viernes, 28 de febrero de 2020

La suerte de los idiotas, de Roberto Martínez Guzmán.




















Datos técnicos:


Título: La suerte de los idiotas.
Autor: Roberto Martínez Guzmán.
Autoedtitado Amazon (enlace).
1ª edición: 28/04/2019.
ASIN: B07RBQGXVX.
Formato: Ebook.
Idioma: Español.
Nº pág.: 328.

Precio: 3, 99 € ebook.
            14, 70 €  en papel.


Sinopsis:


Lastrado por una última misión policial en Madrid que no acabó de la mejor manera, el policía Lucas Acevedo regresa a Galicia para poner en orden sus ideas. Cuando cree que lo ha conseguido, una noche conoce a una mujer que le hará plantearse la solitaria existencia que ha llevado hasta entonces. Sin embargo, pronto se complican sus planes. Mucha gente comienza a morir en su entorno y, en el momento en que se da cuenta de que él también está en el punto de mira, se verá obligado a librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne.


Opinión:


De nuevo me acerco a la narrativa del escritor ourensano Roberto Martínez Guzmán, uno de los autores autopublicados que más éxito de crítica y ventas tiene en Amazon. La suerte de los idiotas es el título de su última novela autoeditada en esta plataforma digital, y que la publicita como un thriller gallego; aunque más concretamente diría que pontevedrés, porque toda la trama transcurre en esta provincia del suroeste gallego. En mi modesta opinión, el desarrollo de la historia que protagoniza Lucas Acevedo, agente de la UDYCO, va de menos a más, con una primera parte que tiene un ritmo de lectura más bien pausado, pero adictivo e intrigante por todo lo que sucede en esos capítulos, hasta que se suceden una serie de episodios que originan un gran giro que incrementa el ritmo, que a mí se me hizo más bien frenético, sobre todo a medida que el desenlace está cada vez más próximo. A lo que acabo de comentar añado que, quienes disfruten de lo negrocriminal, se encuentran en esta novela que hoy reseño con una historia que entretiene desde las primeras páginas hasta que nos acercamos al desenlace casi sin darnos cuenta, porque es de las que se leen en una o dos sentadas, según el ritmo lector de cada uno. Aparte del entretenimiento, el lector se encontrará con una alta dosis de intriga y de acción, sobre todo en la que podría decirse que es la segunda parte de la trama, porque en ella hay ingredientes más propios de una novela negra, en los que la acción estará también muy presente.
(Gran Vía-Vigo)
A diferencia de las tres novelas anteriores de Roberto Martínez Guzmán, protagonizadas por la inspectora Eva Santiago reseñadas en este blog , y cuya trama se desarrolla en la provincia de Ourense, en esta ocasión el autor decide ubicar la historia de su nueva novela en la provincia de Pontevedra. Junto a Mondariz y Vigo, el lector también acompañará al protagonista hasta la península del Morrazo y Nigrán.

A Lucas Acevedo le han concedido una excedencia, tras llevar a cabo una misión policial de la que todavía no se había recuperado, sobre todo anímicamente, porque ha vivido en ella episodios muy duros. Regresa a Galicia, a su tierra, para poner en orden sus ideas, y se instala en un ático en Mondariz en el que llevar a cabo su particular retiro. Pero decide acercase a Vigo y, quizás por su condición de policía, mientras regresa a la ciudad se fija en una escena que no le gusta y siente el deber de intervenir. Lucas Acevedo ve cómo tienen lugar una serie de muertes en su entorno y, como adelanta la sinopsis, en el momento en que se da cuenta de que él también está en el punto de mira, está obligado a librar una batalla de la que no conseguirá salir indemne.

Si en las tres novelas que protagoniza la inspectora Eva Santiago se cumple una de las máximas marcadas por la reina de la novela de misterio, Ágatha Christie, en la que dice que «La mejor receta para la novela policíaca: el detective nunca debe de saber más que el lector», en esta ocasión el protagonista va a la par, porque es Lucas Acevedo quien relata en primera persona todo lo que sucede a lo largo de los dieciséis capítulos en los que está estructurada La suerte de los idiotas. A medida que éstos se sucedían me decía que el protagonista narraba una historia con un claro sabor a clásico, en el que juega al despiste con el lector con una serie de pistas falsas a lo largo de su relato, y también me decía que estábamos ante una trama de espacios cerrados. Porque todas las escenas vitales se desarrollan en habitaciones cerradas, aunque en distintos inmuebles, que el narrador describe con más detalle para que el lector se pueda imaginar cómo son, sobre todo si la escena requiere una mayor visualización; aunque pese a lo que acabo de comentar están descritos de tal forma que el lector no pierde el hilo de lo que sucede en las escenas que se desarrollan en estos inmuebles. Me gustó cómo el protagonista enfocaba las descripciones de esas habitaciones cerradas, porque cuando la escena se presta a ello hace referencia a todo lo relacionado con el paisaje gallego que los rodea, así como al clima. En mi modesta opinión, el desenlace tiene también un corte clásico, por la forma en la que Lucas Acevedo da por cerrada la trama, si bien queda un resquicio abierto para que la imaginación del lector aporte sus elucubraciones ante lo que sucede en el mismo.
(Playa Samil-Vigo)
A lo largo de los capítulos que conforman La suerte de los idiotas el lector comprobará cómo Lucas Acevedo es el protagonista indiscutible de la trama. Por los rasgos que lo definen, me decía que es un personaje estereotipado, y sobre todo por su forma de actuar me recordaba en cierto modo al mítico Harry el Sucio, encarnado por Clint Eastwood; aunque, como digo en estos casos, es una simple apreciación mía. También me parecieron estereotipados los personajes secundarios, pero sobre estos no voy a comentar nada, porque prefiero que sea el lector quien los descubra, ya que corro el riesgo de destripar la trama. El lector lo conocerá a Lucas Acevedo tanto en su lado profesional como en el intimista, como lo podrá comprobar por su forma de actuar ante determinados personajes secundarios.

