jueves, 17 de marzo de 2022

El cementerio de los ingleses, de Ricardo Alía.


 








Datos técnicos:



Título: El cementerio de los ingleses.

Autor: Ricardo Alía.

Autoeditado Amazon (enlace)

1ª Edición: Octubre/2021.

Encuadernación: Tapa blanda.

ISBN: 979-8491205684.

Idioma: Español.

Nº páginas: 328.


Precio:  9, 95 € en papel.

              2, 69 en ebook.



Sinopsis:



UNA NOVELA NEGRA IMPACTANTE, UN MAPA LITERARIO DE SAN SEBASTIÁN, UN ESCRITOR EN BUSCA DE UN ASESINO.


Descubre las escenas de los crímenes a través de los escritores que dejaron su huella en San Sebastián. Visita la casa museo donde residió Víctor Hugo, los lugares que frecuentó Ernest Hemingway o las numerosas referencias al donostiarra Pio Baroja que salpican las calles y plazas de la ciudad. Un asesinato, un autor, un libro. Cada libro contiene la clave del siguiente crimen. Todo conduce a un antiguo club de lectura y a la misteriosa desaparición de una joven hace treinta años.



Opinión Personal:




Me atrajo mucho la última novela publicada hasta la fecha por el escritor donostiarra Ricardo Alía, El cementerio de los ingleses. Laky, la administradora del blog Libros que hay que leer, la promocionó mediante sorteo de varios ejemplares, porque su trama encaja en el mes temático de la novela negra, que sirve como aliciente para quienes participan en el Reto Literario Genérico, y para quienes quieran participar en los meses temáticos que dedica a cada uno de los géneros literarios que lo conforman. El cementerio de los ingleses me cautivó tanto por el peso que tiene la metaliteratura en el desarrollo de la trama, como por el hecho de que el autor traza a lo largo de los capítulos un mapa literario de San Sebastián, porque los personajes transitan por sitios en los que dejaron su huella escritores tan célebres como Pío Baroja, Ernest Hemingway y Víctor Hugo, como adelanta la sinopsis. Estoy seguro de que el lector disfrutará mucho con las alusiones literarias que manifiesta la voz narrativa a lo largo de los 28 capítulos, más el prólogo y el epílogo en los que se estructura el desarrollo de la trama. Unas alusiones que se manifiestan bien por la propia voz narrativa, bien por las alusiones de los personajes en los diálogos que mantienen, en los que citan fragmentos o mencionan obras clásicas, si el tema que abordan en su trama guarda relación con las situaciones que viven, o sirven para que el interlocutor aconseje al receptor sobre temas más personales, si tiene con él una relación muy cercana, y que le permita ofrecer tales consejos. También se percibe a lo largo de los capítulos que el autor disfrutó mucho con la escritura de esta novela, a lo que hay que añadir el hecho de que en esta ocasión apostara por la autoedición, con la responsabilidad que significa embarcarse en una empresa de esta índole.

