miércoles, 29 de septiembre de 2021

Las batallas silenciadas, de Nieves Muñoz.

 










Datos técnicos:




Título: Las batallas silenciadas.

Autora: Nieves Muñoz.

Editorial: Edhasa.

1ª edición: Mayo/2019.

Encuadernación: Tapa dura con sobrecubierta

ISBN: 978-84-350-6335-7.

Idioma: Español

Nº pág.: 544.



Sinopsis:


Verdún, 1916. La más larga y cruenta batalla de la Primera Guerra Mundial. A orillas del río Mosa, las trincheras y los fortines cambian de manos entre alambradas, duelos de artillería y ataques de una incipiente aviación militar. Vivos y muertos habitan un escenario de pesadilla.

Allí, entre en barro y las balas, entre el miedo, Irène Maríe Curie se incorpora al hospital de campaña francés para enseñar a los cirujanos del ejército a usar la máquina de rayos X adaptada por su madre, Marie Curie, convencida de que ayudará a salvar muchas vidas. Pero, una vez allí, deberá enfrentarse no sólo al menosprecio y la ignorancia de los curtidos militares, sino también a la vida al borde de la muerte. Junto con sus compañeras, las enfermeras de guerra, Berthe y Shirley, afrontará el mayor reto posible: sobrevivir. No serán las únicas, y no siempre estarán solas. Nadie dijo que sería fácil..., pero el amor y la amistad, en tiempos de odio, puede significar la salvación.

Con una prosa vibrante y enérgica, llena además de sensibilidad y feminidad, Nieves Muñoz nos narra la batalla de Verdún como nunca antes la habíamos visto: desde las trincheras, en los pueblos, en el campo, en el aire y en las almas...Porque, como en toda guerra, hubo vencedores y vencidos, pero todos tuvieron alma, y en esta su primera novela Nieves Muñoz nos abre la suya y la de sus personajes para darnos un bien eterno: la esperanza.



Opinión Personal:




Las batallas silenciadas (Edhasa, 2019) es la ópera prima con la que Nieves Muñoz presenta sus credenciales con una obra de gran calidad, para ser tenida muy en cuenta en el panorama literario nacional. De nuevo me encuentro con un autor o  autora que me sorprende por el buen hacer literario que se refleja en su primera novela publicada. En estos casos, siempre digo que se pone el listón muy alto, porque entiendo que es consciente de que se ve obligado a mantenerlo, cuando menos, en sus siguientes publicaciones y, si lo supera, mejor para el lector, porque se percata de que se encuentra ante una narrativa que le asegura entretenimiento contándole historias consistentes, verosímiles y bien escritas.

(Petit curie-Primera Guerra Mundial)
Merece la pena leer la nota del autor de turno que acompaña al cuerpo de la novela, porque en ella expone los fundamentos en los que se basa para escribir la historia ambientada en una época concreta. Pero también es preferible leerla una vez concluido el desenlace, porque puede suceder que nos desvele alguna información que pueda aclarar antes de tiempo episodios que relata la voz narrativa de turno. En este caso, hay un interés añadido para el lector, porque la escritora vallisoletana tenía muy claro que en su primera novela quería rendir un merecido homenaje a las mujeres que participaron en la Primera Guerra Mundial, en «un conflicto en el que se ha dejado de lado en los libros de historia, relegado en muchas ocasiones a meras sombras secundarias, cuando en realidad fueron un engranaje esencial de la maquinaria política, económica y social». En Las batallas silenciadas incide en el papel que desempeñó el personal sanitario femenino, del que  refleja las diferentes escalas sanitarias en las que participaron en ese conflicto bélico, incidiendo en la especialidad de enfermería, a través de las figuras de Irène Curie, Bethe Hinault y Shirley St Johns,  sin olvidarme de una cuarta, la doctora Nicole Girard-Magin, la única mujer médico que atendió heridos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

