Datos técnicos:
Título: La operadora.
Título original: The operator.
Autora: Gretchen Berg.
Traductora: Ángela Esteller García.
1ª edición: Agosto/2020.
Encuadernación: Tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-18128-68-4.
Idioma: Español.
Nº pág.: 384.
Sinopsis:
A las operadoras de la centralita en Wooster, Ohio, les encanta escuchar las conversaciones de sus vecinos y ponerse a cotillear después. Vivian Dalton es una de ellas, aunque ya está un poco harta de oír trucos de maquillaje y recetas de cocina. Lo que quiere es algo gordo, algo excitante, como la existencia de espías en la ciudad o una infidelidad. Y su deseo por fin se cumple.
Betty Miller, una de las mujeres más ricas del pueblo, comenta con una amiga desconocida un secreto. Algo verdaderamente jugoso... que tiene que ver con ¡el marido de Vivian! Y lo peor de los pueblos pequeños es que un secreto leva a otro.
Opinión Personal:
De vez en cuando me apetecen lecturas ligeras que, sobre todo, cumplan el indispensable requisito de entretener. En mi caso, este requisito lo cumplió con creces, porque me encontré con una trama amena, fluida y contada con tal naturalidad por el narrador omnisciente, que me sentí muy cómodo a lo largo de los 52 capítulos más el epílogo en el que se estructura la trama porque, además, en todo momento tuve la sensación de recibía la información en modo confidente, dada la cercanía y complicidad que presentía que había entre ambos, por cómo me relataba los episodios que sucedían en la pequeña ciudad de Wooster, en Ohio. Estoy convencido de que, quienes leyeron La operadora, no tardaron en catalogar esta novela como evocadora, en la que el narrador omnisciente nos retrotrae a una época en las que estas operadoras eran imprescindibles a la hora de solicitar una conferencia telefónica. Una época en la que éramos conscientes de que nuestras conferencias eran escuchadas por ellas, pese a que la normativa les impedía escuchar las conversaciones entre los interlocutores, porque tenían que respetar la privacidad de estas llamadas.
(Wooster-Ohio-USA) |
La operadora tiene una trama cuyo desarrollo va de menos a más. Sin duda alguna, Gretchen Bergen supo cómo atraer al lector desde las primeras páginas pese a que, en un principio, parece que no sucede nada en los primeros capítulos. Esta situación inicial le hace pensar que se encontrará con un desarrollo de una trama que de inicio le hace sospechar que sea plana, sin apenas sorpresas, y que le lleva a hacerse más de una pregunta, sobre todo si tiene en cuenta lo que adelanta la sinopsis. Estoy seguro que la autora tenía muy claro cómo atraerle para que no perdiera detalle de los sucesos que cambian la monotonía en una ciudad pequeña como Wooster, en la que nunca pasa nada, hasta que la protagonista se lleva la desagradable sorpresa de que el cotilleo al que se refieren las chicas del cable, y que ya se empieza a extender entre los vecinos, la señalan a ella como el foco de las habladurías, porque las miradas y los silencios que muestran sus compañeras ante su presencia así se lo hacen entender. En este sentido, hay que tener también muy en cuenta los saltos temporales que tienen lugar en alguna fase del desarrollo de la trama, bien de forma directa, o bien relatada dentro del capítulo correspondiente por la voz narrativa, aprovechando los episodios que sirven de entrada para ponernos en antecedentes, y conocer mejor el pasado de los personajes que más peso tienen en esta novela.
(Buehler-Wooster-Ohio-USA) |
La trama de La operadora cumple con el claro requisito de entretener al lector a lo largo de los 52 capítulos más un epílogo en los que se estructura su desarrollo. Gretchen Berg planifica y desarrolla una historia evocadora en la que sentí que realizaba un viaje literario a los años 50 del siglo XX, con destino en la pequeña ciudad de Wooster, en Ohio. Sin duda alguna, uno de los grandes atractivos de La operadora es la ambientación de la época en la que se desarrolla la trama, para lo que la autora tiene muy en cuenta los detalles que se reflejan a lo largo de los capítulos, y a los que se refiere en la nota final que acompaña al cuerpo de la novela, porque es consciente que toma algunas licencias para que la información que ofrece el narrador omnisciente o los personajes en sus diálogos se ajusten al período en el que tienen lugar los hechos que se relatan. Unos detalles en los que incluso se hacen referencia a dos personajes históricos y un hecho real que causó mucho revuelo en la población estadounidense de la época, y que acierta a encajar en los capítulos en los que se mencionan. En dicha nota aclara también el origen de las recetas de cocina o de los artículos periodísticos del The Daily Record. Me llamó también la atención la mención a títulos de la literatura clásica que se citan en algunas fases, y que guardan relación con novelas que lee la hija del matrimonio Dalton, Charlotte. Pese a que el dominio de la narración frente a los diálogos es muy claro, el ritmo de lectura es ágil, fluido, porque la escritora estadounidense tiene un estilo narrativo cálido, cercano, porque en todo momento tuve la sensación de que el narrador omnisciente actúa como un confidente que me relata todas las habladurías que salen de la centralita de Wooster, en Ohio. Una sensación que provoca que el lector se sienta cómodo mientras se desgrana en pequeñas dosis todo lo que sucede en torno al excitante cotilleo que por fin escucha Vivian Dalton durante sus horas de trabajo en la centralita de telefonía de Wooster.
Biografía:
No pinta mal, pero no me llama tanto como para lanzarme a por él. Y con tanto pendiente, no creo que me anime.
ResponderEliminarBesotes!!
Me recuerda a "Las chicas del cable", salvando las diferencias. Me gustó mucho la novela que como dices transporta al Ohio de los años 50.
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