Al igual que las tres novelas anteriores que leí de Roberto Martínez Guzmán, La suerte de los idiotas está escrita con un estilo directo y un lenguaje sencillo y cercano, en el que utiliza, sobre todo en la segunda parte de la trama, diálogos y expresiones propias de lo negrocriminal, aunque también se encontrarán reflexiones del narrador e incluso diría que también alguna frase lapidaria con la que el lector se familiariza con su forma de entender el mundo que le rodea. La novela tiene también su banda sonora, pues el protagonista es muy aficionado al rhytm and blues, del que mencionará algunas canciones y fragmentos a lo largo de los capítulos. Sin duda alguna, merece la pena acercarse a la narrativa de este escritor ourensano, que se va afianzando como un autor independiente cuyas novelas atraen la atención del lector y en las que, como dice en su biografía, la intriga es un requisito innegociable, por lo que el entretenimiento está asegurado hasta el desenlace.


Biografía:


Roberto Martínez Guzmán nació y se crio en Ourense, España, donde reside. Su carrera literaria comienza en 2010 con la publicación de Cartas desde el maltrato, un original libro de no ficción que no deja indiferente a nadie. Tan solo dos años después, en 2012, presenta su primera novela, Muerte sin resurección (Eva Santiago 1), que se revela como una historia cargada de intriga que pronto alcanza los primeros puestos de ventas de Amazon en varios países. Con café y cigarrillos para un funeral (Eva Santiago 2), consolida su habilidad para mantener inquieto al lector hasta la última página. Su tercera novela, Siete libros para Eva, publicada en 2016, lo asienta de manera definitiva como un autor para el que la intriga en una novela es un requisito innegociable.


Nota: Datos técnicos,  sinopsis y fotografía, tomados de Amazon. Biografía del autor, tomada de su web. Imagen de la Gran Vía de Vigo, tomada de la web La Voz de Galicia. Imagen de la playa de Samil, tomada de la web Turismo.gal.












































miércoles, 26 de febrero de 2020

La joya de mi deseo, de Nuria Llop.





















Datos técnicos:


Título: La joya de mi deseo.
Autora: Nuria Llop.
Editorial: Libros de Seda.
1ª edición: marzo/2015.
Encuadernación: rústica con solapas.
ISBN: 978-84-15854-80-7.
Nº pág.: 448.



Sinopsis:


Madrid, 1618. Luisa Estrada es una bella y joven viuda que, tras la muerte de su marido, asume las riendas de la joyería familiar. Sin embargo, los problemas la asedian: el gremio de joyeros no la acepta por ser mujer y se niega a venderle gemas. Su situación empieza a ser desesperada cuando su clienta y amiga, Catalina de Velasco, le propone un matrimonio de conveniencia. Pero ella no está dispuesta a aceptar.
Álvaro es un apuesto galán de teatro en horas bajas que, sin embargo, a sus treinta años sigue siendo solicitado como amante por las damas de la Corte. Sueña con fundar su propia compañía de teatro, pero para hacerlo necesita dinero así que, cuando Catalina le propone que se case con Luisa, corre raudo a conocerla… Pero la voluntad de la joven viuda no será tan fácil de doblegar. ¿Lo logrará?



Opinión Personal:


Gracias a los retos literarios en los que participo descubro autores que dudo llegara a conocer si eligiera mis lecturas de una forma más aleatoria. En esta ocasión es el reto Autores de la A a la Z quien me ayudó a toparme con la narrativa de Nuria Llop (Barcelona, 1964), y el buen hacer literario que muestra en la novela que hoy reseño, La joya de mi deseo, ambientada en Madrid en pleno Siglo de Oro. Esta novela forma parte de la trilogía que se completa con La diosa de mi tormento y Una farsq imprudente. Y ya adelanto que me resultó una lectura muy entretenida, fluida y con escenas en las que el humor está muy presente, por lo que tengo muy claro que leeré las otras dos novelas que conforman esta trilogía que, como es habitual en las novelas de este género, cada una de ellas es protagonizada por un personaje que tuvo un papel secundario en la primera de ellas.
(Real Alcázar de Madrid)
Quienes leen con cierta frecuencia novela romántica, saben que este género literario sigue unas pautas, pero Nuria Llop tiene muy claro cómo atraer al lector desde las primeras páginas para sembrar en él la duda, y lograr que la lectura de La joya de mi deseo sea más atractiva. El título es, en mi modesta opinión, un claro ejemplo de lo que acabo de comentar. Y es que a medida que avanzaban los capítulos y se sucedían determinadas escenas, me decía que estaba muy bien pensado, porque tenía muy claro que su sentido era doble; aunque, como digo en estos casos, prefiero que sea el lector que muestre interés por la novela que hoy reseño quien indique si está de acuerdo o no con mis apreciaciones. El lector se encontrará también con situaciones que viven los protagonistas en las que el narrador omnisciente le sorprende con unos giros que le hacen dudar si se mantendrá ese tira y afloja que se establece en la relación entre Luisa Estrada y Álvaro Villanueva desde que el padre Nicolás los casa en la capilla privada de los Velasco, y ambos exponen sus condiciones para que esos esponsales se lleven a cabo, sobre todo la protagonista, pues todavía no se había cumplido el año de luto que se veía obligada a guardar por el repentino fallecimiento de su esposo. Catalina de Velasco, amiga de ambos, y sobrina del mismísimo condestable de Castilla, les propone celebrar un matrimonio de conveniencia, como solución a los problemas que preocupaban cada vez más a ambos personajes. A estas dudas que acabo de comentar se añade el interés que ofrecen unos episodios que tienen elementos propios de un thriller, por los oscuros pasajes en los que se ve envuelto Álvaro Villanueva.
(Mentidero de actores y representantes-Siglo de Oro-Madrid)
En todo momento me sentí como un espectador privilegiado que visualizaba desde mi atalaya particular los escenarios por los que se movían los personajes, y me ofrecían una magnífica perspectiva de cómo era el día a día en el Madrid de los Austrias, a lo que ayuda la diferente condición social del elenco que lo conforman. La escritora barcelonesa logra que el lector sienta el efecto antes mencionado tras realizar una exhaustiva labor de documentación, y así poder reflejar a lo largo de los capítulos las escenas costumbristas que describe con detalle el narrador omnisciente. El lector percibirá a través de la voz narrativa el bullicio de las calles de Madrid, el ambiente teatral que se vive en el Salón Dorado del Real Alcázar, o acompañará a Luisa Estrada y otros fieles que asisten los domingos a la misa que se celebraba en la iglesia de San Justo, el aspecto que presentaba la Plaza Mayor, o el día a día en la casa y en la joyería que ahora regenta la protagonista.