(Plaza del Txofre-San Sebastián)
Como afirma Ricardo Alía en la web escritoresdeeuskadi.com, El cementerio de los ingleses es una novela negra que se aleja de los estándares propios de lo negrocriminal. En mi modesta opinión, a lo largo de los capítulos se percibe una clara influencia clásica en su desarrollo, no sólo por lo que acabo de comentar en el párrafo anterior, sino también porque el lector tiene una información más directa en varias fases de la trama en relación con las investigaciones que lleva a cabo el protagonista y su amigo Txomin. Iker Arrieta sospecha que parece haber un nexo que une los crímenes que tienen lugar en San Sebastián  entre mediados de diciembre de 2019 y primeros de marzo de 2020, lo que incluso le hace presentir que su vida pueda correr peligro. Un claro ejemplo de lo que acabo de comentar se manifiesta en lo que sucede en el prólogo, que incita a que el lector permanezca expectante tras el descubrimiento que hace Iker Arrieta a finales de octubre de 2016 en El Cementerio de los Ingleses, ubicado en el monte Urgull, un camposanto por el que el protagonista y narrador siente fascinación desde niño, y al que define como «un sitio peculiar, poco conocido incluso por los lugareños...en homenaje a los soldados ingleses muertos en combate contra los carlistas en una guerra que lo era la suya» (pág. 7). El joven escritor decide investigar estos crímenes porque el sentimiento de culpa le atormenta desde esa fecha, si bien prefiero que sean quienes se interese por la lectura de El cementerio de los ingleses los que deduzcan las causas del tormento que le acompaña desde que subió a ese cementerio tres años antes. En mi modesta opinión, la investigación que realiza Iker Arrieta y su amigo Txomin Larrañaga la llevan a cabo al más puro estilo Holmes y Watson, aunque en esta ocasión forman un tándem un tanto peculiar por las características que definen a ambos personajes metidos a detectives, siendo Txomin el que ejerce una labor más deductiva en las pesquisas que realizan. Pesquisas a las que se une la hija del dueño de la librería Azpiazu, Ainhoa, quien desempeña un papel destacado con el paso de los capítulos y que atrae la atención del lector. Entiendo también que el carácter clásico del desarrollo de la trama de esta novela se percibe en el desenlace, por la forma en la que la voz narrativa da a conocer toda la información en la que se revelan las incógnitas que esconde quién o quiénes están detrás de estos crímenes. Un desenlace que me encantó porque el autor no deja ningún cabo suelto y mantuvo mi interés hasta la última página, por la intriga con la que se desarrollan los episodios que lo conforman, y porque sospechaba que todavía me esperaba algún giro narrativo más.

Disfruté mucho con la lectura de El cementerio de los ingleses, e incluso diría que se superaron con creces las expectativas que tenía puestas en esta novela. Sin duda alguna, creo que es una de las novelas que leí en las que la metaliteratura cobra un papel trascendental a lo largo de los capítulos. En este sentido, diría que no sólo por las referencias a los tres autores que se mencionan en la sinopsis y que tienen una gran presencia en la trama, sino también las que guardan relación con la creación literaria, ya que el protagonista y narrador es un escritor que empieza a hacer su carrera literaria, si bien tiene que alternar la escritura con los trabajos temporales que desempeña, a los que ya está acostumbrado, porque «había desempeñado diversos y variopintos trabajos antes, durante y después de acabar la carrera para mantenerme a flote» (pág. 17). Iker Arrieta es consciente de que las ganancias que obtiene de sus publicaciones literarias no son suficientes para alcanzar una situación económica que le permita vivir con una cierta holgura, salvo que con el paso del tiempo alguna de sus publicaciones le reporten esos beneficios que le posibiliten alcanzar el sueño de dedicarse por completo a escribir novelas. En este sentido, el lector estará pendiente de las reflexiones que vierte el protagonista y narrador sobre las diversas facetas del proceso creativo, al igual que la labor que realizan los editores y agentes literarios, cuando la escena de turno se presta a ello, y en las que no faltan alusiones al plagio. Unas reflexiones que intercala durante el proceso de investigación que llevan a cabo para descubrir quién o quiénes están detrás de unos crímenes que mantienen en vilo a los donostiarras.

(Estatua de Pío Baroja-San Sebastián)
Ricardo Alía planifica y desarrolla una trama muy atractiva, porque el lector está muy pendiente de todo lo que sucede durante su desarrollo. Un desarrollo en el que la ciudad de San Sebastián diría que es la protagonista indiscutible de esta novela, porque su presencia está muy por encima de la labor que realiza el escritor y narrador en primera persona, Iker Arrieta. A lo largo de los capítulos se percibe la pasión que el autor siente por su ciudad, como lo demuestra la elección de las localizaciones que utiliza para ubicar las escenas más impactantes, con las que incita a que sintamos interés por conocer detalles sobre los lugares en los que se descubren los cadáveres que, tal y como son encontrados, se presume que son víctimas de un crimen, a través de los que se pretende enviar un mensaje a alguien, porque esa fue la impresión que tuve en cada uno de ellos. Sin duda alguna, las descripciones que el autor realiza por boca del narrador invita a los lectores a realizar un recorrido por las localizaciones que tienen una mayor trascendencia a lo largo de los capítulos, sobre todo por aquellas que no son tan conocidas por quienes la visitan o incluso viven en la capital guipuzcoana. En este sentido, diría que le confieren un gran atractivo escenas que, en mi modesta opinión, tienen un marcado carácter gótico, lo que origina que se perciban los espacios en los que se desarrollan desde una perspectiva muy diferente a la habitual. También atrajeron mi atención las opiniones que sobre la capital guipuzcoana dejó Ernest Hemingway en su obra Fiesta o algunas de Pío Baroja, sobre todo por el tono en el que las expresa.

