lunes, 14 de abril de 2025

Reseña La ciudad de los dragones, de Ana Rosenrot.




            





Datos técnicos:




Título: La ciudad de los dragones.

Autora: Ana Rosenrot.

Editorial: Abeya Ediciones.

1ª edición: Mayo/2024.

Encadernación: Tapa blanda con solapas.

ISBN: 878-84-10364-00-4.

Nº páginas: 456.




Sinopsis:





En la convulsa y crispada Barcelona de principios del siglo XX, durante una noche de tormenta de 1926, se lleva a cabo la la hipnosis regresiva a la que es sometida, con el fin de desbloquear los recuerdos de su traumática infancia y resolver la extraña y peligrosa atracción que siente la joven burguesa por el fuego.

Además de los conflictos sociales y políticos, los crímenes perpetrados por el llamado «asesino pirómano» mantienen en vilo a la ciudad. Guillem Mercader, un joven y ambicioso periodista, ávido por encontrar una noticia con la que salir del anonimato e igualar los éxitos periodísticos de su difunto padre, indagará en la vida de la joven creyéndola sospechosa de los crímenes tras descubrir reveladoras casualidades; pero lo que encontrará será una compleja tela de araña de oscuros poderes en la sombra, sociedades secretas, edificios fantásticos rebosantes de extraños símbolos que solo el maestro Gaudí comprende, y la inquietante conexión con un antiguo suceso en un internado de Gerona que obsesionó a su padre hasta su muerte.

Fascinado por los enigmas de una ciudad de floreciente cultura, el periodista también se sentirá atrapado por la sórdida realidad de los más desfavorecidos, como Laia, una desvalida y enigmática prostituta del Raval tan aparentemente inofensiva e ingenua como la leyenda de san Jorge y el dragón.






Opinión Personal:






Leer a Ana Rosenrot (Madrid, 1971) es entretenimiento y buen hacer literario. Si disfruté con sus dos novelas anteriores, Secretos en Venecia (reseña) y El jardín de las flores negras (reseña), con La ciudad de los dragones no dudo en afirmar que deja el listón muy alto, con lo que tendrá que hilar muy fino para superarlo, aunque estoy muy seguro que lo salvará sin problema alguno. De nuevo me encuentro con sus señas de identidad: misterio, secretos, personajes complejos, dotados de una gran carga psicológica y caracterizados con matices por descubrir, y una ambientación exquisita.

(Instituto Frenopático Les Corts-Barcelona)
La trama de La ciudad de los dragones no da lugar a respiro, porque desde las primeras líneas hasta el desenlace se suceden una serie de episodios que provocan en el lector inquietud, a la par que intriga, por lo que las incógnitas se acumulan y requieren una avidez de respuestas. Respuestas que tardan en llegar, porque la escritora madrileña tiene muy claro que debemos acercarnos a ellas en muy pequeñas dosis, que no siempre resultan ser las correctas, por lo que se incrementan las expectativas sobre todo lo que sucede a lo largo de los 33 capítulos más un prólogo y un epílogo en los que se estructura. Y es que los detalles son el alma de esta novela: son el punto de partida que nos indica por dónde puede ir el hilo del que tirar si queremos hallar alguna salida al laberinto en el que creemos encontrarnos. Ésa fue la sensación que tuve durante buena parte de la lectura, porque lo único que no tardé en descubrir es que uno no se puede fiar de nada ni de nadie.

Ana Rosenrot planifica y desarrolla con mucho cuidado esta ficción. Una ficción entiendo que de claro corte clásico, en el que incluso hay escenas que tienen ingredientes literarios góticos, y en determinados episodios el lector recibe una información más directa que los personajes, por lo que incita a preguntarse cuál será la reacción que muestren cuando la conozcan. Incluso diría que la investigación policial que realiza el inspector jefe Mauricio Pons y su ayudante, el subinspector Oriol López, es propia de verdaderos sabuesos de la época, que no dudan en resolver el caso como sea, aunque tengan que enfrentarse a la poderosa burguesía barcelonesa si es necesario; y vaya que si se enfrentan, con la prensa frotándose las manos para publicar jugosas noticias. A lo que indico en este párrafo hay que añadir lo que comento al final del anterior.

En La ciudad de los dragones tienen mucha importancia los saltos temporales, en los que se despliega la información que ofrece Mireia Berenguer en la hipnosis regresiva a la que es sometida por el eminente doctor Fildelgardcon el fin de desbloquear los recuerdos de su traumática infancia y resolver la extraña y peligrosa atracción que siente por el fuego, como adelanta la sinopsis. Lo que más me gustó es la fuerza con la que comienza la novela, consciente de que este inicio es el mejor imán para atraer al lector.  Una fuerza que no decae a lo largo de los capítulos porque una sucesión continua de situaciones provocan una serie de giros inesperados, incluso algunos de ellos muy sorprendentes, por el impacto que suponen para los personajes que los protagonizan, de forma directa o indirecta. Saltos temporales que tienen su origen en 1925 para luego estar muy pendientes de todo lo que sucede durante 1926.

