viernes, 25 de octubre de 2024

Reseña Sin latido, de Yolanda Cruz Ayala.


 







Datos técnicos:





Título: Sin latido.

Autora: Yolanda Cruz Ayala.

Editorial: NdNovela (Grupo Planeta).

1ª edición: Mayo/2024.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta.

ISBN: 978-84-10140-07-3.

Idioma: Español.

Nº páginas: 488.





Sinopsis:





Una joven es encontrada sin vida en la ciudad costera de La Línea de la Concepción. ¿Suicidio, homicidio o accidente?

Olivia, una brillante psicóloga, tiene en su poder las claves para saber qué ha sucedido. Emprende su propia búsqueda y, al descubrir que personas muy cercanas a ella pueden estar involucradas, pone su vida en riesgo. La policía inicia la investigación al mismo tiempo, pero la historia se complica cuando las vidas de Olivia y el inspector al mando se cruzan.

Una bruma de sucesos turbios envolverá a los personajes en una trama que avanzará sigilosamente hacia una resolución intensa. Esta obra de suspense te sumergirá en los recovecos más sombríos de la mente humana y demostrará que la verdad siempre sobrevive a la muerte.






Opinión Personal:





Es de agradecer encontrarse con novelas policíacas que tienen tramas ubicadas en España en localizaciones poco habituales en este género literario. A lo que acabo de comentar añado el muy buen hacer literario de la escritora gibraltareña, aunque afincada en La Línea de La Concepción (Cádiz), Yolanda Cruz Ayala. Sin latido es su último trabajo literario publicado hasta la fecha y, sin duda alguna, deleitará a los amantes de este género, porque tiene ingredientes muy atractivos, a la par que desarrollados con un equilibrio que incita a mantener el interés por todo lo que sucede a lo largo de los 62 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama. Es una ficción muy bien escrita y está relatada con gran realismo por un narrador omnisciente, entre cuya voz se intercala otra en primera persona a modo de diario, por lo que los hechos que tienen lugar en esta población costera gaditana bien pudieron haber sucedido en la realidad.

(Urbaniz. Sta Margarita-La Línea Concep-Cádiz)
El lector se encontrará con una ficción que no le va a dar lugar a tregua, con el aliciente de que la autora incita a averiguar quién o qué pudo provocar la muerte de una joven en la población citada en el párrafo anterior. Tal y como se desarrollan los capítulos, uno se anima a resolver el interrogante planteado, si bien los episodios se suceden de tal forma que no lo tuve muy claro; o, mejor dicho, no vi venir el desenlace. Sin duda alguna, supo jugar bien esta baza porque, sobre todo en el último tramo, nos somete a emociones fuertes que echaron por tierra las mínimas posibilidades que tuve para acertar a quién había que entregar a la justicia para que determinara cómo debía responder ante la sociedad por el delito cometido, o confirmar el primer supuesto planteado tras la inspección ocular inicial.

En mi opinión, la trama de Sin latido es muy de corte clásico. Yolanda Cruz Ayala juega en su desarrollo al despiste, porque son varios los personajes señalados como potenciales culpables al guardar relación, de una forma u otra, con la joven profesora madrileña fallecida. Es un despiste muy bien pensado porque esta sensación se mantiene hasta el desenlace, en el que utiliza la baza de las sorpresas, y bien fundamentadas. A lo que acabo de comentar añado que la voz narrativa me ofrece una información más directa de lo que sucede tanto en la investigación policial como en la paralela que lleva a cabo Olivia, una brillante psicóloga, porque es ella quien tiene en su poder las claves para saber qué ha sucedido, como adelanta la sinopsis.

Olivia es una joven psicóloga que tiene una consulta abierta en La Línea de la Concepción. Todavía no acaba de asimilar el la decisión que tomó el paciente que decidió el mismo día que había dejado su consulta. «Desde entonces, los días grises salpicaban su vida y sólo encontraba alivio trabajando a un ritmo mucho más alto y exigente del que debía»(pág. 14). Una vecina le entrega una caja recogida al mensajero que minutos antes timbró en el piso de la destinataria. La receptora se sorprende mucho con este envío, porque hace varios años que no mantiene relación alguna con su remitente. Una vez que comprueba el contenido de la citada caja, Olivia decide emprender una investigación tras leer el contenido de una nota que la acompaña pero, sobre todo, desde que en la habitación donde se encontró con el cadáver de la profesora «en una de las mesitas de noche había una hoja escrita a mano» (pág. 26).