Por los escenarios antes mencionados se mueven unos personajes perfilados con mucho cuidado por la autora, para que cada uno de ellos se ajustara al estamento social al que pertenecían. En este sentido, Nuria Llop se toma algunas licencias a la hora de poner en boca de los personajes algunas expresiones o frases hechas, e incluso también en algunas ocasiones en la voz narrativa, ya que entiendo no se ajustan a la época en la que se desarrolla la trama. Pese a esta apreciación que realizo, el lector se encuentra con unos personajes atractivos y peculiares, por las características que los rodean, sobre todo a Luisa Estrada, Catalina de Velasco y Cristóbal, el criado de Álvaro Villanueva. Tanto los dos protagonistas como los secundarios que desempeñan un papel más destacado en la novela tienen una gran carga psicológica; de hecho, y sobre todo en lo que se refiere a los protagonistas, el lector se encontrará con reflexiones que hacen a través de la voz narrativa referentes a su cónyuge, y en relación con algunos episodios que protagonizan. El lector conocerá su personalidad a medida que se suceden los capítulos, sobre todo en lo que se refiere a Álvaro Villanueva, quien prefiere eludir episodios de su pasado cuando su esposa le pide que le hable de él, aunque con el paso de los capítulos le revelará episodios que no olvida. Lo mismo sucederá también con Sancho, el fallecido esposo de Luisa Estrada.
(Posada del Peine-Madrid)
Álvaro Villanueva es un personaje acostumbrado a actuar como un galán en los corrales de comedias o en el Salón Dorado del Real Alcázar, mujeriego y que aprovecha su condición de afamado actor para seducir. Se muestra en ocasiones engreído, «insolente, mentiroso y chantajista» (pág. 78), aunque por su condición de comediante habrá episodios en los que su esposa dudará si está representando un papel o sin lo que dice en ese momento es lo que piensa realmente. Entre los personajes secundarios sobresalen la presencia de la ya mencionada Catalina de Velasco, una noble que no se daba a «los cotilleos sobre otras damas ni caballeros de la nobleza...Lo que hacía era quejarse de su familia y de la ociosidad de los de su clase»(pág. 14). Tanto este personaje como Luisa Estrada son unas mujeres adelantadas a su tiempo, porque el lector conocerá y se sorprenderá con la forma de ser y de pensar de Catalina de Velasco, y seguirá atento a el interés que muestra Luisa Estrada por conseguir que el gremio de joyeros la acepten como una más, y evitar que su negocio vaya perdiendo la selecta clientela que tenía por su condición de mujer. Otros personajes secundarios que atraen la atención del lector son Cristóbal, el criado de Álvaro Villanueva, quien mantendrá con su señor unos diálogos que, cuando menos, levantarán una sonrisa, y también dice algunas frases lapidarias cuando la ocasión se presta a ello, pero es muy servicial porque en todo momento estará muy pendiente del cuidado del comediante. El joyero Íñigo Acacio será un personaje que desempeña un papel que aporta mucha intriga a la novela. No me olvido de Félix, el cuñado de Luisa Estrada, quien también protagoniza algunas escenas en las que el humor está presente, sobre todo si las comparte con Álvaro Villanueva, ni tampoco de Diego, el hermano gemelo del protagonista.

La joya de mi deseo es una novela bien escrita, cuya lectura muy entretenida, fluida y con escenas en las que el humor está muy presente, así como situaciones de enredo que viven los personajes. Las disputas entre los cónyuges se sucederán a lo largo de los capítulos, en las que la tensión narrativa estará muy presente. Los personajes tienen una gran fuerza psicológica, sobre todo los protagonistas y los secundarios que más peso tienen en la trama. Nuria Llop construye una historia con una ambientación que lleva al lector a realizar un viaje literario al Siglo de Oro español, pese a que en algunas fragmentos se encuentre con expresiones y frases hechas que la autora utiliza con una cierta licencia, porque en mi modesta opinión entiendo que no son propias de la época en la que se desarrolla la trama. El lector se encontrará también con episodios divertidos, porque las situaciones que viven los personajes que los protagonizan se prestan a ello. También se preguntará si ese matrimonio de conveniencia se convertirá en algún momento en una relación sentimental, sobre todo desde que el narrador omnisciente describe algunas escenas que dan a entender que se puede revertir, pese a que Luisa Estrada expone con claridad e insistencia las razones para que su relación marital no vaya más allá de lo pactado. Álvaro Villanueva ayuda a su mujer utilizando todos los medios que están a su alcance para que la joyería vuelva a tener ese prestigio que tenía hasta el fallecimiento de su esposo, y así poder hacer realidad su sueño, porque quería tener su propia compañía de teatro ya que, pese a tener treinta años, comprobaba que «surgían nuevos y jóvenes talentos que, por petición expresa del propio rey Felipe III, iban ocupando su lugar poco a poco con cualquier justificación» (pág. 18). El lector se encuentra con una novela en la que se habla de las obras de teatro que se representan en esa época de Lope de Vega o Vélez de Guevara, aunque todavía comprobará cómo era muy poco conocido Tirso de Molina, así como la labor que se realiza en la joyería que regenta Luisa Estrada y las intrigas que se tejen desde el gremio de los joyeros. Sin duda alguna, Nuria Llop ofrece al lector una historia que satisfará a quienes frecuentan este género literario, con el aliciente de que vivirá el mundo del teatro del Siglo de Oro y presenciará las intrigas que se traman en el gremio de los joyeros.



