jueves, 28 de julio de 2022

Balvanera, de Francisco Narla.

 











Datos técnicos:




Título: Balvanera.

Autor: Francisco Narla.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Junio/2022.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta

y lazo de punto de lectura.

ISBN: 978-84-350-6363-0.

Idioma: Español.

Nº pág.: 672.




Sinopsis:




LA PUTA BEATA, EL FRAILE DESCREÍDO, EL INDIO COJO Y EL HIDEPUTA HONRADO.


Su madre era puta. Su padre, inglés. No tenía apellido cuando el apellido era lo único que espantaba el hambre. Aún así, iluso, Camacho se empeñó en ganarse el pan con el único mérito de ser honrado, y todo se fue al carajo.

A la fuerza ahorcan.

Una puta beata, un indio mudo, un fraile descreído y ese hideputa honrado intentarán robar el mayor cargamento de la historia de la flora de indias.

Al otro lado de la mar océana, en aquella Nueva España de un imperio donde no se pone el sol, en un Yucatán donde la lluvia tropical borraba las misericordias, las bodegas de la Balvanera se estaban llenando con la mercancía más valiosa de su tiempo: el palo de tinte. Y, mientras, la Parca buscaba cobrarse sus deudas...






Opinión Personal:





Balvanera es la quinta novela histórica que leo del escritor Francisco Narla (Lugo, 1978), afincado en un pequeño pueblo del corazón de Galicia. En mi modesta opinión, y como ya comenté en alguna de sus obras leídas y reseñadas en este blog, es un claro referente de este género literario en nuestro país. Quienes frecuentamos su narrativa tenemos muy claro que nos ofrece historias muy atractivas, creíbles, solventes y bien hilvanadas, y que invitan a realizar un viaje literario en el tiempo. Sin duda alguna, este efecto que acabo de comentar se fundamenta, sobre todo, porque la voz narrativa de turno consigue que el lector siente que acompaña al protagonista o protagonistas en las vicisitudes a las que se enfrentan a lo largo del desarrollo de la trama. Este interés se mantiene vivo con la ayuda de unas descripciones muy visuales —e incluso diría que cinematográficas—. Unas descripciones que son un deleite por los detalles que ofrece sobre los espacios por los que transitan los personajes, si bien son claras y concisas, porque el autor no gusta ofrecer detalles innecesarios o vacíos, que interrumpan el ritmo narrativo, lo que es de agradecer. Sin embargo, he de reconocer que en cada una de sus novelas que leí disfruto sobre todo con las descripciones de los parajes que forman parte de la trama, porque siento como si la voz narrativa me pintara un lienzo del que no pierdo detalle de los elementos que lo conforman, por la delicadeza que se percibe en su trazado. Aunque, en mi modesta opinión, diría que el gran atractivo de sus obras es la fuerza y atracción que ejercen los principales personajes, carismáticos e inolvidables, con los que no tardé en empatizar, y me invitaron a que los acompañase sin dudar a lo largo de los capítulos, sobre todo en los que estuve muy pendiente de los episodios más difíciles, porque era consciente de que incluso podían poner en riesgo su integridad física, o de quienes le acompañan en las vicisitudes a las que se enfrentan.

Balvanera es una novela histórica con elementos propios de aventura, porque el protagonista y los personajes que le acompañan se enfrentan a un futuro incierto, dadas las circunstancias que rodean su día a día. Un futuro incierto en el que se embarcan en un proyecto ambicioso, porque quieren cambiar el rumbo de su vida con el robo de la carga de un material muy valioso — palo de tinte—, que lleva en su interior la Balvanera, una de las naves que formará parte de la Flota de Indias, que transporta las riquezas de los virreinatos españoles en América a la Corona de Castilla. El desarrollo de la trama va de menos a más, con una última parte muy atractiva, en la que el lector estará muy pendiente de todo lo que sucede, por cómo se desarrollan los acontecimientos a los que se enfrentan los personajes que toman parte en este atraco, pese a que son conscientes de lo que significaría para ellos el ser descubiertos en plena faena o si el plan fracasa desde el inicio. Sin embargo, y pese a lo que acabo de comentar, tal y como se suceden los capítulos en el primer tramo de la novela, no tenía muy claro por dónde me llevaba el narrador omnisciente; pero, una vez que le cogí el hilo a su relato, porque ya toma forma el papel que desempeña cada personaje en el desarrollo de la trama, y no pude soltarlo hasta el desenlace, e incluso diría que también posterior epílogo, por cómo se desarrollan los últimos episodios.

(Muralla de Campeche-Yucatán-México)
Sin duda alguna, y como casi todo en esta vida, la primera impresión que nos ofrece algo que atrae nuestra atención es a través de lo que vemos. En Literatura también pasa lo mismo, porque si la portada de una obra cumple el dicho de que una imagen vale más que mil palabras, supone un gran atractivo para que el lector sienta interés por lo que ve, y decida informarse sobre la novela de turno, porque la primera impresión le incita a leerla, sobre todo si se encuadra en los géneros literarios que frecuenta. La imagen que ofrece la portada de Balvanera es un claro adelanto de lo que le espera a lo largo de los capítulos, junto con el gran acierto de márketing que supone el hecho de que se mencione a «La puta beata, el fraile descreído, el indio cojo y el hideputa honrado», porque le llevan a uno a preguntarse qué relación pueden guardar personajes tan dispares.

