Datos técnicos:
Título: La familia de Pascual Duarte.
Autor: Camilo José Cela Trulock.
Editorial: Destino (Colección Áncora & Delfín).
Fecha edición original: 1942.
Fecha de la presente edición: 1975.
Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.
ISBN: 84-233-0733-6.
Nº pág.: 187.
Sinopsis:
«Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo.» Publicada inicialmente en 1942, La familia de Pascual Duarte marca un hito decisivo en la literatura española y es, después del Quijote, el libro español más traducido a otras lenguas. Pascual Duarte, campesino extremeño hijo de un alcohólico, nos cuenta su vida mientras espera su propia ejecución en la celda de los condenados a muerte. Víctima de una inexorable fatalidad, Pascual Duarte es un ser primitivo y elemental dominado por la violencia, única respuesta que conoce a la traición y al engaño. Pero esa siniestra apariencia no es más que la máscara que oculta su incapacidad para luchar contra la maldad de los demás y la desvalida impotencia que alberga en el fondo de su alma. La familia de Pascual Duarte ha ganado con los años fuerza y dramatismo y su protagonista, que no ha perdido el encanto primigenio, es ya un arquetipo de alcance universal.
Opinión Personal:
Son tres las obras que a lo largo de los años atrajeron mi atención del Premio Nobel de Literatura, Camilo José Cela y Trulock, galardón que le otorgó la Academia Sueca en 1989 «por una prosa rica e intensa, que con refrenada compasión configura configura una visión provocadora del desamparado ser humano». Quizás retraiga mi interés por su prolífica narrativa su estilo experimental e innovador, porque títulos como Cristo versus Arizona, Mazurca para dos muertos o Madera de boj no fui capaz de meterme de pleno en las historias que relata el narrador de turno. Mi relación con el escritor gallego natural de Iria Flavia (Padrón, A Coruña) se limita a La familia de Pascual Duarte, Viaje a La Alcarria y La colmena, tres lecturas que me acompañaron durante mi juventud, y de las que le toca el turno de relectura a La familia de Pascual Duarte.
(Torremejía-Badajoz) |
En su ópera prima Cela planifica y desarrolla una obra circular, porque el protagonista y narrador decide dejar constancia, en unas cuartillas que le facilitan, de las circunstancias que le condujeron a cometer actos en los que muestra el carácter más ruin y primitivo de la condición humana, mientras espera su propia ejecución en la celda de los condenados a muerte en la prisión de Badajoz. Tal y como está presentada la novela, desde las primeras líneas el lector tiene la sensación de que fue el autor quien decide dar publicidad a las que pueden considerarse como memorias de Pascual Duarte. Unas memorias de las que el Premio Nobel de Literatura dice ser sólo un mero transmisor, por el estado en el que se encontraban las cuartillas encontradas en una farmacia de Almendralejo, y que para mayor veracidad de tales memorias el reo envía al señor don Joaquín Barrera López, en Mérida, como depositario de las mismas.
«Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo el destino se complace en variarnos como si fuese de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte» (Pág. 25). Tal y como se suceden las circunstancias que rodean al protagonista, no me imaginé que este personaje terminaría sus días con una muerte tan cruel como es el garrote vil, pese a que era consciente de que esta era la muerte que le esperaba. En mi modesta opinión, entiendo que estas primeras líneas de sus memorias indican que el ahora reo no pretendía llevar otra vida que la de el común de los mortales, en la que procuraría cometer los menores errores posibles, porque de todos es sabido que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, cuando no lo hace unas cuantas más.