Biografía:

Nuria Llop nació en Barcelona, en 1964 y se licenció en Historia del Arte en la Universidadde Barcelona. Casada y madre de dos hijos, actualmente trabaja en doblaje como actriz y adaptadora de guiones para cine y televisión. La joya de mi deseo, ambientada en el Siglo de Oro español, es su primera novela. Tiene también una segunda, La diosa de mi tormento, ambientada en la misma época, que también publicará Libros de Seda.


Nota: Datos técnicos, sinopsis y biografía de la autora, tomados de la web de la editorial. Lámina del Alcázar Real de Madrid, tomada de Wikipedia. Imagen del Mentidero de actores y representantes, tomada de TripAdvidsor. Imagen de la Posada del Peine, tomada de Wikipedia. Fotografía de Nuria Llop, tomada del muro de facebook de Libros de Seda. 

jueves, 20 de febrero de 2020

A la luz del vino, de Carlos Ollo Razquin.





















Datos técnicos:


Título: A la luz del vino.
Autor: Carlos Ollo Razquin.
Editorial: Erein.
1ª edición: mayo/2018.
Encuadernación: rústica con solapas.
ISBN: 978-84-9109-273-5.
Idioma: español.
Nº. pág.: 256.


Sinopsis:


La enología está de moda, hay una eclosión en todo lo que le rodea: la reivindicación de la identidad vinícola (suelo, clima, planta de la vid), la renovación y fundación de nuevas bodegas, la ampliación de mercados, pero, sobre todo, la importancia adquirida por los enólogos, el factor humano.
El accidente mortal del enólogo del Señorío de Otazu lleva al inspector Villatuerta y al subinspector Javier Erro hasta Etxauri. Mientras, la agente Nerea se verá envuelta en una complicada investigación sobre narcotráfico. Los caminos de los Villatuerta y Javier Erro vuelven a juntarse con el trasfondo del mundo del vino, en que quizá no sea oro todo lo que reluce. Los tres policías tendrán que dejar de lado, una vez más sus diferencias personales para resolver ambos casos.


Opinión Personal:


En diciembre de 2019 reseñé la novela de Carlos Ollo, ¿Quién con fuego? (reseña), en la que el lector se encuentra por primera vez con el inspector Faustino Villatuerta, el subinspector Javier Erro y la agente Nerea,  personajes que dan mucho juego a a la novela citada al principio de este párrafo,  y vuelven a darlo en esta nueva entrega. Esta novela me gustó, sobre todo, porque tiene el atractivo de que una de las dos líneas temporales transcurre en la Guerra Civil Española. En esa reseña comentaba que me interesaba leer A la luz del vino para comprobar la evolución del estilo narrativo del autor, y también por constatar cómo intercalaba en la trama todo lo relacionado con el mundo del vino. En lo que se refiere a la evolución del estilo narrativo del escritor pamplonés tengo que recalcar que, en esta ocasión, el narrador omnisciente consiguió que no perdiera interés todo lo que sucedía a lo largo de los capítulos, porque su relato no se me hizo tan distante como en el título antes mencionado. Y también me gustó cómo instruía al lector sobre todo lo que tiene que ver con la producción vinícola, porque el autor tenía claro cuáles eran los episodios apropiados para facilitar la información necesaria, porque guardaba relación con lo que sucedía en cada uno de ellos.
  (Señorío de Otazu-Etxarri-Navarra)
A la luz del vino es una novela que capta la atención del lector  desde las primeras páginas, porque el narrador omnisciente presenta en pequeñas dosis tanto a los principales personajes que tienen un papel destacado a lo largo del desarrollo de la trama, como los episodios que van a dar lugar a la investigación que llevan a cabo los miembros de la Policía Nacional para esclarecer lo sucedido desde que se les avisa de la muerte del enólogo Tomás Aguerri en la bodega del Señorío de Otazu, en Etxarri. Este Señorío de Otazu existe y es un personaje más de la novela, por lo que las descripciones que se realizan sobre sus instalaciones invitan al lector a realizar una visita a la que la web Turismo Navarra menciona como «la bodega más septentrional de España en elaboración de   vino tinto y uno de los vinos de pago oficiales (máxima categoría para un viñedo y su vino)». Aunque el lector se encontrará también con otra línea de investigación policial, y que tiene su foco de atención en la población de Burlada -en donde me dio la sensación de que me encontraba con escenas un tanto repetitivas-, población en la que los miembros de la Policía Nacional, Los Arcos y Nerea Villatuerta, están haciendo un seguimiento a dos sospechosos de estar relacionados con el narcotráfico; sin embargo, estos dos policías mantienen algunos diálogos chispeantes, que incluso me levantaron alguna sonrisa.

