jueves, 7 de agosto de 2025

Reseña Margaritas blancas: mujeres invisibles, de Montse Alabarta.

 









Datos técnicos:






Título: Margaritas blancas: Mujeres invisibles.

Autora: Montse Alabarta.

Editorial: Letra Minúscula.

1ª edición: Febero/2023.

Formato: Libro digital.

ASIN: B0B

ASIN: B0BTR1RQDN.

Idioma: Español.

Nº páginas: 72.





Sinopsis:





España 1950. Margaritas blancas narra la rutina de Natividad en una familia humilde en Cuidad Real tras la Guerra civil, y cómo su vida cambia por completo cuando se enamora y se queda embarazada “fuera del matrimonio” en pleno franquismo.
¿Qué pasaba con estas jóvenes “caídas en pecado”?

¿Conoces el Patronato de protección a la mujer y la trama delictiva que se orquestó contra las mujeres consideradas descarriadas?

Natividad nos cuenta en primera persona un hecho histórico y verídico que vivieron ella y miles de jóvenes mujeres, un testimonio de la doble moral católica que imperaba durante la dictadura en España.

El libro es un homenaje a la memoria de nuestros mayores, un recordatorio de la importancia de conocer los errores de nuestra historia para no volver a repetirlos.






Opinión Personal:






No dudé en leer y reseñar en este blog esta novela corta que me llamó la atención en las redes sociales. El título es Margaritas Blancas: mujeres invisibles. La autora, Montse Alabarta (1969, Picanya, Valencia), en la que recuerda qué función desempeñó  durante el régimen franquista el Patronato de la Protección a la Mujer, de la que era presidenta de honor Carmen Polo.  Es un ejercicio de memoria histórica en recuerdo de tantas madres que fueron víctimas de las atrocidades llevadas a cabo por esta institución durante este duro y triste período de nuestra historia reciente.

La sinopsis y la preciosa portada imantan. Sin embargo, pese a que está claro que simboliza alegría, el lector se encontrará con una corta -en formato digital no llega a 80 páginas- pero intensa y muy cuidada historia en su estructura y desarrollo, al igual que muy bien escrita. La escritora picañera planifica y desarrolla una ficción estructurada en tres partes bien diferenciadas, y que se lee con mucho interés por todo lo que sucede a lo largo de los capítulos que la conforman

(Antiguo convento Adoratrices, Ciudad Real)
En esta novela, Montse Alabarta da voz a mujeres que en su momento no pudieron hacerlo, porque el régimen franquista impone el silencio y la sumisión a quienes no acatan la doble moral católica. Un silencio y sumisión refrendados por la Iglesia, que predica y defiende desde los púlpitos el mandato divino que Dios les otorga: creced y multiplicaos. Si conciben fuera del matrimonio, es pecado mortal. Y, como pecadoras, tienen la obligación de redimirse ante la sociedad; los hombres eran otra historia, aunque estuviesen casados, como en toda sociedad machista que se precie.

Natividad pasa los últimos años de su vida en una residencia, en la que el trato cercano con su cuidadora, Irene, la impulsa a contarle su historia, gravadas en cintas de cassettes. Me gustó mucho cómo Montse Alabarta la complementa en la primera y la tercera parte de esta ficción, escritas a modo de prólogo y epílogo, en los que se suceden una serie de episodios que atraen la atención del lector, por lo que significan tanto para la protagonista y su hija, como para la cuidadora, en este caso en la primera parte.


Margaritas Blancas: mujeres invisibles contiene, en primera persona, el testimonio de Natividad sobrecogedor, descarnado y duro, que golpea y remueve conciencias. Un testimonio en el  que Natividad  narra a su hija, el pasado doloroso que no se atrevió a contrarle en vida «Natividad nació sin voz, muda simplemente por su género. Ahora su hija quiere vocear por escrito su historia, hermanada con la de otras mujeres que vivieron lo mismo que ella». Un pasado doloroso contado a lo largo de 16 capítulos titulados, y encabezados cada uno de ellos por una estrofa de coplas elegidas al efecto. Estrofas que pertenecen a cantantes muy reconocidos en este arte, caso de Concha Piquer, Manolo Caracol, Marifé de Triana, y otros que seguro serán reconocidos, sobre todo por los aficionados a la copla. 

(Patio Chico, Salamanca)
Su historia comienza en Ciudad Real y la lleva a Salamanca «Pronto se decidió que mi redención se llevaría a cabo en un convento de Salamanca» (cap. 8). En Salamanca ingresa en una casa de acogida, en la que le esperan un sinfín de situaciones que le muestran el lado más oscuro de quienes le hicieron perder la poca fe que tenía: jamás pensó que iba a ver y oír episodios protagonizados por quienes visten un hábito que para muchos es señal de respeto, y que indican que se consagran a la vida religiosa, con todo lo que significa. Pero es un hábito que les ampara para realizar cometidos que nada tienen que ver con la vocación que dicen tener, porque es inconcebible que comercien con la vida de criaturas recién nacidas, engañando a sus madres para que sus hijos puedan ser adoptados por gente con posibles, y que no pudieron tener descendencia por ellos mismos. Una historia acompañada también de escenas costumbristas que refleja, sobre todo, el día a día de Natividad en Ciudad Real junto a su familia y sus amigas.

Montse Alabarta ofrece al lector una historia muy bien escrita, con un estilo sencillo pero cuidado, que se desarrolla con un ritmo fluido. Margaritas blancas: mujeres invisibles es una historia que no deja indiferente e invita a la reflexión Es un testimonio novelado que también contiene rasgos costumbristas, que muestran el duro día a día, en plena posguerra, de la protagonista junto con su familia y amigas en Ciudad Real.





Biografía:





Montse Alabarta (1969, Picanya, Valencia) es licenciada en Filología hispánica. Impartió clases en una escuela de adultos enseñando a leer a mujeres mayores.

Gran lectora desde niña y con inquietudes literarias, ha publicado su primera novela «Margaritas blancas, Mujeres invisibles» de forma tardía, pues las primeras ideas para una novela se vieron truncadas cuando empezó a dar la cara una enfermedad medular congénita y degenerativa, que le hizo perder la movilidad y la metáfora. Montse Alabarta escribe sin metáforas.

«Margaritas blancas» le ha dado muchas satisfacciones. La presentó en la decimocuarta edición del Mayo literario de Picanya, dedicado a Rosa Regás, recientemente fallecida. La novela ha sido incluida en la entrada de la Wikipedia Patronato de Protección a la Mujer por su aportación a la visibilización de esta institución desconocida.


Notas: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora tomados de Amazon. Imagen del antiguo convento de las Adoratrices, en Ciudad Real, tomada de la web del diario La Tribuna. Imagen de la calle Patio Chico tomada de la web Photo.net. 






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