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  4. Sabes que me atraen mucho novelas como esta y ya le tenía echado el ojo. Tu entusiasta reseña me reafirma en que tengo que leerla
    Besos

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  5. Me ha gustado mucho lo que cuentas del libro. Lo leeré.

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  6. Qué buena trama y qué actual, en el momento en que esto escribo, porque andamos con lo de los libros "buenos y malos", "correctos e incorrectos". Censura y destrucción. No me importaría leerlo, la verdad. Besos

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  7. A mi se me atravesó un poco la reseña y pese a que leí la novela, necesito hacerle un repaso, pero coincido en que es una magnífica lección de historia. Apertas

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