Carlos Ollo construye una trama policial de corte clásico, como lo podrá comprobar el lector a lo largo de las dos líneas de investigación citadas en el párrafo anterior. Distribuye de una forma muy dosificada las pistas que le ofrece el narrador omnisciente para que intente averiguar quién o quienes están detrás de los episodios que originan las pesquisas realizadas por los miembros de la Policía Nacional; incluso le invita a que se pregunte si hay alguna relación entre esos episodios, por la forma en la que se van presentando al lector lo que sucede en cada uno de ellos. En este sentido, diría que el narrador sabe mantener el interés por lo que sucede en su relato en todo momento, por la continua intriga que suscita a la hora de presentar los episodios clave que ocultan la identidad de quienes los protagonizan, y le incita a que esté atento a lo que sucede en los siguientes capítulos por si descubre alguna pista que le ayude a identificarlos. A lo que acabo de comentar hay que añadir varios giros que sorprenderán al lector y que, como digo en estos casos, redoblan su interés por conocer lo que sucede a medida que el desenlace está próximo. El lector se encontrará también con que recibe una información más directa sobre algunos personajes en relación con la investigación realizada por los policías, lo que le hace jugar con ventaja, y así puede sacar sus propias conclusiones sobre la implicación que pueden tener estos personajes en la investigación policial que se lleva a cabo.
(Valle Etxarri-Navarra)
La trama de A la luz del vino es muy real, porque bien pudiera figurar en las páginas de sucesos de los medios de comunicación. Una realidad que se percibe no solo porque los episodios que se relatan tienen lugar en un tiempo concreto, que se especifica con fecha y hora al comienzo de cada capítulo, sino también por la localización espacial en la que se desarrollan, y el perfil de los personajes que en ellos intervienen, todos ellos muy creíbles y que por su forma de actuar y pensar parecen cobrar vida propia. En este sentido, diría que el lector se encuentra con unos personajes estereotipados, por las características que definen tanto a los policías como a los personajes investigados. A los personajes ya conocidos en la anterior novela que protagonizan, hay que añadir otros nuevos, con los que el lector se familiarizará a lo largo de los capítulos, si bien la información que guarda una relación más directa con las líneas de investigación que siguen los policías la recibe en los episodios que el narrador considera más adecuado para desvelarlos, al igual que las relaciones personales entre los personajes. En este sentido, al igual que ya me sucedió en la labor de vigilancia llevada a cabo en Burlada, me resultaron un tanto reiterativas algunas escenas protagonizadas por el inspector Faustino Villatuerta, bien en sus intervalos laborales o ya fuera de su jornada laboral. Y es que Carlos Ollo traza una historia de personajes cuyas vidas se entrecruzan en algunos episodios de las novela. En este sentido, y a la hora de conocer mejor a los principales y otros secundarios que desempeñan un papel relevante, es preferible leer antes ¿Quién con fuego?, si bien se puede afrontar de forma independiente la lectura de A la luz del vino, porque su trama es autoconclusiva. El autor solo se refiere a episodios que afectan a algunos de los personajes ya conocidos a través de notas a pie de página que guardan relación con la primera novela que protagonizan.

A la luz del vino es una novela bien escrita cuya lectura me resultó entretenida. Carlos Ollo utiliza un estilo directo y un lenguaje en el que el lector se encuentra con vocablos y expresiones propias del género negrocriminal, en el que autor intercala también vocablos propios del habla argentina en los dos sospechosos vigilados por su implicación con el narcotráfico. A través de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía de la Comisaría de Pamplona, el lector se familiariza con el día a día de los agentes, sus relaciones personales y las rencillas que se producen entre ellos. Carlos Ollo ofrece en esta segunda entrega protagonizada por el inspector Faustino Villatuerta, el subinspector Javier Erro y la agente Nerea, el aliciente de que todo lo que guarda relación con el mundo del vino se desarrolla en una bodega que existe en la realidad y está ubicada en Etxauri, el Señorío de Otazu, a cuyo frente el escritor pamplonés pone en esta trama al bodeguero Miguel Ángel Lizaburu, un personaje que atrae la atención del lector desde sus primeras apariciones en escena, al igual que los dos trabajadores que son de su mayor confianza, Marcial Romero y su hijo Miguel, quienes buscaban una segunda oportunidad para enderezar sus vidas.



Biografía:



Carlos Ollo Razquin, licenciado en pedagogía por la Universidad de Navarra y en Neurorrehabvilitación por el Instituto Petö de Budapest (Hungría). Fruto de los años que vivió en Budapest, publicó El cuaderno húngaro (Meettok, 2014), en el que narra la vida cotidiana en la Europa del Este tras el telón de acero. En 2015 vio la luz ¿Quién con fuego? (Erein) novela policíaca en la que aparecen por primera vez el inspector Faustino Villatuerta, su hija la agente Nerea Villatuerta y el subinspector Javier Erro.
Ha trabajado como lector y traductor: Tanguy Viel. Paris-Brest (Acantilado 2011) Jean-Yves Jounnais. Artistas sin obra (Acantilado 2014) y actualmente es profesor de Educación Secundaria en un colegio de Pamplona.


Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía del autor, tomados de la web de la editorial Erein. Imagen Bodega Señorío de Otazu, tomada de la web de Bodega Otazu. Imagen Valle Etxauri, tomada de la web de Wikiloc. Fragmento resaltado en el primer párrafo de esta reseña, tomado de la web Turismo Navarra.

jueves, 13 de febrero de 2020

El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón.



















Datos técnicos:


Título: El sombrero de tres picos.
Autor: Pedro Antonio de Alarcón.
Editorial: Vicens Vives.
Colección: Aula de Literatura.
1ª edición: 2002.
Año de publicación original: 1874.
Encuadernación: tapa blanda.
ISBN: 84-316-6381-2.
Idioma: español.
Nº pág.: 164.


Sinopsis:


A principios del siglo XIX y en una ciudad de provincias, un viejo corregidor se empeña en seducir a una atractiva molinera, aun a sabiendas de que está casada y de que quiere mantenerse fiel a su esposo. Para lograr su propósito, el corregidor traza un plan que le permita entrar en la casa de la mujer de sus sueños y sorprenderla a solas en mitad de la noche. Sin embargo, las cosas no salen según lo previsto, y el corregidor, la molinera y otros muchos personajes acaban enzarzados en una divertidísima maraña de enredos.
Tal es la historia que Pedro Antonio de Alarcón (1883-1891) nos narra en El sombrero de tres picos, un magistral relato cómico que Emilia Pardo Bazán llamó con toda justicia «el rey de los cuentos españoles».



Opinión Personal:



Hoy comparto mis impresiones sobre una novela corta cuyo título estoy seguro resultará muy familiar, sobre todo a los apasionados por los autores clásicos: El sombrero de tres picos, de Pedro Antonio de Alarcón. La crítica especializada dice que es la obra maestra del escritor natural de Guadix (Granada), y la mismísima doña Emilia Pardo Bazán la calificó como «el rey de los cuentos españoles». Esta obra la recuerdo con cariño porque la leí en mis años de estudiante, y es una de esas lecturas que me quedaron grabadas por lo mucho que disfruté con ellas. La edición que tengo en casa es para estudiantes de la ESO, del Aula de Literatura de Vicens Vives, con una introducción en la que la editorial ofrece unas pinceladas sobre el romanticismo tardío de Alarcón y El sombrero de tres picos, más los textos auxiliares en los que sirven de fuente para esta novela y una serie de actividades para los alumnos.