Pero junto a la ciudad de San Sebastián hay otros personajes, estos ya de carne y hueso, que atraen la atención del lector. El que mejor perfilado está es el protagonista y narrador de El cementerio de los ingleses, Iker Arrieta, no sólo porque es la voz narrativa de esta novela, sino también porque  es al que conoce en mayor profundidad. Pese a lo que acabo de comentar, es muy atractivo el triángulo que forma con el que es su mejor amigo desde la época universitaria, Txomin Larrañaga, ahora metido a poeta y fiel seguidor de la Real Sociedad, pero que espera que acudan las musas a su encuentro con total tranquilidad, porque es miembro de una familia acomodada de San Sebastián. Ainhoa Azpiazu es el tercer vértice del triángulo, un personaje que con el paso de los capítulos va cobrando un mayor protagonismo, tanto por una relación que parece que va más allá de la amistad con el joven escritor como por su implicación cada vez mayor en la investigación que realiza, lo que da lugar a que Iker se preocupe por su integridad física, por lo temores a los que ya me referí en el segundo párrafo de esta reseña. Otro personaje que atrae la atención del lector, es el peculiar informador que tiene el protagonista, el frutero Mikel, quien conoce por medio de sus clientes todo lo que se cuece en la ciudad donostiarra, y cuando surge la ocasión, le menciona referencias literarias que, según la circunstancia, levantan una sonrisa, sobre todo porque da la sensación de que tiene una forma de expresarse un tanto decimonónica. Pero tampoco faltan personajes que me mantuvieron en vilo por la labor que desempeñan en algunas fases del desarrollo de la trama, caso del inspector Cepeda, quien tal y como es descrito me recordaba un tanto al mítico Colombo, si bien Cepeda tiene más mala leche. No me olvido de la madre de Iker Arrieta, que vive en Pasajes de San Juan, en donde está la Casa Museo de Víctor Hugo, y que, en mi modesta opinión, es el personaje más entrañable de la novela.

( C. M. de Víctor Hugo-Pasajes de San Juan-Guipúzkoa)

Disfruté mucho con la lectura de El cementerio de los inglesesno sólo por el peso que tiene la metaliteratura en el desarrollo de la trama, sino también porque Ricardo Alía sabe cómo atraer la atención del lector desde las primeras páginas y mantenerla hasta el desenlace, sin que apenas decaiga el ritmo narrativo. Le  confiere  el corte clásico al desarrollo de la trama, con algunas escenas en las que, en mi modesta opinión, entiendo que contienen elementos góticos. Me gusta su estilo narrativo, directo, cuidado y con unos diálogos muy dinámicos que agilizan el ritmo, sobre todo a medida que el desenlace está próximo y se suceden episodios en los que la acción está más presente, así como la intriga, por las sospechas que tiene Iker Arrieta al sentirse vigilado y porque presiente que su vida puede correr peligro. El escritor donostiarra planifica y desarrolla una trama muy equilibrada entre elementos que son propios de la novela negra de corte clásico y las alusiones metaliterarias que se suceden a lo largo de los capítulos, en las que sobresalen las referencias a Baroja, Hemingway y Víctor Hugo, junto con la trascendental presencia de San Sebastián, que es un personaje más de la novela: incluso diría que está muy por encima de los que transitan por sus calles. Resalto el papel que desempeñan el triángulo formado por Iker Arrieta, su amigo Txomin Larrañaga y Ainhoa Azpiazu, porque dan mucho juego a la trama, sobre todo cuando se acerca el desenlace, en el que el lector se encontrará con una historia que conduce a un antiguo club de lectura y a la misteriosa desaparición de una joven hace treinta años.


