jueves, 28 de agosto de 2025

Reseña Emma, de Jane Austen.

 










Datos técnicos:





Título: Emma.

Traductor: José María Valverde

Autora: Jane Austen

Editorial: Penguin Clásicos.

Edición Conmemorativa: Octubre 2015

1ª edición: 1815

ISBN: 978-84-9105-058-2

Encuadernación: Tapa dura. Libro de bolsillo.

Idioma: Español

Nº páginas: 520





Sinopsis:





Obra maestra de la narrativa del siglo XIX y una de las grandes novelas de Jane Austen, Emma cuenta la historia de una inteligente y laboriosa joven empeñada en hacer de celestina de todas sus amistades. Cuando su institutriz, amiga y confidente decide contraer matrimonio, Emma Woodhouse se queda sola con sus propios sentimientos y se enfrenta al vacío de su vida y a la penosa tarea de intentar que los demás lleven una vida tan perfecta como la suya. Todos sus trabajos de manipulación sentimental crean a su alrededor una telaraña de enredos, malentendidos y confusiones que ponen a prueba su propia confianza en sí misma. Emma es una obra imperecedera y su protagonista ocupa uno de los lugares de honor en la galería de inolvidables heroínas de la literatura universal.






Opinión Personal:







Dado el calorcete que tenemos por estos lares, me dije que era un buen momento para realizar un viaje literario a zonas más frescas, y el destino elegído hacía algún tiempo que lo tenía ya planificado: la campiña inglesa durante la época de la Regencia. El título, Emma; la autora: Jane Austen. Emma es una novela deliciosa que ofrece al lector una historia que cumple los cánones austenianos, porque lleva el realismo por bandera, acompañado de una crítica mordaz a la sociedad elitista de la época, con el aliciente de que utiliza el humor fino inglés y la ironía a través de los diálogos que mantienen los personajes, caracterizados por determinados rasgos psicológicos exagerados para dar juego a esta comedia romántica de época.

(Weymouth, Inglaterra, RU)
Hay críticos literarios que consideran que Emma es la obra maestra de Jane Austen. Desde luego que la historia que relata el narrador omnisciente es mucho más profunda que las dos anteriores que leí de la autora, Orgullo y Perjuicio y La abadía de Northanger, sobre todo por la complejidad de los personajes y por presentar una heroína diferente a las que protagonizan sus obras. Pero es una obra maestra en la que hay que armarse de paciencia para afrontar su lectura, porque el ritmo es más bien pausado, e incluso diría que lento en algunas situaciones, y puede llegar a correr el riesgo de perderse si no se está muy atento al devenir de los episodios. Y es que uno de los rasgos que influyen en esta sensación son los diálogos, algunos de los cuales pueden catalogarse como verdaderos monólogos, por la parrafada que sueltan determinados personajes en sus intervenciones: la señorita Bates, solterona ella y con escasos recursos económicos, es el máximo exponente de lo que acabo de comentar. Este personaje, cuando toma parte en alguna de las conversaciones, los deja a todos callados durante un buen rato, dada la verborrea que la caracteriza: es de las que piensan que es de bien nacido ser agradecido; en ocasiones, incluso me provocó alguna sonrisa, sobre todo por la naturalidad y sencillez con la que expresa sus sentimientos.

Sin duda alguna, Emma Woodhouse es una protagonista inolvidable, pese a los rasgos que la definen, porque estoy seguro de que, quienes han leído esta novela, le han llamado de todo; incluso guapa, porque como tal es definida y así se la interpreta en las versiones cinematográficas que hay sobre esta novela. Pese a ciertas características suyas rechazables, el lector está muy pendiente de sus intervenciones, porque dan pie a preguntarse en qué más follones se va a meter, y si sale triunfante de los líos amatorios que decide organizar, pese a que disfruta de una vida regalada para no tener que andar metida en semejantes berenjenales. «Emma Woodhouse, bella, inteligente, rica, con un hogar agradable y un temperamento feliz, parecía reunir muchas mejores bendiciones de la vida; llevaba viviendo cerca de veintiún años en este mundo sin nada apenas que la agitara o molestara» (pág. 9).

La vida de Emma Wodhouse da un cambio radical desde que, la que fue su institutriz, a la par que amiga con el paso de los años, la señorita Taylor, se casa con John Weston. Este hecho le provoca un vacío enorme en su día a día, pese a que procura dedicarlo por entero a estar muy pendiente de su padre, el señor Woodhouse, un anciano respetable, pero con los achaques propios de la edad. Aunque también es hipocondríaco,  porque  también se preocupa mucho de que su familia y sus amistades màs cercanas no pillen un buen resfriado, sobre todo su hija. Emma tiene muy claro que ella no se va a casar, y decide dedicar su tiempo a ejercer de celestina. El eje de la trama está servido, con el aliciente de las situaciones de enredo que surgen de este cometido, acompañadas de malentendidos y sorpresas con las que no cuenta la protagonista, que le aportan mucho interés a la trama, pese a que no son muchas, pero sí jugosas. A lo que acabo de comentar hay que añadir el que tiene conceptos erróneos sobre las impresiones que le provocan determinados personajes, lo que la empuja a que, con el paso de los capítulos, admita los errores que comete y no tenga más remedio que cambiar su opinión al respecto, aunque sólo sea de cara a los demás. Y es que le cuesta ver la realidad que la rodea, porque se cree que está en poder de la verdad.