Pese a que estamos ante una novela corta escrita en 1874, y que en ella Alarcón aborda desde una perspectiva cómica el tema de la infidelidad, en ningún momento se me hizo desfasada la historia que cuenta el narrador omnisciente; de hecho, su lectura me resultó muy entretenida y divertida, con situaciones de enredo que levantan cuando menos una sonrisa. En este sentido, el narrador omnisciente, a modo de cronista, implica al lector en su relato por la forma en que lo gestiona, como lo podrá comprobar a lo largo del prólogo del autor y los treinta y seis capítulos cortos y titulados en los que está estructurado. Sin duda alguna, esa gestión que hace el narrador del relato, al actuar como cronista, incita al lector a estar muy pendientes de lo que ocurre sobre todo en determinados episodios, lo que acrecienta el interés por conocer el desenlace, tras el empeño que tiene un viejo corregidor en una ciudad de provincias, en seducir a una atractiva molinera, aun a sabiendas de que está casada y de que quiere mantenerse fiel a su esposo. ¿Logrará el corregidor conseguir su empecinado propósito? ¿Logrará la molinera mantenerse fiel a su esposo, como así lo afirma en los primeros capítulos?

El sombrero de tres picos es una novela costumbrista con un claro trasfondo histórico y que sitúa la trama en una época concreta, en la que Alarcón construye una historia de tal forma que el lector tenga una clara idea tanto de la estructura social de la época en la que se desarrolla como de las costumbres que imperan por aquel entonces. Y es que el lector comprobará a lo largo de los capítulos cómo quienes ejercían un mayor poder, ya fuera civil o eclasiástico, aprovechaban su situación en el escalafón social para alcanzar las metas que se marcaban, sin importarles los recursos que tuvieran que utilizar para lograrlo.

Uno de los grandes atractivos de El sombrero de tres picos es esa relación tan estrecha que mantienen las fuerzas vivas de esta ciudad de provincias -diría incluso que demasiado vivas, aprovechando la coyuntura política del momento-. El lector se preguntará cómo logra el molinero y su señora mantener esa relación tan estrecha con las autoridades de la época, pese a la diferencia social que los separa. Y esa respuesta no tardará en tenerla, porque si las autoridades tenían su poder para utilizarlo a su antojo, el tío Lucas y la señá Frasquita tienen las suyas para alternar con las autoridades locales.

Otro atractivo son los personajes, con los que el lector no tarda en familiarizarse y conocer los fines que persiguen unos y otros en esta historia. Alarcón aprovecha esta novela para caricaturizar sobre todo a las fuerzas vivas de la época y también les confiere unos rasgos psicológicos en los que busca reflejar el lado más ruin del ser humano. Sin embargo no todos son así, porque esa fachada exterior que muestra algún personaje guarda un interior que invitan a empatizar con ellos, pese a que determinadas situaciones que protagonizan hagan que nos hagamos otra idea de ellos. En este sentido, el lector sonríe con los epítetos con los que califica a algunos personajes, caso de la señá Fraquita -la hija de los Pirineos es uno de ellos, por su origen navarro- o Garduña, el alguacil del corregidor, que actúa como si de un secuaz se tratase.

El sombrero de tres picos es una lectura amena, divertida, y con escenas que pueden provocar cuando menos una sonrisa o incluso hilaridad por el enredo que se produce en ellas, por las reacciones que muestran los personajes en esas situaciones ingeniosas que dan lugar a equívocos, por lo que uno se pregunta si el corregidor y la molinera serán capaces de mantenerse firmes en sus propósitos. El ritmo de lectura es muy fluido se lee prácticamente de una sentada. El texto muestra una gran riqueza del lenguaje, adaptado al estilo coloquial de la obra, y como se muestra en expresiones utilizadas por algunos personajes en los diálogos o por el narrador en algunas fases de la novela. Este narrador omnisciente aprovecha algunas ocasiones para hacer juegos de palabras, alguna alusión mitológica e incluso literarias para definir de forma irónica a alguno de los personajes. Alarcón muestra en esta novela corta una gran imaginación, en la que el lector se encuentra con escenas muy dinámicas, e incluso diría que algunas un tanto surrealistas. El lector puede hacerse una idea clara de los escenarios por los que se mueven los personajes, porque se encuentra con descripciones claras y concisas, al igual que puede imaginarse las escenas que protagonizan los personajes, con el añadido de que esta edición de Vicens Vives ofrece unas ilustraciones en las que se recrean algunas de las escenas.



Biografía:


(Guadix, España, 1833 - Madrid, 1891) Novelista español. De ideas anticlericales y antimonárquicas durante su juventud, la carrera literaria de Pedro Antonio de Alarcón en Madrid no tuvo éxito en un principio, por lo cual regresó a Granada, desde donde se mantuvo activo, sin embargo, en las intrigas políticas de su época.
Alarcón fue director del periódico satírico El Látigo, y posteriormente participó en la guerra de África, experiencia que recogió en Diario de un testigo de la guerra de África (1859). Más tarde realizó un viaje a Italia, del que saldría su segunda obra documental, De Madrid a Nápoles. A su vuelta experimentó un giro hacia una postura católica y conservadora, a la vez que iniciaba su carrera como novelista con una serie de narraciones breves, de las que sobresale El sombrero de tres picos (1874). Entre las mejores novelas de su producción se hallan El escándalo (1875), El niño de la bola (1878) y La pródiga (1880). Aunque su figura ha quedado oscurecida por la inmensa talla de los grandes novelistas del periodo (Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas «Clarín» o Juan Valera), la crítica coincide en subrayar el innegable valor literario de su narrativa.

Nota: Datos técnicos y sinopsis, tomados del libro. Fotografía del autor, tomada de Wikipedia. Biografía de Pedro Antonio de Alarcón, tomada de la web biografíasyvidas. 



martes, 11 de febrero de 2020

Del sol llegaron sombras, de Sara Mañero.

