(Playa Torre Nueva-La Línea Concepc.-Cádiz)
La autora construye un puzle muy complejo y que me mantuvo muy entretenido a lo largo de los capítulos. Una complejidad marcada por las dos líneas temporales en las que se desarrolla la trama: la presente transcurre en el verano de 2017 y la del pasado en 2002, año en el que, como todos durante estas vacaciones, se reúnen cuatro amigos que mantienen una estrecha relación, pese a que Celeste sólo iba al pueblo con su familia en esta época del año. La primera está relatada por un narrador omnisciente y la segunda en primera persona a modo de diario, escrito por la fallecida. Un diario que sorprende a la psicóloga con los hechos que relata, porque entiende que salen a la luz secretos guardados, pero también le muestra episodios protagonizados por su hermano, de quien creía conocerlo todo. Me encontré con un puzle muy complejo trabajado de tal forma que las piezas no forman un todo compacto hasta llegar al desenlace. Un desenlace diría que sorprendente, a la par que impactante, pero por desgracia muy real, pese a que quizás me pareció un tanto precipitado, si bien entiendo que esta sensación está provocada porque me apetecía que la historia se hubiera alargado un poco más. Un desenlace en el que también se aclara un triste y luctuoso episodio, porque ese año fallece en un extraño accidente uno de los cuatro amigos, Miguel Heredia, y que la investigación realizada archivó como suicidio

En mi opinión, entiendo que estamos ante una obra coral, porque la gran mayoría de los personajes desempeñan un papel destacable en la trama. Me gustó mucho cómo nos vamos familiarizando con el elenco que transita por las páginas de Sin latido, porque a todos ellos los conocemos mientras siguen su curso las dos investigaciones paralelas. Son personajes creíbles, cercanos y, como nos gusta decir en estos casos, parecen cobrar vida propia. La línea temporal de 2002 incide en la relación de los cuatro amigos que pasan juntos los veranos en esta ciudad -Miguel Heredia, Nicolás Durán, Alex Fernández y Celeste Blanch, la protagonista pasiva-, y que se dosifica a lo largo del relato de la voz narrativa, intercalada entre los episodios que transcurren en 2017, por lo que el suspense está muy presente. Pero la autora de nuevo tiene muy en cuenta la complejidad de la trama, porque esa historia a modo de diario se complementa con la información que recaban sobre cada uno de los amigos antes citados el equipo de la UDEV de la policía. En este sentido, dan mucho juego a esta ficción las relaciones personales que se mantienen entre los miembros de este equipo policial, sobre todo entre el inspector Rodrigo Ugalde y la subinspectora María Infantes. No sólo atae la compenetración y profesionalidad que muestran ambos, sino también la diferencia de caracteres que los define, por lo que en este sentido me resultaron atractivos los diálogos que mantienen al respecto. En el trato entre ambos influye las relaciones personales de pareja de cada uno, lo que da lugar a una serie de situaciones que les pilla desprevenidos, pero que encajan con naturalidad una vez que son conscientes del devenir de las mismas.

A lo largo de los capítulos, Yolanda Cruz Ayala muestra la cara más amable de la Línea de La Concepción, como un personaje más de la novela, que acoge en sus brazos a quienes transitan por su callejero, si bien no se olvida de la problemática que tanto acucia a la población, aunque la aborda en episodios puntuales. Un callejero del que muestra todos los rincones que merece la pena conocer de esta ciudad que forma parte del Campo de Gibraltar. Localizaciones descritas de forma muy visual y que invitan a visitarlas, entre los que ofrece trazos algo más detallados de aquellos espacios trascendentales que sirven para reconstruir lo que sucedió ese año, y que supuso un antes y un después en la relación entre los amigos a los que ya me referí en el párrafo anterior, como la playa de Torre Nueva, el puerto pesquero de la Atunara, la urbanización de Santa Margarita, pero también atrajeron mi atención las historias que se cuentan sobre la Plaza de Cruz Herrera, o la singularidad de la que los linenses conocen como Casa de los Chinitos, en la Avenida María Guerrero.