Francisco Narla planifica una trama que se desarrolla casi toda en la ciudad colonial de Campeche, en el Yucatán, en el siglo XVI, territorio que formaba parte del virreinato de Nueva España. El lector se encontrará a lo largo de los capítulos con una ciudad que es un personaje más de la novelaUna ciudad de la que la voz narrativa ofrecerá descripciones sobre los lugares de ocio de la época, el puerto, las fortificaciones o los templos religiosos que más atraen a los nativos y a los castellanos, los festejos que tienen lugar desde que una nao parte para llevar mercaderías con la Flota de Indias a Sevilla e incluso el azote de los huracanes. Tal y como indica el autor en el Cuadernillo de notas, y en el que merece la pena recrearse, porque el autor puntualiza determinados aspectos para comprenderlos mejor. Estas aclaraciones que realiza indican que realiza una labor de documentación exhaustiva, para que todo lo que sucede se ajuste a la información recabada, y aprovecha las lagunas documentales para que su imaginación cubra esos vacíos, que tienen que guardar una clara consonancia con la época en la que tienen lugar los episodios que relata la voz narrativa. Una trama en la que se tiene muy en cuenta que todo lo que se desarrolla en las nuevas posesiones de ultramar cumpliesen órdenes llegadas de la Corona, como se podrá comprobar a lo largo de los capítulos, en los que no faltan alusiones al quinto real que ingresan las arcas de la Corona por todo lo que se lleva a Sevilla en la Flota de Indias, o a la presencia de la Inquisición en los territorios conquistados en el Nuevo Mundo, sin olvidarme de la corrupción que impera también en las colonias

Como ya comenté en el primer párrafo de esta reseña, los personajes son el punto fuerte de la novela que hoy reseño y sin duda recomiendo, al igual que en las anteriores obras de Francisco Narla. A lo largo de los capítulos, el lector se encontrará con un elenco que es un fiel reflejo de cómo eran las diferentes clases sociales en un imperio en el que nunca se ponía el sol, como era el de Felipe II. Quienes querían buscar un futuro mejor lejos de la península no dudaban en embarcarse en los diferentes navíos que cruzaban la mar océana y asentarse en los territorios de ultramar. Sin embargo, en alguna fase de la trama se refleja cómo los que querían regresar a España tenían que cumplir una serie de requisitos que eran registrados al efecto. El autor perfila unos personajes que, si tenían un buen apellido tras el que cobijarse, podían medrar, que eran los menos, porque la mayoría de quienes vivían en Campeche y otras colonias españolas tenían que ganarse la vida como podían. En este sentido, me llamó mucho la atención el que, pese a que la mayoría del elenco que desfila por sus páginas son individuos que representan a lo más ruin del ser humanosobre todo los que, de una forma u otra, guardan relación con el robo que quiere perpetrar Camacho en la nao Balvanera hay algunos que quieren apartarse de ese camino y enderezar su rumbo, dado que la labor que realizan en esta ciudad colonial no les satisface, o no son capaces de enfrentarse a las misiones que les puedan encomendar tras los muros de Campeche.

(Templo y Conv. San Fco. Campeche-Yucatán-México)
El protagonista es el personaje que más atrajo mi atención de entre cuatro personajes que se resaltan en mayúsculas en la sinopsis, porque tardé un poco más en familiarizarme con los otros tres que conforman este peculiar grupo. La carta de presentación que ofrece en las primeras páginas no tienen desperdicio: el lector no tarda en empatizar con Isidoro Bernal María de la Santísima Merced de la Visitación y Brochero, el hijo de la Camacha, quien, por mucho nombre largo y rimbombante que tuviera, no le servía para hacerse alguien en la vida y ser honrado, como él quería. Trabaja a las órdenes de un mercader sin escrúpulos, como es Melchor de Mora e Hijuelo, bajo cuyo mando están también individuos de muy dudosa reputación, caso del que fuera soldado en los Tercios de Flandes, Roa, o el vasco Urdaneta, ambos al servicio del citado mercader. Con el paso de los capítulos el lector se familiarizará con el papel que desempeña Catalina, que es una de las prostitutas del lupanar de la Brava; Gundemaro, un peculiar fraile franciscano, dominado por los pecados de la gula y la lujuria; y el no menos peculiar indio cojo, al que llaman Pedro. Este es un ramillete de personajes que le da mucho juego a la novela, porque son muchas las vicisitudes a las que se enfrentan, pero también originan escenas y diálogos que levantan, cuando menos, alguna sonrisa. En este sentido, me llamó mucho la atención lo que comenta Francisco Narla en el Cuadernillo de notas sobre el origen del protagonista, al igual que el papel que desempeña en la trama un personaje que es conocido por el apodo de el Rubio, y todo lo que representa, y que está al frente de la peculiar cofradía conocida como La Garduña. Un personaje que atrajo mi atención en el último tramo de la novela, por el papel que desempeña en la atrevida «empresa» ya citada en esta reseña.