Datos técnicos:

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Título: Del sol llegaron sombras.
Autora: Sara Mañero Rodicio.
Editorial: Verbum.
1ª edición: abril/2019.
Encuadernación: tapa blanda con solapas.
ISBN: 978-84-9074-904-3.
Idioma: español. 
Nº. pág.: 358.



Sinopsis:



Del Sol llegaron sombras nos invita a adentrarnos en un momento crucial de la historia de Perú gracias a los ojos del Inca Garcilaso, quien nos sumerge en un mundo de sentimientos encontrados en el que es preciso aunar las razones de conquistadores y conquistados. Además, como en anteriores ocasiones, la autora teje relaciones inesperadas entre el pasado y el presente. Así, la rica evocación del trágico encuentro entre dos civilizaciones se entremezcla con la intriga de una trama policíaca en torno a la desaparición de una inmigrante peruana en el Madrid de nuestros días. La confluencia de la trama histórica y policíaca conducirá a un desenlace sorprendente, ligado a una extraña persistencia en el tiempo. Una ficción que nos lleva de los hilos entrelazados de la historia a los vericuetos de todos los días, donde disfrutar de lo lejano y lo próximo a un tiempo.



Opinión Personal:



En 2018 reseñé en este blog la primera novela que leí de Sara Mañero, El sueño del árbol (reseña), de ficción histórica, de la que reconocí en su momento entrar en su lectura con el pie cambiado. Esa segunda oportunidad que le di me confirmó que me estaba perdiendo una historia atractiva, con el aliciente de que la trama está ambientada en Filipinas, pues no hay muchas novelas publicadas en torno a este período en el que el declive del Imperio español era una hecho palpable. En 2019 le tocó el turno a Atrapando la luz (reseña), de cuya lectura guardo un gratísimo recuerdo, sobre todo por la presencia, fuerza y valentía que emana el inolvidable personaje que es Elvira Villegas. Hoy comparto mis impresiones sobre la nueva novela de Sara Mañero, Del sol llegaron sombras, en la que, como adelanta la sinopsis, nos invita a adentrarnos en un momento crucial de la historia de Perú gracias a los ojos del Inca Garcilaso.
(Inca Garcilaso)
Lo primero que me atrajo de Del sol llegaron sombras fue la presencia de la figura del Inca Garcilaso. Como digo en estos casos, es de agradecer que se ofrezcan obras al lector en las que están presentes escritores que por un motivo u otro su figura queda prácticamente relegada al ostracismo. En este sentido llama la atención que el Inca Garcilaso falleció en el mismo año y el mismo mes, pero un día después, que Cervantes y Shakespeare. A través de esta novela el lector tiene la oportunidad de acercarse un poco más a la figura de quien fue considerado como el primer mestizo racial y cultural de América, y que supo asumir y conciliar sus dos herencias culturales: la indígena americana y la española, alcanzando al mismo tiempo gran renombre intelectual. La autora incide a lo largo de los diecinueve capítulos más el epílogo en los que se estructura en cómo el Inca Garcilaso supo asumir y conciliar las dos herencias culturales que recibe. Esta particularidad del escritor mestizo la podrá comprobar el lector en las diferentes conversaciones que mantienen los personajes que se cruzan con él en algún momento de la subtrama histórica que protagoniza, o bien a través de diálogos que mantienen los personajes que le mencionan en la línea temporal que se desarrolla en la actualidad. Aunque también el Inca Garcilaso rememora el esplendor de su pueblo y cómo a los españoles «el engaño, la división y la traición les permitieron la victoria. Eso y las supersticiones de un pueblo que esperaba el retorno de Viracocha y confundió los presagios»(pág. 131). En este sentido, son interesantes los diálogos que mantiene con Hernán Fresneda en el tornaviaje en el que se embarca para cumplir los deseos de su padre, y cómo su interlocutor se queda prendado de las historias que le cuenta sobre cómo era la vida de los incas antes de la llegada de los conquistadores.

Sara Mañero vuelve a mostrar en la novela que hoy reseño su buen hacer literario, con la calidad que nos tiene ya acostumbrados a quienes leímos todas o casi todas las obras que tiene publicadas hasta la fecha. A lo que acabo de comentar hay que añadir que me llevé una grata sorpresa al encontrarme con una subtrama policíaca, en la que, en mi modesta opinión, entiendo que la autora sale airosa en este nuevo reto literario que se propuso. En mi modesta opinión, diría que tal y como se desarrolla la investigación que lleva a cabo la Guardia Civil del cuartel de Atienza y el inspector de la Policía Nacional es de corte clásico, que se corrobora a través de los diálogos que mantienen la protagonista y el inspector Domínguez en el desenlace de esta subtrama y, al mismo tiempo, de la novela. Incluso me decía que también hay ingredientes propios de lo que se conoce como domestic noir, porque es Maite quien inicia la investigación para esclarecer lo ocurrido en torno a la desaparición de una inmigrante peruana que se había desplazado a Madrid en donde «estaba haciendo una interesante investigación sobre la historia de su país, más concretamente sobre un reputado mestizo»(pág. 139).
(Coricancha-Cuzco-Perú)
Del sol llegaron sombras tiene una trama que me resultó muy atractiva. Y es que a medida que avanzaba en su lectura me decía que la autora la había construido de tal forma que el misterio y la intriga estuvieran muy presentes a lo largo de su desarrollo. Un misterio que hacía que me preguntase en más de una ocasión qué le movería realmente a la joven peruana viajar a Madrid y documentarse sobre la figura del Inca Garcilaso, y una intriga que lleva al lector a estar pendiente de todos los pasos que se dan en la investigación que se realiza en torno a su desaparición, cuyas fases se dosifican a lo largo de los capítulos para que el lector elucubre sobre las posibles causas de la misma. Las pesquisas que llevan a cabo tanto la Guardia Civil del puesto de Atienza, en la provincia de Guadalajara, el inspector Domínguez, de la Policía Nacional, y Maite Galíndez conducirán a desentrañar esos interrogantes que me acompañaron en todo momento hasta las últimas páginas. En mi modesta opinión, ese desenlace pone un gran colofón a esta novela, no solo por lo sorprendente del mismo, sino también por la naturalidad con la que el lector recibe la información en la que los principales implicados en la investigación aclaran lo sucedido. Pero también me decía que las dos líneas temporales se complementan de tal forma que el lector percibe una extraña persistencia en el tiempo de episodios muy ligados a la figura del Inca Garcilaso. Por eso la sinopsis hace referencia a una ficción que lleva al lector de los hilos entrelazados de la historia a los vericuetos de todos los días, donde disfrutar de lo lejano y lo próximo a un tiempo.