(Puente romano de Mérida-Badajoz) |
La familia de Pascual Duarte es una novela encuadrada en el realismo tremendista. Pese a lo que esto significa y a los infortunios que persiguen al protagonista, Camilo José Cela le confiere una prosa absorbente, muy rica en matices y recursos literarios. El autor combina con maestría la narración, la descripción, los diálogos y las reflexiones que, como si de una pausa en su relato se tratase, acompañan a Pascual Duarte. El texto contiene un lenguaje llano, coloquial, acorde con el origen humilde del protagonista, quien apenas fue unos años a la escuela, «pero sabía leer y escribir, sumar y restar, y en realidad para manejarme tenía bastante», (Pág. 40) si bien hay episodios y reflexiones escritos de tal forma que no parecen ser obra del redactor de las memorias, sino pulidas por el autor de la novela. «Hasta el aguamanil —que siempre suele ser lo peor— era vistoso en aquella habitación; sus curvadas y livianas patas de bambú y su aljofaina de loza blanca, que tenía unos pajarillos pintados en el borde, le daban una gracia que lo hacía simpático»(Pág. 85). Me gustaron mucho los refranes o dichos populares que utiliza cuando son apropiados para el episodio de turno, o las comparaciones y metáforas en las que se sirve de animales, quizás por aquello de ser el personaje un gran aficionado a la caza. Los diálogos son muy interesantes, no sólo por la información que ofrecen, sino también por la tensión narrativa que se refleja en escenas que, tal y como se desarrollan, dan la sensación de que no conducen a un buen desenlace, o también tuve la impresión de que algunos sirven para llenar un incómodo silencio.
Quien disfrute con la buena literatura no debería de olvidarse de tener en su lista de imprescindibles La familia de Pascual Duarte, cuya trama sigue vigente hoy día, y que estoy seguro no deja indiferente a quienes la lean o hayan leído, porque las vicisitudes que acompañan al protagonista y narrador, Pascual Duarte, invitan, sin duda alguna, a la reflexión. El lector se encontrará con una novela en cuyo desarrollo de la trama está muy presente el determinismo —todo lo que le sucede al protagonista está condicionado por las circunstancias que le rodean—, la violencia, tanto física, verbal como psicológica; la familia, el odio y la venganza, sin olvidarme de la trascendencia que tiene en el protagonista la negación al acceso a la educación por parte de su madre, o la diferencia en el trato social, según la clase social a la que pertenezcan los personajes.
Biografía:
Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la editorial Destino en Amazon. Fotografía de Cela tomada de la web del Instituto Cervantes. Imagen de Torremejía tomada de la web Rurismo. Imagen del puente romano de Mérida, en Badajoz, tomada de Wikipedia.
Hola Paco, esta novela la leí hace muchos años para ayudar a una de mis hermanas con un trabajo de literatura y la recuerdo muy vagamente; solo recuerdo que me gustó, igual ha llegado el momento de releerla. Con otras obras del escritor no pude, aunque La colmena por ej
ResponderEliminar(sigo aquí que he publicado el comentario sin querer). Te decía que a La colmena vuelvo de vez en cuando porque me parece de las mejores del autor. Muy buena reseña. Besos.
ResponderEliminarBon dia Paco,
ResponderEliminarHace muchos años que leí por primera vez este libro. Fue en el insti, y como suele pasar en esta época y a estas edades, no lo disfrutas ni le das la importancia que tiene. Así que lo releí hace unos años, no te creas que hace mucho, fue para un reto, y...me encantó. Sabía que lo haría, pero es que disfruté tanto tanto tanto, que me sentí tonta por no haberlo releído antes.
Muy buen reseña.
Besitos carinyet.
Excelente libro. Junto a "Viaje a la Alcarria" y "La colmena", lo mejor de él. Costumbrismo tenebrista de una época tenebrosa. Un autor que dominaba todos los registros del español. Como nadie. No nos quedemos con el personaje. Hay que leerlo.
ResponderEliminarLo leí en mis tiempos de instituto y recuerdo que me gustó mucho. Creo que ha llegado la hora ya de releerlo. Una excelente reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Qué buena es esta novela Paco. La leí hace muchísimos años y guardo muy buen recuerdo. Nunca había oído lo de realismo tremendista. Muy buena reseña. Besos
ResponderEliminarCoincido contigo en que las novelas que más me gustaron de Cela fueron La colmena y esta que reseñas. Otras que traté de leer no me engancharon, aunque desde luego nadie le puede negar su «rica prosa» en todas ellas. Saludos.
ResponderEliminarBuenas noches, Paco:
ResponderEliminarAdmiro mucho la obra de don Camilo, y mi novela favorita del autor es la primera que leí: La colmena. Pese a ello, a veces ese realismo tremendista se me hace un poco duro, aún así, hay que leer a este grande de nuestras letras.
¡Excelente reseña!
Un abrazo.