(Puerto Atunara-La Línea Concepción-Cádiz)
Disfruté mucho con la lectura de Sin latido, novela policíaca de Yolanda Cruz  Ayala, aunque con el paso de los capítulos se va tornando muy negra, porque la trama hurga en los recovecos más sombríos del alma humana. Los policías de la UDEV, el inspector Rodrigo Ugalde y la Subinspectora María Infantes, investigan la muerte de la joven profesora madrileña Celeste Blanch en la urbanización Santa Margarita, de La Línea de La Concepción, pese a que la inspección ocular inicial muestra que fue un suicidio. La trama mantiene el suspense en todo momento porque hay otra investigación paralela que, tras lo sucedido, decide afrontar Olivia, una joven y brillante psicóloga que no pasa por un buen momento emocional por la determinación que tomó un paciente suyo el mismo día al salir de su consulta. Recibe una caja con extrañeza, porque hace años que ya no se relaciona con la remitente, aunque de niñas eran amigas, porque pasaba con sus padres las vacaciones de verano en esta ciudad costera gaditana, y formaba pandilla con su hermano Álex y dos chicos más del pueblo, Nicolás Durán y Miguel Heredia. En mi opinión, Sin latido es una ficción de corte clásico, porque la autora juega al despiste en su desarrollo, ya que son varios los personajes señalados como potenciales culpables al guardar relación, de una forma u otra, con la fallecida, a lo que hay que añadir que el lector recibe de la voz narrativa una información más directa de lo que sucede en las dos líneas de investigación. La trama de Sin latido conforma un puzle muy complejo, en el que la información sobre lo sucedido se desgrana en pequeñas dosis a través de dos líneas temporales, la del presente en 2017, y la del pasado en 2002, desarrollada esta en forma epistolar. Un complejo puzle muy bien escrito, a ritmo de thriller, cuyas piezas forman un todo compacto tras el desenlace sorprendente, a la par que impactante, porque en él se aclara un triste y doloroso episodio sucedido ese año, en el que falleció en un extraño accidente uno de los cuatro amigos, Miguel Heredia, y que la investigación realizada archivó como suicidio. Le dan mucha consistencia los personajes que transitan por sus páginas, perfilados con fuerza y realismo, y que viven episodios en los que están presentes los secretos, el silencio, el acoso, la homosexualidad, el divorcio y las relaciones tóxicas de pareja, con un personaje pasivo del que se incita a estar pendiente, Celeste Blanch, porque la opinión sobre su personalidad varía según se desarrollan los capítulos. Pero también el dolor y los fantasmas del pasado explotan en los episodios más álgidos y sobrecogedores. 





Biografía:




Yolanda Cruz Ayala nació en Gibraltar y creció en la ciudad de La Línea de la Concepción, donde vive actualmente. A pesar de haber desarrollado su formación académica y profesional en el ámbito de la administración de empresas, siempre ha mantenido viva su pasión por la literatura. Para ella, escribir no es simplemente una actividad, es un compromiso con la imaginación y la expresión artística. En el año 2013 fue una de las diez finalistas del Premio Planeta con la novela Mermelada de pétalos de rosas; también ha publicado las novelas Cristales en el cielo de Manhattan y El sonido de las estrellas, y forma parte del Centro Andaluz de las Letras, un organismo especializado en el fomento y la promoción de la creación literaria.


Notas: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomados de la web Planetadelibros. Imagen de la urbanziación Santa Margarita de La Línea de La Concepción, tomada de la web Santa Margarita. Imagen de la Playa Torre Nueva, de La Línea de La Concepción tomada de la web Turismo de Cádiz. Imagen del Puerto Atunara de La Línea de La Concepción tomada de la web del Ayuntamiento de la Línea. 















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