(Brunswyk Square, Londres, RU)
En mi opinión, diría que Jane Austen ahonda mucho más en la crítica social en Emma que las dos novelas que cito en el segundo párrafo de esta reseña, que son las que leí de su autoría, de tal forma que diría que es uno de los puntos fuertes de esta ficción. Y es que la protagonista ya de por sí da mucho juego para abordar este rasgo propio de la sociedad de la época, más resaltado si cabe en el mundo rural. En todo momento tuve la sensación de que, pese a que parece que reina la armonía entre los vecinos de Haighbury, se miran por el rabillo del ojo y salta la crítica cuando la situación se presta a ello, sobre todo desde que llegan dos nuevos personajes: Frank Churchill y la señora Elton. 

En una época en la que todo se mide en libras, propiedades y criados, los personajes están muy atentos a estos patrones para definir a sus convecinos, al igual que su saber estar dentro del grupo social al que pertenecen. Pero también se refleja el rechazo a quienes ostentan un status más bajo porque creen que no está bien visto relacionarse con ellos, y procuran marcar las distancias, sin olvidarse siempre de que hay que mirarles por encima del hombro, cosa que ya es común entre iguales, por aquello de que yo soy más que tú. Y luego está el trato que mantienen con los trabajadores, porque da la sensación de que a lo largo de los capítulos sólo son estos quienes se dedican a sus faenas, y los demás  a otras muy diferentes, porque ya tienen quienes doblan la espalda por ellos, que para eso les pagan, claro. Por esto Jane Austen los respeta y no caricaturiza.

Comentan los especialistas en las obras de Jane Austen que tenía muy claro qué tipo de personaje quería construir para esta ficción, para que fuera el centro de atención de los lectores. La dotó de unos rasgos psicológicos complejos, a través de los que muestra una gran evolución a lo largo de los 55 capítulos en los que se estructura el desarrollo de la trama, agrupados en tres partes diferenciadas. Emma Woodhouse está rodeada por un variopinto grupo de personajes que conforman un elenco muy atractivo. Personajes que son presentados a medida que se suceden los capítulos y su presencia empieza a ser recurrente. Con ellos nos familiarizamos en un principio de forma superficial, para profundizar en su personalidad. Están perfilados al uso de la época con los rasgos que le añade la autora para que se amolden a la comedia que representan. En mi opinión, conforman un elenco bastante equilibrado entre masculinos y femeninos, con lo que el lector tiene el entretenimiento asegurado, por la variedad de situaciones que protagonizan unos y otros, con el interés añadido que supone los saraos en grupo que organizan, para ver cómo se desenvuelven cada uno de ellos.

Sin duda, la autora eligió a conciencia tanto los personajes masculinos como los femeninos para construir una historia atractiva para los lectores. Entre los femeninos destaco a la sensata señora Weston; la ya mencionada señorita Bates, la engreída y nueva rica señora Elton, y las jóvenes Harriet Smith y Jane Fairefox, ambas maleables por Emma Woodhouse, que las toma como objetivo de sus fechorías: la primera de ellas es pupila de la señora Goddard, que posee un internado de señoritas en el pueblo, a las que instruye, y la segunda pasa una larga temporada con su tía, la señorita Bates, y su abuela. Ambas protagonizan dos subtramas muy entretenidas por la variedad de situaciones que vive cada una. La influencia psicológica de Emma en estas dos muchachas es tal que las llega a confundir en sus sentimientos, si bien Jane no se deja convencer tanto por la protección externa  que la ampara y ciertas cualidades que posee, que hacen que Emma vea en ella a una rival. En el otro platillo de la balanza está el sensato y comedido George Knaigthley, concuñado de Emma; el presuntuoso vicario Pillipe Elton, que pretende como esposa a Emma; el joven Frank Churchill, hijo del primer matrimonio de John Weston, aunque adoptado por los Churchill, que no tienen descendientes, y que es la comidilla de la clase alta de Highbury, y de la no tan alta; el joven granjero Robert Martin es uno de los secundarios que cobra protagonismo según avanzan los capítulos.

(Box Hill, cond Surrey, Inglaterra, RU)
Emma tiene una trama deliciosa y muy entretenida, que hará disfrutar a quienes gusten leer novelas de época. Es una comedia romántica en la que un variopinto grupo de personajes atrae en todo momento la atención del lector. Lector que debe armarse de paciencia para no perder el hilo del relato de la voz narrativa, porque el ritmo es más bien pausado, e incluso por momentos lento. Ritmo provocado, sobre todo, por los diálogos, de los que forman parte verdaderos monólogos que no tienen desperdicio.





Biografía:






Jane Austen nació en la rectoría de Steventon, al noreste de Hampshire, el 16 de diciembre de
1775. Séptima hija del reverendo George Austen y de Cassandra Leigh, Jane Austen fue una destacada novelista británica que, gracias a su gran habilidad para retratar a la sociedad en la que vivió, es considerada como uno de los clásicos de la literatura inglesa. Las novelas de Jane Austen son un reflejo de la nobleza rural inglesa de la época; gracias a su ironía e ingenio y a lo atractivo de su narrativa, se mantienen como un referente de la literatura universal.

Su obra ha sido adaptada al cine, al teatro y a la televisión en numerosas ocasiones. Durante la década de 1790 escribió los primeros borradores de sus exitosas novelas Sentido y sensibilidad, La abadía de Northanger y Orgullo y prejuicio, inspiradas en el color local de Kent y Bath. Entre 1810 y 1817 verían la luz Emma, Mansfield Park y Persuasión. Austen falleció en 1817 en Winchester.


Notas. Datos técnicos, sinopsis y biografía de Jane Austen tomados de Amazon. Imagen de Weymouth tomada de la web Dreammstime. Imagen de Brunswick Square, en Londres, tomada de la web Portraits of Britain. Imagen de Box Hill tomada de  la web de la BBC. Lámina de Jane Austen tomada de la web de LaSexta. 


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