miércoles, 23 de marzo de 2022

El tejido de los días, de Carlos Auresanz.

 











Datos técnicos:




Título: El tejido de los días.

Autor: Carlos Auresanz.

Editorial: Ediciones B (Grupo Pengüin Random House).

1ª edición: Marzo/2021

3ª reimpresión: Mayo/2021.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-666-6895-8.

Idioma: Español.

Nº pág.: 656.



Sinopsis:



Zaragoza, 1950. La joven Julia llega a la ciudad sola y embarazada, fruto de una relación prohibida con un hombre que acaba de morir. Aunque conoce las dificultades que entraña ser una mujer en sus condiciones, el deseo de labrar un futuro digno para su hijo la lleva a montar un salón de alta costura, con la ayuda de Rosita, una joven modista.

Atraídas por su talento, las mujeres de las familias más adineradas de Zaragoza no tardarán en frecuentar el taller para admirar las modernas telas y los vestidos más glamurosos de la época. Será así como Julia conocerá a la familia Monforte y las vidas y los anhelos de quienes trabajan para ellos: el portero, las doncellas, el chofer, la institutriz y la cocinera que, en esos días, se convertirán en su familia.

Mientras Julia intenta esconder el pasado del hombre al que amó y construir un futuro para su hijo, un secreto inconfesable que se había estado oculto durante generaciones en la mansión de los Monforte saldrá a la luz y cambiará para siempre la vida de sus habitantes.

Carlos Aurensanz se consagra como uno de los narradores más talentosos de nuestro país en esta novela en la que, de igual manera que las hebras se entrecruzan en la urdimbre de las telas, la vida cotidiana de los personajes se entrelaza para dibujar el tapiz de una gran historia.



Opinión Personal:



El tejido de los días es la primera novela que leo y reseño del escritor tudelano Carlos Auresanz, uno de los que más peso tienen en la narrativa contemporánea española, por la gran aceptación de sus obras de ficción histórica, tanto por la crítica especializada como por los cientos de lectores que son fieles seguidores de los títulos que publica. Para saldar mi deuda lectora con este autor me decanté por su último trabajo literario publicado, con cuyo título inicio este párrafo. No sólo me atrajo la portada, sino también la sinopsis, porque en ella se deduce el marcado carácter costumbrista de la trama. Pero, sin duda alguna, uno de los grandes atractivos de El tejido de los días es la presencia de la intriga y el misterio que atrae la atención del lector a lo largo de los capítulos, en los que se presienten secretos que oculta una de las familias más adineradas de Zaragoza. Unos secretos familiares que me mantuvieron muy en vilo hasta el desenlace, en el que la cascada de episodios que salen a la luz dan a entender que nada es lo que parece, por lo que le confiere un cierto tono de corte clásico a la trama. En este sentido, estuve muy pendiente de la relación entre los miembros de la familia Monforte y las vidas y los anhelos de quienes trabajan a su servicio, porque me decía que era otro de los aspectos que recuerdan a aquellas obras en las que se resalta la relación entre las familias de las clases nobles o de la alta sociedad y los criados que trabajan en sus mansiones. Sin embargo, y en mi modesta opinión, los dos últimos capítulos deslucen la calidad de la trama, por todos los episodios que resultan muy entretenidos para el lector durante su desarrollo. Si bien, como digo en estos casos, esto que acabo de comentar es una apreciación mía, lo que no impide que recomiende su lectura, sin duda alguna.

(Calle San Miguel-Zaragoza)
A pesar de que de la sinopsis se deduce el marcado carácter costumbrista de la trama, está muy ligada al período histórico en el que se desarrolla, porque abarca los tres primeros años de la década de los 50 del siglo XX, en los que todavía está muy presente en los españoles la guerra civil que asoló al país durante tres largos, duros y cruentos años. En el plano social, se percibe a través del elenco de personajes que transitan por las páginas de El tejido de los días las pautas marcadas por el régimen franquista, con el efecto que la cartilla de racionamiento supone para las familias de las clases sociales bajas. Una cartilla de racionamiento que da lugar al auge del estraperlo, del que se aprovechan personas de dudosa reputación y otros que tienen un elevado estatus social para lucrarse de forma ilícita, amparándose en su afinidad al régimen para cubrirse las espaldas por su participación en los negocios ilegales. Unos negocios relacionados con el mercado negro, al que pueden recurrir los más pudientes para mantener el nivel de vida que están acostumbrados a llevar, aunque las clases sociales bajas se verán obligadas a solicitar los servicios de personas sin escrúpulos para obtener productos de imperiosa necesidad, como se podrá comprobar en alguna fase de esta novela. En este sentido, en varios capítulos se desarrollan episodios propios de novela negra, que atraen la atención del lector, sobre todo aquellos en los que participa un personaje que le resultará muy familiar a lo largo de los capítulos, y que sólo él conocerá su participación en estas actividades ilegales durante la mayor parte del desarrollo de la trama.