Pese a lo que acabo de comentar en el tercer párrafo de esta reseña sobre los capítulos que tardé en cogerle el hilo al desarrollo de la trama de Balvanera, Francisco Narla ofrece al lector una historia muy entretenida, atractiva y adictiva, en la que se encontrará con giros argumentales que redoblan su interés por el devenir que le espera al protagonista y los otros tres personajes que le acompañan en el robo que planean perpetrar en la nao Balvanera. En mi modesta opinión, entiendo que tiene en el hijo de la Camacha a un protagonista carismático e inolvidable, porque a lo largo del desarrollo de la trama estará muy pendiente de las vicisitudes que le acompañan, que no son pocas. Balvanera es una novela que va de menos a más, con un último tercio que atrajo mi atención en cada uno de los episodios que lo conforman, en donde la intriga y el suspense están también muy presentes, por el cariz que toman los acontecimientos a los que se enfrentan los personajes resaltados en mayúsculas en la sinopsis, quienes deciden apoyar a Camacho en semejante empresa. Aunque me enfrenté a una novela de 650 páginas, el ritmo es fluido en todo su desarrollo, porque diría que apenas decae. El autor construye una historia diría que lineal, porque apenas hay puntuales saltos en el tiempo. En mi modesta opinión, entiendo que quizás sea este el hecho de que la trama no esté estructurada en capítulos, y que sea continuo el relato del narrador omnisciente. Sin embargo, diría que las escenas están agrupadas de tal forma que constituyen capítulos sin numerar, teniendo muy en cuenta las interrogantes que el narrador deja al final de cada uno de ellos, e incluso los hay dinámicos, al ubicar en un mismo capítulo escenas que se desarrollan en diferentes localizaciones, pero que diría que tienen una clara conexión entre ellas. Un ritmo fluido al que ayudan el claro equilibrio entre narración y diálogo, y la presencia de conversaciones que son muy vivas, naturales y dinámicas, y diría que cobran relevancia en el último tercio, porque en muchas de ellas saltan chispas o me desvelaron información necesaria para comprender la forma de actuar de algunos personajes que, de una forma u otra, guardan relación con el robo ya mencionado en esta reseña.



Biografía:



Francisco Narla, nacido en Lugo en 1978 y afincado en un pequeño pueblo del corazón de Galicia, Friol, es aviador y escritor. Pero son sus aficiones las que lo definen; arquero, pescador con mosca, aficionado a los bonsáis, apicultor y casi cualquier cosa sobre la que pueda leer en un libro.

Ha publicado poesía, relatos, ensayos técnicos y novelas. Ha colaborado con radio y televisión y también es conferenciante habitual en foros universitarios.

Como novelista, ha sido traducido a varios idiomas y ha ocupado los primeros puestos de las listas de ventas con títulos como Assur (reseña), Ronin (reseña), Donde aúllan las colinas, o sus más recientes éxitos: Laín. El bastardo (reseña), novela con la que fue galardonado con el I Premio Edhasa de Narrativas Históricas (2018) y Fierro (reseña) (2019).


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía del autor tomados de la web de Edhasa. Fotografía de Francisco Narla tomada de la web de La Voz de Galicia. Imagen muralla de Campeche tomada de Wikipedia. Imagen del Templo y Convento de San Francisco en Campeche, tomada de la web TuriMexico.




5 comentarios:

  1. Soy habitual seguidor de las novelas de Narla desde que me conquistó con Assur, así que sin duda voy a leer Balvanera, además tu reseña me confirma que será una buena lectura. Yo también me preguntaba cuál sería la peculiar relación entre los personajes que nombra en la portada, que como dices ya despierta el interés del lector. Opino como tú que el autor es un referente en el género. Apertas.

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  2. Ay, ay que no lo conocia, y por lo que cuentas me va a gustar tanto como a ti. Estupenda reseña Francisco. Besos

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  3. Uh que bien que pinta mi domingo, amigo Francisco, pues me llevo tu sugerencia y creo que me gustaría mucho.
    Gracias por compartirlo.Abrazobuho

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  4. No he leído tantas novelas de Narla como tú pero sí he leído dos o tres y me gustaron muchísimo. Me encanta lo bien ambientadas que están y lo entretenidas que son y veo que esta es igual. Ni qué decir que me encantaría leerla
    Besos

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  5. Hola Paco, la verdad es que últimamente le he perdido la pista a este autor y eso que, tanto Asur como Donde aúllan las colinas me gustaron mucho. Me apunto esta, que tras tu estupenda reseña me apetece mucho leerla. Besos.

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