A lo largo de los 26 capítulos en los que se estructura la novela, más un prólogo y un epílogo, se refleja la fascinación que siente Nieves Muñoz por la Primera Guerra Mundial. En este sentido, se percibe una exhaustiva labor de documentación, en la que destaco los detalles que ofrece en lo referente a la labor desempeñada por el personal sanitario en el frente de Verdún, junto con la información que se ofrece sobre algunos episodios bélicos que se desarrollan en la que fue la mayor y más larga batalla en el frente occidental entre los ejércitos alemán y francés. También refleja el día a día en los hospitales de campaña, en las poblaciones afectadas por los continuos ataques del enemigo, o en las condiciones infrahumanas de quienes se parapetaban en las trincheras para conservar el territorio ganado y no perderlo, pero en las que las bajas temperaturas, la humedad y las epidemias causaban grandes bajas. Los episodios que tienen lugar durante los meses de enero y febrero de 1916, en los que se suceden los hechos que que narra la voz narrativa, son de un gran realismo por lo que, pese a que se combinan hechos históricos con otros creados por la imaginación de la autora, bien pudieron haber sucedido todos ellos durante la Gran Guerra. Este realismo, junto con la fuerza emanada de los personajes que transitan por sus páginas, hicieron que sintiera al igual que ellos, y prácticamente desde los primeros episodios, el frío, la angustia, las sensaciones, emociones, el dolor, el afán de supervivencia, e incluso la amistad y el compañerismo, aunque sin olvidarme del odio, el egoísmo el rencor y la barbarie, que se reflejan en varias fases de la trama. Un realismo que se manifiesta también en la estructura que le confiere a la novela, dividida en dos partes claramente diferenciadas, y cada una de ellas estructurada en capítulos titulados, que son un claro indicativo de lo que el lector se encontrará en su contenido. En la primera parte, los capítulos vienen introducidos cada uno de ellos por una carta con la que se incita a prestar atención al personaje que se menciona en ella. Incidiendo en los títulos, encontré muy acertados los que hacen referencia a los colores de la guerra, porque, en mi caso, significaron un reclamo más para estar muy pendiente de lo que sucedía en cada uno de los títulos a los que me acabo de referir, a parte de otros que se refieren a acciones determinadas que tienen lugar en desarrollo de la trama.

(Fort Douamont-Francia)
Son tres personajes a través de los cuales da voz a la labor que desempeñaron en la batalla de Verdún a quienes incluso podían llevar una vida más regalada por cuna, como lo podrá comprobar el lector a lo largo de los capítulos, sobre todo en lo que se refiere a la británica Shirley St John y a Irène Marie Curie, quien no dudó en dirigirse al frente con el llamado petit curie «con el que enseño cómo utilizar el aparato de rayos X para poder ver los daños internos en el hueso y detectar dónde están los proyectiles antes de operar» (pág. 30), sin olvidarme del papel de la enfermera Berthe Hinault, por las innovaciones que quiere introducir en la organización de los hospitales de campaña. En mi modesta opinión, son tres personajes que dan mucho juego a la novela, no sólo por la evolución que se manifiesta en cada una de ellos a lo largo de los capítulos, al igual que los diferentes estados de la relación que mantienen y que se deriva de su labor profesional, sino también por el vínculo personal que se forja entre las tres mujeres, y que atraerá la atención del lector, sobre todo por el interés que muestra ante las reacciones en los diferentes episodios en los que intervienen. Pero también atraerán la atención por los roces que tienen tanto con el personal sanitario masculino como con los altos mandos, reacios a la presencia de mujeres en primera línea, sobre todo ante la insistencia de Irène Curie, porque quiere estar en el frente de batalla al mando del petit curie para ayudar a salvar vidas, lo que dará lugar a no pocas discusiones al respecto. Un personal masculino al que también hay que aludir por el contrapeso que significan sobre el personal femenino, como el director general del hospital militar de Barleduc, Jean-Luc Gillaux, el capitán Billet o el comandante Mercier, sin olvidarme de otros como Adrien Goitia, Alain Briand o Sèbastien Vien, que también atrajeron mi atención en alguna fase de la trama.

Pero en Las batallas silenciadas el lector se encontrará también con otras mujeres de las que, en algunos casos, se preguntará por el motivo de de su presencia, si bien con el paso de los capítulos tendrá una clara respuesta a las cuestiones que se plantea durante su lectura. En este sentido, atrajeron mi atención personajes como la prostituta Claudine Meurent, la sorgina Adele o Lorreine Bertrand. Estas mujeres protagonizan unas historias que también resultan atractivas por las vicisitudes que les acompañan a lo largo de los capítulos en los que figuran. En mi modesta opinión, diría que los personajes femeninos que menciono en ambos párrafos representan a quienes se juegan la vida en el frente de batalla o por un motivo u otro guardan relación con el conflicto bélico, del que incluso arrastran unas secuelas una vez finalizado, como se podrá comprobar en algunas de ellas. Las historias de estas mujeres forman un verdadero puzle cuyas piezas dosifica la autora  a lo largo de los capítulos, de tal forma que el lector esté muy pendiente de que  encajen a medida que se aproxima el desenlace. 