En relación a las dos novelas anteriores que leí de Sara Mañero, Del sol llegaron sombras tiene un componente más contemporáneo que las anteriores, pese a que la autora intercala también episodios históricos que tienen lugar en el siglo XVI. Ese componente contemporáneo se percibe no solo en la subtrama policial, sino también por la fuerza que tiene la protagonista de esta línea temporal, el personaje de Maite Galíndez. La protagonista de esta subtrama no atraviesa por su mejor momento personal, por lo que le servirá de gran aliciente para animar su espíritu deprimido el viaje que se le presenta de forma impulsiva, pues su compañera de trabajo, Victoria, aprovecha sus vacaciones para viajar con una amiga como voluntaria «esta vez a un albergue infantil en la selva del Manu, cerca de Cuzco»(pág. 25), pero ésta tiene tiene un pequeño accidente que le impide realizarlo. En este componente contemporáneo estarán muy presentes ingredientes intimistas, sobre todo en el personaje de Maite; aunque también los encontrará el lector en los miembros de la Guardia Civil, pues algunos episodios que tienen lugar en las investigaciones que realizan les hacen revivir situaciones similares vividas en el pasado, lo que incluso llevará a que el narrador omnisciente se los recuerde de una forma muy nítida. El lector también conocerá rasgos personales del profesor Cepeda o de don Mateo, a quien la Guardia Civil de Atienza consultará aspectos de su investigación. En este sentido, destacaría los chispeantes y en ocasiones atropellados diálogos que mantienen Maite y Victoria, su compañera de trabajo, sin olvidarme de las reflexiones que hace la protagonista de esta línea temporal en relación con el estado anímico en que estaba sumida esos días.
(Cantalojas-Guadalajara)
Al igual que las dos novelas de la autora mencionadas en esta reseña, el lector tendrá en todo momento la sensación de realizar un viaje literario a la época en la que se sitúa la trama. Para lograr el efecto deseado, Sara Mañero realiza una exhaustiva labor de documentación repartida de una forma muy dosificada a lo largo de los capítulos, y a través de dos líneas temporales. En la segunda línea temporal acompaña al Inca Garcilaso a realizar un viaje literario al siglo XVI, no solo acompañando al joven mestizo se ve obligado a realizar el viaje a España, sino también por todos los aspectos que rodean a la vida de este personaje. En este sentido, destacaría sobre todo las descripciones que hace del esplendor incaico o el tornaviaje que realiza la nave en la que se embarca por primera vez para cumplir la promesa hecha a su padre. Otro tanto puedo decir de los escenarios que se ubican en la provincia de Guadalajara, y que me describía el narrador omnisciente de una forma muy vívida: desde localizaciones no tan conocidas de esta provincia alcarreña, a otras que seguro sí le resultarán más familiares al lector, caso de la capital de la provincia, o Sigüenza.

De nuevo, el lector se encuentra con una novela en la que la autora cuida con mimo todos los detalles con los que logra conferir a la trama con el realismo que caracteriza a sus obras, y que se puede percibir tanto en los episodios que relata el narrador omnisciente como los personajes que conforman el elenco de la trama. El ritmo de lectura se me hizo fluido, sobre todo en la primera línea temporal, ya que en la segunda domina la narración frente al diálogo. El lector se encuentra a lo largo de los capítulos con unos personajes que parecen cobrar vida propia, por la fuerza con la que están trazados y la gran carga psicológica que muestran a lo largo de la trama. En este sentido, destacaría los diálogos que mantienen en la primera línea temporal Maite con el profesor Cepeda, porque me resultaron muy interesantes, sobre todo al observar las objeciones que hacían uno y otro según los temas que abordaran, o la ironía que se percibe en algunos momentos en las conversaciones que mantienen el inspector Domínguez y Maite, por las personalidades fuertes y diferentes de ambos personajes. De nuevo, Sara Mañero me vuelve a conquistar con su nueva novela.



Biografía.


Sara Mañero Rodicio es Licenciada en Filología Inglesa y Doctora en Filología Hispánica por la Universitat de València. Alfonso Martínez de Toledo ha centrado sus estudios y publicaciones académicas desde su tesis doctoral, El Arcipreste de Talavera de Alfonso Martínez de Toledo, galardonada por la Real Academia Española con el premio Fernández Abril. Como traductora cuenta con publicaciones de textos dramáticos y poéticos (La comedia de las equivocaciones de Shakespeare, Dos Leyendas de Ted Hughes, Cuatro cuartetos de T. S. Elliot) así como adaptaciones teatrales.
En el campo de la narrativa, Del sol llegaron sombras es su cuarta obra publicada. Su primera novela Mientras sorprendan los días (Ed. Hades), supone una incursión en la vida de tres personajes a lo largo de una jornada en el que sus destinos se entremezclan. El sueño del árbol (Ed. Verbum), la segunda, explora la historia de la reciente Filipinas a través de la historia de un joven gallego cuya vida queda inexorablemente marcada por su experiencia en las islas. Atrapando la luz (Ed. Verbum), la tercera, rinde homenaje a las mujeres que se anticiparon a su tiempo, así como al mundo de la fotografía, en el contexto cambiante de las primeras décadas del siglo XX.
Nota: Datos técnicos, sinopsis, biografía y fotografía de la autora, tomados de la web de la editorial. Imagen del Inca Garcilaso, tomada de Wikipedia. Imagen de Coricancha, en Cuzco-Perú, tomada de la web Perú en vídeos. Imagen de Cantalojas tomada de la web Turismo en Guadalajara.es.