Biografía:



Tiene dos grandes pasiones: el ajedrez y la literatura. Dejó de competir en torneos internacionales de ajedrez para concluir sus estudios y acabó licenciándose en Ciencias Químicas por la Universidad del País Vasco. En la actualidad trabaja como químico en Barcelona, ciudad donde reside junto a su familia. Gran lector de novela negra, escribe en secreto y normalmente guarda los manuscritos en un cajón, pero en este caso ha decidido sacarlos a la luz. El signo del dragón es la primera novela de La trilogía del Zodíaco, —publicada con Maeva— completada por El vuelo de la serpiente y El salto del caballo. En 2018 también publica con Maeva El peón envenenado. El cementerio de los ingleses es su primera novela autopublicada (octubre de 2021).


Nota: Datos técnicos, sinópsis y fotografía de Ricardo Alía tomados de Amazon. Biografía del autor tomada de la web de Babelio. Imagen de la plaza del Txofre en San Sebastián tomada de la web Tanco. Imagen de la estatua de Pío Baroja en San Sebastián tomada de la web Wikimedia Commons. Imagen Casa Museo de Víctor Hugo en Pasajes de San Juan tomada de la web Babilonia´s Travel. 









7 comentarios:

  1. Hola Paco, también leí la novela este año y me gustó mucho, sobretodo la ambientación en San Sebastián y las múltiples referencias metaliterarias. Estupenda reseña. Besos.

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  2. Hola Paco! Ya me habías ganado con lo de novela negra aunque fuera de los estándares de lo negro criminal (yo solamente soy purista con la paella y el flamenco) pero me has terminado de conquistar con el personaje del frutero, me encanta.

    Muchos besos, carinyet 💋💋💋

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  3. Lo tengo en el lector esperando y por lo que cuentas,lo voy a disfrutar mucho. Una gran reseña.
    Besotes!!!

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  4. Cómo me alegra que te haya gustado tanto, la verdad es que tu entusiasmo transciende la pantalla.
    A mí esa mezcla de intriga y metaliteratura ya sabes que me cautivó y el hecho de que mi ciudad fuera una protagonista más hizo que la disfrutase aún más.
    Besos

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  5. Se nota que disfrutaste la novela. Creo que la pareja de Iker y Txomin me va a gustar.

    Además tiene unos ingredientes que si están tan bien combinados como dices harán de esta una lectura muy agradable: literaria, ambientación donostiarra, novela negra, los giros...

    Un saludo.

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  6. La palabra metaliteratura me encanta. Eso de que un libro te hable de más libros, autores y literatura en general, es un juego que me fascina. Solo por eso ya le daría una oportunidad a esta novela. Pero es que también me gusta el escenario. La anoto para más adelante. Beso

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  7. Esta novela también la escogí para leerla en Serendipia. A mí me gustó, pero no me entusiasmó tanto como a ti. La primera parte —para mi gusto tiene demasiadas referencias literarias— casi me hace dejarla. Tuve paciencia y al pasar esa parte pude disfrutarla un poco más. Creo que la autopublicación en este caso le jugó una mala pasada, porque a mi entender creo que debería haberle dado un par de revisiones más para arreglar esa parte, que me parece la más floja. Ya lo dice él mismo en alguna parte, que lo suyo no es hacer las correcciones, y eso es lo que a mí me pareció. De las tres obras que elegí para Serendipia recomienda me pareció la más flojilla. Y es que la autopublicación siempre me juega malas pasadas. Pocas me han gustado completamente hasta ahora. Y es que se nota mucho el trabajo de una buena editorial.
    Un saludo.

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