(Casa Batlló-Paseo de Gràcia-Barcelona)
Me ha gustado mucho la perspectiva que le confiere Ana Rosenrot a Barcelona. Una Barcelona diría que con un papel predominante en la trama. En todo momento tuve la sensación de que es quien dirige los movimientos de los personajes, recordándoles a cada uno el estrato social al que pertenecen, y advirtiéndoles por dónde deben moverse, con peligro incluso para su integridad física, dado que hay ojos que los vigilan, por si están hurgando donde no deben. Pero también les indica en qué lugares están más seguros, con independencia de su religión, afiliación política, o estrato social al que pertenezcan. Por eso los edificios modernistas tienen mucha trascendencia en la trama, incluidos el Parque Güell y la Sagrada Familia, de los que se disfruta por las bellas, precisas y visuales descripciones que realiza un narrador omnisciente. Una Ciudad Condal de la que el lector tiene una visión muy clara de su callejero durante el primer tercio del siglo XX del que deja constancia la voz narrativa sobre los barrios dlonde viven las familias burguesas y aristócratas, como el Eixample, el Paseo de Gràcia o el barrio residencial del Tibidabo, al igual que el día a día de los más desfavorecidos, que se apañan como pueden en el Raval o el Poble-sec, sin olvidarme de las grandes arterias que suponen para los barceloneses lugares de tránsito o encuentro, caso de La Avenida del Para-lel, Las Ramblas o el ya citado Paseo de Gràcia.

Al igual que Barcelona, cobra protagonismo también el fuego, por el que la joven Mireaia Berenguer siente fascinación, Un elemento que crea, pero que también devasta, es símbolo y purifica, como se refleja a lo largo de los capítulos. La autora es consciente de que en la Ciudad Condal proliferan las figuras de dragones y alude en varias ocasiones a la leyenda de Sant Jordi, y da constancia de ello en varias fases de la trama. A lo que acabo de comentar hay que la figura del pirómano enmascarado, y el caos y la muerte que provoca en varias fases de la novela. Un pirómano enmascarado del que se cree que es un asesino psicótico que sigue un ritual para cometer sus crímenes.

Por las páginas de La ciudad de los dragones transita un elenco de personajes amplio y variado, representativos de las clases sociales del primer tercio del siglo XX en Barcelona. Personajes complejos, con una gran carga psicológica, ricos en matices y diría que todos ellos muy atractivos, porque su papel no deja indiferente por el rol que desempeñan en esta novela. Personajes que protagonizan situaciones en las que las emociones, las sensaciones y los sentimientos están muy presentes, al igual que se manifiesta la tensión que generan algunos diálogos que mantienen.

(Poble-sec, puerto pesquero-Barcelona)
En mi opinión, entiendo que la joven protagonista, Mireia Berenguer, es uno de los personajes literarios en los que dudo se pueda encontrar algún resquicio con el que empatizar; sin embargo, esta joven protagoniza una serie de situaciones muy atractivas, y en torno a ella gira, de una forma u otra, todo lo que sucede a lo largo de los capítulos. Está flanqueada por una serie de figuras secundarias que conforman un buen complemento enriquecedor para la trama, y otros de aparición más puntual. Figuras secundarias que protagonizan una serie de subtramas muy interesantes, por los derroteros que toman la mayoría de ellas: Jaume Portabella, el intrigante inversor y coleccionista. El rico industrial Marc Claramunt, dueño de la pirotecnia Fuego del Dragon, en cuyo palacete, sito en el Tibidabo, se celebra la sesión de hipnosis. La misteriosa Mercè Dosrius, que aparece y desaparece de Barcelona como por encanto, y uno se pregunta qué clase de negocios se trae entre manos.Enric Berenguer, el primo de la protagonista, que está muy pendiente de ella, porque siente que tiene la obligación de protegerla frente a los peligros a los que se expone y frente a las acusaciones que la señalan como presunta sospechosa de cometer los crímenes que tienen lugar en la Ciudad Condal. Guillem Mercader, un joven periodista sin escrúpulos que desea obtener la fama con un jugosa noticia que le relegue de la sección de necrológicas en el diario barcelonés y  La Vanguardia  y salir del Raval, de la miseria en la que vive. Laia, joven prostituta, atormentada por el duro pasado familiar que la marcó y la obligó a convertirse en lo que era, una más de las que se ganan la vida por cuatro perras mal contadas, en el barrio que acabo de citar, en el que sus habitantes son los más desfavorecidos de la sociedad. El inspector jefe de policía Mauricio Pons, muy insistente en su misión de cerrar este caso como sea, y que no duda en estrechar el cerco sobre Mireia Berenguer, aunque tenga que hacerle frente a toda la burguesía.

La ciudad de los dragones es una novela muy bien escrita, que contiene una trama muy compleja, de ritmo constante y lectura fluida -al menos, en mi caso-, muy amena y adictiva. Está muy bien escrita y contiene unos diálogos que reflejan los diferentes estados de ánimo de los personajes, al igual que resaltan la tensión narrativa que tienen lugar en determinados diálogos entre los personajes. Los giros inesperados están muy presentes, algunos de ellos muy impactantes.




Biografía:





Ana Rosenrot (Madrid, 1971). Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, aunque desde muy joven se orientó hacia la literatura, especialmente la novela negra y de misterio.

Su primera novela Aeternum, primera parte de Trilogía Aeternum, fue publicada en 2012, dando inicio a una prolífica producción literaria, con la publicación, hasta el momento, de La hija del sepulturero (Marzo 2013), Secretos en Venecia (Septiembre 2013), A Divinis (Abril 2014), Ab Initio (Noviembre 2014), y Las hadas sin corazón (Noviembre 2015), El jardín de las flores negras (2018), y La ciudad de los dragones.

Sus novelas, con una prosa clara y vibrante, se caracterizan por crear una atmósfera inquietante y misteriosa en la que se desarrollan sus historias llenas de fuerza y pasión, de intrigas y secretos, tejiendo argumentos cuyos finales son siempre sorprendentes.


Nota: Datos técnicos y sinopsis tomados de Amazon. Biografía de la autora tomada de la web de Lecturalia. Imagen del Instituto Frenopático de Les Corts en Barcelona y del puerto del Poble-sec tomadas de Wikipedia. Imagen de la Casa Batlló tomada de la web de El Nacional.cat. Fotografía de Ana Rosenrot tomada de su web. 


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