Carlos Auresanz aborda a lo largo de los capítulos el papel que desempeña la mujer en una época en una época en la que está sometida a la autoridad del marido, o del miembro varón de la familia que tuviera potestad sobre ella, porque por si misma no podía desempeñar labor autónoma alguna, salvo las propias que le correspondían por su género. El lector se encontrará con un abanico de mujeres en las que influye el destino que les depara la sociedad de la época, en la que se encuentran atadas por los valores que les inculcan, auspiciados por la influencia que el clero ejerce sobre sus feligreses y la labor de respaldo del régimen a través de la aprobación de diversas leyes que amparan los preceptos que defiende la iglesia católica. Sin duda alguna, el abanico de mujeres al que me refiero en este párrafo le da mucho juego a la novela, sobre todo por la fuerte personalidad con la que son perfiladas, lo que origina que alguna se rebele contra el destino que tienen marcado. Las peripecias que viven les permiten comprender que una segunda oportunidad es posible para ellas, lo que originó que estuviera muy pendiente de las decisiones que toman, porque son conscientes de que pueden traicionar el papel que se les impone. Una segunda oportunidad que, en algunos casos, diría que implica un afán de superación. Unos personajes femeninos a través de los que el autor refleja las dificultades, las dudas y también la culpa por no cumplir con el papel que se espera de ellas.

(Basílica de Santa Engracia-Zaragoza)
A lo largo de los 54 capítulos en los que se estructura El tejido de los días, agrupada en cuatro partes diría que bien diferenciadas, se refleja la evolución de los personajes que transitan por sus páginas. En mi modesta opinión, entiendo que me encontré con unos personajes de carne y hueso, diría que trazados con una personalidad compleja, de la que el lector recibirá una información más directa sobre los episodios que protagonizan, hasta que sea revelada a quienes estimen oportuno hacerles partícipes de las confidencias que, en algunos casos, les atormentan y temen que lleguen a oídos de quien puede dañar el futuro que ansían, incluso poniendo en peligro su integridad física. En mi modesta opinión, entiendo que a través de todos ellos el autor refleja la escala social de la época, la relación que se muestra entre las diferentes capas de la sociedad zaragozana, en la que cada uno es consciente del lugar que le corresponde ocupar, así como las relaciones de cortesía entre las mismas. Si bien en la sinopsis se hace mención al papel que desempeña Julia Casaus en la novela, diría que me encontré con una trama coral, porque son varios los personajes que van cobrando un mayor protagonismo a lo largo de los capítulos. A través de las localizaciones y detalles que describe la voz narrativa se percibe que Carlos Auresanz realizó una labor de documentación para que sintiera el efecto de realizar un viaje literario a Zaragoza, a la época en la que tienen lugar los episodios que se relatan. En mi modesta opinión, entiendo que ese efecto se siente realzado por las fechas que encabezan cada uno de los capítulos pero, sobre todo, por determinada información que ofrece para darle una mayor veracidad a lo que sucede en los capítulos. A través de las peripecias que viven los personajes la voz narrativa muestra cómo era la ciudad de Zaragoza, sus costumbres, sitios más emblemáticos, al igual de que se percibe que es muy consciente de qué localizaciones son las más idóneas en las que ubicar, sobre todo, las escenas más trascendentales de la novela, teniendo muy en cuenta que cobran un gran protagonismo las que se desarrollan en un espacio cerrado como es la casa familiar de los Monforte, e incluso hace partícipe al lector de cómo influye en los episodios que protagonizan los personajes el clima zaragozano.

En la trama coral de la última novela publicada por Carlos Auresanz, destaca el mayor peso que tienen los personajes femeninos, aunque el lector se encontrará con unos personajes masculinos interesantes, caso del ya mencionado abogado, el villano de la novela, secundado por un personaje oscuro como Marcelo Casabona, sin olvidarme del papel que desempeñan Sebastián, Andrés o Vicente, quienes forman parte del servicio de la familia o realizan trabajos habituales para el mantenimiento de sus instalaciones. El lector se encontrará con unos personajes femeninos que, en mi modesta opinión, resultan muy atractivos por lo que representan cada una de ellas, dentro de las limitaciones que les impone la sociedad de la época, amparadas por el régimen franquista. Es Antonia, quien se traslada desde Villar de Cañadas para formar parte del servicio de la familia Monforte, la que más atrajo mi atención, porque me dije que en esta doncella se percibía una mayor evolución que las demás mujeres que mayor peso tienen en la novela, aunque teniendo muy en cuenta los valores que le inculcan, como indico en el párrafo anterior, por lo que estuve muy pendiente de las decisiones que toma en relación con el futuro que le tiene deparado el destino. Aunque también estuve muy pendiente de la relación tirante que mantiene este personaje con la otra doncella de los Monforte, Francisca, lo que dará lugar a una serie de desencuentros desagradables entre ambas, de los que estuve muy pendiente de su desenlace como si de un desafío se tratara. Sin embargo, es Julia quien tiene una mentalidad diferente a la mayoría de las mujeres que transitan por las páginas de El tejido de los días, una mujer que llega sola y embarazada a la ciudad, como adelanta la sinopsis, cuyo único deseo es labrar un futuro digno para su hijo, fruto de una relación prohibida con un hombre que acaba morir. Un deseo que la lleva a montar un salón de alta costura, con la ayuda de Rosita, una joven modista. Su carácter emprendedor le lleva a triunfar en el mundo de la moda y a tener entre sus clientas a lo más granado de la sociedad zaragozana de la época, si bien tendrá que enfrentarse a una serie de obstáculos difíciles de superar para alcanzar sus objetivos. Junto a estos tres personajes femeninos, hay otros dos a los que hay que tener muy en cuenta, como Rosario, la cocinera de los Monforte, y doña Pepa, la esposa de Emilio Monforte, uno de los más afamados abogados de Zaragoza, quien protagoniza algunas escenas que no me convencieron, influenciada quizás por la imposibilidad de controlar impulsos irrefrenables, que originan que el personal del servicio se sienta señalado como culpable, así como las reacciones desagradables de su esposo ante un trastorno difícil de atajar.

