Quién no ha leído Alicia en el país de las maravillas, de
Lewis Carroll, El Principito de Antoine
de Saint Exupéry o Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach. Todos ellos son
relatos que tienen algún trasfondo detrás de su inocente apariencia externa.
Nos parecen simples historias para niños o jóvenes escritas con la intención de
entretenernos y aficionarnos a la lectura pero todos nos enseñan algo. Incluso
en las programaciones escolares son obras que se eligen como lecturas obligadas
pero no son escogidas al azar, por decir que los alumnos tienen que leer algo.
Los alumnos deben explicar lo que el autor nos ha querido enseñar con esas
historias, algunas con apariencia irreal, disparatada; otras, como quimeras,
sueños. Pero todas ellas esconden un fin.
Algo semejante pasa con El Alquimista (O Alquimista),
novela de Paulo Coelho. En el prefacio, narrado en primera persona, el autor
nos dice que es un libro simbólico, a diferencia de El Peregrino de
Compostela (Diario de un mago), que fue un trabajo descriptivo. Siempre
estuvo muy interesado en la Alquimia, a la cual dedicó once años de su vida
y confiesa que le interesaba más
descubrir el Elixir de la Larga vida, pues le desesperaba el pensamiento de que
todo se acabaría algún día, antes de entender y sentir la presencia de Dios
tras hacer el Camino de Santiago. Su maestro, RAM, el cual le reconduce por el
camino que estaba trazado para él, le explica que existen tres tipos de
alquimistas:
- “Aquellos que
son imprecisos porque no saben de lo que están hablando, aquellos que lo son
porque saben de lo que están hablando pero también saben que el lenguaje de la
Alquimia es un lenguaje dirigido al corazón y no a la razón”.
- “¿Y cuál es el tercer tipo? –pregunté- “Aquellos que jamás
oyeron hablar de Alquimia pero que consiguieron, a través de sus vidas la
Piedra Filosofal”.
Paulo
Coelho (Río de Janeiro, 24 de agosto de 1947). En 1972 inicia su carrera como
autor, que incluye trabajos periodísticos, guiones para la televisión, dirección
escénica o composición de canciones, aunque su fama viene derivada de su labor
como novelista. En 1974 fue encarcelado, acusado de subversión por el gobierno
brasileño. Se caso con la pintora Cristina Oiticia y con ella adoptó los
preceptos de la orden religiosa RAM (rigor, amor, misericordia). Su primer gran
éxito fue “El peregrino de
Compostela”(1987), donde relato sus experiencias durante la peregrinación por
el Camino de Santiago. Otros títulos conocidos internacionalmente son; “Brida”,
“Las Valquirias”, “La quinta Montaña”, “Verónica decide Morir” “A orillas del río piedra me senté y llore”
y “Once Minutos”.
Ya en
tercera persona, el narrador nos relata la historia de Santiago, un pastor que
se desplaza con su rebaño por los campos andaluces. Durante dos noches duerme
en una iglesia abandonada y sueña con que un niño se acercaba a él y a sus
ovejas y comenzaba a jugar con éstas. Después conducía a Santiago hasta las
pirámides de Egipto donde se hallaba un tesoro. Cuando llegó a Tarifa, fue a contarle
su sueño a una gitana. Ésta le dijo que debía viajar hasta Egipto para
encontrar su tesoro. Descontento, se sienta en
un banco de la plaza a leer un libro y conoce a un anciano que dice ser
el rey de Salem. El misterioso rey le cuenta una historia: la meta en la tierra
de todo hombre es su Leyenda Personal,”Cuando una persona desea realmente algo,
el Universo entero conspira para que pueda realizar su sueño".
El
pastor decide viajar a África. Desembarca en Tánger y empieza su largo camino
que le llevaría hasta el tesoro. Se da cuenta de que ha llegado a una tierra
ajena. Todos hablan lenguas extrañas y tienen costumbres y vestimentas muy
diferentes. Al poco tiempo de llegar a la ciudad un chico le roba el dinero que
había conseguido vendiendo sus ovejas. Un comerciante de cristal le da trabajo
en su tienda. Había transcurrido casi un año y se acuerda de que tiene que
seguir con su Leyenda Personal.
Pero
aún le esperaban una serie de vicisitudes hasta llegar a las Pirámides, que era
donde encontraría su tesoro. Se marcha con una caravana que partía al día
siguiente para atravesar el desierto. Como había guerras tribales viajaban con
precaución y querían llegar pronto al oasis, porque según la Tradición era un
lugar neutral y no podía ser atacado. Se enamora de Fátima, sólo de verla ir a
recoger agua al pozo con un cántaro. Caminando por el desierto, cerca del
oasis, se encuentra con un jinete misterioso que le hace unas preguntas
intimidantes. Como le hablaba de cosas que poca gente conocía se da cuenta de
que era el alquimista. Éste acepta acompañarle hasta las pirámides, no sin
antes pasar por una serie de peligros y pruebas. El jinete decide separarse del
muchacho al llegar a un monasterio copto. Allí son recibidos por un monje.
Santiago viaja solo hasta llegar a las Pirámides. Al verlas, llora y donde caen
sus lágrimas empieza a cavar. Allí estaba su tesoro.
Este best-seller de Paulo Coelho está escrito con
un lenguaje sencillo, directo y lleno de sentencias y términos simbolistas,
como Leyenda Personal, Lenguaje del Mundo, Gran Obra, que le dan al texto un
sentido alegórico y otras veces metafórico. Se intercalan historias bíblicas
como la que figura en el prefacio contando cómo Nuestra Señora y el niño Jesús
deciden bajar a un monasterio. También encontramos otra sobre Jesús, ocurrida
en el reinado de Tiberio. El personaje
de Melquisedec, el rey de Salem, lo encontramos en el Génesis. También en el
prefacio el autor nos relata la historia de Narciso. A lo largo de la novela
observamos cómo el joven va conversando con personas mayores, como Melquisedec,
el mercader, el inglés o el alquimista. Es curioso que se forma siempre una
relación maestro y alumno, pues de esta manera el autor nos da a conocer
conceptos moralizantes.
Vemos
también, como es habitual en el escritor brasileño, la relación con la
naturaleza, que normalmente, en sus
obras, siempre tiene un momento para acordarse de la ella: En este caso, los
campos de Andalucía, el desierto, las montañas o el rebaño de ovejas.
El
ritmo es algo lento por su realismo simbólico pero no falto de aventuras. Ritmo
que nos permite imaginarnos perfectamente cada escenario por el que el
protagonista viaja en busca de su sueño, de su Leyenda Personal.
Título Original. O Alquimista
Traducción: Monserrat Mira
Editorial Planeta, 2007
Pág.: 184
Me encanta este escritor y los anteriores citados .Buen trabajo.Sigue así ;)
ResponderEliminarMuchas gracias, Estefanía. Me alegro que te haya gustado la reseña de El Alquimista. La próxima en colgar creo que será la de Yo, Claudio. Saludo.
ResponderEliminar