(Dra. Nicole Girard-Mangin)
Las batallas silenciadas es una novela planificada y desarrollada con una trama consistente, verosímil y bien escrita. Al tratarse de ficción histórica, se percibe una exhaustiva labor de documentación y una clara estructura acorde con la historia que relata el narrador de turno, para que el lector esté muy pendiente de las fases que conforman su desarrollo. Un título que, sin duda alguna, me pareció muy atractivo, a la par que sugerente, con el añadido de una portada que alude a lo que nos vamos a encontrar a lo largo de los capítulos que la conforman. A lo que acabo de comentar hay que añadir, como indica la sinopsis, un estilo narrativo vibrante y enérgico, lleno además de sensibilidad y feminidad, con el que surte el efecto deseado. A lo largo de los capítulos logra captar la atención del lector —en mi caso, absorbente con un lenguaje sencillo y un estilo directo, porque en ningún momento tuve la sensación de que decaía el interés por la lectura, pese a que domina la narración frente a los diálogos. En esta ocasión mi interés se acrecentó a medida que me aproximaba al desenlace que, a mi modo de ver, encontré muy acorde con el conjunto del relato de la voz narrativa. Quizás esta sensación venga marcada por la variedad de subtramas que enriquecen a la principal, y por las múltiples situaciones complejas y episodios en los que la acción está presente, en los que también se percibe intriga y hay algunos giros que incrementan el interés por los hechos que se desarrollan a continuación. A lo que acabo de comentar hay que añadir unos personajes trazados con fuerza y que actúan conforme a la época que les toca vivir, en la que muestran lo bueno y lo malo que el ser humano. Sin duda alguna, una magnífica novela que merece la pena disfrutar.



Biografía:



Nació en Valladolid en 1976. Vinculada siempre a las letras, bien como escritora de historias o como lectora, eligió sin embargo un camino diferente para su formación: la enfermería.

Para ella, escribir es una forma de vida. Tras formarse en técnicas literarias, ha colaborado en varias antologías de relatos, como articulista para blogs de narrativa y la revista literaria El taller de la factoría. Ahora, con Las batallas silenciadas, al fin se ha atrevido a dar el paso y nos ofrece una maravillosa novela histórica con la que ha conseguido aunar sus dos grandes pasiones.


Nota: Datos técnicos, sinopsis, fotografía y biografía de la autora, tomados de la web de Edhasa. Imagen de Ambulancia Petit Curie 1GM, tomada de la web À la vie, à la guerre. Imagen de Fort Douamont, en Francia, tomada de Wikipedia. Imagen de la doctora Nicole Girard-Mangin tomada de Wikipedia. 














7 comentarios:

  1. Buenos días, Paco:
    La novela que nos traes hoy es interesante para mí por su ubicación temporal e histórica. He leído mucho sobre la Gran Guerra y siempre me ha interesado el papel que jugaron las mujeres dentro del sistema sanitario en los campos de batalla. No hace muchas semanas comenté en una reseña que la escritora Edith Wharton condujo una ambulancia en en frente, y compartió sus experiencias en Francia combatiente, además de escribir otros títulos sobre la guerra. Anoto la novela. ¡Muchas gracias por compartirla!
    Un saludo y enhorabuena por la reseña!!

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  2. Hola Paco, me encantan las novelas desarrolladas en la I Guerra Mundial y el papel de las mujeres en dicha contienda se ha tratado, salvo honrosas excepciones, siempre de manera tangencial, me atrae la idea de una historia que trate el tema más extensamente. Me apunto la autora. Besos.

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  3. Hola
    Me ha gustado mucho tu reseña porque es muy detallada. No conocía el libro y ya lo he apuntado para ver si lo hay en la biblioteca y si no comprarlo porque tras tu reseña me apetece muchísimo leerlo
    Nos leemos

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  4. Me gusta mucho el período en que se desarrolla la historia y que destaque el papel de la mujer durante la Primera Guerra Mundial es otro aliciente más para querer leer esta novela.
    Besotes!!!

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  5. Ya he leído otras buenas críticas sobre él, le tengo echado el ojo. Por la ambientación, por la historia y por las protagonistas. Buena reseña.
    Besos

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  6. Creo que era necesaria una novela cómo esta, que destaque el papel de las mujeres en la I Guerra Mundial,como siempre, relegadas, y las grandes olvidadas de la historia. Además veo que por tu reseña la novela está francamente bien construida. Un abrazo

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  7. Paco esta novela la tengo pendiente de leer. Cuando salió me pareció muy interesante y veo que no me equivocaba. Las mujeres siempre han tenido un papel muy importante en las guerras. Creo que me gustaría leerla. A ver cómo la encajo. Besos

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