(Estación de Utrillas-Zaragoza)
Pese a las pequeñas objeciones que le pongo a El tejido de los días, merece la pena adentrarse en una historia bien construida e hilvanada. El ritmo de lectura me resultó más bien fluido, porque en cada uno de los 54 capítulos en los que se estructura la trama me encontré con episodios que atrajeron mi atención. Me gustó mucho la ambientación que Carlos Auresanz le confiere a la novela, porque el lector siente que realiza un viaje literario a la época en la que se desarrolla la historia que relata un narrador omnisciente. En este sentido, siempre es de agradecer que el autor de turno se fije en detalles del día a día que le dan una mayor credibilidad al relato, porque ayudan al lector a imaginarse cómo se realizaban las labores cotidianas, sobre todo teniendo muy en cuenta de que puede haber quienes hayan vivido esa época y se interesen por esta historia ambientada en Zaragoza, por lo que el autor tiene que hilar muy fino a la hora de describir detalles que puede parecernos que van a pasar desapercibidos. Si bien en la faja de la novela se menciona la historia de una saga familiar, más bien diría que a lo largo de los capítulos el narrador omnisciente relata la historia que tiene lugar en torno a la familia de los Monforte, con recuerdos del pasado ante una expresión muy popular que dice Emilio Monforte en una de los saraos nocturnos que mantiene con sus amigos. Una familia a través de la cual se refleja la España gris de los primeros años del régimen franquista, el papel de que desempeña la mujer, con un destino marcado por las normas sociales y estrictas de la época, al igual que los negocios ilegales que se llevan a cabo en el mercado negro, al seguir en vigor la cartilla de racionamiento, con lo que significa para las clases sociales más bajas acceder a los productos de primera necesidad.


Biografía:



Carlos Aurensanz es licenciado en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza y desarrolla su actividad profesional en el campo de la Salud Pública. En 2009 publicó su primera novela Banu Qasi. Los hijos de Casio, a la que le siguió Banu Qasi. La guerra de Al Ándalus y luego Banu Qasi. La hora del califa. Esta trilogía le ha valido un amplio reconocimiento por parte del público y la crítica, que no ha dudado en considerarlo, y con razón, uno de los autores más importantes en el panorama de la narrativa histórica en nuestro país. En 2015 publicó La puerta pintada, una novela de suspense que lo consagró como un autor polifacético y capaz de adentrarse en cualquier género narrativo, algo que demuestra en la saga familiar, El tejido de los días.

Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor, tomados de la web  penguinlibros. Fotografía de Carlos Auresanz tomada de Wikipedia. Imagen de la calle San Miguel tomada de la Pinterest. Imagen de la Basílica de Santa Engracia tomada de Wikipedia. Imagen de la Estación de Utrilla en Zaragoza tomada de la web zaragozaciudad.net. 

6 comentarios:

  1. Me encanta la novela histórica. Ultimamente hay mucha novela negra en España y es de agradecer libros que se adentren en la peninsula y nos hagan viajar en el tiempo. Pues me apetece mucho meterme en esta España posguerra. Una reseña estupenda, como siempre Francisco. Besos

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  2. Mi querido Paco, aún tengo esta novela por leer porque le tocó a mi compañero leerla y reseñarla. La he ido posponiendo, y posponiendo posponiendo en el camino lecturas se han ido perdiendo 😂😉💋

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  3. Hola Paco, la España de la posguerra me parece una ambientación muy interesante para una novela histórica y este autor es uno de mis eternos pendientes, esta la tengo apuntada desde que salió, espero animarme pronto. Muy buena reseña. Besos.

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  4. Pese a esos pequeños peros, me dejas con ganas de sumergirme en esta historia. Tomo nota, que no la conocía.
    Besotes!!!

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  5. HOla Paco. Yo lo tengo pendiente de lectura. Me llamó la atención cuando me llegó pero en ese momento no pude ponerme con su lectura. Ahora tengo que pensármelo porque, apenas dedico tiempo a leer al día y son casi 700 páginas. Si encima señalas esos peros, creo que lo dejo para una ocasión más idónea. Besos

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  6. Es un autor que me gusta y esta una de las novelas que he leído. Quizás es la menos histórica de las tres que he leído. En fin, coincido en líneas generales con tus impresiones.
    Besos

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